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Cap 20

Caminos Cruzados

Caminar hacia adelante sin mirar atrás, sin detenerte a reflexionar que es lo que dejas en el camino y sin importar si lo que has dejado quedo inconcluso, es lo que siempre te aconsejan. Caminar en línea recta como si el tiempo se guiara desde el umbral de una línea invisible que se alarga atraves del paso del tiempo.

Sin embargo, cuando te das cuenta los caminos se entrecruzan donde el pasado y el presente colisionan. Donde debemos caminar hacia atrás para volver a retomar y terminar con lo que alguna vez habíamos empezado.

Como si la vida constantemente nos invitara a retroceder para así poder avanzar como debíamos hacerlo.

Cuando un antiguo amor resurge entre las cenizas que no se apagaron, cuando el recuerdo de alguna conexión no desaparece y como cuando lo que conocemos como olvido y recuerdo nos llevan a tomar decisiones importantes que influenciaran el porvenir.

Los caminos que se entrecruzan están destinados a unirse…Pero

¿Qué tan cierto es que lo que llamamos destino no es más que una mera causalidad de lo que dejamos en desuso?

—¿Segura que no me quieres contar que es lo que te está pasando? —pregunte mientras caminábamos en silencio hasta aquel extraño lugar —Te noto rara…

Con Celeste habíamos conseguido comunicarnos con el chaman. Habíamos logrado dar con el y sacar un turno para así despejar las dudas.

Por alguna razón, creía que era la única manera para poder llegar al fondo de todo esto; dejar las especulaciones y empezar a tomar acciones con certeza.

—Es Lucas… —dijo y soltó un suspiro  —Volvió a aparecer

¿Eh?

Fruncí el ceño confundida. Habíamos hablado en algún momento sobre ese tal Lucas, si mal no recordaba se trataba de el ex de Celeste. No esperaba que sea tema de conversación y más porque cuando la había conocido esa relación había terminado hace bastante tiempo.

—¿Lucas? ¿Ese Lucas?— pregunté

Me costaba creer que fuera él, capaz se trataba de alguien más.

—Si, ese Lucas. No sé que hacer… — susurro por lo bajo—Me llamo y quiere que hablemos. Dice que me extraña, que quiere que al menos seamos amigos

¿What?

Me detuve en ese momento y me giré para verla mejor. Podía notar en aquellos ojos cierta preocupación y a la vez nostalgia.

—¿Y que hay de Tomas?—pregunte instintivamente—Pensé que las cosas iban bien entre ustedes

Por más que mi vínculo con aquel sujeto estaba lejos a mejorar, no quería que lo dañaran. No sé lo deseaba a nadie.

—Si, estamos bien. Con Tomas todo es… tranquilo—explico encongiendose de hombros

Aunque podía notar que “tranquilo" no era sinónimo de bueno para Celeste. No era suficiente.

—Es bueno, hay muchas cosas que estoy viviendo por primera vez en una relación. Jamás había presentado a nadie a mis padres, mi familia lo ama. Es inteligente y… Cariñoso

No la comprendía, si todo marchaba bien… ¿Por qué esa insistencia de revivir el pasado?

La conversación ameritaba un poco más de tiempo y eso es lo  que estábamos tratando de darnos por lo que empezamos a caminar más lento.

—Pero… —inquirí esperando ansiosa su respuesta

—Pero con Lucas era diferente. Él era más osado, atento y… tierno —podía notar como el timbre de su voz cambiaba al recordarlo. Aún lo apreciaba —Con Tomas todo es predecible y rutinario.No esta mal, es una relación buena

—¿Predecible? —pregunte y eleve ambas cejas —Pero Boluda ¿No era lo que tanto deseabas? ¿Estabilidad? —mi voz había sonado como un regaño así que me dispuse a respirar y continuar un poco más relajada —Quiero decir, ¿Qué es lo que tiene ese Lucas que tanto te confunde? Va yo no se nada de él

Ella asintió y se acomodó la chaqueta. Se notaba que estaba bastante intranquila y nerviosa al notar como en intervalos de tiempo se quedaba callada.

—Con Lucas era especial, es especial. ¡Ay te juro  que no se que hacer! — se quejó como nena chiquita

—Contame que es eso distinto —insistí

No quería que cometa un decisión impulsiva por un recuerdo que había aparecido de repente. Me parecía bastante alocada la idea de que una persona que había desaparecido tanto tiempo, vuelva y encima genere tanta influencia en ella.

—Conoci a Lucas en Buenos Aires, cuando viaje hace dos años allá —empezó explicar y se asentó en una pared.

Nos habíamos detenido.

Celeste me contó que ese verano había sido increíble para ella. Me contaba lo divertido que era Lucas, todos los momentos que había disfrutado con él; la vez que le había enseñado a surfear, cuando fueron a comer en la costanera y la noche en que fueron a presenciar las estrella en el planetario donde por fin se besaron.

Al escucharla podía notar cierta luz en sus ojos y poco a poco iba entendiendo, en cada relato, lo importante que era él para ella.

—Entonces me sentía demasiado triste cuando tuve que volver. Pero no había pasado ni un mes cuando escuché la puerta de mi casa y al abrirla estaba él—sonrió ampliamente—Le había preguntado cómo me había encontrado, cuando regresé de las casa de mi tía me habían robado el celular en el viaje…Así que imagínate no tenía contacto

—No, jodeme. ¿Y que te dijo cuando te vio?—pregunte con curiosidad

—Cuando me vio me entregó un collar, que era la misma piedra que habíamos encontrado juntos a las orillas del mar —soltó una pequeña risa—Era la amatista. Me dijo que era imposible no volver a encontrarme cuando siempre me había estado buscado —bajo su mirada hacia el suelo un poco avergonzada—Que no se había dado cuenta hasta que me conoció que siempre había querido encontrar una persona como yo... Y que no me queria perder — se arregló un mechón de cabello detrás de su oreja. —Una cosa es que te cuente, pero… fue muy tierno

—Que lindo —sonrei —Ahora entiendo…

No comprendía nada, absolutamente nada. No podía creer que le haya pasado algo así, era hermoso y lo había dejado ir así como así.

No iba a negar que me causaba una sensación amarga, no se como descifrarlo, cierta molestia creería.

Celeste no destacaba particularmente por su apariencia, ni por su personalidad era... Demasiado introvertida y desaliñada.

Es mi amiga, si. Pero era evidente que su fuerte no era la estética ni la palabra. Y de repente, se encuentra en una entrecrucigada entre un chico extremadamente genial, por lo que me cuenta y del otro lado Tomas que aunque odie admitirlo tenía lo suyo también.

No entendía como alguien que pasaba desapercibida podía lograr todo lo que… No se, deben ser solo ideas absurdas mías.

—¿Tienes pensado volver con Lucas? —pregunte mientras veía la pantalla de mi celular para ver cuanto faltaba para que lleguemos a destino.

—No, tal vez hable con él, pero no quiero herir a Tomas—admitió y soltó un suspiro

Ocultándole las cosas ya lo estás haciendo, pensé

—Creo que deberías darte tiempo… —guarde mi móvil en el bolsillo de mi campera y por alguna razón lleve mis manos detrás de mi cabeza quitándome el collar —No tomes desiciones impulsivas por las cuales te podrías arrepentir — le tendí aquel particular accesorio que le traía recuerdos.

—No, yo te lo presté. No hace falta — se negó a recibirlo

—Es importante para ti, yo no tengo porque tenerlo

Celeste dudo un momento antes de tomar el collar. Pude notar en sus ojos cierta confusión que no duró mucho hasta que retomamos nuevamente los pasos y nos fijábamos en las calles.

La cabaña del chamán cada vez estaba más cerca.

—¿Crees que realmente podrá ayudarnos?—pregunto rompiendo el silencio que se había producido.

—Eso espero —respondí

Cuando llegamos la estructura imponente, pero modesta se presentaba frente de nosotros. La casilla de madera se encontraba rodeada de amuletos colgantes y símbolos tallados.

Subimos los peldaños de aquellas escaleras y antes de poder tocar el timbre la puerta se abrió revelando la figura que nos esperaba del otro lado.

Frente de nosotras se encontraba un hombre cuya apariencia me había dejado atónica. Su cabello largo y lacio, cubría parcialmente su espalda constratando con su piel morena.

Parte de su pelo se encontraba recogido por una banda fina decorada que enmarcaba un rostro de facciones rudas, pero con un toque de suavidad que le confería una belleza ambigua.

Sus manos extremadamente delgadas denotaban cierta delicadeza y en ellas sostenía un pequeño tambor.

—Las estaba esperando —dijo y frunció el ceño dirigiendo sus ojos detrás de nosotras—Solo a ustedes… —su voz emitía cierta autoridad.

—Pero si vinimos las dos— respondio Celeste extrañada

Me quedé perpleja intentando entender porque decía eso hasta que segui la dirección de su mirada y rodee los ojos al notar a Tomas parado en una esquina.

El castañoobservaba detenidamente, con gesto serio, donde nos encontrábamos.

—El no ha sido llamado. Su presencia no fue solicitada aquí —su mirada se suavizó al volver a enfocarse en nosotras —Entren cuando se deshagan del… inconveniente —dijo adentrándose a la cabaña mientras cerraba la puerta, pero dejando una pequeña abertura que permitia ver su interior.

¡Aahhhh! ¡Maldito Tomas!

Nos encaminamos rápidamente donde se encontraba Tomas para hacer que se vaya y nos deje solas.

Me encontraba bastante enfadada y más porque no podía creer que Celeste no se podía quedar una maldita vez callada. Mantener una mínima cosa en secreto sin contárselo a él, era mucho pedir.

Ya me estaba pareciendo raro que el no estuviera como una garrapata pegado a ella cuando no estábamos dirigiendo hasta aquí.

—¿Qué haces aquí? Esto es algo personal mio—espete tratando de mantener la calma.

Tomas levantó las manos, pero no en señal de paz, sino de exasperación. Se notaba que se encontraba enojado por las pequeñas arrugas que se le formaban en la frente.

—No estoy de acuerdo con esto. Vine a buscar a Celeste—dirigió su mirada hacia la susodicha con una mezcla de reproche y urgencia —Celeste, vámonos. No deberías estar aquí.

Ella negó y apartó su mano antes de que él la tomara, lo que generó sorpresa en Tomas por aquella acción.

—No. Vine a acompañar a mi amiga y no pienso dejarla sola —respondió, su voz firme y clara.

Él por su parte llevó sus manos hacia su cintura, mirando al suelo mientras negaba con su cabeza.

—No deberían confiar en ese machi andrógino—dijo con desprecio levantando su mirada y señalando hacia la cabaña—No sabes lo que podría hacerte… —esta vez sus ojos se impusieron en mi —Esa gente… sus prácticas no son de fiar, se meten con cosas peligrosas, invocan espíritus y fuerzas que no pueden dominar.

Me quedé boquiabierta, tratando de asimilar todo lo que decía. Él que sabe de todo esto, no podía confiar en alguien que se notaba que esta sumido en su pensamiento… cristiano. Su aversión hacia estos temas era evidente.

Antes de que pudiera decir algo, Tomas continuo.

—Vos no entendes, ni siquiera quieres hacerlo—solto un suspiro y me señalo —Esto no es para ti… —suavizó su voz dirigiéndose a Celeste—Para ninguno de nosotros. Las machis y los machis han causado daño más de lo que se puedan imaginar con sus rituales y supuestas curaciones.

Mi corazón latía con fuerza y por un segundo dude si quedarme, pero algo en mi me decía que debía hacerlo.

Tomas sonaba sincero, pero en mi interior sabia que iba a cometer un error si seguía su voz.

—Por estas cosas te dije que no le dijeras nada, ¿Porque siempre tienes que abrir la boca?— me quejé dirigiéndose hacia ella.

La castaña me miraba sorprendida com aquellos enormes ojos expresivos que me causaban una ligera impresión.

—¡Hey! Yo no le dije nada—contestó y dirigió su mirada hacia Tomas.

No sabía si creerle

—¿Quién te dijo donde estábamos? —pregunte interrumpiendolo

Él suspiro y por un segundo pude notar que dudo en decírmelo, pero al parecer no tenía otra alternativa.

—Tu abuela, pero no importa. Lo importante es que nos debemos ir
 
 
 

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