Parte 1 Sin Título
Hola ^.^.
Este fic ya lo había publicado en Fanfiction por lo que decidí traerlo por estos rumbos a ver cómo le va.
Advertencia. Este es un Fic YAOI, con lenguaje ligeramente fuerte y algo de sexo.
Los personajes son propiedad de Masami Kurumada y Shiori Teshirogi.
La pareja será Albafica y Manigoldo.
Espero les guste.
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1
Los gemidos brotaron de su boca, sonidos agudos pero sin un deje de sentimiento, apretó con fuerza las sabanas mientras sus piernas eran elevadas a esos grotescos hombros, sus ojos se encontraban cerrados, sus oídos se llenaban con esos jadeos animales, el aroma de sudor y licor inundaba su nariz, la espesa barba raspa su pecho provocándole nauseas.
Pero, pese al desagrado, continuo con su papel, de su garganta brotaban falsas suplicas de "mas", sus uñas se encargaban de marcar esa espalda, cargada de sudor y vello, hasta que el climax les alcanzo
-¡ah! ¡Qué joda, eres increíble principito!
Su retaguardia recibió un par de nalgadas y se obligó a sonreír y guiñar un ojo para despedir a su cliente. En cuanto el hombre se marchó se precipito al baño, quería quitarse ese desagradable aroma y los restos de fluido de su cuerpo.
El agua caliente reconforte su adolorido cuerpo, era la cuarta joda de esa noche...y gracias a dios la última, ahora podía ir a casa y descansar, con un poco de suerte dormiría hasta tarde, se vistió en segundos y se encamino a la salida de la habitación, ignorando la deshecha cama y a la mucama que ingresaba para ordenar el lugar.
Avanzo por el pasillo, gemidos intensos se escuchaban tras las puertas, gritos de placer y maldiciones tanto de hombres como mujeres; apresuro el paso y bajo al salón, el aroma de alcohol, sudor y sexo le empezaba a irritar. Al ingresar las miradas se clavaron en su persona, algo natural después de todo era la gema del lugar. Pese a la incomodidad avanzo despacio, permitiendo que los clientes se deleitaran con su belleza, casi divina.
-pero que hermosura tenemos aquí.
Tres hombres se le acercaron, dejando tiradas a las "damitas" que los acompañaban, las damitas gruñeron molestas y se retiraron siempre pasaba cuando él entraba.
-hola niño bonito, dime, te quieres divertir un rato.
El mayor lo tomo de la cintura y le pego a su cuerpo, restregándose sin descaro alguno, pero en un burdel eso es lo más natural.
-pero que bonito estas, tomando su cara, -y con esa carita de Ángel ¿Cuánto cobras por una montada?
Los hombres comenzaron a reírse, manoseando al menor. El peli celeste se obligó a sonreír, estaba por responder cuando una voz grave se adelantó.
-dudo que tengan el dinero suficiente, caballeros, serían tan amables de soltar a mi rosa, no me gusta que maltraten la mercancía de calidad.
Tras una cortina, de terciopelo purpura, apareció un hombre bien parecido, alto, de cabello plateado, ojos de un gris muy frio y una sonrisa tétrica.
Minos sujeto a Albafica de la cintura y lo pego a su lado. El dueño del burdel comenzó a delinear las facciones del menor, mirando con burla a los hombres.
-como pueden ver, mi pequeño Albafica es exageradamente hermoso, su piel es tan suave, como la de un bebe, sus rasgos son los más finos y delicados, su culo es el más firme y estrecho, mejor que el de cualquier puta aquí presente. Estos rosados labios son expertos en felaciones y los gemidos que desprende... ¡Dios, son un coro de ángeles! Mi rosa es la mejor puta en toda Holanda, la gema de la corona...y ustedes (escaneándoles), dudo que tengan para una simple mamada, pero no se preocupen, estoy seguro que encontraran algo acorde a su presupuesto.
La sonrisa burlona adorno sus labios, sujeto a su estrella y se encamino a la oficina.
-pero adelante, busquen, tenemos carne de cuarta y quinta categoría, estoy seguro que encontraran algo para ustedes.
El peli plata desapareció, dejando tras de sí a unos furiosos marineros.
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-¿Cómo te fue con el banquero, le trataste bien? recuerda que es un buen socio.
Albafica tomo asiento y miro con indiferencia a su jefe.
-sí, no tendrás ninguna queja.
-¡Excelente!
Minos se levantó de su asiento, abrió una cortina develando una caja fuerte, tomo algo de dinero y regreso al escritorio.
-ve a descansar, mañana tendrás un día agitado.
El mayor extendió unos billetes, pero antes de que Albafica les tomara retiro su mano y los dejo caer en sus piernas.
-oh, mi error querido, pero adelante, tómalo con confianza.
Albafica sonrió forzado, ese infeliz cobraba muy caro por sus felaciones, pero a él se las tenía que hacer gratis. Fingiendo alegría se levantó y camino donde su jefe, dejo caer los billetes y bajo el cierre con cuidado, parece que llegaría tarde...de nuevo.
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La luz del medio día lastimo sus parpados, el pequeño rayo se había colado por una esquina de las gruesas cortinas. Gruño un poco y se giró en la cama, aun no deseaba pararse, las piernas le dolían y el ardor en su trasero no era para nada agradable. El ruido de cristal partiéndose golpeo sus oídos, obligándole a pararse de golpe y correr hasta la cocina de su casa.
-¡Pefko! ¿Estás bien?
El niño estaba sentado en el piso, levantando los restos de un vaso.
-lo...lo siento, se me resbalo.
Una sonrisa sincera adorno el rostro del mayor, al contemplar una bandeja con comida en la mesa, su desayuno.
-¿es para mí?
-Sí, te lo iba a llevar...pero se me cayó el jugo.
-no te preocupes, agua estará bien.
Se sentó y comenzó a comer un pan, ligeramente carbonizado, untado con mantequilla.
Pefko le sirvió el agua y se sentó a su lado, el chiquillo no tardo en ponerse a hablar como cotorra, contándole sobre las cosas que había leído el día anterior. Albafica le escuchaba atento, picoteando un poco de huevo revuelto con...sabrá dios que.
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-mira, es él.
Eran las dos de la tarde y caminaban por el mercado, realizando las compras de la semana. Como siempre las miradas no tardaron en posarse en Albafica, la mayoría llenas de lujuria, pero otras llenas de envidia y desprecio.
-es muy hermoso, pero...waack, da asco.
-¿Cómo le permiten tener a ese pequeño bajo su tutela?
-cierto, tal vez hasta planee prostituirlo, así como él lo hace.
-¡qué horror! deberían de arrebatárselo.
La ira creció en su estómago...él no hacia eso por gusto. Tomo a al niño de la mano y salió corriendo de ahí, antes de que el niño se percatara de lo que ocurría, estaba acostumbrado a ese trato y burlas, no le molestaba si iban dirigidas a su persona, pero Pefko, su primo, era otro caso. Él jamás permitiría que se aprovecharan del niño, primero muerto, si estaba ahí era solo para poder sacarlo adelante...nada más.
-ya me voy, cierra bien la puerta y no le abras a nadie ¿entendiste?
-Sí
-te veo mañana, duérmete ya, nada de leer hasta tarde o estar esperándome.
El joven le revolvió su cabello y le regalo un beso en la frente, estaba por salir cuando su primo le detuvo sosteniendo su mano.
-¿Qué pasa?
-yo....ten...
El niño le ofreció un frasquito con una extraña pomada verde en el interior. Albafica le miro curioso sujetando el recipiente.
-es ungüento de árnica, yo...te escuche quejarte por tu dolor de espalda ¿cargas cosas muy pesadas en la fábrica, verdad?
Una sonrisa nerviosa broto de su garganta, tenía que controlar su lengua al llegar a casa.
Llego a la "fabrica" temprano, esperando no tener tanto trabajo, por desgracia sabía que no sería así, muchos deseaban poseerle y a Minos le agradaban las ofertas por él. Enorme fue su sorpresa cuando el peli plata le llevo a su habitación y le ordeno bañarse, algo que le molesto ya que recién se había aseado. Su jefe le dio ropa muy cara y le informo sobre su trabajo, esa noche deleitaría a un extranjero...un conde.
-Se amable, ha dado una cuantiosa suma de dinero para tenerte toda la noche, obedécelo en todo y cumple todos sus caprichos, por más extraños que estos sean. De momento se ha convertido en nuestro cliente numero uno ¿entendiste?
-Si señor Grifo.
El hombre lo trepo en un coche y lo mando a un lujoso hotel.
El peli celeste estaba nervioso, para él los nobles eran personas despreciables, seres que creían debían de recibir todo por su clase social, que esta les permitía tratar a los demás como basura, con gustos retorcidos y peligrosos. Un escalofrió recorrió su cuerpo al llegar a su destino, pese a ello se armó de valor e ingreso. Era un lugar muy elegante y refinado, se presentó con el recepcionista el cual le informo que su "socio" ya le esperaba, no le sorprendió la noticia, era claro que el noble no deseaba anunciar que recibiría a un prostituto en semejante lugar. Subió por unas hermosas escaleras de caracol, deleitándose con los cuadros que adornaban el lugar, después de todo no los volvería a ver.
Tomo un respiró antes de tocar esa puerta de roble, escucho unos ruidos del otro lado antes de que esta se abriera.
-¡Wohaooo! eres más hermoso en persona, de verdad pareces un ángel.
Albafica se forzó a sonreír, detestaba que le llamaran hermoso.
-Buonanotte belleza, avanti per favore.
El joven se hizo a un lado, invitándole a entrar. Albafica sonrió complacido, almenos era guapo y por lo poco que entendió dedujo era italiano.
La puerta se cerró en cámara lenta, la noche recién comenzaba y Albafica estaba listo para cumplir con su tarea.
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Por el momento es todo, espero les gustara.
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