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veintitres



La familia Park le había acogido con los brazos abiertos en su hogar mientras no se sentía capaz de volver al suyo, con miedo de que algún día la chica a la que solía adorar llegará por allí e intentase de nuevo atacarle. Solo el pensamiento le aterraba y además las pesadillas aún no se habían ido. Pero aún así, no quería seguir en aquella casa que no era la suya, estaba molestando demasiado. O por lo menos así lo sentía. 

Se había dejado aconsejar por aquellas personas, había enviado como tres o cuatro mensajes días diferentes a sus padres para intentar quedar con ellos por separado; porque por supuesto ellos no iban a hacer el esfuerzo de juntarse ni siquiera por un problema que su hijo tuviera. 

Y en estos momentos Yoon en serio se preguntaba por qué a ellos les había ido tan mal como matrimonio si al final eran exactamente iguales. Los dos, tanto madre como padre; le habían esquivado completamente, todos los días dejándole excusas en mensajes de textos sobre el por qué no podrían ir a la citación que el de ojos felinos proponía. 

Bueno, su hijo les estaba dejando en claro que tenía un problema grave y ni siquiera en esas circunstancias habían sido capaz de llamarles para saber de qué se trataba. 

Y aunque el pálido no había comentado nada sobre el tema, los señores Park ya se olían la situación. Estos días Min parecía un poco más absorto en sus pensamiento y tal vez un tanto cabizbajo. 

-- Yoon, mañana vamos a despertar temprano y vamos a preparar un desayuno grandioso. -- Murmuró JiMin buscando los pies del otro chico por debajo de las mantas y edredón, aún le sorprendía como es que el mayor nunca se quejaba, a pesar de que siempre buscaba sus pies calentitos para calentar los propios que parecían escarcha. 

Ante la propuesta el pálido dejó salir una risita corta. -- ¿Y eso? ¿A qué se debe que quieras meterte en la cocina desde temprano? -- 

-- Apenas cenaste, así que mañana hay que reponer energías. -- Park sonrió y YoonGi fue contagiado por esos labios gorditos que le transmitían tanta felicidad. 

Se encontraban en la cama de JiMin frente a frente, buscando un poco de calor en una noche bastante fría. Apenas hacía unas noches atrás se habían dado cuenta de quienes eran el uno para el otro; y de verdad lo estaban tomando con calma, haciendo las cosas bien para no salir dañados; más dañados quiero decir. 

El pálido deslizó su mano hasta encontrar la ajena, entrelazando los dedos con cariño y llevando estos hacia sus finos labios para dejar un beso duradero. -- Repondremos energía entonces, estrellita... -- Susurró, sintiendo como el corazón se le calentaba un poco por culpa de ese chico. 

Quería volver a su vida, quería volver a la universidad, a sus entrenos de baloncesto, a ver a sus amigos... Llevaba demasiados días encerrado en el hogar de la familia Park, pero ya era hora de salir de allí y enfrentarse un poco a la realidad. Por suerte, yendo de la mano de su rubio se sentía invencible.

Aunque el sentimiento de abandono no se iba de su pecho. Ojalá haber podido hacer que sus padres le quisieran ¿Había sido aquello un deseo demasiado egoísta? 



Dios, JiMin no había mentido con eso del "Gran desayuno", YoonGi no recordaba cuanto hacia que no comía tantísimo  como esa mañana. Sentía que iba a estar saciado hasta el día siguiente. Le había costado probar bocado, pero las risitas del de mejillas regordetas y los ánimos de los padres de este, habían conseguido que algo entrase en su barriga. 

-- Hyung ¿Y si echamos el currículum en una biblioteca? A ambos nos gusta leer y además tú sabes mucho sobre historia, estás estudiando eso, no mucha gente sabe sobre los libros de historia, autores y todo ese rollo. Y yo puedo ayudar en el área de traducción. -- Inquirió Park, quien iba de copiloto en el auto. Sus manos estaban ocupadas viendo en el teléfono posibles lugares donde poder trabajar. 

-- Estrellita, quien necesita trabajo soy yo; no tienes por qué meterte en esto conmigo. Estudiar y trabajar a la vez puede ser tedioso, no te preocupes por eso. -- Le aseguró, posando su mano sobre el muslo de su acompañante mientras manejaba, bastante atento, aún tenía el parche en su ojo malherido. -- Pero sí, la idea de la biblioteca me gusta. -- 

El más bajo rodó los ojos, dándole un golpe en el hombro como reproche; obtenido un "JiMiiiinie" como advertencia. -- ¡Pero! Somos un equipo Min YoonGi, si puedo ayudarte lo haré, no me pidas algo tan egoísta como ver como te matas por sobrevivir. -- 

-- Tú y tu familia me habéis ayudado los que más, precioso. Ahora me toca a mi demostraros que voy a esforzarme por salir de esto, que todo lo que habéis hecho por mi merece la pena. -- Explicó dejando caricias en la pierna ajena. 

-- YoonGi-ah, nosotros ya pensamos eso... pero en serio, quiero ayudarte; por favor. Además, si conseguimos trabajar juntos en el mismo lugar será divertido, estaremos también tiempo juntos. Son trabajos de medio tiempo de todas formas, vamos, vamos. ¡Además la bibliot- -- El jovencito no pudo seguir con su convincente discurso debido a que sus labios habían sido sellados con los contrarios. 

Aprovechando la oportunidad de haber parado en un semáforo en rojo, el pálido besó la boca que le daba las engerías necesarias para seguir. La persona que le hacía sentir que él era alguien realmente querido en esta vida. -- Pollito, toma aire. -- Bromeó intentando que el chico se relajase un poco, había estado dando un monólogo de carrerilla. 

-- Tonto... es que realmente quiero que me hagas caso... -- Murmuró avergenzado, y realmente le alegró escuchar a YoonGi decir que se lo pensaría, aquello le bastaba, porque sabía que conseguiría convencerle, estaba seguro de que tenía esa capacidad. 

Sus pequeñas manitas fueron directas a la contraria que se encontraba en su muslo. JiMin tomó esta para acariciarla con sus pequeños pulgares. Aún se podían apreciar cicatrices. A pesar de que estos pensamientos nunca los transmitía en voz alta por miedo a hacer sentir mal a su estrellita, odiaba verlas, le revolvía el estómago. Solo podía pensar qué tanto había pasado Min en soledad. 

Cómo alguien había sido capaz de maltratarle de todas las maneras posibles. 

Le había sorprendido completamente cuando este lunes mientras desayunaban en familia, YoonGi transmitió la idea de volver ese mismo día a clases. Para JiMin aún era muy pronto, el pálido aún estaba débil y con mil problemas en la cabeza, pero él nunca mostró su inseguridad, sino que apoyó su decisión. 

Por otro lado, no paraba de pensar que tenía que aclarar las cosas con EunWoo, llevaba evitando al chico desde hacía días; y de verdad sabía qué tan mal estaba aquello. Pro su cabeza solo había podido estar centrada en YoonGi, sus curaciones, las charlas con abogados, y conversaciones profundas para esta vez hacerlo lo mejor posible por ambas partes. 

Justo cuando llegaron al estacionamiento de la universidad JiMin recibió un mensaje de TaeHyung. "¿Por dónde andas? Hace un viento terrible así que estoy ya dentro de la uni, era imposible esperarte en la puerta." 

-- Tae ya me espera para entrar en clases. ¿Estás listo? Aún puedes pensarlo dos veces, hyung. -- Dijo con un tono de voz dulce y calmado, deslizando una de sus manos hasta la mejilla fría ajena, quería proteger a YoonGi, guardarle en una cajita y no permitirle a nadie que se acercase. 

-- Está bien, algún día tengo que dar el primer paso ¿No es así? -- Inquirió, mirándole con una sonrisa insegura a la par que apoyaba su cabeza en la manita que ahora le otorgaba un poco de calidez. -- Si pasa lo que sea contactaré contigo, te lo prometo. Ya lo hablamos estos días, no volveré a ocultar cosas, te ayudaré y tú me ayudarás con lo que nos venga de frente. -- 

-- Así es, me alegra que te haya quedado claro. -- Park sonrió, inclinando su cuerpo hacia delante para poder atrapar los belfos contrarios. Esta vez el besito duró un par de segundos más. El más joven se dedicaba a mimar el rostro del otro, mientras este disfrutaba acariciando las manos que lo acunaban con dulzura. -- Te quiero, te quiero mucho. -- Susurró con miedo, asustado de volver a ver al chico tan roto como lo había contemplado con anterioridad. 

-- Te quiero más, pollito. Ahora vamos, no quiero arrepentirme de mi decisión. -- YoonGi dejó un último piquito sobre sus abultados belfos, sacando la llave y bajando del auto con toda la decisión que le cabía en el cuerpo. "Allá vamos, tienes que esforzarte para mejorar, por ti; porque ellos no van a ayudarte en nada." Pensó, por supuesto con la idea de sus padres en su mente. 

El pálido tomó su laptop y esperó a que su chico tomase su mochila la cual colgó sobre uno de sus hombros para si ya ponerle seguro al auto y dirigirse hacia el edificio. 

-- Me cago en la puta me tiembla hasta el sentido. -- Murmuró sacándole una risita al chico de su lado. JiMin no dudó en colgarse de su brazo con cuidado de no tirarle el aparato. 

-- Si quieres podemos venir al auto en el descanso, a lo mejor quieres un descanso de la gente. Si lo quieres así vendré contigo aquí encantado, aunque a lo mejor se nos cuela un TaeHyung salvaje en el asiento de atrás. -- YoonGi sonrió mirando al otro. 

-- ¿Ya me ha perdonado? ¿Ya no me odia? -- Y aunque ahora le hacía gracia, en serio es algo a lo que había temido, no sabía como podía volver a ganarse al mejor amigo del amor de su vida. Era algo difícil; más aún tratándose de Tae, quien de por si era bastante rencoroso.

Park asintió feliz, a pesar de que había esperado tener que tener 83748 charlas con su amigo, este rápidamente lo había entendido todo y le apoyó ¡TaeHyung le mostró apoyo! -- Él te acepta, pero cuidado, hyung. Tae no hará esto dos veces. -- 

-- Tranquilo, estrellita; no planeo cagarla otra vez. Me gusta esto, me gustas tú, me gusta la vida que estamos construyendo, me gusta que el destino haya tenido este plan tan perfecto para mi. -- Dijo, ni medio segundo pasó cuando escuchó el gritito de felicidad del rubio de su lado. 

JiMin se había llevado tanto tiempo detrás suyo pensando que podría a llegar a ser algo unilateral y una pérdida de tiempo; que vivir estos momentos cursis le llenaban el corazón. -- ¡Dímelo, dímelo otra vez, YoonGi-ah! -- 

-- Ay, amor de mi vida, déjame respirar un instante. -- Ambos bromeaban, JiMin estrujándole entre sus brazos mientras entraban en la institución.

Era tanto el amor que YoonGi sentía en estos momentos que no había hueco para sentirse abrumado. No podía prestarle atención a las miradas de las personas, muchos le conocían. Siempre había sido alguien extrovertido así que hablaba anteriormente con mucha gente, además de que había sido alumno colaborador los años anteriores, así que muchas personas habían recurrido a él y sabían de su existencia. 

YoonGi tenía toda su atención puesta en ese chico más bajo que él que no hacía más que demandar sus besitos y palabras dulzonas. 

-- Ostia, no te había visto con el disfraz de pirata. -- Soltó TaeHyung al verles, haciendo que YoonGi riera por la tonta ocurrencia; digna de Kim. Park sin embargo le miró con desaprobación. 

-- ¡Kim! No le digas eso... Te ves lindo con el parche igual... -- Le dijo preocupado de que el comentario pudiera llegar a afectarle, ese parche se quedaría con él posiblemente hasta la operación. 

YoonGi negó con su cabeza encogiéndose de hombros restándole importancia. -- No te preocupes, JiMinie, siempre fui fan de One Piece y los piratas. A lo mejor me queda cicatriz como la de Zoro, quien sabe. -- 

El chico de piel canela rió junto con el mayor, pero JiMin no pudo seguir la broma porque nunca había sido especial fan del anime, ahora se arrepentía todas las veces que había rechazado a JungKook de ver alguno; a lo mejor así podría entender de qué se reían los otros dos. 

-- Es bueno verte por aquí, YoonGi hyung. -- Aseguró TaeHyung regalándole una pequeña sonrisa de labios cerrados. No sabía como decirle que tenía todo se apoyo sin crear un ambiente extraño; pero en serio el caso de abuso que ese joven había vivido le conmovía. -- JiMin y yo tenemos que irnos, no podemos demorar demasiado, tenemos ahora listening de japonés. -- 

-- Dios mío, realmente debería de haber visto anime con el otaku de tu novio. -- Se quejó el de mejillas abultadas; cuanto odiaba los listening de japonés por mucho que adorase el idioma. 

-- Suerte, seguro que les saldrá... genial... -- La voz del castaño fue descendiendo al detectar en su campo de visión a alguien que tenía demasiadas ganas de ver, a una persona a la cual le debía un millón de explicación. 

Allí a pocos metros se encontraba Kim SeokJin, su mejor amigo con quien lo último que conversó fue una disputa hacía semanas. Era alguien con quien le urgía hablar. 

Park pudo verle igual, entendía que YoonGi necesitaba tiempo a solas con el precioso chico, así que se colgó del brazo de su mejor amigo con intención de irse de allí. -- Nos vemos en el descanso, estrellita. Ten cuidado y envíame un mensaje con lo que sea. -- Fue la despedida del más bajo, arrastrando a un confuso TaeHyung, el cual no estaba entendiendo demasiado de la situación. 

El castaño fue el primero en acercarse por supuesto, SeokJin no iba a ser quien diera su brazo a torcer sin saber nada de lo que había pasado. -- Hyung... ¿Hyung, podemos hablar? Sé que las clases son muy importantes para ti, per- -- 

-- Vamos a la azotea. -- Murmuró cortándole, volviendo a colocarse el abrigo que se había quitado hacía segundos al entrar en el edificio. 

A pesar de que no hacía el mejor día de todos y el viento era especialmente molesto para YoonGi, aceptó sin poner un solo pero. Que SeokJin no le hubiera dejado siquiera terminar su solicitud le hacía sentir tranquilo, aquello le había dado indicios de que el mayor también estaba desesperado por arreglar esto. YoonGi en serio había extrañado a su mejor amigo. 

El camino hasta el lugar fue silencioso, pero era porque el pálido estaba ordenando las palabras en su cabeza para saber qué decir y no trabarse, eran tantas cosas... 

-- ¿Quieres un cigarro? -- Dijo Kim, siendo el primero en hablar una vez estuvieron arriba, ofreciéndole la cajetilla a la par que posaba uno sobre sus labios. 

El pálido miró los cigarros con una sonrisita nostálgica, negando con su cabeza. -- No gracias, hyung. No fumo desde que vivo en casa de JiMin, a él no le gusta el tabaco y tampoco quería molestar a sus padres... -- Soltó, y el rostro del mayor fue un poema, no estaba entendiendo nada. 

-- ¿Viviendo en casa del chico de primero? ¿Qué? -- Bueno, SeokJin seguro que estaba más perdido que JiMin en su listening de japonés. 

-- Bueno... ah, es una larga historia... pero allá vamos. -- YoonGi hinchó su pecho de aire y se sinceró.

Se abrió con ese chico que llevaba años con él viviendo la relación más destructiva que había visto jamás, puede que YoonGi se rompiera un poquito más al contarle todo; sumándole el abandono de sus padres el cual siquiera hablado con JiMin, y lo mucho que se estaba esforzando por no autocompadecerse y victimizarse de su propia situación. 

YoonGi sí que se deshizo en trocitos de sinceridad, culpa y dolor; pero SeokJin se encargó de recoger cada uno de estos para no dejarlo caer. 

Todo esto no era más que un nuevo comienzo una nueva etapa mejor, el mayor se lo hizo saber; y él le creyó, YoonGi sabía que su mejor amigo tenía razón, lo mejor estaba por venir, pero aún le quedaba algún que otro dolor de cabeza. 


Kissuuu~~ 240223.

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