23. Cassie.
(23)
CASSIE.
No hace falta ser adivina para saber que estoy temblando del miedo. Por más que Patty intenta calmarme no consigue hacerlo y no solo eso, también temo en encontrarme de nuevo con esos...con esos inhumanos.
El oficial me guía para que entre a una sala amplia donde solo hay, una larga mesa y dos sillas del lado opuesto. Tomo asiento en una de las dos, paso mis manos por debajo de la mesa para ocultar el temblor nervioso en mis manos.
Otro oficial entra a la sala, este es mayor incluso más que aquél que fue a buscarme a mi residencia. No lleva expresión alguna en su rostro y juro que quiere intimidarme.
Y lo está logrando.
—¿Sabe por qué se encuentra aquí, señorita R'ioldan?
Eso creo.
—El oficial anterior dijo que tenía que ver con los agresores que me atacaron hace una semana.
—Así mismo es —mientras apunta en una libreta—. Una joven vino hasta acá y fue testigo del paradero de uno de sus agresores o mejor dicho el paradero del principal agresor intelectual.
¿Qué? No estoy entendiendo.
Por favor hábleme en español, porque no estoy entendiendo nada.
—No logro entender oficial.
—¿Conoce usted a la señorita Laura Gisoni?
Que si no.
Si antes no entendía nada creo que ahora mucho menos.
—Si, solíamos ser muy buenas amigas.
—¿Solían?, ¿ya no lo son? —interroga mirándome fijamente.
Enderezo mi postura un poco incómoda por la pregunta.
—No, ya no.
Él asiente como si entendiera.
—¿Por qué ya no?
Un nudo se atora en mi garganta, ver mi amistad rota con Laura es algo que aún me hiere.
—Ella y me ex novio me engañaron. —digo recordando aquella noche.
No me mira está vez pero su pregunta me orienta a saber que está al tanto de esa situación.
—¿Cómo fue su relación con Louis Witherspoon?
Pero tampoco me esperaba que esa pregunta llegara, me quedo en silencio un largo tiempo por lo que el oficial se ve en la obligación de añadir:
—Debe contestar con la verdad, señorita.
Asentí.
—Fue una relación tóxica... —hago una breve pausa y continúo—. Si no hacia lo que él quería o estaba de acuerdo con cualquier cosa que él quisiera hacer se molestaba y empezaba a gritarme.
—¿Llegó a agredirla en algún momento?
No entiendo a qué vienen todas esas preguntas.
Sólo está provocando que colapse de nervios.
—Si, un par de veces.
—¿Por qué nunca lo acusó con las autoridades?
No sé porque nunca lo hice, tal vez el paso del tiempo me dará una muy buena respuesta.
—No lo creí necesario.
Me dedica una mirada frívola.
—¿No? ¿Quiere decir que estuvo de acuerdo con cada agresión
No,no,no, ¿de qué está hablando? Me está mal entendiendo.
Debo relajarme.
—Me mal entiende oficial, nunca estuve de acuerdo. Pero tampoco me atreví a poner la denuncia. No me pregunte el porque, solo no pude hacerlo.
—¿Por miedo? —insiste con indagar más.
...
—Tal vez —susurro.
Cierra su libreta y se pone de pie.
—La señorita Laura Gisoni acusó a Louis Witherspoon como el responsable del ataque de agresión que usted sufrió a manos de dos delincuentes. No sólo acusó sino que aseguró que él era el culpable.
—¿Qué?
No creo que él pudiera haber llegado tan lejos.
—Nos dirigimos hacia el apartamento del acusado en el cual encontramos varias de sus pertenencias entre esas su celular. Después de un par de interrogatorios su ex novio confirmó que había sido él quien había organizado el suceso de aquella mañana en el que usted era el principal objetivo.
Me llevo una mano a la boca sin poder creer lo que estaba escuchando. ¿Cómo pudo ser capaz de tanto?
—¿Qué sucederá con él?
El oficial hace una mueca de pesar.
—Después de haber tomado su declaración será trasladado a una prisión en la que debe cumplir ocho años de condena por violencia de género.
Simplemente no puedo imaginarme a Louis en la prisión, pero tampoco puedo perdonar como si nada todo lo que fue capaz de hacerme.
JAEL.
Camino de un lado para otro sin poder calmarme. ¿Por qué tardará tanto en salir? ¿Qué tantas preguntas le estarán haciendo?
—Jael cálmate, pareces un maniático —me reprocha Lukas.
No le hago caso omiso a sus palabras y me dirijo hacia uno de los oficiales que allí se encontraba.
—Disculpe, ¿qué tanto demorarán en tomar la declaración?
—No puedo darle esa información, pero siempre demoran al menos que no cause duda alguna en lo que ella alegue.
Me doy la vuelta, Patty y Lukas niegan con la cabeza al mismo tiempo.
—Ustedes dos no entienden —digo sentándome al lado de Patty.
Reviso la hora en mi celular y cuándo levanto la mirada me encuentro con la carita de Cassie. Me levanto y me aproximo a toda velocidad hacia ella y la envuelvo en un abrazo.
—¿Estás bien? —le susurro al oído.
Ella afirma haciendo un gesto con su cabeza.
—¿Atraparon al responsable? —pregunta Lukas.
—Si.
Responde en un tono poco audible. Entonces mi mirada cae en quien menos pensaba; Louis Witherspoon. Cassie se da la vuelta al ver mi reacción y fija su mirada en él,pero éste ni siquiera puede mirarla a la cara.
¿Cómo pudo ser capaz de tanto?
Cierro mis manos en puños y la rabia me colaba por dentro.
—Calmate, no es necesario que hagas nada —advierte Lukas entre dientes.
Le dedico una breve mirada y tomo a Cassie de la mano dejando una corta caricia en ella.
Aquí estaré para cuidarte, pequeña pecosa.
LOUIS.
Fui completamente un iluso en creer que podía obligarla a quererme. No puedo exigirle a alguien más algo que yo simplemente no puedo ofrecer.
¿Cómo retienes a quién quiere irse? Ni se imaginan que se siente. Volo como un ave en cuanto pudo, eso solo demostró una cosa; siempre quiso marcharse, huir, pero no lo hizo por miedo.
Ya es muy tarde para tratar de cambiar mis errores. Siento una tristeza enfermiza, se siente tan horrible, tan mal.
Los oficiales colocan las esposas en mis manos y estoy listo para el traslado.
Ahí está, con él. Agradezco que este de espalda. No me importa lo que los demás están pensando de mí, no me importa como me miran. Pero ella... si me duele, me enferma.
Cassie siempre estuvo para mí en todo momento y yo solo fui un egoísta. Nunca sabemos cuánto puede significar verdaderamente alguien para nosotros, no hasta que la perdemos y todo nuestro mundo se desmorona, se viene abajo y quedamos atrapado en un abismo sin salida.
Ella se da la vuelta y desvío mi mirada al frente para conseguirme con el rostro sin expresión de mi abuela.
Me detengo lo más cerca que puedo de ella y le digo:
—Lo siento, tenias razón abuela y siempre la tuviste.
Contengo el llanto.
—Tu no tienes culpa de cómo te ha criado tú padre, hijo. Pero espero que todo ese tiempo te sea suficiente para reflexionar sobre tus fallas.
Deposita un beso en mi frente, me separo de ella y continúo mi camino.
CASSIE.
Hoy ha sido un día inesperadamente lleno de sorpresa. No me esperaba que Laura hiciera tal cosa, en ningún momento me lo imaginé.
Llegamos a la residencia, Patty se despide y nosotros subimos a mi preciada cueva. Tan preciada justo en este momento por lo agotada que vengo.
—¿Agotada? —pregunta, Jael.
Cómo ni te imaginas.
—Algo, la verdad.
Él me carga de imprevisto, se sienten tan cálidos sus brazos. Se detiene frente a mi puerta y nos miramos ambos a la cara.
—Hasta aquí la traigo en mis brazos dulce princesa, espero y no le moleste.
Hago un pequeño berrinche con mis pies y bajo de sus brazos. Abro la puerta y Naylon salta de inmediato dejando salir un fuerte ladrido.
Me arrodillo en la entrada y lo acaricio.
—Jael, ellos son mis amigos. Mi travieso cachorro Naylon y aquel gordo amargado que ves allá es Silvestre, mi gato.
Él sonríe y comienza a jugar con Naylon.
—Siempre quise tener una mascota pero en casa no podíamos tenerlas.
Arrugo mis cejas.
—¿Y eso por qué?
—A mi padre no le agradan ni un poco.
Hago una mueca de tristeza, no entiendo qué tienen de malo para que existan personas a las que no le gusten los animales.
—Bueno, entremos —sugiero,poniéndome de pié.
Jael chequea mi pequeño departamento y se tumba en el sofá. Me quedo inmóvil sin saber que hacer y coincido con su mirada.
El amor puede ocurrir de cualquier manera; te das cuenta que no es necesario ni un solo roce para enamorarte perdidamente de alguien.
Dulces ojos ambarinos que me inspiran a escribir sin fin de poemas azucarados para el corazón.
¡Querido corazón, calma esos latidos que el pelinegro y yo solo somos amigos!
Si, amigos. Eso somos.
Disimulo una pequeña tos y él desvía su mirada.
—¿Cómo te sientes? Claro, aparte de sentirte agotada.
Entiendo lo que trata de preguntarme.
—La verdad nunca pensé que él fuera el responsable.
—¿Por qué?
Tomo asiento a su lado pero él hace un espacio para que me siente entre sus piernas. Pongo mi cabeza en su pecho y escucho latir su corazón.
—Del amor nace la tristeza, la alegría, y la desesperación. Supongo que él solo pudo sentirse desesperado al ver que me había perdido.
—¿Crees qué él te amaba?
Guardo silencio.
—Cassie, lo que sentimos es irrelevante. Lo que importa es lo que hacemos. Sé que no soy el chico más perfecto pero sus acciones indicaron qué en ningún momento sintió amor. ¿No mereces tener lo que quieres? ¿Luchar por tus sueños? Cassie ese tipo se burló de cada uno de ellos.
Jael tiene razón en cada una de sus palabras, pero si guarde silencio fue porqué quizás tampoco sentí ni un poco de lo que él me hace sentir solo con hablarme.
Tomo sus brazos y formo un abrazo, él pega su boca a mi cabeza y susurra:
—Te mereces el cielo con todas y cada una de sus estrellas. No puede merecer menos, jamás lo pienses. Jamás te quites oportunidades, las mereces todas.
El destino nos dicta su tiempo, nos enseña que no es cuando nosotros queramos sino cuando el decida juntar ambos caminos. Puede que solo estemos de paso en esta vida pero si es la persona predestinada coincidirán en está y en una próxima vida.
JAEL.
Dicen que si observas por mucho tiempo el cielo, terminaran por salirte alas.
Saco mi celular cómo puedo y chequeó la hora. Es muy tarde.
Me levanto con cuidado, la cargo en mis brazos para llevarla a su habitación.
El gato se interpone en mi paso.
—A ver gordo Silvestre, pero necesito que muevas tu pansa de la entrada. Verás Cassie es pequeña y delgada pero pesa como un elefante.—digo en un susurro para no despertarla.
Éste no se mueve por lo que me veo en la obligación de hacer una pequeña maniobra para entrar.
—¡Lo logré! ¡Te he vencido amiguito! Pero ahora pensándolo bien necesitas hacer dieta.
Silvestre me observa como si estuviera loco.
—¡No! ¡No, te enojes! Solo fue una broma.
Acuesto a Cassie en su cama, quito sus zapatos y la cubro con una cobija.
La observo unos largos minutos y dejo un beso en su frente.
¡Por favor, no me hagas quererte sin algún día vas a irte!
Cassie cambia mi mundo, hace que todo marche bien aunque todo ande mal.
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¡Espero les haya gustado! Nos vemos en un próximo capítulo de Cuando Llegue Enero ♥️✨
No olviden darle a la estrellita y dejar su comentario.
Los quiero ♥️
Besos.
Anne Fernández.
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