Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

—Caballeros y señoritas —los llamó el profesor—. Si no les molesta y dejando la timidez de lado, les pediré que se presenten ante sus nuevos compañeros para poder así conocernos mejor. Adelante.

Los cinco se miraron entre ellos, como decidiendo a través de la telepatía quién sería el primero en pasar al frente. En el plan no habían acordado nada de tener que presentarse como niños de preparatoria. Qué vergonzoso sería esto.

Los estudiantes esperaban impacientes. La verdad es que no acostumbraban a tener alumnos nuevos de intercambio a esas alturas del año, por lo que ver caras nuevas era refrescante ye incrementaba su curiosidad. Más los miembros del equipo de fútbol americano, quienes deseaban en silencio que la preciosa chica de pronunciadas curvas fuese la primera en decir su nombre. Para su mala suerte, la chica gorda y fea se animó a pasar antes que los demás.

—Hola a todos —comenzó diciendo con algo de nerviosismo en su voz. Buscó a sus hermanos al fondo del salón y sus nervios disminuyeron de manera considerable—. Soy Gaia Ajax, tengo veinte años y disfruto mucho de las novelas románticas clásicas. Espero nos llevemos muy bien.

Unos aplausos desganados acompañaron la finalización de su presentación, al mismo tiempo que ella tomaba asiento en un pupitre vacío. Avaricia fue el siguiente.

—Buenos días, chicas bonitas de la fila del frente —con descaro, les guiño a las señoritas que le miraban con ojos soñadores—. Mi nombre es Aaron Ajax. Soy hermano mayor de Gaia y no tengo nada que decir sobre esta clase. Gracias.

No hubo aplausos, pero las sonrisas bobas de las porristas taparon ese incómodo silencio.

—Laia Ajax, veintitrés años, soltera y disponible —las palabras de Lujuria no le dieron ni una pizca de gracia a las féminas del salón. En los hombres tuvieron un efecto contrario, puesto que a más de uno se le cayó la mandíbula cuando analizaron de arriba abajo las piernas de la rubia—. Pero ustedes pueden decirme "perra barata" cuando me lleve a sus novios a la cama.

—Gracias, señorita Ajax, por tan emotiva presentación —cortó el profesor, antes de que sus alumnas se abalanzaran contra la muchacha en un arrebato de furia.

Lo admitía, él quería estar en esa lista de hombres que se llevaría a la cama. Aunque ella no pareciera del tipo que elige a los viejos como él. Tal vez podría sacara relucir su as bajo la manga y chantajearla con una buena nota a cambio de sexo en épocas de exámenes. Eso nunca le había fallado.

El hombre no despegó los ojos del trasero de la chica, quien meneaba las caderas hasta llegar a su pupitre. Autocontrol. Necesitaría mucho autocontrol para que sus alumnos no sospecharan nada.

—Que pase el siguiente. No tenemos todo el día.

Envidia pasó al frente, dando miradas de disgusto a las chicas del periódico escolar, quienes la analizaban de igual manera. Su aura de chica mala ya tenía embobados a los nerds del salón, cuyos lentes de aumento se les comenzaban a resbalar por el sudor acumulado en el tabique.

Soberbia bufó molesto. ¿Qué le veían esos mojigatos a Envidia? Era una chica como cualquier otra. No tenía algo especial que la hiciera resaltar. Idiotas.

—Eliette Berrycloth —hasta su voz ligeramente ronca volvió locos a los chicos—. Veinticuatro años, no tengo hermanos. No espero llevarme bien con ninguno de ustedes porque no me interesa entablar amistades. Solo tengan mucho cuidado de no quitarme la paciencia.

Bueno. Algunos quedaron más enamorados que antes y otros súper aterrados. Pero como bien dicen, para gustos hay colores.

El último fue Soberbia, con el porte alto y la barbilla hacia adelante. Era guapo. ¿Para qué mentir?

Las chicas sintieron las mejillas calientes cuando el maldito las miró con esos azules ojos.
Los hombres comenzaron a lanzarle miradas asesinas intentando intimidarlo. Soberbia ni se inmutó.

Cuando se posicionó dándole la espalda a la gran pizarra verde, donde los rastros de tiza se perdían con el polvillo blanco y las huellas dactilares del profesor, dirigió sus profundos ojos hacia los de Rachel quien observaba expectante.

Apenas separó los labios para poder hablar, las chicas de la primera fila suspiraron embelesadas. Esta vez fue Rachel quien las miró con desprecio y rodó los ojos.

Soberbia se dio cuenta.

—Seth Sallow, veinticinco...

—¿No estás viejo como para empezar la universidad? —le interrumpió con burla uno de los miembros del equipo de fútbol americano.

Estaba claro que su objetivo era dejar en ridículo al chico nuevo que se robaba las miradas de todas las chicas guapas del salón, y eso le hizo mucha gracia al Pecado.

A veces los celos de los humanos eran deprimentes y poco justificados.
Envidia tenía un trabajo admirable en situaciones como esta, donde sacaba a relucir su capacidad para sacarle canas verdes.

—Si crees que la oportunidad y las ganas de aprender están exclusivamente ligadas a la edad que uno tenga, entonces resultaste ser más ignorante de lo que pensé —Soberbia mantuvo la cabeza en alto, y su voz reflejaba la altanería que solamente él sabía manejar—. Es curioso que menciones un factor tan irrelevante, dado que tu padre inició sus estudios universitarios en la carrera de Ciencias Políticas cuando cumplió treinta y cuatro. Y apenas se graduó a los cuarenta porque dejaba materias que no quería cursar.

Sus compañeros de clase quedaron boquiabiertos. Algunos murmuraban con sus parejas de banco. Los únicos que quedaron fuera de ese momento de cuchicheo fueron los cuatro Pecados, a quienes no les faltaban las ganas de golpearse contra una pared por lo legua suelta que podía ser Soberbia.

El profesor dio tres golpecitos sobre su escritorio llamando la atención de sus estudiantes y le pidió a Seth que tomara asiento en uno de los tres lugares libres que quedaban.

Ni bien se sentó, un muchacho de la fila contigua le pasó un papelito arrugado. El mismo rezaba en letras grandes y oscuras: "Te metiste con el tipo equivocado".

Confundido, pero sin sentirse cohibido, tomó el libro de clase que se encontraba bajo el banquillo y lo abrió en la página indicada por el hombre.

Aunque el tiempo pasara más lento cada vez, se sentía feliz. Perder la capacidad de ser invisible no fue en vano. Todavía contaba con sus sentidos bien agudizados.

Dos pares de ojos estaban clavados en su nuca erizada. Unos del imbécil que trató de humillarlo como si fuera un chico básico de preparatoria. Otros de la chica cuyas manos habían parado de escribir apuntes en su cuaderno garabateado, para imaginar las mil y una formas de arrancarle la corbata al Pecado sensual que tendría mucho por explicar luego.

***

Lo que una vez fue la mansión habitada por los siete Pecados Capitales ahora se encontraba en ruinas.

Luego del ataque repentino de los venatores y del escape improvisado para poner a salvo a Rachel, Ira y Pereza fueron capturados por las criaturas oscuras.

Los ataron con cuerdas de venilium. Unas sogas mágicas con un conjuro especial capaz de bloquear sus poderes. Después huyeron de Medium, no sin antes prender fuego a la estructura con los Pecados restantes siendo presas del pánico.

—Mi Señor —había pronunciado con dificultad uno de los venatores cuando su líder comenzó a hacer presión sobre su cuello, quitándole el aire de los pulmones—. La humana no está aquí, gran Lord. Se nos ha escapado junto con cinco Pecados Capitales.

—¡Eso ya lo sé, gran imbécil! —exclamó furioso ante sus demás secuaces; suspiró con gran decepción encima—. A veces no entiendo cómo lidio con ustedes. Son desesperantes. ¡Vayan al mundo terrenal y búsquenla! La quiero con vida. Pueden hacer lo que se les plazca con los otros.

Y sin decir más se fueron, dejando a los dos restantes con el corazón en la boca y la desesperación a flor de piel.

—Debemos salir de aquí y buscar a los demás —sentenció Ira al mismo tiempo que intentaba, sin éxito, quemar las cuerdas mágicas que rodeaban con excesiva fuerza sus muñecas—. Narshville no es una ciudad colosal. Los encontrarán en una abrir y cerrar de ojos si no saben ocultarse bien.

—Ayúdame a alcanzar la Esfera de Cuarzo para avisar a los gobernantes de los Reinos.

La Esfera de Cuarzo era una bola del tamaño de una pelota de tenis que unía las redes de comunicaciones entre los seres celestiales. Algo parecido a los teléfonos celulares de los mortales con la leve diferencia en tamaño, forma y velocidad en el funcionamiento.

Ambos probaron dando brinquitos sobre las sillas para quitarse del centro de la sala, donde el techo parecía que iba a desmoronarse en cualquier segundo por las llamas que consumían todo a su paso.

Ira apenas pudo lograr que las cuatro patas se deslicen sobre la madera, tropezando con una tabla mal puesta y cayendo de cara al suelo.

—Deja de jugar, Ira —lo reprendió la azabache—. Esto es serio.

—Cierra el pico y apúrate. Mis muñecas van a sangran del dolor.

A pesar de que costó horrores, finalmente pudieron liberarse. Los cazadores de Pecados no eran los mejores para hacer nudos.

Desgraciadamente el que había sido su hogar por miles de años se encontraba destruido. Nada se salvó del incendio, pero apenas les importaba. Ahora tenían que viajar a Narshville usando el último portal que les quedaba disponible, cerca de la fuente de piedra en el jardín delantero. Justo en el corazón del laberinto de arbustos y rosas.

Pereza avisó a Miguel y a Apolyon, el demonio mensajero de Infernum, para que estuvieran atentos en cuanto al paradero exacto de sus compañeros.

Se hacía tarde en Medium y los últimos tonos anaranjados despedían la poca luz natural que quedaba. Tarde. La ironía era gigantesca. Se estaba haciendo tarde en un lugar donde se supone el tiempo no existe. Lugar. Otra ironía.

—No se me da muy bien cruzar un laberinto de noche —advirtió Pereza, encogiéndose de hombros—. Con suerte y mucha ayuda lo termino de día.

Ira rodó los ojos y suspiró observando el cielo, ni una sola nube acompañaba el atardecer.

—Dame la mano.

La menor abrió sus ojos desmesuradamente.

—¿Cómo dices?

—Si lo haces no te perderás cuando todo esté oscuro —el muchacho extendió su mano dejando la palma hacia arriba y una pequeña flama rojiza se encendió sobre esta—. Confía en mí y pronto estaremos en Narshville.

Pereza asintió con un leve movimiento de cabeza y se aferró a la mano de su compañero. Odiaba la oscuridad, aunque sus visitas al mundo terrenal se dieran de noche. Agradecía el gesto de Ira y que no se hubiese burlado. Probablemente Avaricia se reiría si se enterase. Al fin y al cabo, burlarse del otro se había convertido en un pasatiempo de ambos.

Atravesaron los arbustos crecidos, cuidando no pincharse con los rosales que cada tanto aparecían bloqueando el paso. Cuando todo se sumió en la profunda oscuridad, el agarre que Pereza ejercía en la mano libre del muchacho se hizo más fuerte, obligándole a avivar el fuego.

Luego de un rato caminando, llegaron al portal antiguo que usaban en muy raras ocasiones y lo atravesaron sin titubear.

Agua.

Habían aparecido dentro de una fuente de agua.

—Y es por esto que no usamos ese portal —concluyó Ira, secando su ropa con el calor que emanaba su cuerpo. Al notar que Pereza temblaba de frío, la rodeó en una especie de abrazo incómodo para hacer lo mismo con lo que llevaba puesto.

—Gracias.

—Menciona esto y te cortaré la lengua —amenazó Ira.

—Qué lindo —se burló Pereza, sacándole la lengua como una niña de nueve años.

—Saca la Esfera y fíjate si hay respuesta de los mensajeros.

La chica asintió, pero antes de que pudiese siquiera sacar el objeto mágico de su bolsillo, un hombre alto vestido de traje oscuro y andar dominante se detuvo a poco más de un metro de distancia.

—No deberían rondar solos de noche —advirtió con una voz gruesa que le hizo temblar del miedo a la azabache—. No es seguro con los recientes homicidios. Vayan a sus casas antes de que me vea obligado a escoltarlos.

—¿Y usted es...?

—Soy el detective Jeremiah Locke. Especialista en el área de homicidios de la ciudad de Narshville —el sujeto en cuestión trató de mostrarse severo—. He vivido aquí desde mi infancia, pero sus caras no me son familiares. ¿Son nuevos en la capital o vienen de visita?

Ambos se miraron como intentando escudriñar en la mente del otro alguna historia que sonara verídica. El detective seguía con sus ojos puestos en la pareja de jóvenes que había sido tan descuidada como para salir a esas horas de la madrugada.

Por fortuna, además de ser una maestra manipuladora de mentes, Pereza tenía el don de la mentira. Era el momento perfecto para usarlo a su favor.

—Me llamo Paulette Spinster. Hace poco me mudé a la gran ciudad con mi primo —dio un rápido vistazo a su acompañante, quien le miraba con confusión absoluta—. Ian.

El hombre pasó de mirar a la chica a analizar al masculino de pies a cabeza.
Ira sintió ese par de ojos calando en su ser. La sensación le pareció abrumadora así que le siguió el juego a Pereza, a ver si así lograba zafarse del curioso detective Locke.

Extendió su mano para estrecharla con el oficial, al tiempo que se presentó.

—Ian Relish, un placer.

Dubitativo, Jeremiah aceptó el gesto.

—Pues, bienvenidos a Narshville. Recuerden mi advertencia. No quiero tener que ver cadáveres tan jóvenes en lo que resta del año —ambos asintieron enmudecidos—. Cualquier cosa que necesiten pueden pedirla. Mi oficina siempre está abierta.

Dicho esto, se dio media vuelta y empezó a caminar en sentido contrario.

Pereza aprovechó para revisar la Esfera de Cuarzo, donde el chispeante interior revelaba la ubicación de los Pecados perdidos. Los mensajeros de ambos Reinos Celestiales habían recibido la señal de peligro, y no tardaron ni un segundo en buscar a los cinco.

Mostró el instrumento a Ira, cuya sonrisa de oreja a oreja no pudo ocultar. Vieron a Jeremiah Locke marcando un contacto en su teléfono y oyeron el tono que indicaba la espera hasta que quien estuviera del otro lado contestara.

—¡Detective!

El hombre se volteó, con el celular apoyado en una oreja.

—¿Sabe dónde está la Universidad de Düsseldorf?


Hola, mis bellezas. ¿Qué tal todo?

Aquí un nuevo capítulo, ¿qué les pareció?🤔

A mí en lo personal me hizo gracia escribirlo. ¡No pregunten por qué!😅

No olviden dejar su voto y comentarios❤ Amo leerl@s

¡¡Nos leemos en el siguiente capítulo!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro