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Capítulo 51 [¿Cuáles daños? 1/2]

El 25 de Diciembre se publicará el especial de Aniversario por un año en mi libro de JavaddMad EXTRAS.

- El POV de Carlos al escuchar Delicate - 

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Advertencia: Este capítulo trata temas fuertes, como uso de drogas y abuso de sustancias.

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Isabel

Mientras el madrileño terminaba de purgar su estómago, los Sainz escoltaban a Isa y a sus padres a la salida, estaba claro que nadie comería el postre esa noche.

—Sentimos mucho que esto haya pasado —Reyes les decía a las dos chicas mientras las llevaba hasta la puerta.

Isa se iría con sus padres porque a ellos ya no les gustaba manejar de noche.

—No te preocupes, Reyes. Solo me pregunto qué fue lo que le habrá caído mal —La madre de Isa se veía verdaderamente preocupada —La cena iba tan bien, hasta pensé que terminaría diferente...

Reyes ignoró ese comentario, pero recordando que su esposo había guardado algo importante y mejor solo sonrió negando.

—No lo sé, algo le habrá caído mal.

—Tal vez los dos vasos de whisky que prácticamente inhalo —El padre de Isa comentó un tanto molesto, pues el piloto no era su favorito desde que había terminado con su hija hace meses, no importaba que ella lo recibiera de vuelta.

El padre de Carlos lo fulminó con la mirada, pero no dijo nada.

—¡Papá! —Fue Isa quien lo reprendió.

—No se preocupen —Reyes trató de disipar el mal humor que se estaba creando —Les debemos un postre.

—Ay Reyes, mejor así, Isa ha comido suficiente azúcar está última semana. "Nervios" dice ella —La mujer hizo las comillas con sus dedos rodando los ojos sin creer la excusa de su hija.

Reyes frunció sus labios, odiaba esos comentarios pasivo-agresivos que esa mujer hacía sobre su propia hija, y no solo ella, de todo y de todos.

—Aún así, debemos reunirnos de nuevo —El señor Sainz comentó ignorando al padre de Isa lo más que pudo.

Y sin decir más, los Hernáez salieron del departamento de Carlos dejando al matrimonio Sainz para seguir encargándose de todo.

Los tres estaban bajando por el elevador en completo silencio, no fue hasta que se subieron a la camioneta familiar que se descosieron.

Isa ya sabía que venía y aprovechó el viaje en el elevador para prepararse mentalmente.

La joven comenzó a manejar y prendió el radio esperando que su madre se quedara en silencio, pero en cuanto lo hizo, su madre lo apagó.

—Hoy era la noche, Isa —Su madre habló emocionada desde el lugar del copiloto, su padre iba detrás escuchando y viendo por la ventanilla.

—Mamá —Ella se quejó alargando la a y rodando sus ojos, no quería hablar de eso. No cuando estaba preocupada por Carlos.

—Te lo juro, mi amor, por eso estaba tan nervioso, no dudo que lo intente en Navidad de nuevo.

—¿Y si no lo hace? —Isa apretó el volante sintiendo un nudo en el estómago, tal vez ahora era ella quien podría vomitar todo para evitar hablar del tema.

—Tonterías, estoy segura que iba hacerlo. ¡Además! Tú misma lo dijiste, Carlos quería estar contigo desde que estaba con aquella señorita, la cantante esa —Por alguna razón a Isa le molestó como se refería a Victoria.

—Victoria. Y ella es buena persona mamá.

—Lo sé, pero no era buena para Carlos y todos lo sabían —La rubia dio un giro al volante repentinamente, por venir distraída casi se le pasa la salida que debían tomar.

—¡Eh cuidado, conejito! —Era así como su padre la llamaba.

—Lo siento, pa.

—Isabel escúchame bien, sé que te sientes culpable porque Victoria Ellis y Carlos "terminaron", pero tú no le robaste el novio a nadie, era tuyo primero y ahora que regresaron podrán casarse y formar una familia —Su madre le hablaba con severidad, ella solo veía el camino —Ese era el plan que tenían ustedes antes de que terminaran.

Claro, ahora esos días se sentían como años.

—Pero los planes cambian... —Isa continuó manejando y cuando vio ya habían llegado a la casa.

¡Genial! Ahora tendría que soportar a su madre y verla a la cara.

El padre de Isa sabía lo que se venía, su hija y su esposa siempre tenían estas discusiones y lo mejor era no meterse. Sin decir nada, se fue a su estudio y cerró la puerta para poner algo de música y no escuchar lo que venía.

—Tal vez cambiaron, pero ahora todo ha vuelto a ser lo de antes —Aquella mujer colocó su mano en la mejilla de su hija con cariño —Todo será como antes, Isa.

Isa fue hasta el refrigerador y sacó un gatorade, su madre sin decir nada, se lo quitó y le pasó una botella de agua para después volver a guardar el gatorade exactamente donde estaba. Claro, se le olvidaba que tenía que cuidar su consumo de azúcar.

—Sé que todo será como antes —La joven abrió la botella y tomó un poco solo para distraerse.

Esas palabras que su madre le decía era lo que Isabel se repetía todos los días con esperanza de que un día fuera cierto, todo sería como antes y así ella podría continuar con sus planes a futuro.

Ahora que Carlos se había alejado de Victoria y la cantante regresaría a Nueva York, Carlos se olvidaría de su enamoramiento por ella y todo sería como antes.

Y entonces, un pensamiento intrusivo entró en su mente, lo escupió porque, ¿qué más tenía que perder? No era la primera vez que su madre y ella peleaban por este tema.

—¿Y si no estoy lista para casarme? —Fue apenas un susurro, pero su madre claro que lo había escuchado.

—Cállate, no digas esas cosas —La mujer tomó los trastes limpios y comenzó a acomodarlos en su lugar.

—Pero es en serio. No creo estar lista —Isa alzó la voz haciendo que su madre la volteara a ver con sus ojos alterados.

—¡¿No estás lista?! —Su madre soltó una risa burlona —¡No me hagas reír Isabel! Tienes 28 años, ya no eres una niña y mucho menos te haces más joven.

—Pero —La mano de su madre se alzó y ella se detuvo de inmediato.

—Isabel escúchame bien. Ya casi llegas a los 30, no eres joven y no quedan muchos hombres solteros decentes. ¿Sabes lo suertuda que fuiste que Victoria y Carlos se alejaran? Creo que no lo entiendes.

>>Tú a diferencia de Victoria no eres tan extrovertida, debes esforzarte más, cuidar tu imagen, comportamiento y todo lo que dices. Siempre mujeres como nosotras debemos esforzarnos más para que mujeres como ella no se lo lleven todo. Te lo digo por experiencia.

Su madre le quitó la mirada de encima, Isa sabía a que se refería. Era la historia favorita de su madre, cuando era pequeña le contaba cómo su padre salía con otra mujeres antes de conocerla a ella, y le aseguraba que ella sí se daba a respetar, no como las otras y que así fue como lo "consiguió".

Antes, le parecía una bella y perfecta historia de amor, ahora le parecía deprimente, pero no sabía cómo evitar que su vida se convirtiera en la vida de su madre. Le daba miedo terminar sola y no encontrar a nadie más que a Carlos.

Ella sabía que las cosas con Carlos no eran buenas, pero tampoco eran malas, se la pasaban bien, tenían muchas cosas en común y aunque había cometido errores, Carlos le había pedido disculpas y parecía dispuesto a enmendarlo y mejorar.

Podía ser peor, ella conocía amigas que sus novios eran groseros con ellas o se les olvidaban los aniversarios, Carlos no era así. Tenía miedo dejarlo y encontrar algo peor, más porque su madre tenía razón, muchas de sus amigas ya se estaban casando, comenzando familias y ella no se podía dar el lujo de comenzar desde cero.

Pero eso no importaba, porque algo más le molestó, ¿por qué su madre sabía que era suertuda de que Victoria se alejara de Carlos?

—¿Mujeres como ella? —Isa preguntó con precaución.

En verdad tenía la duda de ¿por qué Victoria era tan diferente a ella? ¿Por qué ambas no podían competir desde el mismo lugar? Hasta cierto punto sentía que Victoria tenía la ventaja en todos los sentidos todo el tiempo. En ningún momento se sintió con ventaja sobre ella y eso que Carlos ya estaba con ella.

—¿Es que acaso no lo notas? Victoria Ellis es como un diamante falso, puede ser brillante por fuera y llamar la atención de todo quien lo vea, pero a la larga, el brillo se va.

Isa frunció el ceño ante la comparación de su madre porque eso no le explicaba nada, y la mujer pudo notar que su hija no estaba entendiendo. Suspiró cansada. ¿Cuántas veces tendría que explicarle esto a su hija? ¿Cuándo aprendería que hasta no tener un anillo en el dedo anular todas las mujeres eran competencia?

—Esa muchachita es una novedad para cualquier hombre, puede engatusarlos con su sonrisa y su aura de niña buena, pero ha tenido suficientes escándalos para saber que no es así —Su madre comenzó a caminar por la cocina ordenando algunas cosas fuera de lugar —Usa sus minifaldas y escotes pronunciados, sale sin brassier porque mujeres como ella saben que les dará la atención que buscan.

>>Se aburriría de Carlos y buscaría la atención del siguiente, por eso se paseaba por el paddock dejando que todo mundo la viera y sonriendo a cualquier cámara que se le pusiera enfrente.

—Pero a Carlos le gustó —Isa lo sabía, sabía lo mucho que Victoria le había afectado a su novio.

—¡Claro! Un par de piernas como esas le gustarían a cualquiera, pero ¿por cuánto tiempo? —Su madre soltó burlona.

Siguió moviéndose, está vez tomó un florero y regresó a la cocina para comenzar a cambiarle el agua mientras que Isa tomaba asiento en la barra y jugaba con sus uñas.

—Victoria Ellis pudo conservarlo por más tiempo a diferencia de las modelos porque ella supo adaptarse un tiempo a su estilo de vida, pero eso se acabó. Una mujer como ella no iba poder fingir algo que no es para siempre.

Isabel alejó su mirada de su madre, porque la Victoria de la que ella hablaba parecía ser una mujer come hombres y por lo poco que conoció de ella, sabía que no era así.

Ella misma lo había comprobado y ahora hasta le caía bien, pero eso jamás podría aceptarlo frente a su madre o ella lo llamaría tonta e ingenua.

—A todo esto, ella no me importa. ¿Desde cuándo no quieres casarte? Creí que eso era lo que esperabas obtener de esta relación con Carlos —Su madre dejó el florero en la barra y regresó toda su atención a ella, para asegurarse de que no mintiera.

—No lo sé, creo que me está yendo bien en el trabajo y me gustaría explorar más esa opción —Isa se alzó de hombros "indiferente", pero para ella no era nada indiferente, su trabajo fue lo que la mantuvo cuerda cuando dejó a Carlos y ahora todo había mejorado para ella en ese departamento.

—Un trabajo no te dará —

—Un hijo, lo sé —Isa interrumpió a su madre, se sabía ese discurso de memoria.

—Estoy casi segura que eso fue lo que los separó —La mujer dijo despectivamente —Su trabajo lo hizo perderlo, ¿eso quieres? Tú más que nadie sabe que un trabajo no te abraza por las noches, no te da un anillo de compromiso y mucho menos te da hijos para continuar un legado.

—No pero —Ahora quien la interrumpió fue su madre

—Yo no te crié así Isabel, no sé que te está pasando pero no puede ser que arruines todo por lo que has trabajado, son 6 años tirados a la basura.

—¡No estoy tirando nada! —La joven se puso de pie completamente furiosa.

¡Si tan solo su madre supiera todas las humillaciones que había soportado para regresar con Carlos! Todas las miradas hacia Victoria por parte del piloto, ¡Victoria la había golpeado! Todas las veces que los veía "actuar" como una pareja y sonreírse sabiendo que esas sonrisas no eran falsas, o como repitió el video de Victoria corriendo por los boxes para ver que Carlos estuviera mal, todo eso y más se tuvo que tragar porque las palabras su madre no abandonaban su mente, porque podía escucharla decir:

Las almas gemelas se crean, se trabajan y ninguna mujerzuela se interpondrá entre ustedes.

Para Isa, Victoria ERA esa mujerzuela que su madre había implementado en su mente, hasta que la conoció y supo que estaba completamente equivocada.

—No me alces la voz, sabes que solo quiero lo mejor para ti y Carlos es eso.

La rubia asintió decaída, no había forma de seguir peleando, estaba cansada.

—¿En serio crees que esa es la mujer que Reyes y Carlos quieren para su único hijo varón? ¿Él que continuará con el apellido Sainz?

—No sé... la quieren mucho.

—Tal vez, pero además de promiscua es una desviada —Isa abrió mucho los ojos al escuchar esas palabras de la boca de su madre, fue horrible escuchar eso porque no lo esperaba —Ay por favor, no me veas así Isabel, tú sabes muy bien que yo respeto a los homosexuales, pero ¿qué son esas cosas de estarse besando con mujeres en público? Es una aberración y es asqueroso, no tengo problema que lo hagan, pero en su casa.

—Madre no puedes pensar así en pleno 2022.

—No dije nada malo, solo pregúntale a Reyes que pensaba de la sexualidad de esa mocosa, verás que tengo razón.

—¿Reyes te comentó algo? —La madre de Isa se alzó de hombros restándole importancia, eso significaba que su madre estaba asumiendo todo, como la mayoría de veces.

—No, pero Reyes sí piensa como yo muchas veces. Ahora, ayúdame a guardar la ropa de la sala, odio que se vea desordenado.

Y sin decir nada más, las dos mujeres dieron el tema por terminado.

Isa porque ya no quería seguir escuchando a su madre.

Se despidió después de terminar lo que su mamá le había indicado y se encerró en su habitación de la infancia, por alguna razón, dormir ahí la hizo sentir peor.

Tomó su celular y le envió un mensaje a Carlos para ver como estaba.

***

Carlos

Carlos despertó a la mañana siguiente esperando estar muerto, esperaba que todo fuera un sueño, pero en cuanto abrió los ojos supo que no había sucedido porque podía sentir como su cabeza palpitaba y su cuerpo dolía.

Ni siquiera recordaba cómo había llegado a su cama.

Revisó su celular que estaba a un lado, tenía 10% de pila, lo conectó y vio que Lando había inundado su buzón, de llamadas y mensajes, lo ignoró porque no tenía ganas de lidiar con él.

Luego vio que Isa le había enviado un mensaje.

"¿Cómo sigues, mi amor? ¿Quieres que te lleve algo?"

Le respondió de inmediato.

"Voy despertando, no te preocupes, amor."

Y volvió a bloquear su celular para girarse por completo y poner su cara en la almohada.

Se quedó tumbado un rato, luego se sentó en la cama y vio que le habían puesto un vaso de agua en su buró además de una cubeta vacía en el suelo en caso de que quisiera volver a vomitar.

Estaba en boxers, ni siquiera había bebido tanto, pero no recordaba cómo había terminado en su cama completamente desnudo.

El piloto se quedó mirando al suelo recordando lo que había pasado.

Se había preparado para la cena con sus padres y con los de Isa, los de ella fueron los primeros en llegar porque la madre de ella detesta llegar tarde a cualquier lado, estaban hablando en la sala cuando su celular vibró.

Normalmente no lo respondería, pero en esa ocasión lo revisó pensando que serían sus padres.

"Bikina" apareció en la pantalla y pudo sentir su cuerpo sentirse frío.

Lo primero que pensó, Victoria le estaba mandando un mensaje.

Lo segundo fue: No había cambiado el apodo en todo este tiempo.

Y lo tercero. ¡Ella estaba abajo!

Carlos recordaba como se había puesto de pie asustando a sus visitas y decía que bajaría un minuto que sus padres ya casi llegaban, no recordaba que le habían respondido o si lo habían hecho y luego, luego Vic estaba ahí.

Siendo un completo remolino, sacándolo de órbita, siempre era así ella.

No recordaba exactamente lo que le había dicho, pero recordó el momento exacto en el que sus padres habían llegado y como ella había salido corriendo. Carlos solo podía repetir la imagen de ella alejándose y él con sus pies congelados en el concreto. ¿Por qué no se había movido? ¿Por qué no había dicho nada?

Cuando se dio cuenta ya había regresado a su departamento y estaba sentado en esa mesa, sintiéndose con ganas de vomitar, completamente enfermo y entonces...

¡El anillo!

Eso hizo que nuevamente el piloto se pusiera de pie y corriera a una silla en su habitación donde alguien había dejado sus pantalones doblados.

En ninguna de las dos bolsas estaba la caja, ¿dónde mierdas se había quedado?

Se agachó para ver si de casualidad se había caído, nada.

Fue corriendo a la sala y se encontró con todo recogido a la perfección, como si la cena no hubiera ocurrido, había una nota en la barra que decía.

"Nos fuimos a dormir a casa, llámanos en cuanto te despiertes.

Mamá y papá

PD: Toma mucha agua, mi niño"

Carlos tomó la nota y releyó todo dos veces como si las letras fueran figuras que no conocía.

No podía perder tiempo en eso, ya llamaría a sus padres, necesitaba encontrar ese jodido anillo y esconderlo en un lugar donde nadie pudiera encontrarlo. ¿En qué estaba pensando? Claramente no lo estaba haciendo. ¡No quería casarse! No en ese momento.

Siguió buscando a gatas por todo el comedor, continuó así hasta llegar al minibar, sin ponerse de pie llegó al baño donde recordaba que era el último lugar que había visitado. ¡Nada! No había nada.

A pesar de estar solamente en boxers sentía nuevamente su cuerpo sudar.

Busco en cada cajón, debajo de cada mueble, destendió su cama esperando encontrar esa cajita roja, pero no había nada, no había rastro de ella.

Estaba de pie en su departamento viendo a todos lados esperando que por milagro no se hubiera fijado bien, supo que era momento de rendirse y pensar en dos opciones.

La primera opción era que sus padres la habían encontrado, la segunda, Isa lo había hecho.

Y Carlos no sabía cual era peor.

Cabizbajo sin saber que hacer, regresó a su habitación, se acostó, tomó su celular y mandó un mensaje a su madre.

"Ya desperté, los veo en la noche, ya me siento mejor, gracias por ayer"

Y sin esperar respuesta volvió a dormir rogando que de verdad todo fuera un mal sueño. 

***

Victoria

Victoria supo que no había sido un mal sueño lo que había pasado, porque tenía una resaca horrible.

Mientras el piloto regresaba a dormir, la cantante fue despertada por su agente.

Lucía entró a su habitación sin miedo a hacer ruido y comenzó a abrir las cortinas para dejar que entrara la luz natural del día.

Hace mucho tiempo que no encontraba a Victoria en esta situación, solo esperaba que la rubia cumpliera su parte del trato y solamente fuera hoy.

—Dios, Victoria apestas a mierda —La agente le quitó el cobertor a su cliente y pudo ver que la cantante estaba en calzones, una playera y a su alrededor tres botellas del vino barato que ella compraba, un cenicero repleto de cigarros que se habían tirado a la cama por el cobertor y basura de gomitas que había comprado, algunas seguían en la cama.

—¡Déjame dormir! —La cantante se quejó sin abrir los ojos y buscando su cobertor a tientas.

Todavía tenía el maquillaje corrido por haber llorado, corrido y llorado. En ese orden.

—Te dejaré dormir, pero eso significa que nos quedaremos en Madrid otro día más —Lucía se revisó las uñas mientras que Victoria brincaba de la cama como si le hubieran tirado agua fría.

—¡No! —Victoria quería salir de esa jodida ciudad lo más pronto posible.

La cantante se mareó al ponerse de pie, suponía que era eso lo que pasaba cuando su única comida del día había consistido en alcohol, cigarros y gomitas.

—Métete a bañar o se nos hará tarde —Victoria la volteó a ver con mala cara —Y antes que digas algo no pienso dejarte ir sin bañar, no pasaré horas sentada a tu lado mientras hueles así.

Lucía fue hasta la puerta del baño y al abrirla, Bodoque salió maullando.

—¿Qué hacía tu gato en el baño? —Preguntó la castaña sin entender qué había sucedido.

—Bodoque detesta el olor a cigarro, me intentó rasguñar, así que quedamos que lo mejor era pasar la noche separados.

Victoria explicó como si de alguna forma ambos hubieran llegado a algún acuerdo.

—Como sea, tienes 40 minutos para estar lista, no quiero llegar tarde.

La cantante asintió y comenzó a organizar todo, aventó toda su ropa a su maleta, se subió en ella para poder cerrarla, arregló las cosas de Bodoque para poder viajar y luego se metió a bañar.

Trató de alzar un poco de su desastre, pero se dio cuenta que había quemado las sábanas con uno de sus cigarros.

Después de que todo hubiera estado listo, las dos salieron del hotel e ingresaron al aeropuerto esperando que nadie les estuviera tomando fotografías, Victoria estaba usando unos jeans, una sudadera con su gorrito puesto y lentes de sol, el dolor de cabeza era impresionante.

Era como si la ciudad se burlara de ella, porque el día era hermoso, el sol brillaba, ni una sola nube y el aire no era frío.

Era como si Madrid le dijera: ¿En serio me vas a dejar, Vic?

La respuesta era: Sí, jódete puto Madrid, tú y tu piloto que no puede decir un simple No.

(No tenía nada en contra de la ciudad, solamente estaba actuando como una niña resentida)

Una vez que abordaron, Victoria se quedó dormida al menos 6 de las 8 horas de vuelo.

Al llegar a Nueva York, Victoria respiró el asqueroso aire de la ciudad y supo que estaba en lo que consideraba casa, pero no podía ir a su departamento, no quería llegar. Le dijo a Lucía que mandara todas sus cosas para allá, que dejara a Bodoque y que ella llegaría después, Lucía la vio marcharse en un taxi sin saber el destino.

—Por favor, que no suceda de nuevo —Lucía rogó para sí misma mientras veía el taxi con Victoria alejarse.

Por otro lado, la cantante solamente sabía que no podía llegar a su casa, no cuando no había nadie para esperarla, así que le pidió al conductor que la llevara a un lugar donde ella se sentía bien, el estudio.

Podría ir y revisar que tanto había avanzado su productor desde su ausencia, tal vez hasta podría ponerse a grabar algunas cosas, o simplemente quedarse viendo su celular procrastinando todo, cualquier cosa para no tener que llegar a su departamento.

Harry le había entregado una llave para que ella pudiera entrar cuando quisiera y afortunadamente la traía en su bolsa.

Pero no fue necesaria usarla, porque cuando llegó se dio cuenta de que había gente adentro o de otra forma no estaría abierta, entró con cuidado esperando no estar interrumpiendo la sesión de nadie y otra sorpresa fue ver que estaba su productor en la consola de audio.

Harry ni siquiera se había percatado de que ella había llegado, estaba trabajando con una banda que estaba en la cabina. El castaño se movía cambiando los botones, ajustando para lograr la visión perfecta de lo que debería de ser sus canciones.

Victoria nunca lo había visto desde ese punto, algo que admiraba de las personas eran las que trabajaban y se tomaban su arte en serio, Harry era una de ellas. Carlos también

¡No! No, no, no pienses en él Victoria o vas a terminar llorando, se regañó y siguió poniendo atención en lo que estaba enfrente de ella.

Ella se quedó observando sin molestar, no conocía a la banda y desgraciadamente no podía escuchar lo que tocaban porque no tenía auriculares, pero desde su punto de vista parecía que se estaban divirtiendo, se veían nerviosos pero emocionados, así fue como ella inició, podía detectar a los princiìantes a kilómetros..

Uno de ellos se detuvo de golpe una vez que la vio, no todos los días una estrella como ella entraba como si nada y los veía trabajar. Fue ahí que Harry se volteó a ver quien había ocasionado la distracción de sus clientes.

—¿Victoria? —El hombre se quitó los auriculares y se puso de pie, no si antes apretar el botón y decirle a los chicos —Tomen 5 minutos.

Estaba claro que no la esperaba y verla ahí fue algo para lo que no estaba preparado.

—Harry —La cantante sonrió al verlo acercarse hasta ella.

—Creí que tardarías más en llegar —Harry metió sus manos en las bolsas de su pantalón, nervioso midiendo el humor en el que ella venía.

La verdad es que el productor había estado al pendiente de Victoria, claro que era demasiado fácil cuando todo mundo publicaba todo sobre ella, desde que usaba hasta lo que comía.

Y la verdad esperaba que cuando volviera a verla, ella no se vería tan tranquila, pues había terminado con Carlos. Se preguntaba quién habría terminado con quien, su primera impresión es que ella había sido quien terminó la relación, porque nadie se vería tan calmada después de un rompimiento a menos que seas quien terminó a la otra persona.

Harry no quiso sonreír ante su pensamiento, solamente esperó su respuesta.

Claro que Victoria no estaba tranquila, solo lo aparentaba. En momentos como esos, era cuando sus dotes de mentirosa salían a flote, además, ya no estaba Carlos, podía volver a engañar y mentir a gusto... aunque en el fondo no le gustaba, pero ¿qué importaba?

—Te rasuraste el bigote y te cortaste el cabello —La rubia lo notó de inmediato, ahora tenía una barba al ras y su cabello no caía como antes.

Por un momento se sintió extraño verlo de esa forma.

—Te dije que quería un cambio —Él se alzó de hombros indiferente, como si no fuera nada y luego comenzó a pasar una mano por su barbilla, como si él también se estuviera acostumbrando a su nuevo look —¿Cuándo llegaste?

—Hace algunos minutos —Esa respuesta hizo que el productor alzara sus cejas por sorpresa.

—¿Y viniste al estudio? —No pudo ocultar el tono de sorpresa.

—¿Qué te digo? Quería ver si arruinaste mi trabajo —Ahora fue Victoria quien se alzó de hombros indiferente.

—¡Ja! En tus sueños.

—¿Qué haces? —La rubia señaló la cabina con su cabeza.

—Clientes nuevos, firmaron con Columbia y como no estabas les ofrecí venir aquí, ahora que llegaste, regresarán al otro estudio —Vic sonrió, claro, solo a ella le habían rentado el lugar para su álbum.

—No los corras, deja que terminen por hoy.

La cantante no podía hacerle eso, además no era como que hoy se pusiera a trabajar, solamente no quería estar en su casa.

—En ese caso, debes de escucharlos, son geniales —Harry sonrió divertido y le entregó un par de auriculares para que pudiera escucharlos junto a él.

Ambos tomaron asiento frente a la consola y la sesión continuó.

—Venga chicos, desde el inicio —Harry les habló por el intercomunicador y ellos obedecieron.

Estuvieron unas tres horas más ahí, Victoria había entrado a conocerlos y a ofrecerles algunos consejos, inclusive tocó algo para ellos. Los chicos estaban encantados, era un pequeño grupo conformado por dos chicas y un joven.

Se veían frescos, llenos de vida y emocionados por lo que el mundo les deparaba, Victoria por un segundo se sintió una anciana, más cuando le dijeron que tenían entre 17-18 años.

Después de eso, la cantante se despidió de ellos y se quedó con Harry a solas.

—¿Quiéres ir a cenar algo? —El productor le preguntó, no era nuevo para ellos comer juntos.

Antes de que ella se fuera a Abu Dhabi lo hacían todos los días que pasaban en el estudio.

—Creo que me iré a casa, Bodoque me espera y estoy algo cansada por el viaje. ¿Nos vemos mañana para continuar?

—Claro, le hablaré a la banda —Victoria sonrió y salió de ahí.

Harry la vio irse con dirección al metro hasta perderla de vista.

Victoria salió del metro para dirigirse al Deli que amaba, era un pequeño restaurante donde vendían sándwiches y ensaladas. Ya era noche, pero a ella siempre la atendían sin importar la hora.

—¡Otto! —La cantante gritó al ver al dueño y al chef detrás de la barra.

—¡Victoria! —El recibimiento fue el mismo —¿Lo de siempre?

—Ya me conoces.

—Sale enseguida. ¿Tienes algún chisme para mí en lo que esperas? —El hombre siempre le hacía plática y le regalaba café, solo si ella le compartía un cigarro.

Victoria ya sabía la cuota.

—No hay mucho que decir... voy regresando de un viaje —Vic se alzó de hombros y sacó su cajetilla.

Otro cliente al verla iba a hacer lo mismo, pero Otto le gritó —¡No dentro del local!

—Pero ella —Se quejó pero guardó sus cigarros al ver la mirada asesina de Otto y salió de ahí con su orden.

—¿Quieres que los guarde? —La cantante iba a hacerlo hasta que él le sonrió —No tengo problema en hacerlo.

—Tú sabes muy bien que mis reglas no aplican para ti, preciosa —Ese apodo la hizo congelarse, claro que Otto se lo había dicho en inglés, pero la descolocó por un segundo.

Era obvio que Carlos no era el dueño de la palabra.

Victoria sonrió nerviosa y pudo ver como su mano temblaba a la hora de prender el cigarro, una vez que lo hizo, se lo pasó al chef para que pudieran platicar a gusto y prendió otro para ella.

El hombre acababa de poner sus panes con mantequilla en la parrilla, mientras que al otro lado ponía la carne y comenzaba a cocinarla, lo siguiente fue el queso manchego sobre la carne para derretirse.

—Pensé que no volverías.

—Sabes que siempre regreso —Victoria fumaba mientras que Otto le pasaba un café con leche en un vaso desechable.

—¡Eso dices! Pero te mudaste a Madrid —Otto le reclamaba, se había sentido algo abandonado, aunque siendo sinceros estaba acostumbrado a no verla por las giras, era un chiste.

—Madrid era muy soleado para mí, por eso ya regresé —Ella sonrió y siguió fumando.

Otto agarró el pan y le puso mayonesa en ambas partes, lechuga, la carne con queso, tocino ya cocido, pepinillos, mostaza chiles jalapeños y aceitunas negras. Lo aplastó con sus enormes manos y dejó un rato más en la parrilla.

Victoria podía salivar de solo verlo.

—¿Recuerdas el problema que tenía con el payaso de la 34? —Otto fumaba el cigarro que Victoria le había dado mientras esperaba a que la orden de la joven estuviera.

—¿El que te copiaba todas tus recetas? —El dueño asintió —Sí lo recuerdo.

—Ya quedó solucionado, no volverá a hacerlo.

—¿Lo golpeaste? —Victoria preguntó al ver la sonrisa divertida de Otto.

—No, pero digamos que comprara ventanas más resistentes —La cantante abrió la boca sorprendida.

Otto era un hombre grande y gordo, pero nadie podía dejarse engañar por su apariencia, podría cargar kilos sin problema y Victoria estaba segura de que podía romper huesos como ramitas y al mismo tiempo ser un amor de persona.

—Me parece correcto, se lo merece por robarte tus ideas.

El hombre le entregó su sándwich y la plática continuó, todo mientras más clientes entraban. Al final, Victoria pagó su sándwich, dejó propina y un cigarro para Otto y se fue.

Al llegar a casa, Bodoque estaba ahí con lámparas prendidas, Lucía debió de haberlo hecho.

Victoria lo acarició, le sirvió de cenar y decidió darse otro baño, porque se sentía sucia.

Estuvo un buen rato bajo la regadera con agua caliente sin moverse, una vez que decidió salir, se puso una toalla en el cabello y otra rodeando su cuerpo, estaba frente al espejo completamente empañado.

Se estiró para quitar la condensación y al hacerlo, una cadenita quedó colgando en su cuello.

Era la cadena que Carlos le había dado en Monza, cuando Lucía le había pedido hacer algo para demostrarle a la gente que todo estaba bien entre ellos.

Cuando se habían reencontrado después de la gran pelea y después de recuperar a Bodoque.

Se quedó viendo la cadena y mientras más la veía sentía como aquella pequeña C comenzaba a quemarle la piel y la cadena la asfixiaba. Sin esperar más, con desesperación se la quitó, fue el sentimiento más raro que había sentido.

Una vez que la tuvo en sus manos, la revisó por unos segundos, era tan diminuta, a veces la gente la confundía con una luna y ella los corregía diciendo: Es una C, por Carlos.

C de cabrón para cuando la hacía enojar... C de cobarde.

Sin decir nada, aventó la cadenita a un lado de su lavabo haciendo que quedara detrás de la jabonera, apagó la luz del baño y salió de ahí para cambiarse y ponerse la pijama. 

***

Carlos 

Carlos estaba cambiándose la pijama para recibir a Isa y poder desayunar juntos, esperando poder disculparse por su comportamiento de la cena.

Habían pasado un par de días antes de que Carlos y ella se vieran, en parte por el trabajo de su novia y otra parte porque Carlos había continuado en cama sintiéndose débil y cansado, sin ganas de hacer nada. sus padres habían llamado a un doctor y solamente les dijo que era por el estrés del campeonato y que se recuperaría, le recetó unas vitaminas y listo.

Caco tuvo que cancelar algunos de sus compromisos y buscarle una nueva fecha.

Ahora estaban desayunando en casa de los padres de Carlos, pero solamente estaban ellos dos. El madrileño aún comía con precaución.

—En verdad Is, perdoname con tus padres no quise arruinar la noche de esa forma, solamente no sé qué pasó —Carlos le servía un poco de café para dejar que ella se lo preparara como quisiera.

Isa era muy particular para su comida y le gustaba prepararse sus alimentos por ella misma.

—No te preocupes, de verdad, lo importante es que estés bien —La joven comenzó a preparar su café solamente con crema, sin azúcar, aunque a ella sí le gustaba endulzarlo solo un poco.

—Tu madre debe de odiarme —El piloto sabía cómo era la familia de su novia y lo difícil que era agradarles del todo.

Además, sabía que cada día que no le pedía matrimonio a su hija, un dardo imaginario caía sobre una foto de su cara.

—No te odia —La joven mintió porque no quería estresarlo.

—En ese caso, ¿ya les dijiste que se acerca la gala de la FIA? Ya sabes, para que veas tu agenda y ver si puedes asistir—El piloto comenzó a comer un poco de fruta.

—¿Me recuerdas cuándo es?

—10 de Diciembre —Ella asintió y tomó fruta para prepararla con yogurt.

—Creo que si podré ir, así todo el mundo sabrá que estamos juntos de nuevo —Isabel sonrió mientras que Carlos la imitaba.

Isa estaba más callada de lo normal y Carlos podía notarlo y aunque podía ver que lo ocultaba no era tan buena mintiendo, pero supuso que lo mejor era darle su espacio, aunque debía de advertirla.

—Debes de saber que las fans de Vic podrían venir contra ti —El piloto mencionó —Es más, vendrán contra ti.

Isa asintió mirando a lo lejos ¿Estaba lista para ellas? Victoria le había dicho que eso pasaría y ahora Carlos lo hacía.

—Quiero que sepas que trataremos de protegerte lo más que podamos, pero no será sencillo —Carlos tomó un poco de agua —Vic... mmm ya sabes, ella prefería dejar de ver redes cuando salía algo de nosotros por los comentarios, podrías hacerlo y en mi opinión creo que es lo mejor.

Carlos no quería mencionarla, el solo hecho de pronunciar su nombre lo hacían querer volver vomitar y sudar como demente, pero durante ese tiempo, el madrileño había aprendido mucho del mundo de Victoria, porque aunque él era una figura pública, no se acercaba nada a la fama de la rubia.

—Gracias, supongo que eso haré —Isa asintió viendo como los ojos de Carlos perdían vida en cuando se mencionaba a la cantante.

¿Es que acaso ya había muerto todo entre ellos?

Y cuando ella creía que la respuesta era sí, las palabras de su madre resonaban en su mente: Pronto todo será como antes.

Isabel solo podía pensar en la última plática que había tenido con su madre, ¿Reyes en verdad pensaría lo mismo que su madre respecto a Victoria? ¿La llamaría desviada? No, Reyes no era así. ¿Carlos en verdad le iba a proponer matrimonio? Tampoco lo veía viable, acababan de regresar, los 6 años ya no importaban, estaban comenzando de cero.

Los dos continuaron hablando de algún chisme de amigos en común mientras desayunaban, hasta que su plática se vio interrumpida por la madre de Carlos, Reyes había llegado de un desayuno con amigas.

—Chicos, buenos días, provecho —La mujer se acercó a ambos para saludarlos gustosa de verlos ahí.

—Hola, Reyes.

—Hola mamá. ¿Qué tal tu salida?

—Ya sabes, todo excelente, las chicas les mandan saludos —Carlos soltó una risita al escuchar llamar a sus amigas "chicas" —No te burles, Carletes que algún día llegarás a mi edad.

—No me burle, diles que también les mando saludos.

Isabel se rió por la interacción y antes de que alguien pudiera decir algo más, el señor Sainz llegó gritando desde el recibidor.

—¡Reyes, conseguí más! —Los dos jóvenes se voltearon a ver confundidos pues no sabían a qué se refería el padre de Carlos.

El hombre entró a la cocina con bolsas de mandado y se detuvo de golpe al ver que no estaban solos.

—¡Isa! Es bueno verte. Buenos días niños, provecho —El padre de Carlos saludó casualmente fingiendo naturalidad dejando las bolsas en un espacio libre de la barra.

—¿Qué traes ahí, papá? —Carlos preguntó y no le gustó como sus dos padres compartieron una mirada nerviosa.

—Nada, algo que tu madre me pidió.

Carlos entrecerró los ojos, pues no le gustaba para nada lo sospechoso que se veían.

—¿Y qué es eso? —El piloto volvió a preguntar mientras que ahora era Reyes, quien intercedía.

—Solo son galletas, amor.

—¿Galletas? —Isa preguntó sin entender porqué eso ameritaba tanto secretismo.

Reyes asintió sonriendo mientras le mostraba una de las cajas. Era ese tipo de galletas que venían en cajas de metal que luego las señoras utilizaban para guardar su kit de costura.

—¡Son galletas de mantequilla! Yo amo esas galletas —Isa sonrió emocionada al verlas pues su abuela siempre las compraba y se las regalaba mientras le decía que le regresara la caja porque iba a ocuparla.

—Ajá —Los dos padres de Carlos sonrieron con fingida inocencia, sin darse cuenta que Carlos había ido hasta donde estaba la bolsa y vio que no solo habían comprado una caja, no, eran muchas y no de la misma marca, eran de todas las marcas existentes.

—¿Y esto? ¿Desde cuándo comen tantas galletas? —Su madre agarró la bolsa y la alejó de su hijo —¿Y por qué no pueden decidirse por una marca?

—Ay Carlos, déjalos, solo quieren comer galletas —Isa le dijo riendo mientras que Reyes asentía.

Lo que no sabía Isabel, era que su madre no había parado de hablar de las galletas de mantequilla de Victoria, la cantante hasta la receta le había dado, pero no le salían igual, no tenían el mismo sabor y ahora, Reyes buscaba algo que se le acercara, ya habían probado algunas marcas sin encontrar ninguna que se les pareciera, simplemente las galletas de la cantante eran otro mundo.

—Supongo que está bien —Carlos no quiso decir lo que pensaba, que las mejores galletas de mantequilla eran de Victoria.

Porque él mismo se obligaba a no pensar en ella y ya la había mencionado el día de hoy, eso no lo ayudaba para nada y desgraciadamente para él, todo le recordaba a Victoria.

Después del desayuno, la pareja se despidió de los padres de Carlos y se subieron al Ferrari de Carlos, el golf estaba en el taller, pues desde el golpe que le había dado Victoria no había quedado a la perfección y soltaba aceite.

Carlos comenzó a manejar y prendió la radio, pero no estaba de humor para escuchar algún programa.

—Is, ¿por qué no pones tú música? De aquí a que lleguemos a tu trabajo.

—Claro, ¿quieres que ponga alguna canción?

—Nah, date gusto y pon lo que quieras —Carlos sonrió sin apartar la vista del camino.

No se tardaron mucho en llegar a donde Isa trabajaba y antes de que ella se bajara, se despidieron con un beso casto en los labios. Carlos esperó a que ella entrara al edificio antes de comenzar a manejar de nuevo.

Tenía el día libre y podría hacer algo, pero no se le ocurría qué, condujo por la ciudad esperando encontrar algo con qué distraerse y por cuestiones del tráfico tuvo que tomar una calle conocida para él.

Era la calle donde estaba el consultorio de la psicóloga de Victoria.

Pasó dándole una mirada rápida sin detenerse, luego, volvió a pasar y vio que había un espacio para estacionarse frente al lugar, normalmente cuando venía por Victoria era ahí donde él se estacionaba.

Sin pensarlo mucho se metió al espacio y se quedó en el auto sin moverse, apagó el auto porque no tenía la menor que estaba haciendo.

Lo cierto era que Carlos seguía teniendo problemas para dormir y aunque ya no pasaba noches sin dormir su sueño seguía afectado desde el accidente, luego estaba todo lo que había sucedido hace días en la cena con sus padres y los Hernáez.

¿Y si entraba?

Vic le había dicho que si seguía así debería de hablar con un profesional cuando él dijo que la palabra "retiro" había entrado en su mente.

¿Pero qué no podía hacerlo? Nico Rosberg se había retirado después de ganar el campeonato, ¿por qué no hacerlo? Estaba claro que no podía hacerlo, su padre lo odiaría además, él en el fondo no quería hacerlo, solo había sido una idea estúpida que había llegado a él.

Carlos apretó el volante y le dio otra mirada al consultorio, no podía entrar así como así y pedir que lo atendieran.

Además, ¿ir con la misma psicóloga que Victoria? No, ni loco.

Sin decir nada más, prendió de nuevo su auto y salió de ahí aprovechando los caballos de fuerza del Ferrari.

*** 

Victoria

Ya habían pasado varios días desde que Victoria había regresado a Nueva York, y se había dedicado de lleno a comenzar a escribir las nuevas canciones para el nuevo álbum y trabajar en él con Harry porque eso era lo que la mantenía ocupada además de que seguía asistiendo al gimnasio a nadar por las mañanas.

Claro que había un inconveniente, por más que no quería escribir sobre Carlos, todas y cada una de sus canciones terminaban hablando de él, estaba harta de estar encerrada, ahora estaba en su departamento pensando en si cocinaba algo o compraba.

Comenzó a sentir que las paredes de su departamento se hacían más pequeñas y aunque era inicios de Diciembre, sentía calor, así que decidió salir a buscar algo de comer.

Después de un rato caminando encontró una pequeña cafetería, se formó para ordenar algo de cenar, no tenía muchas ganas de cocinar, esperaba su turno cuando su celular comenzó a sonar, eran varios mensajes de un grupo al cual ya nadie hablaba, o eso creía ella.

"¿Estás en la ciudad?"

"Tenemos que vernos"

"Hay fiesta en casa de Maddie"

Y una ubicación, claro que sabía quien era Maddie y claro que sabía quienes eran las mujeres que la estaban buscando, fueron las mismas que se alejaron de ella cuando salió todo el escándalo, y ella no las quería cerca, pero ahora, con el fin del contrato y con Lucía de vacaciones, se había quedado sola, de nuevo.

Victoria ignoró el grupo y estuvo a punto de salirse, pero en ese momento fue su turno para ordenar su comida y lo olvidó.

Después de ordenar, otra vez su celular vibró, ahora habían mandado una foto de ellas en el departamento de Maddie con botellas y arregladas para una fiesta. Se veía como una gran fiesta, como a las que ella iba, no las tonterías infantiles de los pilotos.

Nuevamente bloqueó su celular.

No estaba vestida para una fiesta, estaba usando unos jeans negros junto con un suéter del mismo color, converse negros y una chamarra de cuerno negro y no iría a su departamento a cambiarse, listo, no iría y punto.

Pero en el fondo no quería regresar a su casa donde solo estaba Bodoque, quería hablar y cantar y reír con alguien que no fuera su gato, quería beber y bailar, divertirse como antes. Así que a falta de amigos, decidió que iría con ellas, no era la mejor opción pero era algo, o más bien, alguien.

Y en ese momento, lo que más ella anhelaba era contacto físico de gente, ya estaba cansada de solo ver a Harry, Bodoque y la banda.

Después de que le entregaran su comida, fue directo a un seven donde compró alcohol barato, varias cajetillas de cigarros y se subió a un taxi directo al departamento de Maddie.

Al llegar no se sorprendió que el lugar estuviera a reventar, así eran sus fiestas, enviaban demasiados mensajes y a quien llegara recibían sin problemas.

Antes de Carlos y antes de Rogelio ella siempre estaba ahí con ellas, metiéndose sustancias de dudosa procedencia, metiéndose con gente desconocida y despertando en otro lugar donde no recordaba cómo había llegado, todo eso hasta que Lucía le dio un ultimátum y obedeció, luego conoció al abogado y bueno, ya saben como terminó eso.

Victoria solo había compartido eso con Carlos y bueno, Rogelio se enteró por su trabajo en RCA Records, y lo cierto es que ella no quería consumir, hace mucho tiempo que había tenido ganas, ella podía pasar la noche bebiendo y listo.

Pasó por mucha gente y mientras caminaba para buscar a sus amigas, la gente la saludaba, sabían quién era ella, la música estaba a todo volumen, las luces eran luces rojas y moradas lo que dificultaba su visión, dejó una de las botellas que trajo y su comida en una mesa y se llevó la otra botella en la mano, cuando volteó la cabeza a buscarla la comida ya no estaba.

—Carajo, ni siquiera pude probarla —Se dijo para sí misma, la música era tan alta que nadie podría haberla escuchado.

Mientras seguía caminando notó que ella no conocía a nadie ahí. Antes solía conocer a todo mundo en las fiestas, pero ahora no había ni una cara familiar para ella, por fin llegó al pequeño balcón, ahí es donde estaban Maddie, Florence y Lisa, dos de ellas eran modelos y la tercera era algo así como beauty blogger, les iba bien.

Las tres estaban sentadas en una banca en escotados vestidos y riendo a carcajadas, le sorprendió lo de los vestidos porque el invierno estaba llegando y a esas horas de la noche ya hacía frío, aún así apreciaba sus atuendos. Eran espectaculares, además ¿a quién engañaba?, ella se vestía igual.

—¡Victoria! —Las tres corrieron a saludarle y a abrazarla mientras tiraban un poco del líquido en sus copas sobre sus zapatos.

Parecía ser que había llegado tarde a la fiesta porque las tres estaban completamente ebrias, tendría que apresurarse para tomar el mismo paso.

—¡Que bueno que llegaste! Pensamos que no vendrías —Las tres chicas dejaron de abrazarla para ofrecerle un trago, pero ella se negó, abriendo la botella que había traído y dándole un trago directo de ella.

—La verdad tampoco pensé que vendría —Ella sonrió y las tres chicas lo hicieron igual, solo que la incomodidad era palpable.

Tenían que hablar sobre el elefante en el cuarto.

—Tienes que entender, Vic —Florence comenzó a hablar —No sabíamos qué hacer, así que preferimos alejarnos, fueron nuestros managers quienes nos obligaron.

—Además, desde nuestro último escándalo no podíamos arriesgarnos más —Maddie le recordó lo que habían vivido cuando las acusaban a las tres de consumir drogas.

Desde ese día, Maddie había estado limpia, o bueno, casi limpia.

Victoria la detuvo con su mano mientras le daba otro trago a la botella y ellas esperaban pacientemente lo que la cantante diría.

—Por favor, no se preocupen, estamos bien, supongo que yo hubiera hecho lo mismo y sé que lo he hecho en el pasado. Ahora, celebremos —Y con eso la rubia zanjó el tema y siguió bebiendo y fumando con ellas como en los viejos tiempos.

—¡Hay que embriagarnos! —Grito Lisa alzando sus brazos y las demás gritaron junto con ella chocando sus vasos y en caso de Victoria, la botella completa.

Lo cierto es que ellas ya estaban ebrias y Victoria estaba en eso.

Ahora, algo que Victoria se había dado cuenta durante el último año era que las fiestas de los pilotos eran muy diferentes a las fiestas que ella frecuentaba, por así decirlo, eran más "sanas", con los pilotos a lo mejor había alcohol por todos lados, música electrónica y gente gritando y brincando por todos lados.

Las fiestas de la industria del entretenimiento eran completamente diferentes, sí, había alcohol, pero también había una gran cantidad de drogas, de todo tipo, los pilotos no pueden arriesgarse a ese tipo de sustancias porque están en constante revisión con los antidopings pero a ¿quién le importaba si un cantante o una actriz estaban drogados si no molestaban a nadie? A la gente le gustaba creer que las fiestas de Old Hollywood estaban llenas de gente respetable, pero eran una locura, y en la actualidad no habían cambiado mucho.

Victoria se había mantenido alejada de ese tipo de cosas desde que comenzó a trabajar con Lucía, antes, Hugo, quien ahora era el agente de Olive, no le importaba en qué estado se despertara siempre y cuando pudiera amanecer el siguiente día y cantar frente una audiencia, además, Hugo le daba cualquier mezcla de pastillas para mantenerla alerta y feliz o para que pudiera dormir después de una larga jornada de trabajo.

A partir de sus 15 a los 17 años verdaderamente se había desatado y había probado cosas bastante fuertes, su madre nunca se dio cuenta porque en cuanto firmó con la disquera dejó que ellos se encargaran de ella, aunque a Victoria le gustaba creer que su madre jamás la hubiera dejado andar corriendo por todo el mundo metiéndose sustancia tras sustancia.

Al inicio, solo se dedicó a beber y fumar mientras bailaba y se divertía, y eso estaba haciendo, pero pronto se comenzó a dar cuenta que el ambiente de la fiesta no era para ella.

Se había puesto a bailar con Florence en la sala sobre unos sillones, no se sabía la canción pero aún así trataba de cantarla mientras balbuceaba las palabras, ya se había terminado su primera botella de vino y como le habían robado la otra, ella comenzó a hacer lo mismo, a robar el alcohol que hubiera a su alcance.

—¡Dios! Como en los viejos tiempos Vic —Le gritó la modelo a su oído para que la escuchara por la música mientras ella asentía.

—Claro que sí.

Ahora la canción que sonaba era más tranquila, aún así las dos siguieron moviéndose pero Florence tomó su mano mientras que en la otra, Victoria tomaba una botella de champaña que estaba a la mitad, Florence se rió y la jaló por todo el departamento.

Llegaron a un pasillo y Victoria no sabía a dónde se dirigían pero no le estaba importando en ese momento y la verdad es que todo estaba pasando muy rápido, cuando sintió, Florence la había empujado a un cuarto oscuro y la había comenzado a besar.

—¿Sabes? —La modelo comenzó a decir entre besos —Me agrada que por fin dejarás de tener novios sin sentido.

La cantante se separó de golpe, pues no sabía que Florence no fuera heterosexual.

—¿Florence?

—¿Qué? —La modelo estaba más concentrada en quitarle la chamarra de cuero a la cantante —Vamos, Vic diviértete un poco.

—Creí que eras hetero... No quiero presionarte o —Sus palabras se quedaron en el aire porque el dedo de Florence se colocó sobre sus labios.

—¿Sí sabes que fui yo quien te jaló aquí? —Le comentó molesta —Siempre me has gustado, pero eras una niña y luego comenzaste a salir con puro imbécil así que no hice nada. Ahora, estoy caliente y dispuesta. ¿Vas a hacer algo o qué?

Victoria abrió los ojos por la sorpresa, ella estaba bastante ebria como para pensar con claridad, y bueno, Florence era una belleza, la cantante no iba desaprovechar la oportunidad.

Victoria no dijo nada más y siguió el beso, estaba necesitada de contacto y con todo el alcohol, la pena se había ido. Además, de que mientras ambas estuvieran solteras no había problema alguno.

Ella había dicho que ya no haría nada con nadie más, pero es que de verdad quería sentir el cuerpo de alguien más, habían pasado casi 4 meses desde que se había acostado con Cleo, unos besos no matarían a nadie y no la harían sentirse culpable de alguna manera.

Pero de nuevo, Victoria no estaba pensando con claridad.

Florence había recargado a Victoria en la puerta de aquel cuarto oscuro, que al parecer era el baño, porque en cuanto habló se escuchó el eco, la rubia dejó su botella, luego comenzó a meter sus manos bajo la playera de la modelo y sintió que no traía brasier, Florence sonrió a mitad de un beso.

—Ya era hora ¿no crees?

—Meh, pudimos haber hecho esto hace años —Victoria comentó divertida comenzando a dejar besos húmedos por el cuello de la modelo.

—Si tan solo alguien no se hubiera metido con un hombre casado y huido con un piloto de carreras.

—Florence, estoy tratando de darte un buen rato, ¿podemos no hablar de ellos? —Victoria soltó molesta, no quería tener una imagen de Rogelio o de Carlos en su mente cuando besaba a alguien más.

Menos cuando el último ni siquiera había sido su novio y le dolía como si hubiera perdido la mitad de ella.

—Está bien, me callo. —Florence aceptó para seguir con el beso.

Ninguna de las dos supo cuánto tiempo estuvieron ahí, hasta que decidieron que era momento de salir, además, a Victoria se le había terminado el alcohol.

—Espera, quiero orinar —Soltó la cantante mientras prendía la luz e iba a la taza.

Florence era una pelirroja con pecas por todo su cuerpo y cara, era una belleza y entendía porque era una de las modelos más solicitadas para las semanas de la moda.

—¿Acaso me vas a ver orinar? —Victoria preguntó sentándose con los pantalones abajo.

—Pensaba hacerlo pero ya que veo que no puedes si lo hago, me daré la vuelta —La pelirroja lo hizo y Victoria comenzó a hacer pipí.

Florence sacó de su pantalón una cajita, y de la cajita comenzó a sacar algo que estaba poniendo en el lavabo, Victoria conocía esa cajita a la perfección y se dio cuenta de inmediato que era una pastilla, luego, con el recipiente para jabón la rompió y la modelo se agachó para inhalarla.

Victoria terminó y fue hasta el lavabo para lavarse las manos.

—¿Quieres? —Florence le ofreció una de sus pastillas, Victoria negó con la cabeza sonriendo —¿Tu niñera todavía te tiene con correa?

Se refería a Lucía, ellas sabían que básicamente a Victoria la habían obligado a dejar las drogas puesto que las tres se conocían desde pequeñas, menos la beauty blogger, ella era "nueva" al grupo y había llegado en la ola de influencers de años recientes.

—Sí, Lucía todavía trabaja conmigo, pero sabes muy bien que ya no consumo, con o sin ella —Victoria terminó de secar sus manos en su pantalón y agarró su chamarra de cuero del suelo para ponérsela.

—Te estabas quedando dormida mientras te tocaba, deberías de al menos tomar la mitad, para aguantar el resto de la fiesta —Victoria sonrió divertida.

—En verdad, Florence, puedo aguantar sin eso —La pelirroja rodó los ojos, guardó las pastillas mientras alzaba sus hombros indiferente.

—Como sea, tú te lo pierdes —Florence fue hasta la puerta, pero Victoria la tomó de la mano para detenerla.

—Espera, cielo, tienes un poco —La cantante se acercó hasta ella y con un dedo le limpió la parte superior del labio, donde tenía un poco de los restos de la pastilla.

—Gracias, tú tienes un poco de mi labial —Victoria se rio mientras Florence se acercaba a darle un beso casto en los labios y luego con su dedo índice le limpiaba el labial —Listo, salgamos.

Después de eso, Florence se fue a platicar con otras personas que requerían de su atención mientras que Victoria se fue a buscar más alcohol y ver si podía encontrar algo de comer.

Estaba hablando con unos tipos que no sabía quienes eran pero actuaban con tanta superioridad que supo que debían de ser famosos, estaba a punto de decir algo cuando de una cajita, sacaron líneas de coca y se las metieron tan rápido que ella seguía en shock cuando ellos siguieron con la conversación.

Victoria supo que ya era hora de irse, porque por el mismo alcohol, ya se le había pasado la euforia y ahora comenzaba a sentirse con sueño, justo como Florence le había dicho y no pensaba pasar la noche ahí, no sabía que pasaría si se quedaba inconsciente.

—¿Quieres un poco, belleza? —Ella se negó —Vamos, un poco solo para aguantar la noche —Uno de los hombres le ofreció y nuevamente negó.

¿Acaso todo el mundo traía coca? La daban en las cajitas de dulces ¿O qué mierda?, se dijo mientras trataba de buscar una manera de negarse.

Ella en verdad no quería consumir, pero no iba a quedarse más tiempo ahí porque en un traspié podría arruinar sus años de sobriedad y comenzar de cero, no quería eso.

—Ya tengo unas encima —Mintió para que la dejaran en paz. —Ahorita vengo, voy por más alcohol.

Y sin esperar respuesta, Victoria se escabulló de ahí para irse corriendo, de pronto estaba entrando en un estado de ansiedad y ahora buscaba a una de sus amigas, no importaba quien. Solo quería ver a alguien conocida, pero lo único que veía era gente desconocida y ella solo estaba tambaleándose, había consumido demasiado alcohol.

Era como estar en una caja enorme que se hacía más pequeña, debió de tomar su comida y regresar con Bodoque, al menos estaba segura que su gato no se metía coca cuando ella no estaba.

Estaba aún sintiéndose ansiosa, pero no era un ataque de ansiedad, lo supo después de un rato. Era una urgencia por vomitar, como pudo, trató de recordar donde estaba el baño, y gracias a Dios lo encontró, sin importarte si estaba ocupado o no, abrió la puerta.

Adentro, habían tres personas, una completamente dormida en la bañera y otras dos en el piso fumando marihuana, el baño apestaba, pero eso parecía ser lo que querían porque estaban riendo como personajes de caricatura, Victoria no les hizo caso y fue hasta la taza para vomitar.

No fue lindo y ninguna de las tres personas pudo ayudarle, como pudo se limpió, se arregló el cabello y se echó agua en la cara, mientras que en su dedo ponía un poco de pasta de dientes, para ver si el mal sabor de boca se iba, pero no.

Revisó su celular ya era de madrugada, estaba lo suficientemente ebria para comenzar a caminar chueco y tropezar a cada paso que daba, como pudo fue hacia el elevador y bajó a la calle, necesitaba un poco de aire fresco y nada de ruido.

A pesar de que había luces, la calle estaba desierta, decidió meterse de nuevo al lobby del edificio, era un edificio de lujo que estaba a unas calles del de ella, pero no iba a arriesgarse a que algo le pasara.

Esa noche descubrió que ese ambiente ya no era el de ella, no quería seguir asociada con ninguna de ellas, inclusive Florence, que por obvias razones era la que más le agradaba, y aún estando ebria, abrió su celular y después de un rato se salió de ese grupo y eliminó los números de las chicas.

Entonces, comenzó a buscar a quien podía llamar que pudiera ayudarla a esas horas de la noche, por un segundo quiso llamar a Carlos solo para escuchar su voz y culpar al alcohol pero no, ya se había humillado suficiente, así que siguió buscando y ¡Bingo! Encontró a alguien. 


- - - - - - 

So, como bien saben el capítulo se dividirá en dos, lol. 

En estos momentos podemos ver como Vic y Carlos avanzan con sus vidas y como el tiempo corre. 

Espero les haya gustado y nos vemos mañana para la siguiente parte. 

Por cierto, les recomiendo que me sigan aquí o en instagram porque es donde anuncio sobre las actualizaciones

Las amo

Fer<3 

Instagram: JavaddMad

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