21. Vidas arrebatadas
Pasamos de una fiesta a un funeral, llegaron mis tíos y tías para dale el descanso eterno me abrazaron mientras todos llorábamos después de enterrar a mamá le pedí al chofer lo siguiente:
—Quiero que tú seas mi tutor legal.
— ¿Cómo? Yo solo soy un chofer.
— ¿Aceptas o no? Para eso te pago para cumplir mis órdenes.
— ¡Ok!
El acepto pues sabía que si no lo hacía perdería su trabajo y después de un mes de papeleo absurdo él se volvió mi representante legal. Le pedí que acompañara a España y el 15 de junio volví al internado St. Mary en Sevilla.
Al llegar busque a Paola y cuando la vi comencé a correr hacia ella, la bese y la abrace ella se soltó y me dijo:
—Stephen que bueno que llegaste tengo algo que informarte.
—Dime ¿Qué pasa?
—Tengo un mes de gestación... ¡Estoy embarazada! Y no sé qué hacer.
Yo no sabía que decirle entre en pánico y comencé a correr, fui a mi habitación para llorar hasta quedarme dormido. Me desperté, fui a clases de gramática al salir busque a Paola para hablar; ella estaba en su salón de arte y me dijo:
—Ven amor subamos al tercer piso ¡Vamos al escenario!
Subimos y ella encendió el sonido del escenario, abrió un balcón que estaba allí que daba vista al resto de Sevilla y también hacia que el sonido se expandiera escuchándose afuera, tomo un micrófono y dijo:
— ¡Stephen sabes te compuse una canción porque te amo!
Salió corriendo y cerró con llave la puerta que daba entrada a la zona del escenario y siguió hablando:
—Esto lo había preparado desde que supe que estaba embarazada...
— ¡Paola cállate todo el mundo te debe estar escuchando!
— ¡No me importa!
Dijo eso y comenzó a cantar:
Yo no veía luces en mi vida
Estaba perdida, hasta que llegaste tú
Para enseñarme el camino correcto
Que aunque no eres perfecto
Por mí haces el intento.
Quiero que sepas que fui muy feliz contigo pues mi mundo ya no era gris
Pero ya es hora de irme de aquí.
Canto esta última frase, salió corriendo y salto del balcón suicidándose y cayendo encima de Xeun el niño asiático que por la fuerza del cuerpo de Paola también murió.
Comencé a llorar y todos los jóvenes del internado también; yo no podía con mi vida ni con el recuerdo de Paola y de mi hijo que llevaba en su vientre así que a la semana de lo ocurrido volví a Italia pero todo me atormentaba por lo cual comencé a sufrir depresión sumergiéndome en el alcohol y las drogas desde el 17 de Agosto de 1999 con 14 años hasta los 17 años y no contaba con nadie pues Didier se había ido del país.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro