Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 11

Nadie lo ve, nadie lo escucha y nadie sabe que existe. ¿Como pueden entenderme? Si lo que es invisible en sus ojos es real en los míos. 

¿Cómo explicarles que él asesino que tanto buscan esta constantemente frente sus ojos y no se dan cuenta?
 
Me habían expulsado de la comisaria y por mas que insistía en entrar los oficiales me prohibían el paso. 

La gente me observaba con extrañeza y lastima, pero ellos no entendían que mientras perdían el tiempo haciendo requisar la comida un hombre estaba siendo asesinado. Se le notaba el espamento en sus rostros y la forma en la que creían que estaba bajo los efectos de algún alucinógeno. 

—¡Estoy bien! No estoy drogada, no se que mierda hablan— grite mientras me alejaba de la puerta de entrada para dirigirme hacia mi coche.

Claramente no me creían y apenas había abierto la guantera del auto todo se me había caído. 

¡La puta madre que lo…!

Me agache rápidamente a alzar el espejo y sin importarme haberme golpeado la cabeza en el proceso me fije en el.

—¡Azkeel! —mencione su nombre —¡Azkeel! 

¡Maldita, sea!

Repetí aquella acción mas de una vez con la esperanza de recibir alguna respuesta, pero nada. Solo mi imagen era lo que el espejo me devolvía y por alguna razón sabia que ya era demasiado tarde.

Tire el espejo a un lado y golpee el volante. Si no hubiera venido esto no sucedía. ¿Por qué tuve que tomar esta decisión tan estúpida? 

No podía evitar culpabilizarme porque era mi problema. Era a mi a quien se había pegado como una garrapata ese ser. Él se había colado en mí vida y gracias a eso estaba quitándoselas a otros. 

¿Qué podía hacer yo? Si todo se estaba saliendo de control y detestaba esta impotencia. 

—Lo mato, frente mis ojos. Siempre fue él— musite por lo bajo y lleve mi frente hacia la mesa. 

La frustración me pasaba factura. Después de todo no pude salvarlo, no logre hacer nada y básicamente soy una completa inútil. Soy tan inútil que todavía no tengo la remota idea de porque me esta sucediendo todo esto.

—¿Porque no me dijiste que ibas a ir? — pregunto Tomás 

—No lo se, no quería comprometerlos 

—¿Pensaste en lo arriesgado que fue que te acercaras a ese lugar? Te pudieron haber arrestado — replico él.

Aquel joven se encontraba reclinado en su asiento con las piernas flexionadas y sus brazos cruzados. Mismas piernas que eran tan largas que podía sentir como la punta de sus pies chocaban con los míos estando en una distancia significante.

—No, y tampoco entiendo porque dices que fue arriesgado, si no hice nada malo.Es mas ni me escucharon, entendes — levante mi rostro y me refregué los ojos. Me negaba a llorar frente de él o cualquier otra persona que pudiera ver lo débil que podía llegar a ser.

Ya me rompí una vez, no voy a hacerlo dos veces.

Mientras tanto Tomas se limito a verme y soltó un suspiro con cierto cansancio. Me observaba con atención y de una manera particular.

Podía notar algo diferente en sus ojos marrones, la luz amarillenta de la bombilla provocaba que destaquen ciertos tonos aceitunas de sus pupilas, mismos que no me había percatado que poseía. Esos retintes eran demasiado bonitos brindándole un aspecto bastante resplandeciente, detonaba cierta luz a su alrededor siempre, pero en esta ocasión era diferente… más prominente.

Él me contemplaba como si yo no entendiera nada, como si me tuviera que explicar con palitos, al igual que a los niños, algo que sabia. 

—Fue insensato de tu parte ir, no te pusiste a pensar que si estabas en el lugar con un muerto frente a tus ojos, te iban a arrestar— inclino su torso hacia adelante colocando sus brazos encima de la mesa uniendo sus manos— Hasta que se compruebe que no lo has matado, las pericias, las huellas dactilares y todo el proceso. Lo ibas a vivir presa, Aine. Por  favor se mas consiente.

Hasta que lo menciono no se me había cruzado esa posibilidad. Estaba tan inmersa en mi misma, en la búsqueda de respuesta y en la manera de encontrarlas que no me había parado a pensar en los riesgos de las decisiones impulsivas que estaba tomando. Así que si, merecía tal regaño.

—Tenes razón y cuando tenes razón odio que la tengas 

Él sonrió con cierta autosuficiencia, normal. Si siempre le gustaba tener la ultima palabra.

—Aine — menciono mi nombre captando mi atención — Voy a pedirte que por favor no involucres en esto a Cele. Esta pasando un mal momento— dijo con cierto tono autoritario. 

Lo que me faltaba 

Me levante de mi asiento soltando una risa sin gracia alguna, me consideraba un problema y con aquella postura me dejaba bastante claro que le importaba un carajo lo que me pasaba. Vaya que amigo.

Todavía no llegaba a entender lo estúpida que podría llegar a ser al creer que podía llegar a contar con alguien. Y no, no me iba a comer un sermón de como debía protegerla y pensar en su mala situación.

—¿A dónde vas? — me preguntó automáticamente al notar mi acción —¿Te enojaste? . Solo intento decir que esto podemos resolverlo…

—No tengo porque seguir acá— conteste, borde, interrumpiéndolo — Lo he pillado, no te preocupes no seré un peso para ninguno.

¿Problemas? Que problemas puede llegar a tener si no es ella la que tiene que lidiar con cosas como estas .

Estaba bastante claro el lugar que ocupaba en la vida de los demás y ya me estaba cansando. Ya me estaba cansando de tener que ponerme en el lugar de todos, de entenderlos y empatizar con lo que sienten. ¿Por qué? ¿Alguien lo hace conmigo?. 

Acaso alguien piensa en mi, me gustaría saberlo. Me encantaría saber si alguna vez alguien salió de su burbuja, de su mundo, de si mismo para llegar a comprenderme a mi… O mejor dicho conectar conmigo. 

Fue entonces ahí cuando me di cuenta que cada uno de mis vínculos lo único que los mantenía era yo. Y no, no me detuve al oír su voz detrás mío, tampoco lo hice cuando su mano tomo mi brazo y mucho menos cuando semejante estupidez salió de su boca. 

—Las quiero cuidar a las dos. Las voy a proteger a las dos, obvio que me importa que estén bien—expresó volteándome para quedar frente él— Por supuesto que me aflige lo que te sucede Aine. 

Rompí en risas ante ello y me solté de su agarre. 

—No necesito tu ayuda — dije mientras parpadeaba varias veces para evitar que las lagrimas se escapara — No soy idiota Tomas, te importa un carajo lo que me pase a mi y esta bien, pero no me vengas a mentir. 

Me dolía una banda, me jodía y me enojaba. No tienen idea como me costaba respirar por ese maldito nudo en la boca del estomago. Lo odiaba, odiaba aquel vació que solo me recordaba que jamás se había desvanecido y que seguía ahí haciéndome daño.

Era increíble como cada vez me daba cuenta que a nadie le importaba. Que al final de cuentas siempre estaba sola, después de todo Azkeel no estaba tan equivocado al respecto. 

—Si me importa

Negué con mi cabeza y di algunos pasos hacia atrás alejándome de él. Ya tenia suficiente, podía tolerar el dolor pero no una mentira. Haciendo caso omiso a lo dicho, segui mi camino llevando mis manos en los bolsillos de mi buzo.

—Un amigo va a venir a la ciudad, te juro que él te puede ayudar — hablo en voz alta y me pare en seco —Ya hable con él, solo… — soltó un suspiro llevando una mano hacia su cabello— Escúchalo, enójate conmigo si así lo deseas, pero solo escúchalo.

 ¿Por qué siento que se me derrumba el mundo? Tal vez, porque de a poco todo aquello que creía que era solido se había vuelto papel y esta era una de esas cosas.

—Ok — solté un suspiro y camine a donde estaba él.

Había regresado, pero no por él. Tenia muy claro, lo iba a solucionar por mi cuenta. 

Nos encaminamos nuevamente hacia la mesas y nos mantuvimos en silencio hasta que apareciera Cele. Se había demorado en regresar y ya no me apetecía estar cerca de Tomas.

—Estaba muy lleno el negocio, pero traje algo de fruta para que comamos hasta que haya menos gente—dijo cuando se acerco hacia nosotros.

Ella se nos quedo mirando a ambos por unos segundos, con sus ojos abiertos que hacían que se vieran mucho mas grandes de lo que eran, para luego sentarse al lado de él. 

—¿Todo bien? —dijo al notar cierta incomodidad en el ambiente.

—Si — contesto él y agarro la bolsa para sacar algún aperitivo —No, no puedo— quito sus manos rápidamente del plástico alejándose y metiendo sus manos en los bolsillos de su campera

¿Y a este que le pasa? 

Fruncí el ceño al contemplar aquella acción y me acerque a sacar lo que había dentro. Lo que me parecía bastante extraño porque solamente eran frutas, unos racimos de uvas, algunas mandarinas, banana y lo demás eran manzanas.

Nada extraño hasta que caí en la cuenta de lo que sucedía.

—Cierto, sos alérgico a la manzana 

Él asintió  y se giro a observar a Celeste— ¿Por qué me queres matar? —dijo en un tono suave y agudo como si se tratara de un nene chiquito. 

Rodee los ojos ante aquello, aun seguía molesta pero me quedaba por ella. No quería que se sintiera mal, ni tampoco que interpretara algo completamente diferente.

—Perdoooon, me colgué. Me olvide— se cubrió el rostro con sus manos avergonzada — Igual, quien te manda a ser alérgico.

Tomas por su parte se limito a reírse por aquello y dirigió su mirada hacia a mi— Esta es la segunda vez que lo hace, la otra vez estuve en su casa y su mamá me ofreció tarta de manzana. Iba a morir apenas me presentaba, hija de mil. 

Eleve mis cejas y me forcé una sonrisa soltando una pequeña risa. 

—Es irónico, mucha resistencia y fuerza. Y tu debilidad es una manzana— comenté y dirigí mi mirada hacia ella —Igual a Blanca nieves, ¿no crees?

—Lo peor es que se parece también — se llevo un mechón detrás de su oreja —  Es blancuzco, tiene las mejillas rojitas y su cabello corto con los rulos —siguió mi amiga la cual recibió una mirada de este divertida.

¿Blancuzco? Me mordí el labio viendo hacia otra parte. 

Aun me parecía demasiado extraño que una persona sea alérgica a la manzana. Demasiado, era la primera vez que escuchaba algo como eso hasta que lo conocí a él. 

—Si, idéntico— dije medio seca y saque mi celular fingiendo que contestaba un mensaje—Yo me tengo que ir, mi papá quiere hablar conmigo.

—¿Tan rápido te vas?— frunció el ceño extrañada— ¿Quieres que te acompañemos? — me miro atenta levantándose de su asiento.

—No, tranquila. Te escribo luego

—¿Segura? — asentí — Bueno, me mandas un mensaje cuando hayas llegado.

Sonreí y me gire para irme. Me resultaba bastante pesado tener que fingir y tampoco me iba a permitir hacerlo. Por lo que cada vez que tomaba más distancia, me permití soltar aquello que tanto me había forzado guardar.

Las lagrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas, mis labios empezaron a resecarse y para evitar sentir algún otro síntoma comencé a correr. 

Solo quería escapar sin importar lo que dejaba atrás. 

Me detuve un par de ocasiones asentando mis manos sobre el respaldo de mis piernas, para recobrar el aliento. Sin embargo esa sensación de agotamiento y ese calor que se instalaba en mi cuerpo provocaban que me sintiera viva de cierta manera.

Tal vez recordar que aun existía algo en mi, me hacia bien. Por lo menos por un rato. 

Al estar frente el gran Lago, el sonido de las aguas fluyendo, del aleteo de las aves que sobrevolaban por encima de él y el griseo del cielo nublado provocaban que cada uno de mis músculos tensionados se relajaran. 

Cerré los ojos dejando que cada uno de mis pensamientos afloraran. 

Realmente desconocía el origen de todo lo que había sucedido y no tenia idea de como podría llegar a terminar. Por otro lado, lo que sabia con certeza era que debía retornar hacia donde creía que podría haber sido el principio de todo.

Así fue que retomando la marcha llegue hacia ese lugar.

—¿Aine?— dijo al verme entrar —Hija…

Lo ignore completamente aun recordaba lo pasado y si me encontraba allí solo era en búsqueda de algo. No por él.

Me adentre al despacho y haciendo caso omiso de su presencia tras mío empecé a abrir los cajones de su escritorio.

—¿Qué haces revi… Son archivos del trabajo, Aine eso no puedes— se acerco hacia donde estaba volviendo a acomodar los cajones que había dejado abierto.

Mientras tanto, seguia escarbando las carpetas revisando cada expediente de las autopsias de las personas. Mi objetivo claro era encontrar la del intendente. 

Tenía la esperanza que si había un indicio de lo que estaba sucediendo era allí. Una vez había leído que los muertos hablan, yo los vei todo el tiempo en su inmaterialidad pero él podía con facilidad escuchar lo que su cuerpo había dejado grabado.

—Me puedes explicar que esta sucediendo, esto es confidencial

Tire encima del escritorio aquella carpeta para rebuscar en otra. No podía ser que no este, como es posible que no la pueda encontrar, es una maldita autopsia. 

¡Ay!

—Hija necesito que te calmes— dio unos pasos hacia a mi. 

—¿Dónde esta?  — me gire agarrando uno de los libros buscando entre ellos y dejándolo a un lado—No me toques— me aleje de él —¡Te he dicho que no te me acerques!— grite y la carpeta que sostenía se me cayo de las manos.

Las hojas se dispersaron en el suelo, y algunas fotos de parte de los cuerpos se habían desprendido de su plantilla.En ese momento me lleve mis manos hacia mis cabellos con cierta frustración. —Por favor, necesito saber que te pasa

—¿Dónde esta el archivo de Hugo?

No respondió y yo me negaba a no recibir una respuesta. 

—¿Dónde esta? ¡Papá! Decime ¿Dónde esta?

Él por su parte me miro, podía contemplar su rostro preocupado, pero de que me servía que lo este ahora. Sin importarle un carajo lo que había salido de mi boca tomo mi brazo y me acerco a él.

—¡No! Solo quiero que me digas... —hable como pude en cuanto mi voz me lo permitía. 

Me había acorralado con sus brazos, dándome un abrazo. Mismo que no quería y removiéndome intente soltarme pero el se negaba hacerlo.

—Perdón, necesito que te calmes. Te estas haciendo daño

En cuanto pude me aparte de él y lo señale—No me toques, a ti te importa una mierda lo que a mi me pasa asi que, no te venga… a hacer… el papa ahora — me lleve mi brazo limpiándome el rostro. 

Seguramente estaba hecha un desquicio pero poco me importaba.

—Dame, el expediente. 

___________________________________

Tomás

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro