29. Cassie.
(29)
CASSIE.
He llegado al capítulo final de este libro, aunque la historia entre Jael y yo apenas comienza, mi primer libro a llegado a su final. Me hacia tanta ilusión que llegara este día.
Luego de duros meses de bloqueo he descubierto que esa idea en realidad es simplemente una mentira que se interpone en nuestras mentes y no, nos permite avanzar.
Ahora el recorrido es otro, toca emprender el largo camino de recibir el visto bueno de cualquier grupo editorial. Cierro mi portátil y me tumbo en el suelo junto a Naylon y a Silvestre.
Sonrío y Naylon muerde el pantalón de mi pijama.
¡Oye!
Es un cachorro celoso.
Y es que no puedo evitar sonreír como tonta cada vez que llega a mí mente esos ojos color ambarinos que se han robado cada latido de mi corazón.
—Creo que necesito una pareja urgente —volteo y me encuentro a Patty de pie junto a la puerta.— Le hice la sugerencia a Valentín pero el muy soquete me dijo que no era su tipo.
Suelto una carcajada al escucharla.
—¿Y ese cambio tan repentino?
—Cada vez que te veo sonríes sin ninguna razón, por ejemplo: hace un momento.
Cierro mis ojos avergonzada.
—Entonces creo que sí debes buscarte una pareja, pero no Valentín. No eres su tipo.
Frunce su ceño y cruza sus brazos.
—No se que haría sin ese idiota con instinto de dios cupido. Ya anda nuevamente saliendo con un chico.
Me levanto del suelo y la observo divertida.
—Me pondré celosa si sigues hablando así de Valentín.
Deja salir un suspiro.
—Callate, tú también ahora solo eres puro Jael.
La abrazo fuerte.
—No te enojes, también tenemos amor para darte a tí.
—Te creeré.
—Tranquila, pronto llegará alguien tan especial así como tú lo eres.
—¿Tú crees?
Paso mi mano por su cabello.
—Claro que sí, ya verás. Ahora levanta ese ánimo.
Hace una mueca graciosa.
—Por ahora debemos arreglarnos para esta noche, o no conquistare a ningún chico.
Ruedo mis ojos y camino en dirección a la cocina.
—Eres hermosa como eres, no te preocupes tanto.
Ella suelta una carcajada de mal humor.
JAEL.
—¿Vendrás está noche con nosotros?
Lukas niega con su cabeza mientras lee sabrá dios que cosa en unos sobres.
—No lo creo Jael, tengo muchos asuntos que atender hoy.
Le doy una mala cara.
—Debes divertirte más, no todo puede ser negocios y negocios.
—Si piensas que divirtiéndote sacaras adelante tu empresa estás muy equivocado.
Tomo asiento en el sofá.
—No es eso, solo quiero que te distraigas un poco.
Lo piensa un largo momento.
—Prometo ir si me desocupo de mis labores temprano.
Coloco mi cabeza en su hombro y dejo salir un pequeño suspiro.
Lo intente al menos.
{...}
JAEL.
No la vi venir, no la vi llegar, con aquellos ojitos y aquella sonrisa que apuntaron justo al corazón. Solo serán dos cortas semanas en las que únicamente podré escuchar su voz por el móvil.
También serán dos semanas de tortura para mí.
Odio tener que despedirme esta noche de Cassie, no es que no vaya a regresar porque de alguna manera u otra el destino nos volvería a juntar. Pero pensar que no estaré cerca para abrigar su frío o para cuidar de ella me vuelve todo complicado.
Patty no ha parado de tomar fotografías desde que llegamos. Aunque me da mil años de vida ver sonreír y tan feliz a Cassie.
Ella no enfrenta a la vida, ella la enamora.
—¿Saben una cosa? —pregunta Valentín.
Acomoda su cabello rosa con manos temblorosas y suelta un suspiro.
—Se que en unos días nos volveremos a ver de nuevo, pero los voy a extrañar a cada uno.
Se levanta de la mesa y nos abraza a los tres, Cassie tiene razón cuando dice que Valentín da abrazos de osos.
—Ni creas que te vas a deshacer tan fácil de mi, idiota —le refuta Patty.
Le seca una lágrima a Valentino.
—¿Qué te crees, Valentín? No podríamos vivir sin tí.
Los tres sonríen y este momento me hace un poco de gracia.
—Calma chicos, en unos días estaremos de nuevo en este lugar —tratando de calmarlos.
Le doy un trago largo a mi Whisky, Cassie me observa y hace lo mismo. Sujeto su mirada por un momento.
—Aprovechemos estás últimas horas juntos.
Sonrío y dejo un beso en sus labios.
—Hagamos un brindis para que este año nuevo sea fabuloso —propone Patty.
Después del brindis subimos a cantar en el karaoke y daría todo el dinero que tengo para no volver a escuchar cantar a Valentín.
Su voz torturó a cada uno de los espectadores de este lugar. Hay voces que tienen arreglo, pero... la de él no.
Ha sido una noche perfecta pero quedan solo horas para ver partir mi vida en un avión.
CASSIE.
Jael me ha hecho prometerle más de una vez que lo llamaré todos los días. Subimos a toda velocidad las escaleras de llevan a mi departamento.
Torpemente hemos tropezado con varias puertas de vecinos a mi alrededor. Él cubre mi boca para que no ría como loca y termine despertando media residencia.
Entramos a mi piso con pasos torpes, creo que hemos tomado demasiado.
Caemos en el sofá riendo, un silencio de pronto llena el lugar. Fijo mi mirada en él pero la suya está clavada en otra dirección.
—¿Qué pasa? —pregunto.
Ladea su cabeza y cierra sus ojos dejando salir un suspiro.
—Nada, solo que voy a extrañarte.
Me subo a su regazo y aproximo mi rostro al de él, fijando nuestras miradas uno al otro. Su mirada sobre mi supera cualquier límite de exquisitez.
Si volviera a escribir la historia de mi vida lo volvería a elegir sin duda alguna como el protagonista, una y mil veces. Dicen que nada es para siempre pero a esto que tú y yo tenemos, no le encuentro el final.
Todas las noches de mi vida son para él.
Y en este sofá nos olvidamos de todo aquello que nos rodea. Él trazo líneas de caricias sobre mi cuerpo dejando huellas que jamás se podrían borrar, besó una tras una de mis pecas, besó uno tras uno de cada uno de mis miedos.
JAEL.
Siento el calor de su cuerpo junto al mío, abro mis ojos y ahí está, incluso hasta durmiendo luce hermosa. Podría pasar mi vida entera a su lado y perderme en las curvas de su sonrisa.
Escucho un ruido y sacudo mi cabeza, me levanto y veo que es Silvestre que ha hecho desastre en el escritorio de Cassie.
—Pequeño remolino, no es hora de jugar, vete a dormir.
Lo bajo del escritorio y trato de acomodar el desastre sin hacer ruido. Mis ojos enfocan una libreta que se encontraba abierta junto al portátil, indago en ella y recuerdo las veces en la que Cassie ha hablado del libro que estaba escribiendo.
Dejo la libreta en el escritorio y tomo el portátil. Salgo de la habitación y me siento en el sofá.
Al abrir el portátil busco en los documentos hasta encontrar el título de su libro.
Leo lo que creo que es el primer capítulo del libro, y allí esta de nuevo Cassie, robándose todas mis primeras veces.
Si Lukas me ve leyendo no se lo creería, pero e encontrado el libro perfecto y el escritor indicado.
Seguí leyendo hasta que mis ojos no pudieron más. Envié el archivo a mi correo y cerré el portátil.
Silvestre lamía sus patitas.
—Gracias amiguito, creo que ahora sí iré a dormir.
Entro a la habitación y me tumbo a su lado. Solo horas para que te vayas mi ciela.
Solo horas.
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Los quiero.
Doble actualización...
Sigan leyendo.
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