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57. ~Lyra~


Al salir del aeropuerto fui directa a la CCG para encontrarme con Urie y Saiko. Tenía planeado interpretar mi fabuloso papel de víctima al pie de la letra, tal y cómo tú me habías instruido, con el objetivo de recoger información desde dentro de la organización antighoul para vosotros. Sabía que cuando recibieras mi primera llamada o mensaje explicándote lo que había hecho te enfadarías conmigo por haberte engañado, pero ya no habría vuelta atrás. No podrías hacer nada para obligarme a regresar a Londres y tampoco para impedir que te hiciera de agente doble. Así que supongo que Urie tenía algo de razón al tildarme de traidora, pues estaba muy dispuesta a hacerlo si con ello lograba ayudar a vuestra causa.

Sin embargo, nunca me diste tiempo de ejecutar mi labor como espía. Justo unas horas después de separarnos en el aeropuerto, apareciste en el hall de la CCG junto a tu gente ofreciendo una tregua. Lo cierto es que nunca me hubiera imaginado que tal cosa pudiera suceder aunque tampoco iba a desaprovechar la situación y, por ello, a la mínima oportunidad me expuse delante de toda la CCG declarando mi amor por ti sin sentir ningún tipo de miedo o dudas.

Esa fue la parte bonita y heroica de mis actos y cuando la CCG aceptó unirse a los ghouls para localizar a Kaneki me sentí pletórica por contribuir activamente en ello. Recuerdo con claridad abalanzarme sobre ti y besarte emocionada delante de todos los presentes celebrando que todo hubiera salido a pedir de boca y que por fin pudiéramos estar juntos sin escondernos más a ojos humanos.

No obstante, tras la alegría y euforia inicial, me tocó armarme de valor para enfrentar finalmente la verdadera parte difícil del asunto... la de mis padres.

Con todo el revuelo que había ocasionado mi sorpresivo regreso y luego la inesperada llegada de los ghouls a la sede, aún no había podido comunicarme con ellos aunque Urie llegó a ponerme al corriente diciéndome lo que ya sospechaba que sucedería.

Él, al no ser consciente que había estado ocultándoles información deliberadamente, se puso en contacto con ellos explicándoles lo que había pasado en el conservatorio con mi supuesto secuestro por parte de Black Rabbit como si ellos supieran de que iba la historia y... claro... para mis padres fue como si de repente les estallara una bomba atómica en el cerebro.

De modo que había llegado la hora de ponerme en contacto con ellos y contarles toda la verdad sobre lo que me había ocurrido durante mi estancia en Tokio y de hablarles acerca de ti y, obviamente, no fue una tarea sencilla...

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La británica había pedido hablar a solas con sus padres por videoconferencia en una sala apartada mientras Ayato, al otro lado de la puerta, se movía impaciente a lo largo de todo corredor esperando a que ella saliera y le contara cómo había ido todo.

El ghoul se hallaba extraordinariamente nervioso. Que los padres de Lyra lo aceptaran como la pareja de su hija era fundamental para su relación y, aunque quería respetar la privacidad de su chica, le fue inevitable utilizar su afinado oído para escuchar la conversación que estaría teniendo lugar en aquella habitación. No pudo distinguir la voz de sus supuestos suegros (lo que le hizo pensar que la violinista podría estar usando unos auriculares para preservar su intimidad) pero los pequeños sollozos y el sutil gemido que percibió por parte de su amada fue suficiente para encender todas sus alarmas y elevar sus niveles de estrés y preocupación al máximo.

—¿Nunca te han dicho que cotillear conversaciones ajenas es de mala educación, hermanito? —le preguntaron en tono de burla detrás de él.

—Ahora mismo está hablando con sus padres... y parece que no va bien. La he oído llorar un par de veces —le respondió acongojado—. ¿Y si sale diciendo que sus padres se oponen a nuestro noviazgo y le obligan a regresar a Londres para alejarse de mí?

—Contarles la verdad sobre Tokio a unos humanos que eran ignorantes de todo lo que sucedía no debe de ser fácil... y más tratándose de su hija —musitó Touka—. Pero debes confiar un poco más en ella. Si fue capaz de convencer a la CCG de que eras un chico de fiar a pesar de tu mala fama como exterminador de inspectores, también lo conseguirá con sus padres.

—Espero que tengas razón —murmuró el Kirishima cabizbajo.

—Ya verás como sí —le aseguró su hermana poniéndole una mano en su hombro en señal de ánimo—. La CCG ya ha recibido los detectores de metal que les mandó el padre de Tsukiyama. Vamos a salir a buscar a Kaneki —le informó.

La estrategia que habían ideado junto a los humanos para tratar de descubrir la ubicación actual del rey cíclope y sacarlo de aquella colosal criatura a la que habían terminado apodándola como "dragón" era tan sencilla como ardua. Consistía en localizar el anillo que Touka le regaló a su esposo justo antes de la boda y que supuestamente todavía debía prender del cuello de éste. De ahí la importancia de los detectores de metal y que los ghouls, siendo más rápidos y ágiles para moverse por el cuerpo del dragón, se pusieran en marcha de inmediato para dar con él cuanto antes.

—Ok, cuando pueda iré a echar una mano.

—No te apures, Ayato. Somos suficientes para empezar la búsqueda. Mejor quédate con ella el día de hoy.

—Tú también deberías de quedarte, Touka. En tu estado es demasiado peligroso que salgas fuera. Ahora tu vida ya no depende sólo de ti —le dijo haciendo una clara referencia a su futuro sobrino.

—Tal vez, pero no puedo permanecer aquí sin hacer nada. La espera por tener alguna noticia de él acabaría matándome. Necesito salir y sentirme útil. Después de todo, es mi marido quien está dentro de esa cosa.

—En ese caso, ten cuidado.

—Lo tendré mocoso —le prometió con una sonrisa y abandonó el lugar dejando a su hermano a la espera de que finalmente saliera la inglesa de la charla con sus progenitores.

Por fortuna o por desgracia, no tuvo que aguardar demasiado pues a los cinco minutos apareció una Lyra deprimida a la vez que se secaba con la manga de su camisa las traicioneras lágrimas que le caían de sus ojos enrojecidos debido a su evidente llanto.

—Lyra... —susurró su nombre el ghoul consternado al verla tan afligida. Ella corrió inmediatamente hacia él buscando consuelo entre sus fornidos brazos mientras seguía lloriqueando angustiada sobre su pecho—. ¿Qué ha pasado? —le preguntó temeroso al mismo tiempo que le acariciaba la espalda intentando mitigar su desasosiego.

—Mis padres quieren que regrese a casa —le respondió entre sollozos. Esa era la frase que Ayato más había temido oír y se había hecho realidad. El peso que supuso cada una de las palabras que conformaban la oración fue hundiéndolo en la miseria a medida que las escuchaba y, en ese momento, sintió cómo su corazón se desgarraba sumido en el dolor y la pena.

—Entiendo... es por mí, ¿no? —le cuestionó esforzándose por ser capaz de articular cada una de las sílabas que salían por su boca.

—No... de hecho, están muy agradecidos contigo por haberme salvado aquel día y por haberme cuidado y protegido durante todo este tiempo —le contestó la chica con sinceridad—. Con quién están realmente enfadados y decepcionados es conmigo, porque llevo casi desde el principio mintiéndoles sobre mi estancia en Japón y porque desaparecí durante un mes sin dar señales de vida.

—Es culpa mía —se lamentó el ghoul—. Tú me advertiste sobre cómo reaccionarían tus padres si te venías conmigo y, aún así, yo te insistí por puro egoísmo.

—Aunque insistieras, al final la decisión la tomé yo y no me arrepiento de haberlo hecho —le aseguró para que no se sintiera responsable de ello—. Cuando huí contigo sabía que en algún momento debía enfrentarme a su ira y lo tenía perfectamente asumido pero, escucharles hablar tan disgustados diciéndome todo el rato lo mucho que les he hecho sufrir este último mes porque pensaban que estarías haciéndome vivir un infierno o porque ya creían que podrías haberme matado, es duro —reconoció atormentada.

—Entonces... ¿te marcharás? —le preguntó el Kirishima dándolo por hecho.

—No —negó ella dejando al otro perplejo—. Todavía tengo el visado de estudiante vigente así que me quedaré en Tokio hasta que caduque. Ellos no pueden venir y obligarme a volver a Londres porque, debido a la crisis, el espacio aéreo está restringido únicamente a los vuelos que salen de la ciudad.

—¿Cómo lo sabes?

—Cuando llegamos al aeropuerto no te diste cuenta que las pantallas sólo anunciaban vuelos de salida, ¿verdad?

—Estaba tan concentrado buscando tu zona de embarque para sacarte de Tokio que no me fijé en lo demás —reconoció el ghoul—. ¿Estás segura que seguir aquí es lo más conveniente para ti? No sé si es buena idea que desobedezcas a tus padres ahora mismo. No quiero que tengas más problemas con ellos —le dijo preocupado.

—Ya se lo he dicho de modo que ya no hay vuelta atrás —le confirmó—. Obviamente no les ha hecho ninguna gracia que les desafiara después de la que he armado y me han chillado como un par de locos pero, con el transcurso de los días, espero que se vayan calmando y comprendan por qué lo he hecho.

—Creo que tus padres van a odiarme a partir de ahora.

—Sólo te odiarán si algún día dejas de amarme y me rompes el corazón —le vaticinó bromeando un poco con él, pues ya tenía ganas de dejar atrás aquel mal rato.

—Entonces puedo estar tranquilo, porque eso jamás sucederá —le dijo de manera rotunda antes de volver a besarla con amor perdiéndose deliberadamente en el sabor de sus labios durante varios minutos—. Cuando cruzaste la puerta del embarque... creí que nunca volvería a verte —le confesó apoyando su frente contra la de ella mientras suspiraba con cierto alivio.

—Ya... afortunadamente existen las salidas de emergencia para darle esquinazo incluso al astuto y todopoderoso Black Rabbit —le soltó mostrándole una sonrisa ladina.

—Y yo que pensaba que eras una humana muy sensata y obediente, pero al final has resultado ser bastante temeraria y escurridiza —admitió sonriéndole a su vez—. ¿Qué pretendías volviendo a la CCG?

—Pues ayudarte en lo que hiciera falta, ¿y que mejor forma de hacerlo que estando dentro de la organización que intentaba darte caza?

—¡Estás loca!¡Habrías asumido muchos riesgos! —le recriminó el ukaku cambiando al instante su expresión divertida a una mueca totalmente enfurruñada.

—No me riñas tú también, Ayato. ¿No crees que ya he tenido suficientes broncas por hoy? —le suplicó la joven—. Además, dicen que por amor se hacen muchas locuras... como entrar en la casa donde viven los Quinx para devolverle el violín a una hermosa humana.

El Kirishima no pudo evitar reírse por la clara alusión a su incursión en el Castillo.

—Antes de entrar, me aseguré que no hubiese nadie —se defendió.

—De todas formas, asumiste un riesgo muy alto exponiéndote más de la cuenta —contraatacó ella.

—Bueno... supongo que tienes razón, aunque nada me hubiera impedido volver a secuestrarte otra vez —le insinuó mirándola de manera maliciosa.

—Eres un ghoul muy malo, conejito —le reprendió fingiendo sentirse molesta. Sin embargo, pronto volvió a mostrar su semblante cándido—. Pero ahora debes ser un buen chico y utilizar tus maravillosas habilidades para ir en busca de tu cuñado. Tu familia te necesita y no quiero robarte más tiempo —le dijo haciendo el amago de querer separase aunque él se lo impidió.

—Tú también eres parte de la familia y también me necesitas a tu lado.

—Estaré bien... y me sentiré mejor cuando encontremos a Kaneki —le aseguró.

—No te preocupes. Hace unos minutos vino Touka diciendo que llegaron los detectores de metal a la CCG y el primer grupo de ghouls que saldrá en su busca ya está completo, así que me uniré en el segundo turno —le comunicó—. Mientras tanto, me quedaré contigo.

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De verdad que lo agradecí mucho.

Nadie escatima en alabanzas hacia ti cuando hacen referencia a tus impresionantes capacidades como ghoul y sabía que eras de los que más podría rendir para encontrar a Kaneki en la mayor brevedad posible. No obstante, realmente necesitaba apoyo moral en estos momentos tras la deplorable charla con mis padres.

Recuerdo que te quedaste toda la tarde conmigo, colmándonos de besos y mimos el uno al otro mientras permanecíamos aislados en alguna sala random de la CCG dejando pasar tranquilamente las horas como si todavía siguiéramos en nuestro amoroso apartamento clandestino y nada de los estresantes sucesos que habían tenido lugar en aquella mañana hubieran pasado.

Fue, sin duda, la mejor medicina para sanar y reconfortar mi lastimado y entristecido corazón.

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Buenas, como podréis intuir llegamos al final de Tokyo Ghoul: Re y, por lo tanto, al final de este fanfic. Calculo que quedarán de dos a tres capítulos, dependiendo de la inspiración del momento 😅

Sé que para algunos lectores ha sido un viaje muy largo, pero aguantad un poquito más que ya falta poco 😊

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