Admiraba desde el principio de su vida, desde que tenía memoria, la música nacional: Rock, pop, cumbia, folklore, tango; todos los géneros habidos y por haber. Fue el móvil de su carrera: Locución integral para medios audiovisuales.
Y la carrera costó muchos años, más de los que pensaba, pero valió la pena. Por fin consiguió su posibilidad en una radio local.

Jeje, que vida patética. Una década de esfuerzo, trabajo y estudio ¿Y solo consiguió un trabajo en una radio pedorra con un alcance pobre, programa de una hora ¿A tan poco aspira?

Lo importante es que pudo empezar a hacer una carrera.

Hablar y pasar música de todos los géneros argentinos ¿Cuántas canciones puede pasar en menos de una hora?

Pero la emoción que sentía por su nuevo trabajo le salía del corazón, sentía profunda alegría saliendo desde adentro de su alma. Alegría inmensa desde lo más profundo de su ser. El año era joven, y empezó con todo.

Bueno, esperen unas semanas, meses como mucho. Los humanos son frágiles y no dura mucho su "felicidad". En días se quejará de su mediocre e insuficiente trabajo, que tiene que acoplar con otro porque nadie sobrevive con lo que le ofrecen en él.

Siempre supo que es difícil el comienzo, escalar es complicado pero vale la pena.

¡Por favor! Nadie puede pensar así con la coyuntura actual. Es más...

Yo empecé a narrar. ¡Busca otra historia!

No quiero, SOS muy optimista.

Y vos muy pesimista ¡No deberías narrar nada.

Soy realista, vos no podés narrar con esa...

Mejor narro yo. Después de todo, es mi historia.
Bien, en enero del 2020 pude sentir que por fin estaba en el camino de mi carrera. Mi jefa me dió el horario que necesitaba para empezar; ella siempre dijo que no podía vivir dependiendo del restobar, que si estudié para algo tenía que hacerlo mi modo de vida.
Y así empecé, de a poco, mi tono de voz y la música que pasaba hicieron que mi programa sea el más escuchado de la estación, así que empecé a compartir una hora con la conductora del programa anterior, un pase de una hora.
Pero todo cambió a partir de la mitad de marzo. Por quince días cambiarían las reglas del juego.
En quince días eternos, entre llantos, Doña Irma dijo que tenía que cerrar el restobar. En quince días eternos, no pude seguir esa hora extra que había ganado en el pase. En esos quince días eternos, ví cómo mi madre cayó en terapia intensiva y mi padre en la depresión por eso. En esos quince días eternos no pude sostenerme y volví a la que siempre fue mi casa. En quince días eternos, sentí como me arrancaban mi familia cuando la Dama del Alba se los llevó por ese virus maldito y la vieja conocida depresión. En esos quince días eternos solo pude sentir incertidumbre, soledad, miedo y nostalgia.
Nostalgia...
Nostalgia de los días que debí haber aprovechado más con mis viejos, en que debería haber salido más con mis amigos, en las vacaciones que quedaron ya muy lejanas. Solo podía pensar en el ayer. Solo mis recuerdos invadieron mi ser.
La radio lo sentía: La música del pasado lo decía. Solo música del siglo XX pasaba. Un día sentí un impulso inexplicable de pasar a uno de los íconos del rock nacional, puse "Cantata de puentes amarillos"; pero con un comentario antes que suene - Flaco, siempre dijiste que no ibas a decir nunca que todo tiempo pasado fue mejor, sino que mañana es mejor. Bueno, te fuiste antes porque hace mucho que estamos viviendo un martirio ¿Dónde está ese "mañana es mejor"? Sonando, Alberto Spinetta. -
Me recosté sabiendo que solo quedaban diez minutos de programa y volvería a la soledad del PH que en el pasado llamaba hogar. Dejó de llamarse así cuando perdí mi familia.
Mi celular se llenó de mensajes, muchísimas personas compartían sus sentimientos en las redes sociales. Entre tanta nostalgia llamó mi atención un mensaje que me heló la sangre:

- Entiendo que el pasado siempre fue mejor comparado con el ahora. Y como dije, sigo sosteniendo, mañana es mejor. Nunca aclaré qué mañana. No pierdan la esperanza, ese mañana pronto llegará y esto no será más que un horrible recuerdo. Nunca pierdan las esperanzas que mañana es mejor. -