i
JK;
La primera vez que me enamoré de alguien no fue bastante especial a como imaginé que sería. Había escuchado, por boca de otras personas, que la primera vez que te enamoras es la más inolvidable, pero yo no lo creo así.
Me es casi imposible recordar el momento exacto en el que lo vi por primera vez. Porque sí, yo no me había enamorado de una chica, sino de un chico y muy hermoso, por cierto.
Recuerdo estar en la fiesta de Jimin, era su décimo octavo cumpleaños así que dio una gran fiesta. El lugar estaba tan lleno de desconocidos que me fue muy difícil encontrar a mis amigos y, cuando por fin lo hice, él estaba ahí.
Hablaba alegremente con Hoseok mientras se meneaban amigablemente con la música. Ambos tenían tragos en sus manos, pero no parecían muy interesados en seguir bebiendo. Recuerdo haberme interesado mucho en él. No era como el resto de los chicos que había visto.
Su cabello era negro carbón y él era muy pálido. Tanto que llegué a dudar si era real o solo me lo estaba imaginando yo. Vestía completamente de negro, pero eso no fue lo que más me llamó la atención en él. Fue el hecho de que no era para nada introvertido. Al verme, lo primero que hizo fue acercarse a mí a presentarse amigablemente.
-¡Hola! tú debes ser Jeongguk- se plantó en frente de mí con una sonrisa ladeada y su mano extendida como forma de saludo-, Hobi me ha hablado mucho de ti- tomé su mano y la estreché-. Soy Yoongi; Min Yoongi.
Al momento en el que nuestras manos se estrecharon sentí la necesidad de nunca más soltarla. Su mano era tibia y suave. Tan varonil y delicada al mismo tiempo y me dio tanta vergüenza que mis manos estuviesen todas lastimadas y rasposas.
Me arrepentí de haber peleado con Taehyung la noche anterior cuando Yoongi se quedó mirando los moretones en mi rostro atentamente. Pero agradecí que no preguntase nada.
-Bueno, yo soy Jeongguk- grité por sobre la música-. Dime Jungkook.
Lo vi asentir mientras retiraba su mano de la mía. Quise volver a tomarla, pero me vería como un raro si hacía eso, así que me limité a verlo mientras le daba un sorbo a su bebida.
-Uh...- me dijo mirando hacia los lados-, mi bebida se acabó, ¿quieres algo para tomar?- negué con la cabeza sin poder dejar de mirarlo fijamente. Sabía que él estaba cohibido, pero muy poco me importó-. Está bien, ahora regreso. Iré por más.
Yo asentí y lo vi alejarse a pasos seguros. Definitivamente él era esa clase de persona que resaltaba aún cuando no era su intención. Y todo lo que había en él me gustaba, me atraía. Y sentía la necesidad de conocerlo más y de ser su amigo, ¿era normal que mi estómago de revolviera de esa manera?
Hablé con Hoseok y, de paso, aproveché para sacarle un poco se información sobre Yoongi. Me contó que eran mejores amigos y que se conocían gracias a Namjoon. Me pregunté por qué no lo había conocido antes, si teníamos tantos amigos en común y vivíamos en la misma ciudad.
Él regresó después de un rato, con un cigarrillo encendido en sus labios y sin la bebida que había ido a buscar. Me sonrió al verme y se acercó de nuevo a mí.
-No encontré más bebida- dijo después de soltar el humo que su pecho retenía. Jamás había visto algo tan sensual en mi vida-, pero un chico me dio de sus cigarrillos.
Me reí por la expresión de su rostro cuando dijo lo último. Parecía un niño, de no ser por el olor a alcohol que desprendía cuando se acercaba a mí al hablar. Ahora que me fijaba bien, parecía que sí había tomado un poco de más, por como sus ojos se movían nerviosos por la habitación sin poder centrarse en algo en específico.
Al cabo de un rato, me pidió que lo acompañara a tomar aire al patio trasero. Lo hice porque tampoco tenía algo más interesante que hacer y quería seguir hablando con él. De hecho, quería tomar su mano y entrelazar nuestros dedos, pero no lo diría.
Me sentía extraño por pensar de aquella manera. Nunca fui de esos chicos que se enamoran rápido o, al menos, no en menos de cinco horas. Y él no perecía ser de esos chicos que estaban interesados en otros chicos.
Su caminado no era firme, se tambaleaba un poco -aunque no al punto de parecer que iba a caer- y también estaba un poco encorvado. Yo lo seguía detrás con las manos metidas en mis bolsillos y sin poder apartar mi mirada de su nuca.
Una vez en el patio trasero, lo guié por el césped hasta donde la madre de Jimin mantenía un pequeño jardín lleno de muchas flores. Su padre había construido un cenador y Jimin y yo solíamos jugar dentro cuando éramos unos críos.
Yoongi se sentó sobre una de las escaleras, aún con el cigarrillo en sus labios, y comenzó a consumirlo lentamente. No hablamos durante un rato, hasta que solo quedaron las cenizas esparcidas a nuestros pies. Tampoco era como si aquellos fuese incómodo, me sentía extrañamente en paz con su silencio. Como esa clase de tranquilidad que te da irte a dormir luego de una ducha de agua caliente.
-Dime, Jeongguk- murmuró después de un rato-, ¿alguna vez te has arrepentido de no hacer algo que deseabas hacer?
Su pregunta me dejó pensando un momento. Recordando un par de cosas.
-Sí- dije finalmente.
-¿Y cómo es?- preguntó-. O sea, el sentimiento de arrepentimiento.
A pesar de que las preguntas de Yoongi se me hacían un poco extrañas, no pude no querer responder.
-Bueno, no puedes dejar de darle vuelta al tema aún cuando quieres dejar de pensar en eso. Te cuestionas todo el tiempo si debías haberlo hecho o como habrían reaccionado al hacerlo. Y luego también te culpas y te dices que, de no ser por tu miedo y tu falta de valor, te atreverías a hacer lo que deseabas.
Lo miré cuando terminé de hablar. Él observaba el cielo y respiraba lentamente. Se giró y me miró a mí. Entonces murmuró:
-No quiero irme esta noche pensando que pude besarte y no lo hice porque soy un cobarde.
Y entonces me besó. Sabía a alcohol y cigarrillos y sus labios eran tibios y temblaban. Yo me quedé estático y, por primera vez, no supe qué hacer con mis manos ni dónde colocarlas. Me daba miedo tocarlo. Pero agradecí que él tuviera iniciativa y acariciara mi rostro con ternura.
Me lamenté cuando se separó y me miró con los ojos acuosos por las lágrimas. Atiné sólo a abrazarlo, porque incluso yo sentía lo difícil que era aquello y porque la primera vez que yo había besado a un chico fue tan aterradora como éste momento y lloré por semanas. Él me envolvió en sus brazos también y se acurrucó en mi pecho, pero no lloró.
Cuando nos separamos, luego de un buen tiempo de estar en aquella posición, tomé su mano porque yo tampoco quería irme y arrepentirme de no haberlo hecho.
Aquella fue la noche del accidente.
{...}
esta historia ya la había publicado antes, pero la eliminé en un momento de sensibilidad y falta de ideas. la vuelvo a subir ya que llevo demasiado tiempo inactiva y quiero retomar mis historias y revivir el yoonkook jaja muchas gracias por leer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro