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16. Lukas.

(16)

LUKAS.

Después de una larga semana de trabajo fuera de la ciudad esperaba llegar y encontrar todo perfectamente.

Y no hablo de la pastelería, porque los balances han sido buenos está semana y las llamadas para darme buenos comentarios acerca de nuestros productos me han dejado en claro que mi hermano a hecho lo correcto.

Subo a su habitación pero al entrar en esta no había nadie.

¿Dónde andará? Es muy tarde.

Bueno supongo que será mañana que hable con él. Cuando me disponía a salir escucho su celular, ¿lo ha dejado? A Jael hay que prácticamente matarlo para que suelte ese aparato.

Una preocupación me recorre por completo, él nunca deja su celular.

La pantalla se ilumina con el nombre de: Cassie <3

Eso me hace recordar la conversación pendiente que tenía con mi hermano.

—¡Hola! —contesto, pero nadie responde al otro lado de la línea.

Espero unos segundos y termino por colgar la llamada. Dejo el celular en su sitio y salgo de la habitación.

Creo que la intimide un poco, después de todo será mi cuñada, trataré de no espantarla tanto.

De camino a mi despacho Clarisaa la chica del servicio me detiene.

—Sr. Lukas a fuera un joven lo busca —dice.

Frunzo mi ceño extrañado, porque no esperaba a nadie.

—¿Le dijo quién era? —pregunto.

—Si, me dijo que su nombre era, Louis Witherspoon.

¡Vaya! eso sí que me sorprende bastante. ¿Qué hace ese aquí?

—Hágalo esperar a fuera, en unos minutos bajo.

No recuerdo ser su amigo y mi hermano mucho menos. ¿Qué querrá esa cucaracha?

Pero me lleve una doble sorpresa a noche.

Lo que mucho menos me esperaba era su descaro a reclamarme tan descaradamente algo que él hizo hace un tiempo atrás.

Pero ahora... sí esa chica es su novia, ¿qué hace con mi hermano? Es lo que no logro entender. No debe ser una cualquiera para que ese tipejo se tomara la modestia de venir hasta acá solo a darme una advertencia.

Estuve esperando hasta cierta hora a Jael pero este llegó con la cabeza revuelta por el alcohol, no era un buen momento para hablar con él.

Pero no, ni se crea que hoy se escapara de hablar conmigo. Nadie puede enterarse de Maddie, esa mocosa no puede salir a la luz.

Entro a la habitación de Jael y éste aún seguía en su cama, encendí la luz y este soltó una insolencia en un balbuceo.

Muy bonito, muy bonita escena.






CASSIE.

¡Ay, no! Me he quedado dormida. Voy a llegar tarde.

Creo que pase toda la noche en vela buscando respuestas lógicas pero no encontré alguna.

Entre aquel chico y Lukas no hay parecido alguno. Bueno, el poco que pude detallar, claro.

No lo sé, no veo a Lukas como alguien de hacer nada de lo que sucedió esa noche. No lo siento como ese chico que me ayudó aquella noche.

A Jael tampoco.

Cállate, él es caso a parte.

Me arreglo en cuestión de minutos y salgo de prisa en busca de Patty. Toco varias veces a su puerta pero ésta no sale por lo que supongo que ya se habrá ido.

Bajo las escaleras a toda prisa y saludo a Guillén quien trata de decirme algo pero no me detengo. Corro a la parada de autobús y agarro el primero que llega.

¿Y si era él? ¿Si era... Lukas?

Creo que el destino me está dando un aviso.

Pero no es el que deseo.








LOUIS.

Lo primero que le pediré a Cassie cuando regrese conmigo será que deje esa asquerosa residencia y ese trabajo de mal gusto.

Esta mañana pase a buscarla pero el asqueroso portero no me lo permitió de hecho me aseguro que el bastardo menor de los Meier había pasado a recogerla y que no la molestara que ella era feliz con él.

Cómo si yo pudiera creerle esa mentira tan estúpida.

Ganas no me faltaron de partirle la cara a ese mugriento. Le dedique una mala mirada y me retiré para jugar mis próximas cartas.

Conozco a Lukas Meier se que es capaz de hacer mucho para evitar que salga a la luz todo sobre Maddison, y se también que Jael la protege como a nada. Por ese lado ya le he ganado al primero. Ahora debo hacer que Cassie regrese de nuevo conmigo pero antes también debo darle una gran lección.

De mi nadie se burla y mucho menos una estúpida como ella.

Ya verá que no soy un juego y que no debió burlarse de mí. A mí nadie me deja y se lo dejaré en claro.







CASSIE.

En la pastelería Meier las cosas habían cambiado un poco  desde que Jael se unió a nuestro salón de la justicia como suele llamarlo Valentín.

Jael se ha vuelto nuestro alcahuete del desorden, claro siempre y cuando cumplamos con nuestro trabajo.

Así que llegar tarde no es la razón por la cual quería llegar tan deprisa a la pastelería. Sino más bien averiguar, ¿quién es el chico de aquella noche? Y no se porque pienso que Patty puede ayudarme.

No se lo que estoy sintiendo y mucho menos lo que ese chico misterioso me hace sentir. Creo más bien ahora que esos dos hermanitos se traen algo entre manos bien oculto. Solo se que no podré sacarlo jamás de mi cabeza.

Camine en dirección de Patty la cual estaba distraída hablando con Valentín.

—Hola chicos —saludo a ambos.

Ellos devuelven mi saludo de inmediato, y Valentín da un salto dándome un fuerte abrazo.

—¿Qué pasa? —pregunto sin entender porque tanta euforia, aunque bueno Valentín siempre estaba de buen humor.

—Mira tú misma —dice entregándome un sobre.

Lo abrí sin entender, ¿qué era?

—¡No! —digo en un susurro.

No podía ser, ya lo había hasta olvidado.

—¡Si, bienvenida oficialmente! —exclaman Valentín y Patty al mismo tiempo.

Tenía entre mis manos mi contrato, donde únicamente solo hacía falta mi firma.

—No lo puedo creer.

—Créelo porque está sucediendo.—parlotea Valentín  —Te quedas con nosotros, mariposita.

Reí al escuchar su apodo y casi que olvidó mi urgencia por llegar. Leí y firme los documentos el cual Valentín se llevó muy contento.

Miré a Patty quien me daba una mirada de escáner.

—¿Y a tí qué te sucede? ¿Se te ha ido la inspiración de nuevo?

Que humor tan negro.

No sabía cómo contarle lo de a noche, no tenía idea sobre cómo empezar todo.

—En unos meses estará listo.

—Eso si que es genial, ya muero por leerlo y restregarle a la gente que mi mejor amiga es una excelente escritora.—suelta muy alegre.

Qué bueno escucharla decir que soy su mejor amiga, a todas estas e quedado a la final sin una y el destino me ha premiado con otra.

—Podrás presumirme  con orgullo.

—Lo que si no haces bien es mentir, ¿qué te sucede? —pregunta.

La miré por un momento sin decir nada, pero terminé contándole lo sucedido a noche.

Ha quedado tan descolocada como yo cuando escuché la voz de Lukas.

—Se me ha ocurrido algo —sugiere después de un largo silencio.

—¿Qué cosa?

—Llamaré desde mi línea al número de tu príncipe misterioso y descubriremos quién es, ¿qué tal?

—Me parece una b-uuna idea —pronuncio torpemente.

Le pasó el número a Patty y está lo marca. Los nervios me recorren y mi cabeza empieza a dar vueltas. ¿Y si es Lukas? ¿Qué haré?

¿Qué pasará con Jael?

No puedo hacerlo a un lado, no puedo.

—Bueno —habla Patty colocando el teléfono en alta voz para que yo pudiera escuchar.

Un nudo se atora en mi garganta.

—Hola, ¿quién habla? —escucho decir.

Esa voz, yo–yo la conozco.No solo por aquella noche sino porque...

—¿Jael? —pregunta Patty, tan sorprendida como  yo.

—Si, ¿Quién habla? —contesta.

Arrebato el celular de las manos de Patty y cuelgo. ¿Por qué no me dijo nada? ¿Por qué lo calló?

Y es que todo coincide, su manera de caminar, su sonrisa tan cálida. Su voz caramelosa y siempre dijo que estaba cerca de mí.

¿Pero porque no me lo dijo?

—¿Cassie estás bien?

No respondo.

Jael es ese chico, mi príncipe misterioso. No puede ser cierto, necesito que me explique, que me aclare este enredo que me traigo en la cabeza.

—Mariposita, ¿qué te sucede? Estás tan pálida como si hubieras visto un fantasma, no me asustes.

Veo a Valentín el cual me mira asustado.

—¿Sabés dónde viven los Meier?

Él me dedica una mirada extrañado.

—Si, bueno llevo muchos años trabajando para ellos...

—Necesito que me lleves ahí ahora mismo —digo interrumpiéndole.

—No entiendo, si no estás de acuerdo con alguna clausura del contrato puedes esperar a que...

—¡No! ¡Llevala ahora! —exclama Patty.

Valentín nos mira a ambas como si nos hubiéramos vuelto locas.

—Lo dije, la locura puede contagiarse, ya te perdí Cassie. La loca de Patty te ha contagiado —camina a la salida—, apresurate porque hoy hay muchas cosas por hacer.

—Te contaré todo en el camino, lo prometo.

Salimos a toda prisa para ir en busca de un taxi pero no habíamos ido muy lejos de la pastelería cuando unos hombres nos atacaron violentamente.

Uno de ellos empezó a golpearme tan fuerte, sin piedad alguna. Valentín empezó a gritar en busca de ayuda pero fue lo último que pude escuchar.







{...}

JAEL.

Lukas entró todo histérico levantándome y mi cabeza dando vueltas con ganas de estallar como resultado de una noche de alcohol.

Paúl tuvo que traerme a casa ya que yo no podía manejar en tal estado.

Lanzo una almohada a Lukas que al parecer hoy se ha caído de su cama, pero este la esquiva.

—Te esperaré en mi despacho —lacónico, y con eso de marcha sin decir más.

Creo que llegó la hora de explicarle todo a mi hermano sin enviarlo directamente a una clínica con un infarto o sin que sea yo el que termine tomando ese lugar.

Una llamada entra en mi celular y la pantalla se enciende mostrando un número desconocido.

—Bueno —escucho la voz de una chica.

Creo haberla escuchado antes... pero ningún nombre se me viene a la cabeza.

—Hola, ¿quién habla? —contesto.

—¿Jael? —pregunta la chica.

Vuelvo a revisar la pantalla del celular pero este indica que el número es desconocido.

—Si, ¿quién habla? —contesto curioso.

Un silencio inunda la línea y entonces cuelga la llamada.

¡Qué extraño!

Gente sin oficio.

Tomo una ducha y el recuerdo de la carita de Cassie mientras ese idiota la trataba a las patadas... quiero estampar mi mano nuevamente en su rostro. Paso mis manos por la cabeza y trato de calmarme, me enerva que la haya tratado así.

¿Qué se cree al hablarle así? Como si ella fuera de su propiedad.

¡Esta demente!

Unos minutos más tarde me encuentro frente la puerta del despacho de Lukas el cual está medio abierta.

¿Y si no entro? Quizás pueda esperar un poco más. Me digo a mi mismo, entonces me doy la vuelta para marcharme pero lo escucho decir:

—¡Te estaba esperando, Jael!

¡Mierda! Me asusta a veces.

—Ya, acá estoy —fastidiado, entrando a su despacho.

—Bien, te escucho entonces.

Amargado.

—¿Cómo te fue en el viaje? —pregunto pero el me da una mala mirada.

—Sabes perfectamente que eso no es de lo que quiero hablar.

Su tono de voz fue muy serio de hecho más de lo normal. Dejo salir una pequeña tos y tomo asiento.

—Solo te pediré que por favor me permitas contarte todo sin interrupciones.

—Ok.

Trago grueso y empiezo a contar todo con lujos y detalles.

Hoy moriré.








LOUIS.

Los hombres que contraté me han llamado para confirmar que todo ha salido bien. Ahora solo me queda esperar que se difunda la noticia para ir a ver a la pobre Cassie.

¿Quién habrá podido hacerle algo así?

Pobre chica.

Empiezo a reír porque todo me ha salido perfectamente. Ahora sabe que no debe jugar conmigo y que es mía y soy yo quien decide cuando terminar esta relación.

Tocan a mi puerta y me levanto para abrir, se que vienen por su pago y como estoy alegre por tan buen trabajo les daré más de lo acordado. Por si necesito de nuevo sus ayuda.

—Pasen —los invito señalando para que entrarán.

Ellos toman asiento, acto que me molesta. Esos mugrientos no debieron de colocar sus traseros asquerosos en mis lujosos muebles.

Abro el maletín con el dinero y lo ruedo en la mesa hasta donde están ellos.

—Allí tienen su pago, ahora desaparezcan por un tiempo. Todo salió perfecto para que a última hora salgan errores.

—De acuerdo jefe como usted ordene —dice uno de ellos cogiendo el maletín para marcharse.

Ya se iban cuando uno de ellos se devolvió para dejar sobre la mesa un pequeño bolso que conozco muy bien.

Asiento en agradecimiento y hago una seña con mi mano para que se marchen.

Mejor no pudo haberme salido todo.

Me sirvo un baso de licor y me quedo pensando en cómo actuar compasivo cuando vaya a verla a la clínica. Al darme la vuelta me encuentro con Laura quien estaba de pie justo en el pasillo que llevaba a mi habitación.

Espero no haya escuchado nada.

—Creí que no vendrías más. ¿O estoy equivocado?

De sus ojos caen unas lágrimas lo que me hace poner mis ojos en blanco. Últimamente está chica ha estado sentimental.

—Estoy aquí desde a noche, tú mismo me recibiste.

Es cierto, no mentía. Pero la recibí por lastima porque me insistió.

—Ah sí, no lo recordaba —encogiéndome de hombros en señal de indiferencia.

Ella me mata con su mirada y se marcha cerrando la puerta con gran fuerza.

Ni modo, se que volverá. Como todas suelen hacerlo.








LUKAS.

Cuando pensaba que la situación no era tan grave, mi hermano viene y me cuenta toda su aventura de conquista.

No lo creí tan apasionado en esas cosas.

Aunque debo admitir que la paliza a Louis no fue tan mal idea. Pero si ese tipejo se entera no dudará un segundo en meterlo tras las rejas.

Y no me sorprende en lo absoluto que su trato hacía esa chica no sea el adecuado. Suele querer manejar a las mujeres a su antojo y obligarlas a hacer lo que él quiera.

No me sorprendería tampoco que en algún momento haya golpeado a algunas de esas chicas.

—Jael —digo mirándolo fijamente —No tengo ningún problema con, ¿Cassie? Es su nombre, ¿no?

—Si, Cassie —contesta él.

—Pero a veces nos toca hacer sacrificios muy necesarios.

Acomoda su postura en la silla y me mira tratando de encontrar algo en mi mirada.

—¿De qué hablas?

—A noche, Louis Witherspoon vino a advertirnos que si no te alejas de su chica sacara a la luz lo de Maddison.Y sabes que puede ocurrir, ¿no?

—No pienso cumplir sus caprichos, Lukas.

Aquí vamos con su terquedad.

—Pero tampoco podemos permitir que esa noticia salga a la luz.

—¿Por qué? Porque solo hay que cumplir otro capricho de mi padre también.

Mi celular suena y lo contesto de inmediato al ver que era de la pastelería.

—Bueno —contesto.

Trato de disimular mi sorpresa al escuchar lo que a ocurrido.

—¿A dónde los llevaron? —pregunto dándole una corta mirada a Jael que chequeaba su celular.

—En unos minutos estaré ahí —digo colgando.

Guardo mi celular en el bolsillo de mis pantalones y retomo la conversación sin tener idea como decirle lo que ha ocurrido.

—Jael no tienes de otra, sabes que sino lo haces se llevarán lejos a Maddie y aún lugar donde ni tú sabrás.

—Lukas entiéndeme por primera vez, tanto como Cassie y Maddison son importantes y no voy a elegir a una dejando la otra a un lado.

—Pero si debes elegir el bienestar de nuestra madre primero. ¿Tienes idea de como ella saldrá afectada?

—Por algo que ella misma sabe pero que se a negado todos estos años a entenderlo, Lukas.

—¿Y cuando Cassie se entere de quién eres?, ¿qué crees? ¿Qué no va odiarte por mentirle? No te engañes hermano esa chica no querrá verte jamas. Has pensado, ¿qué habrías hecho si hubiera sido otra chica y no ella? ¿Qué le habrían hecho? ¿Crees que ella no se ha detenido a pensarlo?

Sus ojos achinados se inundan de lágrimas y odio verlo así.

—Hablaré con ella y que lo que tenga que suceder suceda. —dice levantándose para marcharse.

—Jael —digo pero este me ignora por lo que debo alzar mi voz—. Está en el hospital.

Él se da la vuelta y niega con su cabeza.

—No entiendo.

—Hace un momento me llamaron para decirme que Cassie y Valentín fueron agredidos al salir de la pastelería. Ella fue la más afectada.

El impacto de la noticia hace que las lágrimas de hace un momento corran por su rostro.

—Voy de salida, puedes venir conmigo.—mascullo y él solo asiente.

Cuando mamá anunció que tendría un hermanito la idea no fue de mi agrado. No quería otro hermano, ¿para qué? Me gustaba ser el hijo único. Un día mis padres tuvieron una discusión y mi madre cayó por las escaleras y todo terminó complicando el embarazo, mi hermano casi muere. Recuerdo que lloré y le reclamé a mi padre aún en mi inocencia de niño. Unos días después tuvieron que practicar una cesaría para salvarlo y así poderlo ayudar a vivir ya que era un bebé muy prematuro. Yo no quería ir a casa hasta que aseguraron que todo iba bien con él.

Y aunque ya no es un niño sigo tratándolo de proteger y digo tratando porque es un terco sin remedios.




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Creo que los Meier esconden un secreto muy grande no se, ¿qué opinan ustedes?

Háganmelo saber en los comentarios mis bolitas de amor ♥️

¿Qué les ha parecido la historia hasta ahora?
¿Qué expectativas tienen de la historia?

Espero que “Cuando Llegue Enero” este siendo de su agrado y sigan dándole una oportunidad a esta historia la cual me hace tanta ilusión compartir con ustedes.

No olviden darle a la estrellita ♥️

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Los quiero 💖

Nos leemos en una próxima actualización✨

Besos.

Anne Fernández

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