Capítulo 49 [Se baja el telón 2/4]
Antes de iniciar quiero informarles a todas que habrá 4 partes de este hermoso maratón.
Lo pongo aquí porque luego les dejo anuncios al final y no los leen
Disfruten esta segunda parte.
- - - - - - -
- - - Jueves - - -
A la mañana siguiente, como ya se estaba haciendo costumbre, la rubia se unió a la familia Sainz para desayunar.
—Buenos días —Dijo Victoria saludando a todos notando de inmediato que el piloto madrileño no estaba ahí —¿Y Carlos?
—Sigue dormido, creo que se pegó a la cama —Carlos sr. respondió notando un poco de molestia en su voz mientras ella asentía y tomaba asiento —No es así como debería de comportarse, está claro que no puede volver a confiarse a este punto de la temporada, no de nuevo.
Caco miró a su tío y Victoria supo que quería decir algo, pero no podía, no era así como trataban a las figuras de autoridad de la familia Sainz.
Ahora, Victoria no era parte de la familia Sainz, la joven sonrió para sus adentros en cuanto le llegó ese pensamiento.
La rubia comenzó a servirse comida mientras formulaba lo que diría, como si los comentarios que fuera a soltar fueran pacíficos, pero no era así, en absoluto.
—¿Sabe? No creo que se esté confiando y considero que descansar un poco, más antes de una carrera tan importante, es bueno para el cuerpo.
Todos en la mesa se quedaron viendo a la cantante un tanto sorprendidos, porque nadie opinaba diferente al patriarca de la familia Sainz, mucho menos cuando del comportamiento o entrenamiento de Carlos se trataba.
El señor Sainz se le quedó viendo, tampoco creyendo lo que estaba escuchando, pero de nuevo, Victoria siempre era así, decía lo que pensaba sin repercusiones.
—Victoria —En cuanto escuchó su nombre en el padre de Carlos supo que la había cagado, nunca había tenido un padre que la regañara y aún así sintió que estaba por recibir un regaño —No quiero sonar grosero, pero tú no estuviste aquí la temporada pasada.
—Lo sé —La rubia no iba a bajar la mirada.
Básicamente se acababa de meter en una lucha de voluntades y bueno, a ella no le gustaba perder sin importar el adversario, y está vez, su contrincante era una figura paterna para ella.
—Entonces, no creo que entiendas porqué lo digo.
—Entiendo porqué dice eso —La rubia tomó un pan y comenzó a ponerle queso crema. Todos en la mesa los veían como esperando a que la pelea se desatara —Pero también sé que su hijo no se ve bien ¿acaso soy la única que nota que ha bajado de peso? ¿O el hecho de que parece que lleva días sin dormir?
No, no era la única, todos se daban cuenta.
Eso, aunado al hecho de que Carlos apenas comía, cuando antes podía ser el último en pararse de la mesa.
—Victoria tiene un punto papá —Blanca fue la primera en defenderla y al parecer fue una sorpresa para todos, incluyendo a la mayor de los Sainz —Carlos es diferente a la temporada pasada, no creo que se esté confiando.
El tono de Blanca era bajo, como si esperaba un regaño por parte de sus padres, pero no recibió nada.
Victoria tomó ese silencio para volver a hablar
—Lo que quiero decir es que creo que no le da el beneficio de la duda a Carlos. Lo ha hecho genial esta temporada y merece sentir su apoyo.
Ese comentario no le gustó para nada, apreciaba a la cantante, pero no le gustaba cuando se metían en su método de crianza.
—Apoyo a mi hijo, Victoria.
—Yo sé eso —La cantante sonrió —pero ¿él lo sabe? ¿Carlos sabe que lo apoya aunque pierda?
Y nuevamente todo mundo quiso salir corriendo y dejarlos ahí a ambos.
El señor Sainz no pudo decir nada más, porque divisaron a Carlos a lo lejos, todos se quedaron en silencio hasta que el piloto llegó. Victoria y el padre de Carlos no interrumpieron el contacto visual.
—Buenos días, familia. Siento llegar tarde, no sonó mi alarma —Sin decir más tomó asiento y todos lo saludaron, el ambiente en la mesa cambió por completo.
Y Vic sonrió viendo que los Sainz eran mentirosos expertos, sabían bien cómo guardar las apariencias. El padre de Carlos la ignoró por el resto del desayuno y ambos estuvieron bien con eso, porque Victoria tenía muchas cosas en mente.
Durante el desayuno Victoria conversaba con el resto de la familia y comía a gusto, pero no podía dejar de ver a Carlos hablando con su padre, no parecía que pelearán, tal vez porque no estaba enojado con él, solo con ella.
Victoria esperaba que su intromisión no causara una disputa familiar, pero odiaba que la familia de Carlos fuera una de las razones de su mal estado.
Al final del día, Victoria podía engañarse todo lo que quería y decir que estaba superando al madrileño, pero en el fondo era el hombre que amaba e iba a defenderlo de todos, no importaba si esas personas fueran su propia familia.
Ayer Carlos le había dicho que estaba nervioso, que se sentía como la mierda y ella por más que había intentado encontrar las palabras para ayudarlo o hacerlo no sentirse tan mal, simplemente no pudo decir nada. Luego, durante la noche estuvo pensando qué podía hacer.
¿En realidad había algo que ella pudiera hacer para que Carlos no se sintiera tan nervioso?
Y entonces, volteando a ver a Reyes y a Carlos sr. riendo y platicando a lo lejos, se dio cuenta que sí podía, el madrileño necesitaba a esa persona que no le causara problemas, esa persona con la que podía ser él mismo y estar tranquilo.
Carlos necesitaba su ancla y Victoria iba a traersela.
Después del desayuno la cantante dejó a los Sainz y se fue directo al cuarto de su agente, Lucía estaba hablando por teléfono cuando entró y esperó a que ella terminara para poder hablar.
—Ya me dijeron que dejaste de ser la hija favorita de los Sainz —Lucía la recibió con una sonrisa burlona en la cara.
—Pues que rápido corren las noticias por aquí —Victoria se cruzó de brazos y se dejó caer en el sillón del cuarto de Lucía —No quería meterme, pero no pude evitarlo.
—Supongo que era cuestión de tiempo antes de que los volvieras locos.
Ambas mujeres se voltearon a ver con una sonrisa en el rostro, sabían cómo era Victoria y desde la pelea con Norman, se sentía con una racha ganadora para vencer a hombres adultos.
—Quedamos en que no ibas a complicarle las cosas a Carlos.
—No te preocupes, en cuanto llegó todos fingieron que no había pasado nada —Victoria comentó burlona recordando la escena.
—No te quiero correr, pero quedamos en que pasarías el día con la hermanas de Carlos y su madre, a menos de que te hayan corrido y no quieran tenerte —Lucía prendió un cigarro —Lo cual entendería por lo que me dijo Caco.
Victoria se puso de pie y le robó un cigarro —Vine porque necesito un favor.
—¿Qué quieres ahora? —La castaña preguntó cansada y no le gustó para nada la mirada que su cliente le dio.
—Tienes que traer a Isa.
Victoria soltó seria para que su agente supiera que no bromeaba
—¿Estás jodiéndome? —Lucía sacó el humo y Victoria no supo si era el del cigarro o humo que ella misma produjo por el coraje —¿Es que acaso no puedes hacer mi trabajo más difícil? Primero tienes esa "discusión" con el padre de Carlos y ahora esto.
—¡No es por mí! —Victoria gritó para hacerse escuchar —¿Crees que yo la quiero aquí? ¿Crees que es por mí? ¡Estoy haciendo lo que me dijiste! Esto es por él. Carlos la necesita aquí.
Y entonces Lucía nuevamente sintió lástima por su cliente.
—¿Él te lo pidió?
—No necesita hacerlo —La cantante confesó —Velo, se ve demacrado, se ve mal, necesita un poco de tranquilidad y está claro que su familia no lo ayuda y yo... —A Victoria le dolía admitir lo que estaba por decir —Yo no puedo ayudarlo, no tengo las palabras, no sé qué hacer.
>>Se siente horrible no poder hacer nada por él, Carlos está derrumbándose y no dice nada y yo no tengo la menor idea de qué hacer.
Lucía rodó los ojos, de verdad que Victoria Ellis enamorada era un caso terrible y la detestaba.
—Veré que puedo hacer, solamente no me molestes y vete —Lucía la corrió de ahí con molestia, pero si de algo conocía a su agente, es que iba a hacer lo posible para cumplir su petición.
La cantante salió de ahí directo a su habitación a arreglarse, Ana ya le había mandado un mensaje de que se verían en el lobby en media hora.
Lo cierto es que no quería salir, pero las cosas se habían acordado, Reyes y sus hijas habían prometido participar en el acto final de este circo y era hora de que ella se presentara.
Después de la media hora bajó y se encontró a las chicas esperando por ella.
—En verdad lo siento mucho —Victoria se hizo notar con una disculpa.
—No te preocupes, apenas vamos llegando —Reyes la calmó con una sonrisa.
—No se si te han dicho, pero Ferrari planea una fiesta sin importar el resultado porque al parecer cualquiera de los dos pilotos son los que tienen la oportunidad de ganar —Ana le informó mientras entrelazaba su brazo con el de la cantante.
—Vamos a comprar algo para la ocasión —Blanca hizo lo mismo con su otro brazo y así salieron del hotel a una camioneta que ya las esperaba.
En el auto, las 3 estaban platicando de cosas que la verdad Victoria no estaba prestando mucha atención, seguía conflictuada por el desayuno de la mañana y se sentía apenada con las chicas por arruinar el humor.
—En verdad siento lo que pasó hace rato —Las tres se vieron entre ellas y se quedaron en silencio.
—Carlos siempre ha sido muy duro con Carletes —Reyes fue la primera en hablar —Se lo hemos dicho, pero pareciera que se le olvida.
Victoria asintió un poco más tranquila, solo un poco.
—Supongo que papá no está acostumbrado a que otras personas se metan en la vida familiar —Blanca lo defendía, porque al final del día era su padre.
Y ella, al igual que Ana y Carlos, no conocían otra cosa.
—¿Está muy enojado conmigo? —A Victoria en verdad le importaba lo que el señor Sainz pensaba de ella y no quería arruinar el resto de la semana por ese comentario.
—Se le pasará —Ana habló regalándole una sonrisa lastimera —Solo dale tiempo, en verdad te aprecia.
La cantante asintió resignada.
—Podrías pedirle una disculpa —Blanca soltó como opción, normalmente así era como las cosas se resolvían en su casa.
Victoria desvió su mirada hacia la ventana mientras que Reyes no apartaba la mirada de ella, podía ver que la rubia se debatía entre hacerlo o no.
Victoria no era una mujer orgullosa, ella siempre se disculpaba una vez que sabía que la había cagado, pero está vez no creía estar equivocada.
—No creo que quieras eso —Fue la respuesta de la matriarca haciendo que Victoria la volteara a ver con sorpresa, al verla a los ojos supo que Reyes sabía que estaba pensando.
—No, no quiero disculparme, porque no creo que esté equivocada.
—En ese caso, tendrás que esperar a que se le pase —Blanca le dio la primera opción.
Victoria asintió y el tema cambió, viendo a Reyes le sorprendió lo rápido que captaba lo que ella estaba pensando, tal vez las dos no compartían las mismas opiniones, pero sí podían entender a la otra.
Al llegar a las tiendas de ropa, el humor cambió por completo, tomaban todo lo que les gustaba para probárselo y juzgar si era apropiado para la fiesta, los vestidos, faldas, trajes volaban y eran regresados. Se cambiaban de tiendas como si ya fueran a cerrar y hablaban de todo y nada al mismo tiempo.
Aún así, había un problema, Harry estaba necesitando su atención desde Nueva York y por más que Victoria quisiera no hacerle caso y colgarle, no podía, ese disco era su bebé y le había prometido a su productor trabajar desde lejos, al menos hasta el viernes, que sabía que era cuando comenzaba el fin de semana del Gran Premio
Durante ese día varias veces se perdía enviando mensajes y cuando podía, se escapaba para poder hablar por teléfono, inclusive, seguía trabajando desde lejos con su banda para terminar una de las tracks del nuevo álbum.
Habían comprado varias cosas y ahora se habían dividido, Victoria se quedó con Reyes.
—¿Día pesado? —La mamá de Carlos le preguntó una vez que la rubia se tomó un momento para sentarse a descansar y comer con ella.
Ana y Blanca se habían ido a dar la vuelta con sus novios, quienes estaban ahí para apoyar a Carlos, el cuál estaba en el día de prensa.
—Algo así, solo tengo tantas cosas por hacer y tan poco tiempo —Victoria respondió tomando la bebida sin alcohol que había ordenado mientras ambas esperaban sus platillos.
—Puedo verlo —Reyes mencionó con una sonrisa, no habían tenido la oportunidad de hablar a solas desde que habían llegado —Aún así deberías tomarte estos días como descanso.
—Sé, en verdad sé que debería, pero es que tengo tantas ideas que siento que perderé la cabeza si no las exploto al máximo —Victoria soltó riendo, porque sonaba algo desquiciada, pero se estaba divirtiendo como nunca.
El mesero llegó hasta su mesa algo espantado por los ademanes de Victoria, dejó su comida y se retiró, las dos mujeres soltaron una risita.
—¿Ya tienes planes para cuando esto termine? —Reyes preguntó antes de tomar un bocado de su comida.
—Tengo la agenda llena —Vic sonrió preparando lo que comería —En realidad me la pasaré metida en el estudio hasta que termine el disco, y bueno, luego vienen las entrevistas, algunos conciertos privados con fans, promocionales en la tele, de todo. El siguiente año será bastante movido.
—Suenas emocionada —Reyes no dejaba de verla, la cantante se veía totalmente radiante.
—¡Lo estoy! Estar con la nueva disquera se siente como un golpe de aire fresco, siento que es como comenzar de nuevo, pero con todo el conocimiento que ya tenía —Victoria decía apenas conteniendo su felicidad y Reyes podía verlo —Es el cambio que necesitaba.
Y una parte de la madre de Carlos le encantaba verla así, verla tan feliz hablando de su trabajo y sus planes a futuro, en todo lo que la vida le ofrecía, pero por otra parte, se sentía triste porque ya no la volvería a ver o tal vez sería muy difícil que eso sucediera y la mujer le había tomado cariño a la joven frente a ella a pesar de sus diferencias.
—¿No piensas regresar a Madrid?
Victoria se quedó en silencio por un momento mientras pensaba.
—¿Después de que acabe el contrato? —Reyes asintió curiosa —No lo creo.
—Ya veo.
—La cosa es que con todo esto del disco, en mi contrato dice que debo de dar algunos conciertos en los Estados Unidos y bueno, presentarme a Talk Shows, Late Night Shows. Ellos también están emocionados y no veo cómo viajar funcionaría si no es estrictamente de trabajo.
Victoria lo último que pensó fue que los Sainz quisieran verla una vez que el contrato terminara, pero por como hablaba Reyes parecía que eso querían hacer, fue una grata sorpresa para ella.
—De todos modos suena a que tendrás un excelente año.
—¡Sí! La gente ya no me odia tanto, ya no soy una mujerzuela roba maridos, no estoy atada a una disquera de mierda y seré libre —Victoria esperaba que no tomara ese comentario de su libertad como si fuera culpa de Carlos, pero bueno, ese contrato era lo único que la estaba deteniendo. Reyes, por otro lado, se rió por la inocencia de la cantante —Será un gran año Reyes, puedes estar segura de eso, ustedes tendrán a Carlos campeón y todo será maravilloso.
Era así como Victoria se sentía, liberarse de este contrato era algo enorme para ella, en verdad era un nuevo comienzo para todos.
—Con más razón deberías tomarte estos días de descanso.
—Lo intentaré, pero es que mi productor es igual o peor que yo, es adicto al trabajo y un perfeccionista a más no poder, inclusive hemos estado trabajando a distancia y espero esté funcionando o me voy a enojar mucho.
Victoria comenzó a comer mientras recibía una mala mirada o más bien, una mirada que Victoria conocía como mirada de mamá, la cantante se rió y decidió darle la razón, al igual que con su madre, no tenía sentido ir en contra de ella.
—Prometo que descansaré.
—Así me gusta —La mujer sonrió —Tienes todo el tiempo del mundo frente a ti, eres joven y tienes tantas posibilidades.
Victoria pensó "Gracias a Dios que no era yo la embarazada"
Por un segundo que las dos se vieron y supieron que estaban pensado algo relacionado con le bebé.
—No hubiera sido una buena madre —Victoria soltó y Reyes sonrió con dolor —No ahorita.
—¿Sabes? Creo que serás una buena madre, pero a su tiempo —Quería reconfortarla y el hecho de que Reyes tuviera fe en ella y en su futuro hizo sentir mejor a Victoria.
—Mi trabajo es todo para mí ahorita —La cantante quería que la madre de Carlos entendiera que cantar no solo era un hobbie, en verdad lo disfrutaba.
—Lo sé, y también sé que todo llega a su tiempo y sé que tienes un futuro brillante por delante sin importar el camino que tomes.
Victoria asintió, en verdad le gustaban sus charlas con Reyes, porque le daba una perspectiva nueva, tal vez no concordaba con ellas, pero no tenía nada de malo escucharlas.
Las dos cambiaron de tema y no se les fue difícil encontrar algo de qué hablar, así estuvieron hasta que el sol comenzó a ocultarse.
Regresaron al hotel y Victoria se tuvo que excusar y salir de ahí, para seguir con su plan de ayudar a Carlos.
Tenía sentido, después de todo lo que él había hecho por ella a lo largo del año, como cambiar su colchón para que pudiera descansar, asegurarse de que comiera, defenderla de Rogelio y golpearlo, además de varios sacrificios más, era justo que ella hiciera algo a cambio.
Lucía estaba esperando a su clienta frente a una puerta, era una habitación registrada a un nombre falso, donde Isa estaba esperando sin saber muy bien qué era lo que estaba haciendo ahí.
—Tu paquete ya llegó —La castaña dijo de mala manera, pues no se sentía muy cómoda con Isabel desde que las había amenazado, pero trabajo era trabajo y Lucía tenía que seguir haciendo lo que Victoria le dijera.
—Gracias —Victoria dijo con una sonrisa para mejorar el mal humor de la agente.
—Me voy, pienso salir hoy y antes de que digas algo, tú no puedes salir, no te pueden ver de fiesta cuando tu novio está preparándose para el final de la temporada —Victoria rodó los ojos harta, además no era como que tuviera planes de fiesta, solo odiaba cuando Lucía se ponía de mandona —Pero, pedí el favor especial que me pediste, te dejarán usar la cocina del hotel, después de medianoche ¿entendido?
—Lucía, eres la mejor —Victoria respondió con una sonrisa y la abrazó obligándola a agacharse depositando un beso en su frente.
—Lo sé, mi amor, lo sé —Y sin decir nada más, la castaña se fue de ahí, no sin antes darle la llave de la habitación.
Victoria respiró y tocó la puerta, un débil "adelante" se escuchó y ella entró.
Al entrar encontró a Isabel sentada en la cama, se veía nerviosa, traía unos jeans y una sudadera azul marino, su cabello en una coleta.
—Hola Victoria.
—Isa —Fue el saludo de ambas, las dos no se habían vuelto a ver desde esa plática en Japón —¿Cómo has estado?
Isa no sabía qué tanto sabía Victoria o no, así que contestó con un cortés "bien"
—¿Lucía te dijo qué haces aquí?
—No me explicó mucho, creo que me odia —La cantante rió, en parte sabía que era cierto.
—Lucía es rencorosa —Victoria se alzó de hombros —No hay nada que pueda hacer respecto a eso.
—Supongo que me lo merezco —Isa sonrió de lado —¿Entonces?
—¡Ah claro! Bueno, la cosa es que Carlos está terriblemente estresado, parece ser que apenas duerme y está claro que no soy yo quien pueda calmarlo, supuse que no lo sé —Victoria se alzó de hombros "indiferente" como si no le importara —Podrías ayudarlo, me refiero, eres su novia, después de todo.
La española volteó a ver a Victoria con el ceño fruncido, Victoria Ellis no tenía la menor idea de que su relación estaba en ruinas.
—Vic... —No podía creer que la cantante la había hecho volar hasta ahí, probablemente ella era la última persona en el mundo a la que Carlos querría ver.
—No digas nada, no es por mí, es por él.
Victoria sonrió e Isa quiso golpearla, pero no porque la odiara, porque en verdad cada vez que hablaba con ella entendía porque su novio había caído.
—En verdad te detesto —Dijo Isa en forma de broma, porque ahí estaba la cantante, haciendo todo esto de unir la parejita, a pesar de lo que ella sintiera.
—El sentimiento es mutuo, Barbie —Victoria sonrió divertida al entender que solo era humor —Voy por Carlos, ya debe de estar en el hotel.
Isa asintió sin decir nada más, no tenía caso al final del día y Victoria se dio la vuelta para salir de ahí pero Isa la detuvo.
—En verdad gracias por esto, Victoria —Isa le dijo procurando que la mujer la viera a los ojos, quería que supiera que apreciaba el detalle y la madurez con la que se lo estaba tomando, tal vez era una señal, tal vez podría hablar con su novio sin pelear e ir arreglando un poco su relación.
Y Victoria sonrió con una sonrisa tímida tratando de verse sincera.
—Es lo correcto ¿no? —Victoria no sabía si se lo estaba diciendo a Isa, o a ella misma.
Ahora, mientras Victoria iba a buscar al piloto, recordaba todo lo que había hecho junto a Lucía para traerla, primero la había contactado, e Isa se casi se caía para atrás por lo que escuchaba, jamás en su vida espero escuchar todo lo que Victoria le decía.
Luego, la logística fue fácil, Tommy iba a pasar por ella e Isa tenía que abordar un avión privado que Victoria había rentado solo para ella, descansar por 6 horas y media que estaría en el aire y llegar escondida al hotel bajo el nombre de otra persona, luego pasaría la noche y mañana por la mañana, la mujer regresaría a España, pero Victoria estaba segura que un rato serviría para ellos.
Victoria había sido firme, ella no podía quedarse o publicar nada, Isa accedió pues en primer lugar no tenía expectativas de ver a su novio hasta que la temporada terminara, no desde México que se habían visto en un resort privado y bueno, las cosas no habían sido las mejores.
—¡Carlos! —Victoria estaba sentada en el suelo afuera de la habitación del piloto esperando a que llegara.
—Vic, hola —Carlos le regaló una sonrisa amable y Victoria pudo ver nuevamente su cara, se veía fatigado —¿Qué haces aquí?
—Te estaba esperando —Carlos extendió sus manos para ayudar a la cantante a ponerse de pie —Gracias.
—No me digas que tenemos que hacer otra cosa —El tono de Carlos era de completo hartazgo y ella lo entendía.
—No, pero te tengo una sorpresa —Victoria trató de sonreír emocionada, fingiendo lo mejor que podía, es lo correcto, se repitió en su mente.
—Vic —Carlos se rascó la nuca pensativo —No sé...
—Vamos, por favor, no sabes lo que me costó.
Y no se refería al dinero.
Carlos respiró y aceptó, como siempre, aceptando lo que Victoria propusiera.
—Está bien, ¿dónde está? —Carlos preguntó esperando que no tuviera que hacer mucho.
—Sígueme, pero no puedes hacer preguntas hasta que lleguemos.
—¿Tenemos que salir del hotel? —Victoria negó y comenzó a caminar hasta el elevador, pues Isa se encontraba en otro piso.
—¡Te dije que sin preguntas!
Victoria iba en la delantera, no se tardaron mucho en llegar y Carlos no entendía qué era lo que la rubia tramaba.
Estaban parados frente a una habitación la cual Carlos no tenía la menor idea de lo que había detrás de la puerta mientras que Victoria estaba sonriendo emocionada, como cuando esperas que alguien abra el regalo que le has comprado para su cumpleaños.
—Antes que digas algo, escúchame —La cantante habló antes de que Carlos abriera la boca, pues ya lo conocía y conocía lo impaciente que podía ser cuando las cosas no iban como él quería o cuando no sabía que pasaba —Ayer me confesaste que habías estado cansado desde que llegaste a Abu Dhabi.
El piloto asintió agachando su mirada algo apenado, no le gustaba verse débil frente a ella, además, no era desde Abu Dhabi, sus problemas de insomnio habían comenzado desde Japón, después del accidente.
—Y por más que quise decir algo y ayudarte, me di cuenta que a lo mejor no es que yo no dijera las cosas correctas, es que a lo mejor, yo no...— Victoria no supo cómo continuar la oración, no quería decir algo equivocado, una vez que pensó bien en qué decir, continuó —Que a lo mejor yo no era la persona la cual debería decirlas.
Carlos le puso mucha atención a cada palabra que Victoria soltó y se puso nervioso de inmediato.
—¿Victoria? ¿Qué hiciste? —Carlos preguntó tratando de entender lo que estaba sucediendo esperando equivocarse.
—Tu sorpresa está del otro lado de la puerta, ella se va mañana por la mañana, antes de tus pruebas, pero supuse que unas horas juntos podrían servirte, a ambos —Victoria agachó la mirada sintiéndose como una chiquilla.
—Victoria... —Carlos dijo apenas en un susurro.
—Creeme que nadie sabe que está aquí, solo Lucía y nadie sabrá, solo espero poder regresarte un poco de toda la ayuda que recibí de tu parte este último año —La rubia alzó su mirada de nuevo y sonrió, pero parecía una mueca rara, pues sentía que se estaba metiendo de más en la vida de Carlos, pero ella en verdad creía que estaba haciendo lo correcto —Hiciste cosas por mí, que a lo mejor no debiste de haber hecho, a pesar de mi egoísmo inicial y de que me llegué a comportar como una niña estúpida, tú siempre me ayudaste.
—Gracias —El piloto dijo imitando esa sonrisa apenada —Pero-
Victoria lo interrumpió antes de que pudiera decir algo.
—Ten, es la llave —Victoria se la entregó y por un segundo sus dedos se rozaron, pero ella en cuanto sintió ese roce, la alejó rápidamente, no quería tener contacto con Carlos, no cuando era su debilidad.
—Lucía ya habló con tus padres y les dijo qué estás cansado, que dormirás temprano y que los ves mañana antes de las pruebas —Victoria se había encargado de todo y Carlos podía verlo.
Podía ver el esfuerzo que había hecho, no solo en traer a Isa, pero en mostrarse madura, en verdad Victoria había crecido demasiado, era como un ave lista para estirar sus alas y dejar el nido, y eso estaba haciendo y aunque Carlos estaba orgulloso de verla lograrlo por sí sola, en su estómago sentía un vacío.
—Victoria, muchas gracias —Y Carlos no podía expresar todo lo que sentía, solo salían esas palabras de su boca.
—Ya basta, estás perdiendo tiempo valioso —La cantante lo corrió antes de que ella se pusiera a llorar.
Luego, sin decir nada más, se despidió y se alejó para ir a su habitación, ella tenía cosas por hacer para distraerse, además, Lucía la mataría si a la mañana siguiente tuviera los ojos hinchados de tanto llorar.
Carlos la vió marchar hasta que la perdió de vista y luego, abrió la puerta, para ser recibido por un par de ojos verdes ya conocidos.
—Hola.
—Hola, Is —Carlos sonrió y se acercó hasta su novia para darle un beso en la mejilla, fue ahí que Isabel se dio cuenta de lo que la cantante le había dicho, Carlos en verdad se veía terrible.
Y estaba segura que en parte era culpa de ella.
—Ella no tiene la menor idea de que apenas podemos vernos a la cara, ¿verdad? —Isabel preguntó como broma disfrazada.
—No.
—Te ves cansado.
—Lo estoy —Carlos confesó sentándose en la cama, por un segundo se sintió tan suave, pero sabía que por más que quisiera dormir, no podría, se levantaría horas después, y no cerraría los ojos hasta ver el sol salir.
—¿Te parece si cenamos algo?
—Sí, ¿por qué no? —Carlos tomó el teléfono de la recámara y pidió servicio a la habitación.
—Traje el ajedrez de viaje, supuse que podría distraerte y podríamos jugar algo mientras esperamos.
El piloto asintió y ambos se sentaron en la mesa a acomodar las piezas, Carlos dejó que Isa fuera los blancos y comenzaron.
—¿Cómo está tu familia? —El madrileño preguntó moviendo a su peón.
Isa se había distraído un poco mientras ponía un poco de Jazz desde su celular.
—Están bien, ya sabes, lo normal.
—¿Y tu madre? —Carlos sabía que Isa no tenía la mejor relación con aquella mujer, por eso preguntaba, para que Isa pudiera explayarse y quejarse de sus malos tratos y sus peleas constantes.
—Creo que está feliz, ha estado tranquila desde que regresamos —Isa no quería soltar de más, lo cierto es que su madre la presionaba a conseguir el anillo por parte de Carlos, decía que 6 años era demasiado.
—Es bueno escucharlo.
—¿Tus padres? Deben de estar emocionados —La madrileña movió su torre y supo que fue un mal movimiento cuando Carlos se deshizo de ella.
—Lo están no dejan de hablar de eso —Carlos soltó harto, sabía que no era la intención de ellos, pero a veces solo se sentía más presionado con sus comentarios.
Ambos se quedaron callados por unos minutos jugando, el ambiente no era tan malo como en México, pero tampoco era el mejor.
—En verdad siento si soy yo una de las razones por las cuales te ves tan mal.
Algo que sabía Isabel era que no podía alterar el humor de un deportista de alto rendimiento, era como una de las reglas no escritas de las WAG's, sonaría estúpido, pero el trabajo de Carlos ya era lo suficientemente estresante como para que todavía hubiera más peleas, claro que a veces, esas peleas no podían evitarse.
—¿En serio me veo tan jodido? —Isa asintió mientras quitaba un peón negro de Carlos.
—Solo un poco —Isa estaba mintiendo completamente, se veía muy jodido.
—Estoy bien, lo juro, cuando todo esto acabe volveremos a la normalidad —Nuevamente Carlos minimizaba todo —Pero cuéntame ¿cómo te trajo hasta acá Victoria?
Isa iba a responder cuando sonó la puerta, la comida había llegado. Carlos fue por ella mientras que Isa se escondía. El madrileño dio propina y agradeció.
—Ya puedes salir.
Ambos movieron el tablero de ajedrez y acomodaron su cena, pero la plática continuó.
—Para empezar, me envió un mensaje explicándome todo y una hora después había un hombrecito con lentes esperando por mí para llevarme al aeropuerto —Isa había pedido una crema y rompió algunas galletas saladas en ella, su madre probablemente la odiaría por hacerlo, pero su madre no estaba ahí para verla.
—¿Hombrecito?
—Sí, me dijo su nombre, pero no recuerdo cuál era.
Carlos conocía solo a una persona a la cual le confiarían esa tarea, el becario de Lucía.
—¿Podría ser Tommy? De pura casualidad.
—¡Sí! Tommy. ¿Lo conoces? —Carlos sonrió asintiendo.
—Nos tomaba fotos para la prensa —El piloto explicó e Isa entendió el trabajo de aquel muchacho —¿Qué hace en Madrid?
—Para que veas, de eso si me acuerdo, me dijo que estaba empacando una casa.
Eso detuvo el tenedor de Carlos en el aire.
—¿Empacando? —El tono del piloto sonó confundido.
—Eso me dijo —Isa siguió comiendo como si nada, Carlos asintió.
Así que Tommy estaba empacando las cosas de la casa de Madrid, claro que Lucía iba a hacer todo lo más eficiente que podía y no iba a esperar para terminar ese contrato una vez que la carrera hubiera sucedido, mucho menos cuando Victoria ya había solicitado la terminación de este y podía ver como la cantante se moría por regresar a Nueva York a continuar con su disco... y con Harry.
Después de cenar, los dos continuaron jugando ajedrez hasta que decidieron ir a dormir, las primeras tres horas fueron fáciles para el madrileño, después, de vuelta a la rutina.
Se despertó y se quedó un rato en la cama esperando volver a conciliar el sueño, pero fue imposible, la habitación estaba en silencio, podía escuchar la respiración de Isa a su lado.
Se puso de pie y fue hasta la ventana donde podía ver la ciudad con vida, las luces de varios edificios y se quedó sentado un rato apreciándola.
Desde Ciudad de México se quedaba viendo las ciudades que visitaba, esperando aburrirse lo suficiente para quedarse dormido, pero normalmente le costaba.
Sin pensarlo mucho, volvió a tomar el set de ajedrez de Isa y comenzó a jugar solito con la luz de la ciudad de Abu Dhabi alumbrándolo, al menos así podía aprovechar el tiempo.
***
Y mientras Isa y Carlos compartían su cena, Victoria pidió algo para cenar y junto a los materiales que su agente le había conseguido se fue directo a la cocina.
La rubia había pedido a Lucía que le comprara materiales para hacer galletas, ese había sido el favor especial que había pedido a su manager además de traer a Isa y su agente como siempre había cumplido, también le había pedido al manager del hotel usar su cocina y al ser tan famosa, le habían dejado usar sus instalaciones con discreción y sin que nadie se enterara.
Victoria había salido directo del elevador, ya eran cinco minutos después de media noche y la sorpresa fue encontrarse a Charles por ahí, deambulando en el lobby, hablando por teléfono.
—¿Charles? ¿Qué haces despierto? ¿Qué no se supone que mañana tienes prácticas? —Victoria se había acercado hasta el monegasco una vez que había terminado con su llamada.
—¿Carlos ya se fue a dormir? —Charles preguntó al ver a la cantante sola ignorando la pregunta de la cantante.
—Me temo que sí —Victoria mintió por su "novio".
—¿Y tú? ¿no piensas dormir? —De nuevo, el piloto monegasco le preguntaba curioso por su respuesta.
—No ahorita, creo que los nervios de Carlos se me pasaron a mí —Victoria sonrió amablemente bromeando un poco —Voy a la cocina ¿vienes?
—¿Antojo de medianoche? —Charles preguntó sonriendo.
—Algo así, lo cierto es que le debo unas galletas a Reyes y planeaba hornearlas y siempre puedo comer algunas —Victoria estaba algo melancólica.
La cantante sabía que tenía cosas por terminar, cosas que para ella se sentían pendientes y una de ellas, eran las galletas que Reyes le había pedido.
—Uh, Carlos mencionó que cocinas muy bien, ¿puedo ir? —Victoria asintió y los dos jóvenes se fueron a la cocina.
Al ser casi de madrugada, no había mucha gente, solo los trabajadores en turno de la cocina de 24 hrs, fueron ellos quien le indicaron la zona donde podía estar, era una zona relativamente pequeña con un horno para que ella pudiera usar sin interrumpir a nadie más.
Victoria sacó sus ingredientes de su bolsa y comenzó a sacar recipientes que estaban por ahí.
—Dime Charles ¿qué tienes? —Victoria le preguntó al piloto monegasco notando que jugaba con sus anillos.
—Nada, todo bien.
Otro tonto que no se soltaba.
—Sí claro —Respondió con sarcasmo y Victoria comenzó a buscar tazas medidoras.
—Siento que voy a vomitar de los nervios —Charles soltó de golpe.
La cantante rodó sus ojos sin que la viera al ver que su amigo también la estaba pasando mal, aunque la verdad es que en parte entendía lo que los dos estaban viviendo no era nada fácil, menos cuando era algo que ambos deseaban mucho y habían trabajando todo el año por esto.
—Vamos, pero si ya ganaste un campeonato, estoy segura que no deberías tener tantos nervios —Victoria sonrió, aunque si era sincera, ella no quería que Charles volviera a ganar, claro que eso nunca lo diría.
—Lo sé, pero eso solo me pone más presión, porque si no gano de nuevo, la gente dirá que solamente gané porque Carlos se descuidó la primera vez —Vaya, Charles tenía un punto, y Victoria podía ver como los dos pilotos de Ferrari confesaban sus miedos con ella.
—No creo que ese sea el caso.
—¿Por qué te estoy diciendo todo esto cuando eres novia de la competencia? —Ambos rieron bajito por el chiste de Charles.
—No lo sé, ¿por qué soy buena persona? —Victoria dijo comenzando a batir algunos ingredientes —Supongo que entiendo lo que dices, cuando tuve mi primer éxito me sentía muy presionada a tener otro, porque justamente la gente pensaría eso, que yo solamente había tenido suerte.
El monegasco asintió, justo así se sentía, no quería que pensara que solo había ganado por un golpe de suerte.
—¿Carlos está nervioso? —Victoria volteó a ver a Charles por la pregunta.
—No creo que deba decírtelo, sería traicionarlo —Victoria sonrió amable, no iba a romper la confianza de Carlos, así como no iba a decirle a Carlos lo que Charles le estaba diciendo.
—Se me olvida que soy el enemigo —Charles soltó riendo tímido.
—Basta, los dos son buenos rivales, pero no son enemigos —Victoria dijo entre risas.
Charles se quedó viendo a la cantante cocinar, básicamente se movía en la cocina como si siempre hubiera estado ahí, la rubia puso a precalentar el horno.
—¿Qué va a pasar cuando el campeonato termine? —Charles se atrevió a preguntarle, él sabía que Victoria y Carlos no eran novios de verdad, se había enterado en Japón, pero no estaba muy familiarizado con este tipo de situaciones.
¿Una vez que el contrato terminara solo se alejarían? ¿Así de fácil?
Victoria volteó a verlo completamente seria y entendió a lo que Charles se refería.
—Regresaré a Estados Unidos, Carlos regresará a Madrid, cada quien hará lo suyo de nuevo —Victoria siguió moviendo su mezcla.
¿Por qué todo mundo hablaba de temas sentimentales cuando horneaba?
—¿Solo así? —Charles preguntó.
—Pues no hay nada más que pueda hacer, Charles, Carlos está con Isa —Literalmente, pensó Victoria —Y yo, bueno... estoy trabajando en lo mío y puede ser que tal vez haya encontrado a alguien —Victoria le dio una sonrisa tratando de calmar al monegasco.
Esa última oración atrajo la atención de Charles
—¿De manera sentimental? —Victoria soltó una risita tímida, como una chiquilla de primaria a la cual le preguntan por su crush.
—Todavía no lo sé, lo que sí sé es que me agrada y me gusta pasar tiempo con él.
—Ooooh con qué es un él —Charles se burló, para este punto todo mundo sabía que con ella existían varias posibilidades de pareja.
—Es muy alto y atractivo —Victoria sonrió sintiendo como sus mejillas se sonrojaron un poco —Además de que hace chistes malísimos, pero me gustan.
Su amigo no pudo evitar sonreír con ella, le gustaba escucharla y saber que a pesar de todo, ella iba a estar bien.
—¿Cuántos años tiene?
En ese momento la cantante se quedó callada mientras que Charles la veía con diversión en sus ojos, el tema de la edad era un caso divertido para ella.
—Más que yo —Victoria soltó divertida.
—¿Más que yo? —El monegasco preguntó y Victoria asintió tímida —¿Más que Carlos?
—Sí.
—¿Cuánto? —La cantante negó con una sonrisa —Vamos, no te voy a molestar, o bueno, tal vez solo un poco.
—Tiene 32 ¿ok? —Charles se cubrió los ojos.
—Mujer, tienes que buscar a alguien más joven.
—Lo siento, pero es que agggg —La cantante dejó la mezcla de lado poniendo sus manos en su cintura —No los escojo, solo aparecen ¿ok?
—Eres un imán para hombres mayores, al menos sabes si esté está casado —La rubia le regaló una mala mirada.
—No está casado, lo he confirmado.
Los dos soltaron una risa después de eso, risa que en cuanto se detuvo, le dio la oportunidad a Charles de hablar primero.
—¿Y qué pasará con nosotros? —Charles preguntó cambiando el tema drásticamente y Victoria frunció el ceño.
—¿Nosotros? —La cantante preguntó sin entender a que "nosotros" se refería.
—Me refiero a mí, a Lando, a Yuki, joder, hasta Pierre —Charles había alzado su tono de voz, pero lo bajó en cuanto se dio cuenta que alguien más podía escucharlos —Somos amigos ¿no? ¿Solo te irás y te olvidarás de este año?
Victoria sintió como si Charles acabara de soltarle un golpe en el estómago.
—Charles... —De nuevo, Victoria sentía como se rompía por dentro.
—Victoria —Charles hablo en el mismo tono que ella.
Ella había estado tan preocupada e insistente en alejarse de Carlos y de los Sainz que se olvidó por completo que no solo se despedía de ellos, también se despedía de los amigos que había hecho esos meses.
Sus primeros verdaderos amigos en toda su vida.
—No me voy a olvidar de ustedes y claro que somos amigos pero no sé cómo podría asistir a las carreras —La cantante dijo apenada —Al menos no la siguiente temporada.
—Yo te podría invitar, o Lando, estoy seguro que amaría tenerte en su garage —Charles dijo rodando los ojos, Lando tenía ese enamoramiento con la cantante y todo mundo lo sabía.
—No es eso... no sé cómo podría andar por el paddock y verlo... verlo con ella —Victoria dijo agachado la cabeza, la masa ya estaba lista, debía dejarla reposar —Además, mi nueva disquera me va a tener de arriba a abajo, ellos tienen muchos planes para mi futuro y yo junto con ellos.
La cantante fue hasta donde Charles se había sentado en el suelo y se sentó a su lado.
—¿Te enamoraste? —Charles preguntó.
Era como si todo mundo pudiera verlo, verdaderamente humillante para ella.
—Claro que lo hice —Victoria rió burlona, porque burlarse de sus sentimientos era lo único que le quedaba —El mayor cliché de la vida.
—Joder, eso sí que no es bueno.
—¿Tú crees? —Nuevamente el tono de burla la hizo ganarse una mala mirada por parte de Charles.
—Bueno, perdón, tenía que preguntar —El piloto estaba seguro de que si no preguntaba se iba a quedar con las ganas.
—Pero tienes razón, no es bueno, nunca te enamores de tus compañeros de trabajo —Victoria lo decía como un consejo haciendo que los dos rieran —Es ridículo y estúpido.
Charles le dio una mirada lastimera a la cantante.
—Considerando que Carlos es mi compañero de trabajo, no creo que pueda hacerlo —Charles soltó riendo, y a su vez, haciendo reír a Victoria.
—Bueno, pues mira, yo lo hice.
—Sí, pero tú eres débil, a mí esos ojitos castaños no pueden engatusarme —Ese comentario de Charles hizo que Victoria soltara una verdadera carcajada, verdaderamente iba a extrañarlo.
—Cierto, además, creo que si lo haces Lando te asesina —El monegasco fue ahora quien se rió.
—La única razón por la que Lando no te asesinó por meterte con su hombre es porque tenía un crush mayor contigo —Charles de nuevo se burló del inglés haciendo reír a Victoria.
—Ay Lando —Los dos dejaron de reír un poco —En verdad voy a extrañarlo.
>>Voy a extrañarlos a todos —Charles no supo qué responder a eso, porque se sentía tan raro, pero era lo que pasaba con algunas novias de sus amigos, en cuanto terminaban no volvía a saberse de ellas.
Claro que él no esperaba llevarse tanto con la novia superestrella de su compañero de equipo.
Y para Victoria toda esa situación era chistosa, Charles era la última persona en la que había pensado en ver y que la pusiera de buen humor.
Después de un rato, Victoria volvió a hablar.
—Mira, no prometo nada, pero si puedo asistir a alguna carrera, iré a verlos ¿vale? —Victoria dijo mientras extendía su mano para sellar el trato —Iré a visitar a mis chicos, porque voy a extrañarlos muchísimo y Carlos no merece toda la tranquilidad después del contrato.
—Por mí está bien —Charles tomó su mano y luego se puso de pie —Además siempre podemos molestar a Carlos un rato, no sé, ponerlo de mal humor.
Victoria rió encantada y extendió sus brazos para que Charles la ayudara a ponerse de pie, una vez que lo hizo, la cantante fue a lavarse las manos, necesitaba comenzar a poner sus galletas en la bandeja.
—Vic, creo que te dejo, ya me siento más tranquilo y debo dormir algo para mañana estar listo para las prácticas —Charles se acercó a donde estaba ella y se despidió con un abrazo.
—Suerte Charles y éxito.
—Mentirosa, quieres que Carlos gane —Eso hizo reír de nuevo a la cantante.
—¿Qué te puedo decir? —Victoria dijo divertida.
—El amor te tiene mal, Ellis. Te hace apoyar al piloto incorrecto —Eso fue lo último que dijo Charles antes de salir de ahí.
Mientras tanto, Victoria lo vio marcharse, y una vez que estuvo sola continuó con su labor de cocinar galletas, y entonces pensó en lo que Charles decía nuevamente, no solo se alejaba de Carlos y de los Sainz, también se alejaba de los pilotos a quien consideraba sus amigos, ahora tenía más gente de quien despedirse.
En lugar de ponerse a llorar, se puso a hacer más galletas, porque es lo único que sabía hacer.
- - - Viernes - - -
A la mañana siguiente, Carlos se sentó en la mesa del desayuno con una sonrisa tranquila en la cara, pero aún con la mente revuelta.
—¿Y Victoria? ¿Sigue dormida? —Carlos padre preguntó , ahora, al notar la falta de la rubia, porque a pesar de su "discusión" seguía preocupándose por ella.
Carlos sabía que Victoria no estaba ahí, porque estaba ayudando a Isa a regresar a Madrid, tal y como habían acordado, así que tuvo que mentir por ella.
—Sí, creo que ayer se develó —Carlos no tenía la menor idea de lo que la cantante había hecho anoche, pero sonaba como una mentira apropiada.
—Ay esa niña, le dije que descansara —Reyes negaba partiendo su comida.
—Estuvieron todo el día juntas ¿no? —Carlos preguntó, pues no tenía la menor idea de lo que habían hecho sus hermanas, su madre y Victoria.
—Algo así, estuvo con nosotras pero también estuvo en su celular todo el tiempo —Ana dijo algo molesta mientras servía café para ella y su prometido.
—No empieces Ana —Blanca regañó a su hermana menor mientras los dos hombres Sainz no sabían qué sucedía, no sabían que también había habido problemas entre ellas —Victoria estuvo en el teléfono trabajando, no porque no quisiera estar con nosotras.
—¿Trabajando? —Carlos preguntó curioso.
—Sí —Reyes intercedió por la cantante —Y no estuvo todo el tiempo en su celular, solo algunas veces, estaba hablando con su banda y su productor, al parecer anda trabajando en su tercer álbum y hubo algunos problemas en el estudio.
Tanto Carlos sr. cómo a jr. entendieron que a lo mejor a Ana no le había gustado tener que compartir la atención de la rubia.
—Oh, ya veo —Carlos de nuevo se puso serio, ¿acaso ese productor no podía dejarla en paz un solo día?
—Carlos, no empieces, Victoria se ve feliz y está muy emocionada por este disco —Reyes reprendió ahora a su hijo.
—Pero si no dije nada —Su hijo se defendió sirviéndose un poco más de fruta.
—Puedo ver tu cara —Reyes lo amenazó con una mirada y el piloto no tuvo otra cosa que hacer que calmarse.
El señor Sainz no pudo quedarse callado, nuevamente tenía que defender a Victoria a pesar de que estaban en no tan buenos términos.
—Debo de admitir que la niña se ve diferente —Carlos Sr. se metió a la conversación —Se ve diferente, se ve...
—¿En paz? —Reyes terminó esa oración por su esposo.
—¡Sí, exacto! Se ve tranquila, esa nueva disquera debe de ser mejor para ella —El padre de Carlos habló —Aunque claro, algo respondona.
Ese comentario no pasó desapercibido por Carlos, el tono de su padre había cambiado por completo. ¿Acaso había pasado algo y él no sabía?
Antes de que el piloto pudiera preguntar qué sucedía, la plática continuó.
—Además, ha regresado a su casa, eso debe de ayudarle de cierta manera ¿no? —Blanca habló recordando que Victoria había pasado ese último mes en Nueva York.
Y Carlos se sentía decaído al escuchar como Victoria estaba mejor sola, mejor sin él, aunque ¿acaso eso no era lo que él quería para ella?
—¿Cuánto tiempo más vamos a fingir que estamos felices por ella? —Ana habló con suma molestia, y Carlos estuvo de acuerdo con ella, aunque solo lo hizo en silencio —O sea, si estamos felices por ella, pero... ella ya... Ella se va a ir y no la veremos de nuevo, estará tan ocupada con su carrera y no volverá a Madrid.
>>¿Les dijo que su nueva disquera planea hacerla trabajar prácticamente todo el siguiente año? ¡Y ella parece emocionada! Hasta donde sabemos la podrían estar explotando y ella está bien con eso.
—Ana, no te metas —Carlos tenía que detener a su hermana por más que estuviera de acuerdo con ella —Ella sabe lo que hace.
—¿Lo sabe?
—Sí, Victoria ha crecido mucho estos meses —Por más que a él le costaba admitirlo —Sabe lo que hace.
>>Nadie va a meterse con su trabajo, ni con su vida y mucho menos le va a decir qué hacer —Porque lo cierto era que con él podían hacer lo que quisieran, pero con Victoria no.
Todos en la mesa se quedaron en silencio, al parecer a la menor de los Sainz le estaba afectando de sobremanera el tener que despedirse de Victoria, y Carlos se sentía más y más culpable, él les había presentado a Victoria, él la había integrado a la vida de su familia, y ahora, que ella tenía que irse, no pensó que toda su familia la extrañaría de esa forma, no pensó que Victoria impactaría tanto en su familia.
Porque al parecer no solo Ana estaba enojada con ella, su padre parecía algo molesto también.
—No creo que tengan que dejarla de ver, Victoria no es así —Carlos habló rompiendo el silencio triste que se había formado en la mesa —Victoria vendría volando a verlos si ustedes se lo pidieran, y estaría encantada de salir a cenar con todos ustedes.
Un nudo comenzó a formarse en su estómago y su apetito se había ido, porque él en verdad sabía que Victoria haría eso por su familia, pero ¿por él? ¿Ella lo vendría a ver? Sí él la invitaba a alguna carrera, ¿ella iría? Probablemente no.
—Tal vez esté más ocupada el siguiente año, pero eventualmente tendrá otra gira o vendrá de vacaciones, yo que sé —Carlos alejó su plato, acción que no pasó desapercibida por el padre de Carlos —Hasta ustedes podrían ir a visitarla, ¿ahora podríamos cambiar de tema?
El jefe de la familia creyó que debía de interceder, ayudarle a su hijo a poner orden y calmar las aguas, si tan solo pudiera tomar sus propios consejos para él.
—Carlos tiene razón, sabemos que Victoria estará ocupada, pero bueno, podría venir a Europa de vez en cuando o nosotros podríamos ir a verla —El padre de Carlos básicamente repitió lo mismo que Carlos, pero a él le hacían caso.
Y de mala gana, tuvieron que terminar con ese tema y seguir con su desayuno, estaban por terminar cuando la rubia decidió aparecerse.
—¡Familia Sainz! Buenos días —Victoria venía con una sonrisa de oreja a oreja y un vaso de café en sus manos —¿Cómo amanecieron?
Victoria no quería ver al patriarca, seguía algo molesta con él y bueno, el sentimiento era mutuo.
—Muy bien. Hola Vic. Buenos días —Todos saludaron al mismo tiempo y ella tomó asiento a un lado de Carlos, aún sin voltear a ver a su padre.
—¿Ya desayunaste? —Reyes preguntó mientras Victoria asentía dándole un trago a su café —¿Segura?
—Sí, solo que desayuné en otro lado, lo juro —Victoria sonrió, había decidido desayunar en otro lugar para no tener que tener otra reunión incómoda con los Sainz —¿Ya listos para este fin de semana tan caótico? Dios en verdad no sé cómo puedes hacerlo todos los fines de semana.
Ese último comentario fue dirigido a Carlos.
—Te acostumbras —Carlos soltó indiferente.
—¿No vas a terminar eso? —La cantante acercó el plato de Carlos a él —Se ve bueno y no querrás que se desperdicie.
Todo mundo los veía interactuar y por más que el señor Sainz no quería prestarles atención, fue inevitable para él.
—Es mi segundo plato, ya no tengo hambre —Carlos mintió y su padre se dio cuenta, él sabía que era su primer plato.
Sin decir nada volteó a ver a Reyes, los dos estaban pensando lo mismo, y por más que odiara admitirlo, Victoria tenía razón y debían de interceder.
—Bueno. ¿Alguien ha visto a Lucía y Caco? —Victoria preguntó mientras la familia negaba.
—Están preparando todo para este fin de semana —Carlos respondió, pues él ya había hablado con las niñeras.
—Cierto, tengo que ir a arreglarme para el último show —Victoria dijo sonriendo divertida —Bueno, familia Sainz, los dejo terminar sus alimentos, que me tengo que poner guapa.
Victoria se puso de pie y se despidió, todos se despidieron algo decaídos.
—Venga gente, es race week, y Carlos va a ganar, necesitamos estar más animados —Victoria no entendía qué era lo que le había pasado a los Sainz, tal vez se habían peleado y ella ni en cuenta, mejor para ella porque no quería tener más problemas con ellos.
—¿Quién eres tú y qué le pasó a Victoria? —Blanca preguntó divertida, pues la rubia nunca estaba tan energética.
—Ja, muy graciosa —Victoria respondió sarcástica mirando mal a la hermana de Carlos —Y no mentiré, es mi tercer café del día, puede ser que tenga un poco de taquicardia y solo dormí unas horas, así que ando algo rara.
—¿¡Tercer café?! ¡Son las 7 de la mañana! —Carlos soltó asustado.
—¿Qué te digo? Ahorita soy más café que persona. ¡Adiós!
—¡Victoria! —Carlos gritó de nuevo para regañarla pero ella ya se había alejado.
—¡Adiós dije! —Victoria gritó desde lejos agitando su mano sin voltear a verlos.
Los Sainz se rieron y con eso, ella se esfumó, pues tenía que arreglarse.
—Voy a extrañarla mucho —Ana volvió a decir decaída, mientras la veía marchar.
Ya ninguno de los Sainz respondió pero todos estaban de acuerdo, después de un rato, Carlos se despidió, pues él tenía que irse a organizar con las niñeras y arreglarse, al parecer, Lucía quería que la pareja coordinará sus outfits por última vez.
—Carlos, que bueno que llegaste —Lucía dijo en cuanto el piloto cruzó la puerta —Ten, esto es lo que usarás.
Eran unos jeans normales con una playera polo negra, Victoria por el otro lado usaba unos jeans negros que combinaban con una chamarra del mismo color y una playera blanca básica.
Victoria estaba terminando de maquillarse cuando Carlos llegó a cambiarse, Caco estaba terminando unas llamadas.
Luego, en lo que Carlos salía, ella se sentó a descansar mientras tomaba a Bodoque en sus manos.
—¡Hey! Dame al gordo —Carlos se lo arrebató sin decir nada, y Victoria se lo entregó.
Caco y Lucía se pusieron hablar entre ellos como siempre, dándoles un poco de privacidad a la pareja.
—Entonces... ¿cómo te sientes? —Victoria preguntó curiosa, esperando que su plan hubiera funcionado.
—En verdad aprecio lo que hiciste Vic, y no voy a olvidarlo nunca —Carlos sonrió mientras acariciaba a Bodoque.
—Eso no responde mi pregunta —Victoria sonrió amable esperando que de verdad el humor del madrileño hubiera mejorado.
—¿Está mal que siga nervioso? —Carlos admitió sintiéndose culpable, se supone que ya no debería de estarlo, además de que tampoco había dormido mucho y tampoco comido tanto.
—No, supongo que no, es perfectamente normal, aun así espero que te haya gustado tu sorpresa.
—Me encantó, gracias —Carlos le regaló una sonrisa sincera porque no quería decepcionarla y decirle que la verdad no había habido cambios. Victoria respondió de la misma manera sintiéndose mejor de haber podido ayudarle de alguna manera.
Carlos no podía dejar de verla, Victoria estaba ahí, sonriéndole como siempre, pero esta vez se dio cuenta de lo que su familia decía, Victoria se veía diferente, se veía feliz y se veía tranquila, ya no era la joven torturada y deprimida de hace unos meses, y brillaba, en verdad brillaba, era como si ahora su simple presencia iluminaba a todo mundo, Carlos se rió, porque por un segundo pensó que el "efecto Victoria" se había potencializado al mil por ciento.
Era lo que él había notado desde el primer momento que la vio al llegar a Abu Dhabi y ahora, no solo él lo notaba, todos podían verlo.
Carlos iba a decir algo, pero entonces, el celular de Victoria, que estaba entre ellos, se encendió, era Harry, lo supo porque en la pantalla decía "Vaquero" con su respectivo emoji de la carita feliz con el sombrero vaquero.
—Ay no —Victoria dijo algo molesta, había quedado con el productor que ya comenzaban sus días libres, aunque por otro lado, no se molestaría en escuchar su voz —Dame unos segundos, le dije que ya no estaría disponible estos días, pero algo debió de haber pasado o no hubiera hablado.
—Sí claro —Carlos mencionó con sarcasmo rodando los ojos harto de ese hombre.
Victoria se levantó y se alejó para poder hablar, en lo que ella hablaba, Lucía y Caco se acercaron, ya habían terminado.
—¿Con quién habla?
—Con Harry —Lucía y Carlos respondieron al mismo tiempo.
—¿Cómo sabes que era él? —Carlos preguntó extrañado.
—Es la única persona con la que habla últimamente —Lucía dijo obvia y Carlos apretó su mandíbula sin que nadie lo notara, o eso había creído porque Lucía se rió de él.
—Tranquilo mi amor, solo es trabajo —Lucía comentó haciendo que Carlos se relajara de inmediato, no podía actuar como un estúpido y mucho podía dejar que la gente se diera cuenta.
El piloto iba a decir algo para excusarse, cuando Victoria regresó con ellos.
—Perdón, ya estoy lista —Victoria colgó y volvió a tomar su asiento —Es que hubo problemas con la banda, pero todo listo —La rubia sonrió inocente.
—¿Problemas? —Caco preguntó, no le gustaba que Victoria tuviera problemas con su trabajo, aunque no fuera su cliente.
—La banda quiere hacer unos cambios y Harry tiene problemas para controlarlos, no le hacen caso, desde ayer está así y la tensión crece, ya mejor le dije que los deje descansar y que en cuanto llegue, lo arreglo —Victoria explicó y Carlos sabía que solo era trabajo, solo que seguía sin agradarle aquel sujeto —Prometo que no molestará más este fin de semana.
Con eso Carlos se sintió un poco más satisfecho y Lucía sonrió al verla actuar de esa forma, esa nueva seguridad en Victoria era tan atractiva y todo mundo podía notarlo, y había un piloto español que no solo podía notarlo, pero que se estaba volviendo loco sin saber cómo manejar lo que esa seguridad le provocaba.
—Chicos, será una de nuestras últimas juntas, de nuevo para decirles que fue un honor, fueron un dolor de cabeza, pero el viaje fue genial —Caco dijo con una sonrisa en el rostro —Pero, venga, como siempre, tenemos su itinerario y donde deben de estar cada minuto de este fin de semana.
—Victoria, la prensa buscará alguna entrevista contigo, por favor, sé la mejor novia posible —Lucía le recordaba como siempre sus deberes —Habla de como no puedes esperar a que Carlos gane el campeonato.
—Yo siempre soy la mejor novia —Victoria comentó con una sonrisa burlona, pues sabía que a veces no era cierto.
—Es en serio, compórtate —Lucía le dijo seria y ella asintió alzando sus dos manos indicando rendición.
Después de eso, la pareja salió del hotel lista para partir al paddock.
Al esperar por los autos, Carlos vio como Victoria y su padre estaban lado a lado, pero pareciera que el otro no existía para ellos.
Algo había pasado y nadie le había dicho, lo mejor era tratar de solucionarlo.
—¡Caco! —Su primo se acercó hasta él —¿Qué sucede ahí?
Discretamente señaló a Victoria y a su padre, su agente se puso alerta de inmediato.
—No creo que suceda nada, solo están de pie.
—Sí y Victoria está callada —Carlos comentó con sorna.
Caco volteó a verlos en silencio y estaba claro que se notaban las cosas tensas entre su tío y Victoria.
—Creo que pasó algo, pero no sé qué —Caco mintió vilmente, no quería meterse y no quería que Carlos se preocupara de más, aunque sabía que su respuesta era muy ambigua.
—Eso no me dice nada.
—No te preocupes, no pasa nada, están bien.
—Eso —Carlos los señaló —No está bien.
Y no pudo decir nada más porque en ese momento los autos llegaron.
La parejita se subió al Ferrari que le habían prestado a Carlos ese fin de semana, los demás a una camioneta.
En cuanto Carlos comenzó a avanzar, aprovechó para preguntar qué carajos estaba sucediendo.
—¿Desde cuándo no le hablas a mi padre? —Ese comentario distrajo a Victoria del juego que estaba comenzando en su celular.
—¿De qué hablas? —La cantante fingió demencia.
—No creas que no me he dado cuenta que no pueden ni verse a los ojos.
—No sé de qué hablas —Nuevamente negó todo.
—Antes parecían uña mugre y ahora provocan nieve de lo fríos que están.
La cantante rodó sus ojos, no quería hablar de eso con Carlos porque sabía que iban a terminar peleados y no ayudaba a su intento de no hacerle las cosas difíciles al madrileño.
—Venga, ¿qué sucedió? —Nuevamente preguntó esperando que Victoria soltara la sopa.
—Tu padre es un necio y un terco igual que tú ¿Feliz? —Victoria soltó molesta, tal vez seguía más enojada de lo que parecía.
Carlos vio por el retrovisor la camioneta donde su familia iba, no quería pelear con Victoria por culpa de ellos.
—Debes de arreglarlo —Victoria abrió los ojos por la sorpresa, como si fuera culpa de ella.
—¿Disculpa?
—No quiero que estén así durante el fin de semana.
La cantante quiso abrir la puerta y salir del auto, después de todo, Carlos no iba tan rápido, estaba segura de que sobreviviría.
—¿Y también piensas decirle esto a él? —Carlos apretó el volante —Claro que no —Victoria respondió por él —Mira, estoy segura de que ambos estaremos en nuestro mejor comportamiento frente a las cámaras, si es lo que te preocupa.
—No es eso lo que me preocupa y lo sabes —La rubia rodó sus ojos harta.
—Prometo arreglarlo.
Promesa que no pensaba cumplir, pero si esa mentira hacía sentir mejor a Carlos, ¿qué más daba?
- - - - - - - -
Sooo, segunda parte del maratón listo.
Espero les haya gustado y nos vemos mañana para la tercera parte.
Lol, para las que me sigan en instagram solo quiero decirles que estoy bien, pero sí, mi cuerpo me pedía un descanso, así que espero me entienda.
Estoy bien, no se espanten.
Las amo
Fer<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro