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diecinueve.



Nada estaba bien, siempre había pensado que su vida estaba solucionada, que pasar sus días al lado de ese chico pálido iba a ser lo que más feliz le fuera a hacer. Al principio parecía que sí, que efectivamente sería así, pero todo había cambiando dos años atrás cuando entró en la universidad junto a YoonGi. 

Lo que esperaba que fuera la etapa más importante de su vida, se convirtió en un completo infierno. ¿Y qué era lo tan preocupante? Bueno, la persona con la que llevaba saliendo tantos años no era el amor de su vida ¿Y cómo lo sabía? Pues porque días después de llegar a la universidad, vio a su persona especial por primera vez. 

Todo podría haber resultado bien, podría haber tenido un cuento bonito, tal vez hablar las cosas con quien era su mejor amigo y pareja para decirle que lo de ellos ya no eran lo mismo, que había conocido a alguien especial, pero no podía, no podía porque el amor de su vida definitivamente no le correspondía. 

Desde entonces las cosas se habían vuelto una especie de infierno, tanto así, que acabó por cambiarse de universidad, no podía seguir mirando a ese chico sin pensar que era el chico por el que su corazón latía tan desbocadamente. Teniendo esto en cuenta, MiWoo se concienció que debía de quedarse en la vida junto a YoonGi ,era lo que le quedaba... y suponiendo que ella sí era el amor de la vida del castaño, estaba perfecto. Pero una vez más, todo se vino abajo. 

Ese pensamiento en el que ella era el alma gemela de Min, cada vez era menos convincente desde que Park JiMin había aparecido en sus vidas, tenía que echarlo a patadas sí o sí si no quería verse sola. 

Esa era la razón por la que ese día se había molestado en ir a la universidad donde los dos chicos estudiaban, tenía que hablar con el mocoso para que dejase en paz la relación que tenía con YoonGi, era su única salvación de vivir medianamente feliz junto a alguien. 

Con su ceño suavemente fruncido la pelinegra fue avanzando por los pasillos buscando la cabellera rubia del susodicho que tanto le molestaba, pero no lo veía por ningún lado ¿Dónde se había metido el tonto aquel?

Era por la tarde, y era consciente de que Park no tenía horario de clase en esas horas; pero sabía que estaba en la universidad porque sus amigas se lo habían dicho; ese jovencito metomentodo estaba rondando por el edificio. 

MiWoo no era alguien caracterizada por su paciencia, como último recurso había entrado en la cafetería, que estaba en la segunda planta; y para su suerte, la vida por una vez estaba de su lado. 

JiMin estaba sentado en una de las mesas solo, mirando hacia el gran ventanal que tenía a su lado, el cual estaba conectado con el gimnasio de la universidad. El rubio tenía sus labios estirados en una sonrisa; totalmente ensimismado con lo que fuera que estuviera viendo. 

Sin pensarlo un segundo más, la azabache movió sus largas y delgadas piernas hasta donde el jovencito estaba, sentándose en el asiento de enfrente. Obviamente la presencia inesperada de alguien hizo que el contrario mirase hacia el sillón que antes estaba vacío. Podría haber esperado a cualquiera, daba igual qué persona dijeses, pero en la vida a MiWoo. -- ¿Qué haces aquí? -- Dijo sin molestarse en fingir que le agradaba tenerle presente. 

-- Tengo que hablar contigo; porque te estás metiendo donde no deberías. -- 

-- ¿Dónde no debería? -- Inquirió confuso, quitando su vista de la preciosa pero malvada chica para llevarla de nuevo al gimnasio, más concreto, a la cancha de baloncesto donde YoonGi estaba entrenando. Le había prometido no perderse su entrenamiento, y no iba a incumplir su promesa por la tonta muchacha. 

-- YoonGi y yo estamos saliendo desde hace años, tú acabas de llegar, apenas lo conoces. Es alguien que tiende a estar triste, alguien negativo y al que los problemas lo sobrepasan fácilmente. Sé como tratar con él; y yo soy quien le hace bien, nos conocemos desde hace años; tú no sabes nada de todo lo que él pas- -- 

El menor bostezó, interrumpiendo el carente de sentido discurso que la contraria recitaba. -- Creo que te equivocas... -- Murmuró, aún sin mirarla; YoonGi acababa de encestar y se había girado hacia el ventanal para sonreír, sabiendo que el menor se encontraba allí a pesar de que no lo llegase a ver por el ángulo. Ante tal tierna escena, JiMin sonrió, luego sí permitiéndose mirar a la azabache aunque fuera por unos momentos. -- ¿No te has planteado el hecho de que ese YoonGi del que hablas ya no exista? La gente evoluciona; no intentes hundirlo por tu propio beneficio... déjalo avanzar como persona. Dime ¿Él es el amor de tu vida? No lo parece en absoluto ¿La vida ya te lo demostró? --

Desde su asiento, JiMin pudo escuchar el "glup" que la muchacha emitió al tragar duro; aunque su rostro estaba tan serio que parecía indiferente a todo. -- Claro que lo somos, idiota. La vida me mostró que él es el mío; y sé que soy el suyo, no sé que te habrá dicho él, pero nosotros ya nos hemos confesado el amor recíproco eterno, él ya me confesó haber sentido aquello conmigo. Eres un capricho, Park. Ahora está detrás tuyo, pero si le interesases ¿No crees que habría terminado conmigo? -- 

-- MiWoo... -- Advirtió tomando aire; aunque no lo quería, aunque le hubiera encantado que sus palabras no se hubieran clavado en su corazón de forma ruda; lo habían hecho. YoonGi podría estar mintiéndole perfectamente diciéndole que no tenía muy claro si MiWoo era su pareja predestinada por la vida; ¿Cómo podría comprobarlo él? Sólo podía confiar ciegamente. 

Y no mentiría, el dar pasos ciegos le aterraba; tenía miedo de caer en el más hondo agujero. -- Aléjate, saldrás perdiendo tú, JiMin. -- 

-- Dices eso porque tienes miedo a que no sea así, quieres alejarme de él; pero mírale, está allí abajo siendo tan feliz como se merece; no llorando en su casa; y precisamente no es por tu colaboración. Tú estás dejando de ser su prioridad, ahora lo está comenzando a ser él mismo, Yoon necesita quererse mucho... y aunque eso me cueste ser un simple amigo para él, voy a ayudarlo con eso. -- 

Si las miradas matasen... si tan solo se pudiera asesinar a alguien a través de los ojos; ninguno de los dos estarían vivos en ese preciso momento. -- ¿Eso crees? Eres muy iluso si piensas así. Nunca serás suficiente, créeme, él necesita algo más que un jovencito lleno de sueños tontos que cree que puede cambiar el destino. Y si no, tan solo mira. -- 

La muchacha se colocó de pie, y JiMin en serio se preguntó por un momento como alguien podía andar tan rápido con botas de tacón como la que ella calzaba. -- ¡Espera! ¿Dónde vas? ¡MiWoo! -- Con prisa, el rubio se levantó de su lugar, siguiendo los pasos de aquella mujer que tanto detestaba. Por alguna razón estaba asustado; no quería que la sonrisa de YoonGi se borrase; él estaba disfrutando de su entreno; no podía permitirlo. -- ¡Para, te estoy hablando, idiota! -- 

-- Y yo te estoy ignorando, mocoso. -- Contestó en un gritito mientras bajaba las escaleras, yendo bastante más adelantada que el menor; quien tuvo que deslizarse por la barandilla de las escaleras para llegar a su misma vez a la planta de abajo. 

JiMin juraba que a través de sus ojos la escena se veía como si MiWoo fuera un titán de Shingeki no KyoJin y todo estuviera pasando a cámara lenta. La muchacha abrió la puerta del gimnasio, teniendo detrás suya al rubio, quien seguía rogándole que parase. En serio el chico estaba asustado por lo que ella fuera a hacer. 

La gran pista del gimnasio estaba partida por la mitad, ya que se habían dividido en dos todo el equipo, estaban jugando dos partidos diferentes, cada uno en un lado de la cancha. YoonGi, que estaba en la parte más cercana de la puerta por la que ambos habían entrado, se quedó quieto ¿Qué hacían los dos allí? 

Pudo ver como MiWoo empujaba al de mejillas regordetas mientras los dos se gritaban; y no supo como, pero sus ojos se movieron a la par que la pelota que pasó por su lado. Alguno de sus compañeros había hecho un pase un tanto desviado y fuerte -obviamente sin querer- siendo así como la pelota se dirigía a gran velocidad hacia ellos. 

Con prisa el pálido se movió, incluso los tenis chirriando ante el rudo y repentino movimiento de salir corriendo hacia ellos. Sin pensar, sin poder asimilar y simplemente actuando por impulso rodeó el cuerpo de MiWoo con sus brazos para moverla del lugar; por coincidencia moviendo igual a JiMin. 

Desde luego hubiera sido más fácil intentar frenar la pelota con sus manos. 

Los tres habían caído al suelo. -- Ouch, ouch... -- Se quejó el rubio sobándose la parte baja de su espalda, con sus ojos cerrados; deseaba no haberlos abiertos. 

YoonGi tenía entre sus brazos a la muchacha, a la que rápidamente buscó el rostro para inspeccionar que se encontrase bien. -- Woo ¿Te hiciste daño? No ¿Verd- -- Demasiado tarde para el gusto de cualquiera, el pálido fue consciente de que allí se encontraba también Park, observándole con una expresión neutra, aunque sus ojos derrochasen clara decepción. 

-- Estoy bien, YoonGi... aunque mis muñecas duelen, JiMin discutiendo las tomó un poco fuerte... -- Murmuró en un tono melosamente lastimero, con la clara intención de que su novio sintiera compasión con ella. 

Lo que decía no era mentira, el más joven le había tomado de las muñecas mientras ella intentaba empujarle, así que sí, le había tomado estas con fuerza; pero con la intención de que no le derribase ¿Eso no lo iría a decir? -- JiMin... no puedes ser así, t- -- 

-- Cállate... por favor. -- Susurró colocándose de pie; tragando duro al sentir como un pinchazo se hacía presente una vez que su pie izquierdo se apoyó completamente en el suelo. Fantástico, había caído mal y ahora su pie dolía. 

-- YoonGi, quería venir a verte para desearte que tuvieras un entreno bonito... sé que es el primero y que el otro día actué horrible ¡pero quiero apoyarte! Me di cuenta de mi error, quiero ser una novia buena para ti. Quería venir a decírtelo, pero el mocoso no me dejaba ¡mira mis muñecas, duelen! -- Se quejó de nuevo, añadiendo aún más mentiras a su discurso.

JiMin estaba haciendo uso de su escasa paciencia, mordiendo su mejilla interior para aguantar el dolor de su tobillo y esperando a que YoonGi dijera algo, que lo defendiera, o que preguntase si eso había sido así. Pero su madre ya le había advertido muchas veces; no esperes nada de nadie porque ibas a defraudarte. -- No sabía que podrías llegar a hacer algo como eso... -- Murmuró el pálido, dejándose ver decepcionado mientras acariciaba la piel rojiza de su pareja. -- Deberías de disculparte, JiM- -- 

Un golpe se escuchó; y el gimnasio entero se quedó en silencio. 

YoonGi se quedó con los ojos abiertos ante la sorpresa, pronto alzando su mano para apoyarla sobre su mejilla adolorida. JiMin acababa de pegarle una cachetada. Incluso MiWoo se encontraba anonadada. -- Dueles, dueles como el puto infierno, Min. Dueles más de lo que debes.  --  

 Incluso con el dolor punzante en su tobillo, el chico de hebras doradas salió de allí a paso rápido, no quería estar frente a aquellos dos, posiblemente si; era él el que sobraba. YoonGi se había preocupado inmediatamente de que la chica estuviera en condiciones; aquello había sido su subconsciente, es decir, no se había olvidado de ella en absoluto. 

¿Y qué se esperaba, poder cambiar una relación de años en pocos meses? 

¿Poder sacar a alguien de la depresión como un hada madrina? 

Teniendo un nudo en la garganta que incluso le impedía tragar, JiMin marcó el teléfono de TaeHyung mientras corría -a duras penas- por el pasillo de la universidad, dirigiéndose hacia la puerta principal. -- Hola, Mimi bonito ¿Qué pasa? -- 

-- Waffles con chocolate... y mucha nata con estrellitas. -- Susurró, haciendo un esfuerzo inmenso por no terminar deshaciéndose en dolorosas lágrimas.  

-- Vale... vale. -- Tae lo sabía, JiMin apenas tomaba dulces cuando estaba muy triste; y ahora parecía haber pasado algo que lo había puesto así. -- ¿Sigues en la universidad? Estaré allí en un poco más de cinco minutos, no más. -- 

El rubio asintió a media voz,  terminando la llamada y guardando el teléfono en el bolsillo de su chaqueta. JiMin no sabía en qué momento le había tocado tan mala suerte como para que el amor de su vida no fuera correspondido; dolía demasiado. No entendía por qué la vida tenía que ser así... pero bueno ¿Dónde ponía que debía de ser justa? 

El de mejillas regordetas se apoyó en la barandilla para bajar las escaleras que daban a la calle, siendo frenado por la mano de alguien más sobre su hombro. -- ¿Qué mierdas quieres? ¿Otro golpe? ¡Puedo darte doscientos más si quieres, idiota! -- Gritó el rubio quitando la mano ajena de mala manera en cuanto se giró para ver quien era.

YoonGi nunca antes había visto de esta forma al dulce chico que asemejaba con un tierno pollito. Los labios de Park temblaban, y aunque no habían lágrimas rodando por sus mejillas, se podían apreciar como sus ojitos las estaban reteniendo con toda la fuerza de voluntad. 

¿Así se veía alguien justamente cuando le partían el corazón? 

-- JiM -- 

-- ¡No! ¡No más JiMin! No puedo más. No esperaba que te preocupases por mi primero siquiera, pero si que esperaba que me preguntases si lo que había pasado era realmente así; o tenía alguna otra versión. -- ¿Y qué podría decirle? Si tenía toda la razón del mundo. 

-- Yo... Lo siento... -- Susurró tragando con dificultad y juntando todas sus fuerzas en no agachar la mirada al sentirse intimidado ante los ojos cristalinos que ahora lo miraban de la manera más triste. -- Ya t-te dije, soy incapaz de muchas cosas y; joder, siquiera sé como quieres quedarte a mi lad- -- 

-- YoonGi, para de decir eso; para de compadecerte de ti mismo y excusarte en tu mala situación mental prolongada. Estoy... estoy dando lo jodido mejor de mi para ti, para ayudarte. -- Confesó con su barbilla temblando por la próxima llegada de un llanto desconsolado. -- P-pero nada cambiará si tú sigues siempre en la misma, no solo yo me puedo esforzar, tú también tienes que hacerlo... claro está que las cosas cambiarán si quieres que cambien, si siempre haces lo mismo, todo seguirá tal y como está. Y-y a lo mejor es eso, a lo mejor es que no quieres cambiar nada entre tú y ella en realidad. -- 

YoonGi abrió sus ojos con sorpresa, estaba confundido. Él si que quería cambiar las cosas, claro que no quería llevarse toda su vida en esa situación que vivía junto a MiWoo, en la que a veces se odiaban y otras parecían adorarse, su cabeza no podía más con ello. -- Pollito, yo de verdad qu- --

-- ¡Yoon-ah! -- El llamado de la chica lo interrumpió, venía hacia ellos con esa cara de preocupación actuada que sacaba a JiMin de sus casillas ¿Cómo podía existir alguien tan manipulador? -- ¿P-podemos irnos? Estoy asustada y quiero ir a casa... --

-- ¿Asustada? ¿Asustada de qué? -- Se quejó el de mejillas regordetas. -- Espero que sea de ti misma y de todo lo que eres capaz de llegar a hacer por tu propio beneficio. Felicidades, tenías razón y lo conseguiste. -- 

La pelinegra no tardó en acercarse al pálido, abrazándose al brazo de este con la intención de parecer temerosa buscando un poco de tranquilidad al lado de Min, aunque siendo consciente de que su novio se encontraba con sus ojos clavados en JiMin, ella siquiera dudó en dejar a la luz su verdadera personalidad, mirando al chico bajito con los ojos entrecerrados por el enojo, deseando poder hacerle desaparecer en ese mismo instante. -- ¿Qué dices? ¿Qué se supone que conseguí? --

-- Él te prefiere, tal y como decías. Pero que sepas que casi tenemos sexo, que hemos ido a citas y que perdí la cuenta de cuantas veces nos hemos besado. -- JiMin había perdido el control de lo que decía, ahora solo necesitaba solarlo todo, desahogarse y dejar volar todos esos recuerdos con el propósito de olvidarse de estos si era posible. -- Q-que ha conocido a mis padres, que hemos hecho galletas y le he dado todo el amor que había en mi. -- Sus lágrimas no pudieron estar presas por más tiempo; y cualquier cosa hubiera dolido menos para YoonGi que verlo deshecho en lágrimas recitando cada cosa que fue suya, de ellos. 

-- JiMin. -- Llamó preocupado el pálido. La respiración del pequeño se estaba volviendo errática, y él sabía perfectamente lo que era un ataque de ansiedad, había tenido demasiados en su vida; sin embargo el rubio no parecía siquiera consciente de que estaba entrando en uno; él siguió hablando como si Min no le hubiera llamado. 

-- Que le he consolado cada vez que te has comportado como una imbécil, ¡me he interesado por sus gustos y- -- 

-- ¿Y qué? ¿Y qué, JiMin? -- Exclamó ella ya exhausta de escuchar cada uno de los momentos en los que el azabache le había llegado a ser infiel. Siempre había existido una sospecha de que obviamente estaba teniendo algo con el chico de mejillas adorables, pero nunca pensó que lo de esos dos había llegado hasta tan lejos. 

-- Que después de todo te prefiere a ti. -- 

La risa amarga de MiWoo se pudo escuchar en el lugar, estaba sumamente dolida, porque claro que quería de alguna forma a YoonGi, tenía sus confianzas puestas en él y por un momento había intentado creer que al chico se le haría imposible estar con alguien más aparte de ella. Aunque sus propios actos estaban siendo egoístas, le dolía haber confirmado que la persona que consideraba más leal para ella era todo una mentira. -- ¡Claro que me prefiere a mi! YoonGi, vámonos... ¿YoonGi? --

El pálido se había quedado quieto, con sus ojos brillando en dirección a JiMin y sus labios entreabiertos. Desde fuera se le podía ver en trance, realmente indescifrable lo que fuera que se le estaría pasando por la cabeza.

Y todo lo que estaba sucediendo ahí dentro es que el mundo se había vuelto más lento, todo había dejado de tener importancia y lo único en lo que podía poner atención había sido a JiMin llorando con sus mejillas sonrojadas y labios temblorosos ¿Qué significaba eso? ¿Entonces... de verdad el rubio era el amor de su vida? ¿En serio el mundo se lo estaba haciendo saber ahora?

-- JiMin... -- Susurró alzando su mano, queriendo limpiar las lágrimas que habían brotado de sus ojitos de la peor manera, el chico no se estaba apartando, Park seguía ahí esperando como un idiota a sentir el contacto de su hyung; sin embargo la voz de TaeHyung le hizo reaccionar rápidamente. 

-- ¡Mimi! -- Gritó el chico de piel canela desde el auto del que los separaban pocos metros. 

JungKook, que había acompañado a su novio a ir a por su mejor amigo, no tardó en bajar del vehículo cuando vio el rostro desastroso de su hyung. -- JiMin hyung, vámonos. -- Dijo extendiendo su mano. 

Min sintió como incluso en ese momento, con delicadeza JiMin apartó la mano de su mejilla y además entrelazó sus deditos con los del joven que acababa de llegar. -- YoonGi... -- Le llamó en un murmuro. -- Por favor, no me vuelvas a buscar, no quiero eso para mi... -- 

>> No quiero eso para mi << Eso había dolido más que la cachetada de antes, era un desastre ¿Eso es lo que JiMin no quería al lado? ¿Una persona rota? ¿Era alguien irreparable? El amor de su vida se estaba yendo de allí de la mano de otra persona y MiWoo no paraba de reprocharle mil de cosas a gritos a su lado, dándole golpes en su brazo y empujándole con la escasa fuerza que tenía; pero de verdad, YoonGi no podía centrarse en otra cosas que no fuera la impotencia de sentirse incapaz y cobarde de no saber como ser una mejor persona para ese chico que ahora había desaparecido en auto. 

Él tenía razón, había recibido cada esfuerzo de JiMin y él se había quedado cómodamente esperando que las cosas cambiaran, pero como hacerlo si él no lo estaba haciendo. 

Posiblemente era tarde para cualquier movimiento por su parte, pero no quería seguir sintiéndose inútil. 

-- ¿Por cuánto tiempo me has estado viendo la cara de estúpida? ¡¿Lo ves normal?! ¡Me has estado engañando con ese chico que no s- -- 

-- MiWoo. -- Le interrumpió. -- Os equivocáis los dos, después de todo... lo prefiero a él. -- Fue lo último que dijo YoonGi antes de darle dos suaves palmadas en el hombro a la muchacha y dar media vuelta para dirigirse al gimnasio. 

Todo había acabado por desbordarse de la peor manera. 

Después de mil años estoy aquí, lo siento mucho pero demasiadas cosas han estado pasando en mi vida y los ánimos por los suelos han estado jsjs. De cualquier forma, aquí está. Espero que hayáis disfrutado el capítulo de alguna manera. (?) 

Os quiero, cuidadse mucho, por favor. Kissuu~~ 

081021.

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