Capítulo 1
Historia Original de @_kaeeb_
Llego a la agencia de modas con una enorme sonrisa que no pasa desapercibida ni para el encargado de limpieza, hasta puedo asegurar que es capaz de contagiar a cualquiera.
La maquillista corre hacia mí apenas me ve cruzar por una de las entradas del estudio y dejo que haga su trabajo luego de sentarme frente al iluminado espejo de mi camerino.
—Hoy luces excepcionalmente
radiante, Gulf –me mira como si no fuese real, logrando sacarme una risita. —Apuesto a que se debe a Mew.
Y mi corazón da una sacudida de emoción al escuchar su nombre y recordar lo sucedido en casa esta mañana, confirmando así lo dicho por Ice.
Me llaman para poder ser
fotografiado y durante la sesión, me es imposible no recordar las caricias y palabras bonitas por parte de mi esposo. ¿Les digo un secreto? Estuvimos a punto de hacer el amor pero no queríamos llegar tarde a
nuestros trabajos. Jamás en mi vida había querido estar despierto más temprano.
—Eso es, eres el dueño del mundo, Gulf –halaga Joss, divertido, mientras sostiene su cámara y se mueve para
capturar diferentes ángulos.
—Ah, haces que el trabajo sea más fácil; como siempre, no!se necesitará editar mucho.
—Eso es gracias a que estoy en manos de un excelente fotógrafo –aclaro aún
manteniendo mi buen humor.
Joss inclina la cabeza hacia adelante en agradecimiento y me guiña el ojo, haciérndome reir entusiasmado.
Conozco a Way-ar desde hace más de un año y adoro trabajar con él, nunca me aburro.
También es muy cercano a Mew, aunque nadie lo creería si los hubiesen conocido desde el principio.
No se podían ver ni en pintura, aunque era Mew el que no quería poner de su parte debido a un malentendido entre Joss y yo. Asunto ya fue olvidado, incluso por los medios, afortunadamente.
—Ya que acabamos antes, ¿Qué dices si vamos por algo para almorzar? –me propone luego de asegurarse de tener las fotografías necesarias para el último número de la revista.
Hago una pequeña mueca y me interrumpe antes de que le de una respuesta. —Oh, vamos, Gulf, no me rechazarás otra vez, ¿o sí?
—Le prometí a Mew que comería con él –digo apenado y Joss no insiste, cosa que agradezco.
En otras circunstancias, habría aceptado, pero hoy mi hermoso esposo llegará un par de horas más tarde a casa y había prometido llevarme a nuestro restaurante favorito para compensar el tiempo que no estaremos juntos.
—¿No es un amor?
Cada día estoy más convencido de haber elegido al hombre correcto.
Llego hacia el estacionamiento y desactivo la alarma de mi auto unos metros antes de llegar a este. Mi móvil comienza a sonar de repente detengo mis pasos al leer el nombre de Mew.
—¿Cariño?
—Amor, no me odies por esto, pero me ha surgido una reunión de última.hora.
La sonrisa en mi rostro se desvanece poco a poco luego de escuchar esa simple frase y un leve puchero la reemplaza inconscientemente. Estoy a
punto de hacer un pequeño berrinche para lograr que nos veamos, pero, pensándolo bien, sería algo totalmente egoísta de mi parte.
—Uh, esta b- –detengo mis palabras de golpe, al igual que mis movimientos, cuando escucho lo más parecido a un jadeo al otro lado de la línea. Mi corazón da un pequeño brinco, pero trato de mantener la calma. —Qué fue eso? ¿Estás bien?
—¿Eh? Oh, si, claro, precioso. Nos vemos en casa, ¿de acuerdo? Trataré de llegar lo antes posible.
—Estaré esperándote.
Un pequeño silencio se instala entre ambos, así que decido seguir hablando.
—Y, Mew, te amo. Muchísimo.
—Te amo más, cariño.
Suspiro Iuego de colgar y guardar el aparato en el
bolsillo de mi saco.
Escucho unos pasos adentrarse en el estacionamiento y reconozco
a la persona que también va a por su auto.
—¡Hey, Joss! ¿Aún podemos
almorzar juntos?
Y su radiante sonrisa me
responde por si sola.
🧡🧡🧡
—Tendré que pasar más de
tres horas en el gimnasio para quemar estas calorías –
me quejo al caer en cuenta de cuánto he comido. No recuerdo la última vez que me sentí a punto de explotar.
Te odio, Joss Way-ar, por
convencerme de hacer esta
atrocidad.
—Deberías agradecerme, sé
que hay días en los que no
comes por estar en el estudio. Estás bastante delgado a mi
parecer.
Lo miro con recelo por la
simpleza con que dice eso y
lloro internamente porque sé que se notará mi pancita cuando me levante. Aunque lo único bueno de todo esto
es que a Mew le gustaba mucho esa parte cuando
éramos novios.
Aprovecho en mandarle un
mensaje a mi esposo mientras Joss paga la cuenta.
No espero su respuesta de
inmediato, debe estar en su
reunión.
Le daré una sorpresa al llegar
a casa, prepararé su platillo
favorito y brindaremos por
nosotros con el vino dulce
que tanto le gusta, no es que
vayamos a celebrar algo
especial, es simplemente por
el hecho de estar juntos, le
recordaré por milésima vez
cuánto lo amo.
Me hubiera quedado nadando en mis pensamientos sino fuera por Joss que me hace una señal para poder irnos.
Me despido de él una vez fuera del restaurante y le agradezco por la comida, prometiéndole que la próxima vez pagaría yo. Subo a mi auto y voy directamente a casa, al menos ese era mi plan hasta que recuerdo que debo comprar algunas cosas para la cena que tengo en mente.
Por esa pequeña parada llego una hora después de lo planeado, dejándome menos
tiempo, pero olvido todo eso
al momento de llegar a la sala
y encontrarme con la perfecta figura de mi esposo dándome la espalda mientras habla por teléfono sobre quién sabe quénasunto.
Se gira, seguramente, al sentir mi mirada sobre él y me sonríe como me encanta, haciéndome un gesto con la mano para que le espere un momento.
Aprovecho en dejar las bolsas
sobre la isla de cocina y cuando regreso, Mew ya no está hablando por teléfono.
Se acerca a mí a paso largo y
me toma de la cintura para
saludarme apropiadamente
con un delicioso beso en los
labios.
—Sorpresa –dice divertido.
Creo que es bastante notoria
mi expresión de asombro al
tenerlo a esta hora en casa.
—Pensé que llegarías tarde
hoy, iba a prepararte una
cena –me quejo con un
puchero mientras rodeo su
cuello con mis brazos, los suyos aun no se alejan de mi
cintura y me atrae más a su
cuerpo.
—Pues digamos que todo fue
parte de mi plan para llegar
antes; comienza a explicar,
dejándome un besito sobre
mis labios —no tuve una
reunión esta tarde, preferí
sacrificar nuestro almuerzo
antes que toda la noche contigo.
Y por alguna razón, el recuerdo traicionero de un jadeo al otro lado de la línea pasa por mi cabeza, haciendo temblar un poquito mi sonrisa, aunque creo que Mew no se ha dado cuenta.
—Además, dejamos algo
pendiente esta mañana y no
he podido estar tranquilo
desde entonces.
Siento que voy a derretirme
de no ser porque sus fuertes
brazos están sosteniéndome
e inconscientemente me
muerdo el labio inferior.
Vuelve a acercar su rostro
para besarme pero coloco una mano entre nuestros labios y sonrío con picardía.
—Cenemos antes y brindemos por nosotros, aún es temprano.
—Como mi príncipe desee.
Besa el dorso de mi mano y nos vemos obligados a separarnos, él yéndose a dar
una ducha y yo, a cocinar con
más entusiasmo del que tenía
antes.
Al cabo de veinte minutos, mi comida está casi lista, así que espero frente a la cocina para poder apagarla. Doy un pequeño saltito cuando me
abrazan por detrás y siento un pequeño calorcito cuando
la respiración de mi esposo
choca contra mi cuello.
—Te vez tan apetecible con ese mandil que prefiero comerte a ti –me dice sugestivo, besando la zona descubierta y yo agradezco que también esté sosteniéndome esta vez.
—Lamentablemente no estoy
en el menú, cariño –bromeo,
girándome para ver su rostro, me tomo mi tiempo para contemplar sus masculinas facciones y me enamoro un poquito más, si es posible. No sé cuántos minutos pasan y sino es porque reacciono a tiempo, mi comida se hubiera arruinado. —Ve a sentarte,
serviré en un segundo –digo
inclinándome para besar la
punta de su nariz y asiente.
Hacía varios días que no
cocinaba en casa, nuestros
trabajos nos mantienen
bastante ocupados, pero
ambos hacemos lo posible
por no convertir eso en un problema para nuestro
matrimonio. Tratamos de
disfrutar nuestra mañana
desde que despertamos hasta
que nos tenemos que ir, ya
que muchas veces llegamos
tarde y cansados, en especial
Mew, que es CEO de una de las empresas de su familia.
—¿Amor?
—¿Si?
—Te noto un poco distraído,
hay algo que te incomoda.
No lo dice en modo de
pregunta. Entonces sí se dió
cuenta. ¿Debería contarle?
Pero qué tan estúpido sonaría si le digo: Lo que pasa es que escuché un jadeo mientras hablábamos y por más que lo intento, mi mente piensa cosas que no debería.
Sin embargo, decido hacerlo,
pero sin ser demasiado
directo.
—Es que me quedé pensativo
luego de preguntarte si
estabas bien cuando me
llamaste, no sonaste muy
convencido.
Bueno, no sé si logré ser tan
preciso, pero me parece que sí cuando chasquea los dedos
luego de tener una expresión
de estar haciendo memoria.
—Ah, te refieres a eso. Uno
de los trabajadores chocó
conmigo y creo que se espantó cuando me vió y soltó un sonidito extraño, –ríe con ganas ante el recuerdo —era uno de los nuevos empleados, al parecer. ¡Salió corriendo,
amor!
Ambos reímos y siento como
si pudiera respirar en paz. Sé
que no me está mintiendo y
yo mismo me considero un
completo idiota por siquiera
dudar un segundo.
El jamás haría algo que me
hiciera daño, que nos hiciera
daño, apostaría hasta mi vida.
Primer capítulo espero les guste.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro