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veinticinco


JiMin se encontraba en una situación en la que quería tirarse de los pelos en busca de un poco de desahogo personal. El día no había empezado de la manera más sosegada para él. 

Hoy era un día muy importante, YoonGi iba a reunirse con el abogado que iba a contratar para poder consultarle la situación que había vivido con MiWoo, buscando un poco de consejo profesional. Aunque el rubio había rogado por ir a aquella consulta con él, no pudo darse. 

El pálido le había repetido en la noche anterior incontables veces que no debía de preocuparse por nada, que él le contaría todo después con todos los detalles, pero al menor le frustraba de sobremanera. Realmente no creía que pasar por aquello solo fuera a ser agradable; el quería se el mayor apoyo para el castaño. 

Y no es que una tontería le hubiera impedido acompañarle, fue un examen de dos horas que a su profesora le había parecido buenísima idea poner justo aquella tarde. 

-- Minie; deja de morderte las uñas, después te quejas porque no las tienes bonitas. -- Le dijo TaeHyung mientras le tiraba un cojín desde el otro extremo del sofá. 

-- No puedo, hace más de una hora que YoonGi hyung debería de haberme contestado a los mensajes. Pero ni siquiera me contesta a las llamadas... ¿Le habrá pasado algo o- -- De nuevo el de piel canela le volvió a tirar otro cojín, murmurando un "Exageras" . -- ¡Ash, Tae! No exagero... -- 

El nombrado rodó los ojos sentándose más cerca de su mejor amigo, su brazo pasando por encima de los hombros contrarios. -- Están en una reunión seria, a lo mejor simplemente se alargó porque había mucho de lo que hablar. ¿Quieres algo de cenar? Ya va siendo tarde, podemos comer juntos si quieres. -- Inquirió apoyando su cabeza sobre la ajena, viendo como JiMin abría y cerraba la app de KakaoTalk casi de manera impulsiva. 

-- ¿Hoy tu papá tiene turno de noche? -- Preguntó, el chico había conseguido que se distrallese un poco. 

-- Así es, hoy tenía un turno bastante largo en el hospital, así que ceno y duermo solo. A no ser que JungKookie termine su show "temprano" y no se encuentre demasiado cansado; si no es así vendrá a dormir aquí. Pero desde luego no llegará para la hora de la cena. -- Explicó, abultando su belfo inferior de manera inconsciente. 

Su novio estos días estaba estudiando y trabajando a la vez en pequeños lugares cantando y tocando la guitarra, era poco el tiempo que últimamente tenían para pasar juntos; realmente TaeHyung lo extrañaba de sobremanera. -- Lo siento, Tete; pero quiero esperar a hyung para cenar... -- 

-- No seas bobo, no pasa nada. -- Dijo regalándole una amplia sonrisa geométrica, intentando que el rubio no comenzara a sentirse culpable. -- Hacía mucho que no venías a casa, nos estamos haciendo mayores y tenemos demasiadas cosas que hacer siempre. -- 

-- Sí, tienes razón... -- Los ojitos pequeños de JiMin recorrieron la habitación donde había jugado un millón de veces desde que tenía memoria. -- Pensé que vería hoy a tu papá, en serio tenía ganas de uno de sus super abrazos; a veces los echo en falta. -- 

-- Papá te ama, ven cualquier día a verle aunque yo no esté, ya lo sabes. Nos ama a los tres, realmente os ve a ti y a JungKook como su familia igual. -- Las palabras consiguieron que JiMin sintiera una mínima tranquilidad entre tanto desespero. 

Después del largo examen; al no haber tenido aún noticias del pálido, decidió irse con su mejor amigo a su casa para pasar el rato, TaeHyung le había dicho que en casa esperando sólo iba a darle vueltas en círculo y el tiempo pasaría más lento y tortuoso, Kim tenía razón. 

Park entrelazó sus piernas con las del castaño abrazándose a él y agradeciendo al mundo mentalmente por haber puesto a gente tan increíble en su camino a lo largo de su vida. Estuvo a punto de cerrar los ojos y disfrutar como las manos grandes de Kim le acariciaban el cabello, pero el sonido característico que le había colocado al contacto de YoonGi sonó haciendo que se removiera con inquietud. 

"Estoy a punto de llegar a casa, siento muchísimo la espera, ahora te cuento. Te quiero, pollito." 

-- ¡Me voy, me voy, me voy! YoonGi va a llegar ¡Te veo el lunes en la uni! Te amo. -- El rubio se colocó el abrigó y tomó su mochila, dejando un beso en la coronilla de un confundido Tae, a quien ni siquiera le dio tiempo a despedirse correctamente ya que todo había pasado en apenas unos segundos. 

Para la suerte del de mejillas regordetas su mejor amigo también era su vecino, así que llegar a casa no le iba a tomar nada más que un par de minutos corriendo como iba. Se sentía inquieto, con el corazón corriendo como loco al no saber qué sería lo que se iba a encontrar, cómo de tranquilo o aún más asustado iba a estar su pareja. 

Para cuando JiMin estuvo frente a su hogar, se encontró con una escena que le hizo desacelerar un poco el paso. 

Su padre se encontraba con YoonGi en el porche de la entrada, ambos de pie. El señor Park abrazaba al pálido y este tenía su frente apoyada en el hombro de aquel hombre ¿Tan mal había ido? ¿Su papá se había encontrado con Yoon en el camino? 

-- ¿Hyung? -- Preguntó a media voz, haciendo que los otros dos salieran de su pequeña burbuja de consolación.

Rápidamente e incluso de una manera un poco brusca el de cabellos chocolate se limpió alguna de las lágrimas que se habían escapado de sus ojos, maldiciendo en voz baja por lo que su ojo dañado escocía y porque ahora tendría que cambiar el parche ya que se había mojado. -- Iré a prepararme, mamá y yo salimos hoy. Hay comida en la nevera ¿Bien? -- Dijo el hombre, dejando un suave apretón en el hombro de Min y una caricia en la pomposa mejilla de su hijo antes de entrar dentro. 

-- YoonGi hyung, me siento angustiado ¿Pasó algo malo? -- Volvió a preguntar sonando incluso un tanto desesperado, a lo que el nombrado negó con su cabeza. 

-- No, no fue nada mal, cielo. Perdón por preocuparte... -- Dijo finalmente, haciendo que el alma volviera al cuerpo del pequeño. Yoon deslizó sus manos hasta poder tomar las pequeñitas ajenas. -- Ven, tengo que contarte. -- 

Ambos se sentaron en el sofá columpio que decoraba la entrada del hogar de los Park. JiMin aún sentía su corazón retumbar un poco haciendo eco dentro suyo. Había dejado una de sus piernas por encima de las de YoonGi, tan pronto como sintió el muslo de su pareja apoyo sus dos manos sobre este, entreteniéndose en acariciarlo. -- ¿Papá te estuvo animando? -- 

-- Bueno; él hizo más que eso. -- Confesó, alzando su rostro para girarlo, así pudiendo mirar al jovencito mientras le hablaba. -- Cuando estaba a punto de irme a la consulta con el abogado tu padre estaba entrando, llegó del trabajo. Me dijo que me acompañaría, él en serio fue conmigo como... como si fuera mi padre. -- 

JiMin no pudo evitar que sus labios se curvasen ligeramente hacia arriba, extendiendo una de sus rechonchitas manos para acariciar las finas facciones de Min. -- Papá te quiere mucho, estrellita; al igual que mamá. Ellos no mienten cuando te dicen que no molestas aquí en casa... ¿Fue bien la consulta? -- 

-- A-algo así... el otro día; bueno, no te lo conté para no alarmarte pero, uh... MiWoo me escribió desde el teléfono de no sé quien y- -- Ni siquiera pudo terminar la frase pacíficamente cuando el rubio se había ya sobresaltado, endureciendo su expresión y tensando su cuerpo al completo. 

-- ¿Qué te dijo? ¿Qué vas a hacer? Porque te aseguro que estoy a punto de ir a comisaría y- -- Esta vez YoonGi se la devolvió.

-- Hey, hey; no te preocupes... está todo bien. Tu papá me tranquilizó bastante en cuanto a eso y lo hablamos en el abogado, me aconsejó que ahora mismo no informase a MiWoo sobre nada y que no le contestase. Nosotros simplemente vamos a reunir todo y... denunciar... -- Aún era algo complicado para el pálido. 

Cómo y por qué de repente la persona que más has querido durante tanto tiempo se vuelve un completo monstruo egoísta que no teme dañarte de todas de las maneras habidas y por haber. El castaño mentiría diciendo que conseguía separar a la perfección la MiWoo de antes con la MiWoo de ahora. 
Pero por suerte estaba convencido de que protegerle no era la solución, y ahora estaba mejor acompañado que nunca antes. 

Park suspiró removiéndose un poco, sus brazos se cruzaron sobre su torso y sus vista se centró en el cielo ya prácticamente oscuro, las estrellitas y la luna se podían visualizar en este punto. -- Fuimos al hospital también, por eso hemos tardado más de lo esperado. -- Volvió a hablar el mayor esperando poder tranquilizar un poquito más a su chico. -- Fuimos a por el parte médico para adjuntarlo a la denuncia, y decidieron hacerme revisión, además de por fin informarme sobre la operación, será el mes que viene. -- 

-- ¿En serio? Eso son buenas noticias, pronto no vas a tener que usar el parche y podrás ver mejor. -- Yoon asintió con su cabeza, suspirando y deslizándose un poco en aquel sofá que se balanceaba, acabando con su cabeza apoyada en el hombro del más bajo. 

-- ¿Y tu examen? ¿Fue duro? -- Preguntó buscando la mano derecha del pequeño con la suya para poder entrelazar sus dedos. 

Y aunque ahora JiMin se había vuelto a relajar de nuevo y estuviera comentándole sobre qué tan tortuosas habían sido esas dos horas de examen, él no podía estar concentrado en estos momentos. Sus orbes estaban centrados en sus dos manos juntas, lo bien que encajaban, lo mucho que le gustaba el contacto con la piel de JiMin, lo mucho que todo él había necesitado al de mejillas regordetas en todos los años que llevaba arrastrando una relación nefasta. 

"Te quiero, y no tengo miedo de lo que venga a partir ahora porque estoy a tu lado y eso me hace sentir invencible." Pensó.



Los padres de JiMin habían salido como en reliadad solían hacer cada viernes, ellos también tenían su propio grupo de amigos y este día solían reunirse para hacer cualquier cosa juntos. 

Ambos jóvenes se habían habituado a tener la casa sola estos días de la semana, y aunque para cualquier pareja de jóvenes esto sería una gran noticia por poder tener un poco de privacidad; desde que ambos se habían reencontrado después de la gran pelea que tuvieron; no había habido algún momento íntimo más allá de unos besos. 

Todo estaba siendo tan complicado, tantas malas noticias que asimilar que la líbido ni siquiera hacía acto de presencia en realidad. 

YoonGi ahora se encontraba colocando en el horno la comida que la familia Park había dejado para que ambos cenasen; esta noche lasaña en concreto, mientras su novio se estaba dando la ducha más larga de su vida. El pálido incluso podía escucharlo canturrear una tonta canción infantil, la cuál estaba seguro de que JiMin se estaba inventando la letra en aquel instante. 

A la vez que esperaba a que la lasaña se calentase se dispuso a colocar la mesa, el de mejillas regordetas le había dicho desde antes que le esperase para colocarlo todo juntos, pero a él no le costaba hacer esto mientras... sabía que posiblemente tendría que comerse un pequeño regaño más tarde por "hacerlo todo". 

Fue que estaba colocando los vasos y sacando las bebidas del refrigerador que se dio cuenta de que no sabía qué querría el de mejillas pomposas rubio para tomar. 

-- ¡JiMinie! -- Llamó en un suave grito mientras se movía de la cocina, acercándose a la puerta del baño. -- Pollito ¿Qué quieres de beb- --

La puerta de la habitación fue abierta sin que YoonGi ni siquiera lo esperase, saliendo de allí un olor a frutas que sabía reconocer como el shampoo de su menor, al cual podía ver en estos instantes de pies a cabeza.

Park tenía puesto su albornoz color azul pastel, este desacomodado en la parte de sus hombros al estar peinándose y no encontrarse demasiado apretado. -- Qué quiero de... -- Animó el pequeño a que el chico terminase su frase. 

-- ¿Qué quieres de beber? -- Dijo finalmente apoyándose en el marco de la puerta, su mirada perdiéndose en el chico frente a él. No tenía duda alguna de que JiMin era el joven más bonito que había visto jamás. 

-- ¿Hay Nestea de maracuya? Creo que papá compró hace poquito. -- Habló mientras removía de forma desordenada por última vez sus cabellos, al no gustarle como se veía de ninguna manera. 

Fue entonces cuando se giró completamente hacia su pareja, dedicándole una pequeña sonrisa al verle allí mirándole con esos ojos llenos de amor que por fin podía detectar de su parte. JiMin casi que correteó hacia él los poquitos pasos que les separaban, rodeando la pequeña cintura del mayor con sus brazos para sonreírle de cerquita. 

Tontamente YoonGi se sintió contagiado, sus labios estirándose hacia arriba antes de sacarle la lengua con diversión. -- ¿Qué miras tanto? -- Dijo el pálido en tono juguetón. 

-- Al amor de mi vida ¿Algún problema? ¿Tengo que pagarte por admirar semejante obra de arte? Estoy dispuesto a ello. -- Contestó el pequeño, recibiendo una melódica carcajada de parte del contrario que le calentó el alma. 

La diestra del más alto acunó su regordeta mejilla para poder acercar un poco más su rostro. -- ¿Estás dispuesto a pagar con algo más que dinero? Puede que los billetes no me convenzan. -- Murmuró dedicándole una mirada con una de sus cejar enarcadas, aún jugando. 

Que este momento se estuviera dando le hacía creer a JiMin que todo estaba mejorando poco a poco, en estos instantes acababa de ver una parte de Min que hacía meses no conseguía. Ese YoonGi juguetón, seguro de si mismo y de su encanto, con un poco más de autoestima después de que MiWoo lograra llevársela toda. 

El rubio se había quedado embelesado ante él, totalmente absorto en sus pensamientos y en acelerado latir de su corazón. -- ¿Qué pasa, pollito? -- Inquirió el de ojos felinos al no haber recibido alguna respuesta de su parte esta vez. 

Las pequeñas manitas se deslizaron desde su cintura hasta su torso, para poder terminar rodeando su cuello. -- Me alegra tener de vuelta poco a poco a ese chico que me enamoró desde el primer día. -- Fue lo que dijo, sintiendo como las palmas de las manos de YoonGi pasaron a apresar sus caderas, e incluso si estaban por encima de la tela del albornoz le provocaba que la piel se le erizase.

-- Tú lo estás trayendo de vuelta. -- Susurró Min, ladeando ligeramente su cabeza para conseguir que los labios de ambos se rozasen casi de manera tortuosa.

YoonGi supo que había conseguido estremecer al más joven al sentir como sus deditos apretaban su polera, fue lo que le hizo reunir el valor como pegar con suavidad las caderas ajenas a las suyas y capturar esos belfos pomposos con los suyos. 

Los besos eran lentos pero húmedos, ambos habían perdido la cuenta de hacía cuánto tiempo momentos como estos no se daban entre ellos. Se lo habían tomado con calma, incluso si YoonGi llevaba un mes y algo más en aquel hogar, hacía menos de tres semanas que habían comenzado a dormir en el mismo colchón. 

Volver a sentir esta conexión con el más joven le devolvía un poco de la felicidad que había perdido por el camino. 

Y no supo ni en qué momento ni cómo sus lenguas se habían hecho partícipe de esto. JiMin mordía su belfo inferior con cuidado mientras se pegaba a su cuerpo y él se sentía un tonto que nunca había tocado el cuerpo de alguien más. Su izquierda viajó hacia su cabello húmedo, colocando sus mechones detrás de su oreja y aprovechando para acariciar esta, sintiéndola caliente. 

Aquello ya lo sabía, las orejas de su pequeño era una de sus partes sensibles. 

Escuchó a JiMin quejarse en una casi inaudible jadeo cuando sus bocas tuvieron que separarse en busca de aire. En serio ¿Cuánto hacía que no se besaban de aquella forma? El ojos felinos relamió sus propios labios, tocando también los ajenos debido a la cercanía. 

Ambos eran incapaces de decir algo en este momento donde se tenían pegados y conectados de alguna manera. El más joven depositó más besos pausados, esta vez sobre su pálida mejilla, YoonGi permitiéndose disfrutar de este momento en el que tenía a su chico mimándolo de la mejor de las maneras mientras el apretaba su cadera y ahora acariciaba el lateral de su cuello. 

Los belfos pomposos se deslizaban por su mejilla, hasta su mandíbula para luego volver a sus labios, los deditos de Park enredándose entre las hebras chocolates de su nuca en el momento en el que sus bocas volvieron a unirse, de manera apenas un poco más apresurada. 

Aunque esta vez no pudo durar mucho más. 

Los dos pudieron distinguir el usual timbre del horno anunciando que lo que estaba en su interior estaba listo, o que por lo menos el temporalizador establecido ya había llegado a su fin. Ambos pares de ojos se encontraron, YoonGi siendo el primero en sonreír un tanto nervioso, no por nada malo, sino por toda las emociones surgidas en un instante. Y por supuesto, por lo bien que se había sentido volver a experimentar algo como esto.

-- Ve a ponerte el pijama, precioso; termino de poner la mesa y te sirvo la ración ¿Bien? -- Dijo a media voz, colocándole de manera correcta el albornoz que desde antes estaba desacomodado, esta vez ya cubriendo sus hombros. 

-- Vale... -- Y aunque el pequeño había aceptado la propuesta, su cuerpo no se movió de allí, estaba totalmente perdido en los ojos rasgados y brillantes de Min. 

Este rió, ahora pareciéndole totalmente adorable la forma en la que JiMin se encontraba. Tomó su rostro con todo el amor que sus manos eran capaces de expresar y besó sonoramente esos labios que le daban toda la paz para seguir. -- Vale. -- Le repitió, recibiendo un inesperado abrazo en el cual JiMin aprovechó para esconder su sonrojado rostro en el cuello ajeno. 

A él nunca le había dado vergüenza todo lo referido al sexo o las intimidades, siempre se lo había tomado como algo natural, incluso con anterioridad cuando tenía algún momento subido de tono con YoonGi nunca se había sentido avergonzado ¿Por qué de repente se sentía de aquella manera? No lo lograba entender. 

Con rapidez y con la intención de no ser descubierto el rubio salió de allí, de nuevo correteando e incluso tropezando con el cinturón de su albornoz, que colgaba demasiado. El mayor negó mientras sonreía viendo como desaparecía escaleras arriba. 

"Espérame un poco más, espérame y te juro que las cosas no van a volver a ser cómo antes; porque serán aún mejores porque esta vez sé como quererte de manera correcta." 



21423. Kisssuu~~

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