18. Cassie.
(18)
CASSIE.
Mi cabeza va a estallar, todo mi cuerpo duele, ¿y cómo no? Trato de sentarme pero mi cabeza da vueltas y mis ojos arden.
Una mano grande pero cálida sostiene la mía con ternura.
¡Oh caracoles!
—Kevin, ¿qué haces aquí? —me sorprendo al verlo, mi timbre de voz suena débil.
Él suelta un bufido.
—No te alegres tanto en verme, hermanita.
Suelto una pequeña risa que fue más como un quejido de dolor.
—Solo no pensé despertar y verte aquí.
—Una chica llamó a mamá y bueno ya sabes como es ella referente a nosotros. Hizo todo un escándalo me contó la abuela Camille quién fue la que se acordó de hacerme saber la noticia.
¡Ay no!
—¿Mamá está aquí?
—Llega exactamente dentro de unas...—hace una pausa revisando la hora en su reloj —Dentro de unas dos horas.
—¿Papá vendrá con ella?
Él ríe con picardía.
—No, pareces una detective haciendo tantas preguntas. Relájate pecosa que va a darte algo.
Suelto un suspiro y relajo mis hombros.
—Oye, ¿cuándo pensabas decirme que tenías novio?
¿Ah?
—Yo-yo no tengo...
—No mientas que allá fuera hay un chico y dice que es tu novio —mueve sus cejas de abajo hacia arriba.
Gracioso.
Mi corazón dio un salto y recuerdo a mi príncipe misterioso o bueno ahora se quién es y debo acostumbrarme a llamarlo por su nombre.
Pero yo... no soy su novia. Al menos que sea...
—¿Cómo es ese chico?
Kevin me da una miradita divertida.
—Es rubio de ojos azules y un creído si he visto que es.
Una mueca de decepción decora mi rostro. ¿Qué crees? ¿Qué iba a venir a verte? No lo hará teniendo en cuenta que ya sé toda la verdad.
Lo más probable es que ya los chicos le hayan dicho que se todo.
—Es Louis, y el no es mi novio. Ni siquiera se qué hace aquí.
—¿Qué te hizo? Pregunto, ¿no? Porque para que no lo quieras ver en este momento.
O mejor dicho, ¿qué no me hizo?
—No es nada agradable como tú mismo has podido ver.
—Por cierto con él también hay otras dos personas, una chica con anteojos y otro... o más bien...
Suelto una pequeña carcajada porque se a quién trata de describirme.
—Se quien es, Kev y créeme son increíbles amigos, no importa que piensen de esos dos, solo me importa lo que yo conozco de ellos y créeme que no me arrepiento de conocerlos.
—Si quieres puedo salir un rato para que ellos puedan verte.
Asiento y le regalo una sonrisa.
Unos minutos después.
Una Patty alegre entra con un pequeño peluche y un Valentín con un brazo vendado entra con su peculiar drama.
—¡Por amor a los pasteles con fresas! Casi te matan Cass, te vieron con cara de complejo de piñata.
—¡Valentín! —le regaña Patty.
Como extrañaba a estos dos.
Hasta sus peleas se me hacen tan necesarias para mí dia a día.
LOUIS.
Un mensaje de Laura entra a mi móvil y decido ignorarlo. ¿Acaso no entiende que no quiero ya nada con ella? Pensé que había sido muy claro con ella desde el principio, ahora no entiendo porque actúa de esa manera.
Llegué desde temprana hora al hospital para nada, el fortachón del hermano de Cassie no me ha permitido entrar. Para ser más exacto no se ha despegado de su lado.
Apenas y intercambié un par de palabras con él.
—Chicos, Cassie quiere verlos —dice con su mirada fijada en esos dos mugrientos que se consiguió su hermana cómo amigos.
Ellos se apresuran y yo los imito pero, ¿Kevin? Si creo que así me dijo que se llamaba. Se interpuso en mi paso. ¿Y ha esté qué?
—Veras, creo que mi hermanita no quiere verte por ahora.
Cassie no puede negarse a verme.
—Prefiero a que ella misma me lo diga.
Él se encoge de hombros.
—Si así tú lo prefieres.
Entro a la habitación y Cass le daba un abrazo a la marica mugrienta que tiene como amigo. De inmediato su mirada se dirige a mí.
—¿Tú qué haces aquí? —pregunta.
¡Auchs! Si que dolió, pero eso solo hace que no me retracte de ser el responsable de que ella esté aquí.
—Igual que todos, vine a ver cómo estabas —tratando de mantener en pie mi decoro.
Cass, rueda sus ojos.
—¿Ya ves? Estoy bien, ya puedes marcharte.
Muerdo mis labios y retrocedo unos pasos, el silencio inunda la habitación del hospital. Giro mis pies y decido salir de ahí.
Mas por vergüenza que por que quiera hacerlo.
—¡Louis, espera!
Por un momento creí que cambiaría su actitud hacia mí pero no.
—No vuelvas a decir que soy tu novia, tú y yo ni siquiera podemos ser amigos. Y tampoco sé, si algún día podré perdonar lo que me has hecho. Pero de algo si estoy segura es que mi corazón le pertenece a una persona que no eres tú y eso tampoco podrás cambiarlo porque ya no tienes efecto en mí.
Esto si que no me lo esperaba, estoy viendo a una Cassie muy diferente a la que solía conocer.
Pero está me la van a pagar ella y ese mocoso.
Sin más salgo de la habitación echando fuego preso de mi mismo.
Ya verán que de mi nadie se burla.
CASSIE.
En ningún momento de la corta relación entre, Louis y yo jamás lo traté como lo acabo de hacer hoy, siempre me quedé callada ante sus abusos y malos tratos. Pero sobre todo de lo que menos pensaba guardar silencio era de mis sentimientos por ese chico que se ha robado mi corazón.
—¿Estás bien, Cassie? —pregunta Patty.
—Si, solo pensaba en mi pequeño Naylon y en el amargado de mi Silvestre.
En quienes no había pensado sino hasta ahora.
Sigo siendo una mala ama.
—¡Ooh, tranquila! No te preocupes de eso me he estado encargando yo.
La miró curiosa pero ella añade rápido.
—Guillén me ha dado una copia de la llave de tu residencia y bueno ya sabes —suelta una una risa traviesa—.También Jael está al tanto de que tu...
Deja la frase a medias pero tengo en claro lo que iba a decir.
Esta chica si que es una lotería.
—Eres la mejor Patty —susurro y suelto una tos —¿Por qué no ha venido?
Le dedica una mirada a Valentín.
—Cree que lo odias.
Que bobo, ¿cómo puede tan siquiera pensarlo? Un silencio inunda la habitación.
—¡Abrazo grupal, mis maravillosas maripositas! —suelta Valentín con euforia cambiando el intenso ambiente que se había formado.
Amo a estos locos de carretera nocturna.
JAEL.
—¿En qué piensas, Jael? Has estado en silencio toda la mañana —pregunta Kate.
Kate es la madre de Maddison, es una buena persona que no entiendo como terminó en las garras crueles de mi padre.
—¿En dónde conociste a mi padre?
Me mira y deja salir un suspiro.
—Eramos muy jóvenes cuando eso, solíamos hacer todo juntos. Él siempre estuvo enamorado de mí hasta que conoció a tu madre y todo cambio; yo me sentí decepcionada y herida, me negué a seguir siendo solo su amiga. Luego mis padres cambiaron de ciudad y debía marcharme con ellos, desde ese momento no supe nada más de tu padre. Unos años después coincidí nuevamente con él, ya tenía una familia en la cual estaban incluidos tú hermano y tú. Te juro que accedí a tener algo con tu padre porqué él me aseguró que iba a divorciarse de tu madre porque tenían muchos problemas. Un día fue a verme y me dijo que no podíamos seguir con lo que teníamos. Me llené de odio y juré que nunca más caería en sus mentiras, pero era muy tarde. El producto de esa relación clandestina que teníamos ya venía en camino. Desde ese mismo momento se negó rotundamente a que Maddison naciera pero ya no me importaba lo que él quería, era incapaz de hacer algo encontra de la vida de mi pequeña.
—No sé si hago mal en no culparte de nada, Kate.
Se sienta a mi lado y me rodea en sus brazos en un abrazo.
—Eres un buen muchacho, lo supe desde aquel día en que te vi. Tú siempre has aceptado a mi Maddie y ella te quiere tanto.
—A sí como yo a ella y creo que hasta más, se que si Lukas se permite tener una oportunidad de conocerla no va a arrepentirse.
—Hay que darle su tiempo, no digo que sea un mal chico pero sí que tiene ese carácter que ni se diga.
Suelto una carcajada.
—El mismo carácter de Maddie.
—Si, parece ironía pero es la verdad.
—¿Era eso lo único que te inquietaba?
Me quedo pensando unos segundos...
—No.
Ella me mira preocupada.
—¿Quieres contarme?
La historia de como conocí a Cassie R'ioldan es una historia que jamás me cansaré de contar.
Y también es una historia que no deja de sorprender a quién la escucha.
CASSIE.
Si quieren saber, ¿qué es ser dramática? Pregúntenle a mi madre. Ella si que es la reina del drama. Quizás hasta pueda darles unas clases.
Mi madre es tan sobre protectora como ustedes no pueden tener idea.
—Cassie, ya ese no es un lugar seguro para trabajar y ya hasta dudo de que está también sea una ciudad segura para tí.
Pongo mis ojos en blanco.
—Mama, voy a estar bien, no volverá a sucederme nada mami.
—Nada asegura que así sea hija.
—Madre, mi hermana tiene razón. Esto no volverá a suceder —interviene Kevin.
Y cuanto agradezco que lo haga.
—¿Ves? Hasta Kev, sabe que es así.
—Quiero que te vengas conmigo de vuelta a Inglaterra.
—No, no lo haré madre, vine aquí con una meta y no volveré sino hasta que la haya cumplido.
Ella me mira con un dejo de tristeza.
—La abuela quiere verte, ¿sabés?
—¿Y yo qué?
Le dedica una mirada agria a Kevin.
Mamá sabe muy bien como tratar de convencerme. Pero esta vez estoy tan decidida en lo que quiero lograr.
—Y yo ha ella pero por ahora no será.
Mi madre hace una pequeña mueca.
—Yo me aseguraré de que todo vaya bien con Cassie mamá, lo prometo.
¡Hermanos al poder!
—Esta bien, pero cuando cumplas eso que tanto quieres. Los quiero a los dos en Inglaterra aunque sea solo por vacaciones, ¿entendido?
Ambos asentimos y nos damos unas miradas traviesas.
¡Que vivan las travesuras de hermanos!
LUKAS.
Me hago la idea de saber dónde esta mi hermano. Pero quiero darle su tiempo y que piense es sus acciones. Sé que mi padre no debió comportarse de esa manera aunque muchos no lo crean no apruebo su comportamiento. Pero no era necesario que Jael se fuera de casa.
Mamá apenas y ha tocado comida desde que supo que Jael se había ido. Veo sus ojos cristalizados he una tristeza reflejada en ella.
Mi padre llega soltando insultos y derribando todo cuanto se interpone en su camino.
—¿No me van a preguntar qué sucede?
Lo observo descolocado.
—Dinos tú.
—Revisa tú mismo las noticias —sugiere entregándome el periódico.
¡Maldito! Público todo sobre Maddison.
—Y todo por culpa de tu hermanito y el capricho que tiene con esa muchachita que ni siquiera conozco.
—Él no tiene la culpa de nada, aquí el único culpable eres tú y más nadie. Ni siquiera esa niña tiene culpa.
Me quedo viendo ha mi madre a quién es primera vez que veo que no guarda silencio delante de mí padre.
—¿Cómo te atreves a hablarme así? —le refuta él.
—No, como te atreves tú a culpar a los demás de tus propios errores.
Veo la furia en el rostro de mi padre y me pongo de pie viendo claras sus intenciones. Entonces levanta su mano la cual detengo a tiempo.
—Mamá tiene razón, aquí el único culpable eres tú. Ahora se tú mismo quién corrija esos errores.
—Y lo harás solo, hoy mismo hablaré con mi abogado para que arregle todo porqué hoy mismo te exijo el divorcio.
—Pensé que tú estabas conmigo hijo.
Miró fijamente a mi padre.
—No puedo apoyarte con lo que no estoy de acuerdo.
Mi padre queda sin palabras y sube envuelto por la ira a su despacho.
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¡Hola mis amores precios@s!
¿Qué tal este capítulo? Paso de todo un poquitín jeje. Pero espero les haya gustado y que se sigan enganchando con esta bonita historia la cual me hace mucha ilusión compartir con ustedes.
Gracias por todo el apoyo que le han estado brindándole a cada actualización ✨❤️
No olviden dejarme saber en los comentarios, ¿qué tal les ha parecido la historia hasta ahora?
Los quiero mis cuchurrumin ♥️
No olviden darle a la estrellita ♥️
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Nos leemos en una próxima actualización ✨❤️
Besos.
Anne Fernández.
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