Ahora retrocedemos a la noche anterior en el mismo edificio.

Los editores al fin salían del edificio de Murawaka por fin había llegado el final de ciclo.

Minutos antes en el departamento de manga shojo lejos de haber tranquilidad los agitados editores no se habían marchado aún a casa.

—¿Por qué volvieron? Las disculpas las podían dar mañana algún motivo más tenía que tener—inquirió Takano mirando a Hatori y a Kisa.

—Se me olvido entregar este proyecto ayer—decía Hatori mientras le pasaba los documentos a su jefe.

—Me olvide el móvil sobre el escritorio-respondió el otro—Mira ahí está—señalo.

—Bien de todas formas nosotros ya nos íbamos-se incorporo Takano—buen trabajo hoy.

—Oh, por cierto, mañana hace un año que estas con nosotros verdad Ricchan— intentaba confirmar Kisa.

—Si, es verdad—confirmo el aludido después de quedar pensativo un rato

—Entonces porque no vamos a beber para celébralo ya que mañana será la bienvenida del nuevo lo podemos juntar los dos-continúo.

—Por mi no hace falta....

—Es parte del trabajo, si no vas por ti iras por el novato—concluyó Takano.

—¡Tú!—La vena de Ritsu empezaba a hincharse del cabreo.

—Hablando del novato ¿Cómo pensáis que sea?—preguntó Hatori movido por la curiosidad.

—Si es como Isaka nada bueno saldrá—apunto Mino.

—Esperemos a ver como trabaja—determino el editor jefe—Veremos si es un novato mas útil que el ultimo la primera vez—añadió. 

Ritsu sintió como si le dieran una puñalada era normal que se metieran con el pero hoy ya se estaban pasando, no tenía fuerzas ni para quejarse.

Caminaron todos juntos a la salida hasta que llegaron al punto en el que se separaban. Así que solo Takano y Onodera continuaron por el mismo camino.

—...—

—...—

Otra vez este silencio incómodo, murmuro Onodera.

—¿Crees que puedes hacerlo?— corto el silencio con sus palabras el otro caminante.

—¿El que?—se sorprendió debido ante la repentina pregunta.

—Pues que va a ser, guiar al novato—puntualizo— el pequeño príncipe anda en las nubes.—dijo en tono burlesco.

—¿Tengo otra opción?—respondió enojado y algo molesto.

—De hecho, fuiste el primero que me vino a la cabeza para dejarle esta tarea.

—¿Por qué yo? ¿Te estás burlando de mí?— es cierto que había mejorado considerablemente y ya podía hacer perfectamente su trabajo sin cometer ningún error relevante, pero enseñar a otra persona era  una asunto muy distinto.

—No me estoy burlando, acaso no entiendes mi personalidad.—dijo en tono de reproche —Te he estado observando y sé que si te propones algo eres capaz de esforzarte hasta lograrlo y eres considerado con los sentimientos de los autores, lo que te hace ideal para este trabajo, por lo que espero que el novato adquiera esas cualidades de ti—continúo Takano—¿No te había dicho ya algo parecido a esto en el pasado?- le recordó el editor jefe a su subordinado.

—Gra...gra...cias- consiguió tartamudear ahora un sonrojado Onodera, cuyo sonrojo se le extendía hasta las orejas.

En el trascurso de su conversación habían cogido el tren sin apenas percatarse y ya habían llegado a la parada que era su destino por lo que bajaron del tren y comenzaron a subir la cuesta hacia sus departamentos.

—...—

—...—

—...—

—...—

Parecía que esta vez ninguno iba a hacer nada por romper el silencio hasta que...

—¿Por qué no celebramos nosotros a solas tu año como editor?

—¿Quéeee? –grito debido a que lo habían tomado desprevenido -No gracias, además ya vamos mañana junto a lo demás-contesta mientras acelera el paso.

—No es lo mismo-su tono desprende algo de molestia—quiero estar solas contigo—le susurro al oído.

Los colores que por fin habían bajado de sus mejillas le vuelven a subir.

—Deja las bromas— consigue decir y acto seguido intenta huir corriendo, pero Takano que había anticipado su reacción lo agarra del brazo.

—Trae tu monedero vamos a entrar a esta tienda a comprar algunas cosas.

—Oye, compra con tu propio dinero- replica tras conseguir reponerse.

Acto seguido su jefe le muestra la cartera vacía.

Después de comprar continúan su camino cargando las bolsas

—¿Dónde se ha visto que un subordinado le pague la comida a su jefe a final mes?—se quejo.

—!Calla! Esto es para celebrar por ti—corto Takano.

—Y yo le digo que no hacía falta—en serio esta actitud es lo que odio de él, le asalto ese pensamiento.

Cuando llegan a su piso Onodera acelera el paso intentado evitar la situación.

—¿A dónde crees que vas?—sin dejarlo responder lo jala hacia el interior de su apartamento.

En el interior pasan un rato bebiendo sin decir una palabra.

—No hacia falta y ya voy mañana tenemos que trabajar—dice mientras se pone en pie el menor "si me quedo algo más pasará" pensó.

—!Siéntate!—bravo en tono autoritario el otro.

—Sí—asintió y continúo con el hilo de sus pensamientos "porque le hago caso, soy idiota" Mientras en el interior de su cabeza sigue dando vueltas. Ya se había bebido cuatro latas de cerveza en menos de un minuto.

—Sabes porque insistí en celebrar hoy. Es importante porque es el aniversario de día en el que nos volvimos a encontrar.

—...—"esto es malo porque demonios ahora todas las fechas que pasamos juntos son importantes para él. No somos nada ahora, aunque antes lo fuéramos pero aun así" muchas ideas y preguntas surgían una tras otra dentro de la cabeza de Ritsu.

—Soy feliz, aunque a ti no te guste— esas palabra que acababa de escuchar que provenían de su compañero lo volvieron a la realidad

—No es así, no es que no me guste...hip...la verdad te admiro por tu trabajo que es increíble...hip... la verdad quiero ser como tú-dudo un momento antes de continuar—ese es mi sueño.

—Estas borracho...pero al menos eres más sincero así y ahora esperas que después de eso me controle-sin mediar más palabra se le lanza encima.

—Ta..ka.. esto es malo...pa..ra..agh—haciendo caso omiso empieza a recorrer con sus manos el cuerpo de Ritsu.

—Ritsu porque no te rindes ya y me dices te amo otra vez—pronuncia estas palabras con una cara afligida y algo demacrada por el dolor dando la apariencia de ser un cachorro abandonado.

Un dolor punzante comenzó en el pecho de Ritsu y sus extrañas empezaron a arder, que podía hacer para que no mostrará esa cara ¿Había algo?

—yo...t...—el cansancio hizo que su mente quedará en blanco y colapso. La mañana siguiente amaneció en la cama de Takano lleno de chupetones.

¿Qué paso? ¿No me digas que otra vez? ¿Qué hice? El miedo y la vergüenza le asaltaron según vislumbró la situación.

Antes de lograr incorporarse del todo en la habitación entra Takano sujetando una bandeja.

—Toma el desayuno, anoche no cenaste parte de mi culpa a pesar de saber que eres propenso a ello.

—¿Cómo que propenso? Aquello fue una vez hace ya más de 6 meses y no fue para tanto—se quejo.

—Ya veo que has recuperado las energías.

Tras unos minutos Onodera pensó que lo mejor era confirmar lo sucedido

—et..to..yo

—No esta vez no paso nada, quiero que cada vez que lo hagamos lo recuerdes—corto y dijo sin preocupación mientras sorbía su taza de café.

—...— tras procesar lo sucedido-Kyaaaa—no puedo contener un grito, ya que esta vez se acordaba de absolutamente de todo.

—¿Qué pasa con ese grito?—se extraño Takano.

—Nada solo que ¿Tenías que decirlo de esa manera?

—Sí—respondió ni corto ni perezoso

Tras esto Onodera busco su móvil, yo definitivamente me mudo de aquí, vamos a empezar por llamar al servicio de mudanza.

Había pasado un rato en el que Onodera se había mudado de ropas y salido de su departamentos, coincidiendo los dos en su salida hacia el trabajo, "Porque demonios teníamos que salir a la misma hora y seguir el mismo camino, otra vez esta maldita situación y eso que salí una hora antes precisamente para evitarla !¿Qué demonios he hecho?!!¿ Para que me pasen estas cosas?!"

El camino transcurre con tranquilidad. "Espero que haya llegado alguien aunque sea improbable ya que es muy temprano porque esta situación es insufrible", pero su plegaria no fue escuchada y todos los departamentos estaban vacíos.

Onodera se dirige hacia la maquina de bebidas intentado hacer tiempo pero es detenido y empujado contra la pared

—A lo mejor me equivoco pero te acuerdas de lo que paso ayer, sino no me explico porque desde hace rato no me miras a la cara-bravo enojado

—...E-etto... ¿si?-

—Me dijiste que querías ser como yo ¿no?—expuso—muy bien te enseñare todo, incluido como amo.

— Umh—sin dar tiempo a reaccionar un beso bélico fue dado sin permitir escape alguno.

Detrás de ellos se escucho un sonido metálico como si alguien estuviera abriendo una puerta.