Capítulo 38 [En Tokyo solos, ¿solos?]
Desde Monza, habían pasado dos semanas, Carlos se había ido a Singapur y Victoria había decidido quedarse un rato más en Italia, disfrutar la comida y los lugares turísticos, darse una vuelta, después de todo, no sabía cuando volvería.
Una vez que Carlos y Caco habían llegado a Japón, la cantante sabía que tenía que ir con ellos para seguir con el itinerario; Lucía y ella llegaron, Victoria estaba algo feliz, quería contarle a Carlos todo lo que había visto en Italia y lo mucho que había disfrutado, enseñarle las fotos que había tomado entre otras cosas, pero verdaderamente, solo quería verlo y platicar con él.
Al llegar al hotel, las dos mujeres fueron de camino a sus habitaciones y se verían con los chicos en un rato más, para saber qué es lo que harían durante este fin de semana.
Victoria había dejado a Bodoque ya listo en su habitación y como ya le habían informado donde estaba el madrileño, decidió ir a saludar antes de encontrarse para hablar y luego irse juntos a la pequeña junta, fue hasta el elevador y conservó su sonrisa hasta llegar a la puerta, pero la sorpresa fue cuando Carlos la abrió.
—¡Hola Vic! —Él estaba feliz de verla, podía notarlo en su voz, pero era mucha felicidad, él no la recibía así normalmente, eso la puso alerta.
—Hola, Carlos.
—Ya llegaste, que bueno, ¿necesitas algo? —Ok a lo mejor estaba ocupado.
—¿Todo bien? —Ahora sí que lo había descubierto, estaba actuando completamente raro.
—Sí, es solo que... —Y entonces la escuchó, ya sabía quien era con solo escuchar su voz.
—¿Es la comida? —Isa había asomado su cabeza, Victoria no sabía que ella iba a estar ahí. —¿Vic? Ya llegaste, que bueno.
Al parecer el sentimiento era mutuo, ninguna quería estar en esa situación, se notaba, pero también se notaba que se estaba esforzando por tratarla amablemente.
—Hola Isa, solo venía por Carlos, tenemos una pequeña junta para revisar unas cosas del calendario, pero si van a cenar, podemos atrasarla. —La rubia sonrió forzadamente.
—¿Segura? —La novia de Carlos se acercó a él que estaba entre la espada y la pared, o entre dos rubias, era lo mismo, solo quería desaparecer. —No me molesta prestarte a nuestro novio un ratito. —Se había acercado hasta él y lo había abrazado por la cintura mientras hacía ese chiste, era una indicación de que además del chiste, le hacía saber, "mío".
"Nuestro"
Victoria casi se arranca las orejas al escuchar eso, si tan solo la rubia supiera lo que la cantante le había pedido a Carlos en Monza, Dios, era una mujerzuela, ¡Y ahora dos veces! Carajo.
Victoria tuvo que reír, pero odiaba infinitamente eso, tampoco superaba que por su culpa Bodoque se había perdido y casi moría, pero tenía que comportarse.
De alguna forma siniestra y macabra estaban a mano, Isa casi había matado a su gato y ella había besado a su novio (y no se repetiría)
—No te preocupes, estoy segura de que Caco puede ponerlo al corriente mañana, pero... ¿puedo hablar contigo un segundo? —Esa pregunta estaba dirigida a Carlos.
El madrileño asintió aún sin decir una palabra, luego le dijo a Isa que lo esperara y la rubia entró despidiéndose de Victoria y cerrando la puerta detrás de ella.
—¡¿Qué hace Isa aquí?! —Fue lo que Victoria gritó en un susurró, vaya ironía.
—Tranquila, antes de que me mates. —Carlos colocó sus manos sobre los hombros de la cantante y Victoria solo frunció más su ceño, como si odiaría ese tacto. —Hablé con Lucía y Caco, les dije que quería verla.
Ese sentimiento, era la culpa comiéndose a Carlos por el beso en Monza, necesitaba ver a Isa y recordar quien era su novia y lo peor de todo, debía de contarle lo sucedido, pero no podía, se acobardaba cada vez que lo intentaba.
—¿OK? ¿entonces ellos saben que ella está aquí? —Carlos asintió soltando los hombros de Victoria.
—Me hicieron prometer que no debíamos de salir del hotel, joder, no salir del cuarto de hotel, que ella no podía subir nada a sus redes y básicamente eso. ¡Ah! Y Lucía le mandó a Isa un acuerdo de confidencialidad donde dice que no puede hablar de esto.—Todo ese plan sonaba a cosa de Lucía, no solo el acuerdo de confidencialidad. —En realidad, Lucía me dijo que así le hacías cuando querías salir con alguien y estabas saliendo con el actor.
Claro, ahora lo recordaba.
—Sí, ya me acuerdo, vale, en ese caso iré a la junta con Caco y Lucía, mañana que te cuente Caco lo que sea que hayamos hablado.
—¿Segura que no quieres que vaya? —Carlos preguntó, pero Victoria tenía ganas de matar a dos publicistas por ocultarle cierta información y no necesitaba testigos.
—No, quédate, disfruta tu cena y a tu novia. —Pronunciar las palabras "tu novia" era como tragar ácido para Victoria.
—Vale, nos vemos mañana ¿no? —La rubia asintió y luego se fue.
Fue hasta el cuarto de Lucía, donde Caco ya estaba ahí, pero estaba tan enojada que no le importó lo que sea que estuviera pasando entre ellos, que en realidad no era nada más que trabajo, había hojas con itinerarios por toda la mesa y dos copas de vino.
—¿Cuándo iban a decirme que Isa estaba aquí? —La rubia cerró de un portazo la puerta.
Y Lucía supo desde el momento que escuchó la voz de Victoria que sería un encuentro interesante.
—Hola, buenas noches Vic, un placer verte. —Caco dijo de broma pero estaba claro que la cantante no estaba de humor para esas bromas, y eso lo supo en cuanto ella lo fulminó con su mirada.
—Nada de buenas noches, ¿desde cuándo sabían eso? —Lucía comenzó a sonreír.
Había estado esperando el momento en el que Victoria confesara que estaba enamorada del piloto, pero la rubia no lo soltaría tan fácil, o tal vez si, estaba tan enojada que algo se le escaparía.
—No sabía que tenía que decirte todo lo que hablo con Carlos, además, tú estabas muy ocupada viajando por Italia y comiendo gelato. —Lucía le dijo ofreciéndole una copa de vino que la cantante aceptó de inmediato arrebatándosela con fuerza.
—No es que tengas que decirme nada, solo me gustaría saber cuando las cosas pueden complicarse, ¡Maldita sea! ¡Dios! ¿Ahora es mi culpa comer gelato? —La rubia dijo, no estaba de humor para una junta. —Y no tiene caso tener la junta si Carlos no va a estar, así que si me disculpan.
La cantante no dejó que ninguno de los dos agentes dijera otra cosa y se fue hacia la puerta, pero luego regresó porque no debía de llevarse la copa.
—Esperen y no digan nada. —Victoria fondeó su copa y luego la dejó en la mano de Caco para ahora irse de nuevo. —Ahora sí, ¡ya me voy!
Y de nuevo, se fue dando un portazo dejando a los dos agentes con la mirada pegada en la puerta.
—Nunca va admitirlo ¿verdad? —Lucía preguntó una vez que Victoria había cerrado la puerta detrás de ella.
—No en voz alta. —Caco respondió con una sonrisa. —Ahora, ¿me sirves más, por favor? Y continuemos con el calendario para Texas.
Lo que no decía la rubia y no lo mencionaría era el remolino de emociones que sentía, enojo, sorpresa, coraje con ella misma, coraje con Isa por Bodoque y celos, muchos celos. ¡Estaba comportándose como una niña babosa!
Victoria no podía y no quería regresar a su habitación, sabía que iba a estar trepando por las paredes imaginándose lo que sea que Carlos e Isabel estuvieran haciendo y lo odiaba, odiaba cada momento y sabía que este fin de semana sería complicado por no decir que sería una completa mierda.
Al entrar al restaurante la sorpresa fue encontrarse con el señor Sainz hablando con algunos hombres.
—¡Hija! —Aquel hombre la había localizado de inmediato.
—Señor. —Victoria sonrió al verlo y fue hasta donde él estaba.
—Caballeros, les presento a mi nuera. —Carlos padre le presentó a los hombres con los que estaba hablando, al parecer eran hombres que conocía de años y que trabajaban en la FIA o en puestos relacionados con la Fórmula 1 y estaban ahí por lo mismo que él, la carrera.
—Un placer. —Victoria los saludó
Y después de un rato los hombres se fueron dejando a Carlos sr y a ella solos.
—No sabía que iba a venir a esta carrera. —Fue lo primero que Victoria dijo mientras Carlos sr. la ayudaba a tomar asiento en una de las mesas.
—Hay que aprovechar cuando se puede. —Le respondió el hombre tomando asiento frente a ella. —¿Me acompañas a cenar?
—Sería un placer.
Ni Victoria ni Don Carlos querían hablar del elefante en el cuarto, ambos sabían que Isa estaba ahí y esa era la razón por la cual ambos pensaban cenar solos hasta que se encontraron.
—¿Reyes se quedó en España?
—Me temo que sí, está ayudando a las chicas con sus dos bodas, ¿puedes creerlo? Mis dos niñas se casan. —Carlos sonrió melancólico, sabía que ese día llegaría pero jamás pensó que sería tan pronto.
—Sí, eso escuche, felicidades por ellas.
—Crecen muy rápido, Victoria. —La rubia no podía dejar de sonreír al escuchar a Carlos sr. hablar sobre sus hijas, era tan lindo, era tan típico, pero dolía de alguna forma, así que mejor decidió cambiar el tema.
—¿Caco no va a acompañarnos? —Preguntó Victoria después de que ambos ordenaron su comida.
—Creo que no, anda viendo algunos ajustes sobre este fin de semana. ¿Tú agente?
—Creo que está viendo lo mismo, la verdad no me importa mucho en estos momentos. —Victoria dijo rodando sus ojos pareciendo enojada y lo estaba, cosa que captó de inmediato el sr. Carlos.
—¿Sabes? Deberías cenar algo ligero y acompañarme al gimnasio después.
—¿Por qué su hijo y usted siempre quieren obligarme a hacer ejercicio? —Victoria preguntó frunciendo el ceño.
El padre de Carlos se rió al escucharla mientras que pensaba que sería una buena forma de que Victoria se desestresara.
—Venga, acompaña a tu viejo suegro falso en esto, ahora que mi hijo y mi sobrino me han abandonado. —Y entonces Victoria supo identificar a un alma solitaria, Victoria sintió algo de lástima, además de que un poco de ejercicio no iba a matarla.
—Vale. ¡Mesero! —El joven que los atendió se acercó hasta donde estaban. —¿Puede cancelar mi malteada por favor?
—Ese es el espíritu. —Carlos sr. chocó sus vasos con agua.
El poder que tienen los Sainz sobre mí tendría que ser estudiado, pensó Victoria.
Cenaron platicando sobre cosas sin sentido pero Victoria apreció esa cena porque la había salvado de fumar toda la noche en su habitación pensando en miles de cosas con ayuda de su ansiedad probablemente embriagándose con el minibar.
Al final Victoria fue a su habitación a ponerse ropa deportiva y a darle de comer a su gato.
—Bodoque, ni se te ocurra salir y si ves a otra mujer rubia, corres. —Victoria le habló mientras que su gato no dejaba de lamerse sus patitas. —Regreso al rato, reza por mí.
Al llegar al gimnasio del hotel vio que Caco estaba ahí hablando con su tío.
—Parece ser que alguien más se nos ha unido. —Carlos sr. la recibió y ella sonrió saludando a Caco pero rompiendo la sonrisa una vez que Carlos padre se hubiera volteado. Seguía molesto con ambos agentes porque nadie le había dicho nada.
—Eres maligna. —Caco le susurró mientras ella se alejaba de él e iba a donde estaba Carlos padre.
—¿Qué haremos? —Victoria había ido al gimnasio pocas veces en su vida, claro que la disquera buscaba mantenerla delgada pero sus formas eran diferentes.
—Creo que puedes comenzar a calentar, venga. —Victoria solo hacía lo que Carlos le decía y pronto comenzó a sudar horrible y a respirar como asmática.
La hacían hacer repeticiones en máquinas que ella no sabía utilizar, con los pesos mínimos y aún así estaba muriendo, después de terminar con el "calentamiento" la pobre se tiró al piso diciendo:
—Ya no más, juro que no tengo tan mala condición pero cuando bailo no se siente así. —Caco se acercó a ella solo para burlarse.
—No puedo creerlo, hasta yo tengo mejor condición.
—Que no soy tan mala, joder. —La rubia alzó su voz con la poca energía que tenía.
—Caco, déjala en paz. —Carlos padre entró para defenderla. —Venga Vic que el calentamiento no fue tan malo.
—¿Seguíamos calentando? Ah no, yo renuncio. —La cantante se puso de pie y sintió como una de sus piernas se doblaba.
—Eso te pasa por fumar tanto, jovencita. —Carlos padre la reprendió mientras ella tomaba agua y lo miraba mal.
—Ya no fumo tanto, lo juro. —Era cierto, antes se acababa cajetillas en un día, ahora le duraban hasta dos semanas, para ella eso era un logro.
Vic se quedó parada un rato mientras Caco regresaba a sus actividades.
—¿Sabe? —Victoria se acercó a donde estaba descansando Carlos sr. —Le gustará saber que veré a mi madre la siguiente semana.
El hombre volteó a verla con una sonrisa sin decir nada más, Victoria por alguna razón quería que lo supiera, quería que supiera que por él se estaba tratando de acercar a su madre.
—Me alegra.
—Además, hablé con ella en Mallorca. —Victoria seguía buscando su aprobación.
—¿Y cómo se siente? Ser más cercana a tu madre.
—¿La verdad? Raro, jamás habíamos hablado tanto por teléfono, aunque ahora que voy a verla puedo sentir que está emocionada. —Victoria sonrió pensando en su madre.
—Así son las mamás.
—Mi madre me tuvo a los 19, así que es joven, supongo que esa es la razón por la que se emociona tanto. —Vic dejó de ver al señor y tomó agua.
—Claro y el hecho de que su hija quiera verla no tiene nada que ver. —Carlos sr. habló con sarcasmo mientras ella rodaba los ojos, tampoco era para tanto, solo lo estaba intentando, un paso a la vez.
—Como sea. ¿Qué haremos ahora?
—No lo sé, pensé que habías renunciado. —Victoria lo volteó a ver con una mala cara haciendo que el señor Sainz se riera de ella. —Mira, te dejaré escoger lo siguiente para que veas que soy amable.
—¿Puedo verlos entrenar? Fue suficiente para mí. —De nuevo el padre de Carlos rió y siguió con su entrenamiento mientras le indicaba a Vic que podía parar.
Victoria se quedó sentada descansando mientras veía a Caco y a Carlos padre entrenar, no podía creer que un hombre de 60 años tuviera mejor condición que ella pero así eran los Sainz, suponía ella.
Al final, Victoria se regresó a su habitación donde se dio un baño y en cuanto tocó la cama se quedó dormida, agradecía que al final del día no tendría que pensar en lo que sea que Carlos e Isa estuvieran haciendo.
A la mañana siguiente, al despertar, Victoria vio un mensaje que decía.
"Nos vemos en la terraza"
Victoria estaba aún recostada en su cama, no quería moverse, en cuanto se movió supo que había sido mala idea ir al gimnasio, todo su cuerpo le dolía y parecía un robot sin aceite que apenas podía moverse.
La cantante pronto descubrió que en el hotel, había espacios privados, y justamente uno de los cuales los agentes habían solicitado estaban en la terraza, para que así, Isa pudiera salir de la habitación a respirar aire fresco, después de todo, la mujer no era una mascota como Bodoque.
Victoria se tardó lo más que pudo una parte porque no podía moverse y la otra porque no quería ver a la parejita, no fue hasta que Lucía le mandó otro mensaje diciéndole que se apurara que fue a encontrarse con ellos.
En cuanto llegó se percató que había otra persona la cual se había unido, Carlos Sr, al menos estaría feliz con él.
Sin embargo, ahora sí tenía que comportarse, por alguna razón Victoria respetaba demasiado al señor y no quería que la viera siendo una perra con Isa, no iba a serlo pero la posibilidad siempre existía.
—Siento la tardanza. —Dijo ella tomando asiento. —Buenos días a todos.
—Vic, cuanto tiempo sin vernos, hija. —El padre de Carlos se había puesto de pie para saludarla de beso y abrazo bromeando ante aquel comentario. —¿Cómo te sientes?
Isa volteó a ver de inmediato a la rubia que acababa de llegar y al padre de Carlos, la novia del piloto no sabía desde cuando había tanta familiaridad entre ellos dos, Isa no iba a mencionarlo pero para que Carlos le hubiera presentado a su familia pasó bastante tiempo y para que ellos la trataran como uno más, también.
—Me siento horrible, siento que mis brazos van a caerse. —Victoria se dejó caer sobre la silla.
Carlos se percató de que algo sucedía entre ellos, no solo Isa se había dado cuenta.
—¿Ya sabías que mi padre estaba aquí? —El piloto preguntó sin poder ocultar su extrañeza.
—Sí, ayer nos encontramos en el restaurante y luego me obligó a ir con el al gimnasio. —Vic se estiró a tomar un vaso de agua.
—Yo no obligué a nadie, señorita. —Carlos padre le habló con autoridad y Victoria rodó los ojos.
—¿Puedes creer que encontré a alguien con peor condición que yo? —Caco se metió a la conversación burlándose de Victoria.
Carlos se rió ante aquel comentario mientras Victoria fulminaba al agente del madrileño con la mirada.
—Oh, definitivamente lo creo. —Carlos comentó divertido pero lo único que Victoria podía ver era la mano del piloto sobre la pierna de la española. —He intentando que nos acompañe siempre y siempre se niega, ahora entiendo porque lo hace.
—Preferiría hacer ejercicio de diferentes formas como... no sé bailando. —Victoria se excusó ante los ataques de los hombres Sainz.
Isa solo veía la conversación en silencio, esa familiaridad le resultaba abrumador, ella pensaba que la relación solamente era de colegas de trabajo, pero pronto se dio cuenta que eran más que eso, que había cierta camaradería.
—Para que veas que soy bueno contigo, he pedido la malteada que no tomaste anoche para ti. —El señor Carlos señaló con la cabeza al mesero que venía con una vaso enorme donde su malteada estaba servida, con crema batida y una cereza. —Estilo americano, para que te sientas en casa.
Victoria sonrió a su suegro falso y agradeció mientras dejaba que pusieran la malteada de fresa frente a ella.
—Gracias, lo aprecio pero eso no significa que volveré a hacer ejercicio con ustedes. —Victoria tomó el popote y comenzó a tomar. —Deliciosa ¿saben que iría perfecto con ella? Un cigarro.
La rubia lo dijo solo para molestarlos y había funcionado.
—¡Ya deja de fumar! —Porque al parecer todos en la mesa de habían puesto de acuerdo para gritarlo.
—Vale, ¡Dios! —La rubia se rió y continuó tomando su malteada en paz.
—¿Qué tal el final de la gira? —Carlos Sr. preguntó una vez que Victoria dejó de tomar su malteada, era un tema del que no habían hablado ayer por la noche.
—La gira, bueno, todo fue hermoso, sé que debo de descansar un poco pero muero por volver a los escenarios de nuevo. —Victoria comenzó a servirse de la comida que estaba en la mesa. —
—Oh Vic, así me siento con el Dakar, apenas termina y ya quiero que comience otro. —Victoria rió al igual que Carlos padre y ambos continuaron platicando.
Isa se acercó a hablarle a Carlos de manera que nadie más escuchara lo que ella le decía al piloto.
—¿Siempre se han llevado así de bien? —Carlos la volteó a ver con una sonrisa.
—Desde el primer día que se conocieron, ni yo sé que fue lo que sucedió pero se llevan muy bien. —Carlos le dio un pequeño beso a la rubia en su frente, él podía notar como Isa se sentía intimidada y fuera de lugar. —Es más, creo que la quiere más a ella que a mí.
Isa rió apenada pero sin que ese comentario de su novio la tranquilizara.
Y del otro lado de la mesa parecía que Victoria quería aventar todas las cosas sobre ellas y lanzarse sobre la invitada.
Ninguna de las dos rubias estaba consciente de lo mucho que la otra la ponía celosa, por obvias razones, Victoria se ponía celosa porque Isa ocupaba el lugar que ella quería ocupar, ser la novia de verdad de Carlos y por otro lado, Isa se sentía desplazada por la cabeza de la familia Sainz, quien siempre había intentado impresionar y que por más que lo intentara, le costaba demasiado y terminaba diciendo cosas sin sentido.
Ojo, no se llevaban mal, solamente parecía que no conectaba, solo eran amables y agradables entre ellos, en cambio Reyes, Reyes y las hermanas de Carlos siempre la habían tratado excelente y como parte de la familia pero no recibir ese mismo trato de Don Carlos le calaba de alguna forma, como si no la aceptara al 100%.
—¿Y trajiste a tu Bodoque? ¿o cómo lo llamas? —De nuevo, el padre de Carlos distrajo a Victoria, quien no dejaba de ver a Isa por más que Lucía ya la había pateado por abajo de la mesa para que dejara de hacerlo.
—Sí, justamente así, Bodoque. —Ella comenzó a ponerle mantequilla a un pan para comerlo. —Y sí, Bodoque está en mi habitación ahorita solo espero que nadie deje la puerta abierta y se salga.
Victoria dijo eso con toda la intención que llevaba y pudo ver que lo había logrado al ver el ceño fruncido de Isa, la ahora nueva editora de una revista y quien seguía haciendo un podcast con una amiga.
Carlos había notado de inmediato el comentario que Victoria había hecho, y no le había gustado para nada, pero se abstuvo de decir nada para no empeorar el asunto.
Luego, los 6 siguieron hablando, el padre de Carlos se excusó diciendo que tenía que hablar por teléfono sobre su trabajo y a su esposa y ahora sí, Isa, podía quitarse los guantes para regresar los golpes que Victoria había comenzado a lanzar.
—Y Vic, ¿cómo te fue en Italia? Carlos me dijo que estabas descansando ahí. —La española sonrió, eso puso en alerta a Victoria, ¿acaso sabía lo del beso? No, Carlos no sería tan estúpido para decirle así como si nada y de nuevo se sintió como basura, sus celos le nublaron el juicio, el juicio de que ella era nadie para Carlos y debía de parar de comportarse como una berrinchuda.
—Bien, estuve vagando por la ciudad durante este tiempo. —Vic trató de seguir comiendo como si no le afectara para nada esa situación.
—De fiesta me imagino. —Esas sonrisas que Isa le lanzaba no le gustaban, eran tan... tan... no sabía como eran pero no eran genuinas.
—¿De fiesta? ¿Por qué dices eso?
—Ah no lo sé, supuse que una mujer joven como tú, hermosa, SOLTERA... —Hizo énfasis en esa última palabra. —Estaría de fiesta ligando por toda Italia, yo lo haría si estuviera en tu posición.
—Si bueno, el contrato no me lo permite ¿o sí? —Cálmate, cálmate se dijo Victoria mientras se metía fruta a la boca. —Solo estuve vagando y punto.
—¿Viste algo en especial? ¿A alguien? —Volvió a preguntar mientras que con una mano acariciaba la nuca de Carlos y sonreía "amable", carajo, Victoria negó aún con la boca llena pero luego habló.
—No es fácil encontrar a un hombre que esté dispuesto a esconderse en los hoteles sin salir al mundo y fingir que no existe. —Lucía pateó a la cantante por debajo de la mesa de nuevo haciendo que ella la viera mal, pero Lucía no cedió y con una mirada le dijo todo, "Compórtate."
—Es porque no vas a encontrar un amor así en unas semanas, relaciones como la nuestra toma tiempo y paciencia. —Isa de nuevo buscaba debilitarla y hacerla enojar y aunque lo estaba logrando Victoria no iba a demostrárselo,
No importaba que Isa no dejaba de asegurarse de que Victoria viera quien tenía las manos sobre Carlos y ponerla en su lugar, que recordara que ella solo era una novia por contrato, nada real.
—Apuesto a que sí.
—¿Sabes? Solo espero que encuentres a alguien pronto, me gustaría verte igual de feliz que yo. —Y de nuevo, una sonrisa condescendiente.
—Gracias, Isa.
—Yo solo espero que no llueva este fin de semana. —Caco habló tratando de cambiar el tema y de aligerar el ambiente pero ya nadie tenía muchas ganas de seguir hablando.
El desayuno continuó como si nada, pero tanto como Victoria, Carlos e Isa podían sentir la tensión en el ambiente, Lucía también se dio cuenta y trataba de tener a la cantante controlada pero sabía que por dentro estaba fúrica.
Victoria se había excusado con que se sentía mal e iba de camino apresurado a su habitación, seguía sin tener que hacer mucho, Carlos tampoco, así que suponía que pasaría tiempo o con su padre, o con Isa, ella tendría que buscar algo que hacer, o alguien...
No, no, ya había aprendido con Cleo que no podía hacer eso solo porque Carlos no le daba la atención que ella quería, no podía seguir haciendo esas estupideces.
Estaba por entrar al elevador cuando escuchó a Carlos llamarla, volteó fingiendo inocencia como si la segunda parte del desayuno no hubiera sucedido.
—¿Qué fue eso? —El tono de Carlos no denotaba amistad, pero no le importaba.
—¿De qué hablas? —Ella preguntó tranquila.
—Hablo de tus comentarios en la mesa, Isa los notó y yo también. —Victoria no dijo nada, no estaba pensando cuando se trataba de ponerse celosa, hace mucho tiempo que no se ponía así, pero con Isa ahí sabía que ese sentimiento estaría más presente durante ese fin de semana. —Quedamos que perder a Bodoque había sido mi culpa, así que no quiero escuchar esos comentarios de nuevo.
Algo que amaba y odiaba de Carlos era su lealtad, sabía que el madrileño iba a defenderla porque en la pirámide de jerarquías ella estaba más arriba, Victoria había bajado un peldaño, o tal vez no, simplemente nunca había estado al nivel de Isa.
—Sí jefe. —Dijo ella de forma burlona saludando como en la milicia.
—Es en serio, Victoria. —La rubia tuvo, de nuevo, que tragarse su coraje, ella no estaba en ninguna posición para exigir o para hacer berrinches.
—Lo juro, no se van a repetir. ¿Pero los de ella? —Carlos no dijo nada agachando la cabeza. —¿Sabes? Sé que puedo ser una mierda de persona y sí, no estuvo bien lo que dije, pero si vas a regañarme al menos que sea parejo para ambas.
—Yo... —Victoria lo interrumpió de nuevo, el elevador había llegado.
—Controla a tus mujeres Carlos, o ambas van a matarte. —Ninguno dijo nada más, Carlos se dio la vuelta y comenzó a caminar.
Después de eso, ella se subió al elevador que había llegado y a lo lejos vio como Carlos e Isa se iba de vuelta a la terraza, antes de que se cerraran las puertas, vio como el madrileño rozaba sus dedos con los de Isa, no podían tomarse de las manos en público, por precaución.
Aún así, los dos se miraron a los ojos y sonrieron, Victoria sintió que el desayuno quería salir de su cuerpo del asco.
Ya la pareja había regresado a su habitación y en cuanto Carlos cerró la puerta, habló:
—No quiero más de esos comentarios hacia Victoria. —Sabía que pelearían, pero la cantante tenía razón, si se pedía a una tenía que hacerlo con las dos.
—¿Disculpa? Ella fue quien comenzó. —Isa dijo enojada, vale, al parecer ahora pelearían por la cantante, esa mujer estaría en su habitación regodeándose, pensó Isa en cuando vio a Carlos.
Para la rubia estaba claro que ahí había algo raro, tal vez no lo decía pero no tenía 3 años ni se chupaba el dedo.
—Lo sé, sé que ella comenzó. —Carlos estaba serio, en verdad no era así como quería pasar sus días con Isa, peleando por Victoria. —Pero ya hablé con Victoria y le dije lo mismo que te estoy diciendo a ti.
—¿Y te va a hacer caso? ¿Ella? —Isa se rió burlona, la ingenuidad de su novio era del tamaño del Sol.
—¿De qué hablas?
—Vamos Carlos, esa mujer no te hace caso, no seas tonto. —La rubia se cruzó de brazos. —Victoria no obedece a nadie que no sea Victoria Ellis.
—Isa, no quiero discutir por culpa de Victoria, ella dijo que dejará de molestarte y quiero que hagas lo mismo, sé que puede ser difícil pero si ella te dice algo me avisas y yo lo soluciono. —Carlos de nuevo, habló firmemente y eso fue suficiente para suavizar el mal humor de Isa.
Su novia sonrió y dijo. —Vale, lo prometo. —Y así se había terminado su pequeña discusión, volvían a estar en la luna de miel de su relación y dieron por terminado ese tema con un beso.
Pero al parecer ninguna de las dos desistió, por más que Carlos había pensado que sí sucedería.
Y así había sucedido el resto de su estadía en el país del Sol naciente, donde ya sea o Isa o Victoria hacían un comentario fuera de lugar que iba dirigido hacia la otra junto con una mala mirada de Carlos o de Lucía, pero las dos se habían vuelto expertas en tirarse cuando nadie más lo veía, además, no es como que pasaran mucho tiempo juntas, solo durante las desayunos y cenas.
Y claro, siempre y cuando Carlos padre no estuviera presente o se conformaban con que el señor no se diera cuenta, lo respetaban demasiado para meterlo y estresarlo con sus riñas, además Victoria no era estúpida, sabía que al final del día, tal vez ella si era la favorita de un Carlos, simplemente no el que quería, pero funcionaba para sacar a la otra de quicio.
Ahora que ya era viernes, estaban en el cuarto de Victoria, se estaban reuniendo antes del desayuno pues después no tendrían tiempo de hablar.
—A ver, de una vez les aviso que no quiero que se repita la porquería que hicieron en Monza. —Lucía les decía señalándolos completamente seria. —Nada de golpes en el brazo, Victoria, no es tu amigo, ni tu primo, es tu novio.
Victoria agachó la cabeza al escuchar eso, Carlos volteó para el otro lado porque la situación era completamente incómoda.
—Y Carlos, no hagas caras como si Victoria te quemara la piel cuando de toca. —El madrileño tuvo que asentir. —Entiendo que pueda ser complicado con tu novia cerca viendo sus interacciones pero no les tengo que repetir que ella sabe muy bien que esto es trabajo, así que lo lamento, pero todos aquí tienen que actuar como adultos.
—Sí. —Dijeron las dos estrellas al mismo tiempo.
Después de ahí salieron los 4 hacia su espacio privado, al llegar Isa y el señor Carlos ya estaban hablando y compartiendo parte del desayuno.
—¿Ya listo para hoy? —Don Carlos le preguntaba a su hijo mientras él se comenzaba a servir de todo lo que había en la mesa.
—Claro, estoy seguro que será un fin de semana complicado por la lluvia pero estoy listo.
Lucía, Caco y Victoria también saludaron discretamente y comenzaron a comer, ese día, Rupert se les unió y Vic se fue a sentar a su lado.
—Lo siento, hubiera venido antes pero me dijeron que las cosas estaban tensas. —Rupert se acercó a hablarle en secreto a Victoria y ella se rió bajito.
—No es mi culpa. —La rubia mintió ganándose una mirada incrédula por parte del entrenador. —Tal vez sea mi culpa.
Ambos rieron y pasaron el desayuno tranquilos.
Una vez que terminaron, Carlos y Victoria se tenían que ir de inmediato con Caco y Rupert, Carlos padre e Isa se quedarían y Carlos padre llegaría después con Lucía.
E Isa, bueno, ella tendría que regresar a la habitación y sentarse a esperar por las fotos de su novio con Victoria sonriendo y siendo llamados la mejor pareja del mundo, ugg, cuanto lo odiaba pero había aceptado y tenía que comportarse.
Y no era la única que odiaba toda esa situación, Victoria trataba de hacer su trabajo lo mejor que podía y cuando había cámaras sonreía y fingía ser la novia perfecta, claro, todo esto sin besar a Carlos o tocarlo demasiado, suficiente tenía con la culpa de Monza, en verdad respetaría la relación del piloto por más que sintiera que se moría por dentro.
—¡Vic! Primera vez en Japón, ¿emocionada? —Le preguntaba uno de los conocidos fotógrafos en cuanto la pareja había llegado al paddock, tomados de la mano y sonriendo.
—Demasiado, será un buen fin de semana, puedo sentirlo. —Victoria "posó" para la cámara sin detenerse y sin que pareciera que estaba posando y la pareja continuó con su camino.
Una vez que estuvieron seguros que nadie los veía se separaron y se dieron una sonrisa incómoda.
—Eso se vio mejor que en Monza ¿verdad? —Carlos preguntó nervioso, de lo último que quería hablar era de lo que había sucedido ahí.
Porque cada vez que veía a Victoria era un recordatorio que tenía que decirle a Isa sin embargo, el piloto español no podía hacerlo y comenzaba a afectar su sueño. Por la noches, acostado a un lado de su novia, solo veía al techo pensando en la mejor forma de decirle que había besado a Victoria y decirle el porqué, porque Carlos nunca le comentó nada sobre lo que había ocurrido con Victoria.
—Si, definitivamente mejor que en Monza. —Victoria también se sentía conflictuada con toda la situación.
De inmediato, Carlos le informó que tenía que comenzar a hacer su trabajo para iniciar con las pruebas y se fue como cualquier otro GP donde ella había asistido.
El señor Carlos no se tardó en llegar con Lucía y al menos así se sintió menos sola.
—Por favor dime que al menos no hay otro tiktok diciendo que estamos peleados. —Victoria le preguntó a su agente.
—No por el momento, pero sabes muy bien que es algo pronto, venga, no quiero que se besen, solo que sea vean alegres de estar uno con el otro.
—Uy sí, míranos, super felices de estar juntos.
—Tienes que detenerte y dejar a Isa en paz. —Victoria rodó los ojos harta. —Es en serio.
—Trataré. —Era mentira y ambas lo sabían.
Isa había visto las prácticas desde el cuarto de hotel, del cual no podía salir, y también desde ahí vería toda la qualy y carrera, pero en realidad estaba más al pendiente de Carlos y de Victoria, cada vez que los enfocaban o cada vez que salían fotos de ellos se obsesionaba y veía el cuerpo de ambos esperando notar algo, una mínima pizca de verdadero enamoramiento pero al no encontrar nada, la enfurecía más.
¡Le molestaba que de cierta forma Victoria no jugara sucio!
Sabía que podía sonar desquiciada, pero cuando había visto por primera vez los rumores de Carlos y de Victoria se había quedado con la boca abierta, había tenido que ver a su ex rondar por toda la ciudad de fiesta en fiesta con mujer tras mujer, estaba segura que le había molestado, pero cuando comenzaron a salir las fotos y los videos y las interacciones en redes entre ellos, oh, eso la había matado, porque Carlos nunca había sido tan público con ella y ahora, de la nada llegaba Victoria y hasta fotos de ella subía, y era todo el tiempo.
¡Uf como la mataba eso!
Isa había terminado con el madrileño porque no le estaba gustando en lo que Carlos se estaba convirtiendo, y ella tenía dignidad, y aunque le había costado demasiado dejarlo ir, sabía que ella se merecía algo mejor.
Así que cuando se encontró con Carlos en Mallorca y que después él le confesara que quería volver con ella fue todo un escándalo para Isabel, porque cuando Carlos le dijo lo que tenía con la cantante fue como si sus mejores imaginaciones cobrarán vida.
¿Una relación por publicidad? No podía creerlo, porque en cada foto que había visto de Carlos y Victoria podía notar algo, no sabía que era pero era algo, y ahora, desde Monza no lo notaba.
Pero bien dicen, ojo de loca no se equivoca, y ella sabía que Victoria estaba completamente enamorada de Carlos, lo había notado en aquella fiesta de cumpleaños de Carlos, como le había cantado y como le sonreía, y ahora que ella y el madrileño habían regresado esperaba que la cantante se esforzara más, que tratara de sacarla de quicio, que peleara, Isa había venido preparada para pelear, pero parecía que Victoria no tenía intenciones de hacerlo.
Sí, la cantante le había lanzado varios comentarios pasivo-agresivos, que ella misma había respondido de la misma forma, pero nada más. Lo que Isa esperaba era que Victoria se embarrara en Carlos durante sus salidas públicas, aprovechando que eran "novios" ante todo el mundo, pero no fue así.
Victoria y Carlos apenas se tocaban si era necesario, sí iban de la mano a muchas partes y sí, se despedían y saludaban de beso en la mejilla, pero antes, antes era en la boca.
E Isa pensaba que en parte era porque Carlos había puesto límites, pero también sabía que Victoria no era una completa perra, como ella había pensado que sería, lo cual, hacía que odiarla la hiciera sentir culpable y fuera más difícil, pero no imposible.
Después de ese primer día, todos llegaron agotados y se fueron para sus habitaciones hasta le cena, que por órdenes de Lucía y Caco seguirían compartiendo en ese pequeño espacio privado.
Victoria como siempre llegó hasta el último y se sintió un tanto feliz al notar que le habían dejado el asiento más alejado de la parejita.
Este día había sido complicado para ambas estrellas, habían respondido unas pocas preguntas antes de salir del paddock que ambos sabían que ya estarían en internet para entonces, pero lo cierto era que ninguno de los dos estaba muy ansioso de leer lo que decían de ellos.
Ya a ninguno le importaba si los consideraban la mejor pareja del mundo o si creían en el amor verdadero cuando los veían, porque los dos sabían que no eran más que mentiras, por ellos, Pierre y Kika podrían quitarles el lugar.
Victoria estaba comiendo su cena en silencio sin molestar a nadie hasta que escucho a Isa.
—Me encantaría ir con ustedes al gimnasio un rato antes de dormir, la verdad sé que no debo de salir de la habitación pero comienzo a sentirme enjaulada.
—Excelente. —Carlos sr. habló con una sonrisa en el rostro amable. —¿Puede venir? —Esa pregunta estaba dirigida a Lucía quien era la que coordinaba toda la operación para que nadie viera a Isa.
—Supongo que sí, usa gorra por favor y yo tendré que ir co ustedes para ver si no hay cámaras o algo por el estilo. —Lucía entendía a la mujer, estar encerrada todo el día debía de ser horrible y lo bueno era que el hotel contaba con un gimnasio privado y muy exclusivo, hasta había una cancha de tenis techada.
¡Ah no! Esa mujer no le quitaría lo único que estaba disfrutando ese fin de semana y eso era la preferencia de su suegro falso.
—Yo también voy. —Victoria soltó y todas las miradas se dirigieron a ella, hasta Isa quien sonreía obligada fingiendo que buscaba una forma de deshacerse de ella, creía que Victoria no se ejercitaba por lo que había escuchado.
—Entre más mejor. —El padre de Carlos fue el primero en dar su aprobación mientras ignoraba todo lo que pasaba entre las dos mujeres.
Lucía había negado en silencio y la cena continuó.
Después de que todos habían bajado en grupo al gimnasio, Lucía jaló a Victoria lejos del grupo para hablar con su cliente.
—¿Qué estás haciendo?
—Ejercicio duh. —Victoria respondió fingiendo inocencia. —Además no pienso hablar contigo, eres una traidora, pudiste decir que no saliera de su habitación.
La agente veía como Victoria trataba de comportarse pero sus antiguos comportamiento salían a relucir.
—Victoria...
—No te escucho, voy a hacer ejercicio. —Y con eso, Victoria se alejó de su manager y se fue con Carlos padre a que le indicara que podía hacer solo para molestar a Isabel.
Y lo mejor de todo es que estaba funcionando. Isa solo quería tener una convivencia con el grupo sin que Victoria estuviera, para que la cantante supiera lo que ella sentía al verlos platicar en el paddock, además, a diferencia de ella, Victoria si podía salir y moverse con libertad.
—¿Es en serio que tienes celos de Victoria por estar con mi padre? —Carlos preguntó al ver a su novia tan distraída por cierta rubia.
—No. —Isa negó todo mientras comenzaba a hacer su rutina de ejercicios, la cual ella seguía religiosamente. —¿Es que no entiendo por qué se llevan tan bien? ¿Qué brujería hizo? Tu padre jamás me ha incluido así.
—Isa, mi padre te quiere. —Pero la mujer no le creía, no después de ver como se llevaba con Victoria. —No tienes que competir con ella.
—¡No estoy compitiendo! Ahora déjame en paz o te lanzaré la mancuerna. —Carlos se fue riendo y alzando las manos en forma de rendición.
La verdad es que Carlos y su padre habían planeado este tiempo para ir a jugar un rato tenis, sabía que debía tomárselo con calma porque estaba cansado por las prácticas y porque mañana tendría la qualy pero ahora con todo el grupo en el gimnasio, el madrileño estaba más preocupado por las dos rubias que por otra cosa.
Se puso a ver la imagen completa, Rupert le ayudaba a Lucía con algunos ejercicios, mientras la castaña los hacía pero no dejaba de vigilar sus alrededores en caso de que se viera alguna cámara, pero el hotel les había prometido privacidad completa y parecía que estaban cumpliendo.
Caco estaba con ellos vigilando y haciendo su rutina ya establecida.
Su padre y Victoria estaban hablando mientras él le indicaba el calentamiento que debía de hacer y Victoria se aprovechaba que no sabía usar las máquinas para que él le explicara pero el piloto estaba seguro que Victoria estaba haciendo preguntas de más.
Isa por otro lado les lanzaba miradas furiosas a ambos, y Victoria se las regresaba con una sonrisa de satisfacción en la cara sabiendo que ella estaba ganando en lo que sea que ambas estuvieran compitiendo.
Después de un rato, Isa comenzó a acercarse a Carlos padre pidiendo "consejo" en como hacer mejor su rutina.
Victoria quien estaba concentrada en no vomitar sus pulmones se detuvo para verlos.
—¡Carajo! —Dijo en voz baja. —¡Señor Sainz! Me puede ayudar aquí, es que creo que la máquina se trabo.
—Voy, Vic.
Victoria fingió su voz extra dulce y el padre de Carlos fue hasta donde ella estaba solo para indicarle que la máquina no estaba trabada, solamente estaba agarrándola mal.
Isa la vió a lo lejos y negó, después de ayudarle a Victoria, Carlos padre regresó con su verdadera nuera.
Carlos aprovecho para ahora hablar con Victoria.
—¿Qué les esta ocurriendo a ambas? —Fue una pregunta entre broma y no.
—Nada que te incumba. —Victoria respondió tajante.
—¿En serio están compitiendo por la atención de mi padre? —Victoria se bajó de la maquina y fue hasta donde Carlos estaba, sudado y con la mirada expectante.
—No lo entiendes. —Victoria soltó enojada.
Y era cierto, no era una competencia por Carlos padre o por Carlos Sainz, era una competencia por demostrar quien era mejor, quien era la más querida por todos, era una pelea de chicas y comenzaba a formarse más y más presión entre ellas, si no tenían cuidado, podrían explotar.
—Me incumbe cuando meten a mi padre en sus tonterías. —Carlos odiaba esto.
—¿Ya le contaste del beso en Monza? —Victoria soltó bajito, de forma que solo ellos dos escucharan y la cercanía de ambos atrajo la atención de Isa.
Ahí estaba, ¡Ahí estaba lo que ella siempre había visto en todas sus fotos juntos! Era esa tensión, esa química.
—No. —Carlos respondió serio, su cara se había deformado por la culpa. —Voy a hacerlo.
—No veo que tengas la menor intención de hacerlo, llevan días aquí, joder, llegaron antes que yo. —Victoria sabía que no estaba en forma de reclamarle nada a Carlos.
—¿Y qué hay de ti? ¿No hay un código de chicas que seguir?
—Isa no es mi amiga, y fíjate que sí me siento culpable, ojalá jamás nos hubieras seguido a mí y a Charles y ojalá yo no te hubiera pedido ese beso. —Ambas estrellas estaban sudadas y furiosas y Victoria odió que Carlos le parecía más atractivo que nunca, la volvía loca cuando estaba furioso, no importaba si era con ella.
Pero Carlos solo podía sentirse herido por ese último comentario.
—¿Te arrepientes de que los siguiera? ¿Por qué? ¿Por que así no pudiste acostarte con él? —De nuevo ahí estaba Carlos.
—A diferencia de ti, yo si sé cumplir un contrato y no lo ando diciendo a quien se me aparezca enfrente, ni ando metiendo gente cualquiera a nuestra casa. —Las dos estrellas estaban susurrando como sus peleas en público siempre solían ser, era divertido saber que algunas costumbres no se perdían.
Y para entonces, no solo tenían la atención de Isa, si no, de todos en el grupo, quienes preferían seguir con sus cosas y seguir ignorándolos, como siempre lo hacían.
La regla era: Mientras no creen un jodido desastre, déjenlos pelear.
—Sabes muy bien que Isa no es cualquiera. —Golpe bajo, no, Isa no era cualquiera para Carlos. —Y para tu información, yo no me arrepiento de lo que hago y planeo hacerme responsable por los dos. Fue mi culpa aceptar el beso.
Victoria lo detestaba tanto.
—Ja, ¿ahora te harás responsable por los dos? —Victoria preguntó. —Vaya, se me olvidaba que eras el caballero de armadura blanca, solo déjanos pelear en paz, que ella no es ninguna blanca palomita.
—¡Lo cierto es que tú nunca te has hecho responsable por nada en tú vida! —Carlos habló completamente perdido, como siempre se ponía cuando peleaba con Victoria.
Odiaba que ella lo hiciera perder así el control, ya debería saber controlarse para entonces.
—¡No conoces nada de mi vida, Carlos! Solo crees que lo haces porque te he contado algunas cosas tristes y nos hemos acostamos algunas veces. Eso no te hace un experto en Victoria Ellis. —Victoria odiaba que Carlos asumiera cosas sobre ella.
—Ahí es donde te equivocas, te conozco mejor de lo que crees. Tal vez hasta te conozco mejor que tú misma. —El piloto se acercó un poco para intimidar a la cantante pero ella no se movió ni un centímetro, no iba a dejarse ser intimidada por él.
—Eso te gustaría, pero no tienes ni la menor idea de quien soy y ¿sabes qué? Eso te vuelve loco. —Victoria estaba con la cabeza hacia arriba y ninguno cedía, no dejaban de mirarse con una rabia increíble.
Las respiraciones de ambos seguían aceleradas a pesar de que ya no estaban haciendo ejercicio, aunque pelear con Carlos Sainz debería de considerarse un deporte olímpico para que así ella pudiera ganar Oro.
—¿Amor? ¿Vic? ¿Todo bien?—Isa no pudo soportarlo más y se acercó a la pareja.
Las dos estrellas se alejaron y trataron de fingir que la pelea no estaba ocurriendo.
—Sí, amor —Victoria rodó al escuchar como el tono de Carlos se había suavizado. —Todo bien ¿por?
—Solo quería ver si Vic estaba bien, vi que hace rato tuvo problemas con la máquina. —Isa sonrió inocente y Victoria apreciaba el acto, uy ojalá pudiera odiar a Isa pero la verdad que esta competencia que existía entre las dos había sido lo más divertido de la semana.
—Estoy bien, no soy una completa inútil después de todo. —Victoria sonrió y Carlos rodó los ojos.
—¡Carletes! —Su padre lo llamó y sin querer hacerlo, las dejó solas.
—¡Voy! —Carlos comenzó a caminar hacia su padre pero primero fue a donde estaban los otros tres. —Vigílenlas. —Ese comentario fue para Lucía, Rupert y Caco.
Caco, Lucía y Rupert dirigieron su mirada a las dos rubias.
—¿Deberíamos de interferir? —Rupert preguntó a los agentes, quienes se encargaban de esto.
—No mentiré, quiero ver que sucede. —Lucía respondió esperando que Victoria aprendiera a manejar la situación, no siempre podía resolver sus problemas. —Solo esperamos un poco y si vemos que alguien golpea a la otra, interferimos.
—¿Victoria se ha peleado a golpes con alguien? —Caco preguntó viendo que la posibilidad de una pelea crecía y crecía.
—Sí.
—¿A quién? —Preguntaron los dos hombres completamente sorprendidos.
—A mí. —Lucía dijo y después de eso la sorpresa creció más, pero siguieron con sus rutinas sin quitarles un ojo de encima.
Isa por el momento estaba haciendo sentir a Victoria como una estúpida, pues la española había decidido explicarle paso a paso el uso de la jodida máquina.
—Y así podrás usarla mejor, estoy segura que no tendrás que seguir molestando al padre de Carlos y podrá hacer ejercicio sin tener que venir a rescatarte. —La joven le habló y Victoria sonrió divertida.
—Eso te gustaría ¿no es así? Pero gracias, aunque ya no usaré está.
Y en realidad todavía le faltaban algunas repeticiones ya que Carlos la había interrumpido pero no iba a hacerlas más para que así Isa supiera que había perdido su tiempo.
—Creí que no te gustaba el ejercicio.
—No me gusta, pero supongo que ahora que no estoy en tour debo de mantener mi figura y la actividad física de antes.
—Supongo que sí. —Las dos no se toleraban y Victoria comenzó a pensar si pelear con Isa sería igual de divertido que pelear con Carlos.
—¿Cuándo te vas? —Victoria cambió el tema para ver si podía hacer enojar a Isabel.
—El Lunes por la madrugada. ¿Por? —Isa no se confiaba de la rubia y su mente se puso alerta.
—Oh nada más curiosidad, lo cierto es que nosotros también nos vamos el Lunes temprano. —Victoria sonrió.
—A Texas ¿no?
—¿Carlos no te dijo? —Victoria de nuevo actuó como una niña ingenua mientras Isa negaba. —Vamos a hacer una escala en Los Ángeles, le quiero presentar a mi madre y ella se muere por conocerlo.
—¿Por qué Carlos conocería a tu madre? ¿Acaso ella no sabe que no son novios de verdad? —Isabel le dio una mirada rápida a su novio quien estaba riendo con su padre y haciendo alguna competencias entre ellos, era normal.
—Oh ella lo sabe, pero Carlos me pidió conocerla, por eso iremos la semana antes del GP de Texas. —Victoria estaba mintiendo y tal vez el teatrito se le caería en cuanto esos dos hablaran pero por el momento iba disfrutar hacer enojar a la parejita.
Y lo había logrado, ya había sacado de quicio a Carlos y ahora estaba haciéndolo con Isabel.
—Ah, creo que si me lo comentó, ya hasta le pedí que pasara a mi tienda favorita en Rodeo Drive y me trajera unas sandalias nuevas que solo puedo conseguir ahí. —Victoria trató de no reírse porque sabía que Carlos ni saquería sabía que ella iría a ver a su madre.
—Por favor dime cual, me encantaría saber, tienes un gusto increíble.
—Yo te mando el nombre. —Isa sonrió y entre tanta sonrisa falsa las mejillas de ambos dolerían mañana.
—¡Chicas! ¿Quieren jugar tenis? —Carlos padre había llegado a interrumpirlas.
—¡Claro! Aunque no sé si Vic quiera, creo que ya fue suficiente para ella. —Isa comentó mientras se ponía a un lado de Carlos y lo tomaba de la mano.
—Para nada, me siento con más energía que nunca. —Victoria fue hasta donde estaba Lucía y le informó que jugarían tenis.
—Ay Victoria. —Lucía rodó los ojos a su cliente.
—¡Dios! Nunca debí de dejar la cocaína, así podría resistir todo el ejercicio que esta familia hace. —Victoria le comentó bajito solo para que su agente escuchara mientras ella la miraba mal. —¿¡Qué!? Es un chiste.
—No empieces, y mejor corre que ya van a empezar el partido.
Algo que Isabel no sabía de Victoria era lo competitiva que ella podía ser, y aunque era malísima para los deportes, su sentido de competencia lo compensaría.
Fueron a la cancha y se dividieron, Victoria estaba emparejada con Carlos padre mientras que Carlos e Isa eran la otra pareja.
Rupert, Lucía y Caco estaban viendo el partido emocionados, al menos esta forma era más sana para sacar el coraje que ambas estaban ocultando.
En cuanto comenzó el primer set se sabía que lo iban a perder Carlos padre y Victoria, porque ella era malísima e Isa lo estaba disfrutando demasiado, no por el padre de Carlos pero al ver la cara de frustración de Victoria.
Había visto esa cara una vez y era cuando Carlos perdía, sabía lo difícil que debía de ser para gente como ellos dos aceptar que había gente mejores que ellos en alguna cosa.
—Vale, tiempo antes del segundo set. —Carlos padre dijo y los novios sonrieron sabiendo que sería un partido fácil.
Carlos padre tomó del hombro a Victoria y la alejó para que nadie escuchara lo que iba a decirle.
—Sé que estas enojada porque vamos perdiendo. —No era por eso. —Pero tienes que agarrar ese enojo y usarlo de forma en que ganemos.
—Soy una basura para los deportes.
—¿Quién te dijo eso? —Victoria dudó ante aquel comentario.
—No lo sé, solo sé que lo soy, debería de saber que vamos a perder por mi culpa.
—Tal vez, pero aunque perdamos me gustaría saber que perdimos con honor. —Victoria frunció el ceño.
—¿Honor?
—Sí, que perdimos aunque dimos nuestro mejor esfuerzo. —Victoria asintió, esa plática motivacional comenzaba a tener efecto en ella.
—¿No le molesta perder?
—Odio perder y más cuando se trata de mi hijo, así que venga, creo que podemos. —El señor Sainz admitió y Victoria se prometió que no avergonzaría a ese hombre porque ella también detestaba perder.
—Yo también odio perder ante su hijo. —Victoria confesó recordando la pelea que habían tenido antes.
El segundo set comenzó y Victoria comenzó a jugar, no como una profesional, pero al menos algo más decente, eso había sorprendido a todos porque el primer set verdaderamente había sido desastroso.
Era momento de que Isa sacara, el segundo set estaba empatado, 40-40, los siguientes dos puntos tenían que ganarlos ellos para empatar el juego.
En cuanto Isa sacó Victoria recordó lo molesta que estaba, era como si su ira la impulsara a ser mejor, y aunque no era del todo bueno, era una forma en la que se estaba desahogando.
Victoria le respondió el saque de inmediato y Carlos iba a responder el golpe, pero la rubia se metió gritando.
—¡Voy! —Isa había respondido el golpe de Victoria y ambas sabían que eso no se quedaría así.
Carlos padre iba a golpear la pelota cuando la cantante se atravesó.
—¡Mía!
Y entonces, un juego de pareja se volvió un juego 1 a 1.
Los dos Carlos se alejaron dejándoles la cancha a la dos ya que habían perdido a las dos rubias por completo, estaban tan enfrascadas en no perder que no se habían dado cuenta que sus compañeros se habían ido.
—¿Ocurre algo entre esas dos? —Carlos padre le preguntó a su hijo mientras él negaba.
—No, creo que las dos son muy competitivas. —Lo cierto era que el piloto sabía que su padre desaprobaba la relación por publicidad con Victoria y también desaprobaba que ahora Isa tuviera que esconderse para ver a su hijo.
En general, el señor Sainz odiaba todo el arreglo y desastre que su hijo estaba creando, pero se lo había prometido a su mujer, dejaría que Carlos cometiera sus errores y aprendiera de ellos.
Los dos hombres regresaron su vista al partido y Victoria había logrado por arte de magia anotar el primer punto para el desempate, solo faltaba el segundo.
Isa sacó de nuevo y de nuevo, Victoria logró anotar en contra de ella haciendo que ese set lo ganaran Carlos padre y Victoria.
Estaban empatados y el último set era el decisivo.
Los dos hombres Sainz habían regresado al partido y con ellos, la poca destreza de Victoria para el deporte, pero la rubia jugó como su suegro falso le había dicho, había dado su mejor esfuerzo.
En cuanto Carlos hizo el tiro vencedor, Isa soltó su raqueta y fue corriendo para que Carlos la tomara entre sus brazos.
Carlos padre le dio una palmada en la espalda a Victoria.
—Lo hiciste bien, Vic. —Y después de ese comentario fue a tomar agua.
Victoria vio que Caco y su tío estaban hablando, el señor Sainz estaba de espaldas, Carlos e Isa seguían abrazados festejando su victoria, y la cantante pensó algo a la velocidad de la luz.
Lucía, quien seguía viendo toda la escena reconoció la cara de su cliente, Victoria tenía un plan malvado en mente.
Del suelo tomó una pelota de tenis y la comenzó a botar hasta llegar a la línea de saque
Con su mala puntería, ¿cuánta probabilidad de darle a uno de los dos existía?
Lucía no dijo nada porque todo sucedió muy rápido. Victoria lanzó la pelota al aire y luego la golpeó con la raqueta en dirección a la parejita feliz, y para la buena o mala suerte de Victoria, la pelota le dio justamente en la cara del lado izquierdo de Isabel.
—¡Victoria! —Carlos gritó al voltear a ver de donde había salido esa bola.
Isa estaba ahora en el suelo tocándose el lado donde la pelota le había dado, Carlos había corrido por un poco de agua fría y una toalla.
—¡Perdón! —Victoria en verdad se sintió terrible en el momento que había visto que la pelota había dado en su cara. —Solo quería practicar mi saque y se me fue para el otro lado.
Sabía que en parte era mentira, ella había golpeado la pelota con toda la intención de darles, pero ella pensaba que sería en la espalda o en la pierna.
—De verdad lo siento, Isa. —Victoria se agachó hasta donde estaba la rubia y trató de hacer algo pero no sabía que.
Todos los demás se acercaron a ver como estaba la madrileña.
—¡No la toques! —Carlos gritó y eso hizo que Victoria se alejara de ella completamente furiosa, odió el tono en el que Carlos le había hablado.
Se sintió como un perro que abandonas.
—De verdad lo siento, Isa. —Victoria seguía disculpándose ignorando el comentario de Carlos y sin obedecerlo.
—Lo entiendo. —La mujer habló con lágrimas en los ojos, lágrimas de coraje y de humillación. Carlos comenzó a poner la toalla mojada en la cara de su novia con sumo cuidado.
Carlos fue por un botiquín, Rupert, Caco y Carlos padre estaban viendo como podían ayudarle.
—Déjame ayudarte a parar. —Victoria estiró sus manos e Isa las tomó, con cuidado la llevó hasta una banca donde podía sentarse. —Lo siento, de verdad.
—Oh, estoy segura que sí. —Isa respondió con sarcasmo y con la toalla en su cara. —Pero sé lo que intentaste hacer, aunque no te preocupes, me acabas de hacer la mujer más feliz del mundo porque me acabas de regalar una noche donde seré consentida a más no poder.
¡Hija de su... Victoria pensó pero no dijo nada porque los hombres habían regresado.
Victoria se alejó hasta donde estaba Lucía viendo toda la escena.
Luego, llegó y se sentó mientras Lucía la miraba mal y negaba con la cabeza.
—No empieces, fue un error.
—Vi tus intenciones, eres muy inteligente jovencita. —Victoria trató de no soltarse a reír. —Hacerlo cuando todos estaban distraídos, lo que me sorprendió fue que le diste justo en la cara.
—Sí te hace sentir mejor, quería darle en la espalda, y la pelota iba para cualquiera de los dos. —Victoria admitió sabiendo que había tenido una suerte excelente para darle en la cara.
—No me hace sentir mejor y estoy segura que a ti tampoco. —Lucía señaló con la cabeza a donde estaban todos, a Isa ya le estaban poniendo gel frío y todo mundo parecía muy preocupado por la joven, más Carlos.
—¿Por qué no me dijiste que Isa vendría? Pudiste avisarme. —Victoria estaba trabajando lo que había aprendido en terapia, aunque aquella última hora parecía que lo había olvidado todo.
Se sentía traicionada por todos, y Lucía se unía a esa lista al no comentarle que ella estaría ahí, aunque en su defensa, Victoria siempre había negado cualquier sentimiento hacia Carlos.
Lucía sabía que Victoria no admitiría nada sobre lo que sentía por Carlos así que dejó de lado las tonterías y le habló derecho.
—Porque no es de tu incumbencia y porque te veías feliz en Italia, te veías tranquila. ¿Recuerdas cuando te fuiste dos meses a esa clínica? —Como olvidarlo, pensó Victoria.
—¿A la de rehabilitación? —Victoria preguntó confundida, no había otra clínica, Lucía asintió. —Sí, recuerdo eso.
No era un recuerdo tan lindo para ella, saber que había terminado en una clínica de rehabilitación por adicción a algunas sustancias, claro que solo lo sabían ellas dos.
—Cuando te vi después de un mes te veías tan tranquila, nunca te habías visto tan relajada y pude volver a verlo esta semana en Italia. —Lucía confesó y le pasó agua a la cantante, quien agradeció sin decir nada.
Victoria no dijo nada, no sabía porqué a Lucía le importaba tanto su felicidad o que se viera tranquila.
—No quise molestarte con el trabajo, no cuando parecías una chica de 22 normal y corriente. —Victoria sonrió recordando esa semana en Italia, había sido tan buena.
Comida deliciosa todo el tiempo, caminar por la ciudad sin que nadie la reconociera, ir a galerías y museos, escribir, los atardeceres, se había sentido feliz, plena, entendía las razones de Lucía.
—Supongo que debo de agradecerte en ese caso. —Victoria murmuró seria, aún le costaba disculparse al darse cuenta que no tenía razón. —Gracias por cuidarme.
Lucía sonrió a su cliente mientras las dos veían como Isa ya estaba mejor, solo que seguía sentada con el gel en su cara.
—¿Has pensado que sucederá si no funciona con Columbia Records? —Lucía cambió el tema, de nuevo hablaban de trabajo.
—No.
—Deberías pensarlo.
—Tengo un plan no te preocupes. —Victoria respondió cortante, quería dejar ese pensamiento de lado, pensar que nadie más la quería era aterrador.
—¿Ah sí? ¿Y cuál es ese plan si se puede saber?
—Unirme al club de los 27. —Victoria sonrió divertida.
—¡Victoria Ellis! Ni se te ocurra. —Lucía trataba de no reírse de los chistes de mal gusto de su cliente. —Pero ya en serio, deberías pensar en algo.
—Lo sé.
—Es solo que... —La castaña no quería decir lo que pensaba, o más bien si quería, solamente no sabía cómo. —¿Qué pasa si ya no trabajas más? Y buscas algo que realmente te haga feliz, poner un restaurante, yo que sé.
—¿Por qué me dices eso? ¿Acaso crees que no puedo seguir siendo popular?
—Yo jamás he dicho eso, Victoria. —Lucía la detuvo antes de que esa conversación se fuera por lados que ella no quería.
—¿Entonces? No me digas que piensas lo mismo que ellos, que ya soy vieja, que ya no soy popular, que soy desechable, que ya es momento de darle la oportunidad a chicas más jóvenes. —Los ojos de Victoria se comenzaban a llenar de lágrimas, jamás pensó que Lucía creyera eso de ella.
—¡Basta! Sabes mejor que nadie que yo siempre he creído en ti. —Victoria se quedó en silencio. —Solo creo que mereces un descanso y en ese descanso deberías hacer algo que de verdad te haga feliz.
—Ser cantante me hace feliz.
—¿En serio? —Lucía preguntó algo incrédula. —Ambas sabemos que no conoces otra cosa, no lo sé, ahora tienes el tiempo y el dinero para explorar lo que quisieras, viajar, conocer gente... Algo que te mantenga tranquila. Enamorarte, buscar esa familia que tanto quieres.
—Lucía, no me digas que quieres dejarme.
—Yo jamás lo haría. —Victoria sonrió ante aquel comentario. —Yo jamás te dejaría, Vic.
—Mira, sé que los últimos años no han sido pan comido y tal vez me desaté un poco una vez que cumplí los 18. —Su agente la volteó a ver con mala cara, la verdad es que Victoria jamás se había tranquilizado. —Bueno, nunca he tenido una vida relajada, pero lo que quiero decir que de toda mi vida, ser cantante es lo que me hace feliz.
—Ok, ¿y qué pasará si encuentras otra disquera pero el disco es un fracaso? Entiende que yo siempre tendré fe en ti, pero quiero que estés lista para cualquier traspié.
—Solo tendré que hacer otro mejor disco. —Victoria veía el suelo, odiaba que Lucía le mostraba posibilidades que podían ser ciertas.
—Tus fans te adoran, pero no siempre estarán contigo. —Eso era algo que Victoria sabía y le aterraba.
—Lo sé.
—No quiero deprimirte, solo quiero que seas feliz por ti, no porque los demás te digan que debes ser feliz si no porque de verdad lo eres.
—No me estás ayudando mucho pero entiendo lo que quieres decir creo, la psicóloga me lo ha dicho. Mi felicidad no puede depender de la atención que la gente me da. —Victoria recitaba eso como si fuera un mantra, solo que no enfrente de la gente.
—Ni de un hombre... —Lucía y Victoria vieron a Carlos atender a Isa a lo lejos.
—También lo sé y estoy trabajando en eso. —Victoria no dejó de ver al madrileño.
Lucía vio a su cliente, era tan joven y tenía tanto por aprender.
—Correcto, y discúlpame por no decirte sobre Isa, aunque no pensé que fuera necesario, después de todo, no pasa nada entre Carlos y tú ¿verdad? —Ahí estaba la vieja Lucía molestándola como siempre.
—No, no pasa nada entre nosotros. —Victoria cambió de tema y desvió su atención.
De nuevo regresaron todo mundo a su cuarto, Isa y Carlos se habían ido desde antes, Carlos padre se despidió de ambos y le dijo a Vic que no se preocupara, que había sido un accidente, si tan solo supiera.
Caco, Rupert y Lucía también se fueron y cuando Victoria estuvo sola volvió a pensar en lo que Lucía le había dicho.
Ser feliz sin depender de nadie, ser verdaderamente feliz, sin una pareja a su lado, o sus fans. Sola. Dios, que difícil sonaba.
Al siguiente día, Carlos apenas y le hablaba a Vic y viceversa, ninguno estaba para soportar al otro, por suerte, Isa no había amanecido con el ojo morado, solo un poco hinchada, pero se le pasaría.
Durante en desayuno, Victoria y Carlos apenas hablaron con alguien, solo hablaba lo necesario y si alguien les preguntaba algo, si no era así, los dos se mantuvieron callados y sin mirar a nadie.
Luego, se repitió la rutina del viernes y se fueron para el paddock, ahora para la qualy,
En cuanto llegaron al paddock, Carlos y Victoria se tomaron de las manos y las sonrisas y "risas" comenzaron, fingieron mejor que cualquier otro día, solamente que no se hablaban, verdaderamente no había nada que pudiera calmar a los dos.
Carlos se fue a trabajar y había logrado obtener la segunda posición, como siempre Victoria fingió estar muy feliz y emocionada y corrió a abrazarlo en cuanto lo vio, esta vez si era fingido.
Después de eso regresaron al hotel, en cuanto llegaron al lobby la pareja se separó.
Ahora, iban a comer, la Qualy había terminado e Isa se encaminaba a la terraza, donde habían sido todas sus comidas, solo quería ver a Carlos y abrazarlo y felicitarlo, había obtenido un buen puesto para la carrera.
Al llegar al elevador se encontró con la cantante, al parecer las dos iban al mismo lugar, la terraza estaba en el último piso, es por eso que los clientes tenían toda la privacidad que querían.
Victoria miró a Isa y sonrió, no de forma burlona o sarcástica, pero tampoco era una buena sonrisa, solo era un gesto que decía: "Vengo tranquila, no quiero pelear."
—Hola. —Saludó la madrileña a la cantante en cuanto entró al elevador.
—Hola. —Era como cuando dos animales se miraban y se analizaban, no querían pelear pero si uno comenzaba el otro no dudaría en hacerlo.
—¿Y Carlos? —Victoria volteó a ver a Isa, quien estaba del otro lado del elevador.
—No lo sé, venía con Caco creo. —Era cierto, Victoria se había mantenido alejada de Carlos lo más que había podido e Isa lo sabía, era increíble lo mucho que se notaba cuando las dos estrellas se peleaban.
—Gracias. —Isa dijo y Victoria asintió, de nuevo el silencio reinó en el elevador, que parecía que no se movía y se tardaba horas.
Isa nunca había presenciado nada como eso, ayer, en cuanto Carlos llevó a Isa al cuarto, el piloto madrileño estaba completamente furioso, no dejaba de caminar por todo el cuarto agarrándose la cabeza diciendo como Victoria lo sacaba de quicio, diciendo que ella había podido terminar en el hospital (lo cual le parecía una exageración a la española), decía que Victoria era una niña, que no sabía comportarse y cosas sin sentido para ella, no había sido para tanto, pero para Carlos parecía que la había matado o algo por el estilo.
Comenzó a pensar que no estaba tan preocupado por ella, más bien buscaba como culpar a Victoria de algo.
Y no había podido ocultar su sorpresa al verlo actuar de esa forma, por mas peleas que ellos dos hubieran tenido, Carlos nunca perdía el control de aquella manera.
Isa había tratado de calmarlo, pero no había podido, Carlos Sainz estaba totalmente perdido de sí cuando se trataba de enojarse con Victoria Ellis, aunque si no hubiera visto eso, no se hubiera dado cuenta, pues las fotos de su presencia durante la qualy, decían otra cosa.
Después de unos segundos en silencio, Isa volvió a hablar. —Siento mucho haber dejado la puerta abierta y que tu gato se saliera.
Ese comentario tomó por sorpresa a la rubia, pues no esperaba una disculpa por parte de ella.
—Está bien, lo bueno fue que pude recuperarlo. —Vale, si Isa lo decía sinceramente, ella también podía comportarse, tampoco era una completa perra, pensó Victoria.
—Tengo dos perritos y son mi adoración, entiendo que debió de haber sido horrible y también entiendo que estés tan enojada conmigo. —Las dos mujeres se vieron a los ojos y se acercaron.
Victoria asintió e Isa le regaló una sonrisa amable.
—Bodoque es mi mejor amigo, suena tonto pero ha estado conmigo por años y casi desde el inicio de mi carrera. —Victoria explicó el por qué estaba tan enojada, claro que solo era parte de su verdadero enojo. —Así que sí, estaba furiosa... pero acepto tus disculpas y siento haberte golpeado con la pelota, es que detesto perder.
Claro que Victoria no se refería al partido.
—Entiendo y también te perdono.
Isa asintió con la cabeza y el elevador llegó a su destino, las dos salieron de ahí y no volvieron a dirigirse otra palabra.
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So, espero que les hay gustado, solo quiero decir que este cap fue una maravilla para mí escribirlo, siento si hay errores, lo terminé a la mera hora.
Espero les haya gustado y bueno, como siempre les digo, no odien a nadie porque aquí todos son estúpidos.
Como siempre, las invito al Instagram a hablar del capítulo y del Pov de Carlos.
Instagram: JavaddMad
Y solo diré que fue tan divertido escribir a Isa y a Vic, las dos sí que saben dar pelea.
Las amo
Fer <3
Espero poder escribir la segunda parte del pov pronto.
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