veinte
JiMin llevaba tres días en los que no parecía siquiera estar viviendo en la Tierra, simplemente actuaba de forma automática. Se despertaba cada mañana, iba a la universidad y hacía sus quehaceres porque sabía que era su obligación; y él era alguien autoexigente, pero sino posiblemente se hubiera hundido en su colchón cada una de esas horas.
Ahora se encontraba andando por el pasillo, "andando", tenía un esguince de grado uno, no era nada grave, pero si que se había lastimado aquel fatídico día en el gimnasio. -- JiMinie, déjame que te ayude. -- Dijo TaeHyung tomando la mochila de su mejor amigo, de esa forma el rubio podría manejarse mejor con las muletas. -- Te invito a desayunar ¿si? Vamos. --
Park simplemente asintió con su cabeza, no tenía hambre, sin embargo un dulce cuando se encontraba medio triste nunca era mala opción.
Tenía que agradecer varias cosas, la primera era el apoyo y la atención que sus dos mejores amigos estaban dándole, nunca le hacían sentir solo y estaban allí a cada momento que el lo necesitaba, segundo; todos los besos que sus padres se habían encargado de darle en estos días en los que el mundo parecía caérsele en cima, y tercero, que YoonGi hubiera respetado su decisión; no le había vuelto a ver siquiera por la universidad.
No sabía que había pasado con el pálido, y a pesar de que lo agradecía, otra parte de él estaba sumamente preocupado ¿Estaría bien? ¿Habría tenido otra discusión con MiWoo que lo hubiera dejado aún peor de lo que solía ser? >> No pienses en él, tiene que arreglar sus problemas ahora solo. <<
Cuando el chico de mejillas regordetas se sentó en la cafetería pudo respirar tranquilo, andar con muletas le era sumamente cansado, los músculos de sus brazos estaban tensos del esfuerzo. -- ¿Qué quiere mi más mejor amigo de desayunar? ¿Café y tarta? ¿O batido y galletas? ¿U hoy probará algo nuevo? -- Inquirió el de tez canela dejando las mochilas de ambos al lado de su asiento.
-- Café Mocca y brownie de chocolate con nueces. -- Pidió mordiendo con delicadeza su labio, sabía que no debería de estar comiendo tanto dulce estos días, pero no podía evitarlo, simplemente era algo que le gustaba demasiado y le subía el ánimo un 0,1 %
En cuando Tae se dio media vuelta para dirigirse al mostrador, él decidió prestarle un poco de atención a su teléfono. Tenía mensajes de SeulGi; su mejor amiga, también de su padre, y además de EunWoo. Rápidamente se metió en el último chat, sabiendo que posiblemente el chico le estuviera proponiendo un plan para hoy viernes, y así era.
>> JiMin hyung, hoy mis padres se van de cita romántica a cenar así que había invitado a los chicos a ver una película a mi salón, tengo un proyector y una pantalla así que creo que puede ser agradable :) ¡TaeHyung hyung y tú estáis invitados! Dime qué haréis para poder preparar la sala correctamente para todos ¡Espero que estés mejor! <<
¿Película por la noche con los chicos? La verdad es que no sonaba mal, y cualquier cosa era mejor para su salud mental que quedarse solo en su habitación, así que sí, definitivamente iría allí y trataría de estar bien en el día de hoy. >> Allí me tendrás, Woo, después te confirmo si TaeHyungie también. << Le respondió, y apenas le dio tiempo a darle a "enviar" cuando ya tuvo a su castaño preferido allí con los dos desayunos.
-- Aquí está todo, mi bonito Mimi. Ah~ qué hambre tengo. -- Se quejó el de piel canela tomando su sándwich y dándole un bocado.
-- Tú siempre tienes hambre a la hora del desayuno, es tu comida favorita. -- Bromeó el rubio, dándole un sorbo a su café para disfrutar del delicioso sabor de este lo primero. -- Tae, Woo y los chicos verán hoy películas en su casa y nos han invitado ¿irás? --
-- ¿Hoy? -- Inquirió con cierta desilusión, abultando su belfo inferior. -- No puedo, Mimi, ya hice planes con mi bebé, y de verdad tengo muchas ganas de verle. Este último curso antes de la universidad le está consumiendo el tiempo libre que solía tener, extraño a Koo demasiado. Pero puedo dejarte en casa de EunWoo antes de ir con él, así no tienes que tomar el bus o andar demasiado. --
JiMin asintió con su cabecita, le hubiera gustado ir con TaeHyung, pero sabía que él se lo iba a pasar en grande junto a JungKook. -- Gracias, Tete, te lo agradezco. -- Murmuró, llevándose el primer bocado de brownie hacia su boca.
El más joven de ambos tomó la manita de su mejor amigo por encima de la mesa y con su mano libre siguió comiendo.
El resto del día había pasado con total normalidad, por lo menos la que ahora solía consumirle; porque antes pasarse una sola mañana sin saber de Min era de lo más extraño. Quedaban menos de quince minutos para que Tae llegara para ir a dejarle a casa de EunWoo, por suerte le quedaba poco para estar completamente listo.
De cualquier forma últimamente JiMin no tenía la necesidad de arreglarse demasiado, de verse bonito o esforzarse en sus outfits, se sentía realmente exhausto de todo, así que sus pintas eran lo que menos le importaba. Aquello fue lo primero que alarmó a sus progenitores, sabían cuan coqueto era su hijo y lo mucho que le gustaba verse lindo. Esperaban que poco a poco su rayito de luz volviera. Ellos harían todo lo que estuviera en sus manos.
Así es como el joven de mejillas pomposas se encontró en poco tiempo vestido con un hoodie oversize de color crema y unos pantalones deportivos anchos, teniendo su cabello recogido con una pequeña coleta, puesto que ya se encontraba un poquito largo. -- Mimi ¿Quieres pasar por alguna tienda? ¿O ya tienes todo lo que necesitas para la película? --
-- Uhm, para en cualquiera que haya, me apetecen gominolas. -- Murmuró el mayor jugueteando con los accesorios que tenía colgando de sus llaves de casa.
Eso le hizo suspirar a Tae, su mejor amigo no era para nada alguien que soliera estar perdido en su mundo; verle ahora tan absorto de la vida que lo rodeaba le hacía preocuparse aún más. << Voy a cortarle las pelotas a Min YoonGi y se las iba a dar de comer a YeonTan. >> Pensó.
La primera tienda que Kim vio abierta fue la elegida, así que estacionó el auto en doble fila para que JiMin pudiera salir del vehículo y lo esperaría allí a que terminase de comprar. El joven saludó al entrar allí con sus muletas, recibiendo una sonrisa de la dueña del lugar. << No sé qué me apetece más... por mi me llevaría toda la tienda. >> Fue lo único que se le vino a la cabeza cuando vio la gran cantidad de dulces, gominolas, frituras... Sí, tenía que empezar a controlar sus impulsos si no quería acabar con diabetes.
Park miró el estante con diferentes chocolatinas, quería, necesitaba esa de chocolate blanco con caramelo. Con bastante esfuerzo se apoyó con una mano en sus muletas mientras que su otro brazo era estirado para intentar tomar el chocolate. De fondo sonó la campanita de la tienda que anunciaba la llegada de otro cliente, a la que no le prestó demasiada atención, por lo menos no hasta que esa persona giró el pasillo, encontrándose con él.
De la misma impresión, a JiMin se le cayó hasta una de sus muletas.
Era YoonGi, y a pesar de que llevaba puestas sus gafas podía ver a la perfección aquel hematoma en su ojo. Ninguno pudo decir algo en voz alta, así que en silencio el pálido estiró su brazo y le dio al rubio lo que tanto había intentado tomar, además de agacharse para darle el objeto caído. Fue entonces cuando los pequeños ojitos del más joven pudieron ver los incontables arañazos en sus manos y brazos.
Quería preguntarle qué era todo eso ¿Ahora era un pandillo o qué? Algo dentro suyo necesitaba saber sobre su estado, pero por otro lado, su otra parte negaba a dar su brazo a torcer después de tantísimo. Después de esos largos segundos que se hicieron interminables para Min en silencio, se limitó a hacer una reverencia y seguir hacia delante para llegar hasta las neveras de la tienda, de donde sacó un café frío. Obviamente que JiMin fue incapaz de no seguir sus movimientos.
Solo fue capaz de volver a moverse cuando el castaño había desaparecido de su campo de visión, volviendo a buscar qué es lo que más le apetecía. Su sorpresa número dos del día se presentó cuando llegó al mostrador y Min había dejado lo suyo pagado, incluso dejando un poco más de dinero por si quería agarrar más cosas. >> ¿Por qué de repente haces esto? <<
-- Te has tardado eh... ¿Qué pas- --
-- Vi a YoonGi hyung, él entró a la tienda... -- Cortó JiMin a su amigo en cuanto entró en el vehículo, pronto pudiendo visualizar la cara de sorpresa de Taehyung, la cual más pronto que tarde cambió a una de enojo.
-- ¿Hablaste con él? ¿Qué te dijo ese malparido? ¡Debería de haber entrado contigo!--
Los abultados labios del más bajo se fruncieron. -- Él estaba herido, sea lo que sea que pasó fue hace días. -- Murmuró tapando rostro con la palma de sus manos ¿Habría tenido una discusión con sus padres? ¿Con MiWoo? ¿Con amigos de ella?
-- Mimi... -- Llamó el de piel canela al chico de su lado mientras acariciaba su cabello con cuidado. -- Ya, lo que le haya pasado ya no es problema tuyo, él ya no forma parte de tu vida. --
Eso era un problema, él ya no era parte de su vida pero le seguía teniendo igual de presente. Le quería tanto que dolía, cómo se supone que iba a olvidarse del que sabía que era el amor de su vida, no sabía como sobrellevarlo.
Tae dejó su mano en la pierna del contrario mientras siguió con su camino rumbo al hogar de EunWoo, posiblemente lo que necesitaba su amigo era desconectar y pasar un rato con personas totalmente ajenas a YoonGi. Kim no fue capaz de irse de aquella casa hasta que vio como su mejor amigo rió un poco un par de veces, aunque fuera casi sin ánimos, le servía algo.
Fue así como el de piel canela acabó yéndose, y el dueño del hogar se encontraba en compañía de JiMin en la cocina. Los demás no habían llegado, así que estaban preparando algunas cosas para ver la película, en concreto se encontraban haciendo batidos de frutas, el rubio sentado en una silla cortando estas y el otro metiéndolas en la licuadora junto a los demás ingredientes.
-- JiMin-ah ¿Qué pasó estos días? -- Inquirió sin rodeos el menor de ambos, quien llevaba queriendo saber del de mejillas abultadas desde hacía días. -- Me gustaría ayudarte, puedes confiar en mi, espero que lo tengas presente, hyung. --
Los labios de Park se fruncieron de forma involuntaria, fue la reacción de su cuerpo al pensar que no debería de contarle este drama a más gente; pero en realidad necesitaba desahogarse y EunWoo no era un mal chico. -- Puede que te parezca una tontería... es solo que fui rechazado por el chico que me gustaba, eso es todo. --
El azabache asintió, no sabía realmente quien era esa persona de la que su mayor hablaba, pero se hacía una idea porque alguna vez le había visto con un chico pálido, y en esos momentos el rostro de JiMin siempre brillaba. -- ¿Era el amor de tu vida? ¿Sentiste eso? --
-- Woo... -- Advirtió el chico que permanecía sentado pelando ahora un mango, estas conversaciones en realidad eran muy íntimas.
-- Bueno, no sé si él realmente lo sea o no y veo que no quieres hablar de ello, así que hablaré yo. -- Dijo arrastrando una de las sillas de la mesa hasta quedar pegado a JiMin, sentándose en esta seguidamente. -- Hace años conocí al amor de mi vida. -- Inició, apoyando su codo sobre la mesa y su mentón en la palma de su mano, mirando como el joven de su lado cortaba la fruta.
Automáticamente el de cabellos dorados sonrió, se alegraba de que su amigo tuviera a esa persona presente. -- ¿Es en serio? ¿Es correspondido? --
-- Era. -- La sonrisa que el cachetón portaba, se borró en ese instante ¿Cómo que era? -- Ella tuvo un accidente de tráfico y murió, llevo años sin ella. --
-- P-pero, Woo ¿Estás bien? ¿Cómo es qu- Dios, eso, eso... eso es muy duro. -- Dijo intentando buscar las palabras correctas, aunque nada parecía ser lo necesario para esta ocasión. Verle tartamudear nervioso consiguió sacarle una risa al azabache, quien estiró su brazo para apretar la mejilla de su hyung con diversión.
-- No tienes que sentirte mal, lo superé hace mucho, y me hice la idea de que tendré que buscar a alguien más, ella era mi 100%, pero habrá alguien que sea mi 99%. -- Explicó, regalándole una de sus encantadoras sonrisa. -- No dejará de doler de la noche a la mañana, pero en algún momento lo hará, te lo prometo. --
Intentando asimilar aquellas palabras, JiMin agachó su vista, sintiendo como el tacto en su rostro cambiaba a uno mucho más delicado, uno que ahora mismo agradecía. Suponía que lo que decía EunWoo era cierto, pero le costaba pensarlo ¿Realmente llegaría algún momento que al ver a YoonGi su corazón no se acelerase? ¿Algún momento en el que su manita no extrañaría a la ajena para entrelazarse con ella? -- No sé, Woo. De cara al futuro, a ella no la verás más, de alguna manera la vas a olvidar, pero no sé si seré capaz de ver a YoonGi con alguien más y no sufrir en el moment- --
-- Así que YoonGi... así se llama. -- Le interrumpió, mirándole con una sonrisa divertida mientras alzaba sus cejas de arriba abajo. Las pomposas mejillas del mayor no tardaron en iluminarse dándole al contrario una patada por debajo de la mesa con su pie sano. -- Auch, ¡JiMin hyung! No puedes lesionarme, mañana tengo partido de volley. -- Dijo entre risas, poco a poco calmándose. -- Tienes razón, lo tuyo de cara al futuro es más duro... pero confío en que sí, será así. --
-- Tienes demasiada fe, yo ya no sé si quiero enamorarme más veces... es una mierda. -- Lloriqueó dejando después salir un suspiro de pura frustración, echando la fruta en la licuadora sin ser capaz de borrar el puchero de sobre sus labios.
>> Lindo. << Pensó el azabache, dejando su mano en la rodilla contraria. -- Bueno, hyung, hay veces que simplemente tienes que dejarte en las manos de alguien más. --
¿Dejarte en manos de alguien para sanarte? ¿No es lo que había intentado hacer YoonGi con él? Park giró su rostro para encarar al contrario, encontrándose con una sonrisa de labios cerrados de su parte. -- Woo... eso lo único que hace es dañar a la persona de quien te dejas caer. -- Murmuró, sabiendo lo que decía por pura experiencia.
-- O no, no todo el mundo es igual, JiMin Hyung. -- Fue su respuesta, atreviéndose a pasar su dedo pulgar por encima del labio inferior que seguía puesto en un puchero.
La habitación pasó a estar en silencio, siendo solo ellos dos mirándose. El rubio sintiéndose confundido como nunca antes; totalmente perdido en los orbes brillantes que le observaban ahora con atención, por lo menos hasta que el timbre del hogar se pudo apreciar.
Ante eso, el más joven deslizó su mano desde la boca ajena hacia su mejilla, dejando allí una delicada caricia antes de ponerse de pie. -- Termina con los dos batidos que quedan, voy a abrirle a los chicos. --
-- Sí... --
-- Ah, JiMinie hyung. -- Llamó el deportista desde el marco de la puerta de la cocina, haciendo que el llamado alzase el rostro de la fruta que estaba cortando. -- Puedes dejarte caer en mis manos, para ti siempre estarán preparadas. -- Dijo, sacándole la lengua después en modo de juego para quitarle peso al asunto; no tardando en perderse por el pasillo, dejando a un JiMin completamente confuso y congelado allí.
151121. Kisssu.~~
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