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CASSIE.

La lluvia siempre será nuestro propio sello, ella misma se ha encargado de estar ahí, para ti y para mí.

Me tumbo en la grama, aún están los girasoles que te dejé hace una semana.

Busqué mi corazón pero no estaba ahí, y tú tampoco.

Te has ido.

¿A dónde te has ido?

Te extraño.

Mis noches ya no son lo mismo sin tí, ¿por qué tardas en llegar? Te he esperado cada noche antes de irme a dormir, pero tú no llegas.

¿No ves que sin ti, no puedo seguir?

Cada mañana me levanto con la ilusión de encontrarte allí, junto a mí... pero me decepciono al no encontrarte.

Aún tengo guardado ese último abrazo que no pude darte.

¿Por qué te has ido? Prometiste que nunca te irías de mi lado, prometiste dibujar sonrisas en vez de lágrimas.

Me has dejado en carne viva y con un montón de sueños por cumplir a tu lado.

Me has roto irreparablemente.

¿Por qué me abandonas?, ¿por qué te vas a un sitio donde yo no puedo estar contigo?, ¿por qué tanto silencio?

Te vas pero no del todo, porque vives en mis recuerdos y en la memoria en mi grabada. Nadie abandona aquello que tanto quiere, ¿por qué lo haces?

Te necesito, te necesito aquí, dónde cada latido reclama que vuelvas. Dónde el eco de tú risa, aún vive.

El frio de la lluvia hiela mis manos, mis dientes chocan por el fuerte frío.

No puedo irme sin tí, Jael. Pero si puedo quedarme aquí contigo. Dónde podemos ver la noche caer, tú a allá y yo aquí.

Seamos eternos y no fugaces.

Vuelve aquí.

LUKAS.

Estos últimos días la lluvia se a mostrado imparable y eso solo hace que los días sean menos llevaderos.

Entro a la residencia corriendo lo que ahora menos quiero es terminar con un resfriado.

Saludo cortésmente al portero.

Pienso un momento en si hice bien en venir hasta acá, no quiero obligarla a nada, quiero darle el tiempo necesario. Dejo salir un suspiro pesado y decido tocar.

Me sobre salto al ver que de inmediato la puerta es abierta.

—Cass —dice Kevin dibujando una cara de decepción al verme.

Miro a todos lados un poco incómodo sin entender nada.

—Vine a ver a Cassie.

Los tres se miran a la cara, apunto mi mirada en Valentín que luce nervioso y a la misma vez preocupado.

—Creíamos más bien que se trataba de ella.

—No entiendo, ¿dónde está Cassie?

Kevin frota sus manos y luego las pasa por su cabeza.

—Se encerró en su habitación molesta, le di su espacio pero al ver que no había salido fui a intentar hablar con ella... pero no estaba.

—Hemos salido a buscarla pero no hay señal de ella por ninguna parte —explica Valentín.

Al menos que no hayan ido...

—Creo que se donde la podemos encontrar.

Todos me miran atento.

—Es lo más probable —susurra Patty—.Claro, si estamos pensando en el mismo lugar.

—Al cementerio.

Asiente.

—Bueno, ¿qué esperamos? Vayamos por nuestra querida mariposita. Qué sabemos si tendrá frío o hambre la pobre.

—No —suelta Kevin.

Casi como si me hubiera leído la mente.

—Iré solo —digo.

Valentín suelta un bufido molesto.

—Nosotros también somos sus amigos —reprocha.

No he dicho que no sean sus amigos, me digo a mi mismo.

—Ella no puede seguir así, quizás escuche más a Lukas que a nosotros —afirma Patty.

Dicho esto sin decir más, salgo de inmediato.

Niña tonta, la vida no se acaba. Debes continuar y no necesariamente como lo estás haciendo.

No como lo estamos haciendo.

CASSIE.

El frío es insoportable, pero no tanto como lo es que no estés aquí.

Mis ojos están apunto de cerrarse y mis dientes rechinan al chocar. Estoy temblando como un pequeño polluelo.

Jamás podré arrancarte de mi cabeza, nunca podré sacarte de mí. Debiste llevarme contigo, pero no, me dejaste.

No me pidas que viva, cuando tu me arrebataste cada segundo de ella.

Por un momento mis ojos se cierran, los abro velozmente quiero estar despierta cuando llegues para irnos a casa, ¿por qué demoras tanto en llegar? Noto que éstoy tumbada en la grama en posición fetal; el frío me hace estremecer mucho más.

Cierro mis ojos pero lucho para volverlos abrir pero...

Alguien me carga en sus brazos.

¿Eres tú?

—Jael —susurro tú nombre.

Entonces me dejo ir.

{...}

LUKAS.

Lucho, intento cumplir una tras una las promesas que te hice, pero esta chiquilla terca me lo hace tan difícil.

Si no llego a tiempo la habría conseguido echa una roca de hielo a un lado de tu lápida.

Admito que todo dentro de mí se quebró al encontrarla de tal manera, y más ver que llevaba puesta una de tus camisetas.

Lo siento, perdón por no poder cumplirte lo que te prometí. Pero Cassie debe irse, quedarse en Seattle solo servirá para que ella no pueda salir de todo el lodo en el que está sumergida.

Hablé con su hermano y es lo mejor para ella, no sé cómo cumplirte una promesa cuando ni yo mismo se que rumbo seguir tomando.

—¿Aún no despierta? —pregunta Valentín.

Niego.

—Gracias por haber caído del cielo y haberla encontrado a tiempo.

—No me agradezcas, solo creí que allí podía hallarla.

Hace una mueca de pesar.

—La extrañaré tanto.

También la extrañaré, pero todo será por su bienestar.

—Dejemos que descanse, necesita hacerlo —digo.

Salimos de la habitación, Valentino se marcha. Yo por mi parte seguiré esperando a que despierte.

CASSIE.

Llevaba puesto un hermoso vestido hasta mis rodillas de un color crema que hacia resaltar mi piel. El sol apuntaba a mi rostro y me impedía ver con claridad. Un feroz viento hizo volar mi sobrero de primavera, corrí tras el hasta alcanzarlo de nuevo.

Alguien me toma por sorpresa, me alza y empieza a girar conmigo. No puedo saber quién es, sino hasta que puedo oír su risa.

Eras tú.

Te tumbas conmigo en el pasto viendo como el sol empieza a ocultarse. Sujetas una de mis manos y depositás un cálido beso en ella.

—¿Sabés algo Cassie? Hay amores que siempre vivirán en tu corazón, pero no en tu vida.

—Pero tú siempre vivirás en ambas —le digo sujetando fuerte su mano para que no pueda soltarme.

—En esta vida solo coincidimos, tal vez en la otra estemos juntos.

—No digas eso —reprocho.

Deja salir una sonrisa y empieza hacerme cosquillas.

—¡Ya,ya,ya!, ¡por favor! No más cosquillas, soy muy vulnerable ante ellas.

Se burla de mí y golpeo suavemente su pecho.

—Se agota el tiempo mi ciela, debo irme.

—¿A dónde irás sin mí? No puedes marcharte.

Acomoda un mechón de mi cabello y desvía la mirada.

—Esta vida nos a dado un rumbo diferente a ambos, que yo ya no esté de la manera física, no quiere decir que tú detendrás tu camino. Vive, vive, Cassie y que nada te detenga de hacerlo.

Pero...

No te vayas.

Una luz fuerte apunto a mi rostro tanto que tuve que cubrir mis ojos.

—¡NO TE VAYAS! —grito.

Pero al abrir mis ojos solo puedo ver las paredes blancas del hospital.

Solo fue un sueño.

—No te vayas, Jael —susurro para mí misma.

—¿Estás bien? —pregunta Kevin.

No le contesto sino después de unos largos minutos.

—No, desde que él no está, no estoy bien. Quiero ir a casa.

Rompo en llanto y mi hermano me abraza fuertemente.

Quiero regresar el tiempo y volver a aquél día cuando mi corazón se reinició y el eco de tú voz se apagó.

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:( Yo ando medio triste porqué después de esta actualización ya solo quedan dos y habrá llegado a su final.

Me parece que fue ayer que empecé a escribir esta hermosa historia y miren...

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