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catorce


SeokJin estaba en la puerta de la universidad, su laptop debajo de su brazo derecho mientras su otra mano se encargaba de sujetar el cigarro que estaba fumándose. Aún era temprano, pero es que ese día había tenido que salir antes de su apartamento. Su novia había enfermado, por lo que quería ir a dejarle algo de desayuno antes de ir a sus clases. 

Sabía que si de ella dependiera, obviamente con fiebre no iría a ponerse a cocinar o preparar algo, por lo que decidió hacerlo él. Después de todo siquiera le costaba, sentir que le estaba cuidando de la manera correcta le satisfacía. 

-- Buenos días, hyung. -- Saludó el pálido, quien apareció allí bostezando. 

-- ¿Cansado? ¿Qué estuviste haciendo anoche que no descansaste? -- Inquirió dándole un suave empujón antes de ofrecerle un cigarro, el cual por supuesto aceptó. 

En ese instante, YoonGi no supo qué decir, bueno, la realidad es que después de haber estado en el porche con JiMin un buen rato, tuvo que irse. Al llegar a casa pensó que se quedaría bastante tiempo dándole vueltas a la cabeza, pero no, se había llevado hasta altas horas de la mañana haciendo video llamada con el mismo chico. 

El rubio había estado enseñándole su propia habitación, contándole cosas mientras ambos descansaban cada uno en su respectiva cama; había sido entretenido e interesante sin duda alguna. -- Nada, chismoso, estuve haciendo cosas que tenía pendientes. -- 

-- Sí...  hagamos como que te creo. -- Murmuró el mayor rodando los ojos, terminando ya de fumar y tirando lo que le quedaba a la basura. -- ¿Está MiWoo enferma? Hye tiene un  buen resfriado. -- 

-- No tengo idea, hyung, no hablé con ella estos días. -- Dijo encogiéndose de hombros. 

Sus palabras habían sorprendido con gratitud a Kim. -- ¿No te ha hablado y tú no la has estado buscando? -- 

-- Hyung, la última vez que hablamos fue hace cuatro días, los últimos mensajes son míos y ella no los ha respondido. Para que me diga "deja de molestar" "ahora no, YoonGi" o algo así, prefiero esperar, yo no puedo seguir arrastrándome así de esa maner- --

-- ¡Por fin! ¡Por fin! ¡Gracias a Dios! Creía que iba a tener que vender un órgano al diablo para que lograses entenderlo, Min YoonGi, gracias por entenderlo. -- Exclamó con los brazos extendidos hacia arriba, no podía creerlo, su mejor amigo parecía haber escarmentado un poco. 

Fue imposible para el nombrado no reír un poco. -- Si sigues gritándole al cielo te van a mirar como si fueras un loco. -- El castaño más joven inhalo de su cigarro, alzando la mirada del suelo para encontrarse con la mejor de las sorpresas. 

Park estaba entrando por la puerta principal del recinto, adentrándose en el jardín de la universidad. A su lado iba un TaeHyung bastante animado mirando algo en su teléfono, el más bajo tenía sus labios estirados con suavidad, escuchando lo que su mejor amigo le estaba contando. 

"Se ve cansado" Pensó YoonGi, pero vamos, era culpa del pequeño. Por más que había intentado que el chico durmiera temprano, a JiMin no le cabía el alma en el cuerpo de la emoción. -- ¿Pasa algo? -- Preguntó SeokJin intentando mirar hacia donde su amigo lo hacía. 

-- Nada... -- Murmuró en respuesta, sonriendo al instante en la que su mirada chocó con la del más joven, el cual le sonrió de esa forma que le había atrapado desde el primer día. 

-- Buenos días, hyungs. -- Había sido TaeHyung quien había saludado, metiendo sus manos y teléfono en los bolsillos de su chaquetón, hacía un poco de frío. 

Los dos mayores le habían devuelto el saludo, pero no había que ser demasiado observador para darse cuenta de que había dos personas entre ellos cuatro que no estaban prestando demasiado atención a su alrededor. 

JiMin tenía la mitad de su rostro escondido en su bufanda color granate, donde su sonrisa y mejillas encendidas estaban perdidas; y por supuesto, los ojos del pálido estaban sobre él. -- ¿Tienes algo que hacer esta tarde? -- Dijo el rubio moviéndose con suavidad de delante hacia detrás en su mismo lugar. 

-- ¿Por qué? ¿Quieres hacer algo? Porque entonces la tengo completamente libre. -- Contestó apagando el cigarro, sabiendo que a JiMin no le hacía especial gracia el aroma de este. 

-- Puede que sí ¿Vienes a mi casa a las seis? --  

Ante la conversación que estaban teniendo como si aparentemente los otros dos no existieran, SeokJin tenía cara de no estar entendiendo demasiado. No sabía que había pasado de repente, lo último que sabía de esos dos era la nefasta "no-primera-cita"; pero ahora estaban ahí coqueteándose con la mirada como si nada. 

-- Allí te veo entonces, seis en tu casa. -- Aceptó con una sonrisa divertida. Era sumamente divertido ver como ese chico que parecía tan echado para delante la pasada noche por videollamada, ahora parecía tan avergonzado. "Hyung, me gustaría haberte besado mucho más. " Era lo que le había dicho varias veces, pero ahora ahí estaba, escondiéndose en esa bufanda aparentemente suave. 

JiMin asintió haciendo una pequeña reverencia para despedirse y entrar dentro del edificio, no quería estar más tiempo fuera, primero porque sentía que SeokJin y Tae lo estaban escaneando con la mirada; y segundo, porque tenía frío. -- Nos vemos después. Tened buena mañana. -- Dijo dispuesto a entrar, cosa que hizo.

Lo que no esperó es sentir como los dedos de su hyung dejaban una suave caricia en el dorso de su mano de manera disimulada, aquello solo hizo que las ganas de girarse y besarle solo aumentase, pero no, no podía, no podía, no podía. Por eso aceleró el paso hacia dentro, teniendo a su mejor amigo detrás intentando seguirle el ritmo. 

-- ¿Algo que no me hayas contado? -- Inquirió el chico de hombros anchos mirando con una de sus cejas enarcadas al joven de mirada felina. 

-- Quise aprender a resistirme a los encantos de ese chico, pero ya no lo tengo muy claro. -- Fue lo único que dijo el más bajo antes de posar su mano en el hombro de su amigo, dejando un gentil apretón. -- Entremos, quiero ir al baño antes de entrar en clase. -- 

-- Minie ¿me estás escuchando? -- 

La voz de TaeHyung en aquel tono medio burlón hizo que su mirada se alejase de la vetana. -- Claro que sí. -- Aseguró, ganándose una mirada divertida de parte del chico de piel canela. -- Vale, no, no lo hacía ¡Pero es que YoonGi aceptó venir hoy a casa! -- 

El menor podría reprocharle por no haberle estado escuchando, pero es que ver a su mejor amigo así de animado, le libraba de cualquier riña. Entre clase y clase JiMin había podido contarle todo lo que había pasado la noche anterior, por lo que por fin Kim estaba enterado, podía ubicarse en  la situación. 

-- Yo voto porque eches a tus padres de casa hoy y... ya sabes, os lo paséis bien. Si quieres diles que vengan a mi casa a merendar, amo a mis padres Park, yo lo acojo mientras su hijo coge con el amor de su vida como conej- ¡Ocuh! ¡JiMin no me pegues, estoy conduciendo! -- Se quejó Tae entre risas, no haciéndole falta mirar al contrario para saber que estaba sonrojado. 

-- ¿Eres idiota? ¿Cómo voy a sacar a mis padres de mi casa? ¿Qué les digo? -- 

Para TaeHyung fue imposible no estallar en risas, agradeciendo que tuviera que parar por un semáforo en rojo. -- ¿Me estás diciendo que intentarías tener sexo con hyung si no estuvieran tus padres? No te conocía así, a tu anterior novio poco más y lo matas de tanto que lo calentabas y lo dejabas sin nada. -- 

-- Pero es que no sabes, Tete, no sabes como hyung te acaba llevando al lado oscuro con esa boca y manos que- --

-- Suficiente información. -- 

-- ¿¡A que molesta?! ¡Pues por tu culpa sé hasta que Jungkook tiene un lunar en la mejilla derecha del trasero! -- 

Una vez más las carcajadas del de piel canela retumbaron dentro del vehículo, incluso dando suaves golpes en el volante. -- El trasero de mi novio te lo podría hasta dibujar, y mira que ni siquiera lo uso, aunque me gusta mucho pellizcarlo. -- 

-- ¡Joder, Tae! -- 

-- Bueno, bueno, cuando sepas como es el de YoonGi hyung ya me contarás, cariño mío ¿Te dejo en casa o comes conmigo y mi papá? -- Inquirió para saber si debía de dirigirse ya a su casa o adelantarse dos calles más para dejar al mayor. 

-- Déjame en casa, necesito ducharme y todo. -- 

Lo que el rubio pidió, fue lo que Kim hizo, dirigiéndose hacia casa de este. -- Oye, estuve hablando por kakao con EunWoo y los chicos del otro día. -- Comentó antes de estacionarse frente a lo que consideraba su segundo hogar. 

JiMin estaba quitándose el cinturón cuando el menor le dijo aquello. -- También estuve hablando con él, me dijo que quería que fuéramos al partido del viernes ¿Te dijo? -- 

-- Sí, eso quería decirte. Tenía miedo de que estuviera filtreando conmigo o algo, ugh, menos mal que sí te avisó... pensé que me encontraría solo allí y me hubiera engañado o algo. -- 

-- Que mal pensado eres, Tete. -- Dijo esta vez entre risas el de mejillas abultadas, acariciando la rodilla del susodicho. -- No sé, creo que ese chico simplemente tiene un don para hacer amigos, el otro día me metí en su cuenta de Instagram y es como tú, le siguen muchas personas. -- 

-- Sí, eso parece. ¿Entonces vamos al partido de Volley el viernes? Es para decirle a Jungkookie, así él también sale con sus amigos, ya sabes, me gusta que también tenga tiempo con ellos. -- 

Bueno, no es como si a JiMin alguna vez antes le hubiera interesado el volleyball, pero ese grupo de chicos le habían parecido bastante agradables; y EunWoo se lo había pedido a ambos bastante ilusionado, así que iría. -- Sí, reserva el viernes para nosotros. -- Aseguró Park echándose hacia delante para besar la mejilla de su amigo. -- Tengo que entrar ya, después de comer con tu papá haz el trabajo de la universidad, por favor. --

-- Sííí... hasta el último día vas a preocuparte por mis estudios... pensé que eso quedó en la preparatoria. -- Bromeó el más joven encendiendo de nuevo el auto. 

-- Si no lo hago yo, quien lo va a hacer. Hasta mañana, Tete. Te quiero. -- 

El rubio salió del vehículo, entrando a su casa con la cabeza estando ocupada en un solo pensamiento. Era algo totalmente descabellado el pensar que algo demasiado íntimo fuera a pasar hoy, pero era cierto que aún así pues quería un poquito de... soledad en su casa. 

No solo por poder estar tranquilo con su hyung, también es que no sabía si el mayor iba a sentirse demasiado atosigado por sus padres, cuando se trataba de conocer a gente que tenían algún tipo de relación con su hijo, eran insistentes, siempre les gustaba hacerse amigos de los amigos de su hijo. 

Padres modernos, o eso decían ellos. 

-- He llegado a... casa. -- Murmuró, bajando la voz cuando se encontró con una nota en la encimera de la cocina. 

" Bebé culón, mamá y yo hemos ido con tus tíos a ayudarles con la mudanza, posiblemente volvamos a la hora de la cena. Te he dejado en la nevera la comida, ensalada de pasta, espero que te guste. ¡Te queremos! "

-- ¿Padres modernos dicen? ¿Por qué me dejan una nota en vez de un mensaje? Espera- estoy solo... estoy... ¡Sí, sí, sí! ¡Gracias destino! ¡Te amo! -- Esto de tener al mundo de tu parte era realmente de ayuda. 

MiWoo no se lo dejaba fácil, pero por lo menos el destino le daba esos pequeños empujoncitos que  necesitaba, y que sabía aprovechar a la perfección. 

De aquella manera el joven se dispuso a comer lo que su padre le había preparado, disfrutando de la comida que tanto le gustaba. Se había entretenido mirando unos vídeos de gente jugando volleyball, quería tener una mínima idea antes del viernes. JiMin odiaba con toda su alma sentirse ignorante en algo, por lo que no le molestaba informarse de lo que fuera. 

Después de aquello recogió lo que había ensuciado en la cocina y aprovechó el tiempo en hacer el trabajo anteriormente nombrado, llevar las cosas al día era lo suyo, lo que no entendía es como TaeHyung era capaz de dejarlo todo para el último momento. 

El de mejillas abultadas tenía sus gafas redondas puestas, además de una diadema de felpa que le ayudaba a no tener su fleco en la cara. -- Uhm... me va a ocupar un poco más de lo que pensaba pero... -- bip bip

La melodía de un mensaje nuevo lo desconcentró y por supuesto miró este, dándose entonces cuenta de que eran las seis y cinco minutos. "Pollito, ábreme."

Como si la vida le dependiera de ello, JiMin se quitó la pasada de felpa, saliendo corriendo escaleras abajo hasta llegar a la entrada. Se había dejado llevar totalmente por la emoción, incluso hizo que YoonGi mirase la puerta con ojos abiertos ante la sorpresa, esta había sido abierta de repente. -- No hacía falta que abrieras en un tiempo record. -- Bromeó el mayor en una suave risa, pasando cuando el avergonzado chico se hizo a un lado para que pasase. 

-- Perdón, es que estaba en mi habitación haciendo cosas de la universidad, por un momento no sabía cuanto hacía desde que me enviaste el mensaje. --  

-- No te preocupes, acabo de llegar, no me ha dado tiempo a esperar. -- Dijo mirando todo a su alrededor, era la primera vez que estaba en su casa. Obviamente todo gritaba a "hogar familiar", aquello era lindo ante los ojos del pálido. -- Oye, no sabía que usabas gafas. -- 

-- Solo para estudiar. -- Aclaró relamiéndose los labios mientras buscaba la mano del mayor, tomando esta con cuidado, no queriendo hacer algún paso en falso. 

YoonGi no dudó en entrelazar sus dedos con los ajenos, aprovechando esto para tirar con suavidad del cuerpo del rubio, así teniéndolo más cerca. -- Ayer cierto chico me estaba diciendo no sé qué de que quería besarme por más tiempo, pero hoy lo veo muy quieto ¿Qué pasó? -- Inquirió en cierto tono burlón, a una distancia considerablemente corta al joven. 

-- Pasa que no sé si vas a volver a salir huyendo de mi después de esto, te recuerdo que la primera vez que nos besamos por mucho tiempo en tu casa, al día siguiente comenzaste a esquivarme como si tuviera la peste. -- Bueno, JiMin no lo admitiría en voz alta, pero la contestación iba con algo de resentimiento. 

-- No va a pasar, Minie. Te lo prometo... -- El de cabellos chocolate acarició la nariz ajena con la suya, disfrutando de como la respiración de su menor pareció entrecortarse por la cercanía. -- ¿Y tus padres? --

-- N-no están, puedes besarme aquí, o en la sala, en la cocina, en mi habitación, o donde quieras, pero hazlo. -- 

Min rió sin poder evitarlo, ese chico podía decir algo como eso haciéndole sentir una ternura lasciva que nunca antes había conocido. -- Bueno, bueno, supuestamente las estrellas concedemos deseos ¿no? --  Desde que le había contado el sobrenombre que le había puesto, YoonGi había quedado más encantado con este.

No es como si a MiWoo le gustasen cosas como los apodos tiernos, desde que la había conocido hasta el día de hoy no habían existido maneras cariñosas de llamarse. La chica siempre había dejado en claro lo absurdo que les parecía.

Posiblemente era por eso que Park le atraía tanto, era toda la ternura que estaba buscando; y que no tenía por ningún lado, tal vez era lo que más anhelaba desde pequeño; lo que más echaba de menos de ver a sus padres aún casados y queriéndose.

En cuanto la imagen de sus padres, ahora divorciados, vino a su cabeza, no dudó en acortar la distancia a esos labios que tanto aclamaban su atención, quería centrarse en JiMin, en nada más.

El pálido pudo sentir como en el beso el menor sonreía, acción que le dio una inesperada paz y además le hizo sonreír de vuelta, abriendo su boca con intención de buscar la lengua ajena.

Las manos del más bajo se posaron en la cintura de su hyung, quien, con delicados movimientos, subió las gafas que portaba hasta dejarlas sobre su cabeza, luego concentrándose en acariciar sus pomposas mejillas. -- Uhm... Bienvenido...a ... mi casa. -- Pronunció el rubio entre besos y chasquidos.

-- ¿Este va a ser siempre el recibimiento? Es por venir a menudo. -- Dijo sobre la boca contraria, y ambos rieron a esa absurda distancia a la que sus labios se encontraban.

No por mucho tiempo, puesto que habían iniciado otro beso más. Esta vez JiMin deslizando sus manos hacia arriba, pudiendo acariciar el cuello del castaño con la yema de sus dedos.

La sensación era completamente adictiva, tanto como para pasar a estar acorralado contra la pared de la entrada sin haberse dado cuenta. YoonGi tenía uno de sus antebrazos puestos sobre la pared, al lado de su rostro, teniendo su otra mano ocupada en alzar la barbilla del más joven.

El de ojos felinos suspiró, tomando el rostro de JiMin con la mano que ya se encontraba en su cara. Esta apretaba con suavidad las mejillas, haciendo que sus labios se abultasen aún más. -- Oye, pollito, ¿Qué es lo que estabas tramando invitando a un chico a tu casa a solas? ¿Qué se supone que buscabas? --

-- No se hyung, tal vez ¿hacer galletitas? -- 

Ambos se miraron sonrientes, incluso olvidándose de emitir alguna palabra en ese momento en el que sus ojos hablaban por si solos. YoonGi se sentía maravillado, le costaba creer que ese par de orbes brillantes se encontrasen así por mirarle a él, a alguien tan  simple e insignificante. 

El pálido si se paraba a auto escanearse solo podía ver a una persona vacía que no tenía demasiado para ofrecer, pero joder, teniendo a alguien como JiMin mirándole de esa forma le entraban incluso dudas. -- Si lo que quieres es hacer galletas, podemos hacerlas sin problemas. Me debes una revancha de guerra de harina, no sé si te acuerdas. -- Uno de los dedos índices del mayor presionaron en el costado del joven haciéndole reír. 

-- Sí, claro que me acuerdo, pero te voy a volver a ganar. -- 

-- ¿Que sí? ¿Estás tan seguro? -- 

-- Pues claro que s- ¡¡YoonGi hyung!! ¡Suéltame! -- En un ágil movimiento el castaño había tomado la cintura del más bajo, colocándole así sobre su hombro boca abajo. -- Hyung...-- Entre carcajadas Park estaba intentado ser liberado, pero solo podía reír como si la vida le fuera en ello dando suaves golpes en la espalda de su hyung. 

-- ¿Dónde está la harina? Venga, dime, pequeño rebelde, te voy a dejar la cara más blanca que la mía. -- Dijo con diversión entrando en la cocina con el chico a cuestas. 

La única preocupación de ese momento para JiMin era que sus gafas no terminasen de caer al suelo, bueno, eso y no atragantarse al estar riéndose con la cabeza hacia abajo, sentía que se iba a atorarse con su propia saliva. -- ¡Yoon hyung, de verdad! Voy a morir si sigo en esta posición. --

Entonces, teniendo un poco de compasión, el de cabellos chocolates lo dejó sentado en la encimera, riendo cuando tuvo el rostro rojo del rubio frente a él, con sus gafas posadas en la punta de su nariz y la respiración agitada por las risotadas. -- ¿Dónde quedó "estrellita", pollito? -- 

-- Ash, cada vez me arrepiento más de habértelo contado, me haces sentir tonto. -- Murmuró abultando su labio inferior mientras se colocaba las gafas de forma correcta con su dedo índice. -- Ya no te lo diré más. --

-- Ay, no. Dímelo, por favor, me encanta. --  Pidió intentando poner su mejor cara de gatito abandonado, paseando su nariz por la mejilla pomposa del más joven. -- JiMinie, por favoooor. -- Con intención de convencerlo más, deslizó sus labios hasta los contrarios, dejando lentos besitos sobre estos. 

Y aunque seguía siendo vergonzoso para él, JiMin le daría el mundo entero si pudiera. -- Estre... -- besito. -- Es... -- besito. -- Estrelli... -- besito. -- Hyung, no...-- besito. El rubio rió, dándose por vencido en intentar decirlo, parecía que el pálido se había olvidado que los besos eran para convencerle, ahora solo quería más contacto de su parte. 

¿Y quién era Park para no concederle ese deseo? 

Una vez más sus bocas se habían juntado de esa forma en la que se sentía que se iban a derretir en las manos del otro. El chico que estaba sobre la encimera abrió con lentitud sus piernas, así dejando que el otro se colocase ahí, este mismo tomó los muslos del rubio, colocándolos alrededor de su propia cintura. 

Todo era demasiado bueno, o sea ¿Cómo MiWoo era capaz de desaprovechar esto? A JiMin no le cabía en la cabeza. Incluso cuando se habían separado para tomar aire, el rubio siguió dejando piquitos duraderos en la comisura de sus labios. -- No sabía que tenías tanta fuerza como para tomarme como antes... -- Murmuró en un tono de voz suave el mismo, sintiendo como los labios del pálido se estiraban en una pequeña sonrisa. 

-- Bueno... Ya te conté hace un tiempo que entré en sobrepeso cuando mis padres se separaron. Después tuve que hacer mucho deporte para conseguir un peso en el que yo me sintiera a gusto. Me obsesioné con ello, por suerte y con mucha ayuda de MiWoo no entré en algo como un problema alimenticio, pero si me volvió un tanto vigoréxico. -- 

-- Hyung... -- 

YoonGi se separó un poco, sin soltar los muslos del rubio, apenas para poder conversar mirándole a los ojos. -- No me mires con lástima, está todo más que superado, Minie. Ahora vivo muy normal, no soy adicto al ejercicio, pero si que entreno varios días a la semana, solo eso. -- 

-- Estas perfecto ¿sabes eso? -- 

-- Esas son duras declaraciones, Park JiMin. -- Dijo elevando sus cejas de forma insinuante, ganándose que el nombrado pellizcase su brazo. -- Tranquilo, sé que estoy bien, estoy contento conmigo mismo... o por lo menos no le doy demasiadas vuelt- -- 

-- YoonGi, dije perfecto. -- 

Un pequeño silencio los invadió, siendo involuntario el más alto tenía su mandíbula tensa, era un tema al que no solía darle demasiadas vueltas, incluso cuando las inseguridades lo atormentaban intentaba ignorarlas; pero nunca enfrentarlas. 

Con la yema de sus dedos, el de mejillas pomposas acarició el rostro de YoonGi, consiguiendo que relajase sus facciones al instante. -- Tienes que quererte de forma correcta, y cuando eso pase, vas a exigirle a los demás que te quieran como es debido, tal y como te mereces, no menos. Y me encantará ver como te das cuenta de que ella n- -- 

-- ¿Por qué la mencionas? Estoy aquí contigo, disfrutando de ti; queriendo crear un nuevo recuerdo bonito contigo. Déjala quieta donde quiera que esté.  -- Dijo en un tono de voz suave, nada molesto.

-- Bien... entonces ¿Galletas? -- 

-- ¿Cocinaste alguna vez rollitos de canela? -- Inquirió el mayor, robándole un último besito después de que el chico negase con su cabeza. -- Bien, hoy me toca enseñarte a mi. -- 

JiMin asintió, recibiendo esta vez una caricia y un beso sobre su mejilla antes de que el contrario comenzase a moverse por la cocina. Yoon estaba preguntándole donde se encontraba cada uno de los ingredientes, colocándolos en la encimera, justo al lado donde aún se encontraba el rubio sentado. 

Verle allí en su cocina, concentrado en buscar las cosas y pareciendo tan contento; solo hacía que desease aún más poder compartir su vida junto a él.

Para quererle de la forma correcta, para sentirse orgulloso cuando él mismo lo hiciera también. 

-- Estrellita. -- Llamó y automáticamente el pálido le miró sonriente, con sus mejillas suavemente sonrojadas, esperando a lo que el pequeño fuera a decir. -- Tengamos una segunda primera cita, por favor, una oficial. -- 

-- La tendremos, pero esta vez te invito yo a ti, cuando escoja donde llevarte te digo el día. --

-- Una como un chico al que le gusta otro chico y lo está intentando conquistar, no como amigos. -- Aclaró mirándole de manera acusatoria, provocando que una pequeña risa se le escapase. 

-- Una como dos chicos que se están comenzando a gustar, pollito, una como esa. -- 



¡Hula, angelitos míos! Pregunté qué historia queríais que actualizase y algunos me dijisteis esta, así que aquí está el nuevo capítulo, espero que os haya gustado. 

En el anterior os pregunté si queríais que pusiera foto de como se ven los personajes, así que os lo pongo por aquí. 

Park JiMin.



Min YoonGi.




Kim TaeHyung.



Kim SeokJin. 



Jeon JungKook. (Hay mil fotos más lindas de Jk, pero quería que se apreciaran los tatuajes y el pelo largo.) 



Kang MiWoo. 



Son HyeYo. (Para quien no se acuerde, la novia de SeokJin.) 



A EunWoo os lo presento en el próximo capítulo. 

Cuidadse mucho, os quiero. 

010221.

Kissuuu.~~

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