Hoy toca cena familiar. Es la ocasión en la que se saca la vajilla bonita, se hacen los mejores platos y se bebe el vino más caro. Toda la familia está reunida, todos hablan con todos y es un momento simplemente perfecto. Ríen, se hacen bromas, aparecen muestras de afecto entre adultos que provocan caras de asco entre los pequeños... Y lo mejor de todo es el final. Después de una gran cena, empiezan los elogios a la cocinera.

-Mamá, ¿me has oído? -pregunta mi hija.

Despierto del trance y me encuentro en el comedor, en medio de una cena familiar. Se han sacado las mejores vajillas, los mejores platos y el vino más excelente. Pero nadie lo aprecia. La familia está reunida alrededor de la mesa y algunos ríen no por algo que haya dicho alguien, sino por algo que han leído en el móvil. Estamos reunidos, pero, al mismo tiempo, estamos separados los unos de los otros por pantallas.