
12. Cassie.
(12)
CASSIE.
Creo que no existe nada peor que irte a dormir con una decepción porque al despertar se reflejará la melancolía en cada paso que des.
A noche marqué dos veces el número de ese tonto chico, pero no se digno a contestar ni una sola vez.
¿Qué esconde?
O...
No lo sé.
Reconozco que moría por escuchar su voz recordar aquella noche le dibuja tantas sonrisas a mi mundo hecho un caos. Me habría gustado haberle prestado más atención, supongo que no era tampoco el mejor momento.
Ese chico es un misterio que quiero resolver y no me rendiré hasta a hacerlo.
Lista para salir, ya casi se me olvidaba darles de comer a mis pequeños amiguitos.
—Lo siento mis pequeñas bolillas de pelos que terrible soy.
Muy mal para empezar el día me digo a mi misma.
Tocan la puerta y frunzo mi ceño, ya que Patty iría a hacer unas cosas primero antes de ir a trabajar y andar rondando por ahí en su motocicleta como que no se me apetecía mucho. Sigo teniéndole cierto temor a la hora de manejar.
Caminé para abrir pero el nombre de Laura y Louis me pasaron por la cabeza pero... ¿y si no son ningunos de los dos?
Pero bueno si no abro tampoco me entero, ¿no?
¡Vaya! Solo dos golpecitos a la puerta y ya me siento como si el FBI me buscara.
Dramática.
Jodete.
Es la verdad.
Sacudo mi cabeza y me dirijo a abrir.
¡¿Uh?!
No veo a nadie y eso sí que me extraña. ¿Y si fue un fantasma de pasillo? Ay no, ¿cómo voy a creer en eso? Que loca soy. Pero aún así sigue siendo raro.
Quizás se hayan cansado de esperar a que yo me decidiera abrir.
No los culpo tampoco.
Doy unos pasos al pasillo por si también fuera una broma, ¿quién sabe, no? Pero al hacerlo mis zapatillas tropiezan con algo en el suelo.
Mis ojos se abren del susto y casi salgo corriendo. Debo bajarle dos a esos pensamientos de fantasmas y aventuras de terror, sino es por el envoltorio habría salido corriendo.
Aquí es donde aplica el dicho "por la curiosidad murió el gato".
Sacudí el envoltorio y algo sonó dentro, por cierto debo felicitar a la persona que lo envolvió, yo a mi edad aún no se envolver un regalo, si lo sé, soy una locura suelta.
También había una carta la cual olía a una fragancia con la que me he obsesionado últimamente.
¡No puede ser! Fue él.
¿Pero cómo...?
Entro y me siento como una niña a desenvolver el envoltorio color rosa.
¡Woow! es una pequeña cajita color violeta pero no es eso lo que me causa asombro al abrirla... es un girasol encerrado en una pequeña bola de nieve. ¿Cómo podría sobrevivir en el invierno?
La coloqué a un lado y abrí el sobre.
De: Pronto sabrás quién soy.
Para: Cassie.
«Lo siento por no responder a noche.No tardes tanto en averiguar quién soy».
No se que magia poseé ese chico pero con solo escribirme le da colores a mi mundo.
Saco del bolso mi celular y le envío un texto.
Cassie: No es que tarde, es que no me das ni una sola pista. Los girasoles no eran mis plantas favoritas pero desde hoy lo serán. Gracias <3.
¡Rayos! ya voy tarde al trabajo, Valentín va a matarme.
JAEL.
Esta mañana al despertar no podía creerme lo que veía en mi celular.
Dos llamadas caídas de Cassie, esto tiene que ser una broma. ¿O estaré dormido y es un sueño? ¿Será qué ya sabe quién soy? No lo creo. Bonita manera de iniciar el día.
Las ganas de marcarle al celular fueron incalculables pero algo mejor se me ocurrió.
Al bajar las escaleras mis padres discutían acaloradamente, pero al darse cuenta de mi presencia dejaron de hacerlo.
¿A quién engañan?
Como si yo fuera un niño que no se da cuenta de lo que sucede entre ellos y sin embargo cuando era niño solía darme cuenta de todas sus peleas.
Ambos no pronunciaron palabra alguna dejaron que un silencio profundo nos inundara sino es por la prisa que llevo tal vez habría terminado preguntándole a mamá si le conoció una nueva mujer a papá.
Pero creo que ella está conforme con la vida que lleva.
Pero no, por ahora debo llegar deprisa a mi destino para que todo salga como lo planeé. Escuché a mi madre llamarme pero aceleré más mi paso al caminar.
Decidirme por el obsequio fue lo más difícil creo que mejor lo hubiera llevado acabo en otro momento. La chica del sitio al llegar más de una vez me tiro la onda pero luego con tanta la indecisión mía terminó diciéndome que era el cliente más intenso que había llegado a la tienda. ¿Cómo explicarle que Cassie se merece el universo entero?
Lo difícil ahora era llegar a tiempo a la residencia dónde ella vive que no es muy lujosa pero tampoco es tan horrible. ¿Por qué vivirá allí? Bueno supongo que es un mejor lugar que la calle.
¿Qué me hizo esa chica? Nunca me había sentido así por alguien más. Apenas se y como se llama y en dónde vive. Es ahí donde me doy cuenta que se de ella tan poco pero que es tan grande lo que me hace sentir solo con verla.
Si está mujer no averigua pronto quién soy, va a terminar acabando con mis nervios.
Para cuando llego el portero no me dejaba subir porque ella le había pedido que dijera que ya casi no venía por estos lares. Le supliqué y le rogué para que me dejara subir pero este se negó. Hasta que me decidí contarle todo desde el principio.
Es lo menos que podía hacer.
Guillén recuerdo que me pidió que lo llamara de esa manera, puso una cara de horror cuando le conté la parte en donde le dábamos la paliza al idiota.
—No apoyo la violencia joven y es un delito lo que hicieron pero me alegra que le hayan dado su merecido a ese muchacho que más de una vez fui testigo de cómo trataba mal a la joven Cassie.
Recuerdo las palabras de Guillén y cierro mis puños del enojo.
¿Cómo ella pudo aguantarlo?
No quedaba de otra que contarle para que me permitiera subir, por lo menos hay una buena seguridad. Eso me queda claro.
Luego de contarle la historia le expliqué porque Cassie no podía verme y fue allí donde me contó que ella le había pedido que le dijera a su amiga y al idiota de su ex que ya no vivía en este lugar y eso a mí me alegra todo mi ser.
Es lo mejor que me podrán decir hoy.
A la final el portero me permitió subir, y el miedo se colaba por mis venas si ella me encontraba por el pasillo o peor que me la consiguiera justo en la puerta. Si, si debía relajarme porque parecía un paranoico.
Ni en las noches cuando me toca correr en las competencias me siento con tanto temor o adrenalina como la que siento en este momento.
Golpeé la puerta dos veces y corrí como si un asesino me persiguiera.
¡Sálvese quién pueda!
Mi pecho subía y bajaba no corría de esa manera desde que era un niño.
El portero me observaba y reía al verme.
Sabés que has perdido la cordura por alguien, cuando haces tonterías solo para cambiar lo gris por lo rosa en esa persona.
{...}
CASSIE.
Cuando llego a la pastelería todos están en su lugar de trabajo por un momento sentí alivio pero...
Mi mirada cae a mi lugar y veo al Meier pelinegro sentado allí. Desvío mi mirada al pobre de Valentín que lo más seguro es que se llevó un buen regaño por mi culpa.
Camino a mi lugar no muy segura de saber que decir o hacer.
Finjo una pequeña tos para llamar la atención del chico el cuál deja su celular a un lado para enfocarse en mi.
—Lo siento por llegar tarde,por favor no vayas a regañar o a votar al pobre de Valentín mira que el es muy bueno con la atención a los clientes además es muy buen compañero y si él no está,este lugar no sería lo mismo sin él. Tampoco vaya a echarme porque necesito este trabajo como a nada solo que mi... crush dejo a la puerta de mi departamento un obsequio, no me fijé en la hora y salí muy tarde. Quizás no le interesa o piense que soy una loca pero por favor no,nos vote —termino de decir atropelladamente y muy veloz.
Casi se me olvida respirar.
Suelo hablar demasiado deprisa cuando estoy nerviosa y me adelanto a los hechos un poco.
Él me sostiene la mirada por un momento y que ojos más lindo pero desvíe la mía. Una sensación extraña me embarga.
—Está bien, llegaste justo a tiempo. Cálmate —sugiere y un brillo recorre sus ojos ambarinos.
¿No es broma?
—¿De verdad? Pensé que llegaba tarde, yo...
—Tranquila solo digamos que hoy te ayudaré en tu trabajo claro si no hay problema alguno.
Veo que Patty y Valentín disimulan una sonrisa y se miran a ambos discretamente.
—¿O tienes algún problema, si lo hago?
No, no, claro que no, o bueno si. No me mires tanto que me pones de los nervios.
—No, no, señor... —me detengo en seco al ver que lo había llamado señor, pero no, no puedo decirle su nombre por el simple hecho de que no lo recuerdo. Y creo que se a dado cuenta.
—Jael, ese es mi nombre y por favor no me digas señor o me sentiré ofendido lo de señor déjaselo al amargado de mi hermano.
Levanto mis manos en acuerdo y una sonrisa se me escapa, no pude evitar encontrar parecido entre Jael y el misterioso chico.
Sacudo mi cabeza y me enfoco en mi labor diaria.
JAEL.
Estaba sentado justo en su asiento de trabajo y estaba más que evidente el porqué no había llegado.
Su retraso en el trabajo era mi culpa y yo debía al menos resguardar que Lukas no la echara. Eso sí que sería ganarme su profundo odio.
Valentín no paraba de preguntarme cosas y de tratar de buscar alguna excusa para ayudarle.
Es bueno saber que cuenta con buenos amigos.
Me hice el severo y lo envié a su lugar, no sabía que actuaba tan bien es algo nuevo que acabo de descubrir en mi.
Saco mi celular para ver la hora y aprovecho de revisar unos que otros mensajes en especial uno de ella.
Cassie <3 : No es que tarde, es que no me das ni una sola pista. Los girasoles no eran mis plantas favoritas pero desde hoy lo serán. Gracias <3.
Sonrío como niño en juguetería y respondo a su texto.
Jael: Bueno ya tienes una pista, me gustan lo girasoles y más su profundo significado y aún más si tiene que ver contigo.
Y era verdad me gustan, pero eso no es sino hasta hace un par de años atrás cuando fui a ver por primera vez a Maddie. Me esperaba al pie de la entrada de su humilde casa y en sus manos llevaba una pequeña maceta en la cual había un girasol que ella misma había colocado allí para mí.
El sonido de las campanillas me hacen volver a tierra de nuevo y es cuando veo de reojo que es ella, es Cassie.
Creo que no estaba preparado para verla, las ganas de salir corriendo a abrazarla están siendo difícil de controlar.
Ella mira en dirección hacia sus amigos y clava su mirada en mi. Luce preocupada, seguí mirando en mi celular pero sabía bien que venía hacia acá y esa fue la principal razón por la que me senté justo aquí; puedo ver de reojo que se acerca, ha llegado media hora por encima de la que debía.
Pero aquí estoy de nuevo; justo a tiempo para ayudarla.
Me he vuelto en su salvador últimamente.
Levanto mi mirada hacia a ella y la escucho hablar a toda velocidad y sus manos temblaban, suele hacerlo cuando está nerviosa.
—...Tampoco vaya a echarme porque necesito este trabajo como a nada solo que mi crush dejo en mi puerta un obsequio no me fijé en la hora y salí muy tarde. Quizás no le interesa o piense que soy una loca pero por favor no,nos despida.
¡Ya va, espera!
¿Su crush? ¿Estoy soñando? No, no puede ser, ¿no me acaba de llamar así?, ¿o sí?
Entonces soy su crush.
Supongo que desde aquella noche.
Obvio.
Una gran satisfacción de alegría me recorrió por completo.
No me lo esperaba.
Luego de intercambiar de lugar para que ella pudiera atender los próximos pedidos pase la mayoría del tiempo observándola discretamente y es que es tan difícil no hacerlo. No entiendo como el idiota de Louis no cuido de ella.
Pero ya, ya, ya es aburrido pensar en lo que no pudo hacer ese imbécil.
Un momento...
Sin que se diera cuenta le he tomado una foto. Mejor no puede ir este día, creo que la enviaré a imprimir las veces necesarias.
Importante, nadie me ha visto.
Los chicos trataban de controlar unos que otros momentos de diversión entre sí, evitando las bromas solo porque yo estaba.
—Chicos, verán no es necesario que se vuelvan unos aburridos solo porque yo estoy aquí pueden seguir con sus rutinas diarias —les digo sonriendo—. Eviten solo comportarse así delante de mí hermano, así no, nos metemos en problemas.
Todos asintieron e continuaron en lo suyo mientras que yo veía como Valentín le daba los últimos toques a una decoración en la pastelería.
Cabe de admitir que es muy bueno con las decoraciones.
¡No!
Me alarmo al ver que mi hermano va entrando y me mira extrañado y se lo que está pensando cuando se fija que tengo a Cassie a un lado... Soy tan sociable que ni una sola palabra más pude dedicarle por miedo a no poder evitar delatarme a mi mismo.
Lo menos que deseo es lastimarla, aunque no se porque decírselo se lo haría pero no quiero arriesgarme.
—Valentín necesitamos hablar en privado de unos nuevos proyectos para la pastelería —habla sin apartar su mirada de mi.
—Perfecto señor,Lukas, vayamos al despacho —contesta Valentín.
Por un momento creí que no me diría nada pero que equivocado estaba para pensarlo.
—Jael, de allí no te mueves solo me llevará unos minutos. Tú y yo tenemos de cosas por hablar. —espeta en un tono severo.
Por mi parte solo asiento, pero no quiero hablar con él de nada que tenga que ver con Cassie. Se que me dirá que estoy loco y si le cuento la peor parte terminará dándole un infarto al pobre.
Cuándo lo perdí de vista me puse de pié para salir del lugar pero no podía irme así.
—Cassie —ella de inmediato se vuelve hacia a mí.
—Si, señ... perdón, Jael.
No pude ocultar una sonrisa al oír mi nombre en su voz.
—Cuando mi hermano salga y pregunte por mí dile que tuve una emergencia que resolver —le doy un guiño y me marcho sin más preámbulo.
Se ha vuelto en mi cómplice.
Con eso salgo y quiero darme contra una pared por lo patético que soné.
Debo concentrarme porque esta noche debo de ganar la carrera.
Si pierdo, Paúl me matará.
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Holaa otro martes más de Cuando llegue Enero ♥️ se que esperaban ansiosos la actualización de estos nuevos capítulos.
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Los quiero 💖
Vayan a leer el siguiente capítulo✨
Besos.
Anne Fernández.
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