Parte sin título 8
***…***…
Horas atrás :)
Ruse le miraba con desprecio y asco.
-Te sorprende que se sobre ti..je, tengo demasiados contactos, tanto en el alto como bajo mundo...ahí donde tú te desempeñas
-...
-eres Albafica Derceto, hijo del fallecido doctor Lugonis... una de las mujerzuelas del bastardo de Minos.
-no es cierto yo no...
-dices que no es cierto, hipócrita. Se lo que eres y lo que has hecho...conozco algunos de tus clientes y ellos fueron muy amables al hablar sobre ti.
La rabia y vergüenza se apodero de él.
-te acuestas y complaces a esos sujetos por unas monedas, te has revolcado con la mitad del pueblo
-...
-solo eres una mujerzuela... ¿Qué pretendes ahora eh? ¿Por qué estas con Manigoldo? ¿Qué buscas de él? Más te vale que lo dejes en paz o te juro que lo lamentaras, no permitiré que te aproveches de él, si intentas sacarle dinero como a esos estúpidos olvídalo, no te dejare.
El odio y desprecio con el que le hablaba hacia hervir su sangre, Ruse le escaneaba de arriba abajo.
-no niego que eres atractivo, pero nunca estarás a su altura, tú solo eres un puto y nada más. Solo sirves para un revolcón.
-no pretendo nada
-no me hagas reír, las personas como tú solo buscan el dinero, intentan salir adelante aprovechándose de los demás.
-¡eso no es cierto!
-ah, no! entonces ¿Por qué estas con Manigoldo?
Ruse le miraba altivo, con soberbia.
-quiero que te alejes de él, no tolerare que te aproveches de mi hombre.
Las palabras del cuervo retumbaron en sus oídos, la ira se apodero de su persona...¡Su hombre!...¡jamás!
-escúchame bien...rubia barata, Manigoldo no es tu hombre...¡Es mío! ¿Escuchaste? Él es solo mío!
Los ojos azules se llenaron de rabia.
-yo no estoy con él por dinero, estoy con el porque nos amamos ¿entiendes? El y yo somos amantes.
-no me hagas reír, eso jamás pasara, Manigoldo jamás se fijaría en alguien como tú.
-pues lamento decirte que así es.
El peli celeste sonrió altivo, cruzo sus brazos y miro a su oponente.
-mientes
-eso crees
-...
-entonces porque crees que estoy aquí
-je
La mirada de Ruse se volvió siniestra.
-ya entiendo...típico de Manigoldo.
-¿Qué?
-je, veo que eres un completo estúpido.
-¿de qué hablas?
-dime algo...¿recuerdas cómo te presento?... ¿no?...pues yo sí, dijo que eras su socio, lo olvidas, jamás dijo algo referente a un amante ¿o sí?
-grr...
-Te diré algo de Manigoldo...es muy noble, le gusta ayudar a las personas en desgracia, personas de la calle...como tú. Estoy seguro de que ha sido amable contigo ¿no? te trata bien..pero...¿de verdad te muestra amor?
-¡claro que sí!
-¿enserio? ¿Te besa enfrente de los demás? ¿Te presenta como su pareja ante sus socios? ¿Te dice que te ama cada que hacen el amor?
Se quedó en blanco, mirando con rabia al cuervo.
-lo ves, solo eres un pasatiempo para él, algo sin valor, tú no eres nada para Manigoldo.
Apretó los puños con fuerza, mientras sus ojos se clavaban en la cara del cuervo.
***…***…
Era mentira, Manigoldo si le amaba, se lo demostraba en cada una de sus acciones, al cuidar de él y su primo, cuando hablaban, cuando hacían...cua...Pero nunca lo habían hecho, Manigoldo nunca le había tocado porque...porque...
***…***…
Tiempo actual :)
-ve a tu cuarto Pefko
-pero
-obedece
Sorbiendo el moco acepto, al pasar por el lado de Manigoldo este le desacomodo su cabello y giño su ojo asegurando que todo estaría bien, esto sirvió para tranquilizar al pequeño que devolvió la sonrisa y se fue más tranquilo a su cuarto.
Cuando la puerta se cerró tomo un largo respiro y se acercó a su compañero...pero este se alejó huyendo al final del cuarto.
-Albafica ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué estas así?
-...
-Albafica, responde.
-...
-¡Maldita sea! ¡Dime, qué diablos pasa!
-...
-¡Carajo Albafica, Habla!
Sin medirse tomo su brazo, ejerciendo presión en este. El pescadito hizo una mueca de dolor, lo cual hizo reaccionar y soltarle.
-Alba, lo siento no quise.
-¡No me toques!
El peli celeste retrocedió, evitando el tacto de su compañero, camino hasta la pared justo al lado de la cabecera y se sentó en el filo de la cama. Como fue tan tonto, era más que obvio el por qué Manigoldo no deseaba tocarle. Las lágrimas comenzaron a descender por su rostro nuevamente, ya no aguantaba más, tenía que terminar con esto ahora mismo. Tragándose el llanto logro hablar.
-Vete, no debes estar aquí... ¡quiero que te largues de mi casa!
-¡¿Qué?!
-quiero que te vallas, no quiero volver a verte.
El asombro se apodero del cangrejo...Albafica lo estaba echando.
-No quiero que estés aquí, ni que regreses, no quiero que me hables o me busques...Vete.
-¿estas...bromeando?
-No...solo vete.
Esto era una estupidez, no podía enfadarse y terminar todo solo por una absurda pelea, por una tonta escena de...celos.
-Albafica, perdón, no quise gritarte, lo siento...pero entiende que lo que hiciste estuvo mal, Ruse y yo solo...
-no estoy enojado, enserio
Una sonrisa triste se plasmó en la cara del menor, comenzó a morder sus labios mientras jugaba con sus dedos, intentando calmarse.
-Manigoldo...ya entendí, está bien. Es normal lo que sientes y...creo que yo sentiría lo mismo
-Enserio...pues entonces explícame, porque yo no estoy entendiendo nada... ¿Por qué quieres que me valla?
-porque, no está bien que te quedes en un lugar donde no deseas estar
Los ojos del italiano se abrieron sorprendidos... ¿de qué diablos hablaba?
-lo entiendo...la razón por la que no deseas estar conmigo, porque no quieres tocarme...je...yo también sentiría asco de mi persona, después de todo...bueno...soy lo que soy...
Y ahora si estaba más confundido ¿pues qué diablos pasaba por la cabeza de su pececillo? ¿Qué no quería tocarlo? ¡Pero si se moría de ganas de hacerlo! Lo deseaba desde la primera vez que le vio, ¡Por Dios! incluso fantaseaba con él, es solo que... ¡ah!...el cerebro del cangrejo por fin logro hacer click, entendiendo todas las dudas y miedos de su pareja...en ocasiones se pasaba de animal.
-estoy seguro de que tú y Ruse harán una buena pareja...es un chico lindo y educado...de tu clase.
Y ahí estaba otra vez, la baja auto estima y miedos de Albafica...pero esta vez la cortaría de tajo.
A paso firme se acercó hasta él, tomo su mano y de un fuerte tirón lo obligo a pararse, para después abrazarlo de forma posesiva. Albafica intentaba zafarse, alejarlo, pero le era imposible, Manigoldo lo apretaba con fuerza, sin darle tregua. Esto era tan cruel, porque le daba falsas ilusiones, porque lo llevaba hasta la nube más alta para después dejarle caer... ¿acaso lo odiaba?
Pasaron un par de minutos entre forcejeos, el mayor recibió un par de patas y rasguños pero no cedió, no decía nada, solo se dedicó a abrazar a su compañero, intentando transmitir sus sentimientos.
-suéltame
-...
-suéltame Manigoldo...Por favor...
-no hasta que te calmes
-¡Suéltame y vete!
-¡ya Cálmate!... ¡y deja de patearme!... ¡Carajo Albafica solo escucha!
-¡No!
-¡obedece!
Muy a su pesar, y en vista de que el otro no se calmaba, no le quedó más remedio que poner un alto, giro al pescadito y lo recostó en sus rodillas, cual niño, para después...meterle un par de nalgadas, que lo sorprendieron y lo obligaron a terminar con su escena. Pasaron unos minutos en silencio y el chico detuvo sus protestas, había dejado de sollozar, por lo que el italiano se animó a hablar, giro al pescado nuevamente y lo sentó en sus piernas.
-Albafica mírame...¡Mírame!
Levanto la vista, sus ojos se abrieron sorprendidos al ver la mirada triste de su compañero.
-¿Por qué lo haces eh? ¿Por qué te gusta dudar de mí?
-¿eh?
-Ya lo habíamos hablado, ya te había dicho que te amo... entonces ¿porque dudas?
Era tonto, pero se sintió muy mal al ver la tristeza en los ojos de su amante, no es que dudara, es solo que...era la realidad lo que le destrozaba.
-¿Cómo puedes amarme? ¿Cómo podrías hacerlo cuando somos tan diferentes?
-¿de verdad crees eso?
-¡es la verdad Manigoldo!...Tan solo mírame. Tú eres un conde, una persona de noble cuna, fuiste educado en las mejores escuelas, te relacionas con gente importante, todos te espetan y...yo...yo solo me dedico a vender mi cuerpo para sobrevivir ¿Cómo podrías amarme?
Los ojos del italiano le miraron enojado, aguantando las ganas de pegarle otra vez. Tomo un gran respiro antes de atreverse a hablar.
-¡Eres un imbécil! ¡Deja de decir tanta estupidez me entendiste! Odio cuando te pones en el plan de auto compadecerte. (Le falto respirar más XD)
El pescadito se asustó un poco al escucha el enojo en su compañero, estuvo tentado a levantarse y salir de ahí, pero Manigoldo no le dejo, lo abrazo con fuerza dejándole claro que no iba a soltarle.
-Escucha bien y esta vez grábatelo en la cabeza hueca que tienes, a mí me importa una mierda lo que has sido, entiendes, no me interesa si tu educación no es la mejor, si eres rico, pobre o lo que sea, no me importa si has tenido que prostituirte para sobrevivir. Eso me tiene sin cuidado...lo único que me importa es lo que eres ahora.
Con un poco de trabajo logro sentar al joven en sus piernas, quedando frente a frente. Albafica sintió un fuerte hormigueo cuando las manos del otro acunaron su rostro, temeroso se aferró a la camisa de su compañero, para no caer.
-quieres saber por qué estoy enamorado de ti...te lo diré. Porque eres alguien leal, fuerte, que sin importar las circunstancias sabe salir adelante, eres una persona amable, cariñosa, tan responsable y valiente que fuiste capaz de adentrarte en el infierno solo para proteger a tu familia. No muchos harían eso, he conocido a varios bastardos que habrían abandonado al pobre de Pefko a su suerte, sin importar su alta cuna. Albafica tú vales más que cualquier duque, conde, príncipe, rey o estúpido noble de los que he conocido...así que ya deja de menospreciarte, porque eso me irrita.
El mayor termino por jalar sus mejillas de manera juguetona, intentando restar importancia al asunto. Alba protestaba intentando zafarse, mientras un par de lagrimitas recorrían sus ojos. Esto provocó ternura en el cangrejo, que no tardo en retirarlas con su boca, limpio primero la mejilla derecha y después la izquierda, de ahí bajo lentamente a los labios, dándoles un tierno y casto beso, provocando una sonrisa en su amante que se lanzó a su cuello, abrazandole.
-¿de verdad piensas eso de mí?
-por supuesto, no tengo porque mentirte... Alba-chan, para mi tú eres la persona más valiosa del mundo, jamás lo dudes... y nunca dudes del amor que te tengo. Yo te amo Albafica, solamente y exclusivamente a ti ¿entendido?
El carmín se apodero de su cara, mientras nuevas lagrimas se formaban en sus ojos, acepto la confesión antes de arrojase nuevamente a los brazos de su amado.
Manigoldo no mentía, lo sabía, jamás jugaría con sus sentimientos, tenía que creerle, sin importa sus temores y dudas, sin importar las insinuaciones de los demás, él lo amaba, por lo que era y sin importar lo que fue..pero aun así, aún tenía una duda.
-Manigoldo...yo...¿no te doy asco?
-¡Qué! ¿Cómo puedes pensar semejante estupidez? ¡Jamás! eres el ser más hermoso que he conocido. Carajo Alba-chan, tú eres la belleza andante, ni una Diosa te llegaría a los talones.
-¿De verdad lo crees?
-Bromeas ¿cierto?
-Entonces, si eso es verdad, si en realidad no te doy asco y me amas...po...¿por que nunca me has tocado? ¿Por qué nunca haz follado conmigo?... ¿no lo quieres?
Era increíble cómo es que Alba podía decir esa palabra tan vulgar cargada de tantos sentimientos, tristeza, deseo, temor, inocensia.
El mayor solo se quedó en blanco, los colores no tardaron en subir a su rostro. Albafica le veía impaciente y temeroso, quería saber lo que ocurría y de ser posible arreglarlo, deseaba tener una relación completa con el italiano, pertenecerle tanto en cuerpo como alma.
-dime que es Manigoldo ¿Por qué no quieres tocarme? ¿Hay algo que no te guste de mí?
-...
-si son las cicatrices que me provoqué la vez anterior, no tienes de que preocuparte, ya sanaron y mi piel esta nuevamente intacta...mira.
El chico levantó su manga dejando al descubierto su blanca piel, mostrándola a su compañero.
-vez...ya está sana, también la de mis piernas.
-alba...para.
-yo...no tengo un cuerpo muy atlético pero... ¡si quieres me pondré a hacer más ejercicio!
El menor no dejaba de lanzar sugerencias, prometiendo cambiar solo para complacer a su amante.
-¡carajo Alba-chan para! no tienes que hacer nada, a mí me gustas tal como estas, deja de decir tonterías.
-entonces, no entiendo, si de verdad te gusto, si me amas ¿porque no quieres tocarme?
Se formó un silencio incomodo, Manigoldo solo desviaba el rostro mientras los colores se subían a sus mejillas, el chico estaba muy nervioso, eso no pasó desapercibido para Albafica, el joven le miraba curioso, esperando una explicación. De improvisto una idea se armó en su mente...no era posible...¿o sí?
-Ma...Manigoldo tú...¡Eres virgen!
-¡¿Qué?!
La cara del mayor era épica, por su parte Alba se encontraba sorprendido, jamás imagino eso de su amante, en especial por la manera en que le habría tocado hace un par de Días, pero no había otra explicación, por eso no se animaba a tocarle, posiblemente temía decepcionarlo o algo así, con eso de que él ya había tenido tantos encuentros, se sentía inseguro, tal vez no estaba tan bien dotado y...
-¡Mi amor!
Jamás imagino que ese fuese el motivo, pero no le molestaba, todo lo contrario.
- Mi cielo, no te preocupes, está bien...yo te enseñare que hacer.
Albafica le animaba, llenando su cara de besos, intentando transmitirle seguridad y confianza, asegurándole que no se enojaría si hacia algo indebido o no resistía tanto, por su parte Manigoldo...el sentía que le iba a explotar la vena en la frente ¿Cómo se le ocurría semejante estupidez?
-iniciaremos despacio, sin prisa, si te incomoda algo solo dime y...
-¡Basta! Deja de decir estupideces, en primera ¡No soy virgen!... Albafica te puedo asegurar que he tenido más encuentros sexuales que tú, así que deja de decir eso...¡y estoy muy bien dotado y tengo perfecta resistencia! gracias.
Esto era el colmo, como se atreve a dudar de su virilidad. Se levantó enojado, ofendido, tirando en el proceso al pobre chico que seguía sentado en sus piernas, molesto cruzo los brazos mirando para otro lado. El pescado también se paró enojado, entonces, si ese no era el problema, entonces cual era.
-Ah, escucha bien, te diré por qué aun no me acuesto contigo, OK.
Sabía que tenía que arreglar este asunto, de lo contrario los mal entendidos seguirían..pero le daba algo de vergüenza.
-solo promete que no te vas a reír.
Albafica le miro unos segundos y acepto, lo que él quería era sabe que sucedía para arreglarlo.
-yo...mm..¿recuerdas aquella noche, en el hotel, cuando nos quedamos charlando hasta la madrugada?
El chico parpadeo sin comprender, lo habían hecho tantas veces que no sabía a qué noche se refería. Manigoldo se percató de esto y decidió ser más específico.
-aquella vez, cuando te pregunte como había sido tu primera vez en...este mundo.
Su cerebro hizo click y la nostalgia le invadió, claro que lo recodaba, fue un par de semanas después de conocerse, cuando comenzó a tomarle confianza, tanta como para platicar uno de sus peores traumas. Recordaba que esa noche término llorando, aferrándose a él como niño pequeño, maldiciendo su suerte, odiándose por haber tenido que caer tan bajo para sobrevivir.
Manigoldo se sintió mal al ver como su pescadito comenzaba a llorar de nuevo, por lo que no tardo en correr a abrázalo y seguir hablando.
-recuerdas también que te pregunte ¿Cómo te habría gustado tu primera vez?
El chico afirmó, riéndose al recordar su respuesta, era tan cursi.
-dime Albafica que fue lo que me dijiste
-te...te dije que, habría deseado que mi primera vez fuese...después de mi boda.
Cursi, absurdo, e incluso afeminado si así lo desean. Pero era lo que el chico deseaba, algo romántico, especial. Alba tenía la idea de entregase solo a aquella persona con la que pasaría el resto de su vida, con la que compartiría los buenos y malos momentos, la persona a la que juraría amar ante Dios y los mortales...solo a ella. Por desgracia el destino le tuvo preparada una mala jugada...o eso creía.
Manigoldo le miraba amoroso, le regalo un beso en los labios antes de hablar.
-pues...eso es lo que quiero darte.
-¿eh?
- quiero que nuestra primera noche sea especial, como tú lo querías... Albafica yo no quiero coger contigo...yo quiero hacerte el amor...ser el primero y único en tu vida...el primer hombre al que te entregas por voluntad, Albafica yo...quiero casarme contigo Alba-chan ¿me aceptas?
Se había quedado en blanco, procesando todo lo que su amante le decía no lo podía creer.
-Manigoldo tu...¿té quieres casarte conmigo?
-je, te lo acabo de pedir bobo, no era la manera en que lo deseaba pero si ¡Albafica Derceto te quieres casar conmigo!
Como buen, y romántico, italiano el cangrejo se arrodillo frente a su compañero, tomando su mano entre las suyas, esperando ansioso la respuesta.
No tardo ni diez segundos en recibirla...acompañada de un golpe seco...Albafica se había desmayado.
-Alba-chan...eso...es...un sí?- pregunto al aire, con los ojos tan grandes como platos.
*****…..*****…..*****…..*****…..*****…..
Y ahora si se acabó, espero que les gustase.
De vedad lamento mucho la demora, intentare ya no retrasarme tanto, les mando saludos, cuídense mucho y nos leemos después :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro