Parte dos
Se volvió a encontrar con Jungkook un par de días después. Fue en el mismo lugar, dentro del cementerio pero alejado de las lápidas. Y, eso fue porque ninguno sabía en qué otro lugar podrían verse. O tal vez porque les daba más seguridad volver ahí -donde se encontraron- ya que recién se habían conocido.
Jimin aprovechó para llevar flores a su madre y supuso que Jungkook también a la persona que perdió pero no le preguntó porque no quería incomodarlo. En realidad, tampoco hubo tiempo para saludarlo porque, cuando apenas llegó al lugar de encuentro y se vieron, la lluvia calló en abundancia y con mucha fuerza sobre los dos.
—¡Vamos ahí! —exclamó Jimin por encima de la lluvia mientras corrían buscando dónde quedarse. Jungkook lo siguió bajo aquel techo y al llegar solo rieron por la terrible casualidad de que lloviera apenas se encontraron.
Comenzaron a caminar por aquel sector, habían otras personas también. Entonces se dieron cuenta rápido que estaban en el sector de los columbarios y al acercarse al mapa silbaron juntos por lo inmenso que era el lugar. Decidieron recorrerlo mirando el lugar mientras la lluvia seguía cayendo duramente fuera. Y, a pesar de eso, del ruido de la lluvia, comenzaron una pequeña conversación que al principio fue en referencia al clima y luego terminó en videojuegos.
Si le preguntaban como llegaron a ese tema, ninguno sabía que responder. Tampoco iban a perder el tiempo pensando en cómo llegaron a ese tema, ahora solo discutían por qué equipo era el mejor. Jimin tenía buenos fundamentos para dejar en claro que su equipo favorito era el mejor pero Jungkook era demasiado terco para darle la razón.
Terminaron sentándose en unas escalones -cuando vieron que los pocos asientos estaban ocupados- para poder conversar mejor del capitulo quince del videojuego y, claramente, para poder seguir mencionando las razones del porqué su equipo favorito era el mejor.
Pasaron toda la tarde juntos, más que toda la tarde porque cuando se dieron cuenta el sol comenzaba a ocultarse. Jimin y Jungkook habían discutido pero también reído sin parar toda la tarde, había sido demasiado divertido. Estaba sorprendido de que el tiempo haya pasado tan rápido y, ciertamente, estaba un poco triste por eso. Tal vez un poco mucho.
—¿Qué harás mañana? —preguntó Jimin esta vez, cuando se estaban despidiendo.
Y, fue suficiente con esa pregunta. Acordaron volverse a ver al siguiente día.
Jungkook propuso volverse a ver en el cementerio, a Jimin le hubiese extrañado de no ser que el menor y él en teoría apenas se conocían y podría ser que se sintiera más seguro volver a ir al mismo lugar. A Jimin no le molestaba volver allí, estaba bien y podía pasar a dejarle algo a su madre al mismo tiempo.
Su madre... Desde que no estaba las cosas en su casa habían tomado otro rumbo, su padre estaba más preocupado por él al igual que su hermano. Era abrumador, su vida era abrumadora, por lo que siempre había buscado formas para escapar de la realidad. Al principio fue saliendo de su casa, solía ir a parques a escuchar música con su celular, aislarse lo ayudaba. Eso fue hasta conoció a Taehyung y a Hoseok, sus mejores amigos que aparecieron cuando más necesitaba a alguien, cuando su madre enfermó. No sabía como hubiera sobrevivido sin ellos. Pero ahora también tenía a Jungkook que lo ayudaba de alguna forma a hacer que se olvide de su pérdida y del vacío en su corazón.
Una vez más se encontraba hablando y riendo tanto con Jungkook que el tiempo volvió a pasar rápido. Esta vez fue Jungkook quien dijo de volver a verse, y eso fue gracioso porque parecían estar turnándose.
La siguiente vez que se vieron de nuevo fueron días después en el mismo lugar y, como venían acostumbrándose, le tocó a Jimin preguntarle si iba a hacer algo al día siguiente. Era bueno que ambos estuvieran de vacaciones pensó cuando fue fácil planear cuando verse. Lo nuevo del encuentro esta vez era que se verían en otro lugar y ya no en el cementerio. Jungkook había sugerido una parque que estaba cerca. Jimin asintió algo emocionado porque el hecho de que sugiriera otro lugar significaba que estaba ganando su confianza y eso era algo bueno. Porque Jimin ya lo veía como un amigo.
—Oh, te ves... bien —hágalo Jimin cuando se acercó a Jungkook el cual vestía de color negro y resaltaba el tono claro de su piel. Y no era solo que resaltara su color de piel, también era que Jungkook realmente se veía bien de color negro. Se veía lindo.
Jungkook le sonrió y se puso de pie ahora que se habían encontrado en aquel parque. Y si, una vez más Jungkook había llegado temprano. Jimin no sabía como lo hacía pero el pelinegro siempre estaba antes que él cada vez que se encontraban.
—También te ves bien —respondió Jungkook haciéndolo reír bajo y agradecer.
Comenzaron a caminar, Jimin nunca se le ocurrió hasta ese momento algo tan simple como decirle:
—Deberíamos intercambiar números de teléfono. —Casi le pareció ver a Jungkook tensarse aunque seguían caminando—. Por si alguno tiene algún problema y tarda...
—No tengo teléfono.
Jimin quedó boquiabierto, era la primera vez que escuchaba a alguien decir algo así y sobre todo a alguien tan joven como él: —¿Redes sociales?
—Yo... Tampoco —respondió pasados unos segundos. Y eso lo sorprendió más aún.
—¿Por qué?
Jungkook continuó caminando pero estaba medio cabizbajo, o eso parecía.
—N-no me gustan —respondió y quiso preguntar porque pero Jungkook se detuvo—. ¿Quieres comer helado? —Cambió rotundamente de tema indicando a una heladería frente al parque. Jimin no lo cuestionó, helado era helado.
Cuando Jungkook ofreció ir a comer helado creyó que también hablaba de él, creyó que también él quería. Pero no fue así. Ahora se encontraban sentados en aquella heladería y el único que estaba comiendo helado era Jimin.
Porque a Jungkook no le gustaba el helado...
—La última vez que nos vimos mencionaste que tu postre favorito es el helado.
Jimin lo miró mal y luego suspiró no tan feliz, aunque su helado supiera a chocolate de verdad: —Pero no me gusta ser el único que come.
El menor rió bajo y miró hacia los auto pasando fuera de la heladería en la que estaban sentados. Luego volvió a mirar a Jimin y le sonrió de forma suave.
—Tal vez la próxima vez podríamos ir a mi lugar favorito de comidas rápidas.
Jimin hizo una mueca pensativa y jugó con su helado mientras saboreaba el que tenía en la boca.
—Si vas a volver a invitarme, lo pensaré —respondió encogiéndose de hombros aunque en realidad estaba mintiendo. Jungkook había comprado su helado hoy, por supuesto que no le dejaría que volviera a pagarle algo.
—Si vienes conmigo, lo haré —dijo y para su sorpresa se notaba que hablaba en serio.
—Pediré mucho, eh —advirtió, para molestarlo pero Jungkook no se veía nada molesto.
—No importa. Si de verdad aceptas ir a comer conmigo, no importa.
—¿Uh? —preguntó confundido—. Créeme, no creo que sea como algún otro amigo tuyo. Pediré mucho para comer.
Jungkook bajó su mirada, vio hacia la mesa que los separaba mientras decía: —No tengo otro amigo aparte de ti...
Quedó enmudecido, pensó en que decir pero sentía que solo sería peor así que optó por extender su mano y querer tocar su hombro. Solo que, Jungkook se alejó de inmediato. Se lo impidió como si fuera un extraño o como si fuera a hacerle algo malo. Eso llamó su atención pero no lo pensó porque creyó que era de las personas que no les gustaba el contacto físico o porque su confianza aún no abarcaba el toque.
—¿Podemos volver a vernos mañana? —Jungkook preguntó antes de que se despidieran.
Por supuesto que dijo que si.
Luego de aquel día, Jungkook fue el único que preguntaba si podían verse al día siguiente o algún otro día. Lo hacía antes de despedirse y, claro, Jimin aceptaba. Pasaron tantas veces que al final la pregunta se volvió más como un "¿cuando nos vemos?". Si algo fue notorio durante esas semanas juntos fue que Jungkook ya no se ponía tímido a su lado, era confiado ahora, pero por alguna extraña razón seguía manteniéndose a una distancia que ni siquiera se pudieran rozar ni una sola vez.
Jimin ahora podía decir con exactitud que Jungkook y él eran amigos pero nunca se habían abrazado. Ni siquiera lo había tocado en todo ese tiempo. Era extraño.
—Lo que sucede es que así como eres un chico muy afectuoso y que le gusta el contacto físico, hay chicos a los que no les gusta para nada eso —decía Seokjin, su psiquiatra—. No tienes que preocuparte por eso, Jimin. Si él te ha dicho que te considera su amigo es porque es así, que se aleje cada vez que te acercas a él no significa lo contrario.
Jimin creyó en las palabras de él, era quien mejor lo conocía y sabía que no podía mentirle. Por otro lado, Jungkook era el único amigo al que Seokjin había aceptado porque seguía diciéndole que se alejara de Hoseok y Taehyung, que no eran buenos para él.
Y sabía cual era la razón, era porque eran hombres y novios.
Las parejas del mismo sexo eran muy mal vistas en su sociedad. No sabía si Seokjin era homofóbico pero lo que sí era claro es que su padre que si era homofóbico le había pedido a Seokjin que le dijera que se alejara de ellos dos cada vez que tenían sus sesiones.
Pero eso era algo que jamás pasaría, Hoseok y Taehyung eran sus mejores amigos, lo únicos que habían estado a su lado en la peor etapa de su vida. No le importaba que fueran novios, en realidad lo único que esperaba era el día que se casaran y lo eligieran como padrino. A Jimin le hacía ilusión el amor que se tenían, no creía poder encontrar a alguien que lo ame de la forma en que Taehyung amaba a Hoseok y viceversa.
—¿Volvió a pedirte lo mismo? Tal vez, él tenga razón y deberíamos dejar de vernos...
—Taehyung —soltó Hoseok. Jimin se detuvo a mitad de la calle y se giró hacia sus dos amigos los cuales estaban caminando junto a él. Como si fueran sus guardaespaldas.
—No interesa, chicos. Son mis amigos y nadie me hará alejarme de ustedes. Quiero que siempre estén a mi lado —dijo Jimin con seguridad. Hoseok y Taehyung se miraron antes de mirarlo a él, y por sus miradas pudo sentir que ellos estaban preocupados por él porque no querían que tuviera problemas con su papá, pero que también se veían seguros de la decisión que habían tomado.
—Si tenernos a tu lado te hace bien a ti —comenzó Taehyung—, jamás te dejaremos.
Jungkook estuvo extraño en todo la tarde que pasaron juntos, no lo miraba a los ojos. Jimin creyó por un momento que había hecho algo mal y estaba molesto con él pero lo descartó al instante que le dio su abrigo cuando dijo que tenía frío. Luego pensó que se sentía mal así que le propuso ir a su casa pero el menor había negado muy rápido para su sorpresa, así que lo descartó por completo. Solo fue hasta unos minutos antes de despedirse cuando por fin supo porque estaba extraño o que pasaba.
Bueno, mas o menos.
—Jimin... ¿estás saliendo con alguien?
Nunca habían tocado ese tema de conversación, pero por alguna razón a Jimin le causó gracia y no pudo evitar reírse. Aunque bueno, era más de los nervios.
—¿Yo? ¿Saliendo con alguien? —preguntó entre divertido y nervioso, lo cual suponía que esto último se venía a la mirada seria y fija que le daba, y no porque hablar de ese tema con Jungkook era... extraño—. Si saliera con alguien no tendría tiempo para que nos veamos tantas veces.
—Oh —Los ojos de Jungkook brillaron con inocente sorpresa que le hizo dar ternura—... cierto. —Que Jungkook luzca aliviado lo desconcertó pero no creyó que fuese de importancia, ¿entonces era eso lo que quería preguntar?
¿Cambiaba algo si decía que si tenía pareja?
—Entonces... supongo que ya es hora de irnos —comenzó Jimin a despedirse aunque se sentía un poco tímido por el tema tocado hacía unos segundos.
Jungkook metió su mano en su bolsillo segundos después que dijera eso, como si lo hubiera pensado hasta estar completamente seguro.
—Te compré algo.
—¿Qué? ¿A mi? —Si, era una pregunta tonta pero no pudo evitar hacerla. Tampoco pudo evitar que sintiera sus latidos acelerándose cuando Jungkook sacó una cajita negra de su bolsillo y se la extendió.
—Cuando lo vi me recordé de ti... espero que te guste —murmuró Jungkook, parecía ruborizado ahora. Jimin tomó la cajita mirándola con ojos muy abiertos de sorpresa—. Nos vemos en dos días. ¡Adiós!
Literalmente, Jungkook salió caminando tan rápido que no tuvo tiempo de agradecerle por el regalo. No esperaba recibir jamás un regalo de él. Una vez más, ni siquiera lo dejaba acercarse, Jungkook era muy poco cariñoso. Era frío. Eso pensaba hasta éste momento.
Jimin sonrió mirando la cajita negra que le dio. La abrió sin poder esperar a llegar a su casa y lo que vio en el interior lo hizo sonreír ampliamente. Casi rió de la felicidad mientras lo sacaba y miraba mejor.
No sabía como Jungkook lo había conseguido pero era el mejor regalo que había recibido en años.
Jungkook era la mejor persona que había conocido en años.
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