trece
La incomodidad que había sentido JiMin era indescriptible, nunca pensó que estar al lado del chico de sus sueños fuera en algún momento a tornarse de esa forma. al principio de la cita le había dado igual haberlo estado esperando, haberse mojado o haber pasado frío; lo que le hizo sentirse mal fueron las palabras del mayor "Lo siento pero esto no puede ser una cita."
Eso significaba que no le iba a dar siquiera la oportunidad de demostrarle todo lo que tenía para ofrecerle como pareja; YoonGi no iba a mirarle de esa forma, siquiera lo iba a intentar.
-- JiMinie ¡Mira lo que te compré! ¡Donuts! ¡Azúcar para el niño más lindo! --
Ahí estaba TaeHyung intentando animar aunque fuera un poco a su mejor amigo, después de sus años de amistad le había quedado más que claro que las cosas dulces en momentos tristes siempre eran más que bienvenidas. -- Gracias, Tete, pero en serio no debes de preocuparte, estoy bien. -- Contestó el más bajo regalándole una pequeña sonrisa, por supuesto no convenciéndole en absoluto.
No es como si se estuviera mostrando triste, de hecho el de piel canela no le había visto llorar o simplemente demasiado decaído; pero si lo veía pensativo, demasiado, y Tae odiaba ver al rubio tan sumido en su cabeza. Le ponía nervioso no saber qué estaba pasando ahí dentro, siendo complicado ayudarle. -- No pidas cosas imposibles, sabes que para JungKook y para mi es imposible el que no nos preocupemos. Incluso en clase, donde sueles tomar todos los apuntes y participar hoy estuviste en las nubes. Por lo menos dime en qué piensas tanto. -- Dijo extendiéndole uno de los donuts y tomando él otro.
Se encontraban en el jardín de la universidad, sentados en el césped del campus. Todo lo que tenía que llover, lo había llovida en el fin de semana. Ahora que estaban a martes, el día estaba más que despejado. Era agradable estar allí dejando que el sol te ayudase a entrar en calor.
-- No pienso en algo en especial, solo... tal vez sea mi realidad y el amor de mi vida sea uno no correspondido. Aún así no se acaba el mundo ¿no? YoonGi a lo mejor me hace cien por ciento feliz, pero habrá alguien que lo haga un noventa y nueve... -- Murmuró, comenzando a divagar a media voz.
-- Pues sí, Minie, tienes toda la razón. ¿Eso significa que te rindes? -- Inquirió, abultando su labio inferior cuando vio al de mejillas regordetas encogerse de hombros antes de darle un mordisco al dulce. -- Sinceramente, pensé que YoonGi hyung iba a ser alguien más inteligente. --
-- El caso es que él está enamorado de esa chica, no he conocido en persona una peor relación que esa, pero tal vez YoonGi sienta que ella es el amor de su vida, si lo siente así, supongo que le es difícil no tener sus ojos en ella. --
A TaeHyung le encantaría llegar a sentirse la mitad de maduro de lo que podía ser JiMin la mayoría de veces. Incluso cuando lo separaban dos insignificantes meses, pareciera que el rubio fuera dos años mayor. Siempre había sido quien había cuidado de sus otros dos amigos, el que tenía más la mente en frío para no cometer grandes locuras. -- Pues me parece una mierd- --
-- ¡TaeHyung! ¡Tae, Tete! ¿Me escuchas? --
De la forma más inesperada del mundo entero, un balón había impactado contra la cabeza de Kim, provocando que cayera incluso al césped por completo, ante esto el rubio no dudó en intentar auxiliarle. -- M-mi cabeza... -- Susurró con sus ojos cerrados con fuerza, sobándose esta.
-- ¡Eh, perdón, perdón, discúlpennos! -- Un chico, para Jimin bastante alto, se acercó a hasta ellos con una pequeña sonrisa que detonaba culpabilidad. -- Se nos escapó la pelot- --
-- ¡¿Que se os escapó la pelota?! ¿¡Que se os escapó?! ¡¿Qué hago si me habéis dejado a mi mejor más tonto de lo que ya es?! -- Exclamó dándole un empujón en el torso al desconocido.
-- ¡Minie! -- Tae se quejó ante el insulto indirecto.
Bueno, a pesar de que tenía a ese chico rubio dándole empujones y gritándole como gorila enojado, para él estaba siendo complicado tomarle en serio, sus manitas, ow. -- Sunbae, yo no fui quien tiró el balón, fue un amigo, pero ya que fue mi idea jugar aquí, me acerqué yo. De nuevo, discúlpeme. -- Ahora sonriendo ya más tranquilo, hizo una reverencia, no tardando en acercarse a Taehyung para ayudarle a sentarse bien de nuevo, comprobando si estaba bien.
-- Ñiñiñiñi, no sé cómo se os ocurr- Oye, un momento ¿Me has llamado sunbae? Pero yo soy de primer año. -- JiMin se sentía confuso, y esa forma en la que arrugó su nariz solo hizo que el extraño riera.
-- Mis amigos y yo hemos venido a visitar a nuestros hyungs, pero en realidad no somos de la universidad, entraremos el año que viene. -- Explicó alzando la barbilla de TaeHyung mientras hablaba, comprobando que no estuviera sangrando o algo. Los dos mayores se miraron sorprendidos, ese chico parecía no tener vergüenza alguna. -- Oh, soy Cha EunWoo, es un placer. --
Como si ese chico trabajase haciendo anuncios para dentistas sonrió, así mostrando su mejor sonrisa. -- ¡Woonie! ¿Todo bien? -- Otra persona más se acercó hasta donde se encontraban, ahora sí era alguien conocido para los dos amigos, no en profundidad, pero le habían visto el rostro por la universidad muchas veces. -- Disculpad a mis dongsaeng, a veces no saben comportarse. -- Sintiéndose avergonzado, colocó una mano detrás de la cabeza de EunWoo para agacharlo y poder hacer una reverencia junto a él.
-- ¡Ya me disculpé, MyungJun hyung! -- Se quejó el joven con la pelota en su brazo.
-- Está bien, solo fue un tonto golpe. -- Dijo TaeHyung aún sobando un poco su cabeza, había tenido suerte en haber caído al césped. -- Es un balón de volley, hace mucho que no veo a nadie jugar. --
-- ¡Si! Los amigos con los que estaba jugando y yo estamos en un club, como teníamos que esperar a hyung pues comenzamos a jugar, por aquí, a MinHyuk se le fue de las manos, lo siento. --
La forma animada de hablar de EunWoo contagiaba la sonrisa a los dos mayores, más al de piel canela, puesto que JiMin seguía un poco resentido, no le hubiera gustado que algo malo le hubiera pasado a Tae. Aún así, ese chico parecía en serio arrepentido, y además una agradable persona.
-- Woo, tenemos que volver con los demás, así que venga, vamos a despedirnos. -- Advirtió su mayor dándole dos suaves palmaditas en el hombro al joven de su lado, el cual le sacaba diez centímetros de altura.
-- ¡Oye! ¿Os importa si venimos aquí con ustedes, sunbaes? Siempre está bien conocer gente. --
De forma automática los dos amigos se miraron, como si por alguna razón pudieran entenderse con la mirada; cosa que le pareció extraña pero divertida a los dos chicos desconocidos. Unos segundos de intensa mirada, y el de mejillas abultadas fue quien asintió para después encogerse de hombros. -- Bien, está bien si venís. --
-- De verdad, siento las molestias que mis dongsaengs están dando. -- Volvió a repetir demasiado apurado MyungJun.
-- Hyung, deja de preocuparte tanto, la gente habla, se conocen y se divierten, no es nada malo. ¡Chicos, venid! --
Y así fue como ni comerlo ni beberlo, de repente se encontraron compartiendo el rato de su descanso con un grupo de chicos que acababan de conocer.
-- Es tu culpa, no intentes excusarte, YoonGi. -- Comentó SeokJin, colocándose bien las gafas que se estaban resbalando por el puente de su nariz.
Eran duras palabras, pero el pálido sabía que su hyung tenía toda la razón del mundo, era su culpa. El hecho de no saber como tratar con ese chico de mejillas adorables era su fallo, porque él mismo es el que le había permitido en algún momento darle a entender que podía haber algo más, después siendo todo lo contrario. -- Lo sé, pero hyung... --
-- Nada de peros, no tiene sentido, no lo tiene en lo más mínimo. Tienes detrás tuyo a alguien que parece que te admira y quiere, que se preocupa por tus gustos y te demuestra interés, pero prefieres quedarte con la otra, que tiene más subidas y bajadas que una montaña rusa. Además- --
YoonGi interrumpió a su mayor. -- Es que - -- Pero este volvió a interrumpirle.
-- ¡Es que nada! ¡Yo he visto a ese chico llorar por ti cuando... --
El pálido había dejado de escuchar a SeokJin, estaba comenzando a encontrarse demasiado nervioso, sin poder controlar su respiración y menos el tic de la pierna. Podía escuchar la voz de su hyung reprochándole, pero su cerebro no le estaba prestando atenciónn, porque estaba a punto de explotar, justo ahora. -- ¡No sé si sentí que MiWoo es el amor de mi vida! -- Exclamó dándole un golpe a la mesa donde se encontraban, supuestamente, intentando estudiar.
Kim tenía sus ojos abiertos en sorpresa, Yoon nunca le había sacado este tema de conversación. -- ¿C-cómo? Espera, Gi, te está entrando mucha ansiedad, voy a por agua, un momento. --
Sin fuerzas el nombrado simplemente asintió, recostándose sobre la mesa de la cocina de su mejor amigo, dejando que este se levantara a servirle un vaso de agua, así también dándole unos instantes para respirar.
-- Yoon... explícate, por favor, quiero ayudarte, te quiero... -- Murmuró SeokJin pasando su mano por la espalda de su amigo, el tema de MiWoo lo tenía más que quemado.
-- A ver, t-tú sabes que estas sensaciones se presentan dos veces en tu vida ¿Cierto? La primera que el mundo parece pararse, es cuando ves por primera vez a quien es el amor de tu vida. Bien, esto no lo puedo saber, le conozco desde que soy un infante, no lo recuerdo. Y la segunda cuando sabes que estas profundamente enamorado de esta. -- Hasta ahí, el castaño mayor asintió, dándole a entender que podía seguir. -- V-vale... ¿Recuerdas a la fiesta de graduación que fuimos el año pasado? --
-- Uhm ¿Te refieres a la fiesta de graduación de SeungCheol? --
Inquirió y el más bajo asintió con su cabeza, carraspeando y apretando el vaso de agua entre sus manos. -- Ese día estábamos de fiesta y bebí, no sé si lo recuerdas, incluso me quedé a dormir en casa de Cheol porque no era capaz de llegar a casa. E-el caso es que, creo recordar que cuando vi a MiWoo esa noche, lo sentí... sentí que el mundo se paraba, hyung, y ella estaba allí. Esto puede significar dos cosas; que de pequeño ya sintiera algo cuando la vi por primera vez y el día de la graduación comprendí que estaba completamente enamorado; o... --
YoonGi no fue capaz de terminar su explicación, pero dio igual, porque su hyung lo había entendido perfectamente. -- O que en realidad allí vieras a alguien más que no habías conocido antes, y entonces fuera la primera vez que hubieras visto al amor de tu vida... -- Completó, recibiendo un asentimiento de cabeza de su parte.
-- No sé qué hacer, hyung. No sé si es ella o no, y tampoco tengo como comprobarlo. Encima, no sé qué le pasa, sé que no me está contando lo que le tiene tan preocupada. Sólo sé que me necesita... no tengo tiempo de pensar en nada más. --
En este punto, Kim no tenía demasiado que decir, en realidad reprocharle algo al chico de ojos felinos era complicado, puesto que la situación no era la mejor para él; lo comprendía. -- Vale, YoonGi, entiendo que ella te preocupe, antes de novios habéis sido amigos y es inevitable que os queráis, pero ¿Te merece la pena estar con ella? Aunque sea el amor de tu vida, Gi ¿Te merece la pena estar con una persona como MiWoo? --
¿Le merecía la pena? La verdad es que no lo sabía.
-- Hyung... no puedo más con esto. -- Susurró el pálido llevándose las manos al rostro para soltar el primer sollozo, cosa que preocupó enormemente al de hombros anchos, definitivamente tenía que ayudar a su amigo.
-- JungKook, fue genial, es increíble ¡Tenemos un amigo que será famoso en unos años! -- Exclamó un contento Jimin, que se había colgado del brazo del menor del grupo.
-- Tú tienes un amigo que será famoso, yo tengo un novio. -- Corrigió TaeHyung con una sonrisa orgullosa, él veía a diario cuanto tiempo le dedicaba Jeon a la música, a practicar con sus guitarras y otros instrumentos... definitivamente aquello era su oxígeno.
Esa tarde habían ido a merendar una cafetería, ya que Kook, por primera vez, había sido contratado para cantar aproximadamente una hora, dando un show agradable para los clientes. A su espalda tenía la funda de la guitarra, su mano izquierda estaba tomando la mano de su pareja; y su brazo derecho estaba siendo tomado por su hyung.
Quien los viera por lo calle, no entendería demasiado.
-- Me alegro que os gustase, la verdad es que lo he pasado genial, y la dueña de la cafetería me ha dicho que sería genial concordar otro día para repetir, parecía encantada. -- Comentó bastante contento con el resultado de su primer show.
Ya era de noche, la mujer se había entretenido hablando con los tres jóvenes, haciendo que se dirigieran a casa un poco más tarde los previsto. -- ¿Qué vais a cenar hoy? Supongo que Jungkook se queda en tu casa ¿No Tae? -- El nombrado asintió, normalmente los días que el padre de TaeHyung trabajaba, la pareja dormían juntos allí, ya que no había nadie.
-- La verdad es que no tengo idea, Minie. Cuando lleguemos veremos que podemos cocinar y- --
Sorprendido, el de piel canela dejó de hablar, puesto que su pareja había hecho que se quedasen quietos en el sitio. Todo cobró sentido cuando vieron que un auto se había parado a su lado, obviamente Jungkook se puso tenso sin saber que trataba de hacer la persona. Casi que pudo soltar todo el aire tranquilo cuando la ventanilla se abrió y el rostro de YoonGi se vio.
-- ¿Vais a vuestra casa? Os puedo dejar allí, andando vais a tardar demasiado. -- Propuso el mayor, y aunque se estaba dirigiendo a todos, sus ojos no podían moverse de encima de cierto chico de cabellos rubios.
Los dos más jóvenes se quedaron callados, esperando que Park fuera quien contestase. Ellos en realidad aceptarían encantados, puesto que hacía frío y les quedaba un buen paseo, pero entendían si su amigo no se sentía cómodo. -- Vale, gracias. -- Dijo cortante, rodeando el auto para entrar por la puerta del copiloto.
De aquella manera, los tres jóvenes se encontraban en el auto. YoonGi intentaba comenzar una conversación en la que todos participasen, pero los dos chicos de detrás eran los únicos que emitían palabras. JiMin se pasó el viaje mirando por la ventanilla. Se sentía frustrado.
No quería estar feliz por estar allí dentro, oliendo el aroma del ambientado a frutas del bosque que él mismo le había aconsejado a YoonGi. No quería estar emocionado por verle desde el día de la cita, no quería que su corazón estuviera latiendo de esa forma estúpida en ese momento.
La incomodidad era totalmente palpable en el ambiente, habían llegado, y alguno decía palabras. Desde detrás la pareja podía ver como YoonGi miraba al chico de sonrisa preciosa de reojo, y bueno, aunque seguían resentidos por el hecho de que el pálido olvidase la anterior cita, decidieron dejarle explicarse. -- Bueno, Jungkookie y yo nos vamos así que... --
-- Yo tamb- -- Fue a decir el rubio, sintiendo como la mano de su hyung se posaba en su rodilla, haciéndole entender demasiadas cosas sin necesidad de decir algo.
-- Buenas noches, gracias por traernos, YoonGi sunbae. -- Agradeció el chico de tatuajes saliendo del auto, yéndose al hogar de su novio junto a este. Así, dejando a aquellos dos solos en esa espesa atmósfera. --
Min sentía pesadez tan solo con respirar, se había llevado la tarde entera llorando en los brazos de su mejor amigo y confidente, ahora tener a ese chico allí con él lo ponía sensible, más de lo que era de por sí. -- Eh, pollito... -- Llamó sin recibir respuesta, JiMin siquiera lo miraba, aún tenía sus ojos en la ventana.
Ante esto, el mayor suspiró, quitándose el cinturón de seguridad para poder inclinarse hacia delante en dirección al rubio. -- Hyung, qué hace. -- Nadie se imagina lo que recorrió el cuerpo del joven al sentir tan cerca al de ojos felinos.
Una de las manos del pálido estaba apoyada en el asiento ajeno y la otra seguía en el volante, con sus profundos orbes posados en los contrarios.
-- ¿Podemos hablar y ser honestos? Lo necesitamos. --
Y aunque quería negarlo, el chico de cabellos chocolates tenía toda la razón. Por eso fue que decidió aceptar, quitándose también el cinturón de seguridad. -- Ven, vamos a mi porche, me agobia estar aquí... --
Por supuesto YoonGi aceptó, lo último que quería era incomodar de alguna manera a ese chico tan especial, aunque era complicado no hacerlo en estos momentos. Era la primera vez que se acercaba tanto a casa del rubio, estando ahora sentado junto a este en el banco/columpio de su porche de madera. A decir verdad, la casa del menor era bastante linda incluso desde fuera.
-- Lo primero es disculparme, nunca diré lo siento suficientes veces para que compensen lo mal que lo hice el viernes pasado. -- Comenzó hablando el mayor, que estaba con sus codos apoyados en sus propias rodillas ligeramente abiertas, en estos instantes se encontraba mirando al suelo, intentando encontrar las palabras correctas. -- Lo único que puedo decir es que no era mi intención que fuera de esa forma, aún así no lo justifica. --
-- Hyung, me molesta que estés pidiendo perdón por eso. -- Dijo, ahora si encontrándose con la mirada confundida ajena. -- Sí, que se olvidase, está mal. Que llegase tarde también, pero sabes, lo que más me dolió es que tirases a la basura mis esfuerzos por hacer una cita linda, dejándome en claro que al final no podía ser una cita, a pesar de que me prometiste que sí. --
Al contrario de como Park había pensado, estar contándole a YoonGi lo que sentía respecto a esto, le estaba ayudando a sentirse mejor. No había querido hablar con él, y por eso se había dedicado a evitarlo, ahora se arrepentía un poco. -- Uh, entiendo... Es que a veces se me hace tan raro el pensar que yo supuestamente te... te gusto. Muchas veces pienso que solo es algo cortamente pasajero, que se pasará. --
-- No es supuestamente, YoonGi, tú me gustas en realidad. Por favor, no invalides mis sentimientos. --
Un suspiró demasiado pesado se escapó de los labios del castaño. -- No la paro de cagar ¿No es así? -- Inquirió con voz temblorosa y deje humorístico, aunque no le hiciera nada de gracia e incluso doliera
-- U-un poco. -- Dijo el menor en una pequeña risa.
-- ¿Qué es lo que te gustaría que hiciera? ¿Qué te parece justo? No sé qu- --
-- ¿Te gusto, hyung? A mi me gustas mucho, pero ¿qué sientes tú por mi? --
El más bajo estaba sentado con su espalda pegada al respaldo, sus piernas moviéndose ligeramente de delante hacia detrás mientras jugueteaba con el cordón de su chaquetón. -- ¿Qué siento? -- La pregunta se la hizo más bien a él mismo, y cuando sus orbes felinos escanearon el rostro del joven sintió como el alma le brillaba. -- Ahora, mismo unas tremendas ganas de besarte, pero eso no cuenta ¿No? -- Bromeó, no tan en broma en realidad.
-- No serías capaz, no digas cosas que no cumplirás. Lo único que puedes pensar es en esa chica que tan bien te trata.-- Que bien usaba la ironía el pequeño.
-- Tienes razón, pero precisamente ahora mismo, no por ella. No lo hago, pensando en ti. Sea lo que sea que tenga con MiWoo, está ahí, es algo que existe. Y tú, pollito metiche, eres alguien tan increíble mires por donde te mires, que sería una injusticia tratarte como el tercero ¿Entiendes? -- Explicó deslizando su mano hasta que pudo tomar una de las ajenas, entrelazando sus dedos.
-- YoonGi hyung, se lo repito ¿Qué sientes por mi? --
El nombrado tragó saliva con dificultad, frunciendo sus labios y apretando la manita del contrario con suavidad. Joder, si ni él mismo lo sabía. -- Miedo, tengo real miedo, Jimin. Cuanto más tiempo que paso contigo, más quiero pasar. Tenía un plan de vida que se ha visto destruido por un chico que acaba de aparecer en mi vida, al que no puedo dejar de mirar, porque me encanta incluso cuando no se esfuerza en que esto pase. --
Vale, aquello había provocado que algo en el interior del más bajo vibrase. -- E-estrellita. -- Fue lo que dijo con su mirada agachada y mirada sonrojadas, escuchando como después su hyung reía con suavidad.
-- ¿Estrellita? ¿Qué quieres decir con eso? --
-- Que eres mi estrellita, siempre eres la persona que más brilla ante mis ojos. Da igual si hay treinta personas más alrededor, tú siempre serás quien tenga mi atención y... -- las palabras se estaban atascando en su garganta, porque tenía el rostro de YoonGi cada vez más cerca del suyo. -- y ... y-y... --
-- ¿No vas a seguir...? En serio te quiero escuchar, pero se me está haciendo muy complicado ahora mismo. -- Murmuró con su respiración mezclándose con la del más bajo. -- S-sé que antes dije que no, pero tú... -- El menor estaba moviendo su nariz con cuidado, así acariciando la delcontrario.
-- ¿Vas a besarme o lo voy a tener que hacer yo otra vez? -- Y eso fue lo único que necesitó para terminar con esa absurda distancia que los estaba separando. Los finos belfos atrapando los voluminosos labios que siempre le exigían atención.
Las grandes manos de YoonGi habían atrapado el delicado rostro contrario, mientras que las manos del pequeño se posaron sobre las rodillas de su hyung, así pudiendo inclinarse hacia delante. Sus bocas se abrían con lentitud para permitir así que sus lenguas se encontrasen. El silencio de la noche provocaba que los chasquidos se escuchasen a la perfección.
¿Podía ese sonido volverse su favorito cuando se trataba de ambos? Pensaba JiMin.
Algo más de unos cinco minutos habían pasado así, por lo menos hasta que escucharon estornudar al señor Park desde fuera, cortando el beso para reír avergonzados.
-- Me gustas, estrellita, me gustas mucho, acéptalo y toma mis sentimientos, por favor. --
-- Los tomo, los acepto y los quiero cuidar... te lo prometo. -- Respondió en un murmuro, apartando el cabello de JiMin de su frente para depositar un beso duradero allí.
¿Vale la pena quedarte con MiWoo porque sea el amor de tu vida? No, definitivamente tanto sufrimiento no valía la pena, más teniendo a alguien tan sano para él como lo era ese chico que ahora se acurrucaba entre sus brazos.
¿He metido a Cha EunWoo porque a mi bebé le gusta? Exactamente. Será un personaje importante uwu. He de aclarar que le pasa lo mismo que a JungKook en este fic, tienen un año más que en la realidad.
Espero que os esté gustando la historia.
Por cierto ¿Debería de dejaros en el próximo capítulo el como se ven los personajes? Fotitos y tal. Espero que me digáis para hacerlo o no.
Cuidadse mucho mucho, os quiero.
Kisssuuu~~
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