Coramora, 13 de Octubre del 2009

La mamá de Axel se encontraba en su habitación ayudándolo a hacer su maleta para que nada se le olvidara al momento de irse a Leosville. Él había estado guardando las prendas más rockeras que tenía, a pesar de que él de rockero no tenía nada, y compró con su madre un par de jeans y camisas que le dieran un estilo bastante moderno.

— ¿Llevarás algún libro? —preguntó su madre acercándose a su estantería.

—No creo que tenga tiempo de leer algo—su madre negó.

—Siempre hay tiempo para culturizarse—respondió y tomó el primer libro que vio, lo dejó sobre la cama y pasó a su armario para ayudarlo a escoger los zapatos.

Ya faltaban cuatro días y se sentía un tanto triste al notar cómo su padre lo ignoraba por completo a menos que tuviese que ir con él a alguna reunión.

El día anterior había ido a una con los socios de su padre y se encontró nuevamente a Becca, ella estuvo toda la reunión a su lado, hablándole y coqueteándole pero él nunca le devolvió el gesto. Axel más bien parecía estar incómodo con esa situación, sin embargo, por mucho que le quiso contar a Jane, prefirió no hacerlo, ella podía malinterpretar las cosas, más cuando él se iría en un par de días.

— ¿Cuántos pares de medias llevas? —preguntó su mamá sacándolo de sus pensamientos, Axel volteó a verla y notó que estaba sentada en el suelo con la gaveta de la ropa interior abierta.

— ¿Tres?—dudó, su mamá negó y sacó otros tres pares más para entregárselos y que él lo guardase en la maleta.

— ¿Howie es un adulto responsable?

—Me imagino—se encogió de hombros Axel—. Tiene casi cuarenta.

—Es muy joven para cuidar a cuatro adolescentes hormonales—Axel rodó los ojos.

—Mamá, mi novia se quedará aquí, así que créeme que de mí no deberás preocuparte—confesó—. Estoy tan enamorado de ella que no podría engañarla.

Su madre asintió y cerró la gaveta.

—Igual llamaré a las mamás de tus amigos para estar segura de que ellas piensan igual—él sólo rió y continuó guardando la ropa que tenía en la cama en su maleta—.Invité a Jane a cenar hoy con nosotros.

—Está bien, es una chica agradable.

Las horas pasaron y se hicieron las seis de la tarde, Jane llegó a su casa y su madre la recibió muy alegre. En esa última semana él había estado compartiendo más tiempo con su madre, cosa que le agradaba pero al mismo tiempo le entristecía, no quería alejarse tanto de ellos tres.

Su mamá, su papá y Jane.

Jane se acercó a él y lo saludó con un abrazo y un beso en la mejilla, Axel la sostuvo por la cintura y apoyó su mandíbula en el hombro de ella, le dio un pequeño beso ahí y se mantuvo en esa posición al menos un minuto.

—Te extrañaré—le dijo en su oído—. Quiero que vengas conmigo.

—Sabes que no puedo hacerlo por ahora, mis padres no me dejarán irme sin terminar las clases—respondió—. Y seguramente sea una distracción para ti—él se separó de ella y la miró fijo.

—Eso jamás—le dijo—. No eres ni serás una distracción, tú incluso eres quién me mantiene concentrado en mis objetivos—ella le sonrió.

—Cumpliremos nuestros sueños juntos—habló—. Tú grabarás tu canción y lograrás que se vuelva un hit y yo escribiré sobre ti.

—Estaré más que feliz si lo haces—besó su mejilla y tomó su mano para caminar con ella a la cocina.

Su mamá estaba sacando la pizza del horno, su padre estaba preparando el Nestea y se miraron seriamente sin decir una palabra. Jane y su madre notaron la tensión entre ellos e intentaron llamar la atención de ambos para que el ambiente no se volviese incómodo.

— ¡La pizza está lista! —dijo su madre con exaltación—. Axel, coloca los platos para que podamos comer—él asintió y caminó hasta uno de los cajones para sacar los platos.

Jane lo ayudó a llevar los cubiertos y acomodarlos en la mesa junto a las servilletas. Su madre colocó la misa en medio y su padre llenó los vasos para luego dejar la jarra con Nestea en la mesa. Los cuatro se sentaron y la madre de Axel comenzó a dar las palabras de agradecimiento por la comida.

Ellos no eran una familia muy religiosa, no iban a misa los domingos ni se sabían todos los versículos de la biblia, pero creían en Dios y rezaban y agradecían siempre. Su madre pensaba que la gratitud era lo que le daba el éxito.

La cena fue tranquila, su padre le hizo un par de preguntas a Jane y su madre reía por lo nerviosa que ella se ponía. Axel sólo sobaba su pierna como apoyo, él sabía lo intimidante que su padre podía ser, a pesar de ni siquiera intentar serlo.

Al terminar, él acompañó a Jane a su casa. Ambos se fueron caminando y Axel le dio un beso de despedida en los labios en la puerta, sabía que posiblemente los hermanos de Jane los estarían viendo pero no le iba tomar importancia a eso; la vergüenza la dejaría para después.

El camino regreso a casa fue tranquilo, las cosas empezaron a ponerse tensas fue cuando llegó y se encontró a su padre sentado en la cama de su habitación.

Sabía que era la hora de hablar, y tenía miedo por lo que podía suceder.

~•~

—Papá...

—Sabes por qué estoy aquí—le dijo, le dio una palmada al colchón y Axel caminó a sentarse a su lado—. Me tomé estos días para hablar con tu mamá y pensar un poco en lo que haría. Siempre quise que mi hijo fuese un gran abogado, trabajar juntos y luego darle todo lo que he hecho; quizás estuve tan enfocado en esa meta que nunca logré ver que a ti no te gustaba eso.

Axel iba a responder pero su padre lo frenó con la mano para seguir hablando.

—Nunca te he escuchado cantar, me he arrepentido varias veces por estar muy ocupado como para hacerlo, pero siempre creí que sería un hobby para ti, no lo vi como algo serio. ¿De verdad te gusta eso?

—Demasiado—respondió—. Me gusta cantar desde los doce y aunque no soy el mejor en la guitarra, me he llegado a meter en todo el mundo que conlleva. Me gusta componer canciones, cantarlas y que las personas las escuchen; Howie McDonalds me está dando la oportunidad de mi vida.

— ¿Dejarás todo por eso? ¿Todo lo que hemos hecho?

—Lo hemos hecho por ti, yo nunca quise ser abogado, tú sólo lo asumiste.

—Llevamos cuatro años en esto Axel, no puedes decirme ahora que ya no lo quieres—respondió—. ¿Quedarte callado? Nunca te enseñé a hacerlo.

—Es cierto, me enseñaste a seguir mis sueños y la música lo es, por eso me iré a Leosville. Mi mamá me firmó el permiso para hacerlo.

—Lo sé, yo también lo hice—Axel frunció el ceño—. Sabes que no estoy de acuerdo con esto, pero no porque quieras ser músico, sino porque me lo ocultaste.

Axel asintió.

—No quiero que te molestes conmigo—le dijo, su padre lo vio.

—No lo estoy, Axel. Sólo me altero un poco cuando no me cuentas las cosas—sobó la espalda de su hijo—. No soy el mejor padre pero...

—Eres el mejor, lo eres para mí—lo interrumpió—. Me enseñaste muchas cosas, te debo todo lo que soy. Por eso no quiero decepcionarte.

Su padre mantuvo silencio por un momento.

— ¿Qué pasará con tu novia? ¿Se separarán?—Axel suspiró.

—No, regresaré por ella—su padre colocó una mano en su hombro.

—Axel, sabes que no siempre te quedarás con el amor de tu adolescencia, ¿verdad? —Axel lo miró serio, no quería dejar a Jane y odiaba que todos creyesen que las cosas no funcionarían entre ellos—. No te estoy diciendo que ella y tú no estarán juntos, pero hay momentos en donde las personas se deberán separar. Y tú te irás por un mes y quizás un tiempo más largo después.

Axel se levantó de la cama molesto.

—No, Jane y yo estaremos juntos—le dijo—. Ella me ama y yo a ella, nada puede separarnos. No soy nadie sin ella, ella es quién me ayudó a no ponerme nervioso, me ayudó a creer en mí; es la chica más importante que hay.

—Está bien Ax—dijo sereno—. Ven a sentarte—Axel lo miró y en un suspiro le hizo caso—. Cálmate, sólo fue un comentario. No quiero que te hagan daño por lo que necesito que tengas siempre esa probabilidad en mente; quizás te separes de ella y puede que las cosas no funcionen, pero puede que sí lo hagan. Siempre hay posibilidades.

Axel asintió, estaba seguro de que le iba a demostrar a todos que se equivocaron al pensar siquiera en esa posibilidad, él y Jane estarían juntos sin importar la distancia; ella se graduaría de la secundaria e iría a la universidad y cuando estuviese lista, lo acompañaría a cada una de sus giras. Serían ellos dos contra el mundo; bueno, ellos dos, Gino, T.J y Griffin contra el mundo.

—Disculpa—le dijo—, disculpa por no ser el hijo que quieres que sea—su padre negó.

—No debes disculparte por ser quién eres, te quiero como abogado o como músico. Eres mi hijo y tus sueños no cambiarán eso. Aunque es una lástima que seas mi único hijo, tendré que esperar a que tengas un nieto y si tengo suerte querrá ser abogado—Axel rió y le dio un abrazo a su padre.

No estaba seguro si su padre lo estaba apoyando en sus sueños, pero se sentía bien poder decirle lo que realmente quería ser; un músico.

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#JuevesDeKloss