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Como un payaso

Con satisfacción, Alastor cortó la grabación del cuento de terror que estaba narrando. Con eso y luego que finalizara el proceso de postproducción, tenía asegurado al menos una antología que podía ir publicando de acuerdo al cronograma que había planificado previamente, se sentía bastante conforme con el trabajo realizado. Se estiro en la silla de su estudio cuando la luz de su teléfono se encendió indicando la llegada de un mensaje, al desbloquear la pantalla, noto que era de Charlie.

El calor abrumador de la tarde hizo de las suyas con los postres fríos que había comprado, espero que el calor en Luisiana este mejor que aquí.

El locutor sonrió con el mensaje lleno de caritas tristes, corto pero cargado de la espontaneidad y la dulzura característica de la cosplayer. Llevaban al menos un mes escribiéndose por Whatsaapp e Instagram, luego de su encuentro, Charlie le había enviado todas sus cuentas personales, las cuales estaban su mayoría privadas a su público. Los mensajes no eran constantes y en algunas ocasiones, tímidos por parte de ambos, sin embargo, comenzar una pequeña interacción con Charlie era suficiente para Alastor. De manera personal, había comenzado a aprender más de ella, más allá de la información publicada en sus redes oficiales, que en sí mismo, solo se reducía a eventos, cosplays, presentaciones y comentarios sobre anime-manga. Charlie era muy hermética con la información que dejaba conocer a sus fans, más allá de su edad, nacionalidad y procedencia, la cosplayer era muy reacia a publicar información familiar o privada, en el tiempo que la seguía por la red, Alastor poco supo de lo que hacía fuera de ese entorno. Pero a partir de sus pequeñas conversaciones, supo más cosas sobre ella, hablaron inicialmente de sus gustos por los comic, manga y/o anime, descubriendo poco a poco que compartían el mismo tipo de humor y gusto por la música, que Charlie gustaba de las cosas dulces mientras Alastor apreciaba el sabor amargo de las cosas, que ambos llevaban viviendo toda su vida en su lugar de residencia, con la diferencia que Charlie ha viajado a diferentes partes del mundo gracias a las ocupaciones de sus padres, ambos eran hijos únicos, aunque ninguno indago particularmente en los datos familiares del otro. Habían comenzado con algo sencillo, una amistad a distancia estaba bien, no era como si Alastor hubiera esperado que su obsesión por ella escalara algo más allá de observarla por una pantalla.

No obstante, debía reconocer que tenía un encanto difícil de escapar y que su corazón había saltado en varias ocasiones cuando ella había enviado fotos inocentes, haciendo cualquier cosa o enviando audios donde su voz se antojaba deliciosamente suave y adorable. Esos eran golpes bajos para el pobre Alastor, quien era débil a su diosa, pero había tratado de contenerse. Aun así, la euforia de aquel momento todavía le acompañaba, haciéndolo estremecer cada vez que su mente la evocaba. El hecho de que ella se declarara de forma apasionada como una de sus fans fue mucho más que revelador en todo el sentido de la palabra, aquel modo de expresarse y los elogios al tono acogedor de su voz persiguieron al locutor por los días que vinieron, el simple hecho que ella pudiera tolerar el generó solo porque amaba su voz, fue un golpe directo a su corazón y a su pene sin poder evitarlo, pero estaba tratando de ser más controlado, ahora que su relación de amistad iba en buen camino. No quería parecer ningún acosador.

Sin embargo... cuando menos quiso esperarlo, allí estaba, a 1,700 millas de distancias de su residencia en New Orleans. En pleno centro de Los Ángeles, California, Alastor estaba en medio de una multitud que asistía a una presentación de recaudación de fondos para un orfanato local, Charlie era la organizadora principal del evento en el cual participaban muchos artistas del cosplay, siendo ella una de las estrellas principales junto a la cosplayer Velvet.

No había podido controlar los impulsos que tuvo cuando ella le menciono que estaba invitado a su presentación. Una vez finalizada su conversación, ni siquiera noto cuando había reservado su vuelo hacía California, aunque se encontraba en plena temporada de parciales. Quiso golpearse por las acciones que tenía tiempo haciendo sin pesar, pero estando en pleno avión hubiera sido considerado un loco, y ya tenía suficiente con reconocerlo por sí mismo.

El locutor suspiro, cansado. Bien que parecía un completo payaso, tan débil por ella y por lo que le hacía sentir, pero importándole tan poco que se comportara así.

El amor volvía estúpidas a las personas, de eso Alastor estaba claro, y había mucha literatura, además de incontables estudios científicos, que demostraban como el cerebro humano perdía ciertas potestades cuando estaba enamorado. Al joven locutor le parecía en demás irónico como siempre se había burlado como actuaban las personas presas de sus bajos estímulos... lo que hacía que ese preciso instante se sintiera terriblemente patético por lo bajo que había caído. Pero Charlie era tan brillante, como una estrella en medio de la noche oscura, y Alastor se sentía cegado por ella, incapaz apartarse de ella.

Y aunque su presupuesto y su régimen de estudio le facilitaron esa oportunidad de verla en vivo, si seguía a ese ritmo, su trabajo de medio tiempo y las monetizaciones de sus podcasts llegarían a ser insuficientes.

Aunque bueno, en vista de las circunstancias, solo le restaba pasar desapercibido y disfrutar del show que tenía a su disposición.

Con un área abierta colmada de gente y una excelente animación que favorecía la participación de personas a donar por una buena causa, todo parecía indicar que la actividad iba muy bien por ese lado, logrando alcanzar la meta mínima del evento. y no era por menos, cuando las principales cosplayers de la presentación eran la sensación de la red en ese momento, Charlie dominando la costa este y Velvet, en la costa oeste. Sin embargo, por muy hermosa que pudiera ser la lolita, el único interés de Alastor reposaba en Charlie.

Encogiéndose de hombros, suspiro extasiado de ver a Charlie vistiendo un singular traje blanco que emulaba al personaje Albedo de Overlord. No sabía si era intencional, o estaba pasando por una fase de adoración de los súcubos, pero verla vestida de ese modo, le atraía bastante.

Al cabo de unas horas, el evento finiquito con una algarabía ante los positivos resultados de la colecta de fondos que superaron todas las marcas pensadas. Charlie se abrazaba junto a otros organizadores, mientras agradecía encarecidamente el apoyo de todos los presentes que poco a poco iban retirándose del lugar.

Alastor se sintió feliz por ella, viendo como rebosaba de felicidad. En un momento se cuestiono si debía saludarla aprovechando la ocasión, más se abstuvo de hacerlo pensando que quizás se sentiría bastante raro, ya había disfrutado suficiente de ella desde la distancia, por lo que Alastor considero más adecuado ir a comer algo para luego retirarse a su hotel a descansar, su vuelo salía a las 8 de la mañana del día siguiente, así que sería bueno irse a la cama temprano.

Una vez salió del parque donde fue la presentación, se retiro la mascarilla y cambio los lentes de sol por sus gafas de uso diario. Al no conocer el lugar, tardo más de lo que hubiese gustado en encontrar un buen sitio para comer algo. Fue girando un par de cuadras más que encontró una cafetería de estilo vintage que llamó bastante su atención por la estética de los años 30 y el agradable olor del café que llego a su nariz mientras pasaba cerca. Sentándose en una mesa cercana a los ventanales, pidió lo que más le intereso del menú mientras inspeccionaba el sitió con la mirada. Acogedor, sin mucha gente y una interesante selección musical, un excelente lugar al que la pequeña Nifty y su buen amigo Husk vendrían, incluso podía decir que este último se vería interesado por la interesante selección de café y licor que la tienda ofrecía. Si volvía en una siguiente ocasión en la que no hubiese una presentación de Charlie de por medio, quizás los invitaría a ambos para distraerse del alcohol y los borrachos del bar para variar.

Cuando recibió su café a los pocos minutos, disfruto como el fuerte calor se mesclaba en la sala y lo invitaba a tomarlo, definitivamente era un buen lugar para regresar. Sonriendo levemente, estaba pensando seriamente en recomendárselo a Charlie.

— ¿Alastor? —la voz incrédula y suave de su diosa hizo a Alastor voltear sorprendido, encontrándola increíblemente a unos metros de su mesa acompañado del mismo chico de la convención pasada y otra chica más de cabellos oscuros.

—Charlie —Él se levantó de su asiento, como un gesto de cortesía y como una forma de poder acercarse a ella. Iba a tomar su mano para besarla como la vez anterior, cuando una chica morena de baja estatura y mirada furibunda se colocó en medió.

—¿Quién es él? —pregunto la morena, bastante reticente y desconfiada. Charlie le contesto, aun manteniendo su alegre semblante.

—Él es Alastor, la persona que me salvo la convención anterior —explico, un ligero sonrojo cubrió sus mejillas y Alastor adoro tanto esa reacción, tan adorable y dulce.

—Ah, el tipo sonriente que resulto ser radiodemon —acertó Angel, haciéndole una mirada coqueta de arriba hacia abajo que perturbo al locutor, considerando seriamente mantener sus distancias con el afeminado chico.

—Mi nombre es Alastor Gallow, todo un gusto, estimados —indicó, extendiendo su sonrisa—. ¿Venían a pedir algo para comer? Si gustan, pueden sentarse en mi misma mesa, no hay ningún inconveniente.

La otra joven estuvo a punto de negarse, cuando Charlie saltó por su costado, casi empujándola.

—Sí, nos encantaría —aceptó, y a pesar de la mueca disgustada de la morena, Ángel y Charlie fueron a sentarse a la mesa del locutor, estando obligada a seguirlos. Revisaron los menús y pidieron sus respectivas ordenes las cuales no tardaron en llegar. Estaban disfrutando de ello, cuando Charlie pareció entrar en conciencia de algo.

—Oh, disculpa mi descortesía, ellos son mis dos amigos, Ángel, a quien ya habías visto conmigo la otra vez —lo señalo, el joven le guiño el ojo, pero Alastor decidió ignorarlo— y Vaggie, mi mejor amiga.

—Un gusto —contesto solo por decirlo, cruzada de brazos. Al locutor no le importo en lo absoluto, ella no era de su mínimo interés, demasiado insulsa y amargada. Pero su madre crio un caballero, así que lo menos que podía hacer era devolver el saludo.

—El gusto es mío —respondió, pasando de inmediato su atención a Charlie—. Es una verdadera coincidencia encontrarnos en este lugar, cariño. ¿Vienen mucho a este lugar?

— ¡Si! Es una de mis cafeterías favoritas, cuando hay alguna convención suelo venir a tomar algo —menciono, dando un mordisco al beiget que había pedido—, tienen unos dulces exquisitos y adoro el estilo que tienen.

—Creo que puedo entenderlo, me costó bastante hallar un lugar decente para comer y este café me pareció adecuado —comentó. Charlie asintió, considerando lo mismo.

— ¿Y qué haces aquí? No imagine verte nuevamente en Los Ángeles —comentó ahora la rubia bastante curiosa, Alastor tosió incomodo, desviando la mirada. No espero en verdad esa situación. Sus planes iniciales eran observar su presentación desde el anonimato y regresar sin que fuera reconocido, no espero que luego de tantas horas de haber finalizado el evento la encontrara en ese lugar.

—Tuve que arreglar unos asuntos personales, mañana por la mañana regreso a New Orleans —indicó, sin dar más detalle. Por otro lado, Ángel reposo su cabeza sobre su mano, viéndole inquisidor y coqueto.

—Ehh, debe ser un asunto muy importante como para viajar tantas millas de distancia desde New Orleans—inquirió, sonriéndole burlón mientras sus ojos iban claramente dirigidos a su mejor amiga.

Alastor apenas pudo contener el sonrojo y el tic nervioso en su ojo, sintiéndose descubierto, pero trato de mantener el poco orgullo que le quedaba, cambiando de tema.

— ¿Y ustedes que hacen aquí? ¿No tenías una presentación el día de hoy? —pregunto, viendo directamente a Charlie.

—Sí, termino hace un par de horas —expreso—, tenías que verlo, asistieron muchas personas y logramos alcanzar por mucho la meta esperada, los organizadores del evento y del orfanato beneficiado estaban muy complacidos con el resultado.

Nuevamente la euforia fluía de forma natural de ella, haciendo que Alastor le mirara enternecido y encantado, no cabía duda que esa esencia que emanaba había hecho que la presentación fuera el éxito que había esperado. Como si fuera natural, acerco su mano hasta colocarla sobre la de Charlie.

—No sabes cómo me alegra oír eso—comentó. El tono afable de su voz hizo que Charlie enrojeciera, bajando la mirada y agradeciendo sus palabras con suavidad.

Ángel cubrió su boca, buscando no soltar un comentario que pudiera matar el ambiente tan encantador entre la pareja, mientras Vaggie casi quería cargar un cuchillo más letal entre sus manos para atravesar con él al hombre que tenía frente a ellos.

Percatándose de su acción, retiro su mano de la de Charlie, tosiendo un poco para levantarse de su asiento, tomando su bolso.

—Fue muy agradable verte de nuevo, dulzura. Pero no quiero quitarles más de su tiempo, es momento que ya me retiré —indicó. Charlie se levanto de su asiento también, viéndole con gesto afligido.

— ¿Tienes que irte tan pronto? —pregunto, y la forma como lo hizo casi genero que Alastor se estremeciera. Si era sincero, no tenia deseos de dejarla, pero no podía perder más tiempo.

—Me gustaría quedarme más tiempo, cariño, pero debo hacer el check-in de mi hotel o perderé la reservación que hice —explico. Los hombros de la cosplayer se encogieron de entendimiento.

—Ya veo. Entonces nos estamos escribiendo pronto —menciono, mientras elevaba su mano para despedirlo.

El joven de ojos bicolores miró a Alastor pagando su cuenta y luego a su amiga, quien lanzaba un suspiro mientras lo veía. Entonces, temiendo que el eléctrico ambiente que veía entre ellos se rompiera por falta de tiempo, pero entonces una singular sonrisa cruzo su rostro ante la maravillosa idea que surgió en su mente. Estaba seguro que Charlie se lo agradecería luego.

— Hey, chulo sonriente ¿Tienes otros planes luego de llegar a tu hotel? —pregunto Ángel de la nada, llamando la atención de todos.

— ¿Disculpa? —Alastor se detuvo en su paso, volteando a verlo. Ángel sonrió divertido, colocándose de pie al lado de Charlie.

—Nosotros iremos a disfrutar el resto de la noche en Club Bahía cerca del bulevar Sunset. Si no tienes más nada que hacer, pudieras unírtenos para pasar una divertida y alocada salida —invito, sorprendiendo a todos con la propuesta.

— ¡Ángel! —Regaño la morena a su afeminado amigo—, no seas entrometido. No sabes cuales son los asuntos que él debe atender antes de regresar a su hogar.

El aludido hizo una serie de pucheros molestos, mientras Alastor vio la expresión que la joven latina le dirigió sin escrúpulos, bien que quería que se fuera a su hotel y no regresara, demasiada interesada en permanecer pegada a Charlie como un maldito chicle. Con una sonrisa perversa, poso su mirada hacia la cosplayer y su amigo.

—No tengo problema en acompañarlos —expreso—, su propuesta es mejor que mi plan inicial dormir hasta la mañana siguiente—comentó, viendo a Charlie divertido, quien soltó una risa avergonzada. Por su parte, Ángel pareció celebrar su respuesta.

—¡Bien, sabía que eras un buen chulo de fresa! Nos vemos en dos horas, tu sabes el numero de Charlie —le guió el ojo, y bajo lo que fueron claras protestas tanto de una avergonzada Charlie como de una enfurecida Vaggie, los tres amigos tomaron un camino separado de Alastor luego de pagar la cuenta del café.

Con ciertas prisas, el joven locutor hizo el check-in de su hotel, instalándose rápidamente en su habitación. Tomo una ducha rápida, agradeciendo lo previsivo que acostumbraba a ser, pese a lo alocadas de ciertas decisiones que tomaba. No sabía si era que esperaba que algo así sucediera o simplemente fue su propia naturaleza la que lo insto a meter una muda de ropa más casual y atractiva, a la usual que usaba cuando quería pasar desapercibido. La chamarra era cómoda y sencilla, pero en esa oportunidad, su interés estaba destacar más que otra cosa.

A la hora acordada, los tres amigos iban llegando a la discoteca en el convertible de Charlie quien lo estaciono en las cercanías del lugar. Ángel resaltaba por su estrambótico y revelador atuendo, Vaggie era más conservadora, usando un pantalón ajustado con una blusa unicolor agarrada a su cintura. Charlie por su parte, usaba un top rojo con un pantalón negro y botines del mismo color. Su cabello siempre suelto estaba sujeto a una cola alta que dejaba ver perfectamente su rostro y unos modestos aretes de cruz. Caminando hacia la entrada, el joven de ojos bicolor se acercó a Charlie.

—¿Sonrisas viene en camino hacia acá? —le pregunto, la cosplayer asintió, emocionada.

—Sí, me dijo que en unos cinco minutos llegaba hasta acá y que, si no había problema, entráramos para tomar una mesa —contesto.

Las luces de neón y el ambiente cargado de música bailable los inundo mientras se acercaban a una de las tantas mesas que estaban cerca del bar, desde que llegaron Ángel lanzó varias miradas a chicos dentro del lugar, siendo rechazado en un par de oportunidades. Charlie miró su teléfono varias veces, retocándose el cabello cada tanto que podía, Vaggie veía esto con el cejo fruncido, ya incapaz de soportar. Estaba dispuesta a decir lo que pensaba, lo terriblemente molesta que estaba por invitar a alguien desconocido que era obvio que no tenía buenas intenciones sobre Charlie y porque era más un bicho raro que nada, pero antes de que pudiera apartar a su amiga para hablar con ella, una voz masculina resonó a sus espaldas.

—Disculpen de verdad la demora, señoritas, el desconocimiento del lugar me tomo un poco más del tiempo para llegar.

Los tres amigos vieron con estupefacción como un Alastor diferente se presentaba ante ellos, diferente a las veces que lo vieron vestido con un simple jean y chamarra, esta vez utilizaba una camisa de vestir vino tinto junto a un pantalón de mezclilla color negro, el cabello castaño peinado hacia atrás, dándole un aire más provocador. Charlie misma estaba impresionada del cambio, sintiendo sus mejillas calentarse ante lo apuesto que se veía, teniendo ante ella al mismísimo Radiodemon en todo su esplendor.

—¿Algún problema, querida? —cuestiono, acercándose peligrosamente a ella, Charlie enrojeció aún más, enrollando un mechón de su cabello entre sus dedos.

—No, te ves muy bien —menciono, sinceramente encantada. Alastor rio, tomando su mano para besarla como lo hizo la primera vez que se presentaron.

—Pudiera decir lo mismo, pero las palabras quizás no puedan hacer justicia —aprecio.

Charlie casi pego un grito de vergüenza ¿Este era el mismo Alastor con el que había estado escribiéndose? Esa clara actitud y forma de actuar que parecía desarmarla con cada movimiento que hacía, y sin contar la sonrisa coqueta que le dirigía. Estaba tan roja que una manzana palidecería en comparación.

— ¡Bien! Es hora de ir por la cerveza ¿Charlie, muñeca, me acompañas? —la salvó Ángel de quedar estancada en un hoyo de bochorno, así que asintiendo como podía, los dos caminaron juntos hacia la barra cuando el chico la abrazo con fuerza, pegando su rostro confidente a su mejilla— ¿Mis ojos me engañaron o estoy soñando? ¿Ese apuesto sonriente es el mismo chulo sonriente que conocimos los dos en la convención? —Charlie asintió, confirmando lo que ambos ya sabían, aunque no podían creer, Ángel pego chillido emocionado, sin poder evitarlo— ¡Eres una maldita suertuda! Tienes a ese galán babeando por ti y yo aquí muriéndome de hambre, dime que me compartirás algo, lo que sea, me conformo con morder uno de sus pechos o darle una mamada, casi puedo sentir su sabor a fresa en mi boca.

—Estas exagerando —dijo, pidiendo la primera tanda de cervezas de la noche y dándole una mirada reprobatoria por sus obscenos comentarios sobre Alastor—, además, él no está babeando por mí— Ángel enarco una ceja, como si le hubieran insultado.

— ¿Es en serio? Charlie, bebe, es claro que lo tienes colgando de tus manos, el tipo literalmente está aquí porque tuviste una presentación en Los Ángeles ¿Qué otra cosa pudiera hacer entonces tan lejos de su casa? ¡Son casi dos mil millas de distancia! —le increpo, pero Charlie hizo oídos sordos.

—Ya lo oíste, estaba atendiendo unos asuntos personales —menciono, tomando las cervezas y dando la mitad a su amigo para que las llevara—, además, hoy no lo vi en ningún lado de la presentación.

—Sí, porque hay miles de cerdos vírgenes vistiendo del mismo modo en cada convención y evento que visitas—le recordó con gesto obvio—. Seamos sinceros, Char, el tipo estaba usando el uniforme otaku por excelencia, era obvio que quería pasar desapercibido.

Sin embargo, Ángel se calló cuando iban llegando cerca de la mesa donde estaban, Charlie se preguntó porque había dejado de hablar justo cuando estaba en su máximo esplendor, notando entonces la razón de su repentino silencio. A pocos metros de ellos, Vaggie estaba de pie con un gesto airado y colérico, Alastor estaba frente a ella, en su mismo lugar, esperando cualquier reacción por parte de esta.

—¿Qué ha pasado? —pregunto la cosplayer, viendo con nerviosismo la mueca enfurecida de su amiga y el rostro burlón de Alastor, algo de verdad había pasado y no parecía haber sido bueno.

—Bueno querida, solo le dije a tu estimada amiga que sonriera un poco más, quizás eso alejaría la nube negra que le cubre encima, pero tal vez este tipo de bromas no son de su gusto —contesto, encogiéndose de hombros inocentemente.

Ángel soltó una tremenda carcajada que hizo que el enojo de la morena aumentara mientras Charlie busco calmarla, tomando su mano y diciendo que solo era una pequeña broma. Aquel gesto no pasó desapercibido por el locutor, quien busco atraer su atención proponiendo un tema de conversación que alejara a la cosplayer de su insulsa amiga. Por un par de horas estuvieron bebiendo y conversando sobre diversos temas, incluyendo gustos y ocupaciones, Charlie y Vaggie eran compañeras de universidad, aunque la primera había pausado sus estudios el último año, en una carrera diferente a la que había iniciado cuando ingreso a la casa de estudios. Vags estaba estudiando economía mientras Ángel seguía repitiendo los mismos cursos de Diseño en los últimos tres periodos académicos.

—¿Y tú? ¿Estudias algo? —cuestiono Vaggie, viéndole fijamente.

La joven esperaba que no tuviera nada que decir, puesto que una larga lista de tipos iguales a él que eran completamente inútiles, cuya pobre insulsa vida solo rondaba en torno a sus patéticos podcasts y publicaciones en la red. No podía esperar nada decente de un patético otaku arrastrado. Por otro lado, Alastor presintió la intensión oculta en sus palabras, sonriendo más ampliamente mientras la veía, casi burlándose de ella y lo patética que podía llegar a ser.

—¡Pues claro que estudio! —contesto, riendo teatralmente—. Actualmente me encuentro cursando el quinto semestre de licenciatura en Ciencias sociales y comunicación de la Universidad Estatal de Louisiana mientras trabajo para la radio del campus, es una pasión que espero convertir en profesión —explico, denotando un claro orgullo por su profesión.

Tanto Ángel como Charlie se quedaron impresionados por ello, la Universidad Estatal de Louisiana era una de las mejores del estado, entrando en top tres de mejores universidades de la región. Además, particularmente culto y creativo, era alguien con un marcado índice académico, lo que hacía que la cosplayer la admirara más mientras Vaggie solo podía retorcerse de ira.

Alastor rio para sus adentros, viendo como la expresión colérica de la damita estaba que explotaba en cualquier momento, era bastante divertido ridiculizar a alguien que se creía superior, cuando en si era una pobre criatura cuyo único objeto de deseo estaba fuera de su asqueroso alcance. El locutor sabía que ese resentimiento nacía de la amenaza latente en la que se había convertido, pero Alastor podía llegar a más, no simplemente a ser una mera amenaza, quería ser la realidad que más temía.

Una nueva canción comenzó a sonar en los altavoces, dándole una idea al locutor, este se rio para sus adentros, curioso por las reacciones que pudiera provocar, especialmente la de una encantadora rubia que no había dejado de mirarlo desde que entro al lugar.

I got this feeling inside my bones

Alastor miró a Charlie, esta se encontraba sorprendida de escucharlo cantar de forma tan espontanea, y aunque habían comentado su afición por música, jamás imagino que pudiera cantar tan bien.

It goes electric, wavey when I turn it on

El locutor le sonrió coqueto, retándola a acompañarlo, queriendo ver la expresión que pondría al arrinconarla a esa situación y la reacción que podría su amiga al no poder controlar la situación. Y casi como una oda a su invitación, Charlie le sonrió de la misma forma, cantando con su misma energía.

All through my city, all through my home

We're flying up, no ceiling, when we in our zone

No podía creerlo ¡Que voz tan maravillosa se tenía escondida aquella particular criatura! ¿Cuántas cosas más estaría escondiendo a la espera que él las descubriera? Con una energía renovada, siguieron juntos el resto de la canción mientras Ángel y Vaggie los veían sorprendidos.

I got that sunshine in my pocket

Got that good soul in my feet

I feel that hot blood in my body when it drops (ooh)

I can't take my eyes up off it, moving so phenomenally

Room on lock, the way we rock it, so don't stop

Alastor le extendió la mano a Charlie, invitándola a levantarse para ir a la pista. La cosplayer ni siquiera lo pensó dos veces para acompañarlo pese a que su amiga busco detenerla, siendo un intento vano.

And under the lights when everything goes

Nowhere to hide when I'm getting you close

When we move, well, you already know

So just imagine (just imagine, just imagine)

Ambos comenzaron a bailar, moviendo sus caderas al ritmo de la música, Charlie seguía de cerca los pasos de Alastor quien no despegaba su vista de ella. El sinceramente estaba encantado con la situación, preso de una adrenalina que no había sentido nunca, y mientras seguían cantando a coro la canción, sus pies los llevaron al centro de la pista donde el calor era abundante y la electricidad que había tomado sus cuerpos los sobrepasaba, invitando a seguir la mirada del contrario.

Nothing I can see but you when you dance, dance, dance

A feeling good, good, creeping up on you

So just dance, dance, dance, come on

All those things I shouldn't do

But you dance, dance, dance

And ain't nobody leaving soon, so keep dancing

Desde la mesa del bar, Ángel silbaba con jocosidad mientras veía a la pareja disfrutar de su momento. Acercándose hacia un lado de su amiga, invadiendo un poco de su espacio personal, le sonrió extremadamente divertido.

—Creo que esta vez no tienes ninguna oportunidad muñequita —comentó Ángel hacia Vaggie, quien enfurecida le retiro la cara de su oreja con gesto airado. Cruzándose de brazos, miró a Charlie bailar al ritmo de Alastor mientras echaba humo de los oídos. Los dos parecían irse acercándose cada vez que podían y compartiendo miradas cómplices que claramente significaban coqueteo. Tenías que ser muy ciego de no ver la tensión que había entre esos dos, y aunque a Vaggie no le gustara admitirlo, ella y Charlie no tenían esa química que si podía ver en ellos dos.

I can't stop the feeling

So just dance, dance, dance

I can't stop the feeling

So just dance, dance, dance, come on

La canción siguió, Alastor le dio la vuelta a Charlie quien rio por el estrambótico movimiento, y aunque fuera tan diferente a todas las veces que compartió un baile con alguien, se sentía tan mágico. Llego un punto en que todos los demás en la pista los rodearon para animarlos mientras bailaban, pero ellos simplemente se rieron, olvidándose de todo, solo viéndose y disfrutando de la sensación que había entre los dos.

De repente, Alastor la tomó de la mano, e invitándola a seguirlo, salieron de la pista de baile riendo para descansar un poco y tomar algo de aire, ya que el sudor ya se le marcaba por el rostro, sintiendo un calor insoportable.

—¡Eso fue increíble! ¡No sabía que podías moverte así! —exclamo Charlie, apenas recuperando el aliento —, eres un gran bailarín.

—Que puedo decir —se encogió de hombros—, hay mucho que aún no conoces de mí, pero si tenemos que admirar algo aquí, es lo maravillosa de tu voz —dijo, al mismo tiempo, mientras arreglaba un pequeño mechón de cabello que tenía en la frente— cantas como el coro de los ángeles, cariño.

El halago tan directo y el pequeño toque avergonzaron a Charlie, quien cubrió sus mejillas rojas como manzanas mientras Alastor reía por su reacción. Cuando se sintió más calmada, volvió a hablar.

—Bueno, siete años de clases y cuatro años más participando en el coro de la escuela han ayudado mucho —le explico, dejando que su cuerpo reposara de la baranda mientras disfrutaba de la brisa nocturna—. Siempre me ha gustado cantar, solo que no lo hago tan seguido en público —le explico, un rastro de añoranza persiguiendo sus palabras.

—Eso es un completo desperdicio, con una voz tan maravillosa como la tuya, los simples y vagos mentecatos que te siguen quedarían aún más encantados de lo que ya están—garantizó, mientras Charlie le seguía con la mirada, embelesada—, reconozco un gran talento cuando lo veo y eso querida, es algo que tienes para regalar.

En ese momento, el corazón de Charlie se agito mientras una mezcla de sentimientos le hizo sostener su mano sobre su pecho, el calor arremolinado en sus mejillas y el nerviosismo cubriéndola como si hubiese regresado a su tierna adolescencia.

—Gracias.

Ambos se miraron en silencio por un momento, detallando con la mirada, al contrario. Alastor estaba hipnotizado con la belleza cautivadora de Charlie, siendo incapaz de quitarle la mirada de encima. Por su parte, la cosplayer estaba embelesada con este, presa de hechizo que parecía haberse activado desde las últimas palabras de Alastor. Una expectación pura que se difuminaba en esos ojos, y que el locutor estaba completamente seguro, que él se veía igual. Ambos estaban solos, no había nadie a su alrededor que pudiera interrumpirlos, y el peso de sus propias emociones hicieron mella en él, entendiendo que no solo era un encaprichamiento producto de un deslumbramiento pasajero, no, el tenerla frente a él solo le había confirmado lo mucho que le encantaba su alma, como las similitudes los unían y como esas adorables mejillas le generaban un enloquecido deseo de querer morderlas para conocer su sabor. Tragando fuerte, se acercó a ella, Charlie noto la intensión de su movimiento, pero no pareció interesada en apartarse, incluso cerro los ojos, invitándolo aún más ¿era correcto seguir ese camino?

—Muñequita, Chulo sonriente, no es mi intensión interrumpir su cogida o lo que sea que estén haciendo, pero la morena está más borracha que una cuba ebria —explicó mostrando a una dormida Vaggie sobre la espalda de Ángel.

Ambos jóvenes se vieron, entendiendo lo que estuvo a punto de ocurrir entre ellos, separándose de golpe mientras un terrible rubor invadía sus rostros. Charlie no podía creer lo que había estado a punto de pasar, quería darse un golpe por lo estúpida que había sido por haberse olvidado de sus amigos por completo y hubiesen sido interrumpidos de ese modo. Por otro lado, el descontrol de las situaciones era algo de lo Alastor no estaba acostumbrado, demasiado avergonzado para poder articular alguna palabra, había reaccionado demasiado tarde y no clarifico el lugar ni el momento, llevado por meros impulsos, eso es lo que había causado aquella situación tan vergonzosa.

Apenas pudiendo verse a la cara, Charlie se ofreció a acercar a Alastor a su hotel en su auto dada la hora en la que iban saliendo del bar. En el gastado convertible de la cosplayer, la brisa de las dos de la mañana comenzaba a hacer sus efectos mientras iban por la carretera, Charlie y Alastor seguían presos de un incómodo silencio mientras que, en la parte trasera, Ángel mensajeaba por teléfono junto a una dormida Vaggie en su costado.

Al cabo de unos minutos, Alastor dio las ultimas indicaciones para llegar a su hotel, al cual llegaron pasadas las tres de la mañana. El locutor se bajó del auto, volteando hacia Charlie, la incomodidad seguía presente entre los dos, pero Alastor sabía que no podía dejar que la noche terminara de ese modo, así que, ampliando su sonrisa, hizo una teatral reverencia que hizo que la cosplayer lo viera extrañada.

—Gracias por traerme, cariño. Fue una noche maravillosa —expreso, guiñándole el ojo.

El gesto logro sacarle una tremenda carcajada que alivio todas las tensiones que existían entre los dos, sonriéndole tan encantadora como era siempre.

—Sí, lo disfrute demasiado —coincidió.

—¿Ya terminaron? —espeto el rubio, rompiendo el ambiente, lanzándose hacia el puesto del copiloto—. Me estoy congelando el culo de frio y Vag's está muerta en el maletero, así que vámonos de una vez.

— ¡Ángel! —lo regaño avergonzada, volteando a ver a su amigo con gesto de disculpa—. Te escribiré en cuanto pueda —le aseguro, Alastor asintió conforme.

El locutor vio como el auto que llevaba a los tres jóvenes arranco, difuminándose demasiado pronto a la distancia. Haciendo uso de su llave de acceso, entro a su habitación de hotel. No se molestó en encender las luces, demasiado agotado como para siquiera cambiarse de ropa, pero obligado a hacerlo por lo insufrible que era dormir con cinturón y pantalón de mezclilla.

Cuando finalmente se colocó su ropa de dormir y se recostó en la cama, se cubrió el rostro con el antebrazo, completamente molesto y frustrado ¡Había estado tan cerca! Charlie lo había observado con sus negrísimos ojos llenos de expectación y anhelo, invitándolo a tomar sus labios y habían sido terriblemente interrumpidos. Por Jesucristo, el locutor se sentía tan frustrado. Había estado tan cerca de sentirlos que solo el recordar su esencia aun lo tenía mareado. Sin embargo, no todo estaría perdido, no, no. Alastor rio, preparando mentalmente un plan para que eso no volviera a pasar. Oh, iba a cobrárselas pronto, y solo rogaría porque dios le diera clemencia. 

¡Hola de nuevo mis queridos corazones! Me alegra que me sigan acompañando en mis locuras, que vienen seguidas de este divertido AU que estoy disfrutando escribir como no tienen idea, ya tengo varios capitulos planificados aunque no espero que sea demasiado largo, tengo un par de proyectos que quiero dar luz en octubre y espero darles toda mi atención pronto. Por el momento, espero que les haya gustado mucho la historia, la canción que cantaron Alastor y Charlie es la movida canción de justin timberlake, can't stop the feeling, a mi hija le encanta, así que la tenia ya pegada en la cabeza. Seguramente siga incluyendo canciones y ciertas referencias del anime y manga ¿tienen algo que quisieran recomendar? Canciones y cosplays que Charlie pueda usar son bienvenidos. El siguiente capitulo va desde la visión de nuestra querida princesa, así que esperenlo con ansías, un saludo grande desde Venezuela y nos estamos leyendo el próximo viernes.

Capítulo III: Stalker. 

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