42
Alana está llena de nervios mientras espera la llamada de Benedict Lemar.
Estamos en su habitación, ella caminando de un lado al otro, mientras que yo permanezco sentado en la cama.
Lleva varios minutos caminando y murmurando cosas por lo bajo. Se muerde las uñas, se toca el cabello, enrolla un mechón alrededor de su dedo, luego lo lleva hasta su boca, lo mastica y lo deja caer. Hasta que se detiene y me mira.
—¿Y si se olvidó de mí? O peor... ¿y si se arrepintió?
—Allie, faltan diez minutos.
Se desploma a mi lado, pero al segundo vuelve a ponerse de pie y a caminar de un lado al otro.
—Tengo miedo —admite dándome la espalda.
Me pongo de pie y la abrazo por detrás. Sus músculos tensos se relajan y respira profundo.
—Solo quiere conocerte, saber lo que piensas y sientes. Tienes su sí, ahora él solo busca el tuyo.
Voltea y me mira a los ojos.
—Sabes que le voy a decir.
—Sí, y tienes miedo de perder todo lo que tienes contigo. Le temes a la distancia y a lo que eso pueda provocar —asiente dándome la razón—. Si te vas, no vas a perder a nada ni mucho menos a nadie. Allie, y creo que aquí hablaré por todos los que te queremos —sonrío—. El orgullo que sentimos hacia ti, y el cariño que te tenemos, podrá ir en contra de los kilómetros —entrelazo sus manos con las mías—. Y aquí hablaré por mí... —clavo mis ojos sobre los suyos—. Si la distancia se vuelve un problema para ti, haré hasta lo imposible por estar a tu lado y llevarte un pedacito de Boreal.
Sus ojos se llenan de lágrimas y niega con la cabeza.
—No, tienes tu vida aquí, tienes a Linda, sería egoísta de mi parte pedirte que estés a mi lado sabiendo que dejarías todo.
—Tú eres parte de mi vida, eres parte de ese todo que mencionas.
Seco sus lágrimas y le brindo una sonrisa tranquilizadora. Es cierto lo que le digo; si me lo permite, si aún quiere que siga siendo parte de su vida, estaré a su lado siempre que así lo desee o necesite.
—Mientras me lo permitas, estaré a tu lado. Con kilómetros o sin ellos de por medio.
—Ay, Conrad... —me abraza fuerte—. Te quiero, te quiero, te quiero.
Sonrío, cierro los ojos y me dejo envolver por esas palabras.
Hasta que suena su teléfono y se separa de mí de golpe. Su cara me hace reír, casi que le saltan sus ojos. Me empuja por reírme, provocando más risas y vuelvo a mi lugar, a su cama. Mientras que Alana se ubica en el escritorio, se peina, suspira y atiende la vídeo llamada.
—¡Qué placer verte al fin, Alana! —le dice Benedict—. ¿Cómo estás? —. Alana no responde—. ¿Me estás escuchando? Aquí no es buena la señal... ¿hola? —. Benedict sigue sin recibir respuestas. Alana solo mira la pantalla, sorprendida—. ¿Alana?
—Sí... yo soy Alana. —Responde al fin.
—Lo sé, ¿cómo no saber quién eres luego de esa tremenda presentación que has dado?
—Ay...
Benedict se ríe cuando Alana cubre su rostro.
—Has cautivado a este viejo, y hace muchísimo no lloro con una coreografía. —Alana usa sus manos como abanico para darse aire en el rostro. Benedict vuelve a reírse—. ¿Hablamos sobre Nueva York?
Alana suspira, me mira, le sonrío y vuelve hacia Benedict.
—Sí, hablemos.
Ahora estamos en el lago, festejando el sí de Alana para irse a Nueva York. Rocket nos acompaña, está sentado a nuestro lado, cerrándole los ojos al sol que calienta su rostro.
Alana no deja de reír de la felicidad que siente y es una que no le cabe en el cuerpo, lo noto. Su miedo sigue presente, me lo dijo, pero al parecer es chiquito si se lo compara con la alegría que gira en torno a su enorme sonrisa.
Podría quedarme todo el día mirándola reír, observando su sonrisa o escuchando todo lo que tenga para decirme. Disfruto de estos pequeños momentos donde me siento pleno y digno de estar al lado de una gran mujer.
Un día, hablando con Charly, me dijo que algún día voy a ver la sonrisa de una mujer y voy a sentir que estoy tocando el cielo con las manos. Me dijo que un día esa mujer me va a mirar a los ojos y voy a sentir que soy parte de un cielo estrellado.
Me reí, le dije que ya había fumado demasiada marihuana. Y aún recuerdo su respuesta:
"Sí, he fumado, pero esto te lo voy a repetir cuando pase el efecto, créeme. Un día una mujer te va a mirar a los ojos y te olvidarás de tus heridas, y lo harás porque esa mujer será capaz de ir en contra de todos tus fantasmas. Y ese día, mi amigo, ese día, tú, siendo tormenta como dices que eres, sentirás calma. ¿Y sabes por qué? Porque sabrás que te estás enamorando. Ojalá esté ahí para verlo."
Sabrás que te estás enamorando.
Alana me mira a los ojos, me sonríe y siento que no estoy tocando el suelo.
Sabrás que te estás enamorando.
Alana acaricia mi rostro y disfruto de la acción.
Sabrás que te estás enamorando.
Alana dice que me quiere.
Sabrás que te estás enamorando.
Vuelve a repetirme lo mucho que me quiere y también dice que me he convertido en una pieza muy importante en su vida.
No estoy en la tierra, estoy allí arriba, en el cielo.
Sabrás que te estás enamorando.
—¿Por qué estás tan callado? —. Pregunta cuando no respondo a nada de lo que me acaba de decir.
Me encojo de hombros.
—Estaba pensando en Charly, en que desearía que estuviera aquí.
—¿Por qué?
—Porque me estaría diciendo te lo dije.
Alana frunce el ceño.
—No entiendo.
Sonrío.
—Nada, Allie. No me hagas caso.
—¿Debo preocuparme?
—No, ¿sabes que debes hacer? —niega con la cabeza, me recuesto sobre la manta y la invito a hacer lo mismo—. Abrazarme. ¿Puedes?
Se ríe, se ubica a mi lado y me abraza fuerte. Me pregunta sobre las nubes, sobre qué forma les encuentro.
Y yo solo puedo pensar en que Charly tuvo razón. Me estoy enamorando, esa mujer ha llegado a mi vida, estoy tocando el cielo con las manos y no le temo a la altura.
Sin embargo, me quedo callado. No le comparto a Alana mis sentimientos. Creo que me aterra decir esto por primera vez y no escuchar una respuesta recíproca. Quizá, es tanto lo que siento que no sé cómo ponerlo en palabras. O tal vez se deba a que muy pronto se irá a Nueva York y no quiero que sienta que hay algo que la ata a Boreal. Quiero verla brillar, crecer y feliz.
Mierda. Tengo tanto por decir, tanto por hablar, y mi mejor amigo no está conmigo.
Alana le sigue encontrando formas a las nubes, y no nota que ella le ha dado forma a mi corazón.
Alo? Siguen ahí? Estan vivas?
Hola?
No hay nadie?
Bueno, grito sola: AHHHHHHH. ESTO ES REAL, MAMÁ? AHHHHHH!!!
EL CHICO TORMENTA ENAMORADO
EL CHICO TORMENTA SINTIENDO CALMA
NO, NO, NO, NO
Debo confesar que mi salud mental y emocional depende de estos dos. Pero, sobre todo, de Alana. Necesito saber que siente, que le pasa, necesito que me diga que Conrad no es el único sintiendo cosas tan fuertes
Dios!
En serio, están por aquí?
Sé que fue corto. Pero mañana vuelvo ;)
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