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🔸Un simple detalle🔸

Luego de la misión para robarle la joya maldita a Jeremía, Olivia y Marius pasaban su día a día disfrutando de la compañía del otro.

Recién pasaba una semana y ya estaban acostumbrados a los silencios durante las tardes. Algunas veces se iban a la terraza del pequeño edificio en el que Olivia vivía y pasaban horas allí, leyendo, conversando de lo que sea o sin decir nada, contemplando la vista.

Aunque Olivia disfrutaba permanecer de esa manera, Marius propuso algo que la alertó por completo.

Sin quitar los ojos del celular, solo expreso su idea sin pensar que eso desataría un leve caos interno en su compañera de lectura.

-Debemos tener, ya sabes, una primer cita.- dijo con despreocupación.

Olivia soltó el libro que traía en mano, y sus mejillas lento fueron cobrando color.

-No, tú no quieres eso, al menos no conmigo.- dijo, tomando el libro para cubrir su rostro.

-¿Disculpa?

Volvió la mirada hacia ella, y esta estaba oculta detrás del libro. Marius lo tomo para verla, y Olivia se puso aún más roja que la playera que traía puesta.

-Tienes razón, a tu vecina, la señora Mcalister le pediré una primer cita.- dijo sarcástico.

-Es que no entiendes ¿Por qué no mejor dejamos todo como está? Ya sabes, ver películas a cualquier hora, o solo ir a pasear de la mano sin decir que es una cita, menos la primera.- pidió.

El joven mago se cruzó de brazos ante la extraña petición. Aunque no necesitaba una primer cita para decir que eran parejas, si esperaba algo un poco más romántico para proponerle que lo sean, para así dejar de titubear cada vez que le preguntaban que eran.

Pero Olivia hacia que todo fuera tan misterioso, y él solo se podía sentir más atraído a esa extraña luz. Estaba claro que iba directo a quemarse si ahondanba más y más en eso que ella callaba.

Se puso de pie, y Olivia lo veía con pena desde abajo. No lo culparia si decidía dejarla, sin embargo, al darse cuenta, este le extendía una mano. La tomo, y de un jalón la puso de pie.

-Sea lo que sea, lo voy a enfrentar.- dijo sonriente.-Oye, sobrevivimos a tu ex demente, creo que podremos a una primer cita ¿No crees?

-No digas que no te advertí.- murmuró.

Soltó su mano para volver a entrar, sin embargo Marius la detuvo tomándola otra vez para volver a atraerla. Subió su vista, tomándola del mentón, y Olivia no pudo evitar dar una pequeña sonrisa.

-mon amour, aimerais-tu avoir un rendez-vous avec moi?- pregunto (amor mío ¿Te gustaría tener una cita conmigo?)

Ella sonrió ante el truco que uso para hacerla sentirla mejor.

-Que dis-tu?- preguntó (¿Qué me dices?)

Olivia le dio un pequeño beso, sin dejar de sonreír y asintió ante la propuesta.

-Espero que un truco sintáctico sirve para nuestra primer cita.- dijo.

-Si lo hará.

-¿A dónde iremos?- pregunto con entusiasmo.

Cuando le quiso dar otro beso, Marius la detuvo poniendo un dedo en sus labios.

-Es una sorpresa, tus favoritas.- respondió.

Olivia trato de guardar la calma, y simplemente sonrió.

Quizás la idea del muchacho le ayudaría a dejar un poco de lado la manía de tener que controlar cada paso es sus primeras citas.

Se despidió, sin antes quejarse porque otra vez Marius le esquivó un beso.

También sería una sorpresa a qué hora pasaría por ella; y si quería lucir como alguien aún más madura, debía darse un baño para poder jugar con su look y no tener que verse de diecisiete años durante la salida.

Antes de ducharse, llamo a Zoe. Era ella quien le daba el visto bueno a la hora de vestirse para dejar de lucir como una adolescente.

-¿Qué problema hay? Él no luce tan mayor que tú.- pregunto Zoe mientras la veía revolear ropa.-Uh, ese vestido.

Olivia freno y la vio con el ceño fruncido.

-¿De verdad? Parece de una quinceañera.- dijo, y vio la prenda de color rosa y llena de volados.-¿De dónde carajo salió esto?

-Estas nerviosa.- se burló.

-No me ayudas.- canturreo sin dejar de sonreír.

-Pero la idea es astuta.- insistió.-Nuestra primer cita, fue petición tuya y luego de eso casi me mato por andar a caballo.

Olivia se frenó, y recordó aquella tarde en la campiña inglesa.

-¿Crees que en realidad mis ideas son muy extremas?- preguntó.

-Cincuenta cincuenta.- respondió.-Mejor usa ese.- señaló.

Olivia vio el vestido bordo del baile de días atrás, y se lo tiró por la cabeza.

-Debo deshacerme de eso.- exclamó.

Zoe se hecho a reír por la reacción de su amiga, y le lanzó eso que ella le pidio que le trajera. Tras la risa, y ver la ilusión en el rostro de Olivia, se puso de pie y de acerco.

-Juli, si veo que la media tiene un solo raspón, o la pollera está manchada, no vuelvas, si sabes lo que te conviene.- dijo tomándola de los hombros.

Olivia sonrió, cuando Zoe hablaba su perfecto español, sabía que lo decía muy en serio. Aunque debes en cuando dejaba ropa en su departamento, las prendas de vestir, por muy pequeñas que fueran, eran su mayor tesoro, y Olivia respetaba aquello.

Termino de prepararle que ponerse, y le dio una mano con alguna idea con el peinado, y se marchó. No si antes pedirle prestado aquel vestido rojo que colgaba con delicadeza de una percha.

Era el favorito de Olivia, y Zoe lo sabía, pero también le gustaba.

-Solo tratalo con amor.- le pido cuando vio que lo descolgaba.

-A todo trato con amor.

-Bueno, pero a este más.

Zoe sonrió y la dejo para que se fuera a duchar, y así comenzará la verdadera batalla. En la salida de cruzó con Marius, y se saludaron como siempre.

-Escucha franchute, ella se está vistiendo, y viste como es.- dijo Zoe.-Solo siéntate y espera a que este perfecta.

-Puedo hacer eso.- sonrió el muchacho.

-Eso es campeón.- festejo con un deje de sarcasmo.

Se dijeron adiós, y Marius entro a esperar a la joven bruja, deseando que Zoe solo estuviese exagerando. Pero conocía demasiado a Olivia como para saber que quizás era algo cierto.

Un tiempo atrás.

Al día siguiente en que Marius y Olivia se volvieron a ver después de tantos años, el muchacho regreso al departamento de Arabella. Por alguna razón sentía que podía hablar con ella sobre un tema que otra vez se hacía eco en su vida.

Verla, luego de tantos años donde sus conversaciones por cartas se fueron diluyendo en el tiempo, le trajo uno que otro recuerdo. Y que Olivia se comportará tan extraña en cuando lo descubrió, solo le daba aún más curiosidad.

Toco la puerta con su repiqueteo alegre, y fue bien recibido por la bruja, pese a la hora.

-Vaya sorpresa.- exclamó al verlo.-Siempre es bueno verte, más aún sabiendo que estás bien.

Le hizo pasar, pese a que estaba a punto de irse al trabajo. Le sirvió algo para que tomara, y se sentó frente a él, esperando que hablara.

Arabella tenía una leve corazonada de su visita sorpresa. Ella era de quienes percibía la química entre las personas cuando solo se veían, y el día anterior, su departamento parecía un laboratorio de ciencias.

-Ya, dilo.- dijo alegre.-Salvo que quieras hablarlo mientras me acompañas a verla.

Marius río, y negó por la ocurrencia, aunque no se le hacía mala la idea, después de todo ansiaba verla, mejor si era seguido ahora que podía.

-Solo quiero saber si . . .

-Oh, ella no está disponible.- le interrumpió.-Pero creo que le gustaría mucho que vuelvan a ser amigos.

-¿Amigos?

Arabella asintió, y toco su mano en señal de apoyo.

-Me gusta la idea, es algo bueno.- dijo.-Digo, siempre lo fuimos ¿Por qué no mejor dejarlo así?

-¿Eso quieres?- pregunto, él se encogió de hombros, sin saber que decir.-Bien, si es así, comienza ya, y acompañe.

Los dos fueron hasta donde estaba Olivia esperando, y esta sonrió al verlos.

-En España comenzó todo.- murmuró.

-Ja, niño, que Douxie no te oiga decir eso.- rió Arabella.

-La amistad empezó.- añadió Marius tratando de aguantar la risa.

Luego de esa tarde Olivia se fue junto con Krel. Él la notaba un poco más extraña de lo normal. Usualmente ella le tomaba la mano cada vez que salían a la calle, pero ahora se la veía distante, como si estuviera perdida en algún recuerdo.

-¿Esta todo bien?- preguntó, y tomó su mano.

Eso llamó la atención de su novia, puesto que casi nunca lo hacía por mérito propio. Olivia le sonrió, para luego darle un fugaz beso en los labios.

-Si, solo que.- se frenó por un instante.

Debía correr a ver a Zoe, ella era la única que sabía la mayor parte de su pasado, o al menos fue su confidente desde el momento en que se conocieron.

No importaba de que se tratara, le contaba todo a Zoe.

-Debo ir a ver a Zoe.- dijo apurada.-Ve tu, y pide algo para cenar, que no voy a tardar mucho.

Cuando quiso correr, Krel la detuvo de la mano, haciendo que está volteara por la inercia, y girada hasta quedar muy cerca de él. Era un truco de física, y Olivia adoraba eso. La tomaba por sorpresa, cuando el efecto yo-yo surgía de la nada.

-Esta todo bien.- dijo con una sonrisa.-De verdad lo digo.

-¿Lo que le estés por contar a Zoe, también me lo puedes decir a mí?- preguntó con cierta ilusión.

Olivia no le contaba casi nada de su pasado más allá de los 2000. Al lado suyo, Krel era muy joven y desconocía bastante de la vida en la tierra de épocas pasada para tener que hablar de eso.

-Es algo sobre el viejo pasado ¿Eso te interesa?

Y de la nada misma, hasta para sorpresa de él, le dio un beso un tanto tímido, porque dudaba que fuera el momento adecuado, pero era un gran paso en lo que llevaban de relación.

-Si, si me interesa.- respondió un poco nervioso después de lo que hizo.

Olivia sonrió.

-Bien, entonces mañana lo hablaré con Zoe.- dijo.-Te va a gustar, tiene un despelote con polvo de hada, y paso en España.

En el presente.

Tras unos largos cuarenta minutos, Olivia estaba lista, pero no dejaba de estar nerviosa. Hacía mucho que no tenía una primer cita. La anterior, que fue con Krel, terminaron corriendo colina abajo siendo perseguidos por murciélagos enfurecidos.

La ideas de un picnic en el mirador para apreciar los astros, solo se veía tranquila en la cabeza de Olivia.

-Estoy lista.- anunció.

Marius volteó, y se puso de pie de inmediato. Sonrió al verla, y no pudo disimular un brillo en sus ojos. También estaba nervioso, y esperaba que su lado más supersticioso no le ganará.

-Putain mademoiselle, vous êtes très jolie.- exclamó al verla.-Encore plus.- añadió (Diablos señorita, estás muy bonita, aún más)

Tomo la mano de Olivia y la hizo girar sobre si, y luego esta se abrazó a él sin dejar de reír por el gesto de antaño.

-Lo dices porque ...

-A partir de ahora soy tu no novio.- le interrumpió.-Y como tal digo la verdad de lo que veo, y quien diga lo contrario es un tonto y ciego.

Olivia también lo observó. Quién diría que alguien luciría tan bien en jean azul y remera blanca. Pero su tan juvenil look no fue lo que le llamo la atención sino otro collar que colgaba junto con su cristal blanco.

Su sonrisa se borró de inmediato al reconocer esa pieza. Se acercó, y cuando quiso tomarlo para verlo un poco mejor, Marius tomo su mano.

-¿Qué planeas?- preguntó confundida.

-Daremos un paseo.- respondió con un sonrisa.

Le dio un beso en la mano, y la soltó para sacarse el collar. Olivia solo podía verlo, y aguantar todas las preguntas que surgieron al ver ese otro collar.

-Espera.- lo detuvo.-Esa es una llave de mensajería ¿De dónde la sacaste?

-Se la pedí prestada a una amiga.- respondió sin dejar de sonreír.

Primero la agitó, y no pasó nada. Tuvo que alejarse de Olivia, quien cada tanto atinaba a querer sacarle la llave de las manos.

-Cierto que yo debía hacerlo de otra manera.- recordó.

-¿Sabes cómo usar eso?- preguntó un poco asustada.-Dime a donde vamos, y nos mando allí.

Él solo la ignoro, con la mano desocupada, espero a que se iluminará con un aura color gris, y chasqueo sus dedos cerca de la llave, haciendo que esta de abriera en un gran centro, que muto frente a él.

Aunque Olivia estaba asustada, era la primera vez que lo veía hacer magia, y no podía estar más encantada con eso. Un aura gris muy brillante lo cubría, y las partículas mágicas revoloteaban a su alrededor, hasta que se apago.

-Wuau, eres increíble.- dijo ella con sorpresa.

Se acercó, entrando al círculo dibujado en el suelo, y se abrazó a él.

-Muy bien, hoy tu conduces.- añadió dando una sonrisa.

-Es que tienes un no novio increíble.- dijo Marius buscando la forma de concentrar su magia en la vara.

Olivia dio un leve quejido, ese término le molestaba.

-No quiero eso, quiero que seas mí novio por completo.- dijo aferrándose.

-Disculpa ¿Tu que ...?

Sin embargo una gran columna de luz los cubrió y Olivia no oyó lo que él le quería decir.

Tras un turbulento viaje, pero no lo suficiente para alguien que no hacia ese tipo de magia, llegaron a su destino. Ambos estaban sorprendidos de haber llegado en una pieza.

Olivia estaba aferrada a Marius, con lo ojos cerrados, esperando alguna señal para abrirlos.

-Vamos Livs, puedes hacerlo.- pidió tratando de contener la risa.-Ademas no puedo cargarte todo el día.

En cuando abrió los ojos se dio cuenta que estaba en brazos de Marius, y no sabía cómo que es había terminado así.

-Ups, lo siento.- dio un salto y bajo al suelo.

En cuanto termino de acomodar su falda, y un poco el cabello, vio a su alrededor. Tardo unos segundos en notarlo, pero con rapidez se dio cuenta de donde estaba.

-Es donde ...

-Así es.

Era la plaza, o lo que quedaba de esta, donde se vieron la primera vez. La ciudad había cambiado mucho, y la plazoleta, que aún era el centro, disminuyó su espacio. Los antiguos y coloridos edificios crecían a su alrededor, y las luces de las farolas le daban calidez a las calles.

-Lo bueno es que ahora no me podrás pegar con el fútbol.- dijo, y tomó su mano.

Aunque Marius quería ofenderse por el recuerdo que nunca olvidaría, que lo tomara de la mano solo porque si lo hizo callar y sonreír. Busco entrelazar sus dedos, y comenzaron a caminar.

Pasearon por las calles de la ciudad, compartiendo un algodón de azúcar, mientras hablaban de cualquier tema. Por dónde pasan se quedaban sus risas, y se llevaban las miradas de los demás transeúntes.

Aunque tuvieran más de cien años, no dejaban de verse como unos adolescentes que disfrutaban de las vacaciones previas a volver a los estudios.

Luego del paseo de fueron a cenar, y aunque no les quisieron vender alguna bebida alcohólica por como lucían, Olivia no dudó hasta en mostrar su Documento Nacional de Identidad o licencia de conducir, donde no decía que tenía más de cien años, pero si más de dieciocho.

-Esa es mí chica.- se regodeo Marius al verla discutir con el mesero.—She's thunderstorms.— murmuro sin poder dejar de sonreír.

Fue una velada agradable, y aún quedaba una parada más por hacer. Sin embargo Marius se veía un tanto agotado, aunque mantenía una sonrisa firme le era inevitable bostezar cada vez más seguido.

Tras su último paseo Olivia le pidio hacer ella el viaje por el portal.

-No, no debes saber a donde vamos.- dijo, y dio otro bostezo.-Es una sorpresa.

-Pero me sorprendere igual, lo prometo.

-No.

Olivia bufó, y se acercó para darle un abrazo. Debía convencerlo de alguna manera.

-No quiero que te lastimes.- murmuró sin dejarlo.

Marius se apartó un poco para verla a los ojos, y podía jurar que estaba usando ese truco de la mirada brillante para convencerlo de cualquier cosa.

-Estare bien, confía en mí.- insistió, acariciándole la mejilla.

Ella sonrió, y él le ganó al truco de los ojos.

-¿Seguirás sin darme un beso?- pregunto cuando estaba buscando la llave en su bolso.-¿Seguro que me diste la llave?

-Te hiciste muy dependiente de mis besos.- respondió.-Estoy algo seguro.

Olivia lo vio, y se cruzó de brazos.

-Es broma.- rió nervioso, y se puso a buscar la llave.-Mira, la tenía yo.- dijo en cuanto la encontró en su bolsillo.-¿Te enojaste?

Ella negó, y se acercó para tomarlo de la cintura.

-Donne-moi un sourire mon amour?- preguntó antes de hacer brillar la llave (¿Me das una sonrisa amor mío?)

Aunque quería seguir fingiendo, le fue inevitable no hacerlo. Marius había ganado otra vez, y pese al sueño, se sentía con racha, sin dejar pensar que pronto se lo devolvería. Cómo la tarde en donde solo se hacían bromas para ver quién era el mejor asustando. Por razones obvias Olivia dejo al descubierto su lado más asustadizo.

Ser una persona que se hizo tranquila a lo largo de los años la hacía vulnerable a los chascarrillos del francés.

Marius otra vez activo la llave, y pronto una aura gris los cubrió. Los dejo en algún lugar, y notaron que estaban en medio de un monte.

El muchacho dio un suspiro de cansancio.

-Aquí no es.- señaló.

Otra vez los transporto, y paso por varios lados antes de llegar a su destino final. Para cuándo sucedió, Olivia estaba tan pálida como una hoja, y Marius agotado.

Estaba usando magia de más, y forzadola demasiado.

-Si, aquí es.- suspiro cansando.

Dio un paso y trastabillo, Olivia lo tomo por la espalda antes que terminara en el suelo, aunque en su mente cabía la posiblidad de que los términaran ahí.

-Santa Virgen María ¿Estas bien cariño?- hablo con rapidez y nervios, sin dejar de sonar preocupada.-¿Dónde estamos Mari?

-¿Ya te dije que me gusta que me pongas apodos melosos?- respondió con otra pregunta.

Olivia no resistió más el pesar que sentía, y lo abrazó con fuerza.

-Creo que tenías razón.- hablo al sentir la fuerza del abrazo.-Parece que si me lastime. Puedes decirlo.

-No, no diré nada.- dijo ella.-Solo quiero saber qué estás bien, no me importa tener la razón.

-Un poco mareado, pero creo que es normal.- respondió.

Exhaustos se sentaron sin importar que la pollera se pudieran manchar, y que ambos debían enfrentarse a Zoe.

Olivia lo abrazo por los hombros sin abandonar su espalda. Estaba arrodillada, sin importar en qué quizás las medias de red se arruinen, viendo a su alrededor, tratando de descifrar donde estaban. Hasta que se dio cuenta.

Pronto, por sobre sus cabezas, la luz de luna se posó sobre ellos. Eran las doce, y el cielo era iluminado por el gran astro. Dicha luz hacía brillar el polvillo mágico del lugar.

Estaban en un bosque, y Olivia sonrió al reconocer cual era, abrazándolo aún más.

-Eres un dulce, si te descuidas te como.- murmuró.

-Lo se, todo está en los detalles.- dijo orgulloso Marius.-De verdad, estoy bien, al menos ahora sí.

Olivia le dio un beso en la sien, y lo soltó para ver el lugar, esperando encontrar alguna pequeña criatura, o lo que sea. La luz plateada de la luna le daba de lleno, y parecía hacerla brillar aún más.

Marius lo noto, y su corazón latió apurado.

Aún le faltaba algo mas. Se puso de pie, y camino hasta ella, sin dejar de sonreír por verla alegre. Cerca, le tomo la mano, y puso en esta dos anillos.

Quizás exageraba, pero Olivia creyó sentir que su corazón golpeó con fuerza cuando vió aquello ¿Qué pretendía? Sus ojos brillaron con intensidad.

-Ey, no te asustes.- hablo para tranquilizarla.

-¿Qué es?- pregunto con voz trabada.

-Anillos bañados con polvo de hada.- respondió evitando cualquier broma.-Los detalles, ya sabes.

Tomo su otra mano y le puso el anillo. Era de metal color fucsia, con una pequeña piedra verde, que brillo cuando fue puesto en el dedo índice.

-Me gustaría ser tu novio por completo.- dijo al fin.-Se que no hacia falta todo esto, pero de verdad quería que tuvieras un buen recuerdo de una primer cita.

Y antes que siguiera hablando hasta por los codos, Olivia simplemente lo beso, no tanto por no haberlo hecho en todo el día, sino más bien para sellar aquello que sentía como un fuego en su pecho, y que tenía la suerte de compartir con quién se hacia llamar mejor amigo.

Lo soltó y tomó aire sin dejar de sonreír, ni alejándose de él.

-Tambien quiero ser tu novia por completo.- musitó.

Bonus✨

Al día siguiente debían ir a lo de Arabella a buscar un par de libros que Olivia pidió. Pese a haberles dicho que iban a pasar temprano, se acercaron al departamento después del mediodía.

Arabella abrió la puerta y no puedo evitar verlo sin pensar en muchas preguntas.

—¿Qué les pasó?— fue la única que dijo.

Estaban ojerosos, sin peinar y vestidos sin tantas complicaciones, como si recién se levantarán. Ambos de vieron, y dieron una risa nerviosa.

Luego de aquel beso, y otro más, el bosque dejo de ser silencio. Desde la oscuridad brotaban luces de muchos colores, acompañadas de risas, y luego música bailable.

—¿Esto era parte de la sorpresa?— pregunto Olivia.

De repente ya no estaban solos, muchas hadas de diferentes colores, maquillajes, hasta vibrantes vestimentas lo rodearon. Era una fiesta, y ellos estaban ahí solo por casualidad.

La purpurina y música los envolvía, al igual que la curiosidad de tal llamativo acto.

—¿Si te digo que si seguiré siendo en número uno?— indagó Marius viendo tan sorprendido como su novia.

—Solo si mueves las caderas mejor que yo.— respondió Olivia.

Le tomo la mano, y lo jalo para ir al centro, y rodearse de la magia de las criaturas del bosque.

Raspamos las rodillas en el cemento.— cantó el muchacho.

Olivia lo vio con sorpresa, se le había quedado pegada la canción desde que la escucho juntó con las hadas, y no paraba de cantarla.

—No se que significa eso.— dijo Arabella haciéndose a un lado.—Y eso que se español.

—Nos cruzamos con una extraña fiesta en el bosque, eso pasó.— hablo Olivia.

—Las hadas son intensas.— añadió Marius.

—Mucho.— dijo Olivia.

Pasaron, y cuando estaban llegando a la sala, Marius la detuvo, para decirle algo en su oído.

—Y también paso eso otro.— murmuró.

Olivia se había olvidado por momentos de eso otro, y su rostro se tiño de rojo.

—Cierto.— se cubrió la cara con las manos.—¿Cómo dejamos que pasara? Somos unos irresponsables.— chillo y se abrazó a Marius.

Arabella, que la escucho gritar desde la cocina, corrió a ver qué ocurría. Se encontró con una tragicómica escena.

—¿Qué pasó? ¿Qué hicieron?

—Nos caímos y rompí las medias de Zoe.— lloró con más fuerza.

La bruja mayor solo se pudo reír por la tragedia, y por lo que le esperaría en cuanto Zoe se enterada de lo que hicieron.

—Si, se cayeron.— rió, y seco una lágrima.—Iré hacer té, y café, claro.

★★★

Hola mis soles ¿Cómo les va? Dioses, esto si era necesario, lo sabemos.

Yo creo que Olivia es muy fatalista o supersticiosa.

  No sé el nivel de romántico que tiene Marius, pero leí cuando conoció a Lucía, y se me hace que es muy romántico. Doña fanfictioner67 usted dirá, y yo estaré de acuerdo.

Olivia si es pero no es. Ella es más bien de quien te da la mano, te apapacha, y cosas así pero no sorpresas o esa clase de detalles. Su lenguaje del amor es con mimitos u.u

Por las dudas Krel tiene 28-29 años cuando se pone de novio con Olivia.

En fin, espero que les haya gustado ✨ besitos besitos, chau chau✨

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