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veintidos



Aunque ya habían pasado dos días desde que acompañó a YoonGi al hospital; aún no conseguía entrar en un estado de tranquilidad pleno. Al llegar allí le revisaron el pésimo estado de su orbe, el pálido tenía aún un derrame ocular; que era lo de menos en realidad, porque le habían detectado fisuras en el cristalino. 

El mayor parecía estar tomándolo con toda la calma posible, era algo que no se solucionaría como si nada, dolía y estaba planteándose la operación sugerida por los médicos; puesto que había perdido calidad de visión en el ojo dañado, y con el tiempo incluso podía acabar en una ceguera. 

Por muy tonto que sonase, fue el de cabellos chocolates quien tuvo que tranquilizar a JiMin después de ser atendido, el menor estaba demasiado preocupado y buscando mil y una maneras de hacerle pagar a MiWoo por aquello; obviamente a manos de la ley. 

Aunque supo que iba a ser complicado de explicar a sus padres y amigos cercanos; Park invitó al contrario a quedarse en su casa mientras encontraban una solución óptima. JiMin no iba a dejarle solo a su suerte en su departamento, en el cual la chica podía aparecer en cualquier momento. 

Y aunque Min al inicio se negó de cuarenta maneras diferentes al sentirse una carga, no pudo hacer nada para detener a ese jovencito al cual se asemejaba a un pollito enojado. 

Así que sí, ya llevaba un par de días allí invadiendo su casa, su habitación. 

-- Hazme el favor de no moverte, te voy a hacer daño y no quiero eso. -- Pidió el rubio, quien estaba sentado en su colchón al lado del cuerpo de YoonGi, quien pertenecía tumbado bocarriba. 

-- ¿Pero por qué haces esto? -- Se quejó en un murmuro, manteniendo sus ojos cerrados mientras se dejaba hacer. 

JiMin había insistido demasiadas veces en hacer una rutina de skincare. Así que allí se encontraba, tumbado con el otro chico extendiéndole una crema que Dios sabría para qué serviría en su piel pálida.

El menor tenía cuidado con no manchar, ni siquiera rozar el parche que cubría su ojo dañado. -- Porque tu carita tiene que estar cuidada, hyung. Ahora cállate, me desconcentras. -- 

Park aprovechó que el contrario mantenía sus orbes cerrados para sonreír un poco, estaba preocupado por como se desarrollarían las cosas, por el qué pasaría con sus sentimientos, qué decirle a EunWoo, qué pasaría con MiWoo... pero estos momentos en los que solo eran ellos dos, estos instantes le devolvían un poco de la felicidad que le faltaba. 

Ambos estaban esforzándose por hacer las cosas lo más naturales posibles, no habían besos, si quiera se tomaban las manos, ni abrazos; nada más allá que un amigo ayudando al otro. El más alto incluso dormía en un colchón en el suelo de la habitación, y no porque a él le molestase dormitar junto al pequeño, más bien por darle ese espacio que se merecía. 

Los padres del jovencito se habían mantenido reacios a acoger al chico el cual le rompió el corazón a su hijo; pero empatizaron en cuanto el de mejillas adorables les explicó la historia. No podían abandonar a una persona la cual estaba siendo maltratada; y además, carecía de apoyo de su propia familia. Ellos mismos estaban también en búsqueda de profesionales para aconsejar al chico de ojos felinos. 

-- Pollito ¿hoy saldrás con tus amigos? -- Inquirió, sacando al pequeño de sus más profundos pensamientos. 

-- Así es, salgo hoy ¿Por? ¿Saldrás también? -- Dijo, justo terminando de aplicar la crema con aroma a vainilla, levantándose luego para ir directo a su ropero; tenía que buscar qué ponerse hoy. 

--  No, bueno, el equipo de basket me preguntaron sobre ir a tomar algo... pero no sé, siento que aún no estoy preparado como para dar explicaciones y todo eso, ya sabes... -- Explicó, abriendo sus ojos para mirar hacia el techo; donde JiMin tenía estrellitas pegadas. 

Automáticamente le hizo sonreír, él no le había vuelto a nombrar de aquella manera, pero podía recordar a la perfección como sonaba el apodo de "estrellita" salir de los abultados labios del pequeño. -- Es normal, hyung ¿Qué tal si sales con SeokJin hyung? -- Propuso. 

>> Qué más quisiera. << Pensó el castaño. -- Sigue enojado conmigo por... por no hacer las cosas de manera correcta. -- 

El más joven, que tenía prácticamente la mitad de su cuerpo metido en el armario, sacó su cabecita para mirar la expresión de su amigo; porque su voz había sonado triste y eso le había alarmado. Los labios de YoonGi se fruncían con inconformidad, sus ojos perdidos en lo alto de la habitación. 

-- YoonGi hyung, deberías de hablar con él. SeokJin-ah solo es conocedor de una parte de la historia, él te apoyará, igual que hicimos mi familia. Él te quiere mucho. -- Aseguró. 

-- Lo sé, sé que el lo hace; y también sé que tengo muchas cosas por hacer, pero es complicado. Siento que os he defraudado a todos, desde mis padres, hasta a los tuyos, a mi mejor amigo, a ti... Necesito reflexionar sobre cómo solucionar esto. -- 

Con sus nulos conocimientos psicológicos, al menor no le quedó otra que no fuera asentir con su cabecita. Ya le había dicho al contrario que podía contar con él para cualquier cosa que necesitase, solo quedaba esperar que de los labios del pálido salieran una pedida de socorro para que él estuviera ahí para él. 

JiMin correteaba por la habitación, buscando entre todo su habitual desorden la ropa que quería ponerse. Era una escena divertida ante los ojos del castaño, quien lo miraba sonriente mientras escuchaba las tonterías que el otro le contaba; cotilleos de famosos o alguna opinión de una serie recién vista. 

Para el pálido era complicado de entender, cómo Park sin hacer absolutamente nada podía transmitirle tanta calidez y bienestar. Apenas el chico estaba sentado en su tocador, maquillándose con esos tonos anaranjados que tan bonitos le quedaban, y YoonGi sentía su corazón latir con emoción. 

A la quinta frase que el de ojos felinos había dejado de emitir respuesta, el menor se extrañó, girando su rostro una vez para mirarle. Le pilló mirándole -con su único ojo visible- de esa forma tan bonita como hacía tiempo solía hacer. Muchos sentimientos se le removieron por dentro. Más aún al recordarse a si mismo que iba a una quedada con EunWoo. 

-- Hyung... sé que dijiste que no, pero sería genial para ti si salieras a tomar el aire un poco. -- 

-- No te preocupes, JiMin-ah. Tengo cosas que hacer de la universidad, así que aprovecharé. Sabes que mis calificaciones no pueden bajar. -- Respondió sin quitar su sonrisa, pero si girando su cuerpo hacia el otro lado, para quedarse mirando hacia la pared y darle la espalda al joven. 

No le gustaba sentir que estaba incomodando al chico, y justo ahora se sentía un poco así por alguna razón. -- Vale... estaré aquí antes de la cena ¿Si? -- 

Estando ya listo, se acercó hasta su mesita de noche para tomar su teléfono, el cual había dejado cargando para irse tranquilo. Desde arriba miró el cuerpo girado de su mayor, y si ahora mismo le hiciera caso a la vocecita de su cabeza, se inclinaría para depositar un beso sobre su mejilla ahora más delgada de lo que recordaba; pero no, espacio habían dicho -él en concreto- y espacio sería. 

Por un momento se quedó allí mirándole, buscando la manera de despedirse sin sentirse demasiado mal por dejarle allí, pero escuchar el auto de TaeHyung fuera le hizo tener prisa. -- Descansa mucho ¿Si? -- Pidió antes de salir por la puerta y correterar escaleras abajo para no hacer esperar al de piel canela. 





Las risas no faltaban en la conversación, estas siendo casi opacadas por todo el bullicio de gente que había en aquel bar. Muchas personas jóvenes estaban allí tomando con amigos, algunos sentados en las mesas, otros en la barra; y unos más jugando al billar o a los dardos. 

A pesar de que JiMin no hubiera actuado de alguna manera extraña todo el tiempo que llevaban allí, TaeHyung y JungKook sabían a la perfección que algo pasaba. Llevaban toda su vida al lado de ese jovencito de mejillas abultadas, podían leerlo como un libro abierto. 

-- ¡Woo el otro día perdió una apuesta conmigo! Me debe una cerveza. -- Exclamó el rubio pellizcando una de las mejillas del nombrado, quien lo miraba tontamente sonriente. 

-- ¿El rey de las apuestas perdió? ¿Cómo así? -- Preguntó uno de los chicos del grupo, SanHa. 

Incluso EunWoo, quien no era para nada vergonzoso, no pudo evitar sonrojarse cuando vio que ese chico con el que estaba coqueteando desde hacía semanas estaba dispuesto a contar lo sucedido. -- No te atrevas... -- Susurró en su oído, poniéndole incluso un poco nervioso. 

En ese instante ya estuvieron ambos lanzándose miradas retadoras, uno esperando en serio que no contase aquella vergonzosa e íntima anécdota, y el otro deseando hacerlo, solamente por el placer de hacer algo que parecía tener prohibido. 

Park lo iba a hacer, sus labios se entreabrieron  y su voz salió, para nada, ya que fue instantáneamente interrumpido por la boca del jugador de volley; quien lo había callado con un beso que desató las risas de todo el grupo. Bueno, de todos menos JungKook. 

El menor pudo ver la incomodidad de su mejor amigo incluso detrás de su sonrisa. 

Sin decir algo, enredó su dedo índice en el cabello chocolate de su novio, haciendo que este girase su rostro hacia él. TaeHyung lo entendió perfectamente, los ojos de su chico se movieron hasta JiMin, y Kim entendió que le estaba pidiendo que lo observara de mejor manera.

El pie de Park estaba moviéndose a toda velocidad por debajo de la mesa, si seguía así Kook creía que iba a terminar por hacer un agujero en el suelo. Además, sujetaba con fuerza su teléfono con una de sus manos, la cual estaba apoyada encima de su regazo. 

-- ¿Crees que haya algo que no nos esté contando? -- Susurró el de piel canela, abultando ligeramente su belfo inferior. 

-- Es obvio, TaeHyungie. -- Aclaró, no dejando de mimar el cabello del nombrado. 

En estas recientes semanas había sido habitual juntar ambos grupos, el trío de amigos de toda la vida junto a todo el grupo de EunWoo, y cabe decir que lo pasaban muy bien, solía ser de lo más divertido. 

Aunque también, por supuesto que en este tiempo JiMin había estado quedando a solas con la joven promesa del volley, no desde que tenía a YoonGi en casa, de hecho esta era la primera vez que lo veía desde eso... y no es como si se estuviera sintiendo de la misma manera que antes. 

Incluso cuando estaba intentando concentrarse en el momento, repitiéndose a si mismo que no le debía a YoonGi alguna fidelidad, él estaba soltero y sin algún compromiso como para poder disfrutar con ese chico al que llevaba un tiempo conociendo... ¿No? 

El teléfono, el cual no había soltado en ningún momento, vibró con la llegada de una notificación; y a la vista de cualquiera el de mejillas regordetas se vio totalmente ansioso por mirar qué había llegado. -- JiMin-ah ¿Te hablaron tus papás o qué? -- Bromeó MonBin al ver la rapidez con la que el joven quiso ver. 

-- A-ah, no, es que... -- "quería ver si era hyung, por si me necesitaba para algo" -- Es que me tiene que llegar un paquete y no hay nadie en casa, así que estoy atento por si me llama el repartidor. -- Mintió de manera hábil, riendo después. 

Y de nuevo, ambos amigos de la infancia -y ahora pareja- se miraron "es obvio que está mintiendo" pensaron ambos. -- Voy a por algo de comer ¿Queréis algo? -- Inquirió Jeon colocándose de pie. 

-- Yo voy por más cerveza ¿vienes Minie? -- Dijo ahora TaeHyung, queriendo poder hablar a solas con la bolita ansiosa que parecía ser últimamente Park. 

Los chicos sugirieron a JungKook que pidiera nachos para compartir, y al estar de acuerdo fue a la barra junto a su novio y mejor amigo. 

Una vez allí, donde no corrían el peligro de ser escuchados por alguno de ellos, JungKook no dudó en tirar con mucha suavidad de una de las orejas coloradas -por el alcohol- de JiMin. -- Tiempo fuera, cuéntanos qué te trae con tanta ansiedad. -- 

Los ojitos pequeños del rubio se abrieron en sorpresa ¿Acaso sus mejores amigos eran seres sobrenaturales capaces de leer mentes y no lo sabía? -- ¿Por qué dices eso? Estoy normal, además- --

-- ¿Cuánto más vamos a tener que insistirte, JiMinie? -- Le interrumpió el de piel canela, cruzándose de brazos; ya se olía qué podía estar pasando. 

Si JiMin no había contado su preocupación a sus amigos era porque sabía que estarían totalmente en contra de lo que estaba haciendo ¿Acoger en su hogar a YoonGi cuando había sufrido tanto por su culpa? Na, estaba seguro de que TaeHyung como mínimo le iba a hacer un powerpoint explicándole "mil y una razones por las que tienes que abandonar al copito de nieve.

Tenía miedo de decepcionar a sus dos personas más queridas, obviando a su familia, porque incluso si ellos le pidieran de rodillas que echase ahora a Min, él no podría. 

-- JiMin... ¿Pasó algo con YoonGi hyung? -- Preguntó directamente Kim. -- Sé que nos contarías cualquier cosa; ese tema es el único que no tocarías... es lo que me hace pensar que estás en contacto con él de nuevo. -- 

-- B-bueno... no es que estemos en contacto como tal... -- Murmuró, relamiéndose sus abultados labios ante los nervios. Pudo escuchar a la perfección como un suspiro de alivio se escapaba de la boca de TaeHyung. -- Está viviendo conmigo. -- Terminó de contar. -- 

La boca del castaño se abrió de manera cómica ante la sorpresa, si no fuera una situación tan seria, JiMin se hubiese revolcado de la risa; pero estaba demasiado preocupado como para eso. 

-- ¿¡Pero a ti te llega la sangre a la cabeza para lograr pensar?! -- Le gritó en un susurro, zarandeándole de los hombros, como si aquello fuera arreglar lo roto que pensaba que había en la cabeza de su amigo. 

-- Tae, bebé, tranquilo. -- Dijo el azabache dando un par de palmadas en su espalda. -- ¿Cómo es que has terminado así? Hace menos de una semana estabas tirándote a la promesa del volleyball ¿Qué pasó? -- 

Las mejillas de JiMin se sonrojaron ante lo dicho, también frunciendo su ceño; no quería recordar aquello en este preciso instante. -- Lo que creíamos que era una tonta relación infantil de dos personas que no sabían soltarse... es mucho más grave. -- Comenzó a contar, sintiéndose mal por ir hablando de la intimidad de su hyung, pero lo veía necesario.  -- MiWoo ha herido gravemente a YoonGi, le ha dejado un ojo herido, posiblemente quede ciego si no se opera. Ha estado mandando gente a que le golpee e incluso ha estado colándose en su apartamento sin su consentimiento... todo eso sumado al daño psicológico.-- 

-- ¿Q-qué? -- Titubeó Kim, costándole procesar la información. 

-- No podía dejarlo a su suerte, l-lo siento mucho... No os dije nada por miedo a vuestra reacción, p-pero él necesita ayuda, está solo, no tiene a nadie y yo... y yo le quiero mucho... -- 

Los pequeños orbes del más bajo se cristalizaban por momentos, dejándose ver todo lo vulnerable que se sentía. El primer en reaccionar, con su usual tranquiliidad, fue Jeon, quien le tomó la mano hasta arrastrarle hacia él. 

Con cuidado le envolvió entre sus tatuados brazos, dejando que el mayor dejase salir todo el llanto contenido. 

A TaeHyung le tomó un poco más de tiempo el poder llegar a una idea clara, pero no tardó en encontrarse consolando de la misma manera a su mejor amigo, acariciando con cariño su nuca. -- Mimi, tranquilo... es- es comprensible. Por favor, nunca más tengas miedo en contarnos algo... no estás solo, incluso te equivocases en algo quinientas veces, Gukie y yo estaríamos aquí para la charla quinientas uno... contigo. -- 

Park agradecía en el alma este apoyo que había estado necesitando estos días, pero no estaba sintiéndose demasiado cómodo por estar en este estado en medio de un bar. Algunas personas le miraban curiosas, y además tenía que estar hablando a un volumen elevado por la música. Sin duda después de llevar un par de horas allí, ahora mismo le apetecía irse. 

Irse y... y pasar tiempo con su estrellita. 

-- ¿JiMin? ¿Pasa algo, precioso? -- Inquirió EunWoo, quien había aparecido por allí preocupado. 

-- O-oh, no, no... una tonta discusión con TaeHyungie. -- Rió golpeando con suavidad el hombro del nombrado; este sobándose la zona con un puchero sobre sus labios, siguiéndole aún así la corriente al más mayor. 

Aunque aquello no sonase demasiado convincente, Woo no insistiría, porque si el chico no se lo había contado era porque no quería en ese momento. -- Vine porque estabais tardando demasiado, pensé que a lo mejor no podíais con todo así que vine a ayudar. -- Dijo, dejando salir una de sus encantadoras sonrisas. 

-- Bueno... no, y-yo creo que me iré ya, quedé con mis padres para hacer cena familia hoy y cocinar juntos. -- Se excusó JiMin, realmente necesitando salir de allí. 

-- Te llevo a casa y luego vuelvo aquí, Minie, no voy a dejar que te vayas solo andando. -- Se ofreció Tae, viéndose realmente preocupado, y por lo tanto, inquietando un poco a EunWoo.

Con delicadeza el deportista peinó hacia detrás el cabello dorado del chico que le gustaba, para después hablar. -- Tranquilo, hyung, acompañaré a JiMinie a casa y luego vengo de nuevo. Hoy lo vi apenas unas horas y tengo ganas de compartir un poco más de tiempo con él. -- Sugirió mirando hacia Park, esperando que este aceptase la propuesta, porque no quería incomodarle. 

-- Vale... vale, Woo me acompaña, no te preocupes, Tete. -- Cualquier cosa estaba bien con tal de salir ya dirección a casa; es lo que más quería. -- Gracias por todo a los dos... y perdón, TaeHyung. -- Dijo mirándole directamente a los ojos, sintiendo haber podido defraudarle. 

-- Lo siento también, JiMin. Mañana te paso a buscar para la universidad ¿Si? --  

El más bajo asintió, recibiendo caricias en sus manos de parte del de piel canela. 

>> Par de dramáticos. << Pensó EunWoo al verlos tan exagerados por lo que dijeron ser una tonta discusión. Su brazo derecho rodeó la cintura del de mejillas abultadas y pronto salieron del local, les quedaba un paseíto de unos quince minutos.

La cabeza de JiMin iba a más velocidad de lo habitual, quería encontrar una solución favorable, pero da igual cual camino escogiera, que iba a terminar dañando a alguien. Había dos personas las cuales le habían confesado sus sentimientos de manera abierta, y él estaba en medio de ambos sin saber hacia donde ir. 

Claro que YoonGi era quien tenía su atención de manera ridícula, iba más allá de racional lo que sentía por ese chico de piel pálida, el destino los ha querido juntos desde el inicio; sin embargo temía que no saliera bien de nuevo, no sabía como iba a aguantar un segundo  corazón roto. 

EunWoo era precioso, y no solo hablaba de lo físico; él como persona era fantástico. Alguien que sin duda le encantaría tener a todo el mundo en la vida alrededor, uno de esos novios de cuentos de hadas. Congeniaban a la perfección pero... pero a veces a uno le gustaba mojarse un poco bajo la tormenta, aunque los días soleados fueran lo mejor. 

A JiMin le gustaba demasiado pasearse bajo el temporal que YoonGi era. 

-- ¿Pasó algo, JiMin-ah? ¿Seguro que lo de TaeHyung fue una discusión tonta? -- Preguntó al no haber tenido palabra del chico, a pesar de que ya llevaban unos cuantos minutos caminando. 

-- No pasó nada en especial, Woonie; no tienes que preocuparte. Pero ya sabes, TaeHyung y yo somos dos cabezotas y discutir con él aunque sea tonto me hace tener dolor de cabeza. -- Aseguró dejando un suave apretón en la mano del más joven. -- Perdón por hacer que tuvieras que ausentarte un rato, discúlpame con los chicos ¿vale? -- 

El azabache asintió con su cabeza, extrañado porque el contraria siquiera lo estaba mirando, JiMin tenía sus ojitos clavados en el suelo mientras andaba por el arcén, a veces frunciendo sus labios, otras frunciendo su ceño. ¿Qué tanto estaría pasando por su cabeza? 

El deportista estaba preocupado ¿Habría hecho algo mal? Hasta hacía unos días JiMin había estado bien con él, pero llevaba un par bastante ausente, no entendía qué había podido pasar; y tampoco sabía como sonsacárselo sin parecer demasiado pesado. Desde luego era complicado. 

-- El domingo tengo partido... uhm, si quieres, si no estás ocupado o tienes algo mejor que hacer ¿Querrías venir? -- Propuso el más alto, pegándose un poco más al pequeño cuerpo ajeno, andando con sus hombros prácticamente pegados. 

No era como si la idea le apeteciera en ese preciso momento demasiado, pero al alzar la vista y ver a EunWoo un poco decaído se le había encogido el corazón; él lo estaba dando todo porque esto que tenían funcionase y JiMin sentía no estar esforzándose de manera recíproca. -- Vale, por ahora es un sí. En el caso en el que surja algún problema te avisaré con antelación, pero claro, iré. -- Aceptó; y como cachorro feliz Woo alzó su rostro con una gran sonrisa. 

-- ¡Gracias! ¡Gracias, gracias! No te defraudaré, seré el mejor del partido, ya verás. -- Prometió, soltando la manita del mayor para ahora rodear sus hombros con su brazo. 

-- Ya eres el mejor para mi, Wonie; lo sabes. Nadie cuando de volley se trata te supera. -- Aseguró el rubio, ahora un poco más animado por poder haber levantado el ánimo del contrario. 

>> Ahora solo me falta que me veas como el mejor de tus opciones como novio... << Pensó el más joven, sin embargo, no exteriorizándolo.

El poco tiempo que faltaba para llegar a casa de la familia Park lo pasaron hablando de tonterías, de las últimas series que habían visto en casa del menor en su proyector; porque si algo amaban era ver series, ya fueran buenas o malas para reírse un rato. 

Al llegar al porche ambos se quedaron uno frente al otro, sonriéndose en pequeñito. Bueno; desde luego ser el amor de la vida de EunWoo y viceversa hubiera sido mucho más fácil que todo lo que le estaba tocando vivir, pero... no se sentía como lo correcto. 

-- Una vez más, muchísimas gracias por venir hasta aquí solo por mi, Woo. -- Agradeció el más bajo, teniendo pronto las grandes manos del otro sobre su redondito rostro. 

-- Me encanta compartir tiempo contigo, así que gracias a ti; siempre es un placer. -- 

Los ojos del más joven derrochaban el cariño que le tenía, y fuera de hacerle sentir algo cálido; apenas sintió que su ansiedad creció un poco más. No sabía como iba a ser capaz de romperle el corazón a cualquiera de esos dos chicos. -- Perdón... -- Salió de sus abultados labios en un hilo de voz. 

-- ¿Por qué te disculpas, precioso? -- Rió el otro moviendo sus pulgares por encima de las mejillas adorables ajenas. -- Tienes que dejar de comerte la cabeza por todo, JiMinie; ser un overthinker es muy malo. Voy a irme porque sé que necesitas entrar y afrontar todo lo que sea que tu cabecita está maquinando, pero espero en serio que pronto podamos pasar un día... ya sabes, de los nuestros. -- 

Junto con la sugerencia, Cha también acortó la distancia entre ambos para así poder capturar los labios del chico que le gustaba durante un par de segundos. 

Cuando sus bocas terminaron por separarte y un suave chasquido había sonado, el mayor le regaló una sonrisa pequeñita; la cual no supo como siquiera no tembló. -- Ten cuidado al volver al bar ¿vale? Cualquier cosa llámame. --

-- ¿Si te echo de menos también puedo hacerlo? -- Bromeó dejando un suave toque con su dedo índice en la nariz de botón del más bajo, viendo como este rodaba los ojitos con una sonrisa; ser melosos siempre era una broma entre ellos. -- Me voy, me voy; que tengas una noche bonita, preciosidad. -- Fue lo último que dijo para irse de nuevo donde sus amigos le esperaban.

JiMin abrió la puerta con tranquilidad, aunque esta misma fuera lo último que ahora mismo sintiese. Su espalda se pegó a la puerta una vez que esta fue cerrada; su cabeza le pidió unos instantes para tomar y expulsar aire. Era eso o que se le saliera el corazón por la boca. 

Aunque ya se lo imaginaba, YoonGi no parecía estar en la planta de abajo. 

Era algo que la familia Park le había recalcado muchas veces, que podía bajar siempre que quisiera, incluso sentarse en la sala aunque ellos no estuvieran allí. Pero el pálido decía que sentía estar incomodando en una casa que no era suya, así que se la pasaba encerrado en la habitación de JiMin; incluso si se moría de hambre, el nunca tomaría algo de la cocina hasta que los dueños del hogar se lo ofrecieran. 

-- Volví, hyung. -- Dijo el rubio mientras entraba; dejando sus zapatos en el zapatero de su habitación. 

YoonGi estaba sentado en la alfombra que el menor tenía situada frente a la gran ventana; estos días había comprobado que a su mayor le gustaba demasiado estudiar al sol, parecía un gatito en busca de calidez, así que siempre se ponía ahí a estudiar. Aunque ya había caído la noche y ningún rayito hacía acto de presencia, claro. -- ¿Ya? Pensé que tardarías más ¿Pasó algo? -- Inquirió en un tono tranquilo, mientras intentaba ordenar todos los folios que tenía esparcidos por la alfombra; y sus pensamientos también.

-- Nada importante...  -- ¿Cuántas veces más en el día de hoy iría a mentir. 

-- Uhm... vale. -- Contestó el otro poco convencido, pronto tuvo al jovencito sentado a su lado, apoyando la cabeza en su hombro. Como estúpido sonrió nostálgico, porque posiblemente aquella acción le hubiera arreglado el corazón en otra ocasión; porque después de todos estos días este era el momento que más cerca le tenía físicamente, pero no podía evitar sentirse un poco roto; porque sin querer... había visto la despedida entre los dos menores desde allí.

Y de verdad que no había sido su intención, pero al escuchar la vocecita de JiMin se había emocionado de más, abriendo la cortina para verle. Desde luego habría preferido no hacerlo, estaba un poco saturado con los choques de realidad que le estaba tocando vivir.

-- JiM- --

-- YoonG- --

Ambos se llamaron a la vez, haciendo que se avergonzasen al instante; pero rieran igual con suavidad. A veces se les olvidaba que lo de ellos al final era algo mágico. -- Dime ¿Qué pasa, hyung? -- Inquirió el pequeño sentándose de manera correcta, para poder mirarle mientras conversaban. 

-- Creo que, bueno, que voy a contarle la situación a mis padres. -- Dijo, siendo sorprendente para JiMin puesto que hasta hacía unas horas el pálido había estado negándose a ello. -- No puedo estar siempre aquí; q-que no es que esté incómodo o algo así... ustedes me habéis hecho sentir parte de el hogar y nunca os estaré suficientemente agradecido, pero no puedo... ah, JiMin... -- YoonGi no tuvo manera de retener un pesado suspiro. 

El más pequeño de la familia Park le miraba ahora con expresión acongojada, buscando sus manos para apretarlas con las propias pequeñitas ¿Qué estaba pasando por su cabecita? -- Pero hyung, tu relación con tus papás ¿Estás seguro que ellos te ayudarán como lo necesitas? Nosotros estamos bien contigo aquí, e-es más, papá y mamá ya se acostumbraron a como tener otro hijo más. -- 

-- JiMinie, apenas hace unos cuatro días que estoy aquí ¿no es eso muy pronto? -- Rió enternecido el de cabellos chocolate, usando una de sus manos para quitarse las gafas del puente de su nariz, colocándolas ahora sobre su cabeza. 

-- No, no es poco tiempo. -- >> No lo es, porque yo ya me hice la idea de que cada vez que volviera a casa estarías aquí y podría verte. << Pensó. 

La mirada de YoonGi se posó en las manos que ambos tenían unidas, eran tan diferentes, pero encajaban tan bien. -- Pollito, he tratado estos días de darte todo el espacio que te mereces, o bueno, por lo menos todo el que soy capaz de darte mientras invado tu habitación... pero no sé cuanto más pueda aguantar. Es complicado, muy difícil. -- 

-- ¿E-El qué? ¿Qué es tan complicado? -- Murmuró temeroso. 

-- Tenerte cerca y no poder actuar como me gustaría. Verte con el pijama y no poder meterme entre las sábanas contigo. Pasar la tarde riéndonos juntos y no poder besar esa sonrisa. No poder ofrecerte citas. No ser... no ser la persona que te mereces y ver como otro está haciendo las cosas bien, sin ser estúpido. -- 

La duda nació en el pecho de JiMin ¿Acaso él los había visto? -- Hyung... -- Llamó, queriendo desaparecer; o que por lo menos el nudo de su garganta se deshiciese. 

Con movimientos lentos el rubio se movió, se sentó entre las piernas del pálido colocando sus piernas por encima de las suyas. Estaba siendo un hipócrita al estar acercándose tanto y no respetando el acuerdo que él mismo había impuesto, pero lo necesitaba, tenía el alma ardiendo por un poco de contacto con él. 

-- Yoon-ah; te voy a apoyar en todo lo que decidas en cuanto a esto, lo que más quiero es que todo se solucione y por fin puedas ser tan feliz como te mereces. P-pero; uhm ¿Se me permite ser un poco egoísta ahora mismo? -- Con la misma parsimonia que antes alzó su rostro, terminando por tener su respiración mezclada con la del mayor. 

En ese momento en el que habían vuelto a ser los dos solos, pegados el uno al otro, hablándose bajito y con sus manos entrelazadas; Min sintió que desde luego el joven tenía la capacidad de transportarle a otro sitio. -- A ti se te permite lo que quieras, JiMin. -- Susurró moviendo su rostro de lado a lado para poder acariciar la nariz del contrario con la propia. -- ¿Puedo ser un poco egoísta ahora mismo yo también?

-- Puedes dejarte de preguntas y besarme ya, también puedes hacer eso. -- Contestó en un reproche infantil pero suave; escuchando como a su hyung se le escapaba una pequeña risa que quiso atesorar en su memoria. 

YoonGi no recordaba cuando había sido la última vez que había capturado los labios de JiMin de esta forma; ambos tranquilos, disfrutando del momento y siendo sobre todo conscientes de lo que podía llegar a significar. Con delicadeza el rubio deshizo uno de los agarres de sus manos, usando la propia para colocarla en la nuca de YoonGi, pudiendo de esta manera profundizar el beso. 

Apenas podía pensar en algo más ahora; quería detener el tiempo ahí, donde eran justamente JiMin y YoonGi demostrándose el amor que se tenían. Pero eso era imposible, hacer que el tiempo dejase de correr no estaba en su mano. Pero... ¿Y extenderlo? ¿Podría extender esto durante mucho tiempo más? 

¿Había alguna forma de hacer que esto fuera algo diario, una costumbre especial de la cual disfrutar habitualmente? Y sí, eso sí que podía hacerlo. 

En algún punto de su mundo compartido el castaño acabó tumbado sobre la alfombra, con el cuerpo del más joven recostado sobre el suyo. YoonGi tenía ambas manos posadas en la cintura del otro; y JiMin usaba sus antebrazos para apoyarse a cada lado del rostro de su hyung. 

Para cuando se separaron, el mayor tenía capturado el belfo inferior del precioso chico que tenía entre sus manos, estirando este con cuidado. 

-- Estrellita... ¿Estás seguro de esto? -- Murmuró apoyando su frente en la del nombrado. 

-- ¿Seguro de qué? ¿A qué te refieres con esto? -- Dijo sin entender demasiado, entreteniéndose en acariciar la zona del cuerpo contrario que sujetaba. 

-- ¿Crees que pudiéramos funcionar de manera correct- ... -- 

A JiMin se le cortó la respiración unos instantes cuando alzó su cabeza un poco más para poder mirarle de manera más cómoda. Cuando sus ojos se enfocaron en los felinos -o por lo menos el visible- contrarios el mundo pareció parar. Dedjo de escuchar, todo parecía ir muy lento y lo único que podía hacer era adorar el rostro ajeno con sus propios latidos desenfrenados haciendo eco. >> Oh, mierda...<< 

No supo cuantos segundos había pasado ensimismado, adorando cada una de sus facciones y con su corazón acelerado; solo supo que cuando estuvo de vuelta el mayor tenía sus mejillas sonrojadas y se encontraban de nuevo sentados, Min teniendo su rostro tomado entre sus manos. -- ¿JiMin-ah? ¿Estás bien? M-me estás preocupando ¿Te mareaste? -- 

-- N-no... pero me enamoré, me enamoré profundamente. -- Murmuró, aún sorprendido por haber sentido aquello justo ahora. 

Siempre hubo algo que Park no entendió, y era: si el destino ya le había demostrado que YoonGi era el amor de su vida la primera vez que lo vio en aquella fiesta de graduación ¿Por qué nunca le había demostrado de igual forma que estaba realmente enamorado de él.

Parecía que el mundo hubiera esperado hasta el último momento para esto; o tal vez, era la primera vez que JiMin no sentía rencor por el más mayor, a lo mejor era la primera vez que conseguía mirarle con amor completo y no con reproche por pensar en lo que tenía con MiWoo, ahora siendo consciente de la real situación. 

-- ¿Te...qué? -- YoonGi se sintió nervioso, demasiado. Las palabras dichas por el más joven lo tenían con el pulso acelerado porque si aquello era cierto, su mayor deseo se había hecho realidad ¿Acaso ellos dos eran el amor de la vida del otro, de forma recíproca? -- T-tú... quiero decir, nosotros... ¿Cuándo? A-a ver... --

-- Nosotros nos vimos por primera vez en mi fiesta de graduación, pero no me notaste porque habías bebido... Cuando empezó la universidad no podía creerme el haberte encontrado, p-por eso en cuanto te vi me acerqué; sin tener un por qué en realidad... no nos conocíamos pero yo ya sabía que eras tú así que quería enamorarte, o algo... -- Confesó el menor sintiendo sus mejillas también coloreadas por estar contando algo que le avergonzaba en parte recordar. No fue fácil acercarse de repente a un desconocido que ya sabías que querías. 

Min escuchaba el relato con atención, sin reprimir la sonrisa que se le escapaba y sintiendo su vista nublarse sin remedio ante la emoción. Ellos se correspondían, el destino les había escogido a ellos. -- Eso explica por qué desde el principio me pareciste lo más precioso que se me había cruzado antes... -- Rió el castaño, haciendo memoria y pudiendo visualizar en sus pensamientos a ese chico de primer año que llegó de la nada haciéndole miles de preguntas y siendo apodado por ello "Pollito metiche" 

-- Ah... me va a explotar el corazón... -- Se quejó avergonzado el más bajito, apoyando su frente en el hombro ajeno. 

-- Minie, entonces... nosotros y él... -- JiMin frunció su nariz confuso, aún así no se movió. 

-- ¿Quién es é- -- No terminó la frase cuando se dio cuenta a quién se refería el pálido. -- Uh, EunWoo... -- Con miedo incluso de asentir, YoonGi se quedó callado, limitándose a acariciar el cabello rubio con cariño. -- Hyung; aún me aterra esto, pero no podemos vivir con el miedo de que pase algo malo... nos estaríamos perdiendo un posible final y camino maravilloso ¿no? -- 

Min movió su cabeza despacio de arriba abajo, dándole la razón. Temía decir algo en alta voz, porque sabía que le temblaría, estaba viviendo lo que posiblemente fuera uno de los momentos más emocionantes que recordaría. Sus ojitos picaban por querer dejar salir puras lágrimas de emoción. 

-- Entonces ¿Está bien si vamos despacio, pero seguro? S-si quiero un nosotros, pero un nosotros sano y de verdad... aunque me da miedo, el querer es mayor que el pavor ¿Está bien para t- -- 

El escuchar aquello y afirmar que todo esto estaba siendo real, que una segunda oportunidad que creía perdida era posible, YoonGi abrazó la cintura de Park con sus brazos, estrechándole entre estos mientras dejaba todas sus emociones salir. Había sorprendido un poco al más pequeño, quien no se esperaba escuchar los suaves sollozos ajenos de repente. 

Y aunque por un momento quiso reírse inocentemente de él y de su tierno gesto, la preocupación lo invadió más rápido. -- ¡Hyung, hyung, hyung! no llores, tu ojito... no lo fuerces, cuidado. -- Dijo, removiéndose un poco para quitar el parche que cubría el ojo dañado. -- Ash, estrellita... -- 

-- E-es tu culpa, estoy muy enamorado de ti y me dices cosas muy bonitas justo cuando creía que te perdía... -- Se quejó el castaño, sintiendo como sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas, pero no dejando de sonreír atontado hacia el menor, quien intentaba borrar el surco húmedo que quedaba en su pálido rostro. 

Aunque sus palabras estaban endulzando sus oídos, para Park era imposible borrar el puchero inconforme de sus labios. -- Tonto... me preocupa que se ponga peor. -- Se volvió a quejar en voz baja, depositando finalmente otro besito más en su boca. Al tener la puerta de la habitación abierta fue fácil escuchar como sus padres habían llegado, no podían distinguir las palabras de la conversación que ellos estarían teniendo, pero se les escuchaba. -- Será mejor que vayamos, les prometimos hacer la cena en familia, y ellos no perdonan esas promesas. -- Murmuró sobre sus labios para luego terminar de separarse y colocarse de pie.

Fue entonces cuando se dio cuenta de que siquiera se había desmaquillado o puesto ropa cómoda. -- Minie, un momento. -- Llamó el más alto, tomándolo de la cintura para atraerlo hacia él una vez estuvo de pie igual. -- Te prometo, te juro que seré el mejor para los dos; seré la mejor versión de mi que nunca antes haya sido... Estarás orgulloso de que el destino te haya unido a  mi, y de tú haber tomado la decisión de hacerle caso y no escoger a otro. -- 

-- Estoy impaciente por enamorarme de esa nueva faceta tuya también. -- Bromeó el de mejillas regordetas, rodeando el cuello contrario con sus brazos para apenas mirarse sonrientes, demasiado perdidos en ellos para darse cuenta de que el señor Park les miraba desde el marco de la puerta con una de sus cejas enarcadas y una sonrisa.

-- ¡Ustedes dos! ¡A la cocina! -- Exclamó dando dos golpes en la pared, haciendo que ambos se despagasen de un salto con las mejillas sonrojadas, más YoonGi que su hijo. 

-- ¡Papá! ¡Qué susto! -- Se quejó llevándose una de sus manos al corazón, poco más y su progenitor lo mataba de un paro cardíaco justo cuando había tomado una decisión demasiado importante en su vida. 

La risa de YoonGi se apreció a la perfección, y el señor juraba que era la primera vez que le escuchaba carcajear de forma tan sincera. -- Voy yendo yo primero, tú ponte cómodo mientras comenzamos nosotros. -- Sugirió, dejando una última caricia en la pomposa mejilla del joven. 

Su padre desapareció escaleras abajo entre risas, sabía -o quería haber confiado- en que ellos dos serían capaces de arreglar sus diferencias. Se alegraba de que se hubiera dado después de tantos malos ratos. 

Por supuesto que JiMin aceptó la idea de su mayor, cuando creyó que su hyung se había ido junto a su padre se acercó a su cómoda para sacar el pijama. Estaba a punto de entrar al baño para darse una rápida ducha y colocárselo, pero YoonGi interrumpió en su habitación correteando como niño pequeño para sujetar sus mejillas y estampar sus labios una vez más. 

-- ¡Dile a la estrella del volleyball que nos queremos mucho; y que somos algo serio! -- Dijo, yéndose igual de rápido de como había entrado. 

-- Siempre, siempre tan rápido y deslumbrante como una estrella fugaz. -- Rió para si mismo Park, con el corazón calentito y la emoción nublándole cualquier preocupación en estos instantes. 



Fue muy largo el camino, peeeero ya por fin los dos chiquitos están juntos en esta historia *clap* *clap* *clap* Quedan más capítulos, los cuales espero poder traeros lo más rápido posible, pero bueno, por fin lo de ellos ya está bien. <3

Quería dedicar el capítulo -como siempre en realidad- a Tesshyung <3 porque es mi estrellita y la quiero profundamente aunque muchos, demasiados, kilómetros nos separen. :( Te adoro, Tess. 

¡Espero que hayáis disfrutado! Os quiero mucho. Cuidadse ¿Si? 

Kisssuuuu~~ 250522

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