Capítulo 37 [¿En la cárcel?]
"Nos vemos en el cuarto de Carlos a las 8"
Era el mensaje que Lucía le había enviado, Victoria estaba sentada en la cama acababa de despertar y a un lado, Cleo estaba dormida. Su espalda desnuda daba para la cantante y su cabello caía por toda la almohada de Victoria.
La noche de ayer se habían divertido, pero hora Victoria sufría de una cruda moral, ni siquiera podía ver a la mujer a su lado, y cuando se sentía así era porque la había cagado.
La rubia revisó la hora y eran las 7, todavía tenía tiempo para ir a reunirse con el equipo, aun así, Victoria sabía que tenía que estar cambiada y arreglada para cuando tuviera que ir a verse con los demás, así que se puso de pie y se metió a bañar, en cuanto entró al baño, cerró con seguro, quería estar sola y la presencia de Cleo la comenzaba a poner algo ansiosa.
Recargó su frente sobre la puerta, ¿por qué se sentía tan mal? Se sentía sucia y era un tipo de suciedad que un baño no podría quitarle.
Al salir la castaña ya tenía su ropa puesta y una sonrisa coqueta en la cara.
—¿Desayunamos algo? —Cleo preguntó a punto de tomar el teléfono y pedir algo para las dos pero Vic negó.
—Lo siento pero es día de carrera, tenemos que estar en el paddock desde temprano. —Vic respondió, pero en secreto solo quería que Cleo se fuera.
—¿En serio? —Vic asintió, era verdad pero no era la verdadera razón por la que lo decía. —Ja, no es como que tu conduzcas ¿sabes?
—Así funciona esto. —La rubia se alzó de hombros como si no le importara.
Cleo asintió y comenzó a sentir la incomodidad que se estaba creando en la habitación, tal vez, era la culpa de Victoria arruinando su mañana.
—¿Tú gato? ¿Ya no lo llevas contigo a todas partes? —Cleo preguntó buscando por todo el cuarto al felino, anoche no le había importado.
—Está con Carlos. —Victoria dijo caminando hasta su closet y seleccionando la ropa que Lucía le había puesto para el día de la carrera.
Bodoque había pasado la noche con Carlos, ella se lo había pedido como favor y el piloto había aceptado sin problemas.
—Ah, le tocó a papá cuidarlo. —Cleo comentó burlona mientras se sentaba en la cama para ponerse sus zapatos, Victoria rodó los ojos por su comentario. —¿Qué sigue después de Monza? ¿Seguirás a tu novio como una groupie o harás algo más interesante?
—No, él se irá a Singapur, creo, y nos reencontraremos en Japón. —Victoria ya estaba comenzando a maquillarse, mientras veía a Cleo por el espejo.
—¿Y qué harás tú mientras él trabaja? —Para la actriz le parecía raro toda esa dinámica de los dos, pero si era sincera con ella, cualquier dinámica de pareja a ella le parecía extraña.
—Me quedaré en Italia, descansaré de la gira y tragaré todo el gelato que pueda. —Victoria sonrió ansiosa por sus planes, visitaría cientos de lugares, dormiría hasta tarde y leería todo lo que pudiera.
En ese momento, Cleo terminó de ponerse sus botas y fue hasta donde Victoria estaba, para poder verla a los ojos.
—¿Y no me vas a invitar a quedarme contigo? —Cleo preguntó midiendo a la cantante mientras le sonreía coqueta.
—No. —Victoria dijo seria, en verdad quería que Cleo se fuera, así era como funcionaban los polvos de una noche y este había durado más de lo que al parecer ella estaba tolerando.
—Me lastimas. —Cleo fingió que su corazón dolía mientras cerraba los ojos y actuaba como si alguien le hubiera disparado. —Pero comprensible.
—¿Tú qué harás? —La cantante se estaba poniendo rubor.
—Iré a Londres, tengo que promocionar la nueva película, ya sabes, entrevistas de mierda con las mismas jodidas preguntas todo el tiempo. —Victoria se rió del desprecio de Cleo por el trabajo de publicidad que tenía que hacer.
Cleo en ese momento ya sabía que su aventura con Victoria había terminado y estaba lista para partir, no tenía caso quedarse.
Así era como ella funcionaba y así le gustaba, estaba satisfecha y feliz, porque prefería acostarse con Victoria que acostarse con otra persona que apenas conocía, porque al menos ambas sabían lo que le gustaba a la otra.
Pero Victoria se veía diferente, como si algo hubiera cambiado.
—¿Lucía dejó algo para mí? —Cleo preguntó tomando sus cosas para ya irse de ahí.
—No, dice que con el que firmaste la última vez es suficiente. —Victoria se puso de pie para despedir a Cleo.
—Correcto, ¿nos veremos en el paddock o Carlos te pondrá correa para que no te acerques a mí? —Victoria negaba mientras Cleo alzaba las manos excusándose.
—No creo que nos veamos, hoy es día de carrera y tengo que estar con él, así funciona esto.
—Suena un jodido trabajo. —Victoria sacó uno de sus cigarros y comenzó a fumarlo. Cleo detestaba el olor a tabaco. —Carajo Victoria, no fumes, no me he ido.
—No me importa, es el único momento que tengo para fumar y una relación es un trabajo, Cleo. —Victoria sacó el humo lentamente. —Las dos personas tienen que poner de su parte.
—Uy sí y él pone SU parte ¿no? —Cleo dijo burlona y con doble sentido, Victoria solo rió ligeramente. —Como sea, suena mucho trabajo estar ahí como muñeca de aparador.
—Meh, no me disgusta, no tengo que hacer mucho, solo verme bonita y sonreír. —Victoria siguió fumando mientras Cleo fruncía el ceño asqueada, la cantante no sabía si era por el cigarro o por las relaciones.
—Si tú lo dices. —Cleo estaba frente a Victoria, las dos estaban de pie. —Entonces nos vemos, tal vez.
—Adiós, Cleo. Gracias por esto.
—Ooow que tierna, me agradeces por los orgasmos, hace mucho que nadie me agradecía por ellos.
—Jódete. —Victoria dijo molesta para después reír junto con Cleo.
—Te dejo, me despido de lejos porque me da tanto asco el olor a tabaco y tu apestas. —Victoria acompañó a Cleo hasta la puerta y la cerró una vez que la actriz salió fue como si un peso se quitara sobre sus hombros.
Victoria apagó su cigarro en cuanto Cleo se fue, fue una forma sútil de correrla, sabía que no había sido muy amable de su parte pero era lo que Victoria quería.
Mientras se arreglaba estaba tratando de no odiarse a sí misma, el sexo con Cleo había sido grandioso, verdaderamente fenomenal, pero por alguna razón se había sentido vacía una vez que había terminado.
No por Carlos o sus celos estúpidos, pero por ella misma, ¿acaso todos sus problemas de atención los arreglaría con sexo sin importancia? No le había gustado, y por eso no había invitado a Cleo a quedarse con ella, además, había sido demasiado contacto con gente para ella.
Y ese sentimiento de coger por despecho le había dejado un mal sabor de boca, porque había descubierto en terapia, que cuando Victoria no se quería querida, buscaba un reemplazo, y por reemplazo era cualquier persona que le brindara un poco de atención y ayer, mientras terminaba de coger con Cleo fue como si su terapia regresara a ella, y fue ahí cuando comenzó a sentirse mal y si no hubiera sido en su habitación, ella se hubiera escabullido durante la madrugada para no mirar a atrás.
Después de terminar de arreglarse, fue hasta el cuarto de Carlos donde llegó después que todos, como siempre, y al tocar la puerta quien le abrió era Carlos con su bonita playera amarilla y con Bodoque en brazos.
—¡Mi amor! Te extrañé mucho. —Victoria le dijo al gato mientras lo arrebataba de los brazos del piloto.
—El gordo roncó toda la noche, si pierdo será por su culpa. —Carlos dijo en forma de broma, la verdad es que ambos habían dormido excelente, bueno, claro que fue en cuanto Carlos pudo conciliar el sueño.
—Bodoque jamás haría eso. —Pero Victoria sabía que su gato roncaba horrible. —Además, él es de la suerte.
—¿Cleo ya se fue? —Lucía le preguntó a su cliente interrumpiendo a las estrellas, porque Lucía era la encargada de deshacerse de las conquistas de Victoria.
—Sí. —Carlos trató que su pequeña sonrisa no la notara nadie. —Se fue desde hace rato.
Victoria esperaba que el tema de la actriz se quedará ahí y nadie volviera a sacarlo, quería olvidarse de sus pendejadas.
—Está bien, siéntense porque tenemos un problema. —Lucía les pasó un celular a la pareja que había tomado asiento en la orilla de la cama de Carlos.
¿Acaso soy la única que piensa que Carlos y Victoria están actuando raro en Monza?
Así era como comenzaba un video de tiktok que comenzaba a hacerse viral en el lado de F1 y estaba claro que Lucía no estaba para nada feliz.
Hola, como bien saben en este perfil nos dedicamos a buscar la verdad sobre la vida de nuestros pilotos y después de ver todas las pequeñas interacciones de quienes se han convertido en la pareja favorita del paddock, Carlos y Vic, pude notar como el ambiente estaba tenso.
Llámenme loca pero estos dos parecen títeres de madera, mientras que normalmente los vemos riendo y muy cariñosos, en Milán, después del último concierto de Victoria, Carlos atendió pero la pareja se fue en diferentes autos, claro que Vic se fue a su fiesta y Carlos no pudo asistir porque al siguiente día tenía trabajo,pero eso no es todo.
Este segundo día, en Monza se puede notar algo de tensión por parte de ambos, era casi como si hubieran peleado pero no querían demostrarlo, después de todo, Victoria es una experta en las relaciones públicas y jamás dejaría que la viéramos pelear con Carlos en público, pero sus interacciones no se pueden actuar al 100%.
Me pregunto si es algo relacionado con la actriz Cleo Moore o simplemente no es el mejor fin de semana para los enamorados.
Y ya sé lo que me van a decir sus fans, que estoy exagerando, que estoy loca, pero solo tienen que verlos.
Ahora en el tiktok se podían ver fotos de Victoria y Cleo hablando por el paddock, solas y luego a Carlos y Victoria hablando tranquilamente, fue después de que Carlos la esperó afuera del baño cuando ella se fue con Cleo.
Luego, un pequeño video de ellos hablando en el garaje, y cómo los dos se veían completamente tensos, las dos estrellas recordaban la plática.
Solo digo, que si en otros fin de semana podemos verlos acaramelados a más no poder, es fácil pensar que ninguno está feliz en estos momentos, se me hace extremadamente raro verlos comportarse de esta forma.
¿Acaso la luna de miel se ha terminado?
Espero que no sea así, pero no debemos de olvidar que mucha gente cree que esta pareja es por publicidad, no me sorprendería que terminando la temporada nos dieran la noticia de que han terminado.
Carlos y Victoria habían terminado de ver el video, ninguno decía nada, no pensaron que su comportamiento sería analizado a detalle por gente alrededor del mundo.
—¿Algo que decir a su favor? —Lucía les dijo guardando el celular y cruzando los brazos.
—Lo siento, fue mi culpa. —Carlos habló haciendo que Victoria girara su cabeza agresivamente para verlo.
—No, fue mi culpa. Cleo lo estaba molestando y yo no hice nada hasta muy tarde. —Victoria no dejaría que Carlos se culpara por algo que ella había ocasionado.
—No puedes ver a Cleo en el paddock, Victoria. —Lucía le dijo seria. —La gente no puede seguir creyendo que ustedes son una pareja falsa, no cuando tu sigues buscando disquera. ¿Entendido? Hoy tienen que hacerlo mejor.
Las dos estrellas asintieron.
—Ahora, vayan a desayunar que nos vamos al paddock en unos minutos. —Caco los corrió de ahí y las estrellas salieron en silencio, dejando a Bodoque acostado en la cama de Carlos.
—Voy a matar a ese par. —Lucía dijo solo para Caco, los dos agentes se habían quedado ahí, ellos ya habían desayunado.
—¿Siguen peleados? Ayer se estaban hablando normal.
—Los dos dicen que no, pero viste esos videos, parecen palos y los viste ahorita ¿no? —Lucía estaba molesta, odiaba cuando las cosas no salían como ella quería. —Además de lo de Isa ¿Qué pasó en el descanso de verano?
Caco no dijo nada, no sabía si debía decirle a Lucía lo que Victoria le había confiado.
—Yo creo que fue desde Bodoque, ella estaba muy enojada. —Caco esperaba que eso calmara a Lucía.
—No, fue algo que sucedió antes, Victoria estaba decaída cuando la recogí en el aeropuerto. ¡Estoy segura!
Caco siguió tomando su café en silencio esperando que la furia de Lucía se fuera pronto, y entonces la castaña lo volteó a ver.
—Tú sabes algo. —Lucía lo acusó al verlo tan tranquilo, no era normal para él. —Y me vas a decir.
—No sé nada. —Caco mintió terriblemente mal, Lucía solo lo fulminó con la mirada y Caco no pudo resistirse, le tenía miedo a la castaña.
—Así es Victoria... no sé, de verdad, ella no me dice nada. —Caco alzó su voz. —Si no te dice nada a ti, menos me va a decir a mí, pero pareciera que le afectó lo de Isa.
—Eso ya lo sé. Lo que quiero saber que tanto les afectó, y si pasó algo más para ellos parezcan jodidos copos de hielos.
—¿Ya sabías lo de Isa?
—Por Dios Caco, es bastante obvio lo mucho que le afecta, está perdidamente enamorada y lo peor es que ninguno hará nada y no hablarán y Victoria se va a aguardar todo esto hasta explotar y volverá a como estaba cuando salió lo de Rogelio. ¿Y sabes qué? Esto va a arruinarlos, no solo a Victoria. —Lucía anunciaba derrotada. —Y ahora también tengo que preocuparme por Cleo Moore.
En ese momento, los dos agentes salieron de la habitación para ir abajo con las estrellas y Rupert.
—No te agrada ¿eh? —Caco se reía al ver la frustración de la castaña.
—No es mi persona favorita, es complicada. —Lucía dijo apretando el botón del elevador. —Pero solo espero que Victoria diga la verdad y esta aventura con la castaña haya terminado.
Caco asintió mientras tomaba más café.
—Te seré sincero, no creo que regresen a donde estaban, será mejor que trabajemos con lo que tenemos. —Lucía asintió desganada.
—Supongo que tienes razón, tendremos que trabajar con lo que hay.
Después, al llegar al comedor, Victoria, Carlos y Rupert estaban comiendo tranquilos, el entrenador les estaba diciendo algo, Vic y Carlos le ponían toda su atención.
Lucía dio un suspiro derrotada, debió de advertirle a su cliente que tal vez meterse con Carlos Sainz no sería una buena idea, hombres como él tienen tatuada la palabra "rompecorazones" en la cara, pero Victoria era una adulta, tenía que aprender a ser profesional.
Durante el camino al paddock la pareja trato de verse lo más enamorada posible, pero era incómodamente doloroso de ver, eran actuaciones pésimas, hasta Caco les dijo que se detuvieran y que mejor solo estuvieran tranquilos ese día, ya luego hablarían con más calma.
Después, ambos se sintieron mejor porque Carlos se puso a trabajar y Victoria siguió con la rutina de novia que ya se sabía, conocer algunos fans de ella, o de Carlos, hablar con ellos, darles este tipo de postales firmadas por él, sonreír y verse linda.
Y entonces, la carrera comenzó.
"It's lights out and away we go"
Charles estaba en pole, seguido de Max y Checo con Carlos en cuarto, y los dos Mercedes detrás.
Caco, Rupert, Lucía y Victoria estaban en el garaje del lado de Carlos comenzando a ver la carrera.
Charles había mantenido la posición, desgraciadamente, Carlos había perdido dos posiciones con los Mercedes, por más que le agradara Charles, Victoria quería ver ganar a Carlos, estaba nerviosa mientras el madrileño trataba de recuperar y avanzar más arriba del cuarto lugar.
La primera parada a boxes se hizo sin problemas, el primero en entrar fue Carlos, con el probarían los neumáticos que Charles ocuparía después, esta vez, al Charles estar en primera posición, la estrategia iba para él.
Se notaban los nervios, Carlos necesitaba los puntos, después de unas vueltas más, Charles entró a boxes, parada sin problemas.
—¿Qué pasa si Carlos no gana? —Lucía le preguntó a Victoria, quien había aprendido cómo funcionaba este deporte (más o menos).
—No importa taaanto, pero lo presiona más para lograr más puntos en las carreras que restan. —La agente asintió y las dos continuaron viendo la carrera.
Max y Charles estaban peleando por la primera posición, mientra que Checo y Carlos peleaban por la tercera, Carlos se había sabido librar de los Mercedes regresando a la cuarta posición.
Las cámaras no sabían a quién enfocar y se turnaban en esas pequeñas batallas y la del resto de la parrilla, pero entonces, Charles y Max tuvieron un altercado, ninguno de los dos había querido ceder la posición y los dos terminaron fuera de la pista.
Se había desatado un pandemónium en el garaje de Ferrari, más del lado de Charles, y aunque no había sido un accidente aparatoso y nadie había sufrido ningún daño, había sido lo suficientemente grave para que ambos monoplazas quedarán fuera de la carrera.
—Charles is out. —Fue lo que se escuchaba en la radio de Carlos.
En la radio de Carlos le informaron del incidente brevemente, Checo y él pronto llegarían a donde los monoplazas de sus compañeros habían quedado varados, había bandera amarilla, lo cual les daba oportunidad a todos de hacer una parada a boxes "gratis" Carlos regresó al garaje y cambió sus neumáticos, al igual que Checo.
Victoria no quería sonreír demasiado porque las cámaras podían captarla, pero estaba demasiado feliz, porque Carlos había pasado a ser la prioridad del equipo.
¿Era algo egoísta? Tal vez, pero a veces la gente tenía que ponerse primero.
—Carlos, keep pushing. —Eran las indicaciones. —Checo has new tyres also.
Pero Carlos ahorita no estaba preocupado por Checo, o sea, debería, pero estaba más preocupado por sí mismo y no equivocarse. La bandera amarilla fue levantada y la carrera continuó.
Ahora, peleando por las posiciones del podio se encontraban también los dos Mercedes, y de nuevo, los nervios en el garaje iban en aumento, Charles ya había regresado y veía el resto de la carrera en silencio, su ceño se veía completamente serio estaba claro que odiaba haberse perdido una carrera tan importante para Ferrari, pero seguía apoyando a Carlos, no le quedaba otra cosa que hacer.
Carlos ahora peleaba la primera posición con George, faltaban solo 5 vueltas y el piloto inglés estaba dando una buena pelea, ahora solo dependía que llantas aguantarían más y se degradarían menos, y de quien cometiera un error y por el momento parecía ser que el Ferrari sería quien se llevaría la ventaja.
Victoria no quería celebrar antes de tiempo pero ya era la última vuelta y parecía que nadie lograría rebasar a Carlos.
¡Ferrari acababa de ganar Monza! ¡Carlos acababa de ganar Monza!
Victoria brincó y gritó de alegría, mientras abrazaba a Lucía y luego a Caco, y como costumbre, todos se preparaban para ir corriendo al podio, al hermoso e histórico podio de Monza.
La cantante ya iba a irse cuando vio a Charles cabizbajo, sabían que esa victoria podría haber sido de él.
—Lo siento mucho, Charles. —Ella fue a hablar con el monegasco a quien apreciaba.
—Vamos, tienes que ir a celebrar con tu novio. —Él fingió como si nada más ocurriera. —Además, si alguien iba a ganar que no fuera yo, me agrada que fuera Carlos. —Victoria sonrió, al menos no era un mal perdedor. —Los Tifosi se lo merecen.
—¿Vienes al podio? —Ella preguntó aunque no esperaba que él fuera.
—Claro, ¿por qué no? Tengo que lucir mi bonito uniforme amarillo. —Ella sonrió y los dos fueron corriendo al podio.
Estaban en primera fila a un lado de los mecánico e ingenieros de Carlos, podían sentir como los estaban aplastando pero en ese momento no importaba, importaba ver al campeón y festejar con él.
Todos los lentes estaban hacia él y del otro lado, los tifosi comenzaban la famosa marea roja, estaban encantados, aunque a lo mejor hubieran preferido que Charles hubiera ganado, esta victoria no podrían quitársela a Carlos.
Carlos acaba de bajarse del monoplaza y corrió a donde estaba su equipo, como cada vez que ganaba, se abrazaba con todos, y todos lo abrazaban, todavía tenía el casco puesto así que no podía distinguir quien le daba las palmadas pero recibía cada una con gusto.
Todavía podía sentir su cuerpo vibrando por la adrenalina y la felicidad, parecía que iba a volar.
Fue hasta donde estaba Caco y abrazó a esa persona que a pesar de todos sus tropiezos jamás lo había abandonado, a su lado estaba Lucía y también le dio un abrazo, luego, un poco más alejados estaban vic y Charles quienes se habían tardado un poco en reaccionar.
Al momento de llegar con Charles y Victoria fue donde habló.
—Felicidades, mate. —Charles sonrió mientras lo felicitaba y le daba algunos golpes en el brazo seguido de un abrazo, Carlos estaba que no podía controlar su felicidad, pero por su compañero lo hacía, porque sabía lo importante que hubiera sido para él ganar de nuevo Monza.
—Gracias, y lo lamento. —El monegasco se alzó de hombros como si no le importara.
—Felicidades, guapo. —Victoria le dio un golpe en el hombro imitando a Charles y se sintió super incómoda después de hacerlo, trató de mejorar ese comportamiento dándole un abrazo.
"Puta madre, Victoria, era un puto genio del romance." Se regañó a sí misma.
Las cámaras habían captado todo como siempre.
—Gracias, tengo que ir. —El madrileño se despidió y se fue mientras Victoria lo veía marcharse.
Charles mientras tanto, fruncía el ceño, acababa de ver la felicitación más seca e incómoda por parte de las estrellas ¿Y se decían ser novios? Max y Checo se abrazaban con más cariño que esos dos, prefirió no decir nada, no era de su incumbencia.
Después el podio llegó y Carlos, nuevamente salió con una sonrisa enorme y una bandera de España en su espalda, una vez que entregaron los trofeos, sonó el himno y se dieron su baño de champaña.
Sabía a gloria para Carlos, era una carrera que cualquier piloto de Ferrari quería ganar y él lo había logrado, luego, con su trofeo en manos se acercó hacia la barandilla del podio y pudo apreciar a todos los fans gritando por él, agitando sus banderas y como Monza se llenaba de rojo, y todo era para él.
Sin duda, este era uno de los mejores días de su vida y lo recordaría para siempre.
Y por más que quisiera quedarse ahí y congelar ese momento, la vida tenía que continuar y había un horario que seguir.
Victoria, quien había visto todo desde abajo, estaba impresionada por la cantidad de rojo que se veía, la pista estaba llena de lo que la gente llamaba "marea roja", los tifosi en verdad estaban felices de haber logrado que uno de los suyos ganara el gran premio.
Victoria y Charles habían regresado hasta el garaje de Ferrari, a la rubia le agradaba el monegasco, y muchas veces no podía hablar con él porque al igual que Carlos, se la pasaba en podios.
Y aunque no conocía mucho a Charles, podía notar que algo le molestaba, lo más seguro era su resultado de la carrera, aunque sí su instinto no la engañaba, había algo más detrás de esos ojos tristes.
Después de un rato, Carlos regresó, Caco, Lucía y Victoria lo esperaban, todos lo volvieron a felicitar y Victoria se decía que debía dejar de verlo, pero no podía, la felicidad que Carlos irradiaba era contagiosa y a ella le encantaba verlo de esa forma, aún así se mantuvo al margen pero su mirada estuvo en todo momento sobre el piloto madrileño.
Luego, fueron las fotos con el equipo y una vez que todo había terminado, regresaron al hotel, ahora faltaba la cena/celebración de Ferrari por su 75 aniversario.
Carlos y Victoria no se vieron durante toda la tarde, Carlos tenía que continuar con su trabajo de prensa, comer algo, descansar y arreglarse para la gala. Y la rubia había decidido tomarse su tiempo para arreglarse y prepararse para soportar a toda la gente que estarían sobre ellos esa noche.
"¿Ya vienen? ¡Vamos a llegar tarde!"
Caco había enviado ese mensaje al grupo de los 4, Victoria y Lucía se habían quedado platicando un rato sin percatarse del tiempo.
"Ya vamos, estamos en el elevador"
Carlos, Rupert, y Caco estaban en el lobby esperando por ellas.
En cuanto las puertas se abrieron, Carlos trató de ocultar su sorpresa lo mejor que pudo, como siempre, Victoria lo había dejado con la boca abierta. Las dos damas caminaron hasta ellos y se disculparon por la tardanza.
—Ya no importa, los autos no están listos. —Caco decía sumamente molesto, él también odiaba cuando los planes no salían como él quería.
—Vic, ven. —Carlos se había alejado del grupo un poco mientras Caco y Lucía solucionaban el problema de los autos y Rupert, que no quería estar con las estrellas, se quedó con los managers.
—¿Qué pasó, Carlos? —Vic alzó su vestido de la parte delantera como las princesas lo hace y fue hasta donde el piloto estaba, no había mucha gente en el lobby.
—Lucía habló conmigo antes de que llegaras al cuarto, me dijo que buscara algo para darte, algo que significaba que estamos juntos para el resto del mundo, porque teníamos que seguir trabajando en nuestra interpretación. —Victoria se rió al ver a Carlos imitar a Lucía.
—¿Sigue sin gustarle como nos comportamos? —Carlos negó divertido.
—Además, tu bello golpe en mi brazo a la hora del podio no convenció a nadie que estás perdidamente enamorada de mí. —El piloto se arrepintió en el momento que dijo eso. —Lo siento.
—No te preocupes, entiendo lo que querías decir.
—La cosa es que estuve pensando que podría ser y se me ocurrió algo en el podio. —Carlos comenzó a buscar algo dentro de su saco.
—Debes de seguir consiguiendo podios, ya veo que solo ahí tienes buenas ideas. —Victoria se burló de Carlos mientras él la miraba molesto.
Luego, Carlos sacó un collar de una bolsita pequeña y lo extendió para que Victoria pudiera verlo.
Carlos no había podido tener una oportunidad para dárselo porque le daba pena y porque apenas lo había conseguido y no habían estado solos, pero ahora, estaban solos y podía hacerlo.
—Es una C. —Victoria dijo viendo el pequeño dije del collar. —¿C de Carlos?
—Sí, así la gente creerá que yo te la di, o sea si te la di yo, pero hablo de ya sabes, que yo te la di como novio. —Victoria rió por como Carlos hablaba. —Y puede funcionar también como C de Cleo, supuse que funcionaría para los dos propósitos, si es lo que a ti te gusta.
Victoria dejó de inspeccionar el collar para voltear a ver a Carlos, veía la sinceridad en sus palabras, pero debía de hacerle saber a Carlos que con Cleo no saldría nada bueno, al menos no para ella.
—De verdad Carlos, no tienes que preocuparte por ella, solo fue algo de una noche, pero no mentiré, merecía esa noche y lo disfrute. —Victoria no hablaría de la culpa y lo vacía que se había sentido después, porque era algo que no debería de importarle al madrileño.
—Entiendo, solo quiero que sepas que al final del día quiero que seas feliz con quien quieras estar. —Victoria rodó los ojos porque en realidad le parecía lo más lindo que había escuchado.
—Yo igual. —Victoria dijo con un toque de dolor. —¿Sabes? También puede ser una C de cabrón para cuando me haces enojar. —Victoria terminó riendo por su mal chiste mientras Carlos la miraba mal. —O C de Charles si de verdad me haces encabronar.
—Siempre siendo mala conmigo. —Carlos dijo en forma de broma. —Pero acepto el significado que quieras darle, siempre y cuando para el público sea C de Carlos.
La rubia lo volteó a ver al piloto quien tenía una sonrisa tímida en la cara y jugaba con sus manos.
—¿Lo pongo yo? —Victoria preguntó abriendo el collar y Carlos supo que debía de actuar.
—No, permíteme.
Victoria no llevaba collar esa noche, solamente unos pendientes que iban con su vestido negro, así que podría ponerse su nuevo accesorio sin problemas.
La rubia se dio la vuelta y alzó su cabello para que Carlos la ayudara a pasar el collar y luego, comenzar a ponérselo, pero el seguro era tan pequeño que Carlos se estaba tardando más de lo que quería.
Victoria, por otro lado, parecía que de los nervios estaba sosteniendo la respiración. Lo que debía de tomar unos segundos, Carlos lo estaba prologando y ella había comenzado a sentir ese sentimiento de querer salir corriendo.
Era un amor odio que sentía, porque odiaba tenerlo tan cerca de ella, Carlos estaba tan concentrado peleando con el seguro del collar que no se daba cuenta que estaba respirando prácticamente sobre ella y eso la volvía loca.
—Ya quedó. —Carlos se alejó y ella volvió a darle la cara, pero Victoria no podía verlo a los ojos porque estaba completamente sonrojada.
—Ven, vamos com Rupert, el pobre no puede solo con Lucía y Caco. —Y sin esperar respuesta de Carlos fue hasta donde estaba Rupert.
Carlos fue hasta donde estaba Caco y comenzó a ver en que podía ayudar, después de un rato, Rupert decidió irse al bando de los chicos.
—Lindo collar. —Fue lo primero que dijo Lucía.
—Regalo de Carlos, idea tuya. —Victoria respondió sin ganas.
—Asegúrate que te tomen fotos con él hoy. —Victoria asintió y Lucía le regaló un guiño.
En ese momento, solo una camioneta llegó, se supone que serían dos, pero para este punto, una servía, así que todos se subieron y se pusieron de camino a la cena.
Victoria iba revisando su maquillaje por un espejo mini que sacó de su bolso.
—Te ves bien. —Carlos dijo al ver que por alguna razón, la cantante se veía nerviosa.
—¿De qué hablas? Me salió un grano enorme aquí. —Victoria señaló un costado de su frente.
—Oh sí ya lo veo, es enorme ¡Dios! —Carlos le dijo para molestarla mientras ella le daba un golpe en el brazo. —Vic, es broma, ni siquiera lo he visto. —Él dijo riendo a carcajadas porque había logrado su cometido.
—Eres detestable. —Ella dijo refunfuñando y tratando de acomodar su cabello de forma que esa imperfección en su cara no se notara.
—¿Comiste mucho chocolate? —Carlos preguntó y ella rodó los ojos.
—Oh Carlitos, ojalá fuera tan sencillo como eso, pero no, esto es porque ya me va a bajar. —Carlos asintió.
—En ese caso, no te estreses, creí que habíamos quedado en que no intentarías ser tan perfecta todo el tiempo. —Ella lo miró mal mientras guardaba su cabello.
—Es como si me pidieras que dejara de respirar. —El piloto rodó los ojos.
Era cierto, Victoria siempre tenía que ser, hacer y tener todo perfecto.
Después de un rato, llegaron a donde la cena sería, al salir no había mucha gente, pero algunos fans esperaban por ellos. Carlos la ayudó a salir y los flashes fueron directo a donde ella estaba, siempre captando la atención de todos.
Carlos firmaba lo que podía con una mano y la otra sin soltar la mano de su novia y por supuesto, sin dejar de caminar, porque si lo hacía, podrían retenerlo horas.
Una vez que entraron los 5 comenzaron a saludar a todos, la mayoría de los trabajadores de Ferrari felicitaban a Carlos por la excelente carrera que había hecho y por su extensión de contrato.
También se les acercaron hombres los cuales tenían el poder en aquella empresa, y Victoria comenzaba a sentirse agobiada.
Victoria saludaba amablemente a todos los que se acercaran a ellos y no dejaba de escuchar comentarios como:
"Que buen muchacho conseguiste, jovencita"
"Uno de los mejores"
"Carlos, eres un hombre con suerte." Ese comentario no le hubiera molestado tanto si el hombre no le hubiera dirigido una mirada lasciva.
—Ahorita vengo. —Victoria le susurró a Carlos mientras el piloto hablaba con algunas personas de temas que ella no entendía. —Con permiso.
Victoria se separó de él y fue directo a la barra, donde encontró a un monegasco, aun con una mala cara engullendo alcohol sin reparo alguno.
—¿Me invitas un trago? —Fue el saludo de ella, Charles sonrió y pidió un trago para la recién llegada mientras ella lo recibía con una sonrisa. —Gracias.
Charles desvió su mirada hasta donde estaba Carlos, siendo rodeado por demasiadas personas.
—Ahora entiendo por qué huyes. —Charles habló. —¿Siempre que está con gente te alejas?
Ella sonrió, Charles comenzaba a conocerla también.
—No mentiré, me estresa tanta gente, además, me gusta que reciba atención, no solo yo la merezco. —Eso hizo reír al piloto y Victoria rió con él. —La pregunta es ¿por qué tú estás aquí y no rodeado de gente como él?
—No fue un buen fin de semana para mí, además yo sí llegué temprano, a diferencia de ustedes. —Ella rodó los ojos.
—Fue culpa mía. —En parte era cierto. —Bueno, y culpa de los autos.
—Lo imaginé. —Los dos sonrieron.
—Pero, ya en serio ¿qué tienes? ¿Sigues triste por la carrera? —Charles negó cabizbajo.
—No quiero hablar de eso, pero no es sobre la carrera. —Ella podía reconocer un corazón roto a kilómetros y Charles tenía uno. —Es algo más íntimo.
—Supongo que de cierta manera estamos igual. —Ese comentario distrajo a Charles, además de la rara interacción en el podio que presenció, la relación de las estrellas parecía ir viento en popa.
—¿De qué hablas? Todos los aman y parecen muy felices. —Charles frunció el seño y la rubia le regaló una sonrisa llena de tristeza, ¡oh si tan solo la dejaran decir todo lo que sentía!
—Yo tampoco quiero hablar de eso. —Él asintió, al parecer si se estaban entendiendo. —Venga Charles, estás muy triste y no me agrada verte así, ¿sabes que lo cura? —Él negó. —Un buen tequila y un hombro para llorar, ya tienes mi hombro, falta el tequila.
Victoria le pidió al barman shots de tequila, limón y sal.
—Te voy a enseñar a reírte de tus desgracias, muñequito de pastel, solo así podrás avanzar. —Victoria le dio dos shots para él y otros dos para ella. Luego le explicó cómo tomarlos.
Charles casi escupe su bebida al escuchar cómo la cantante lo había llamado. ¿Muñequito de pastel? ¡Oh Dios! Entendía por qué Carlos siempre la mantenía a su lado y escondida de los demás en el paddock, Victoria era todo un fenómeno.
—Dios mío Vic, me agrada que vinieras, contigo en estas cenas jamás me aburriré. —Charles se tomó el primer shot junto con ella, pero entonces la curiosidad le ganó al piloto. —¿Pelearon por Cleo?
La cantante que también se estaba terminando el primer shot lo volteó a ver divertida.
—No. —Charles no se tragaba su intento de mentira. —Bueno, algo por el estilo, pero no es nada que no se pueda arreglar.
—Recuerdo que vi a llorar a Pierre cuando Cleo se fue, entiendo que pueda ser difícil de superar. —Charles no tenía ni la menor idea de lo que decía.
—¿Pierre lloró por Cleo? Oh Cariño, me siento mal por él. —En ese momento, el monegasco y la mexicana se voltearon a ver para soltar una carcajada.
—Por favor no le digas a nadie que te lo dije o va a matarme.
—Nada sale de aquí. Salud. —Los dos tomaron el segundo shot y chocaron sus diminutos vasos.
Después de varios shots más los dos estaban algo ebrios, considerando que victoria no había comido mucho para poder estar con hambre en la cena.
—Y entonces, mi hermano vomitó en tooooda la sala, le habían hecho daño los mariscos y era la primera vez que nos presentaba a su novia y a su familia. —Charles le contaba una historia vergonzosa de su familia.
—Ay no, debió sentirse horrible.
—Considerando que mi hermano Lorenzo y yo estábamos tratando de no reírnos, sí supongo que fue horrible para él.
—¿Tienes otro hermano?
—Sí, es el mayor, yo soy el de en medio y Arthur es el menor. ¿Tú?
—No, soy hija única.
—Salud por eso. —Estaba claro para Victoria que Charles estaba más ebrio que ella.
—¡Salud!
Después de un rato, Rupert y Andrea llegaron con ellos y siguieron bebiendo, riendo y hablando, ocasionalmente, hablaban en italiano por el alcohol y aunque ella lograba entender lo que decían, había palabras que se le perdían, pero las risas no dejaban de sonar.
Carlos había terminado de estrechar manos y saludar a la gente y fue hasta la mesa donde se suponía les tocaría, ahí estaban Lucía y Caco hablando tranquilamente con una pareja más que estaba ahí.
—¿Y Victoria? —Fue lo que dijo Carlos, pues para cuando se había dado cuenta que se había alejado de él ya no había regresado y no sabía donde estaba la cantante.
—Está por allá. —Y Lucía señaló a una mesa del bar, de esas mesas altas, pero minis, sin sillas donde la gente iba a tomar y fumar. —Deberías traerla, la cena ya está por comenzar y esa mujer no ha comido nada en toda la tarde, así que no dudo, que el alcohol se le suba más rápido que normalmente.
Ella estaba con Andrea, Rupert, Charles tomando y riendo, desde donde estaba podía ver que los 4 ya llevaban bastantes tragos de más. Sin pensarlo, fue hasta donde ellos estaban.
Se tardó más de lo que creía, porque lo habían detenido en el camino, pero por fin llegó hasta ellos y automáticamente se colocó a un lado de la cantante poniendo una de sus manos en su cintura atrayéndola a él, era como "marcar territorio", sabía que no debía de hacerlo y ahora que él había regresado con Isa, ella podía volver a acostarse con quien quisiera, pero era difícil para él aceptarlo, debía de hacerlo, así que la soltó y se alejó un poco, Victoria apenas había notado eso.
—¡Carlos! —Todos estaban felices de verlo, pero el madrileño sabía que era más por el alcohol que por otra cosa.
—Hola, veo que se divierten sin mí. —Carlos sonrió tratando de contener su risa al ver el show de los 4.
—Como crees amigo, ten, uno para ti. —Charles le puso un shot frente a él y supo que sería difícil ponerlos sobrios.
—Chicos, creo que la cena está por comenzar, ¿por qué no vamos a la mesa? —Todos asintieron.
Victoria entrelazó su brazo con el de Carlos y le susurró al oído. —Ayúdame a caminar, creo que no debí de ofrecerle a Charles tanto tequila.
—¿Así que eso es lo que has estado bebiendo? —Carlos preguntó divertido mientras ella asintió. —Eres un desastre, preciosa.
—Dime algo que no sepa, guapo. —Las dos estrellas caminaron hasta la mesa, donde Charles y ella tomaron asiento juntos.
—¡Yo con Charles! —Victoria gritó sin importarle si se veía mal y corrió hasta donde estaba el monegasco.
Victoria no pensaba abandonar a su compañero de borrachera y Carlos se tuvo que resignar.
Caco le tuvo que cambiar el lugar a Carlos para que él quedara al otro lado de la cantante.
La cena comenzó, no sin antes unas palabras de los jefes y un brindis, Carlos le quitó la copa a la rubia, pues consideró que ya había tomado demasiado, pero sí conocía a Victoria, sabía que eso no iba a detenerla, pues ella robó la de Charles y Charles robó la de la persona a su lado.
Todo continuó normal, pero en realidad, Carlos se la pasó estresado pues Charles y Victoria estaban completamente ebrios y aunque no hacían nada malo, cuando alguien está borracho se notaba, estaban risa y risa jugando con su comida.
—Mira el sombrero de ese tipo, es horrible. —Charles señalaba a lo lejos a un sujeto que iba caminando.
—Tal vez sea calvo, la única razón para llevar un sombrero tan feo. —Carlos espera que nadie más los hubiera escuchado, pues era uno de los más grandes patrocinadores del equipo.
Ninguno había comido nada además de pan, Victoria había inspeccionado lo que les habían servido y había probado un poco de la pasta, pero estaba tan entretenida contándole en español a Charles no sé que historia sobre la vez que se perdió en Italia que se distraía y no comía; y Charles asentía y le respondía en Italiano, por alguna razón, a pesar de eso, los dos se estaban entendiendo y teniendo la mejor plática de sus vidas.
Charles fue a pedir más bebidas, no sabía que le estaba pasando a su compañero, él normalmente no tomaba de esa manera tan desenfrenada, pero no le gustaba que estuviera arrastrando, de cierta manera a Victoria, aunque probablemente Victoria tenía sus propias razones para beber y estás tenían nombre y apellido.
La cena terminó y antes de que Charles pudiera ofrecerle más alcohol a la cantante, Carlos le habló.
—Victoria, vamos a bailar. —El madrileño se puso de pie jalando a su pareja hasta la pista de baile.
En cuanto Carlos se levantó hizo que victoria igual se pusiera de pie y comenzara a caminar hacia la pista de baile.
—Pero Charles... —Ella señaló a su amigo que se había quedado en la mesa a lo lejos.
—Charles no irá a ninguna parte, estoy seguro que puedes bailar conmigo una canción. —Y sin replicar más, ella lo siguió.
Llegaron hasta el centro del salón, la música no era completamente lenta, pero tampoco era lo suficientemente rápida, era tranquila lo suficiente para estar cómodos.
—¿Estás bien? ¿Por qué sigues aceptándole las bebidas a Charles? —Carlos jamás la había visto tan ebria.
—Porque está triste. —Victoria arrastraba las palabras para este punto.
Carlos era quien marcaba el ritmo, y básicamente la cargaba porque Victoria solo estaba ahí moviéndose como Carlos le dijera.
—Lo siento por él, pero eso no explica por qué quieres estar igual de ebria que él. —Carlos sostenía a Victoria, un brazo en su cintura y su otra mano entrelazada con la de la cantante, para todos los que los vieran eran la imagen de una relación perfecta.
—Porque estoy triste. —Ella admitió sin pena por el alcohol.
Carlos prefirió no decir nada más, era la primera vez que ella mencionaba su estado de ánimo, sabía que todo había cambiado precipitadamente entre ellos y ella no lo había demostrado después de la gran pelea que habían tenido.
Victoria se había mantenido estoica y guardando sus emociones como normalmente recurría a hacer, pero como cualquier olla de presión, en algún momento podría explotar.
Además como la gente dice, los borrachos y los niños siempre dicen la verdad.
—Vamos, Vic, esa no es forma de ponerte feliz.
—Tal vez no, pero Charles necesita un amigo y los amigos se ayudan cuando están tristes y Charles está triste y yo también. —Carlos rió débilmente mientras seguía bailando con ella.
—¿Y tú serás ese amigo? —Ella asintió eufórica.
Luego, la canción cambió a algo más lento, Lucía y Caco habían llegado a la pista para acompañarlos junto a las demás parejas que estaban ahí pero Carlos y Victoria no le hacían caso a nadie más.
Carlos seguía bailando con Victoria en completo silencio, la rubia, por otro lado, estaba comenzando a marearse, así que la forma de evitarlo, fue recargando su cabeza en el pecho de su pareja y cerrando los ojos.
Carlos era quien seguía llevando el paso, ella solo se dejaba llevar y aunque sobria hubiera disfrutado de ese contacto con el piloto, en está ocasión solo trataba de no caerse. Carlos por otro lado, trataba de distraer a la cantante lo suficiente para que se le olvidara su objetivo de acabar con el alcohol de Italia, pero no era problema para él porque ¿por qué buscaría soltarla cuando parecía que así era como deberían de permanecer?
—¡Vic! —Charles llegó a interrumpirlos, en sus manos tenía dos botellas de champaña.
—¡Charles! —Victoria levantó su cabeza como una suricata y sonrió de oreja a oreja.
—Tenemos que ir por pizza, y yo conozco el lugar indicado.
—¡Vamos! —Victoria se soltó de Carlos, pero el madrileño no la dejaría escapar tan fácilmente para que no siguiera tomando, así que volvió a recuperar la mano de la rubia.
—Vic, no. —Ella volteó a verlo seria, pero Carlos no podía decirle qué hacer.
Él había regresado con su novia sin problema alguno, sin detenerse a pensar en ella, él no tenía un corazón roto que sanar, ella por otro lado... tenía cosas que resolver, y sí, tal vez el alcohol no lo solucionaría nada, pero por una vez en mucho tiempo, quería embriagarse sin pensar en las consecuencias, eso había pensado en un segundo, pero era un pensamiento que en realidad jamás había abandonado su cabeza, aunque tal vez Vic no estuviera del todo correcta.
—Voy a ir con Charles a buscar pizza, puedes venir si quieres pero no voy a quedarme. —Y con eso último ella soltó la mano de Carlos.
Carlos se quedó en medio de la pista mientras veía a los dos jóvenes irse, algo que a veces Carlos pasaba por alto es que él casi llegaba a los 30, mientras que Victoria iba iniciando sus 20s, al igual que Charles, es por eso, que tal vez se llevaban tan bien, lo mismo pasa con ella y Lando o Yuki. Para Victoria, entablar una amistad con ellos había sido fácil mientras que con él, no tanto.
—Voy a ir con ellos, no les vaya a pasar algo. —Carlos les dijo a Caco y Lucía que se habían acercado a ver qué había pasado.
—Vale, cualquier cosa mándanos un mensaje o llámanos. —Caco le dijo mientras Carlos iba rápido por su saco y sus cosas, para seguir a las dos personas más escurridizas que había conocido.
No fue difícil encontrarlos, los dos estaban caminando por la calle, cada quien tenía una botella de champaña, iban hablando y riendo, no quería interrumpirlos, porqué en el fondo quería saber que les había sucedido y de que hablaban.
—¿Sabes? No soy tan fan de los perros, tienen mucha energía.
—¿Solo tienes a tu gato gordo? —Charles preguntaba mientras ella asentía.
—Extraño a mi gato, se quedó en el hotel.
—¡Oh Vic! La extraño tanto. —Charles se quejaba amargamente.
—Lo sé Charles. —Victoria tomaba mientras le daba su apoyo al monegasco, no tenía ni menos idea de quien hablaba. —Lo entiendo.
Carlos se acercó más y les hizo saber que estaba ahí para no asustarlos.
—¡Carlos! Mate, viniste. —Charles sonrió y le ofreció su botella pero él se negó. —Genial, más para mí.
Victoria volteó a verlo y le regaló una de sus distintivas sonrisas.
—Que bueno que llegaste. —La rubia fue hasta donde estaba Carlos y comenzó a caminar a su lado tomando el brazo del piloto.
—Supuse que necesitarían un chaperón. —Carlos no podía ser tan severo con ellos cuando parecían niños pequeños, claro, si los niños pudieran embriagarse.
—Siempre salvándome, oh Carlos, ¿qué haré cuando nos tengamos que separar? —Ella preguntó divertida y un tanto burlona sin saber que Charles se detuvo a escucharlos por un momento, ¿a qué se refería ella?
—Sé que podrás salir adelante sola. —Las calles estaban vacías, pero alumbradas.
—Oh de eso estoy segura, pero estaré tan sola. —Victoria rió triste. —Te voy a extrañar mucho, guapo.
—No me he ido a ninguna parte. —Carlos dijo viéndola, a pesar de la noche, Carlos podía ver que sus ojos brillaban.
Ahora ella había seguido hablando sin bromear.
—Pero lo harás, y yo... yo te voy extrañar demasiado, siempre salvándome, aún cuando no te lo pedía y cuando no lo merecía. —Ella sonrió y antes de que Carlos pudiera responder algo, Charles se detuvo.
—¡No! Se supone que siempre abren, carajo, la pizzería era esta. —Charles se quejó amargamente.
Los tres tenían su mirada en un establecimiento que estaba cerrado, habían llegado a una plaza, donde todo estaba cerrado y solo estaba alumbrado por la iluminación de la calle.
—Les dije que no se fueran. —Carlos no pudo evitar regodearse.
—Amargado. —Victoria dijo riendo.
—Sí, eres un aburrido.
La cantante estaba claramente ebria y Carlos nada más se divertía viéndola. Charles estaba peor que ella, si es que eso fuera posible, Carlos aunque estaba algo mareado porque no había bebido demasiado, era el más sobrio de los tres y tendría que cuidarlos.
Charles estaba dando vueltas por la plaza vacía ahora que se había quedado sin pizza.
—¿Por qué me ves así? —Carlos dijo al ver que no se podía quitar la vista de la cantante de encima.
Victoria estaba borracha lo sabía, pero no era tonta, sabía que lo que estaba pensando era algo malo, pero no podía quitarse ese pensamiento de la cabeza, no con Carlos ahí, no con Carlos ¡Siempre ahí!
—Nada.
—Vamos, sé que estás pensando en algo importante ¿todo bien? —Carlos desvió un poco su mirada al ver que Charles se había sentado en el suelo un rato, debió de haberse cansado de correr, pero estaría bien sin ellos por un rato.
—¿En verdad quieres saber? —El piloto madrileño asintió.
Victoria guardó silencio un minuto, alzó su cabeza y luego regresó su mirada a él, había viento, y ese mismo viento movía su cabello, su peinado se había desecho y para Carlos, así se veía mejor, se veía como Victoria y no una estrella pop, ella no tenía frío por el alcohol en su cuerpo pero el clima era frío, además de que el brillo de collar volvió a tomar atención.
—Pensaba en que no recuerdo nuestro último beso. —Eso puso en alerta a Carlos, más alerta si se podía decir.
—¿A qué te refieres? —Carlos frunció el ceño tratando de comprenderla.
Victoria podía haberse detenido pero una parte de ella no quería, su parte egoísta.
—En eso, pensaba que ambos decidimos terminar lo que sea que tuviéramos, pero que no recuerdo la última vez que me besaste. —Victoria tragó saliva y volvió a hablar. —Me gustaría recordarlo. Tal vez si hubiera sabido que sería el último, lo hubiera disfrutado más.
>>Si hubiera sabido que sería el último lo recordaría. —Victoria dijo con seguridad.
Carlos sonrió con tristeza, él por supuesto que lo recordaba.
El madrileño comenzó a relatar, esperando que ella pudiera recordar con eso.
—Fue en Mallorca, yo había amanecido en tu cama porque habíamos pasado la noche juntos, te abrace por la espalda para despertarte y comencé a besar tu cuello. —Carlos tragó saliva, Victoria bebió más alcohol de la botella que Charles se había robado para ella. —Despertaste y te dije que mi familia iría a correr, me dijiste que habías hecho suficiente cardio. —Las dos estrellas rieron débilmente. —Te dije que estaba bien, que podías quedarte a dormir y me levanté, luego fui hasta donde estabas y te di un beso de despedida, fue un beso casto, nada del otro mundo, tal vez porque yo tampoco sabía que sería el último.
Victoria estaba tratando de no llorar, porque seguía sin recordarlo todo, solo la idea.
—¿Puedo pedirte algo? —Victoria dijo en una voz apenas audible.
Carlos y ella estaban frente a frente, la luna los alumbraba, Charles seguía en el suelo, pero además de él la plaza estaba desierta. Sus voces eran susurros.
Carlos asintió.
—¿Puedes darme un beso? —Victoria había perdido la cabeza, sabía que él estaba con Isa o que al menos lo estaban intentando y buscaban formalizar algo de nuevo, pero solo quería eso, un beso de Carlos para recordar y guardarlo para ella por siempre.
—Vic... —Carlos apenas podía hablar, negarse a ella era su debilidad, nunca podía hacerlo y nunca había entendido por qué.
—Prometo que no pediré nada más, solo quiero un beso y volveré a ser la buena novia falsa. —Carlos sentía un poco lástima por ella, pero no era lástima, porque él también se sentía triste, él también quería un último beso para poder superarla. —Y prometo que no lo volveré a comentar, será nuestro último secreto y así podré dejarte ir.
Porque eso era lo que Victoria quería, un último beso para superar a Carlos.
El piloto quería decir que no, pero mentiría porque él tampoco recordaba muy bien los labios de Victoria, y por última vez le gustaría probarlos, pero no más. Dios, Victoria podía hacerlo pecar y lograr que se lo llevara el mismo diablo y él la dejaría hacerlo si eso le aseguraba que ella sería feliz.
Carlos dio un paso para adelante, era lo único que necesitaba para acortar la distancia entre ellos, luego, delicadamente tomó a la cantante entre sus brazos, estaba fría por el viento, claro que ella no sentía eso, ella estaba que ardía, ya fuera por el alcohol o por el contacto de Carlos.
Carlos colocó una mano en la cintura de Victoria y con la otra tomó la cara de ella, con su pulgar acarició su mejilla delicadamente, ella sonrió tímida, Carlos le devolvió la sonrisa y se acercó a ella para comenzar el beso.
Era un beso tierno, Victoria había puesto sus manos frías detrás de la nuca del piloto haciendo que un escalofríos lo recorriera por toda la espalda, acercándolo más a ella si es que eso era posible, y jugando con el cabello de Carlos, siempre había disfrutado de jugar con su cabello de príncipe y despeinarlo.
Carlos sonrió sobre sus labios al sentir como ella lo despeinaba, los dos respiraron por un segundo para continuar con aquel beso prometido, Victoria se sintió desfallecer cuando Carlos avanzó con el beso haciendo que ella recibiera su lengua, pero accedió, el madrileño sintió el sabor de la champaña burbujeante en su boca, y ahora su mano fue hasta el cabello suave de la cantante, porque si de despeinarse se trataba, los dos podían jugar ese juego, ahora quien sonrió fue Victoria, amaba a ese hombre con cada fibra de su cuerpo y por un momento le hubiera gustado poder congelar el tiempo y quedarse entre sus brazos para siempre.
Después de un rato se separaron y ahora Victoria recordaría ese beso para el resto de su vida, soñaría con ese beso esperando poder encontrar algo así con alguien más.
Carlos y Victoria se separaron, y se miraron directo a los ojos, ella sonrió dándole las gracias sin decir nada y Carlos hizo lo mismo, entre ellos ya no eran necesarias las palabras.
Ahora Victoria podía continuar su vida, podría dejarlo ir ser feliz y ella podría superarlo.
Charles en ese momento hizo algo que captó la atención de las dos estrellas haciendo que ambas salieran de su transe.
¡Charles se había metido a la fuente de la plaza!
—¡Charles! —Los dos gritaron corriendo hasta donde el monegasco estaba.
Victoria y Carlos estaban en la orilla de la fuente, fuente que estaba apagada pero completamente llena.
—¡Carlos!
—¡Charles!
—¡Victoria! —El monegasco respondió igual que la primera vez.
—Ven acá, mate, creo que ya bebiste suficiente. —Carlos le decía estirando sus brazos pero Charles se había metido por completo a la fuente.
—Soy un imbécil, le mandé un mensaje a mi ex y luego aventé mi celular, tengo que recuperarlo. —Charles decía tratando de ver donde estaba su celular, pero era imposible, el fondo no se veía y estaba muy oscuro para que desde afuera se notara.
—Charles, ya déjalo, no creo que resista el agua. —La rubia le dijo, pero no podía juzgarlo, ella estaba enamorada de un hombre que nunca fue su novio, no en el sentido real.
—No, es que en mi funda viene... viene algo importante ¿ok? —Victoria se quitó los tacones y luego se terminó la champaña, a ver si eso le daba más calor, dejó la botella a un lado de sus zapatos y se metió a la fuente.
Prendió la lámpara de su celular y comenzó a ayudarle al monegasco.
—¡Victoria! —Carlos no se había dado cuenta de lo que ella había hecho hasta que ya estaba adentro.
Esos dos van a sacarme canas, Carlos pensó mientras veía a los dos amiguitos de borrachera caminar por toda la fuente como gallinas sin cabeza, de un lado a otro.
Carlos se quitó el saco y los zapatos, los dejó junto a las cosas de Victoria y también se metió, esperaba convencerlos de salirse, pero sus dos amigos no estaban pensando con claridad.
El agua estaba helada y los tres lo sabían, Carlos quería matarlos por hacerlo meterse, porque parecía que ellos no sentían el frío.
—Creo que está por acá. —Charles dijo y Victoria corrió a alumbrarlo.
—No lo veo, Charles. —Ella dijo, claro que el movimiento que ellos causaban en el agua, no ayudaban, además de que su vestido estaba pesado y la jalaba hacia abajo.
Charles siguió buscando al igual que Victoria, Carlos solo se había metido para ver si podía sacarlos, tal vez si primero tomaba a Victoria y la cargaba hasta afuera, luego podría sacar a Charles y hacer lo mismo.
—Ya sálganse, nos harán meternos en problemas. —Carlos decía siendo la voz de la razón, voz que los otros dos habían decidido ignorar.
Victoria y Charles se habían separado de nuevo, Victoria buscaba tratando de ver si de pura casualidad pisaba el celular, pero el piso estaba algo resbaloso, esperaba no agarrar un maldito hongo, ahora que parecía que con el frío, comenzaba a pensar con claridad, Charles todavía no.
—¡Está aquí! —Victoria gritó al sentirlo debajo de su pie.
Carlos fue hasta ella, y al correr hizo que los dos cayeran por completo haciendo que se empaparan, Charles llegó hasta ellos y también se metió logrando tomar su celular por fin, el de Victoria se había mojado, de nuevo. Ella maldijo en voz alta en español.
—¡Puta madre!
Ahora, Victoria, Charles y Carlos estaban empapados, con frío y sin saber qué hacer.
Parecía que con sus gritos habían llamado la atención de alguien.
—Oficiales. —Dijo Carlos en italiano a unos hombres que no se veían muy felices con ellos dentro de la fuente.
—Salgan. —Victoria no sabía italiano, pero sabía cuando estaba en problemas. —Vendrán con nosotros.
—Vamos, no hicimos nada malo. —Charles dijo mientras Carlos lo fulminaba con la mirada.
—Si no quieren que los esposemos, será mejor que vengan con nosotros sin rechistar. —Su compañero habló.
—Pero...
—Ni hablen, que beber en la calle y dañar la arquitectura de la ciudad es delito.
—¡No dañamos nada! —Carlos gritó.
—Se metieron a una fuente de más de 200 años, nosotros seremos jueces en sí la dañaron o no. —Los oficiales dijeron y los escoltaron hasta la patrulla.
—¿Acaso no sabe quien somos? —Charles habló todavía algo ebrio, no con un tono altanero, más bien tratando de decir: "mírenos, somos sus amigos de Ferrari" —Somos pilotos, para el mejor equipo.
Los dos oficiales se voltearon a ver.
—Sabemos quienes son, pero no nos gustan las carreras.
—¡Vamos! ¿A quién no le gustan las carreras? —Charles volvió a hablar incrédulo.
—A nosotros, ustedes creen que por ser celebridades pueden hacer lo que quieran y eso no me agrada. —Uno de los oficiales los miró, estaban hablando fuera de la patrulla.
—Por favor, solo nos iremos y nos olvidaremos de esta noche. —Carlos dijo esperando que a él le hicieran más caso.
—No.
Charles y Carlos habían seguido tratando de hablar con los oficiales, pero no les hicieron caso, dijeron que en la comisaría se arreglarían las cosas, Carlos le dió el saco a Victoria quien iba descalza y muerta de frío por su vestido escurriendo, luego él tomó los tacones de ella y los llevaba en la mano.
Los tres se subieron en la parte trasera de la patrulla en completo silencio, pues el oficial de policía no los había dejado hablar. Llegaron a la comisaría, había pocos oficiales, todos se les quedaron viendo mientras los dos oficiales que los habían arrestado los metían a una celda común.
—Queremos hacer una llamada. —Carlos dijo mientras los tres entraban a la celda en el fondo de la comisaría. —Ya estarán contentos, nadando a estas horas de la noche y gritando por todos lados.
El madrileño estaba molesto, Charles y Victoria se habían sentado y se habían reído de él en cuanto los volteó a ver, luego a Carlos le dejaron ir a hacer su llamada.
—¿Qué es lo que tenías en la funda de tu celular? —Victoria preguntó viendo a Charles tratando de secar su celular en vano, él estaba igual de empapado.
Charles sacó una foto, era con su padre cuando cumplió años, estaba plastificada, entonces no se había maltratado.
—Lindo ¿es tu padre? —El monegasco sonrió.
—Él falleció, nunca me vio en Fórmula 1. —Dijo y Victoria lo vio a la cara. —Lo extraño.
—Es lindo, yo... yo... yo no tengo papá. —Victoria trataba de hacer sentir mejor al monegasco, pero solo hizo que él la viera con una cara de sorpresa.
Luego, ambos estallaron en una carcajada.
—¿Quieren callarse? Trato de hacer que nos saquen de aquí. —Carlos de nuevo los regañó como niños chiquitos y ellos trataron de aguantar su risa.
—¿Por qué no tienes papá? —Ella se alzó de hombros indiferente.
—No lo sé, nunca quiso tener una relación conmigo después del divorcio, pero estoy bien creo, bueno, eso si no cuentas que siempre salgo con gente mayor ¿verdad? —Charles volvió a reír, pero está vez más bajo. —Tú fuiste afortunado, siento que hayas tenido poco tiempo con tu padre.
—Gracias, la verdad es que sí lo fui, si llego a ser la mitad de buen padre que él sé que hice algo bien en la vida. —Victoria sonrió.
Era bueno saber que ella no era la única con Daddy Issues, Carlos también tenía los suyos, pero los de él eran diferentes, él si tenía papá.
Carlos fue hasta ellos y se sentó a un lado de la cantante, Charles estaba del otro lado viendo la foto de su padre en silencio. Victoria recargó su cabeza en el brazo de Carlos, se estaba quedando dormida, el piloto madrileño la volteó a ver sin moverse demasiado para no espantarla.
Pensaba en su beso, beso que él no olvidaría jamás, pensaba en que no volverían hablar al respecto y luego comenzó a pensar en Isa, sabía que lo que había hecho estaba mal, pero si no se volvía a repetir, él podría continuar con su relación ¿no? No había sido muy diferente a los besos que se tenían que dar frente a las cámaras, ¿pero a quién trataba de engañar? Él sabía que ese beso no había sido uno cualquiera, tenía que decirle y ser honesto con ella, dejarla decidir sobre esta situación y seguir adelante, tenía que comenzar a actuar diferente, actuar honradamente.
En ese momento dos personas en pijama entraron a la comisaría y los tres se pusieron de pie.
—¡¿La prisión?! ¡¿Así es como terminaron la noche?! ¡En la prisión! —Esos gritos eran de Lucía.
—Técnicamente es la cárcel. —Victoria dijo y supo de inmediato que debió quedarse callada, por la mirada de Lucía.
—Será mejor que no hables. —La rubia obedeció. —¿Cómo es posible que termines en la cárcel italiana?
—No fue a propósito. —Victoria volvió a replicar.
—Te dije que no hablaras. —Y luego la castaña se alejó para ver qué podía hacer para sacarlos de ahí.
—Chicos, ¿qué pasó? Vamos, eso no estuvo bien. —Caco habló serio.
Era chistoso, Lucía era la madre estricta mientras Caco era el padre divertido en esa situación.
—Será mejor que los dejen salir de inmediato, y más vale que no haya fotos de esto, porque si las hay, voy a hacerlos sufrir. —Lucía los amenazó y Charles, quien no estaba acostumbrado a la agente de Victoria se asustó.
—Creí que dijiste que querías fotos de nosotros. —Victoria contesto retando a la castaña, como siempre lo hacía mientras reía.
—Victoria. ¡Que no hables o no te dejaré salir de tu habitación!
Luego de esa amenaza, Lucía fue a hablar de nuevo con el oficial de policía para ver que los dejaran salir sin problemas.
Caco se había quedado con ellos detrás de las rejas mientras negaba con la cabeza al ver el estado en el que estaban.
—Esa mujer me da miedo. —Charles dijo estando de pie entre las dos estrellas mientras que la parejitas asentía mientras no decían nada y la veían ir a hablar con los oficiales.
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Si hay EXTRA
Hello, espero les haya gustado este cap, la verdad lo terminé a la mera hora, espero que si encuentran errores no me funen
Si gustan ir a desahogarse saben que el instagram siempre está abierto para funa a la escritora, a Vic o a Carlos.
Instagram: JavaddMad
Las amo
Fer <3
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