Entre Kalkuñ y Wekufe

No le di importancia a la insistencia de Tomas. Él no entendía que yo necesitaba respuestas y por más que trataba de hacer lo posible para hacer que entremos en “razon" la decisión de ambas ya había sido tomada.

Lo que nos llevó a adentramos en aquella hogareña edificación, pese las advertencias de aquel chico que se había quedado afuera. Según él, no quería entrar pero algo me decía que eso estaba lejos a ser verdad.

En el interior se encontraban hierbas colgantes, repisas con frascos de vidrios repletos de cristales y especias. Además de artefactos musicales en cada esquina alguno que otro pude distinguir.

—Se que tienen muchas preguntas—hablo mientras se acomodaba sus vestidura.

Utilizaba un manto tejido con intrincados patrones geométricos y alrededor de su cintura una faja bordada que se ceñía dejando a vista su esbelta figura y su cintura estrecha.

—Las energías a su alrededor han estado bastante inquietas. Hay fuerzas en juego que deben entender, por favor tomen asiento —dijo mientras se sentaba con una gracia en el suelo donde yacian piedras de diferentes tamaños formando un gran círculo

Imitamos su acción sentándonos frente de él sin salir del borde como nos había aconsejado.

—Si han sucedido muchas cosas extrañas, chaman—dijo Celeste quien cruzaba sus piernas.

—Machi, soy una machi—le corrigió con delicadeza —Se que no lo entienden, pero en mi cultura se le nombra así a las personas que tenemos las facultades para abordar las prácticas espirituales

Asentí tras ello y vi como mi amiga se disculpaba por su equivocación. Él por su parte, le ofreció una sonrisa recorfontandola transmitiéndose confianza.

—¿Para que es el círculo de piedra?—pregunto Celeste quien estaba bastante curiosa por todo.

Me giré para observar a la castaña haciéndole un gesto de advertencia, a la vez, que golpeaba levemente su rodilla con la mía.

No habíamos venido para abrumar a preguntas a la persona frente de nosotros, habiamos venido para que nos ayude a esclarecer nuestras mentes… o al menos la mía.

  —El círculo simboliza la conexión con el universo, representa el ciclo de la vida y la armonía con la naturaleza.Experimentamos constantemente un tiempo cíclico—explicó mientras señalaba el suelo —Y esa conexión nos protegerá aislándonos de influencias negativas y concentrando la energía en un punto fijo para poder comunicarnos mejor con los espíritus…

Me quedé bastante sorprendida por cada palabra que salía de su boca. Me dejaba pensando y cuestionándome sobre las cosas.

Siempre había considerado que vivíamos en un constante bucle sin fin, pero jamás había escuchado la concepción del tiempo que no fuera lineal, continuó y progresivo.

Por un momento miles de preguntas se acumulaban en mi mente, pero debía dejarlas atrás porque solo las que consideraba importantes ahora eran las que debía sacar a flote.

La machi me había sugerido que cuente lo que me estaba ocurriendo desde el principio. Me decia que le relate lo que había visto, sentido y sobre todo que es lo que me estaba ocurriendo corporalmente.

En ese momento, un nudo en mi garganta amenazaba en salir cada vez que soltaba alguna palabra sobre lo acontecido.

Le conté sobre el joven que se escondía detrás de los espejos, le había contado sobre las veces que me había sentido impotente al ver el daño que le causaba a otras personas.

Cada vez que relataba los hechos, la persona que tenía en frente me escudriñaba con su mirada lo cual me intimidaba. Era como si pudiera ver más allá de mi, como si supiera que habia algo más que yo no estaba viendo.

—Al principio pensé que estaba alucinando, pero cada vez era más real. Mi vida se ha vuelto un caos —solté un suspiro y lleve una mano hacia mi cabello tirando levemente hacia atrás —Me cuesta dormir de noche tengo pesadillas horribles y siento que algo me sigue a todas partes

Ñamku asintió lentamente y cerró los ojos como si estuviera sintiendo algo en el aire. En ese preciso instante el silencio empezó a hacer protagonismo mientras que él comenzaba a cantar.

—Pu newen ka pu püllü, pu antü ka pu küyen—comenzó a golpear rítmicamente el tambor cuyo sonido resonaba —Pu weichafe, pu pillan, eluwün mew — continuó, su voz resonando con una fuerza sobrenatural, sincronizada con cada golpe —Rakin mew, Antü ka Kuyen, Puel ka Willi, Pewma ñi wün

Cada nota, cada palabra, vibraba en el aire conectándose y envolviéndonos en un aura de serenidad.

Por lo que tenía entendido el sonido de aquel artefacto musical era esencial para que las machis entraran en trance y ayudaba a que conectar con los espíritus.

Sentadas de frente nos quedamos Celeste y yo observando como él deslizaba lentamente su cuerpo de un lado a otro con los ojos cerrados y terminaba su cántico que hacía estremecer al sentir los sonidos tan pronunciados.

Fue así, que después de lo que pareció una eternidad aquel sujeto se quedó en silencio y luego abrió los ojos posicionando su vista en mi.

—No es simplemente un reflejo, es una criatura con un poder desconocido, una especie olvidada atraves del tiempo—nos hizo una seña de silencio evitando que pudiéramos dar bocado alguno—Esta ligado a ti de maneras que escapa a tu comprensión. Hay mucho más en su historia…

Frunci el ceño intentando comprender cada una de las palabras que estaban saliendo de su boca, me giré para ver a mi amiga quien se encontraba de la misma manera escudriñando cada uno de los gestos de aquel hombre.

—Este ser, esta descubriendo su propia conciencia, esta indagando en los deseos de libertad. Pero esta liberación requiere de ti, de tu esencia porque él... — se quedó en silencio abruptamente y asintió como si alguien le estuviera hablando—Los espíritus me dicen que hay una presencia oscura que los envuelve a ambos…

¿Cómo?

Me cubrí las manos con las mangas de mi chaqueta, podía sentir como mis manos de un momento a otro habían perdido calidez. Se encontraban heladas. Me intrigaba saber que es lo que sucedía.

¿Acaso existía algo más detrás de aquellos ojos dorados que desconocía?

—Esta criatura que habita en los espejos solo es un intermediario de quien anhela tu espíritu

Me quedé estupefacta con la revelación que me estaba brindando y sin poder evitarlo sentía como mi boca se había abierto levemente por la sorpresa.

—Solo tu atraves de tus actos puedes otorgarle el poder de acercarse a ti a ese ser oscuro…

—¿Por qué yo? —pregunte rápidamente temiendo que la respuesta sea más aterradora de lo que me podría imaginar.

—La conexión entre tu y este Wekufe es… —no termino de hablar que la voz de Celeste interrumpió

—¿We que?

Él inhalo y asintió con compresión al darse cuenta que existian muchas palabras y cosas que no teníamos ni la menor idea de que nos hablaba.

Por ese lado, temía en salir con más preguntas que respuestas al desconocer muchos términos que eran comunes en su lengua.

—Wekufe espíritu oscuro—explico y volvió su vista a mi—La conexión con este ser es una conexión que se ha reiterado a lo largo de los años atraves de los mundos, es un lazo que se ha tejido y desentrañado en incontables ocasiones en sueños, viajes astrales o en la vigilia —me tomo la mano acariciando mis nudillos si apartar su mirada de mis ojos —La conexión es fuerte, pero no inquebrantable…

Mi mente intentaba asimilar todo, era demasiado difícil de procesar. En pocas palabras me estaba diciendo que estaba maldita, que había algo malo en mi que me acechaba. Me estaba comunicando que estaba atrapada en ciclos, en años, en una conexión que no se de donde se había producido… ¡Es horrible!.

—Para romper estos vínculos, tienes que romper el pacto que hay entre ellos dos…

Vínculos, no pude evitar soltar una pequeña risa sin gracia alguna por aquella palabra.

Apenas tenía vínculos humanos y venía a tener vínculos con seres sobrenaturales que estaban arruinando mi psique y la poca estabilidad que aún me quedaba.

¡Bravisimo!

—Solo puedes liberarte de las sombras que te atormentan cuando te hayas enfrentado a la tuya… —con delicadeza soltó su agarre —Tu ya has elegido un camino, pero recuerda los espíritus estarán contigo guiándote. Debes ser fuerte y retomar el sendero correcto.

Asentí y mire el suelo apreciando cada una de las piedras que parecían ser sacadas del río.

¿Que ya había elegido un camino? Que me diga cual porque no tengo ni la menor idea.

Me estaba arrepintiendo de haber venido, después de todo Tomas parecía tener razón y este hombre era solo un fanfarrón.

Me encontraba bastante desorientada con toda la información recibida.

Azkeel no era uno de mis mayores problemas, sino lo era alguien que desconocía. Cada vez mi alrededor se volvía más difícil de descifrar.

 Por su parte, él prosiguió recitándome algunas instrucciones cada una más complicada que la otra.

Me aconsejaba realizarme un baño de purificación con elementos sagrados para así obtener claridad y despejar los malos pensamientos que me habían estado influenciando.

Me había anotado en un papel el día y la fecha en la cual tenía que volver para realizarlo. Me decía que no tenga miedo que ese era el primer paso para poder liberarme de todo lo que me estaba pasando.

No sabía si eso era completamente cierto, pero no perdía nada intentándolo. De a poco estaba perdiendo las esperanzas y el rumbo.

Me sentía como si fuera un barco sin timón esperando que el movimiento del agua me arrastre hasta tierra.

Sin embargo, de igual forma había guardado el papel en mi chaqueta y busqué con mi mirada aquellos ojos café. La castaña esperaba ansiosa escuchar las palabras dirigidas a ella apenas Ñamku le había dicho que tenía que darle un mensaje.

—Los espíritus ansían porque rompas el ciclo tóxico que te envuelve y te ciega—hablo de manera serena pero firme—La protección que tienes es poderosa, aunque a veces no puedas verla con claridad—con un gesto sutil tomo ambas manos de ella acariciando sus nudillos —Tienes que distanciarte de influencias que te hacen daño aunque a veces te sea difícil distinguirlas

Enarque una ceja mientras escuchaba con atención las palabras que le decían a mi amiga. Al menos, a una de las dos no le iba tan mal.
 
—Sufriste mucho, pero todavía hay esperanza. Ese dolor que te acompaña tienes que volverlo tú mayor fortaleza—con cuidado levanto las mangas de la camiseta de Celeste revelando las cicatrices que surcaban en su piel.

Me quedé atónita observando aquellas líneas blanquecinas que se imponían frentes mis ojos. Instintivamente me había llevado una mano hacia mis labios, había intuido que algo andaba mal en ella. La había notado raro y ahora con la verdad frente mis ojos solo me hacía sentir culpable de alguna manera por no haberme dado cuenta, accionado. Algo.

Él comenzó a acariciar con delicadeza cada trazo mientras le colocaba una pomada que desprendía un aroma a hierbas que refrescaba al inundarse en tus fosas nasales. 

—Tu protector, el Kalkuñ que te acompaña… —cerro los ojos y respiro hondo como si estuviera escuchando los mensajes que le llegaban
— Me dice que no estás sola, que el siempre estará acompañándote y cuidándote que no te hagas más daño

Celeste había cerrado sus ojos dejando que las lágrimas fluyeran libremente mientras mordía su labio evitando desprender un sollozo. Después de unos segundo sonrió y al abrir sus ojos estos brillaban expresando gratitud y emoción.

—Gracias —susurro por lo bajo

El verla de esa manera me parecía bastante... extraño. Me hacía reflexionar que más allá de mi… había otro mundo y otras personas que tenían sus desafíos. Existían otras historias que no estaban siendo contadas y que la verdad no sabía si realmente me interesaban.
 
 
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Traducción aproximada del canto de La machi
 
"Los poderes y los espíritus, el sol y la luna. Los guerreros y los guardianes, en búsqueda de respuestas. El tiempo como una rueda, el este y el oeste.¡Oh que vengan mis ancestros y patrones de la naturaleza!"