YoonGi lo había pensado días, tardes y alguna que otra noche; aquella idea que al principio había parecido tan loca, ahora parecía tener algo de sentido en su cabeza. Por eso mismo allí se encontraba, con su mano empuñando la puerta del gimnasio. Solo debía de entrar, entrar e informarse. 

Le costó unos segundos, pero después de tomar una profunda bocanada de aire, consiguió pasar; consiguiendo que todos los ojos del lugar se posaron en él. 

-- ¡Min YoonGi hyung! -- Gritó uno de los tantos chicos que había allí con la pelota en sus manos. 

-- Hola, Bum. -- Saludó de vuelta el pálido acercándose hasta él. 

En la universidad mucha gente conocía a YoonGi, no por nada en especial, simplemente era alguien bastante sociable y acababa hablando con todo el mundo. -- ¿Qué te trae por aquí? -- 

-- Yo; bueno, no es nada seguro pero... alguien me recomendó que tal vez alistarme al equipo de baloncesto de la universidad podría ser bueno para mi y divertido, así que vengo a preguntarte un par de cosas. -- 

De un momento a otro el chico de ojos felinos tuvo a todo el equipo a su alrededor, muchas personas alentándole a entrar, animándole y asegurándole que era la mejor elección. Qué tan loca era la idea de meterse en ese club de repente. 

JiMin creía que iba a morir en ese mismo momento, el oxígeno no llegaba a sus pulmones y necesitaba aire, no podía ser que fuera a morirse por un ataque de risa. Se encontraba tirado en el césped del jardín de la universidad, allí donde un día conoció a su nuevo grupo de amigos por culpa de una simple pelota de volleyball. 

-- ¡Te lo juro, JiMin! El bobo de EuWoo creyó que se había quedado ciego y lo único que había pasado es que la luz se había ido. Creo que es la mejor anécdota de la primera vez que bebimos juntos. -- Contaba MyungJun viendo como de las esquinitas de los ojos de Park se escapaban lágrimas. 

Solo de imaginar un borracho e histérico EunWoo lloriqueando por creer que se había quedado ciego de repente le parecía lo más gracioso del mundo. 

-- ¿Pararéis ya? ¿O vais a estar riéndoos de mi durante mucho rato más? -- Inquirió el sujeto de inocente burla mientras daba vueltas a la pelota de volley sobre su dedo índice, intentando entretenerse y no sentirse avergonzado. 

-- Es que es demasiado gracioso, EunWoo, discúlpanos. -- Esta vez fue TaeHyung quien habló dando dos suaves golpecitos en la espalda del chico, haciéndole al final sonreír. 

Bueno, le gustaba cuando sus amigos estaban felices, así que no iba a quejarse más. 

-- Oye ¿Sabéis algo de MoonBin? -- Inquirió MyungJun, era raro que el chico no hubiera venido junto a EunWoo, eran casi inseparables y estudiaban en el mismo lugar, que uno estuviera aquí y el otro no, era extraño. 

-- Uhm, está en algo importante, hyung. El otro día se encontró con el amor de su vida y ahora están conociéndose. -- Explicó EunWoo, y para JiMin fue imposible no fijarse en como la voz del chico había salido más seria de lo usual. 

Él era alguien que siempre solía deslumbrar con su sonrisa, el verlo ahora de repente serio, con sus ojos perdidos en la pelota, no parecía no tener algún por qué. El rubio de mejillas abultadas estuvo a punto de preguntarle, no quería parecer un metiche -a pesar de que YoonGi le llamaba pollito metiche por algo- pero quería saber si el chico se encontraba bien, aún así, quedó en el intento. 

De la forma más inesperada, JiMin escuchó su nombre ser gritado, y para cuando alzó el rostro pudo ver como su hyung preferido venía hacia a él corriendo, sujetando una mochila por una de sus asas. 

Por supuesto que se puso de pie y se acercó al chico que tan emocionado parecía venir hacia él. -- Buenos días, hyung ¿Qué pasa? ¿Qué te trae tan emocionado? -- Los ojos felinos de YoonGi, que estos días habían estado algo apagados, ahora lucían un brillo encantador. El nombrado, sin decir alguna palabra se quitó la mochila del hombro, estirándola hacia el más bajo, quien lo miró confuso. -- ¿Tú con mochila? Desde el primer día me dijiste que yo era raro por llevarla, que llevabas todo lo necesario en tu laptop en la mano. -- Se burló el rubio tomándola. 

No sabía qué pasaba con el objeto, pero podía apostar que por la mirada que el pálido le estaba echando, estaba esperando que abriera la bolsa. Y si, cuando la abrió y vio lo que estaba allí dentro, entendió el porque. -- Te hice caso. --

-- Hyung... esto es... woh ¡es genial! -- Exclamó el de mejillas adorables viendo la equipación roja que había dentro. Con curiosidad sacó la camiseta, dándole la vuelta para ver el número que le habían dado, el catorce. -- YoonGi-ah, esto es absolutamente genial. -- Felicitó abrazando la camiseta, estaba emocionado. 

Sabía que con esto iba a pasar posiblemente menos tiempo con su mayor, pero confiaba en que su salud mental mejoraría mucho, y eso es lo que él quería. Ambos se miraron con sinceras sonrisas, y cuando algunos segundos pasaron el menor le devolvió la camiseta, metiéndola de nuevo en la maleta. 

-- ¿Cuándo comienzas a entrenar? -- 

-- Pasado mañana, los chicos me van a ayudar mucho, tal y como me dijiste. -- El pálido revolvió con suavidad los cabellos dorados de ese chico que parecía ser su mejor regalo del cielo, disfrutando de ver como sus ojitos se hacían más pequeños por sonreír. -- ¿Vendrás a ver el primer entreno? ¡Te invito a merendar después! -- 

-- Vale, estaré allí, iré. -- 

Y las ganas de plantar un beso en esos abultados labios se hizo tan presente que incluso asustó al mayor, en serio quiso tomar el precioso rostro entre sus manos para besarle, porque estaba demasiado. Pero el hecho de tener tres cabecitas más mirándoles desde para nada lejos, se lo impedía. -- Tus amigos... nos miran. -- Murmuró el castaño levantando su mano para saludar, por supuesto siendo saludado de vuelta. 

-- Soy un metiche, pero ellos también, hyung. -- Bromeó JiMin, no estando demasiado seguro si podría hacer aquello en medio de la universidad, sabía a la perfección que habían amigas de MiWoo estudiando allí, pero se atrevió a abrazar al mayor, rodeando su cintura con sus brazos. -- Estoy tan orgulloso... -- 

La tonta sonrisa que se dibujó en sus labios, Yoon la ocultó sobre los cabellos ajenos, dejando algún que otro beso sobre estos. -- Tampoco descubrí la cura del cáncer, JiMinie. -- Respondió en una pequeña risa, y cuando menos lo esperó, desde esa posición, el contrario alzó su rostro, así encontrándose demasiado cerca. 

-- Pero estás encontrando cosas que te hacen feliz, también es algo que celebrar. -- 

Una vez más estuvieron a punto de perderse en el otro, pero en el bolsillo trasero del pantalón del castaño, su teléfono comenzó a sonar, brillando en la pantalla el contacto de MiWoo. -- Hola... -- Saludó el chico separándose un poco del contrario para poder hablar mejor, pero tomando una de sus manitas para acariciar esta. 

-- ¿Dónde estás? Estoy en la puerta de tu universidad. -- 

-- ¿Y eso? ¿Cómo es que estás aquí? -- 

-- ¿Qué pasa contigo? Cualquier otro se alegraría de ver a su novia después de días. -- 

Fue inevitable el no rodar sus ojos con algo de cansancio, la última vez que vio a MiWoo acabaron en discusión, para variar. Sin embargo, había sido la primera vez que o había estado comiéndose la cabeza, maltratándose a si mismo pensando si había sido o no su maldita culpa. -- Sí... voy para allá. -- 

-- No, dime donde estás, voy yo. -- 

Y harto de tener que aguantar el como le hablaba o mejor dicho, dictaba lo que debía de hacer, no dudó en ser honestos. -- Estoy con JiMin en el jardín del campus. -- Y la llamada se quedó en silencio unos segundos. 

-- Ven tú, no quiero verle. -- Fue lo que dijo la azabache antes de terminar la llamada de la peor de las maneras. 

-- Uhm, a tu novia la ogro super modelo no parezco gustarle demasiado. -- Murmuró Park frunciendo sus gorditos labios mientras entrelazaba sus dedos con los de su hyung, siendo esa su manera de decirle "no quiero que te vayas, menos con ella" 

Sin esperarlo, los labios del chico de mirada felina se encontraron en un momento cerca de su oído, donde susurró a la par que acariciaba sus dedos. -- Posiblemente sea porque seas más lindo que ella y lo sepa. -- 

-- ¿Tú crees? -- Rió sintiéndose totalmente endulzado por la anterior acción, incluso cuando se sentía un poco frustrado por la presencia de la chica allí, era imposible sentirse demasiado mal, porque YoonGi no se lo permitía con aquellas pequeñas cosas. 

-- No es que lo crea o no, simplemente lo sé. -- Afirmó pellizcando una de las mejillas ajenas antes de colgarse su mochila de la forma correcta, metiendo después sus manos en las bolsillos de su propio pantalón. --Tengo que irme... voy a contarle sobre el equipo, deséame suerte. -- 

-- Pero es que si me despido de ti te vas a ir... y no quiero. -- Murmuró el rubio abultando su belfo inferior en el intento de parecer mínimamente adorable, porque en serio que le gustaría que el más alto no se fuera de su lado. 

Casi cayendo rendido ante JiMin, YoonGi rió, sacando una de sus manos de sus bolsillos para tomar el rostro de ese chico que tan fácil le revolucionaba. -- No me hagas pucheros, después de lo que pasó el otro día en el auto no me creo nada. -- Dijo y el menor rió también, sintiendo de repente como de forma breve los labios de su hyung se posaban sobre los suyos. -- Te hablo después, si quieres te llevo a casa después de clases en auto, díselo a TaeHyung. -- 

Y dejándole con el corazón corriendo más que nunca antes, Min se fue de allí. 

MiWoo estaba tensa y nerviosa, moviendo su pierna a ritmo que a cualquiera le impresionaría. Llevaba más de quince minutos esperando a su novio en la puerta de la universidad de brazos cruzados, por suerte no le hizo esperar ni un minuto más. -- Por fin es que llegas. -- 

-- Sí, he estado ocupando haciendo algo, uhm, Woo... Me he alistado al equipo de baloncesto de la universidad. -- Anunció frunciendo sus labios, porque la chica no tardó ni un solo segundo en fruncir su ceño aún más. 

Dios, otra discusión más se avecinaba. -- ¿En serio? O sea ¿Para qué? Siquiera se te da bien el baloncesto y ya haces ejercicio en el gimnasio. Te ejercitas para no tener ansiedad ¿Por qué no simplemente sigues haciendo lo de siempre? Ahora vamos a vernos menos y- --

-- MiWoo ¿Podrías siquiera alegrarte por mi? Estaría bien, sería reconfortante. No soy tu peluche ni muñeco de juguete, no puedo hacerlo que siempre quieres ¿Entiendes eso? -- 

-- ¡Ese es el problema! Que últimamente nunca haces lo que quiero o te pido. --

-- Ese el punto de que esta sea mi vida, no tengo que hacer lo que me vayas a mandar MiWoo, tengo que elegir lo que yo quiero hacer... -- Intentó explicar en voz calmada, no queriendo que la voz le temblase, porque discutir con ella siempre le hacía sentir inseguro de sí mismo. 

La mirada que la azabache ahora le estaba dedicando superaba cualquiera de antes ¿En qué estaría pensando mientras lo fusilaba con los ojos? -- Min YoonGi, ese chico se está interponiendo demasiado, seguro que fue idea suya, seguro que fue JiMin quien te lo dijo. -- 

-- ¿Y qué si fue él? -- 

-- ¡Quiere separarnos! ¿No lo ves? Desde que él entró a tu vida ya no me haces casi, ni me miras igual, ni te diriges a mi con la misma manera. -- La preciosa chica tomó una bocana de aire alzando sus manos para acariciar las pálidas mejillas de su pareja. -- YoonGi, te ayudé cuando la separación de tus padres ¿No? Lo hicimos, saliste de eso con mi ayuda, puedo ayudarte otra vez, podemos seguir siendo felices si me haces más caso a mi... -- 

El castaño la miraba sin decir nada y siquiera moverse, no devolviéndole algún gesto de cariño físico, y eso la terminó de asustar abrazándose a él. No podía permitir que YoonGi la dejase, no podía permitir que YoonGi la abandonase por otra persona, porque aunque fuera egoísta, era la única opción de que MiWoo fuera mínimamente feliz en la vida. 

Porque estaba segura de que al cien por cien no lo sería nunca. 

Hola, angelitos míos. Estuvo con algunos problemas de salud y por eso no pudo actualizar en un tiempo, pero ya estoy. <3

Espero que hayáis disfrutado del capítulo y que estéis super bien. 

Os quiero mucho. 

Cuidaos. 

080420