2.Ascensor 1
—Usagi-sensei ¿Me puede explicar por qué demonios estoy subido en su coche? ¿A pesar de que me fui media hora antes?—fueron las palabras que salieron de un molesto Misaki después de un largo rato.
En el momento que iba a subir al tren sintió como una mano lo agarraba con fuerza y lo obligo a retroceder haciendo que el tren se le escapará. Al girar el rostro se quedo sorprendido al ver al escritor y antes de poder pronunciar palabra ya estaba en el vehículo rojo como otras veces ya había pasado, es que nunca aprendería la lección se recriminaba a él mismo. Además hacia donde se dirigían era una duda que asaltaba a Misaki sabía que su compañero era capaz de cumplir lo que había dicho en la mañana y llevarlo a rastras a Inglaterra.
—Porque que vamos al mismo lugar-respondió
—¿Eh?-pronunció sorprendido
—Aikawa se había olvidado que hoy teníamos una reunión en Murakawa-contestó-Esa mujer siempre dejando todo para el último minuto.
—¿Exactamente de quién esta hablando? ¿No eres ese tú?—decía mientras le daba una mirada de reproche.
—Además, es tu culpa por ser tan bajo y por eso es que caminas tan lento—comentó mientras ignoraba las últimas palabras de su copiloto.
—Me esta molestando, gran Usami-sensei—el contrario había conseguido que desviar el tema afectando a Misaki.
—Tengo que añadir que quiero ver la clase de lugar que vas a trabajar y eliminar posibles amenazas—con estas palabras el semblante del escritor se volvió duro y atemorizante.
—Deja de crear enemigos que no existen de una vez, son sólo compañeros de trabajo—grito, él sabía que el otro hablaba bastante en serio.
—Llegamos—dijo ignorado deliberadamente el reproche de Misaki.
Ambos se bajan del auto y entran por la entrada principal que extrañamente estaba desierta, ni siquiera la recepcionista estaba en su puesto.
—Hola, chibi-tan—se oye una voz familiar detrás de ellos.
—Isaka-san no me llame así por millonésima vez—se quejo el menor.
—Akihiko ¿Qué haces aquí? Es muy raro que vengas por propia voluntad—observo Isaka.
—¡SENSEI!—temblando llego corriendo una apurada Aikawa—realmente vino a la reunión-pronuncio a punto de llorar-¿No será que tiene fiebre?—dijo preocupada.
—Ya veo, buen trabajo en traerlo Misaki—comenta Isaka mientras muestra su mano con el pulgar arriba —¿Sabes en que planta esta el departamento de manga shojo?
—Shojo? Me dijeron que estaba asignado a Shonen—menciono extrañado Misaki.
—Hubo un cambio de última hora-mira divertido a Usami—¿Tal vez prefieres trabajar en el departamento de BL? Está al lado...
—Por favor no—se apuró a contestar Misaki —¿Tú? ¿Qué hiciste?—continúa hablando ahora dirigiendo una mirada furiosa al escritor.
—Solo dije que dejaría de publicar en esta editorial si te asignaban a trabajar con ese mangaka Ijuin—respondió en tono despectivo.
—Ya dejen la discusión de amantes para la noche, es el cuarto piso vete vas retrasado ¿no?—interrumpió Isaka.
—Discúlpenme...llego tarde-según termina de hablar se dirige apurado hacia el ascensor y entra.
—Era broma realmente llega más temprano que nadie, puede ser por el cambio de hora que mi broma funciono—rió—cierto Akihiko, ¿Akihiko?—busco con la mirada pero el escritor ya había desaparecido de su lado.
La puerta del ascensor estaba apunto de cerrarse, pero una mano detuvo el cierre, la figura del Sensei se mostró y se deslizo hacia el interior.
—¿Por qué demonios hiciste algo así?—empezó a discutir un malhumorado Misaki
—Te he dicho que eres mío y que no puedes escapar de mí—lo acorrala contra la pared haciendo caso omiso de las quejas. Aprovechando que las quejas continuaban presiona sus labios contra los de Misaki haciendo que este se calle al introducir su lengua en la abertura pudiendo tocar de esa forma el paladar del castaño.
—Pa...rah, oye Usagi ¿Dónde estas tocando?—consiguió reaccionar cuando las manos del mayor empezaban a deslizarse dentro del interior de la camiseta de Misaki.
—Misaki...te amo—pronunció las palabras que nunca se cansa de repetirle a Misaki ,para que se dé cuenta de que habla en serio.
—Estamos en el trabajo—logro mover sus labios haciendo un esfuerzo sobre humano para soltar esas palabras—Ahg, Usagi.
A pesar de estas protesta no se detenía y más sabiendo el efecto que esas palabras tenían en su compañero haciendo que se avergüence y haciéndolo más vulnerable, por lo que se sigue aprovechando la situación y continúa el beso.
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