Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 13

La muerte

Si hay algo que he aprendido en esta vida es que nunca se sabe que esperar… y que a veces el destino tiene un sentido del humor bastante retorcido. Descubrimos eso mientras mis amigos y yo intentábamos actuar lo más normal posible antes que nos llamaran a contestar la ronda de interrogatorios.

Apenas habíamos recibido las notificaciones nos pusimos en contacto, para ponernos de acuerdo lo que íbamos a decir. Después de todo la verdad… No habíamos visto nada, y por supuesto no sabíamos nada.

Sin embargo, el karma nos había golpeado como un balde de agua fría y seguramente esto recién estaba por comenzar.

Nuestro plan inicial de seguir con nuestras vidas haciendo de cuenta que nada había ocurrido y que nunca habíamos estado en dicho lugar se había estropeado por uno de los clientes de Tomas de ese día.

Lo irónico de todo esto es fue que ni siquiera habíamos tenido tiempo de relajarnos en las aguas termales y todo por algo que ni siquiera se que nombre darle… ¿Visión? ¿Alucinación? ¿Presentimiento?

Al fin y al cabo las situaciones que giraban entorno a Azkeel seguían siendo un misterio, siendo la muerte del intendente una de ellas… y ahora la del sacerdote.

Se seguían sumando las víctimas, pero seguía careciendo de respuestas.

—Gutiérrez Enara Aine — la voz del oficial se escuchó en el pasillo

Al instante me levanté de mi asiento y me acerqué a la puerta, no sin antes echarles una última mirada a Celeste y Tomas que se encontraban bastantes serios al respecto.

Cuando entre a la sala de interrogatorios con mi mejor sonrisa pintada en el rostro, el oficial me pidió que tomara asiento.

Me encontraba más nerviosa que un gato en una habitación repleta de perros hambrientos, por más que a toda costa trataba de demostrar lo contrario.

La sala era bastante amplia, con una mesa de metal en el centro y una silla en cada extremo. En una esquina el clásico espejo de observación que seguramente esconde a un grupo de detectives mirándome como un animal en un zoológico. Observando detalladamente cada una de mis expresiones, tono de voz y las palabras que suelto en búsqueda del mínimo error.

—Entonces señorita Gutiérrez — comienza con voz grave y autoritaria
—¿Puede explicar que hacia usted y sus amigos merodeando por las zonas de las aguas termales hace siete días atrás?

Oh aquí vamos

—Bueno oficial, ¿Qué puede hacer una chica aburrida en un día soleado sino ir a disfrutar de la naturaleza junto a sus amigos? —respondí enseñando la mejor sonrisa que tenía

Se que sonaba cliché, pero era la mejor defensa que tenía en este momento.

El oficial que me interrogaba se notaba que era un hombre serio, de esos que parecian haber nacido con un palo en el trasero. Él por su parte fruncio el ceño ante mi respuesta que claramente no le había impresionado para nada.

  —Entiendo, pero me resulta curioso que justo después de su “excursión” se encuentre un cuerpo sin vida en ese mismo lugar…

Iba a responder pero no me lo permitió.

—¿Tiene alguna idea de cómo pudo haber terminado ahí?

Era lo mismo que me preguntaba todos los días, pensé a la vez que mantenía la compostura por más que se me estaba dificultando de a poco.

—¿Un cuerpo? Vaya, eso suena espeluznante. Pero no tengo idea de que podría haber pasado — me crucé de brazos asentándolos en el frío metal —No vimos nada fuera de lo común mientras estábamos allí

El oficial Fernández me observaba con una mirada penetrante, como si intentara leer mi mente y continuaba con sus preguntas, cada una más incisiva que la anterior.

—Señorita Gutiérrez,  ¿puede decirme que estaba haciendo exactamente en el momento en el que encontraron el cuerpo?

La tranquilidad que trataba de fingir se empezaba a desvanecer lentamente mientras me removia incomoda en mi asiento.

—B-bueno estábamos caminando… — solté un suspiro — caminando por un sendero, hablando y disfrutando del día

No podía creer que las palabras me estabam costando tanto en pronunciar, sentía como la re sequedad en mis labios y  mis manos empezaban a sudar con cierto nerviosismo.

Parecia que estaba ocultando algo pero como voy a hacerlo si lo único que podría saber nadie más que yo lo había visto en ese momento.

Él hombre por su parte inclina su cabeza y se acercaba más a mi  — ¿Recuerda haber visto a alguien más en la casilla en ese momento?

De ese modo la presión aumentaba con cada pregunta y él hombre frente mío me observaba evaluando mi sinceridad constantemente.

Lo minutos se me hacían eternos y no veía la hora de salir corriendo. No queria seguir contestando...

—No, no vi a nadie más. Todo estaba bastante tranquilo

Deseaba con todas mis fuerzas que esto terminara, pero cada vez se complicaba más. El oficial se negaba a que saliera de esa puerta sin haberle dejado alguna pista para el caso.

—¿Esta segura señorita Gutierrez? — se encontraba bastante insatisfecho con mis respuestas y seguía insistiendo —La información que hemos reclutado indica que había más personas en la zona en ese momento

—Si, estoy segura no vi a nadie más —respondí con la mayor firmeza posible

Él por supuesto prosiguió, cada pregunta parecía hundirme cada vez más en un abismo de ansiedad y confusión. ¿Cómo es posible que todo esto me esté pasando a mi?

Mientras él seguía con las preguntas las imágenes de aquel momento volvían a mi mente. Mis manos ensangrentadas, la sensación de la suela de mi zapatos con aquella viscosidad y sobre todo la mirada horrorizada de aquel hombre frente mío.

Pude sentir mi corazón latiendo con fuerza en mi pecho y la sensación de náuseas de aquel momento, pero no podía dejar que la persona frente mío lo supiera.

—Señorita Gutiérrez —su voz me sacó automáticamente de mis vastos pensamientos — ¿Qué puede decirme de sus amigos Celeste y Tómas ? ¿Estaban con usted en todo momento durante la excursión?

El oficial parecía decidido a exprimir hasta la última gota de información de mi que apenas mencionó a mis amigos hizo que la desesperación aumente. Odiaba tener que arrastrar a Tomas y Celeste en este torbellino de preguntas.

—Tomas y Celeste estuvieron conmigo todo el tiempo. Nos mantuvimos juntos durante toda la excursión

Sus ojos fríos parecían escrutar cada rincón de mi mente, buscando cualquier grieta en la historia.

—¿Y que puede decirme sobre su comportamiento durante el descubrimiento del cuerpo? ¿Actuaron de manera sospechosa en algún momento?

Mi mente se aceleraba mientras intentaba conectar las palabras que iba a decir. Ese fatidico día Celeste se encontraba bastante alterada cuando me habia visto como una lunática en el suelo mientras que Tomas intentaba tranquilizarme.

—No, no diría que actuaron de manera sospechosa — respondí con cautela sintiendo el peso de mis palabras — Estaban asustados como cualquier persona en un momento así

El oficial fruncio el ceño asintiendo no muy convencido de mi respuesta —Entiendo —murmuró por lo bajo tomando nota en su libreta  —Y desde ese momento, ¿Han tenido algún  tipo de contacto?

Negué con mi cabeza ante aquello.

—No, no he tenido contacto con ellos desde entonces— mentí

Obviamente que si lo había hecho, eran mis amigos la mayoría del tiempo la pasaba con ellos, pero en ese momento habíamos quedado que lo mejor para los tres era negarlo para que no nos sigan persiguiendo como posibles sospechosos.

—Señorita Gutiérrez

Él me miraba con intensidad y más con su postura rígida me hacía sentir bastante acorralada.

—Me parece curioso que haya mencionado que sus amigos actuaron asustados cuando encontraron el cuerpo, porque hace unos momentos había negado que habían encontrado y visto algo inusual en ese momento — mencionó en tono firme  —¿Puede explicarme esa discrepancia?

Me mordí la mejilla interiormente pensando en una respuesta rápida que me saque del embrollo que yo misma me había metido.

Lpm Aine como podes ser tan estúpida

—Lo que quise decir es que nos sorprendió mucho… ver las noticias que en el mismo lugar que habíamos ido haya sucedido tal cosa, nos asustó podríamos haber sido nosotros… las víctimas  —balbucee mientras me daba una cachetada mental

Sentía como mis mejillas de apoco empezaban arderme de la vergüenza.

—Entiendo, pero le recuerdo señorita que tratamos de esclarecer lo que ha sucedido en las aguas termales. No puedo evitar notar discrepancias en sus testimonios. Continuaremos investigando a fondo

Asentí  tras escuchar esas palabras.

Solo esperaba salir de este interrogatorio lo más antes posible antes de quedar pegada por no saber responder de manera adecuada.

El oficial se desajustó la corbata y volvio a poner su atención a mi.

—Señorita Gutiérrez, durante el interrogatorio con su amigo Tomas, él mencionó que ustedes no tuvieron juntos todo el tiempo en la excursión…

¿Qué?

Mi corazón dio un vuelco ante esa inesperada revelación mientras me mantenía firme observando el movimiento de la lapicera que golpeaba repetidamente la libreta de anotaciones del oficial.

—De hecho dijo que en un momento se separaron y usted desapareció por un tiempo—prosigue Fernández

—Puedo asegurarle que eso no es cierto — respondí rápidamente tratando de ocultar mi  desconcierto —Estuvimos juntos todo el tiempo

¿Tomas dijo eso? No puede ser verdad. ¿Por qué me habría incriminado de esa manera?

Fernández  me observaba con cierto escepticismo, claramente no convencido con mi respuesta. Me sentía como si estuviera en un juego de ajedrez, cada movimiento cuidadosamente planeado por él para atraparme.

—Interesante. Parece que hay mucha diferencia entre sus testimonios—murmura

Con cierto fastidio se levantó de su silla y se dirigió hacia a mi con expresión seria acercado unos papeles y un estuche metálico que contenía adentro tinta.

—Como parte de nuestra investigación debemos tomar sus huellas dactilares para descartarla como sospechosa en este caso—explico con tono firme.

Solté un suspiro de resignación y extendí mi mano permitiendo que asi tomara mis huellas dactilares. Cerré  los ojos, por un momento, tratando de mantener la compostura a la vez que  sentía  la fria sensación del tóner sobre mi piel.

Una vez que complete los cinco dedos, él oficial volvió a su lugar.

Y yo creyendo que ya había acabado.

—Señorita Gutiérrez, ¿Puede decirme si lo conoce a Hugo Gonzalez el intendente?

—Oh, por supuesto — respondo con cierto sarcasmo en mi tono de voz —Somos mejores amigos. Nos tomábamos unos mates los martes por la tarde. Es la vida social más emocionante que pude haber tenido en este pueblo

Rodee los ojos, a él por supuesto no le agradó mi respuesta. De todas maneras ya me había acostumbrado preguntas atrás a ello. Nada le convencía.

La atmósfera de la sala de interrogatorio cada vez se tornaba más tensa, mi fastidio y nervios aumentaban en cada pregunta  a la vez que la insistencia del oficial se volvía cada vez más autoritaria.

Me mordí el labio y antes de responder a una de las preguntas que me había bombardeado Fernández mi atención se vio interrumpida por el espejo grande frente mío.

En el se veía reflejado Azkeel, su figura distorsionada que de a poco se volvia cada vez más clara. En ese momento, un escalofrío atravesó por mi espina dorsal provocando que me sacuda de forma involuntaria, había algo en la mirada de él diferente a lo que usualmente observaba cada vez que aparecía.

—Señorita…

La voz del oficial se escuchaba cada vez más lejos cuando el ambiente se empezó a tornar inquietante. Las luces empezaron a parpadear y mi horror crecía.

Mi respiración se empezo a entecortar cuando el vidrio empezaba a fracturarse lentamente, como si estuviera a punto de romperse en mil pedazos.

Me cubrí el rostro ante ello, pero automáticamente volví mi vista hacia la puerta al escucharla abrirse.

Antes de que Azkeel pudiera hacer algún movimiento un oficial entró interrumpiendo el ominoso espectáculo que estaba por desarrollarse.

—Acaban de llegar los otros testigos…

El alivio me invadió  al escuchar esas palabras. Eso significaba que ya había finalizado el tiempo para mi y sin mucha espera me levante de mi asiento siguiendo a Fernández fuera de la sala.
 
 
 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro