20. ~Lyra~
Cuando mataste a ese ghoul y te giraste lentamente en mi dirección... fue el momento más terrorífico de mi vida. Realmente pensaba que iba a morir y la "sutil" forma en la que te presentaste no ayudó en nada a que tuviera una mejor opinión de ti.
=====================================================
Al final su supuesto salvador había resultado ser otro ghoul que había matado a sangre fría a su anterior agresor delante de sus narices.
La televisión siempre advertía que ningún humano (excepto los inspectores más experimentados de la CCG) podía enfrentarse a un ghoul saliendo victorioso de la contienda y Lyra sabía que había sido una estúpida por no haber aprovechado la discusión que habían mantenido ambas criaturas para salir huyendo. Pero es que en esos momentos le resultaba imposible. Aunque su mente le gritara desesperada que corriera, sus piernas permanecían paralizadas incapaces de reaccionar ante dicha orden obligándola a mantenerse arrinconada contra aquel muro.
<<¿Por qué tengo tan mala suerte?>> pensó temblando de pies a cabeza mientras el joven ghoul se volteó poco a poco en su dirección centrando su mirada en ella.
Alto, de cabellos oscuros que contrastaban con su pálida piel y un piercing en su oreja izquierda. Además iba con una especie de traje de lucha completamente negro que se adhería perfectamente a su cuerpo dejando entrever una buena constitución dado que su musculatura, fuerte y fibrosa, demostraba que era un individuo muy atlético.
A pesar de que su rostro estaba oculto por la máscara de conejo pudo visualizar sin problemas los kakugan a través de ella y junto con su kagune, en forma de alas saliendo de sus hombros dándole la apariencia de un ángel oscuro, le habría parecido una imagen fascinante y sobrecogedora si no fuera porque era consciente que aquello solamente podía significar que su muerte estaba próxima.
—Lenikaeru, Lyra (Vete a casa, Lyra) —dijo él de forma autoritaria, pero ella seguía apoyada contra el muro mirándolo cómo en estado de shock—. ¡Fakku ni shitagau! (¡Obedece joder!) —exclamó enojado lanzándole una ráfaga de pequeños cristales que se incrustaron justo al lado de la muchacha haciendo que ésta al fin reaccionara y saliera corriendo del callejón emitiendo un agónico grito de puro terror.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro