Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

︵‿23‿︵

︵‿23‿︵

Se mueve un poco, arropándose mejor con el cobertor.

Yoongi escucha al humano roncar demostrando un sueño profundo, las ojeras que observó en su rostro han desaparecido y ahora sólo un fino hilo de baba cae por su boca. El demonio lleva las manos a uno de sus cuernos, aseándose cuidadosamente después de un largo baño.

Está en su departamento y llevó consigo a Jimin, obviamente no lo dejaría en el burdel. Antes de saber que su humano estaba ahí, vislumbró auras negruzcas rodeando su habitación como si estuvieran esperando a Jimin para pegarse como garrapatas a él.

Lo durmió con su esencia y salió con él hacia su departamento, asegurándose de joder a Hoseok con la organización y seguridad de Incubus, siendo inaceptable que alguien lograra escabullirse con tanta facilidad.

—Señor, Min, la comida que ordenó acaba de llegar —se acerca Haenul, la mujer ya entrada en años que limpia su departamento con dedicación todos los viernes.

—Déjala en el horno, comeré cuando despierte Jimin. Puedes irte temprano hoy.

Haenul hace una pequeña reverencia y se retira, su trato es meramente profesional, esa mujer conoce su naturaleza demoniaca y nunca ha preguntado nada.

Afortunadamente ella no lo tomó extraño, incluso un día le comentó feliz que tiene un hijo que era exhumador en Daegu y su contacto con el plano infernal es muy recurrente.

La mañana de ese viernes pasa tranquila, Jimin sigue dormido cómodamente en el sillón, no quiso dejarlo dormitar en la habitación porque no quiere que cuando despierte se encuentre solo y se asuste.

Yoongi piensa estratégicamente sus movimientos. Jimin le buscó con ímpetu desafiando todas las leyes establecidas.

Su tarea con él está terminada, pero...

—¿Yoongi? —dice apenas despertar, sus ojos están hinchados y tiene marcada la almohada en su mejilla derecha.

—Aquí estoy —contesta.

Jimin espabila rápido se sienta rápidamente, logrando marearse.

—Hay comida caliente en el horno, deberías almorzar algo —sugiere y Jimin asiente, sintiéndose cohibido por estar en el departamento de Yoongi sin haber hablado sobre el gran elefante rosa en la habitación.

—Iré al baño.

Dice yéndose prácticamente corriendo. Yoongi va a la cocina y sirve el bibimbap que ordenó para ambos. Llena un vaso de agua para Jimin y lo deja en el comedor enorme que nunca ha usado.

—No quiero ser una molestia —habla con inseguridad palpable. Regresa, se le nota más despierto y con un eterno sonrojo en los pómulos.

—Nunca eres una molestia —refuta.

—¿Estás enojado conmigo?

—No.

Pero Jimin le siente más callado que de costumbre.

Agh, ¿y si siempre tiene raritos acosándolo y yo soy uno más de ellos?

—Siéntate a comer, tienes las mejillas hundidas —reprende y Jimin toma asiento y come en un silencio sepulcral, huye de los ojos negros. Aún recuerda que esa mujer le dijo que el demonio tenía todo el día molesto.

Yoongi le sirve más sin pedirle y recuerda lo mal que ha estado alimentándose desde que el demonio se fue y se llevó su poca sanidad mental.

Sólo se escucha el sonido de los palillos en el plato.

—¿Tú no comerás?

—No.

—Oh...

Una de las piernas de Jimin se mueve inquieta sobre el piso, incluso siente que la comida está cayéndole pesado. Siente que está en un lugar donde claramente no es deseado.

—Mmm... gracias por la comida —dice después de dar algunos bocados grandes—, creo que llamaré a un taxi —avisa con una sonrisa inexpresiva. Yoongi observa su aura con destellos azul añil por la tristeza.

—No pensé que me vinieras a buscar —reinicia la conversación.

—Imagino que todos tus humanos te buscan después —intenta quitarle incomodidad al tema.

—No, eres un humano muy insistente —sonríe y sus colmillos se alcanzan a ver.

Perspicaz, piensa Yoongi y sonríe para sus adentros.

—Perdón —dice honesto, su intención jamás fue incomodarlo sólo quería... ¿qué es lo que quería exactamente? Quizá quería su final de novela romántica...

—Jimin, sé por qué estás aquí y discúlpame —habla calmo, intenta explicarse y ser cuidadoso con sus palabras para no herir mucho a su humano—. No puedo corresponder tus sentimientos.

Jimin le ve con sus grandes ojos brillosos, junta sus manos bajo la mesa, va explotar de la vergüenza y el desasosiego.

—Ya veo...

—Creo que nuestras naturalezas son incompatibles.

—Sí... —contesta arrepentido y en tono bajo, no puede sostenerle la mirada a Yoongi.

—Y no podré amarte nunca, Jimin.

Jimin asiente y desearía que se abriera un socavón en su lugar para caer por los veinte pisos hasta la planta baja.

—Perdón por decírtelo así, pero no encuentro otra manera menos dolorosa —habla calmo.

Y contrario a lo que Yoongi pensó, esa aura rosada en Jimin se expandió más, opacando los demás colores y luciendo revoltosa e imponente.

Él aún sigue enamorado de mí, piensa sin muchos ánimos, su intención jamás fue lastimar a su humano.

—Sí, está bien.

Pero su rostro no va acorde a sus palabras, sus ojos arden y contra su voluntad, suelta un sollozo y comienza soltar gruesas lágrimas.

—Yo... estoy enamorado de ti —dice intentando guardar sus lágrimas y haciendo su garganta punzar—, lo siento —se cubre el rostro con las manos.

Yoongi observa la esencia rosa rodearlo y extenderse por todo el comedor. El color resplandeciente brilla y continúa saliendo del corazón del chico con el que tanto convivió.

—¿Soy feo... o... insoportable? —pregunta Jimin y Yoongi ahoga una risa haciendo que más lágrimas salgan, sintiéndose idiota por provocar más llanto.

—No me río de ti, perdón, no eres nada de eso —habla rápido, pasa una servilleta y Jimin se limpia las mejillas.

—Simplemente... ¿no soy tu tipo? —frunce los labios en una mueca afligida.

Parece un pollito con ansiedad.

—¿Por qué quieres saberlo, Jimin? —suspira, resignado por la curiosidad.

—¿Es eso?

—No, de hecho... creo que eres muy de mi tipo.

Yoongi nunca ha tenido una predilección específica por sexos, fisionomías o fetiches, pero tiene que admitir que desde que dejó a Jimin, tiene una gran preferencia por los hombres trigueños de labios gruesos.

—Entonces...

—Soy un demonio, Jimin —explica lo obvio—, tengo más de quinientos años, me alimento de la energía sexual que me brindan mis amantes y no puedo tener sentimientos nobles como tú. Creo que somos lo suficiente discordantes, ¿no lo crees? —sonríe, notando como es envuelto por el aura de su compañero, es como si Jimin lo estuviera abrazando.

Jimin guarda silencio y sorbe mocos.

—No vengo a obligarte a que me ames —dice con el labio tembloroso.

—Mereces alguien que sí pueda amarte, Jimin —dice e intenta no lucir atemorizante aunque sabe que no eso no es posible—. Yo no soy el indicado.

—Podemos seguir como antes...

—Ya no es como antes, Jimin. Mi libido no está acoplado al tuyo, no puedo seguir tu ritmo porque no estaría satisfecho jamás.

Oh...

—¿A qué te refieres? —su voz sigue saliendo aguada y Yoongi encuentra muy tierno eso.

—Me alimento de la energía sexual de las personas —repite, esta vez más lento— y necesito mucho sexo para saciarme. No puedo seguir tu ritmo humano, antes sí podía porque estaba asignado a ti y me acoplaba a tu excitación y lujuria —explica mientras observa el rostro pensativo de su humano.

—Lo intentaré —responde más rápido de lo que planeaba.

—¿Qué?

—Podemos tener sexo las veces que tú quieras, me gusta mucho hacerlo contigo —dice eso último un poco apenado—. Podemos sólo acostarnos —sugiere con voz insegura—, no es necesario que me ames.

Oh, mierda, que mi psiquiatra no me escuche, piensa Jimin desconociendo sus propias peticiones, tener una relación donde el único incentivo sea follar jamás estuvo dentro de su campo de visión, pero sabe que no puede pedirle una relación formal a Yoongi porque éste no puede amarlo.

—No creo que sea lo más adecuado —contesta con duda, no pensó que alguien como Jimin le hiciera ese tipo de petición. Él luce tan correcto y amoroso, tal leal y honesto...

—Podemos seguir como antes... No te diré que te amo o algo así —ríe mientras toca nerviosamente su cabello—. No te molestaré con mis sentimientos, sólo ignóralos.

Jimin sabe que esa es la receta para que todo se vaya al carajo, pero no quiere perder a Yoongi, no cuando está tan colado por él. No así de repente, no cuando su corazón y mente ya le pertenecen. No cuando ya es adicto a su presencia.

Y Yoongi definitivamente no puede ignorar toda esa aura atornasolada que expele Jimin. Es imposible ignorar que es amado por un humano tan noble.

—Jimin, no creo que...

—No importa que no me ames —interrumpe.

Yo tengo suficiente amor para los dos, piensa y agradece que Yoongi no pueda leer su mente, moriría de vergüenza por lo baja que está su autoestima y su dignidad.

—Piénsalo bien, Jimin, estás adentrándote a algo completamente diferente.

—Lo sé, y si no quiero continuar, te lo diré.

Yoongi suspira, no creyendo todo lo que le están proponiendo.

Jimin le ve, tiene su rostro expresivo como siempre, sus labios están apretados y le hacen ver indefenso. Pareciera que está suplicando por un poco de afecto.

Sé que él quiere ser correspondido... y me preocupa más que esté deprimido encerrado en su habitación. Sé que no soy lo mejor para él, y también sé que él es por mucho lo mejor para mí.

Soy egoísta, ególatra y cruel, sé que tengo mis límites, y Jimin siempre se pasea por ellos.

No lo merezco, pero quiero tenerlo.

—Vivirás aquí —dice, aceptando la petición, sería un idiota si no accede a estar más tiempo con él, además no quiere dejarlo rondando por ahí con el corazón roto.

—No, tengo mi departamento y quiero tener mi espacio —pide un poco encogido, darle la contraria a un demonio no es algo que hace todos los días.

—Hay habitaciones extra, si quieres tu espacio propio toma la que quieras.

—Está bien...

—Seremos monógamos —señala su segundo punto.

—Bien...

Uf, gracias al cielo, no cree acceder a una relación abierta, piensa Jimin.

—Y necesito que me des todo el sexo que voy a buscar al prostíbulo.

—Sí...

—El cual no es poco —aclara, advirtiendo a Jimin que ya no están regidos por el libido humano, sino por el demoniaco—. Mi libido es... desmesurado —puntualiza para que Jimin comprenda bien en lo que se está metiendo.

Yoongi no está del todo de acuerdo con ignorar el evidente amor que expele por los poros, pero no quiere que Jimin esté como alma en pena encerrado en su departamento pasando por una terrible melancolía y siendo asediado por auras malignas alimentándose de su poca energía.

No puedo corresponderle, pero tengo que regresarle un poco de todo lo que Jimin me dio sin dobles intenciones.

Él me dio su corazón, no puedo despedazarlo.

No es la mejor idea, su plan tiene fugas por todos lados, pero no quiere dejar solo a Jimin, no ahora que está tan susceptible.

Prácticamente lo enamoré y después lo abandoné, piensa e intenta ponerse en su situación aunque le es sumamente difícil, no logra imaginarse qué se sentirá amar y ser amado.

—Traeré mis pertenencias —dice.

—Toda la semana nevará, lo mejor será no salir.

Jimin asiente, recordando un par de prendas que dejó en el departamento de Yoongi por accidente.

—Pediré a domicilio un poco de ropa.

Yoongi asiente y extrañamente está expectante por la actitud su angelito.

Ambos suspiran al mismo tiempo, acción que les saca una sonrisa pequeña.

︵‿⛧‿︵

Hola, corderitos ☺️, aquí otro cap, disfruten lo que viene 😈, besitos, publicaré en un par de días, byeee, espero les esté gustando 💫💞

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro