Touka no tardó en descubrir el cuerpo de Kaneki gracias al detector de metales que fue capaz de localizar el anillo de mis padres bajo esa inmensa masa de tejido kagune.

Enseguida lo trajeron a la sede de la CCG y allí sus más allegados (tú incluida) nos fuimos turnando mientras lo velábamos esperando a que despertara, siendo mi hermana la que permanecía fiel a su lado las veinticuatro horas del día.

Fueron momentos muy difíciles para todos dado que no habían muchas esperanzas de que nuestro líder reaccionara. Aún así, en cuanto te devolví el violín que dejamos olvidado cuando nos marchamos apresuradamente del apartamento ante tu supuesto regreso a Londres, tú te esforzaste en amenizar la espera tocando aquellas melodías que asegurabas ser las favoritas de Kaneki para ayudarlo a que saliera de su estado comatoso.

Supongo que al final tus esfuerzos no fueron en vano pues, al poco tiempo, ocurrió el milagro con el que ya casi nadie contaba...

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El Rey de un Ojo contempló a la gente reunida alrededor de su cama con una evidente expresión anonadada en su rostro.

—Eh... ¿por qué estáis todos junto a Kimi y Saiko? —preguntó extrañado refiriéndose a sus camaradas ghouls.

—Para qué podamos afrontar una mayor amenaza que nos afecta a ambas razas por igual —dijo la científica humana.

—En este momento, los miembros de Goat colaboran mano a mano con la CCG —le explicó Nishio acompañando su novia.

—¿Los ghouls y la CCG? —cuestionó el albino parpadeando sus ojos varías veces sin dar crédito a lo que oía—. ¿Cómo es posible?

—Después de que perdieras el control sobre tu kagune, Nagachika fue quien instó a los ghouls a unirse a la CCG con el objetivo de buscarte y sacarte del dragón —le contestó Amon.

—¿Hide... está vivo? —preguntó aguantando a duras penas la emoción. El ex-inspector asintió causando un tremendo alivio en el corazón del cíclope quien, durante mucho tiempo, había soportado en silencio el dolor y la culpa con respecto a la muerte de su mejor amigo—. ¿Y la CCG aceptó unirse a los ghouls de buen grado?

—Obviamente, al principio se quedaron horrorizados cuando nos presentamos todos en el hall de la sede ofreciéndoles una tregua y se negaron en rotundo a aceptar —contó Tsukiyama—. Pero la chica de Ayato intervino y ayudó bastante a hacerles entrar en razón logrando que dejaran sus prejuicios a un lado por un bien común —señaló dirigiendo su mirada hacia la muchacha que se encontraba en ese instante de cuerpo presente.

Todos copiaron el gesto de Shū volteándose en dirección a Lyra y la joven sintió sobre ella todo el peso de sus miradas aduladoras sonrojándose a más no poder.

—No... no fue nada —musitó totalmente cohibida.

—¡¿Qué no fue nada?! —dijo Nishiki en tono incrédulo—. Si proclamaste tu relación con Ayato delante de todo el mundo y le plantaste cara al mismísimo Marude defendiendo a ultranza a los ghouls.

—Bueno... yo... sólo dije lo que realmente sentía en ese momento —se excusó sin querer darle mayor importancia.

—Mi Rey, ¿te puedes creer que esta Sweet Lady incluso tuvo el valor de dar una imagen dulce y bondadosa de Kirishima? Nadie se lo creyó, por supuesto. Pero fue tan bonito que lo intentara... —comentó el famoso Gourmet con burla, el cual se ganó la mirada furiosa y asesina del susodicho.

Kaneki se rió a gusto por el comentario lleno de sarcasmo del aristócrata y los demás, aunque trataron de disimularlo en mayor o menor medida, también se unieron para frustración del azabache que los observaba a todos frunciendo el ceño con una expresión de ira contenida.

—Quien hubiera imaginado que al final necesitaríamos la ayuda de una talentosa violinista procedente de un país lejano para congraciarnos con la CCG. Tal vez deberías ser tú la líder de los ghouls, Lyra —le dijo con una gran sonrisa—. Has demostrado que cumples con la función mucho mejor que yo.

—¡¿Pero qué dices Kaneki?! —exclamó ella avergonzada—. Yo no valgo para liderar a nadie. Sólo entiendo de música.

—Pues mucha gente te seguiría, my sweet lady —la espoleó Shū—. Y estoy seguro que tu tierno conejito sería el primero de todos ellos —declaró en tono jocoso.

—Tsukiyama... ¡cállate de una vez si no quieres que te mate ahora mismo! —lo amenazó Ayato entre dientes ya harto de que se tomara la confianza de burlarse de él delante de todos, especialmente de Lyra.

—Jajaja... ¡qué poco sabes aguantar una broma, Kirishima! Sólo intento animar a nuestro Rey tras estar varios días debatiéndose entre la vida y la muerte. Colabora un poco, anda —resaltó ganándose nuevamente las risas de todos.

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Y, aunque en ese instante de breve felicidad Tsukiyama consiguió animarlo, pronto la cruda realidad golpearía a Kaneki con dureza al comprobar mediante sus propios ojos el lamentable estado de la ciudad y las horribles heridas que le había infligido accidentalmente a su mejor amigo en el rostro durante el ataque de la CCG al Anteiku.

Por fortuna, en esta ocasión supo mantenerse sereno sin dejarse dominar por los sentimientos de culpa o caer en la desesperación. Un hecho que resultó primordial cuando cierto híbrido despreciable y psicópata, no contento con lo que ya había provocado, apareció por las televisiones de todo el país anunciándonos más malas noticias...

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—Buenas, ¿pueden verme todos bien? —todos los miembros de Goat junto con algunos de la CCG y Lyra ladearon de inmediato sus cabezas hacia la televisión al reconocer en el acto aquella irritante y desagradable voz.

—¡Joder!, el que nos faltaba... —se quejó Marude viendo con disgusto al personaje en cuestión.

—Mirad, ¡están apareciendo monstruos que devoran a las personas por todas partes!¿Acaso esto es un signo del Apocalipsis?

—¡Mierda, esto sólo puede significar más problemas..! —exclamó Urie contemplando la retransmisión preocupado.

—¿Pero qué cojones son esas cosas? —remarcó Ayato haciendo una mueca despectiva.

—Me gustaría entrevistar a alguno de esos monstruos... ¿cuál es su nombre? —le preguntó Furuta a una de las criaturas, pero ésta respondió de manera agresiva intentando abalanzarse sobre él—. Quizás no esté muy cómodo con la entrevista —supuso mientras lo esquivaba y retrocedía a una distancia prudencial poniéndose a buen recaudo.

—¿Acaso existe alguien que esté cómodo cerca tuyo? —cuestionó Nishiki en voz alta con evidente ironía.

—Lástima que no haya conseguido matarlo para ahorrarnos otro dolor de cabeza —se lamentó Marude.

—¿Pero qué es esto?¡El JSDF ha llegado! —en ese momento los soldados comenzaron a acribillar a los monstruos a balazos deteniendo su avance.

—Suerte que estaban por la zona y han acudido enseguida —informó uno de los controladores de operaciones en la sala.

—¡Oye, parece que está funcionando! —gritó Furuta emocionado y todos se mantuvieron en vilo deseando que las palabras de su enemigo por una vez fueran ciertas. Sin embargo, las cabezas de los engendros empezaron a aumentar súbitamente de tamaño hasta que al final explotaron liberando una especie de esporas sanguinolentas a su alrededor.

—Esas explosiones... me dan muy mala espina —murmuró Hide observando atentamente cómo la neblina rojiza cubría toda la pantalla del televisor y fue justo mencionar su inquietud para ver cómo los humanos que componían el ejército fueron cayendo como en efecto domino a la vez que comenzaban a gritar en actitud agonizante.

—Algo extraño está pasando... —musitó el ex-director de la CCG frotándose la barbilla en modo misterioso—. ¡Por favor echad un vistazo! Todos aquellos hombres que se retorcían en el suelo ahora parecen tener algún tipo de protuberancia que crece en sus cuerpos.

—¡Oh no...! —dijo Kimi viendo con horror cómo crecían los kagune en todos ellos y los ojos se tornaban rojos con la clásica y distintiva esclerótica negra de la raza ghoul.

—Esto parece ser el resultado de un exceso de células Rc en su cuerpo. Después de respirar el veneno de esos monstruos... ¡se han convertido en ghouls! —exclamó con interés explicando la situación a los oyentes—. ¡Oh vaya!¿Qué será de la humanidad a partir de ahora? —cuestionó fingiendo preocupación—. ¡Suerte! —gritó cambiando en menos de una fracción de segundo su expresión triste a otra rebosante de alegría antes de cortar la conexión.

—¡Maldito cabrón! —le insultó Ayato entrecerrando los ojos con odio.

—Está realmente loco... —fue lo único que pudo decir Lyra al contemplar horrorizada las imágenes y la actitud bipolar y excéntrica de Furuta ante tal terrible panorama.

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Obviamente, no tardó en cundir el pánico en la ciudad.

Los monstruos empezaron a salir hasta debajo de las piedras y rápidamente se expandieron por los distritos. Inspectores y ghouls trabajábamos conjuntamente para evacuar a los civiles mientras limpiábamos las calles de su embate pero la dificultad residía en que, al menor daño que recibían, se auto inmolaban dispersando sus asquerosas esporas por doquier infectando toda la zona como si se tratase de un ataque biológico.

Aun así, con todo en contra, aguantamos el tirón y pronto nos vimos obligados a iniciar una contraofensiva...

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—Los signos vitales del dragón se han vuelto a reactivar —anunció Kimi.

—Y cada vez hay más gente convirtiéndose en ghouls por culpa del veneno que expulsan esos monstruos —informó Nagachika apesadumbrado.

—¿Cómo es posible que esa cosa siga dando por culo cuando ya le extrajimos a Kaneki? —preguntó Nishio con fastidio.

—Se debe a que existe otro núcleo —le contestó su novia entregándoles unas fotos al resto de personas allí presentes que mostraban una especie de brote abierto en una zona de difícil acceso.

—Creo que es Rize... —insinuó Kaneki observando bien la imagen—. Ahora comprendo por qué mientras estuve inconsciente dentro del dragón pude comunicarme con ella... era porque Furuta nos utilizó a ambos para poder crearlo.

—Y por esa razón el dragón está más apaciguado, pero no inactivo. Todavía conserva otra fuente que lo alimenta —razonó la científica.

—Entonces no nos queda más remedio que encargarnos de eso también —propuso Tsukiyama encogiéndose de hombros resignado—. Mandaremos a un equipo a investigar ese núcleo...

—No hay tiempo —le interrumpió la humana—. Según los datos que he ido recopilando, en el peor de los casos el dragón podría volver a activarse en doce horas y... si eso sucediese... toda la población de Tokio se convertirá irremediablemente en ghouls.

—Supongo que Kimi está en lo cierto y no hay tiempo para investigar. Además, el camino que lleva a ese núcleo está lleno de veneno —comentó Urie.

—Eso no significa que un ghoul no pueda ir —resaltó Nishio.

—Pero sería peligroso incluso para los ghouls porque, si fuerais más allá de vuestros límites, terminaría afectando a vuestras células Rc —les rebatió otra vez Kimi.

—Por favor, dejadme ir a mí —pidió Kaneki—. Mi cuerpo tiene una resistencia al veneno, ¿no es así?

—Es cierto que tu recuento de células Rc no varió tras extraerte del dragón pero, aún así, no puedo confirmar que seas 100% inmune. Si te adentras en ese lugar, asumirías un riesgo muy alto —concluyó la joven.

—Estoy dispuesto a ello —le aseguró el líder de los ghouls con una mirada llena de determinación—. La ciudad... las heridas de Hide... es hora de cargar con la responsabilidad de lo que ha sucedido pero, en esta ocasión, quiero hacer todo lo que esté en mi mano para reverter la situación con la ayuda de todos.

Una tremenda explosión se escuchó por la zona colindante a la sede de la CCG. Tanto Ayato como Nishio y Tsukiyama se acercaron a la ventana para determinar el origen de aquel estruendo y lo que vieron no les gustó nada.

—Por si no tuviéramos suficientes problemas, al parecer también tendremos que lidiar con otra amenaza —murmuró el de cabellos castaños con hastío mientras observaba detenidamente al ejército de hombres ataviados mediante una vestimenta negra y sombrero a juego que se dirigía con paso firme hacia el cuartel—. Me dan un mal rollo increíble, seguramente sean amigos de Furuta.

—Son demasiados —apuntó Tsukiyama.

—Entonces debemos actuar rápido —instó su líder—. Yo me dirigiré al otro núcleo para destruirlo con la ayuda de Kimi mientras vosotros permanecéis aquí. Unid fuerzas con los inspectores para defender la base, pues si la CCG cae... Furuta habrá ganado esta guerra.

—Yo te acompañaré —dijo Ayato apuntándose a la cruzada—. Conozco bien los túneles subterráneos de la ciudad y podría guiarte por ellos para llegar antes a ese condenado núcleo.

El Rey de un Ojo asintió conforme ante su proposición pues sabía que con el apoyo de su cuñado elevaba enormemente la probabilidad de que su misión fuera un éxito.

—Kaneki, Ayato... —los llamó Touka logrando que ambos enfocaran su atención en ella al instante—. Pase lo que pase, volved.

—Lo haremos —le prometió su esposo a la vez que su hermano le secundaba afirmativamente.

Lyra se echó a los brazos del menor de los Kirishima y lo abrazó con todas sus fuerzas mientras las primeras lágrimas comenzaban a empañar sus ojos esmeralda. Sabía que no podía impedir que su amor se marchara, pero la preocupación por él iba en aumento al ser consciente del peligro que corría aventurándose prácticamente solo en el subsuelo de la capital nipona con el veneno y los innumerables monstruos que acechaban en sus profundidades.

—Tranquila... —le susurró él en su oído imaginándose lo que pensaba—. Todo irá bien. Ya sabes lo fuerte que soy y estaré de vuelta antes de lo que crees —ella dejó escapar su primer sollozo a la vez que hundía su rostro en su pecho desconsolada.

—Ten mucho cuidado... —apenas fue capaz de decir.

—Lo tendré... y tú prométeme que no saldrás de la CCG por nada en el mundo. No quiero que te veas afectada por esas esporas. Con lo golosa que eres... Imagínate lo que sería vivir sin poder comer todos esos dulces que tanto te gustan —bromeó el ukaku recordando sus momentos confinados en los que la británica le pidió casi con desespero traerle alguno de esos postres azucarados y llenos de chocolate.

La violinista asintió fervientemente mientras se dejaba arropar por su pareja y, cuando pareció que había logrado apaciguarla, el ghoul le dirigió una última mirada cómplice a su hermana. Touka comprendió enseguida lo que Ayato le estaba pidiendo sin pronunciar palabra: cuídala. La azabache le sonrió haciendo un sutil movimiento de conformidad mediante la cabeza aceptando encantada el encargo.