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56. ~Ayato~


No te equivocabas al suponer que me quedé esperando en el aeropuerto hasta asegurarme de que el avión despegaba "contigo" y, una vez que te creí a salvo, fui a buscar a los míos a ese parque.

Nada más llegar, descubrí que mi hermana estaba embarazada de Kaneki gracias a que Tsukiyama se encontraba delirando en dicho momento proponiendo miles de nombres absurdos para su hijo. Sin embargo, su estupidez tuvo su propósito y detuvo el inicio de una rebelión contra los humanos que se estaba gestando entre los ghouls al perder a nuestro preciado líder.

Al final, con los ánimos ya calmados y la ayuda de Nagachika, se acordó plantarnos en la sede principal de la CCG para proponerle un trato a las palomas que nos acabaría beneficiando a ambas partes...

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Los inspectores, entre los cuales se encontraban los más altos mandos de la organización antighoul como el comandante Marude, contemplaban atónitos al centenar de ghouls que habían irrumpido de forma pacífica en el hall de la sede ataviados con sus características máscaras y, al frente de todos ellos, se situaban el mejor amigo de Ken Kaneki, la inspectora Mado y (el que hasta entonces se creía muerto) inspector Amon.

—Nagachika... ¡¿qué puñetas crees que estás haciendo?! —le exigió saber el afamado comandante aún impactado ante la situación.

—¡Qué alguien me traiga a Highermind! —vociferó Tanakana a su lado dispuesto a eliminar de un plumazo con todos los intrusos él sólo.

—He traído ayuda —contestó el joven sin inmutarse—. Kimi me ha dicho que hay que extirparle el núcleo a esa cosa, ¿no es así? —Marude parpadeó varias veces sorprendido de que él hubiera tenido contacto con la estudiante de medicina accediendo a esa información que en principio debía ser confidencial—. Es demasiado trabajo para unos humanos, necesitamos a gente más ágil.

—¿Más ágil? —repitió estupefacto—. ¡¿Estás insinuando que deberíamos de unir fuerzas con los ghouls?! —le recriminó enojado.

—¡Exacto! El núcleo es Ken Kaneki y todos ellos están dispuestos a colaborar si con eso conseguimos salvarlo.

Ante una revelación de tal calibre, las voces escépticas y preocupadas de los humanos no tardaron en resonar por todo el hall:

—¿Ken Kaneki?¿El rey cíclope?¿Pero no estaba muerto?¡Exijo una explicación!¡¿Dónde está el director?!

—El director ha renunciado al cargo —anunció el inspector Ui apareciendo por un lado de la sala acompañado por Hirako—. Fingió la ejecución de Ken Kaneki para ganarse nuestra confianza dado que su objetivo siempre fue la creación de esa cosa. Sinceramente, nos hemos dejado engañar como idiotas —el enojo, la frustración y el sentimiento de traición era palpable en el ambiente—. ¿Y ahora tú propones que ghouls e inspectores trabajen juntos después de tantos años matándonos los unos a los otros sin mostrar ni un ápice de compasión? —le preguntó directamente a Nagachika—. Reconozco que la probabilidad de éxito aumentaría exponencialmente, pero hay demasiado odio y rencor acumulado como para que esa hazaña llegue a buen puerto así que lo mejor es que podéis hacer es marcharos antes de que decidamos mataros a todos, ¿o tal vez preferís luchar? —les propuso a la horda de ghouls enmascarados.

No obstante, fue el ex-inspector Kotaro Amon quien le tomó la palabra:

—Inspector Ui... ¿cuál es la prioridad número uno de un inspector de ghouls? —le cuestionó de forma retórica.

—Exterminar ghouls —dijo con cierta dejadez.

—Se equivoca —le respondió haciendo que el otro frunciera el ceño incrédulo—. Ley antighoul: prefacio... "El objetivo de la Comisión de Control de Ghouls es asegurar la paz y velar por ella en todo momento" —le recitó muy serio—. Un inspector debe luchar por la paz de la ciudadanía, aunque para ello deba colaborar con los ghouls.

Todo el mundo se quedó perplejo por la declaración de Kotaro Amon y los humanos comenzaron a mirarse los unos a los otros algunos indecisos y otros claramente molestos por no compartir al 100% con su opinión.

—Please, pay attention... the ghouls can help if you give them a chance to trust them (Por favor, hacedle caso... los ghouls pueden ayudar si les dais una oportunidad para confiar en ellos) —se escuchó la voz de una mujer hablando en un marcado acento inglés que se ubicaba por detrás de la marabunta de inspectores. Una voz que Ayato Kirishima reconocería en cualquier lugar y el simple hecho de hacerlo hizo que su rostro palideciera horrorizado debajo de su clásica máscara del conejo negro...

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Imagínate por un momento la cara de idiota que se me quedó cuando oí tu perfecto inglés pidiéndoles a los inspectores que confiaran en nosotros.

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<<No puede ser ella... es imposible... ¡yo vi con mis propios ojos cómo ese jodido avión despegaba del aeropuerto llevándosela de vuelta a Inglaterra!>> se repetía el ukaku una y otra vez mientras poco a poco las palomas se voltearon hacia la europea dejando un pequeño claro a su alrededor para que todos pudieran verla con claridad.

Los orbes azabache del Kirishima se abrieron como platos ante la esbelta y hermosa figura de la mujer que amaba escoltada por los Quinx que estuvieron viviendo con ella casi todo el tiempo que permaneció en Japón, Kuki Urie y Saiko Yonebayashi, los cuales seguramente habrían estado traduciéndole todo lo que se estaba dialogando en aquel hall para que la rubia tuviera el coraje de intervenir en la conversación aunque fuese con su lengua materna.

—Ayato... ¿no nos habías dicho antes que Lyra había regresado a su país? —le musitó a su lado su hermana extrañada. Él apenas logró contestarle con un leve asentimiento de cabeza pues seguía en estado de shock sin apartar la vista de la británica.

—¡Chica, te recuerdo que ahí mismo está Black Rabbit!¡El ghoul que intentó matarte hace meses y por el cual no podías salir de casa sin escolta! —le recriminó el inspector Ui hablándole también en inglés—. ¡¿Realmente estás diciéndome que quieres que colaboremos y confiemos en ese ghoul?! —le espetó apuntando con el dedo al susodicho.

Los ojos de la joven se posaron en el señalado y las miradas de ambos conectaron al instante. Los esmeraldas se mostraban fuertes y decididos mientras que en los azabaches se podía percibir la sorpresa y la preocupación a partes iguales.

<<No, Lyra... no lo hagas... no le contestes...>> trató de decirle Ayato a través de aquel intercambio de miradas a la vez que negaba sutilmente con la cabeza. Un gesto que ella divisó en el acto pero, lejos de achantarse u obedecer, le sonrió de forma traviesa y comenzó a caminar con una tranquilidad pasmosa en su dirección encendiendo todas las alarmas en el antiguo líder del Aogiri no Ki.

—Lyra, ¡¿pero qué haces?! —le reprochó Urie haciéndole la misma pregunta que rondaba por la mente del ghoul—. ¡Es demasiado peligroso para ti! —le advirtió viendo cómo ella continuaba su camino sin inmutarse.

—No, Urie... él no es peligroso para mí —dijo cuando se plantó frente al Kirishima ante las expresiones desconcertadas de todos los presentes—. De hecho, es todo lo contrario.

—Lyra, por favor... detente —le suplicó entre dientes el ukaku intuyendo con terror lo que estaba dispuesta a hacer—. Lo arruinarás todo.

—Es por un bien mayor, conejito —le musitó a la vez que se colocaba a su lado tomándolo de la mano y entrelazando los dedos de ambos con firmeza delante de todo el mundo—. Urie... Saiko... os presento a mi misterioso amigo del conservatorio y ahora novio, Black Rabbit.

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Sí, debo reconocer que fue un puto momentazo.

Una humana admitía abiertamente su relación con un ghoul sin importarle una mierda los prejuicios que eso levantaría en su contra y ese maldito afortunado era yo. Me sentía pletórico y sobretodo muy emocionado. No había en el mundo mayor muestra de amor que podías haberme hecho que esa. Sin embargo, tampoco pude disfrutarlo mucho porque tu acto de valentía... rebeldía... locura... o estupidez (aún no sé cómo calificarlo) dinamitó por completo tu coartada convirtiéndote automáticamente en mi cómplice a ojos de cualquier paloma.

Todo lo que había hecho para protegerte, se había ido al carajo en menos de un minuto y lo peor es que no tenía ni idea de cómo había sucedido.

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—¡¿Cómo?! —exclamó la pequeña Quinx boquiabierta—. ¿Él es Ayato?

—Lyra, ¿en serio me estás diciendo que durante todo este tiempo nos mentiste descaradamente y en realidad fuiste su aliada? —le inquirió el joven inspector sin poder creerlo—. Después de todo lo que hicimos por ti nos traicionaste... ¡especialmente a Shirazu! —la acusó dolido.

—¡Ella jamás os traicionó porque siempre le oculté quién era! —bramó el Kirishima desprendiéndose enfadado de su máscara y muy dispuesto a defenderla.

—¿Entonces cómo sabe de repente que eres un ghoul? —le preguntó Ui en tono irónico.

—Me lo dijo Kaneki poco antes de abandonar la CCG y después Urie me lo confirmó al mostrarme una foto de él con la cara descubierta durante su ataque a Cochlea —confesó la chica ocasionando un murmullo entre el gentío de humanos que cada vez iba a más.

—¿Te das cuenta de lo que implica esa declaración, niña? —le cuestionó Marude alzando la voz por encima del tumulto—. Bien podríamos arrestarte ahora mismo por encubrir deliberadamente a un ghoul y traicionar a la raza humana.

Ayato iba a contestarle, pero la mano de Lyra se puso sobre su pecho pidiéndole calma y que se lo dejara a ella:

—Creía que la CCG tenía problemas más importantes que el hecho de que yo haya estado de novia con un ghoul. Furuta es el verdadero traidor y millones de personas están viviendo un infierno ahí fuera si la CCG no hace pronto algo para remediarlo —le respondió con severidad dejando al superior cortado y al resto de presentes con la cara a cuadros.

—¿Y qué hay con el secuestro? —quiso saber el líder de los Quinx—. ¿En verdad te raptó o te fuiste por voluntad propia?

—Fue por voluntad propia.

—¿Entonces qué sentido tenía hacernos creer lo contrario?

—Fue para protegerme precisamente de Furuta. Era cuestión de tiempo que mis otros amigos del conservatorio reconocieran a Ayato por los noticiarios gracias a la fotografía de Cochlea y me acusaran de traición justo como han insinuado ahora. En ese momento no tenía otra opción y él prometió cuidar de mí, cosa que cumplió con creces —le explicó contemplando al ghoul con una radiante sonrisa—. Por eso sé que podéis confiar en él. Si está aquí dispuesto a colaborar con los humanos para resolver esta crisis, lo hará... siempre cumple con su palabra —habló muy segura de sus palabras mientras el azabache le devolvía la mirada conmovido.

—Si eso es así, no entiendo por qué hoy has regresado a la sede con nosotros después de estar un mes desaparecida.

—Resulta que es demasiado sobre protector y necesitaba un respiro —mencionó burlona—. Aunque no me esperaba que apareciera de repente por aquí.

—Quizás sea sobre protector contigo, pero no lo es con el resto de los humanos a los que ha matado a sangre fría... ni a los que matará en un futuro para alimentarse. ¿Acaso has pensado en eso, niña? —le reprochó Marude haciendo que el ukaku bajara la mirada incómodo pues el comandante había dado de lleno en un punto clave. Una gran verdad que suponía un handicap del cual nunca podría desprenderse.

—Hace cien años existían las nodrizas. Estas mujeres eran esenciales para amamantar a aquellos bebés cuyas madres eran incapaces de hacerlo por sí mismas. Hoy en día, gracias a la ciencia y a la tecnología, dejaron de útiles hace mucho tiempo. Cualquier madre puede alimentar a su hijo según sus necesidades con las miles de leches artificiales que se venden en el mercado. ¿No podríamos hacer lo mismo con los ghouls? En vez de perder el tiempo asesinándonos los unos a los otros, los humanos deberíamos de crearles una comida que los satisfaga sin que tengan la necesidad de matar para ello y así ambas razas podrían convivir en paz.

—¡Eso es imposible! —bramó el hombre negando con la cabeza.

—¡¿Seguro?! —le increpó escéptica—. Abolid la ley antighoul y reunid a todas las empresas farmacéuticas ofreciéndoles un contrato multimillonario a la primera que sintetice una carne sintética apta para el consumo ghoul. Estoy convencida que menos de un año alguna de ellas lo consigue... incluso me atrevería a decir que quizás ya la hayan fabricado en secreto y estén esperando el momento idóneo para anunciarla al mundo. Las farmacéuticas siempre van rozando los límites de la legalidad buscando nuevas vías que puedan reportarles grandes beneficios en el futuro —fue la contundente respuesta de la joven que volvió a dejar sin palabras al comandante—. Como verá... llevo un mes pensando mucho en cómo ayudar a mi novio y a los suyos con ese problema.

Los pocos ghouls que estaban entendiendo lo que decía la inglesa la observaron con admiración y respeto, especialmente Ayato a quien se le infló el pecho de orgullo al tener una compañera de vida tan maravillosa como ella.

<<Desearía tanto besarte ahora...>> anheló fervientemente el joven. Por desgracia, sabía que no era el momento más adecuado.

—Yo... ¡estoy de acuerdo con Lyra y el señor Amon! —exclamó Saiko alzando su mano algo temblorosa—. ¡Y estoy dispuesta a luchar junto a los ghouls!

—¡Nosotros también! —se unieron a ella los Quinx más recientes que se habían unido al grupo. Urie observó a su escuadrón y finalmente asintió mostrando su apoyo. Eso generó una corriente de indignación que se expandió como la pólvora por el resto de inspectores.

—¡¿Es una broma?!¡Nada justifica que los ayudemos!¡Señor Marude no les haga caso!¡Son el enemigos!¿Dónde quedaría el orgullo de la CCG? —chillaban varias voces disonantes por doquier.

—¡¿Orgullo?! —les criticó Touka liberándose de su máscara, gesto que fue imitado inmediatamente por el resto de su raza dejando a los humanos perplejos—. ¡A la mierda con él! —les espetó indignada—. ¡Nosotros haremos lo que haga falta!

<<Parece que lo tienen claro...>> pensó el comandante analizando la situación.

—¿No dijo una vez que sería capaz de utilizar a su propia madre si con eso lograba su objetivo? —le insinuó Urie a su lado.

—Sí... eso dije —reconoció sin ningún tipo de escrúpulo.

—Yo voto por que pongamos punto final a esto sin la ayuda de nadie... —opinó Suzuya apareciendo de la nada detrás de él—. Es lo que habría hecho el señor Shinobara.

—¿Shinobara, eh? —musitó el mayor con una mueca sarcástica—. Siempre te apoyas en él, ¿cuándo vas a empezar a decir por ti mismo? Ya eres mayorcito, ¿no crees? —le preguntó con reprobación sorprendiendo al aludido—. Aunque seguramente si votas a favor toda la CCG te siga.

El chico pareció sopesarlo durante un par de minutos mientras observaba meditabundo tanto a los miembros de su escuadrón como al resto de personas que habían intervenido en la discusión.

—En ese caso, lucharemos todos juntos. Es lo más sencillo —dictaminó sonriendo con su habitual expresión feliz y despreocupada para el alivio tanto de los ghouls como de sus aliados.

—Muy bien, pues allá vamos. ¡La CCG acepta vuestra ayuda! —proclamó Marude en modo solemne y, acatando la decisión de sus superiores, los humanos aceptaron colaborar con los que hasta entonces habían sido sus más acérrimos enemigos poniéndose enseguida manos a la obra pues encontrar a Ken Kaneki en el interior de aquella monstruosidad que asolaba la ciudad se había convertido en el objetivo número uno para la supervivencia de ambas razas.

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