Capítulo 23 [Twinkies y vino por la madrugada]
Victoria se estaba preparando para el show, Julieta ya se había ido, ahora la cantante trataba de tenerla con ella lo menos posible con ella, solo esperaba que el Olive terminara su acto y ella subiría unos minutos después, Lucía estaba en el sillón mientras ella estaba frente al espejo viendo sus redes, esperando por su llamado al escenario.
En eso, la puerta de Victoria se abrió, no era su llamado, era Olive, parecía ser que ya había terminado, así que en unos minutos ella debía de subir.
—Hola. —Desde el incidente con Julieta no se habían volteado ni a ver si no era necesario, y ahora ahí estaba ella.
Olive estaba sudada y algo despeinada, había dado un buen show como siempre, pero su cara se veía neutral, hasta triste y tal vez, solo un poco más delgada, considerando que la niña ya lo era.
—¿Te perdiste? —El tono de Victoria era duro.
—No, solo pensé si podía hablar contigo. —Lucía y Victoria compartieron una mirada de extrañeza.
Lucía se comenzó a poner de pie, pero Victoria la cortó.
—No, quédate aquí. —Lucía se volvió a sentar. —¿Qué quieres? —Olive cerró la puerta detrás de ella, no quería que nadie las escuchara, después de todo, ya todo mundo sabía que estaban peleadas.
—Quería disculparme, en verdad. —Victoria no dijo nada, solo esperó a que ella siguiera hablando. —No debí de haberte dicho todas esas cosas, y no me gusta que estemos enojadas.
—¡Victoria! Sales en 5. —Ahí estaba su llamado pero Olive no se daría por vencida, por mucho que la rubia frente a ella la intimidara.
—Sé que dijiste que no éramos amigas y lo entiendo, pero no quiero seguir mal. —La castaña estaba jugando con sus manos y mirando hacia abajo. —Por favor, lo siento mucho.
—Vale, te perdono. ¿Feliz?—Victoria era rencorosa, se notaba en la forma tajante en la que contestó y no dejaría que eso se quedara ahí. —Pero si me disculpas, tengo que salir a dar mi show.
—Sí, sí, será mejor que me vaya. —Olive asintió y cerró la puerta, dio un tras pie mientras se iba, lo que la hizo ver un tanto patética.
—¿Y a esa que le pasa? —Victoria comenzó a despotricar con Lucía. —Venir, aquí, y disculparse como si nada, ¿Qué esperaba? ¿Que nos dieramos un beso? ¿Nos trenzáramos el cabello y nos riéramos de lo que pasó?
Lucía dejaba que Victoria se desahogara, pero lo cierto era que a Victoria le afectó mucho que Olive dijera todas esas cosas sobre ella, había jugado con sus inseguridades y ahora trataba de protegerse.
—Hugo se fue. —Lucía sacó su celular y comenzó a revisarlo, como si la información que le estaba dando a la cantante no fuera tan importante. —Tiene otros clientes que revisar, sabes que él no es exclusivo, así que me dijeron que le echara un ojo.
—¿Y eso a mí qué? —Victoria no entendía a dónde quería llegar su agente.
—Su cumpleaños fue ayer, se la pasó encerrada en su cuarto. —Maldita sea, Lucía iba a hacer que se sintiera mal por ella.
—Que triste, yo me la pase trabajando en mi cumpleaños. —Vic sonrió burlona.
—¿Ahora quién actúa inmadura? —Odiaba cuando Lucía actuaba como una madre, peor cuando tenía razón. —Solo te diré que a la pobre la hicieron pedirle disculpas enfrente de muchas personas a la mujer con la cual su novio la engañó, novio 7 años mayor, está sola porque su agente se fue y su novio, quien era el adulto a cargo de ella, se largó, aunque si somos sinceras, fue lo mejor que pudo haber hecho, y por último, pasó su cumpleaños número 18 sola encerrada en su cuarto. Sí con eso puedes estar tranquila, vale, no te obligaré a hacer nada, ¿pero no te recuerda a alguien?
—No. —Dijo Victoria mintiendo, porque Olive podría sonar idéntica a ella.
Victoria sabía lo mucho que Olive y ella se parecían, por eso le había dolido tanto todas las palabras que la castaña le había escupido, de cierta forma se sintió como si su mini yo del pasado se las hubiera gritado.
—¿Sabes? Tú mínimo me tienes a mí, cariño. —Lucía dijo guardando su celular y poniéndose de pie.
Era cierto, porque antes de Lucía, Victoria había tenido a Hugo como agente y su vida era un desastre solitario lleno de excesos y malas influencias hasta que ella llegó.
—En verdad, te detesto. —Victoria se puso de pie y salió al escenario mientras Lucía la veía con una sonrisa victoriosa. —Hablaré con la mocosa después del concierto.
Victoria salió al escenario gritando y sonriendo, como siempre, cantó y se divirtió, pero más que nada se desestrezó, su público la hacía feliz, ser adorada y aclamada por todos la tranquilizaban, porque al final del día, si la gente gritaba su nombre ¿quién iba a deshacerse de ella?
El show había sido un éxito, como todos los de la gira hasta ahora, pero no lo sentía así en ese momento, estaba en su cuarto acostada con Bodoque, pensando, ya no había visto a Olive por el resto de la noche peor su mente seguía con ella y no solo con Olive, si no también pensaba en su cumpleaños número 20, lo había pasado sola, sabía el sentimiento.
Antes de que siguiera pensando en ella, su celular comenzó a sonar.
Era Carlos y de inmediato una sonrisa se formó en su cara.
—Hola guapo ¿ya tanto así me extrañas? —Una risa se escuchó detrás del teléfono, pero la risa no era de Carlos.
—Hola Victoria, no sabía que así se hablaban ustedes dos en privado. —Que bueno que Caco no podía verla porque su cara se había tornado de color rojo carmesí.
—¡Caco! perdóname, era una broma.
—Sí claro, Carlos me pidió que te llamara porque él está manejando, te pongo en altavoz.
—Vale. —Victoria se golpeó la frente físicamente, cuando viera a Caco la siguiente vez sería horrible.
—Vic, una pregunta, ¿de pura casualidad no te llevaste una de mis gorras? Es que no la encuentro es muy importante para mí. —Victoria volteó a ver su closet, era un relajo, la ropa solo estaba aventada.
—MMM no, no la tengo.
—¿Revistaste mínimo? —Dios, ¿tanto así la conocía?
—Sí, Carlos sí revise. —Victoria no se había ni siquiera parado de la cama, no quería molestar a su gato.
—Vale, en ese caso te dejamos, por favor si encuentras esa gorra me avisas, es una azul de mezclilla, tiene un chilli grabado. —Era la que le había prestado en Mónaco, o más bien, la que ella se había robado.
—Ok te aviso. —Ella cortó y por un momento se olvidó de Olive, pero no podía seguir así.
—Bodoque, vengo al rato, tal vez, no lo sé, te amo. —La rubia se puso unos tenis mientras hablaba con su gato, quien solo maulló y siguió acicalándose.
Salió directo a la suite de la joven.
Al llegar tocó la puerta, lo hizo dos veces antes de que le abrieran, Victoria al parecer había interrumpido una sesión de llanto, y al parecer Olive tampoco esperaba verla ahí porque se comenzó a limpiar las lágrimas con urgencia.
—¿Puedo pasar? —Olive asintió y se movió para que la cantante pudiera entrar a su cuarto, para después cerrar la puerta detrás de ella. —Linda suite.
Era una completa mentira, la suite estaba patas arriba, estaba peor que la de ella.
Como temía la niña estaba sola, tenía un show de Netflix en pausa y toda su ropa estaba regada, había basura por varias partes, platos de comida que no se habían llevado, aunque no parecía que ella había hecho la intención de comer, le recordaba a su cuarto durante su episodio depresivo.
—Gracias, pero no esperaba a nadie, perdón. —Olive con trabajos comenzó a recoger, pero en realidad sólo aventó su ropa a un rincón y escondió los platos de ella.
—Lo sé, supe que tu cumpleaños fue ayer. —Las dos se miraron un segundo y luego al suelo. A Victoria le estaba costando disculparse, era muy orgullosa.
—Da igual.
—No da igual, los 18 son algo importante, creo, la verdad no celebro mucho mis cumpleaños. —Victoria no sabía que estaba diciendo. —Lo que quiero decir es que lo siento también, dije cosas de las que no estoy orgullosa.
—Solo porque yo te provoqué. —Victoria rodó los ojos, no la dejaba disculparse en paz.
—Olive, no tienes toda la culpa de esto, debí de manejar las cosas mejor, te llamé muchas cosas y entre ellas inmadura pero hasta yo puedo aceptar que también actúe así. —Victoria sacó unos cigarros de su sudadera. —¿Te molesta si fumo?
—No me molesta, y muchas gracias por perdonarme y yo también te perdono. —El llanto regresaba a la castaña. —De nuevo, siento haberte llamado una zorra, la verdad es que no lo pienso... yo no estaba pensando.
Victoria se sintió mal al verla romper en llanto, apenas y se le había entendido la última oración.
—No te preocupes, muchas veces yo tampoco lo hago. —La rubia le dio una pequeña sonrisa que Olive vio como su ventana a una nueva relación con su ídola.
Pero el llanto de Olive no se detenía, era como haber abierto una llave de agua, así que, con cuidado se acercó hasta ella y Victoria la envolvió en sus brazos tratando de no quemarla con su cigarro, Olive se sintió mejor y después de llorar un rato en los brazos de su ídola, se calmó solo un poco, lo suficiente para apartarse de Vic.
—Bueno, sé que tu cumpleaños ya pasó, pero ven te invitó a cenar. ¿Qué se te antoja? —La rubia estaba fumando viendo como Olive no dejaba de llorar a pesar de su abrazo.
—¡Fue el peor cumpleaños! Cené sola, y el imbécil de mi ex novio no dejó de subir historias en un bar con montones de chicas. —Vale, al parecer esto no sería tan fácil.
—¿Ese tipo? Vamos Olive es un imbécil y te lo demostró cuando te engañó, venga, hagamos algo. —Victoria comenzó a buscar en los montones de ropa algo que se le viera bien a la chica, pero cómodo y que no oliera mal. —Mira, ponte esto y vamos a embriagarnos y cenar algo.
—Está bien. —Parecía que el llanto se detenía. —Pero no quiero cámaras.
—Oh, eso está perfecto para mí. Venga, te veo en 20 minutos en el estacionamiento.
Victoria fue hasta su suite, dejó el alimento de su gato disponible, se puso unos jeans rotos, la sudadera la cambió por una chamarra de cuero más apropiada, y ahí, bajo toda su ropa, estaba la gorra de Carlos, decidió ponérsela, ya luego se la daría.
Tomó su bolsa, solo para ir a encontrarse con Olive en donde habían quedado, al llegar, la joven ya estaba ahí, tenía los ojos de tanto llorar y se había puesto la ropa que ella le había dicho.
—No sé manejar. —Dijo la castaña y la rubia rió.
—Yo tampoco, pero ya llamé a alguien.
Tommy se estacionó frente a ellas con una camioneta negra, las dos estrellas subieron y Tommy comenzó a manejar.
—¿Entonces? ¿Se te antoja algo? —Victoria preguntaba mientras miraba las calles de la ciudad en la que estaban.
—Quiero hamburguesas.
—Te gustan mucho las hamburguesas. —Olive asintió y a la cantante no le importó que comiera con tal que lo hiciera, ella sabía lo que era dejar de comer por días.
—Es que nunca me dejan comerlas, y sí me gustan mucho. —Victoria sonrió y le dio las indicaciones a Tommy.
Al entrar al establecimiento les dijeron que Victoria no podía fumar, así que tomaron su comida y se fueron a sentar afuera, al estacionamiento de McDonalds siendo alumbradas por las lámparas del estacionamiento.
—Esto está delicioso. —La castaña decía mientras Victoria asentía tomando de su malteada. —De verdad que odio que no me dejen comer de todo.
—Meh, siempre puedes vomitarlo después. —La cara de la chica se veía espantada. —Era broma, lo siento.
—Me da risa lo que dices, eres muy cínica. —Olive le dio otra mordida a su hamburguesa y se metió algunas papas a la boca.
—Conforme vayas creciendo te darás cuenta que podrás serlo. —Vic rió, no sabía si era un buen consejo pero era lo que ella había hecho.
Tommy las esperaba en la camioneta mientras él comía lo suyo, no quiso interrumpirlas y meterse en su plática.
—¿Fumas? —Victoria le ofreció de su cigarro pero ella se negó.
—Mis padres no me dejan. ¿Puedo hacerte una pregunta? —Victoria asintió. —¿Desde cuándo fumas?
—Creo que comencé cuando tenía 14, tal vez 13. —Victoria miró al cielo recordando.
—¿¡Tus padres no te dicen nada!? —La cara de sorpresa que puso Olive hizo reír a la rubia.
—Mi mamá fue quien me enseñó a fumar. —Vic habló con la boca llena. —Me decía que era para mantenerme delgada y que se me fuera el apetito, también decía que una mujer con clase sabe fumar.
El silencio de la joven hizo que Victoria se diera cuenta que tal vez no todos podían soportar la relación que ella llevaba con sus padres. La gente esperaba que todos los padres fueran pues eso, padres, pero Addison la madre de Vic era diferente, no la culpaba.
—No es mala madre, solo quería que fuera una estrella. No sé porqué, ella decía que porque yo tenía ese "no sé qué" que la gente amaría, desde pequeña me llevó a clases de actuación y a castings para niños actores o concursos de belleza para niñas. —Vic tomó un poco de sus papas y se las metió a la boca.
>>Si no estaba en una audición, pues estaba en clases de baile, canto, alguno que otro instrumento, ballet. Lo que fuera. —Las dos le dieron otra mordida a su hamburguesa.
—¿Y tú padre? —Olive no sabía si estaba cruzando la línea con Victoria pero moría por saber más de su vida. Cada palabra que salía de la boca de Victoria la hacía más interesante a los ojos de Olive.
—En cuanto mis padres se divorciaron él nunca quiso saber más de mí, no hasta que me hice famosa, pero yo no lo busqué, no lo sé, casi no me acordaba de él así que no me importa. ¿Los tuyos?
—Aquí fue al revés, mi familia viene de gente de clase media, fui yo quien les pidió que me llevaran a todas esas cosas, mi madre no quería, pero hasta hace un año que un cazatalentos me encontró, todo fue diferente. —Olive sonrió recordando como todo comenzó.
—¿Entonces te llevas bien con ellos?
—Claro, solo que no me entienden, fue por eso que Adrian era quien se encargaba de mí. —La castaña bajó la mirada al mencionar el nombre de su ex novio. —Él era el adulto responsable de mí.
—Bueno ya tienes 18, ya no lo necesitas. —Victoria trató de hacerla sentir mejor.
—Lo sé, lo extraño. —Si que era como verse en un espejo.
—¿Sabes? Puedo entenderlo, a pesar de lo mucho que Rogelio me lastimó hay días en donde quiero volver a lo que teníamos antes. —Vic se estaba sincerando y Olive lo apreciaba.
—¿Si dejara a su esposa volverías con él? —Olive hizo una pregunta que se había hecho ella misma muchas veces antes.
—¿Por qué lo preguntas? —Vic quiso distraer a la chica porque todavía no tenía respuesta.
—Porque yo sé que si Adrián viniera rogando de rodillas que lo aceptara de nuevo, sé que sería débil y probablemente aceptaría. —Vic rió un poco.
—Al menos eres consciente. —Olive sonrió, aunque no se enorgullecía de su respuesta sentía que podía hablar con la verdad, después de todo, no tenía a nadie más para hacerlo. —Pero a tu pregunta, la respuesta es no, no regresaría con él.
—¿Estoy mal por querer que mi ex vuelva? —Victoria sonrió con lástima ante aquella pregunta.
—Creo que no, la verdad es que no lo sé, los 22 no te dan todas las respuestas.
Las dos mujeres se quedaron en silencio un rato hasta que Olive lo volvió a romper.
—¿Carlos es el amor de tu vida? —Vaya, Olive en verdad quería saber todo sobre su vida.
De nuevo, Vic comenzó a fumar mientras pensaba.
—Tampoco lo sé. —La rubia sacó el humo. —Sé que estoy feliz, y Carlos me ayudó mucho, de formas que no creo que él sepa y que a lo mejor nunca se las diga, pero no sé si es ese gran amor de mi vida.
—¿Por qué dices eso? —Olive frunció el ceño.
—Porque siento que no sé que es el amor, me refiero, he sentido amor, no soy un monstruo, pero ¿cómo sabes quien es al amor de tu vida? Mucha gente se ha ido ¿sabes?. —Vic le regaló una sonrisa triste. —Olive, no soy muy vieja ¿sabes? No soy tan sabia, también estoy descubriendo cosas. —Las dos rieron. —Pero si Carlos es el amor de mi vida, espero que se quede conmigo, no creo que pueda tolerar si él se va.
Victoria decía entre 50% mentira y 50% verdad, no podía confesarle que todo era show a Olive.
—Se ven lindos juntos, claro que solo los he visto en fotos ¿verdad? —Vic sonrió. —Yo solo quiero un compañero que me respete y me ame por como soy.
Victoria asintió, ¿acaso no era lo que todo mundo buscaba?
—Siento que debo de disculparme por otra cosa, siento haberte hecho pedirle perdón a Julieta, en verdad fue egoísta de mi parte, pero ya no puedo equivocarme. —La rubia prendió otro cigarro. —La disquera me quiere fuera, ya lo sabes.
—Siento haberte llamado zorra, de nuevo, sé que tú no sabías lo de la esposa de tu ex. —Victoria suspiró.
—¿Sabes? Para sobrevivir en esta industria tendrás que hacer muchas cosas que no quieras hacer. —Victoria miró para el frente, no quería ver a la castaña a los ojos. —A veces tendrás que olvidarte de tus valores o ideales, pero si quieres el triunfo y el éxito, tendrás que hacerlo.
—¿Tu has hecho algo que no quisieras hacer? —Olive estaba muy atenta a la rubia.
Victoria, por otro lado, parecía que estaba dándole un vistazo a su pasado.
—Bueno, por algo sigo aquí ¿no? solo ten cuidado con los hombres, tienen manos largas y no saben el significado de la palabra no. —Estaba claro que era un tema que Victoria no quería tocar, pero si de alguna forma podría prevenirla, bien por ella. —¿Terminaste tu hamburguesa?
Olive asintió y ambas comenzaron a recoger su basura para después tirarla en un bote.
—Quiero pasar por una cajetilla de cigarros a un seven eleven, ¿me acompañas? —La joven asintió, le gustaba llevarse bien con Victoria, la seguiría a donde ella quisiera, además, quería saber más de su vida, parecía ser que ella había vivido de todo a sus 22 años.
Las chicas le dijeron a Tommy que caminarían, que se diera una vuelta y ellas lo llamarían cuando quisieran regresar, el becario asintió y se marchó.
Iban caminando, en las calles apenas y había gente pero estaba bien alumbrada, el seven eleven se veía a lo lejos, al llegar, Olive se quedó afuera, al parecer sus padres le habían llamado para ver que estuviera bien, Victoria entró, compró unos twinkies y sus cigarros, gomitas de gusano, junto con una botella de vino de esas que se vuelve a cerrar.
Al salir la castaña estaba sentada en el suelo. Victoria le entregó la botella de vino, y se volteó, abrió los twinkies para después mostrárselos a Olive.
—Sé que no fue el mejor cumpleaños, pero ten, sopla. —Ella se lo entregó, y Olive sopló la "velita" improvisada que Victoria había tratado de hacer dejando su encendedor prendido sobre los twinkies, Victoria lo guardó y continuó fumando. —Siempre existe la posibilidad de que él siguiente sea mejor.
—Gracias. —Ella dijo mordiendo su "pastel".
Era un gracias sincero, Olive parecía que quería llorar, pero no iba a hacerlo, no quería arruinar la noche que había pasado con Victoria.
—Esta fue mi cena de cumpleaños número 20, así que no te sientas mal, es un verdadero festín. —Victoria sonrió y Olive también.
—Sé que no somos amigas, pero ¿podemos serlo?
—Claro, cuando estemos en Londres te llevaré a un buen bar por tu cumpleaños, ahora pasa la botella de vino. —La castaña obedeció y sonrió ante la promesa.
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Hello, sé que dije que nos veríamos la siguiente semana, pero es que estoy de buenas y como han sido tan lindas conmigo, les he venido a dejar un capítulo extra.
Espero les guste y bueno, ahora sí, hasta el siguiente viernes
feliz semanita <3
Fer
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