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Capítulo Único

No sabía cuánto tiempo iba poder seguir así, pensaba Felix recostado en su habitación mirando hacia la ventana sin poder conciliar el sueño.

Amaba a su Lady, pero el exponer tanto su frío corazón lo estaba destrozando. Nunca se había sentido tan vulnerable y necesitado de alguien, jamás había dependido así de una persona.

No estaba acostumbrado a abrirse, por lo que no tenía experiencia que lo ayudara a seguir con esas heridas.

Cada rechazo era una fuerte punzada que lo atravesaba sin piedad por más que intentara forzar una sonrisa ante ella. Nunca nadie lo había despreciado de esa manera, aunque tampoco era que él se acercara mucho a las personas.

Sabía que por más rosas y cumplidos que le diera a su amada, ella volvería a rechazarlo, pero prefería tener que vivir otro rechazo de suyo antes de pasar la velada sin su compañía. Se sentía masoquista.

Suspiró pesadamente, no lograba nada al pensar el su patética realidad para sentirse aún más miserable. Desearía que al menos su Miraculous incluyera algún pequeño guía, espíritu guardián o algo parecido que lo aconsejara e hiciese compañía, era un deseo ridículo pero que no podía sacarse de la cabeza.

Ya estaba delirando demasiado otra vez, por lo que decidió que lo mejor sería tomar algo de aire para despejarse. Invocó su transformación antes de saltar por la ventana hacia las calles nocturnas de París.

.................................

Luego de recorrer gran parte de la ciudad dando saltos sobre los tejados, decidió subir a uno de sus monumentos favoritos a descansar. Soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo y se dedicó a observar el paisaje desde la Torre Eifel.

Sabía que no debía usar sus poderes de manera irresponsable, pero no aguantaba estar encerrado más tiempo en su vacía mansión, ahora necesitaba a Ladybug. Ya no soportaba el estar solo, la soledad a la que antes estaba tan acostumbrado ahora se le hacía asfixiante, no podía volver a ser como antes.

Eso lo hacía feliz de saber que no estaba hecho de hielo como muchos creían, como él mismo llegó a pensar antes. Pero también le hacía sentirse tan débil y patético.

Parecía que solo era consciente de que tenía un corazón cuando sentía como este se rompía. Tal vez por eso insistía tanto en estar al lado de su Lady, le recordaba que era humano y le hacía sentir tan vivo con esas emociones dolorosas pero palpables.

Era irónico, entre más lo hería más fiel permanecía a su lado. A veces pensaba que le gustaba sufrir.

El sonido de un cable tensarse lo sacó de sus pensamientos, volteó para ver llegar a su amada balanceándose con en su yoyo. No pudo evitar sonreír como bobo al verla.

– Muy buenas noches, Mi Lady – la saludó haciendo una exagerada reverencia – Que miauravillosa sorpresa encontrarnos esta noche.

– Buenas noches Chat – respondió ella algo somnolienta – ¿Qué es lo que ocurre? Te vi corriendo por los techos y me preocupé.

–Oh Mi Lady ¿Tan ansiosa estabas por verme que me seguiste sin pensarlo? – dijo coqueto el felino – Miaulagas, yo también adoro estar junto a ti. – continuó galante, exasperando sin saberlo a su compañera.

– Creí que se trataría de un akuma o alguna otra emergencia, Chat. – contestó Ladybug en tono cansado y empezando a enfadarse. – Ya hemos hablado de esto, no te transformes si nada está ocurriendo, si haces eso no podré saber cuando algo pase.

– Pero mi Lady ¿Necesitamos que un akuma ataque para transformarnos? – dijo Chat Noir juguetón, intentando ignorar la opresión que intentaba instalarse en su pecho por la indiferencia de su Lady – Podríamos simplemente transformarnos para vernos y pasar el rato ¿No lo crees? – sugirió sonriente.

Ladybug suspiró invocando toda la paciencia posible, ese dichoso gato la había hecho transformarse y subir hasta la cima de la Torre Eifel pasada la media noche solo para verse, cuando por fin había logrado acabar su tarea y se disponía a dormir. ¿Es qué no tiene nada mejor que hacer? Pensó para sus adentros.

– Escucha Chat – empezó a decirle, captando de inmediato la atención de su compañero – Ya es tarde y mañana debemos madrugar, no vuelvas a salir a mitad de la noche sin ningún motivo ¿De acuerdo? – antes de que el felino pudiera responder ella lo interrumpió – Me tengo que ir, adiós. – terminó de decir tajante antes de tomar su yoyó y marcharse.

Al verse solo otra vez, Chat Noir suspiró desanimado. No era su intención preocupar a su Lady, pero no podía prometerle que se quedaría encerrado en su mansión todo el tiempo ¿Cuanto mas duraría eso?

Sacudió su cabeza, Ladybug tenía razón, ya era tarde y lo mejor sería volver. Tal vez ahora si lograra conciliar el sueño después de haber podido encontrarse con ella.

Con estos pensamientos partió rumbo a la mansión Agreste dispuesto a descansar en lo que quedaba de la noche.

..............................

A la mañana siguiente Felix estaba sentado en una zona alejada de la escuela intentando leer, pero las risas y el murmullo de las ruidosas conversaciones de sus compañeros no le permitían concentrarse por más apartado que estuviera de ellos.

Suspiró molesto y cansado. ¿Era demasiado pedir un poco de paz?

Como si de una mala broma se tratase, cierta azabache se acercaba a él con paso decidido.

– Aquí vamos de nuevo – murmuró molesto para sí mismo al verla.

Bridgette se paró frente a Felix e inhaló profundo antes de hablar, más bien gritar.

– ¡Buenos días Felix! – saludó enérgica y tensa.

El chico simplemente intentó tragarse cualquier comentario mordaz que intentara surgir dentro de él, esa chica le molestaba tanto.

– Buenos días – contestó automático por pura educación pero sin despegar la mirada de su libro.

Esperaba que captase la indirecta y se fuera, pero para su mala suerte no fue así. Ella seguía allí parada, podía sentir su mirada sobre él.

– Hoy hace un lindo día ¿Verdad? – siguió hablando la chica en un fuerte tono de voz y realizando varios gestos nerviosos, él prefirió seguir ignorándola – Escuché que al caer la tarde, Jagget Stone dará un concierto cerca del Trocadero con un espectáculo de fuegos artificiales – la joven hizo una pausa sin dejar de lado la tensión en su cuerpo – ¡Ven conmigo al concierto! – prácticamente le gritó en la cara la "invitación".

El chico no pudo evitar sobresaltarse un poco ante el repentino grito que le aturdió. Cerró su libro y con toda la calma que su carácter y humor le permitían se puso de pie dispuesto a marcharse.

– El día de hoy estoy ocupado. Y no me interesan ese tipo de cosas. – dijo cortante en un intento de no ser demasiado grosero. – Adiós. – terminó de decir sin voltear a verla.

Caminó a paso apresurado girando en cada esquina del colegio que encontrara con tal de que esa chica, de estarlo siguiendo, le perdiera el rastro y dejara en paz.

¿Que no entendía que no estaba interesado en esas "salidas extravagantes" a las que siempre lo invitaba? Ni estando loco iría a algo como eso, mucho menos acompañado de una de las tantas locas obsesionadas con su fortuna.

Cerró cansado la puerta de la biblioteca en cuanto se aseguró que ya no era perseguido por nadie. Se sentó en una de las mesas y suspiró perdiéndose en sus pensamientos.

Maldecía el no poder confiar en nadie que se le acercara. Si tuviese una personalidad más agradable entendería que las personas quisieran conocerlo, pero teniendo un carácter como el suyo y siendo heredero de una importante fortuna, no se le ocurría ningún motivo por el que alguien querría estar cerca de él que no fuera por su dinero.

Así era con todos, excepto con su Lady. Como Chat Noir cualquier información de su vida civil era desconocida, nadie sabía de su posición social, por lo que Ladybug no tenía idea de su dinero y estaba a su lado aún sin saber de su fortuna.

Era consciente de que solo conocía una parte de ella y que a su vez él no se mostraba a si mismo por completo. Pero aun así insistía en seguir adelante a pesar de las máscaras.

Sabía que su compañera debía ser diferente cuando no estaba transformada, él mismo era consciente de los cambios que se podían producir al portar o no un antifaz, pero aún así no podía evitar caer enamorado de su Lady. Ella era diferente a las demás chicas.

Una mueca se formó en su rostro al recordar la "conversación" con Bridgette unos minutos atrás. No era que se arrepintiera de rechazar la invitación, pero tal vez pudo haber sido un poco más amable al decirle que no.

Gruño molesto, ser una mejor persona era demasiado difícil. Ni siquiera se daba cuenta de su "mal comportamiento" hasta que ya era tarde.

Se le hacía tan difícil seguir con su día si Ladybug no estaba junto a él. Intentaba mejorar, pero sin su presencia le costaba tanto dejar de ser como era.

La había visto esa noche y ya la necesitaba de nuevo. Ella se había convertido en un rayo de luz en su vida y él ahora no soportaba la idea de regresar a la oscuridad.

Con un ligero peso de culpa al saber que no debía hacerlo, se aseguró de estar solo e invocó una vez más su transformación para salir por una de las ventanas de la biblioteca.

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¿Cuánto más iba a poder seguir así? Pensaba mientras se alejaba de la escuela saltando por los tejados.

Cada día era más difícil continuar de esa forma, cada vez era más duro despedirse de Ladybug y sus máscaras para regresar a su vida. Ya ni siquiera podía resistir una jornada completa sin ir a buscarla.

Su presencia era como una potente droga que le hacía olvidar todos sus problemas y dolores por esos valiosos momentos de calidez, pero que al acabar lo dejaban miserable y vacío, destruido y necesitado de más. Eran tan dolorosas sus despedidas para volver a la realidad.

¿Pero que se supone que iba a ser de él si ella no estaba? ¿Quién le recordaría que si tenía emociones? ¿Quién lo trataría como a un igual o incluso como a un segundo? ¿Quién más iba a permanecer a su lado y atreverse a corregirlo sin importar consecuencias? ¿A quién seguiría él?

Sabía que no era correcto el seguir así, que no podía abusar de sus poderes de forma tan irresponsable y egoísta, que Ladybug tenía una vida propia cuando no era una heroína y que ella no podía dejar todo de lado para acompañarlo cada vez que se le antojara.

Todas esas cosas estaban presentes en su cabeza. Pero aún así ¿Cómo se suponía que su corazón lo entendiera? ¿Con que botón se apagaban los sentimientos e impulsos de volver a tenerla a su lado?

Se detuvo en el techo de un edificio apretando con fuerza sus puños, debía parar. No podía seguir haciéndole eso Ladybug, ella no lo merecía, se decepcionaría mucho de él y lo más probable era que la molestara. Debía dejar de depender tanto de su Lady como si fuese un niño pequeño.

Debía dejar de hacerlo, pero simplemente no podía.

Estaba batallando consigo mismo cuando sintió un familiar sonido de un alambre tensarse, su Lady había llegado.

..............................

Las cosas pudieron haber salido mucho mejor esa tarde con su Lady, pensaba Chat Noir deprimido mientras veía el cielo oscurecerse.

Ladybug había llegado mientras él aún se debatía entre seguir o no buscándola, y por algún motivo desconocido ella estaba de muy mal humor ese día.

Cuando la heroína le cuestionó el porqué de su transformación, él apenado le había dado la respuesta más sincera que podía, pero al parecer ella no se lo tomó muy bien.

Aún resonaban en su mente las palabras que su Lady le había dirigido en cuanto perdió la paciencia: "Si no quieres estar solo, busca a tus amigos y déjame en paz".

¿Buscar a sus amigos? Creyó que eso era lo que estaba haciendo, ella era su primer y única amiga.

Ya no encontraba los "motivos" para querer a Ladybug que le habían enseñado a buscar en sus relaciones personales, ella no tenía nada que ofrecer que le pudiera interesar en cuanto a eso, simplemente la quería por lo que ella era ante sus ojos. No le importaba en lo más mínimo el estatus social, la fama ni nada similar. Solo quería a su Lady y su compañía.

Podía decir perfectamente que ella era su adicción, y como cualquier adicción le era imposible dejarla a pesar de que lo estaba destruyendo.

¿Alguien podría culparlo? Ladybug era lo único que tenía ¿Cómo no iba a ser adicto a su única fuente de cariño? No tenía amigos, no contaba con la poca familia que poseía, no sabía ni podía confiar en nadie ¿Era malo querer apegarse a la única luz en su vida aún si esta lo quemaba? Era como un insecto hipnotizado por una hermosa luz que aún sabiendo que sería su perdición, le era imposible ignorar.

¿Cómo se suponía que se alejara y olvidara de ella? ¿Qué iba a ser de él sin su compañía? Ya que había abandonado la asfixiante soledad temía regresar al inicio. Simplemente no lo soportaría.

Ya ni le molestaba dejar de lado su orgullo con tal de obtener al menos un poco de atención.

Su Lady le mostraba y traía la felicidad que tanto añoraba, solo para quitársela sin piedad en cuanto se marchaba.

Y ahí estaba él, recostado igual que un gato sobre un tejado cualquiera lamentándose y viendo el atardecer caer. Se sentía tan miserable ¿Cuánto más iba a seguir sintiéndose así?

..............................

Ese había sido un día largo para Bridgette.

La noche anterior apenas había podido dormir por volver a atrasarse al no entender el nuevo tema de su tarea y tener que perseguir a Chat Noir al creer que algún peligro ocurría.

Después en la mañana había estado un largo rato dándose ánimos y valor a si misma para invitar a Felix a una cita, pero había estado tan nerviosa que de seguro había hecho el ridículo. Felix se había negado, otra vez, y prácticamente había huido de ella.

Y como cereza del pastel de su mal día, Chat Noir había vuelto a transformarse. Pegándole un horrible susto al no encontrar a Felix y creer que un akuma estaría atacando.

¡Ese estúpido gato coqueto! Estaba harta de sus tontas excusas para verla y que siempre le coqueteara, ya hasta estaba empezando a aprenderse de memoria sus chistes y coqueteos.

Gimió haciendo un berrinche, ese había sido un día largo. Subió a su balcón a mirar el cielo ya nocturno, necesitaba relajarse un poco.

Una vez arriba, se puso a ver las estrellas que comenzaban a asomarse, siempre la calmaba el ver el cielo.

Estaba perdiendo la mirada en los astros cuando el sonido de un suspiro triste y un gruñido llamaron su atención.

Se asomó silenciosa al borde del tejado de su casa y casi pegó un grito al ver quien estaba allí ¿Qué akumas estaba haciendo él en su techo?

– ¿Chat Noir? – llamó dudosa – ¿Qué haces aquí? – le preguntó ¿Es que había descubierto su identidad y ahora la acosaba?

El felino giró tan rápido su cuello que por un momento pareció más un búho que un gato, de milagro no se lastimó al hacerlo.

Pero al ver quien lo llamaba no pudo evitar bajar un poco sus orejas decepcionado, creyó haber oído a su Lady.

– Buenas noches, bella dama. – se obligó a saludar escondiendo su decepción pero sin levantarse del "suelo". – Yo solo.... descansaba un poco, hoy fue un día difícil. – dijo algo casado, la verdad es que no mentía en lo absoluto, estaba agotado tanto emocional como psicológicamente.

Bridgette lo miró sin tragarse esas palabras, tal vez no eran compañeros desde hace mucho, pero ya conocía lo suficiente a ese gato como para saber que algo no estaba bien con él. Si bien seguía molesta porque la persiguiera tanto, no tenía el corazón para dejarlo así ¡Parecía un gatito abandonado en la calle!

– ¿Y ahora descansas en los techos de las casas? – le preguntó juguetona intentando animarlo – Eres más gato de lo que creía.

Él rió un poco ante su comentario antes de acercarse a ella "caminando" como todo un felino en cuatro patas.

– ¡Miau! Purrrsupuesto que soy un gato, el gato más guapo de París. Y para tu información, los tejados son más cómodos de lo que parecen. – contestó siguiendo el juego, tendiéndole una "garra" a la chica para ayudarla a subir al techo.

Ella aceptó la ayuda del chico para subir y se acomodó a su lado.

Ambos sonrieron antes de dirigir la vista al firmamento nocturno, sin decir ninguna palabra y disfrutando de la leve brisa que se sentía allí. Sin entender esa comodidad entre ellos, era un sentimiento algo familiar pero diferente, difícil de explicar.

– Sabes... – dijo la azabache luego de un rato – ver el cielo siempre me ha ayudado a calmarme cuando estoy alterada por algo... –comentó mirando las estrellas.

Chat Noir miró a la chica a su lado antes de hablar.

– Es una vista muy hermosa – dijo calmado – Me recuerda a mi Lady – suspiró enamorado.

– ¿A Ladybug? – preguntó Bridgette extrañada – ¿Qué tiene que ver ella con la noche?

– Ella es tan inalcanzable y bella como una estrella en el cielo nocturno. – susurró con la mirada perdida en los astros – Hermosa de admirar pero imposible de tener... e intentar acercarme a ella es mi perdición.

Bridgette abrió los ojos sorprendida, esas palabras habían sido muy bellas y no podía ver rastros de mentira en los ojos de su compañero. No sabía que él pensaba así de ella, pero no podía permitirse darle falsas ilusiones cuando quería a alguien más.

– Tus palabras son muy lindas Chat... pero... no creo que sea una buena idea insistir tanto con Ladybug. – dijo sin saber bien como expresarse, captando de inmediato la atención del felino.

– ¿Por que lo dices? – inquirió el héroe curioso.

– Pues... ella no se ve muy interesada en tus coqueteos... – contestó la azabache intentando no delatarse a si misma – Tal vez deberías dejarla y, no lo sé... ¿Buscar otra chica quizá?... Puede que Ladybug no quiera un romance entre héroes y prefiera limitarse a hacer su trabajo... Tal vez incluso le interese alguien más bajo su máscara.– terminó de decir.

Esperaba que así ese gato se rindiera y la dejara tranquila con el tema de verse tan seguido, tal vez incluso se ahorrara una incómoda situación en la que lo rechazara por una declaración amorosa un poco más seria.

Chat Noir la miraba molesto apretando con fuerza sus puños ¿Quien se creía esa chica para decirle eso?

– ¿Disculpa? – llamó su atención rechinando sus dientes– ¿Que te hace pensar que debería alejarme de Ladybug? Ella y yo somos buenos amigos, no tiene sentido eso de que solo le importa hacer su trabajo. Incluso me atrevería a decir que tarde o temprano seremos pareja, nos entendemos muy bien. – explicó lo más paciente posible.

Nadie sabía del esfuerzo que hacía para no dar rienda suelta a su legua venenosa y afilada. Se suponía que era Chat Noir y no Felix en ese momento, y el héroe de París no podía ir por ahí dando comentarios hirientes que podrían provocar un akuma.

– Oh ¿En serio? – preguntó Bridgette con falsa sorpresa, ella mejor que nadie sabía sobre la relación que llevaban, que por cierto no pasaba de lo estrictamente "profesional" – Porque por lo que he visto, Ladybug no parece opinar lo mismo.– completó intentando que su compañero captara el mensaje.

Las palabras de la azabache habían sido un duro golpe para el felino, pero él no se dejaría amedrentar tan fácil. ¡Bridgette estaba equivocada! ¡Ellos eran amigos muy cercanos! ¡Y pronto serían algo más!

– ¿Eso crees? – cuestionó perdiendo cada vez más su paciencia, que de por sí no era mucha – ¿Y se puede saber cómo es que supuestamente conoces a Ladybug mejor que yo, que soy su compañero? Porque lamento decirte que te equivocas, ambos nos llevamos muy bien y somos grandes amigos. – finalizó con una sonrisa falsa.

La chica se obligó a no perder su sonrisa, aunque se veía más como una mueca ¿Ahora ese gato mentía frente a los parisinos sobre su relación? Porque como Ladybug le había dejado muy en claro que solo quería ocuparse de proteger la ciudad de los Akumas.

La tensión entre ambos era cada vez más palpable en el aire, se veía claramente que en cualquier momento uno de ellos explotaría.

– Te vez muy seguro de lo que dices Chat – siguió insistiendo Bridgette– Pero de verdad creo que a Ladybug solo le importa proteger París. – hizo una pequeña pausa antes de terminar – Tal vez no la conoces bien.

Esa última frase para el felino fue la gota que derramó el vaso ¡¿Qué no la conocía?! ¡¿Quién se creía Bridgette para decir eso cuando ella solo era una ciudadana más?!

– Escúchame tú, no sé quien te has creído ni de donde sacas esas ideas, pero Ladybug y yo somos más que compañeros de equipo y no voy a permitir que cualquier chica con aires de "sabérselas todas" venga a decirme lo que tengo que hacer con mi relación con Ladybug. – dijo con un tono de voz molesto y firme pero sin llegar a ser despiadado como acostumbraba.

Bridgette estaba roja del coraje ¡¿"Chica cualquiera con aires de sabérselas todas"?! ¡Ya iba a ver ese estúpido gato la próxima vez que se encontrara con su "amiga" Ladybug!

– ¡Oh! ¿Ahora resulta que tú y Ladybug son confidentes cercanos cuando ella se muestra claramente desinteresada en relacionarse contigo? – respondió sarcástica – ¿No será que quieres aparentar frente a tus "fans" para no quedar como un conquistador rechazado? ¿O para-

– ¡Cállate! – la interrumpió Chat Noir furioso – ¡¿Tú que vas a saber sobre nosotros?! ¡No hables si no sabes y no te metas en la vida privada de otros que no te llaman!

Bridgette lo observó sorprendida, nunca lo había visto así, por lo que prefirió escucharlo en silencio.

– Claro que tenemos malos momentos ¡Pero eso es normal para cualquiera! – decía el héroe gritando, no sabiendo si esas palabras eran para convencer a la chica que tenía en frente o a él mismo – No me importa lo que tú creas o quieras creer ¡Ladybug es mi primer, única y mejor amiga!

Ambos callaron ante tal declaración, observándose sorprendidos. Ella por descubrir que él verdaderamente la veía y consideraba una amiga importante y que estaba solo. El por haber dicho abiertamente sus pensamientos a una casi desconocida y por haber explotado como Chat Noir.

Quedaron en silencio por varios segundos que se les hicieron eternos hasta que Bridgette habló.

– Lo siento mucho – se disculpó apenada – No debí decir lo que dije ni juzgarte sin saber.

El chico la miró, vacilante por un momento antes de responder.

– Descuida – dijo suspirando – Solo hablaste con la verdad que percibiste. No soy quien para juzgarte por ello.

Después de todo, no podía quejarse por comentarios hirientes si bajo su máscara se dedicaba tanto a hacerlos, había sido una cucharada de su propia medicina.

Mentiría si dijera que no le había dolido en lo absoluto, que no había tocado una parte sensible de él con esas palabra y que no estaba para nada molesto con Bridgette; pero no ganaría nada haciendo un drama al negarse a aceptar las disculpas de esa chica, que se veían muy sinceras por cierto. Además entendía a la azabache en cuanto defender una postura abriendo la boca de más y lastimando a alguien en el proceso sin saberlo, no le deseaba esos remordimientos posteriores a nadie. Y por algún inexplicable motivo simplemente no podía enfadarse con ella, era algo muy extraño.

Suspiró cansado poniéndose de pie antes de hablar.

– Lo mejor será que me vaya, seguro que tienes que descansar. Buenas noches bella dama.

– ¡Espera! – exclamó ella sujetándolo de su "cola" para impedir que se fuera.

Chat Noir la miró curioso, esperando en silencio una explicación. ¿Esa chica siempre gritaba tanto?

Bridgette se sintió paralizada ante ese par de ojos verdes. La verdad no había pensado nada para pedirle que se quedara, pero simplemente no podía dejarlo irse así como así después de haber tenido esa conversación.

– Yo.... – decía nerviosa – De verdad lamento todo lo que dije, no fue mi intención... – volvió a disculparse la chica.

           

– Tranquila, no es para tanto.  – volvió a contestar el héroe.

La verdad es que ni él mismo entendía cómo es que podía perdonarla tan rápido cuando era algo rencoroso como Félix, tal vez fuera un efecto de su transformación, ya que si se ponía a pensarlo también perdonaba muy rápido a su Lady cada vez que ella lo lastimaba.

– Yo... – habló Bridgette insegura – ¿No quieres quedarte otro rato? Prometo no decir ninguna tontería. – lo invitó nerviosa.

Él pareció pensárselo un momento. La verdad era que la idea de volver a su mansión a lamentarse no era muy tentadora, y por algún motivo se sentía demasiado a gusto en la compañía de Bridgette ¿Sería cosa de su transformación el estar tan cómodo junto a chicas de cabello azabache? Porque estaba seguro que de no ser Chat Noir en ese momento, Felix ni siquiera se habría quedado cerca de Bridgette.

– Supongo que puedo quedarme otro rato, no es como que alguien esté esperándome o tenga algo mejor que hacer... – dijo desinteresado volviendo a recostarse junto a la chica a mirar las estrellas.

Estuvieron un tiempo más en silencio hasta que Chat Noir volvió a hablar:

– Sobre lo que dijiste antes... tal vez tengas razón... – dijo captando la atención de la azabache – De seguro a Ladybug no debe interesarle relacionarse conmigo, no soy alguien interesante. – murmuró cabizbajo.

– N-no digas eso, seguro que ella te aprecia mucho... solo que... – intentó consolarlo Bridgette, sin poder encontrar las palabras adecuadas para hacerlo.

– No te preocupes... es comprensible que no me quiera cerca... solo que... igual duele – susurró más para sí mismo que para la chica.

– Te entiendo gatito, es difícil acercarse a la persona especial que queremos pero que pareciera no querernos cerca. – comentó algo triste al recordar su fallida invitación de ese día, acompañando sus pensamientos con culpa por su compañero felino.

Chat Noir volteó a verla antes de preguntar inseguro y sorprendido.

– ¿Tú... tienes a alguien especial?

– Podría decirse que si – respondió suspirando – Pero me evita y aleja sin importar lo que haga... – siguió diciendo desanimada, provocando que el felino bajara sus orejas decaído al comprenderla – No sé cuánto más voy a poder seguir soportando esto... – murmuró con la mirada perdida.

– Te entiendo... – contestó el felino perdiéndose también – Esa constante pregunta de "¿Cuánto más voy a seguir así?". El dolor diario de un amor no correspondido pero por el que aún insistes a pesar de todo...

– Esa parte de ti que te alienta diciéndote que todo mejorará aunque lo ves casi imposible – continuó Bridgette la idea.

– Pero tu razón te advierte que no vas a durar mucho así y que es una mala idea mendigar el cariño de alguien solo para que te lastimen. – siguió el hilo de pensamientos el felino.

– Pero jamás le haces caso y te dejas llevar por la ilusión al final lograrás enamorar a esa persona y que todo valdrá la pena. – completó la azabache.

Al darse cuenta de lo que acababan de decir y hacer, ambos compartieron una sonrisa triste cargada de empatía al entenderse tan bien en ese dolor. Un doble suspiro escapó de sus labios.

– Daría cualquier cosa porque Ladybug dejara de rechazarme.... – murmuró el felino lamentándose.

– Quisiera que Felix me diera al menos una oportunidad de acercarme.... – susurró Bridgette desanimada.

– Duele cuando no te- ¡Espera! ¡¿Qué?! – se interrumpió Chat Noir a si mismo sentándose de golpe, sorprendido de lo que acababa de oír ¿Había escuchado bien?

Bridgette se sobresaltó por el repentino grito de su compañero y volteó asustada sentándose también.

– ¿Que ocurre Chaton? – preguntó confundida.

Él la miraba asombrado sin saber bien que decir ni cómo reaccionar.

– Yo-o... T-tú dijiste.... el chico que te gusta ¿Es Felix? ¿Felix Agreste? – preguntó trabado, estaba demasiado sorprendido.

La azabache enrojeció al escucharlo ¡¿Había dicho su nombre?!

– Pu-ues... yo... – balbuceó nerviosa – ¡No me mires así, Gato tonto! ¡No estoy loca! – gritó avergonzada con sus mejillas ardiendo.

– ¡Yo no dije nada! – se defendió el héroe – Solo me tomó por sorpresa ¡¿Que se supone que le viste a alguien así?! – preguntó exaltado.

Todo ese tiempo había estado convencido de que a Bridgette sólo le atraía su dinero, pero después de hablar con ella pudo ver que era algo más profundo que eso, el problema era... ¡¿Cómo fue que ella terminó enamorándose de él?! Era demasiado para procesar tan rápido.

– ¡Oye! ¡No molestes a Felix! Él es una buena persona aunque no todos lo vean – defendió la azabache aun sonrojada sorprendiendo al héroe – So-olo le cuesta relacionarse con los demás...– siguió diciendo avergonzada – Estoy segura de que él intenta mejorar...solo que le es muy difícil...

Chat Noir la miraba asombrado, nunca imaginó que alguien notaba sus fallidos intentos por ser mejor persona, mucho menos esperó que alguna chica fuera a interesarse por él de una forma tan sincera... No estaba seguro de como sentirse o que pensar, eran demasiadas cosas para procesar.

– Yo... – balbuceó nervioso – No sé qué decir... – admitió inseguro ¿Qué se supone que tendría que hacer en una situación así?

Bridgette sonrió enternecida, ese gato era adorable cuando estaba nervioso.

–Oh Chaton  – lo miró sonriente – No tienes por qué decir nada, no es como si fuese tu culpa que Felix sea así – dijo divertida de las reacciones de su compañero – Solo me gustaría poder ayudarlo... no quiero que se sienta solo. – terminó de decir un poco más melancólica y seria.

– ¿De verdad solo quieres ayudarlo? ¿No te interesa su dinero o esas cosas? – cuestionó el chico sin salir de su asombro.

Una parte de él estaba feliz de que alguien pareciera ver más allá de lo material para acercársele; otra demasiado sorprendida como para saber que hacer al respecto; también se sentía algo contrariado por haber tenido todo el tiempo a alguien que quería acercársele pero que él mismo se empeñaba en alejar; y por último, una parte se sumía en la culpa, de verdad lamentaba hacer sufrir tanto a Bridgette, conocía ese dolor y no tenía idea de que se lo estaba provocando a alguien más, y se sentía un monstruo al saber lo mucho que la lastimaría al no poder corresponderle.

– Por supuesto que sí, Felix es alguien importante para mí, no quiero nada más que verlo feliz. – respondió Bridgette decidida, sacándolo de sus pensamientos e instalando un fuerte peso de culpa en su estómago. De verdad le gustaría poder corresponderla para que no tuviera que sufrir como él con los rechazos de su Lady, pero no podía obligarse a sí mismo a amar a otra persona, sentiría que solo le estaría mintiendo.

– Y... ¿Solo quieres estar a su lado.... necesariamente como una pareja? – Preguntó inquieto ganando la atención de la chica – Quiero decir.... Por lo que cuentas... no creo que él esté dispuesto a tener una novia así como así... ¿No podrías intentar ser primero su amiga?... Creo que es lo que más necesitaría en estos momentos...y así ambos podrían conocerse mejor. – terminó de decir nervioso.

La verdad era que se sentía inexplicablemente cómodo junto a Bridgette, y aunque no quería darle falsas ilusiones a la chica, la idea de entablar una amistad con ella no sonaba mal, en realidad podría ayudarlo bastante a no depender tanto de Ladybug y dejar de sentirse tan agobiado por su soledad. Por no mencionar que la azabache podría conocerlo mejor y quizá dejara de verlo como una posible pareja para terminar siendo amigos sin necesidad de lastimarla.

Sonaba como un plan perfecto en su cabeza.

– ¿Ser su amiga? – Bridgette parecía pensar bien esas palabras – No creo poder, Felix se aleja de mí en cuanto me ve, dudo mucho que acepte tenerme cerca de cualquier forma. De seguro pensará que estoy mintiendo. – dijo desanimada.

– Y... ¿Si intentas acercarte de una forma más... sutil? – sugirió el felino. La verdad era que si no fuera el mismo quien le sugería a la chica intentarlo, seguiría evitándola sin creer ninguna de sus palabras... y de verdad odiaba la idea de aceptar ir a esas "salidas extravagantes", como solía referirse a cada cosa que ella lo invitaba.

– ¿Sutil? ¿A qué te refieres gatito? – preguntó la chica interesada.

– Pues... – no podía decirle que dejara de lado los eventos extraños sin delatarse a sí mismo, pero tenía que pensar en alguna forma de hacer que ella captara la idea – ¿Has leído "El Principito"? Intenta "domesticarlo", ya sabes, ir acercándote poco a poco sin invadir su espacio personal hasta que se acostumbre a tu presencia... Podrías buscar algo que les interese a los dos y en lo que no se sienta incómodo...– concluyó ansioso.

Bridgette miraba sorprendida a su compañero, no se esperaba que fuera tan dispuesto a ayudarla a acercarse a Felix siendo ella prácticamente una desconocida para él.

– Vaya Chaton, no sabía que eras tan buen consejero para este tipo de cosas. – comento sonriente.

– ¿Qué puedo decir, bella dama? Soy simplemente miautástico. – respondió el felino juguetón y galante.

– Y dime Chat... ¿Por qué el interés en ayudarme a estar cerca de Felix? – preguntó la azabache curiosa.

– Pues... yo-o... – balbuceó el héroe, no quería mentirle pero tampoco podía decirle toda la verdad – No quiero que salgas lastimada... – terminó por decir en un suspiro.

Y no mentía en lo absoluto, podía ser que solo hubiera hablado con ella esa noche, pero había podido conocerla mejor y no deseaba hacerla sufrir. Era extraño, pero quería protegerla como si la conociese desde hace mucho.

Bridgette por su parte no pudo evitar sentirse culpable, Chat Noir sin saberlo estaba ayudando a la chica que le gustaba a tener una oportunidad con otro chico. No podía hacerle eso, él se había abierto ante ella y confiado solo para que más tarde Ladybug le rompiera el corazón, se sentía un horrible monstruo egoísta. Ya lo había lastimado bastante sin saberlo y ahora que sabía lo que era su forma de heroína para él, se sentía incapaz de traicionarlo de esa forma para volver a herirlo.

Como le gustaría tener a alguien que la aconsejara en cuanto a ser Ladybug y que entendiera lo que era vivir una doble vida. No podía hablar de eso con sus amigas ni contarle a Chat Noir, pero de verdad necesitaba un consejo.

Suspiró profundamente tomando una decisión y poniéndose de pie.

– Hagamos un trato Gatito – dijo decidida mirándolo – Yo me esforzaré en ser amiga de Felix sin importar lo que pase y conocerlo mejor sin buscar nada más que su amistad sincera, pero solo si tú prometes intentar lo mismo con Ladybug. – terminó de decir tendiéndole la mano.

Chat Noir la miró asombrado, no conocía esa faceta de la chica, aunque tenía que admitir que en realidad apenas sabía de ella hasta esa noche.

– ¿Con Ladybug? ¿Por qué lo dices? – preguntó confundido, aunque una pequeña parte de él se hacía una idea.

– Odio tener que decirte esto Chaton, pero tú también necesitas una amiga antes que una novia. Intenta conocer mejor a Ladybug y ser su amigo antes que buscar cualquier otra cosa. – respondió ella segura y sin perder su sonrisa confiada.

El héroe tenía que admitir que no le hacía ninguna gracia la idea de dejar de buscar un romance con su Lady, pero tenía que darle la razón a su compañera de clase: tanto Felix como Chat Noir necesitaban una amistad antes que una historia de amor.

– Sé que voy a fracasar en esto – dijo el felino poniéndose de pie – Pero al menos voy a intentarlo... Aunque no te garantizo cuanto tiempo dure. – dijo mirando a la chica frente a él.

– Entonces esforcémonos juntos Chaton – dijo ella sonriente tendiéndole una mano para sellar su trato.

– Hagamos el intento – respondió él aceptando la mano que le tendían.

Ya después se preocuparían de cómo lograrlo. Tal vez Bridgette se llevara una sorpresa al ver a Felix aceptando ayudarla en un trabajo de literatura y hablando con ella más de lo estrictamente necesario. Tal vez Chat Noir creyera estar soñando cuando Ladybug le propusiera realizar de vez en cuando patrullas nocturnas y verse después de estas  para conocerse un poco mejor.

Tal vez estarían muy felices en cuanto eso pasara, pero por el momento, en esa noche en la que ambos se despidieron de sus fantasías románticas e hicieron la promesa de buscar un nuevo comienzo con las personas que amaban, en esa noche solo quedaba el dolor de la silenciosa despedida.

Un adiós que solo ellos conocían y entendían, uno que a pesar de que sabían que su amistad sería un valioso tesoro y mostraban una sonrisa, a ambos les dolía en el alma.

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N/A:
Historia participante en el concurso MiraculousMusical2018 de MiraculousSquad

Canción asignada: "Me duele" de Morat

Historia dedicada con mucho cariño a la gente bonita de Amino Spots On Claws Out!!! Muchas gracias a todos por su apoyo!!

Y un agradecimiento especial a GabrielaRueda13!!! Gracias por escucharme y animarme!!! Tus ideas me sirvieron mucho!!!

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