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🔸Adios brujita🔸

Las dos hermanas entraron al departamento, se habían organizado para ir a visitar a Arabella. Ansiaban pasar tiempo con ella, no solo para saber como llevaba el quinto mes de embarazo sino para hablar de cualquier historia que se le ocurriera.

Un grito proveniente del cuarto las alerto. Sin embargo White les aseguró que nada malo le pasaba, y que lo mejor era esperar a que ella se hiciera presente.

—Yo, prefiero ir a ver que ocurre.— dijo Olivia.

—Bien, pero no digas que no te lo advertí.

La joven bruja dejo su bolso a un lado, y se encaminó al cuarto. Tras otro grito, entro sin avisar, temiendo que le estuviese pasando algo.

—¿Qué ocurre?— preguntó asustada.

Sus ojos brillaban por los nervios, pero pronto la luz se apago al ver a la rubia mas espléndida que otras veces.

—No pasa nada, eso es lo que ocurre. — respondió estirando las facciones de su cara.

—Y eso es malo ¿Por qué...?

Arabella paso a su lado, ignorándola por completo. Y Olivia recordó que lo ideal era evitar esas preguntas o contradecirla, porque pese a no pasar por los malestares normales del embarazo, sus cambios hormonales controlaban sus emociones.

—¿Qué hacen las hermanas Hestigio? ¿Su madre las mando a vigilarme?— preguntó al ver a Nenet en la sala.

Olivia se les unió y le recordó que ya habían acordado verse en la tarde. Arabella se tomo la cabeza, tratando de hacer memoria, en realidad no lo tenía presente, término por aceptar la visita, y que algunas lagunas mentales era un efecto secundaria del embarazo y su magia.

Prepararon una pequeña merienda, y se dedicaron a hablar de cualquier tema. Olivia hacia las correcciones de algunas evaluaciones que le quedaban pendientes, mientras que Nenet con Arabella mantenían una plática sobre el origen de las brujas de vasijas.

Todo se vio interrumpido cuando White salto sobre la mesa, aplastando las hojas de Olivia, y haciendo que las tazas tiemblen.

—Yo organicé todo esto.— exclamó alzando su única pata delantera.

—Sabia que mi mente no era la culpable.— dijo Arabella, un poco mas tranquila.—¿Tomaste mi teléfono para hacer esto? ¿Por qué?

—Porque necesitó a estas niñas para que me ayuden a romper mi maldición.— respondió a la ligera.

Explico que necesitaba a Olivia para moverse mas rápido, y a Nenet para que la llevara lo mas cerca posible a una de las representantes de Nix. Por último, la que no estaba involucrada en su plan era Arabella, quien se ofendió al notarlo.

Exigió ir. Pese que para White era una mala idea, termino por acceder sino quería una endemoniada versión de la embarazada dándole órdenes sin sentido.

El plan no tenía fallas, pero Olivia no estaba de acuerdo, primero porque nunca fue a un lugar como el Consejo Mágico, y segundo, aunque estaba bien planificado el viaje, nada aseguraba que no fuera peligroso para la rubia.

—Nenet, por favor di algo.— pidió ante el silencio de la mayor.

La pelirroja abrió los ojos sorprendida cuando noto que querían su opinión.

—Tu crees que es peligroso, pero yo pienso que no.— dijo al fin.

—No era lo que esperaba escuchar.

Arabella fue hasta su cuarto, para luego volver con ropa de excursión, y una mochila rosa que siempre llevaba a sus viajes.

—Esta dicho, nos vamos al sitio donde mas me aman.— dijo sin dejar de sonreír.

Las miradas cayeron sobre ella, hasta White la notaba mas feliz de lo usual.

—¿Qué? Mi embarazo es aburrido, necesitó esto.— les aclaró.

Fueron a la terraza donde Olivia se encargó de hacer relucir su cetro de mensajera. Arabella siempre festejaba cada vez que veía esa lapicera muy decorada ser una varita, al mas clásico estilo de hada madrina, o un báculo mágico como el de Sakura Card captor.

—La próxima le pediremos a Rebecca que te haga un vestido como la niña del anime.— dijo la rubia entrado al círculo dibujado en el suelo.

—Tengo la leve sensación de que tu y Marius hablan a mis espaldas sobre esto.— dijo viéndola con sospecha.

Arabella se encogió de hombro y prefirió no decir mas nada. 

 Antes de hacer su magia, le pidió a Nenet que la ubicara un poco, no tenia idea alguna si caerían en el consejo, a kilómetros de este, o simplemente si podían llegar en una pieza. Aunque no le aseguro transportarse con exactitud al sitio o que haya alguna mensajera del otro lado, si le dio su palabra de que llegarían todas en una sola pieza. 

 El viaje mágico fue mas tranquilo de lo que se esperaba, y Arabella, por primera vez en su vida, no sintió nauseas al llegar al la plataforma que las recibió. 

—Veo que Casey revierte algunos efectos de estos movimientos.— concluyo dándole una caricia a la pequeña barriga.—Gracias hijo. 

 Llegaron a una plataforma de mensajería que parecía que nadie pisaba en años. No había ninguna otra bruja para recibirlo, ni mucho menos se sentía magia de ningún tipo. Como era de esperarse, Olivia las dejo bastante mas lejos de lo que pensaban. 

—Aun no estamos en el Consejo.— dijo Nenet caminado por una sendero.—Estamos en territorio humano.

—Entiendo, esta oculto ¿Hay que atravesar alguna pared o algo por el estilo?— pregunto Arabella. 

—No solo un bosquecillo, para los no mágicos es un bosque eterno, pero para nosotras solo hay que atravesar un par de arboles.— respondió.  

  Tanto Arabella como Olivia y White fueron detrás de Nenet, quien iba iluminando el sendero con una luz blanca que brotaba de su mano. La rubia se percato que no tenia señal en su celular, y no hacia falta ver el futuro para saber que eso le iba a traer problemas con su esposo en cuanto llegaran al departamento. 

—¿Alguien dejo por escrito que nos marchábamos?— pregunto con un poco de preocupación.—¿Le dijeron a Circe que estarían conmigo, o algo por el estilo?

 Ambas hermanas negaron con la cabeza, y se mantuvieron en silencio, lo que ponía nerviosa a Arabella. Pese a no ser hermanas biológicas tenían similitudes que aterraban, como no hablar por horas. 

—¿Te sientes bien?— pregunto Olivia al notar como Arabella frotaba su panza y veía a todos lados. 

—Si, un poco, ya saben angustiada por la falta de señal.— respondió dando una risilla nerviosa. 

—¿Hay algo que no sepamos?— pregunto Nenet.

 Arabella se freno y tomo aire muy profundo.

—Douxie se va a molestar cuando se entere que rompí el reposo.— conto. 

 Ante los nervios, se inclino hacia adelante, con sus manos en la cintura, y dando cortas respiraciones nerviosas. 

—Es que hubo un leve incidente la semana pasada, y me recetaron cama.— agrego entrecerrado la mirada, al notar como la reprochaban en silencio.—Pero estoy bien, Casey esta bien, y solo nos preocupamos porque todos se preocupan. 

 La mirada de Olivia dio una resplandor que obligo a las demás a cubrir sus caras. No tenia idea alguna sobre el estado de la salud de la bruja, y ahora sentía que se estaba metiendo en grandes problemas. 

—Por eso preguntaste si mi mamá nos mando.— dijo Nenet, con un claro deje de enojo en su suave voz.—Nos volvemos, no podemos arriesgarnos. 

 Sin embargo, Arabella solo temía a la reprimenda de su esposo, y estaba segura que tanto ella como su hijo estaban en perfectas condiciones para continuar el camino. Quería hacerlo por White, darle una mano con su maldición, y que al fin tenga la libertad que se merece. 

—Ya no importa, nos volvemos Arabella, no voy a poner en riesgo al brujito.— asevero White. 

 Pero Arabella se planto en el camino, ante su lógica no era momento de llevarle la corriente, y quería poder hacer algo por la gata que la estuvo cuidando de no morir por tanto años. 

—Estas loca, y se lo vas a contagiar a tu hijo.— exclamo White.—¿Me puedes hacer caso una vez en tu vida?

 Arabella se cruzo de brazos, y la vio con el ceño fruncido, clara señal de que no le podía hablar de esa manera sin importar por todo lo que pasaron, y los años que vivieron juntas.

—¿Debo recordarte con quien estas hablando?— pegunto. 

 White bajo la mirada, y las hermanas Hestigio se apartaron ante la actitud de la bruja. Solo conocían la parte alegre y alocada de esta, y no se la imaginaban de forma autoritaria. 

—Haremos esto, y ninguna va a cuestionar mi salud.— dijo viendo a cada una.—Llevo de pie mas de novecientos años  si digo que mi hijo y yo estamos bien, es porque lo estamos, no me arriesgaría por menos que una maldición.

 Rompió su postura, y se acerco a White quien estaba gimoteando ante las palabras de su familiar. Paso una mano por su cabeza, y espero a que la viera con su inmensa mirada esmeralda. 

—Esto es importante para ti White, por eso quiero hacerlo.— agrego dando una cálida sonrisa.—Y se que notaras cuando estemos mal, no lo puedo ocultar, menos a ti. 

—Esta bien, pero si te veo una mala cara, volvemos.— propuso.

—Hecho.— dijo volviendo a acariciar su pelaje blanco. 

 Siguieron caminando por el sendero, hasta llegar al bosque, y lo que Nenet conto era por completo cierto, con facilidad se podía ver un resplandor al final del bosquecillo, lo que significaba que había un portal que las conduciría a un sitio alejado de los humanos. 

 Atravesar el bosque no fue tan fácil como esperan, el lugar era pantanoso, lo que causaba disgusto a las cuatro por igual. Y las partículas mágicas que pululaban por ahí no hacían mas fácil el andar. Olivia descubrió que era alérgica a eso, porque no paro de estornudar en todo el trayecto hasta llegara al otro lado. Aunque no tenia nada que ver con las hadas, Arabella estaba disgustada con el polvillo. 

—Odio esto.— se quejo agitando una mano frente a su cara. 

—¿Solo tu? Yo ni sabia que esto me hacia tan mal.— dijo Olivia limpiando su nariz. 

—No se preocupen, solo sirve para purificar las auras, del otro lado no hay.— conto Nenet.

—¿Me dices que soy una impura, que mi aura es una cochinada?— pregunto Olivia, tratando de contener la risa.—Le diré a mamá sobre que me dijiste sucia. 

—No lo dije yo.— se burlo Nenet. 

 Oliva le dio un leve empujón a su hermana, y se hecho a correr lejos de ella, esperando a que la mayor entendiera el juego, para su mala suerte, y costumbres humanas, Nenet no lo entendió, y esta se vio decepcionada de no poder actuar como la joven bruja esperaba.

—Lo harás bien la próxima, lo se.— dijo Arabella dándole una palmada en su hombro.—Tendrás un sobrino y una hermana para practicar ser un poco mas como nosotros.—agrego.—Aunque sabes, no hace falta que seas tan... 

—¿Humana?

—Exacto, estas bien así, y poco a poco serás tan tu como una chica humana, que no lo notaras.— sonrió con la dulzura con la que la conoció. 

 Por fin cruzaron el bosquecillo y su polvo mágico. Llegaron a una zona abierta, donde la temperatura disminuyo notablemente. Del portal los separaba al menos unos metro de nieve. 

—¿Están en inverno aquí?

—No, pero es raro de explicar.— respondió Nenet. 

 Compartieron mirada de preocupación ante la falta de palabras de la pelirroja. Sin pensarlo tanto, atravesaron la nieve hasta llegara al otro lado, y una a una cruzaron el portal. La ultima fue Nenet, quien vio con cierta sospecha a su al rededor. 

 Al cruzar la barrera mágica, se encontraron con una ciudad por completo diferente.

Frente a sus sorprendidas miradas cruzaron seres que dudaban que algún día verían. No solo las hadas que tanto disgusto le causaban a la rubia, sino que también seres antropomórficos, hombre con cuernos de ciervos, mujeres de rasgos felinos, animales que hablaban y caminaban como si fueran humanos, así como ciclopes, ciento de diferentes tipos de brujas, arboles andantes, elfos, hasta enanos. Personas con largas barbas grises, o seres de largas cabelleras cubiertas de flores o que solo era agua. 

 Era un mundo de fantasía que se ocultaban de los ojos humanos, y que preferían vivir así antes que dejar pasar alguno.  

—Muy bien, debemos ir a ese castillo.— señalo Nenet.— Creo que alguien nos puede dar una mano para ver la reencarnación de Nix.— agrego.—No se separen, este lugar no es tan agradable como se ve. 

 Le hicieron caso, y empezaron a caminar en hilera. Pero les era difícil no distraerse con todo lo que las rodeaba, tanto la gente mágica como las carpas del mercado era digno de la atención de las únicas tres pertenecientes del mundo exterior. 

—¿Podemos detenernos?— pregunto Olivia tomando la mano de su hermana.—Es que vi algo genial, y lo quiero.

 —¿Para que?— pregunto Nenet.

—Para demostrarle a mi novio que también hago buenos regalos.— respondió.

 Jalo la mano de su hermana, y cambio el rumbo de las demás. En su camino a la carpa, tropezó con un adoquín que sobresalía, cayendo hacia adelante, sin antes chocar aun extraño en su trayecto al suelo. 

—Señorita ¿Esta bien?— pregunto el extraño, dándole una mano para que se pusiera de pie.  

—Si, lo siento, estaba distraída.— respondió tomando su mano. 

 Al verlo, la mirada de Olivia resplandeció de la emoción. No iba a negar que el contraste de su piel morena y larga cabellera gris era atractiva, pero lo que mas le llamo la atención fueron sus puntiagudas orejas. Aunque la joven bruja no se dejaba manejar por sus emociones, ver a un ser como él fuera de los libros ameritaba dejarse llevar por estas. 

—Por todos los brujos eres un ¿Elfo?— pregunto. 

—Exacto, y usted bella dama es una...

—No quiero ser grosera pero ¿Nos podemos sacar una foto? Es que mi sino mi novio no lo va a creer.— interrumpió.

  Él joven desconocido accedió con una sonrisa de desilusión. 

—Otra vez, lo siento, es que no veía por donde iba.— dijo, sin dejar de sonreír.— Iré a la tienda por esas pulseras, no me esperen.— anuncio y se marcho sin hacerle caso a su hermana. 

 Nenet se acerco, y reconoció al elfo que no dejaba de ver a la bruja mas joven. Sin previo aviso, salto a su espalda, tomándolo por sorpresa, y este no pudo evitar gritar de alegría al tener a la pelirroja sobre sus hombros.     

—¿Nenet?

—Celegorm, tanto tiempo.— dijo esta sin soltarlo. 

 Nenet lo soltó para poder abrazarlo de frente

—Dime Cele.— susurro.—Se te extrañaba pequeña mujer. 

 A ellos se les acerco Arabella y White. Celergorm vio a la felina, y se agacho para verla un poco mas de cerca. 

—¿Eres tu Arwen?— pregunto y la alzo.

—Suéltame mocoso.— se quejo esta, lanzado bufidos.

—¿Aun sigues maldita?

 Arabella se acerco y tomo a su familiar de sus manos. Esta la vio con disgusto, y lo aparto. 

—Vinimos a romper su maldición.— dijo la rubia.—Así que llevamos al maldito castillo.

 El elfo se iba a negar a su petición, pero al ver su leve panza de embarazada y sentir su magia acrecentarse, se retractó. Aun hasta para quienes habitaban ese pequeño mundo, una bruja de vasija seguía siendo extrañas entre las demás brujas.

 Exasperada, y con muchas ganas de volver a su departamento, grito el nombre de Olivia, y al cabos de unos minutos esta estaba a su lado, sonriendo apenada por dejarse llevarse por sus emociones. 

—Es que esto es tan ¿Existirá una Comarca?— pregunto ingenua. 

—No pero, hay minas con piedras tan preciosas como...

—¿Podre venir con Marius? Como unas vacaciones cortas.— volvió a interrumpir.

Olivia paso al lado del elfo, hasta llegar al lado de su hermana para preguntarle lo que quería saber. 

—Si, deberías dejar de intentarlo.— dijo Arabella pasando a su lado. 

—Muévete mocoso.— le ordeno White. 

 Este rodo los ojos, y fue detrás de las mujeres. 

 Al llegar al castillo fueron recibidos por una sierva de Nix. Nenet fue a hablarle y les presento al resto del grupo. Pregunto por alguna clase de conexión con la diosa, y como gracia del destino, por los pasillos del castillo rondaba la reencarnación de la misma. 

—Creo que puedo concertar una cita.— dijo la peliblanca.—Aguarden. 

 Esperaron en un salón, un tanto desolado. Lo único lindo de ese lugar tan amplio era la sueva luz que entraba, y algunas decoraciones de los ventanales. White vio un poco disgustada la estatua de lo que antes supo ser una diosa que perteneció a la Orden Arcana, estaba segura que hasta Nari temblaría con solo ver aquella piedra tallada. 

—No se porque mantienen esta cosa.— dijo sin poder dejar de ver la estatua.—Si la Orden estaba loca, su hermana mayor lo estaba aun mas.— agrego.

—¿Quién es?— preguntaron al mismo tiempo Arabella y Olivia. 

 Antes que White les pudiera contar, una mujer cubierta en una gran velo oscuro lleno de estrellas se acercó a ellas. Hizo aun lado la suave tela que le tapaba el rostro, y dejo al descubierto unos llamativos ojos violetas, y una pálida tez llena de marcas negras.    

—Arwen ¿Cuánto a pasado?— pregunto esbozando una pequeña sonrisa.

—Su majestad.— dijo esta haciendo una reverencia. 

Alzo su mirada llena de lagrimas y corrió hasta Nix, quien la recibió con los brazos abierto. Cualquier dolor o malestar que haya tenido la gata hasta ese momento se desvaneció entrado en los brazos de su ama. 

—Oh Arwen ¿Qué te ha sucedido?— pregunto al notar que le faltaba una pata. 

—Vestigios de antiguas batallas contras los hijos dementes de tu madre.— respondió sin evitar las lagrimas. 

 Dejo a la gata en suelo, y poso su mano sobre su frente, cubriéndola de una brillante luz blanca, que al cesar dejo a la felina como nueva. Esta se transformo en otros animales, y corrió alegre por el salón, hasta llego a ser un perro gran danés, que tanto detestaba, y ladro de alegría. Arabella estaba contenta de ver a su familiar tan sana, y llena de vida. 

 Sentía una especie de alivio, porque se estaba preocupando al verla cada día con esa aura de tristeza que parecía crecer sin importar que diga lo feliz que estaba por la llegada de un nuevo integrante a la familia.   

—Pero no haz venido por eso ¿Cierto?— indago Nix, y vio a la bruja. 

—Quiere romper la maldición, sin ya sabe, tener que matar a una bruja.— respondió por ella la rubia dando una risa nerviosa.

—Si esa esa la razón, entonces te ha mentido.— dijo Nix. 

 Arabella vio a White, y esta corrió su mirada a otro lado.

—¿Qué esta diciendo, White?— pregunto preocupada Arabella.

—Es por esto que no debías venir.— dijo la gata acercándose a ella.—Porque te conozco, y se que no estarás de acuerdo.

 Nix, cubrió a White con su velo, y esta volvió a ser la bruja que era antes de ser una gran serpiente. Se acerco a Arabella, acaricio su vientre, mientras las lagrimas escurrían por sus oscuras mejillas cubiertas de purpurina dorada. 

—¿Qué no me has dicho White?— insistió en saber la verdad, deteniendo la mano de la mujer.—No me asustes, por favor.

—No puedo seguir siendo tu familiar Arabella.— respondió cerrando los ojos ante el dolor que le causaba su propia decisión.—Quiero cuidar al pequeño ser que anida en tu vientre, ya no me necesitas como lo va hacer Casey en su momento.— agrego.

 Arabella se aparto, negando con la cabeza, tratando de contener las lagrimas en sus ojos, que ahora estaba rosas. No sentía furia, ni nada parecido a eso, sino dolor. Era como si una parte de su alma se desprendiera. No le importaba que pasara todos los días a su lado mientras su hijo crecía, porque el lazo que las unía ya no existirá mas, y eso la asustaba. 

—No es justo ¿Quién me cuidara? También te necesito White, eres parte de mi.— sollozo cubriendo su rostro. 

 Cayo de rodillas al suelo, abrazando su vientre con un brazo, y tomando su pecho con la otra mano, sintiendo como su corazón se desmoronaba dentro suyo.

White se acerco con rapidez, y la abrazo, sintiendo como lloraba en su pecho. 

—Debes confiar mas en ti brujita, puedes hacerlo sola, y tienes muchas otras personas que te darán una mano, como tu esposo por ejemplo.— dijo White, dando una risilla.—Y estaré a tu lado hasta que la pequeña que llevas y criaras vuele, entonces la guiare en su camino, y le enseñare como lo hice contigo.— susurro para que nadie mas escuchara. 

—¿Cómo…?

Arwen tomo la mejilla de Arabella, y esta la mano que la acariciaba con suavidad.

—Solo lo se.— respondió dando una cálida sonrisa.

 Aunque la decisión le doliera mas que otra, accedió a dejar que su familiar sea el de su futura hija. 

—Aun puedes ser libre.— dijo Arabella, viéndola con pena.—Dejar de seguir las ordenes, y los pasos de alguien. Volver a tu hogar.

—Para ser sincera, nunca antes me he sentido mas libre como el día en que te conocí.— respondió White.

—¿Es lo que quieres?

—Te podría haber comido junto con el cobarde de Galaga, pero decidí seguir a tu lado.— respondió abrazando con fuerza a la rubia.

••• 

La noche cayo, y llegaron exhaustas al departamento. Para sorpresa de ninguna de las dos, fueron recibidas por Hisirdoux, quien estaba tan preocupado como furioso por la repentina desaparición tanto de Arabella como la de su familiar. 

—¿Qué pasa con ustedes?— pregunto casi histérico.—Arabella deberías estar en la cama, y White se supone que debes detener sus locuras, mas ahora.   

 Entre lagrimas, y cabizbaja, Arabella se acerco a él, para abrazarlo, tomándolo por sorpresa a la par que lo asustaba por el silencio en que las dos andaban. 

—¿Paso algo malo?— pregunto, con voz temblorosa.—Arabella, por favor, dime que esta pasando.

—White me ha dejado.— respondió sin poder aguantar las lagrimas. 

 El pelinegro llevo su mirada a la gata que estaba sentada a un lado, negando con la cabeza la actuación de la bruja. 

—Ella esta acá.— dijo confundido.

—Si, pero no es mas mi familiar.— lloro soltándolo para mostrar la mano que supo ser mordida siglos atrás. 

 —¿Eso es posible?

 Archie se acerco, y respondió por la gata. Era algo posible, solo que no todos los familiares podían hacer un ritual para romper los lazos que unen las almas de las brujas y magos. Algunos hacían tratos irreversibles, otros llevaban a cabo trato de palabra, que se podía romper con facilidad, pero se hacían estando seguros que ninguna de las partes iba a abandonar a la otra. 

—Y con ella teníamos un trato de sangre y veneno, es revocable.— continuo White.—No te preocupes, no morderé la mano de tu hijito, veremos que clase de trato haremos.— agrego la gata.  

—Técnicamente seguirás aquí, solo que ahora estarás con mi hijo, y no con Arabella.— repaso el pelinegro.—Aunque los meses anteriores al embarazo no la has seguido a ningún lado, y solo te aseguraste que nadie la molestara el tiempo que paso en el crista.— reflexiono.  

 La gata asintió. En silencio se marcho a su pequeña cucha para descansar un rato, por detrás fue Archie y se acostó a su lado, donde estaba su pequeña cama. 

 Hisirdoux tomo la mano de la rubia, y la examino para luego plantar un suave beso donde supo ser mordida. 

—Al menos nos ahorramos un paso.— dijo este, buscando la manera en que Arabella sonriera.—¿Quieres un sopa? Estas helada.  

 Esta lo abrazo, y asintió ante su propuesta. 

—También... 

—Si, helado con ¿Panques?

—Y tus tostadas.— dijo sin soltarlo, y abrazándolo mas fuerte. 

—Si eso te hace feliz.— sonrió con un deje de tranquilidad.

 Arabella se dio un baño rápido, para luego meterse en la cama hasta que Hisirdoux terminara con su cena. Puso una película, y se cubrió con sus suaves colchas rosas. Al cabo de unos minutos sintió como White se acostaba a su lado, y comenzaba a ronronear ante la comodidad del momento. La bruja solo sonrió, y se dedico a terminar lo que restaba del día. 

★★★

Hola mis soles ¿Cómo les va?

Esperó que no se hayan asustado, así como Douxie.

Hace mucho que White se viene relajando con los cuidados de su bruja, y es porque sabe que Arabella es una boluda grandota y que Ámbar es una coshita.

  No, no tire data de personajes futuros ni nada de eso 👀

Por cierto las hermanas Hestigio es un buen nombre para una banda 😂 Tenemos a Nenet como preocupada por algo y Olivia emocionada porque de metió en su libro de fantasía favorito.

No creo que se pueda ir ahí de vacaciones.

En fin, sin más que decir ✨Besitos besitos, chau chau✨





Por cierto la hermana mayor de la Orden sera un personaje recurrente en otras historia 👀

   

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