He tenido un sueño muy raro que se suele repetir, el sonido de los maullidos de un gato que me despiertan al dormir. Es como si supiera que es un sueño, pero aún así me digno a mirar, aquellos dulces ojos azules que me han de incomodar...

El gato rasjuña la ventana para que le abra, o eso entiendo yo, cumpliendo su petición abro la ventana, pero solo sale corriendo lejos de la habitación. Me sentí como Alicia al salir por la ventana y empezar a correr, detrás del gato que entre los árboles se suele mover, intenté seguirle el paso hasta que lo perdí, decidida a volver escuché su maullido por allí. Lo encontré mirando con atención su propio reflejo, en las claras aguas de la fuente del pueblo, hasta que de repente habló, en un susurro enternecedor.

-No todos los que deambulan están perdidos -no respondí a las palabras del gato de ojos azules así que alzó la mirada hacia mí-. Esto es un sueño, cuando despiertes empezarás a buscarme pensando que estás perdida, pero mientras creas deambular sin rumbo estarás caminando hacia mí.

-¿Quién eres? -fue lo único que pude pronunciar ante su seguridad escalofriante.

-Los humanos siempre preguntan eso como si quisieran saber la respuesta -me responde-. Pero en realidad le temen a lo desconocido ¿y que más desconocido que un gato que habla con las palabras de otro?

-¿Qué lección me quieres dar a mi con esto? -pregunté decidida a terminar con el suspenso.

-Soy el amo de los sueños, quiero que entiendas eso -intenta explicarme el gato-. Mi forma mostrada depende del mayor sueño de la persona con la que hable... Así que me toca preguntar ¿por qué un gato? ¿Qué es esto para ti?

-Eres el reflejo de lo que quiero conseguir -dije más calmada intentando organizar mis ideas-. Mi sueño es obtener a alguien a quien reflejo como un gato negro con ojos azules, tal vez por eso te seguí... En un intento desesperado por conseguirlo.

Los minutos pasaron y el gato me hizo entender, quien era y que era lo que a continuación iba a hacer. Así como su maullido se convirtió en voz, su figura dejó de ser la de un gato feroz, su humanidad salió a la luz en una forma que yo conocía, la persona con la que soñaba noche y día, esa que quería ver a como de lugar y sin esperar la fui a abrazar.

-Los sueños se cumplen mi niña -dijo a mi oído el antes gato correspondiendo mi abrazo-. Solo no dejes de soñar.

-Lo prometo... -dije sin dudar.

Y desperté sintiendo las extrañas caricias a la distancia de él, el gato negro de ojos azules que de ahora en más hacía él caminaré.

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Nunca dejes de soñar, que los sueños sí se hacen realidad, o al menos espero que el mio se haga realidad, eso solo Dios lo decidirá al final. Esto es un pacto que ahora estoy haciendo, no me rendiré, te encontraré, lo prometo.

-Dedicado a Daniel López.