
07. Cassie.
(7)
CASSIE.
Patty a mejorado a lo que manejar su motocicleta respecta, o su pequeña Susan como ella suele llamarle. Si algo no me atrevería a hacer en mi vida es manejar una motocicleta. Moriría en solo el intento.
Luce segura y encantada a la misma vez mientras que yo llevo el corazón en la boca. En los semáforos unos que otros conductores nos echan una ojeada y pronuncian burlas encontrá de nosotras.
—No te preocupes, Cassie se burlan de nosotras porque somos unas chicas originales y muy cool —alega con mucha energía.
¿Muy cool o muy locas? Creo que la segunda opción es la más probable.
—O un par de locas —:añado, pero ella solo suelta una carcajada.
La cara de horror de Valentín cuando nos vio venir fue todo un poema, casi le llega el mentón al suelo. Patty se estaciona frente a él, pero este da un paso hacia atrás negando con su cabeza.
—Ni lo sueñen, me niego rotundamente a subirme en esa cosa.
Mi mirada va de él a ella, cuando estos dos se disponen a discutir no hay poder alguno que los detenga.
—¡Ya te dije que no le digas así flacuchento! —refuta Patty.
Valentín hace un gesto de ofensa.
—Yo seré un flacuchento, pero tú eres una loca y se lo estás contagiando a Cassie.
Aplano mis labios para no reír pero fue imposible.
—No es cierto, solo te molesta que yo tengo una motocicleta y tú no.
Parecen unos niños.
—Ay, cariño no sabes lo que dices... además eso es no es legal, ¿sabías que va encontra de las leyes?
Me veo en la obligación de intervenir sino, no dejarán de discutir. Sin embargo creo que este último tiene la razón.
—Eres un dolorcito de cabeza, ¿lo sabías? —gruñe entre dientes Patty—, lo sé, pero no iremos todo el tiempo en mi motocicleta, en especial a los lugares que podrían llevarnos a la delegación.
¿Por qué discuten tanto?
Valentín suelta un bufido.
—Si este hermoso cabello rosa llega a caer tras las rejas, tu serás la única culpable.
—¡Ya basta, chicos! la idea era ayudarme a encontrar ideas no a ocasionar un dolor de cabeza. Tú te subirás a la motocicleta y tú dejaras de discutir, ¿estamos?
—Pero es que...
—Pero es que nada, Valentín, te subes y listo.
Valentín hace un gesto de fingida preocupación y sube a la motocicleta.
—Ahora sí, ¿están listos para la aventura mis valientes? —pregunta en un tono divertido.
—No sé si yo sea muy valiente en este momento —contesta Valentín.
Entonces Patty arranca su motocicleta.
Seattle es una ciudad hermosa sin duda, por cada sitio que pasábamos Patty o Valentín me hablaban sobre cada uno.
Un rato más tarde...
—Primera parada —anuncia estacionando su moto— ¡Bienvenida al Museum of Pop Culture de Seattle!
¡Woow!, es maravilloso me digo a mi misma con la boca abierta, por lo hermoso que se puede ver este lugar por fuera.
Desde pequeña siempre me a ocasionado interés la cultura y el arte de otros países.
—Entremos, yo compraré los tickets en esta parada —Indica Valentín.
Mis ojos iban de un lado a otro con lo maravillada que estaba,este lugar es perfecto, es inmenso.
Es un volcán de inspiración.
—¡Listo, empecemos a hacer el recorrido!
Luego de tener cada uno los tickets en mano, nos unimos a un grupo de personas, dónde se encontraba un chico e una chica; daban la bienvenida a cada individuo que se unía al grupo para dar una charla.
—¡Bienvenidos sean todos al Salón de la fama de la Ciencia Ficción!
Nos acercamos un poco más para así lograr escuchar con mejor facilidad.
—Es un museo que forma parte del Museo de Cultura Pop. Este salón de la fama fue fundado en mil novecientos noventa y seis por la asociación Kansas City Science Fiction and Fantasy Society de Kansas City (Misuri) junto con el Center for the study of Science Fiction de la universidad de Kansas.Cada año le rendimos honores a cuatro personas por su excelencia y contribución en el campo de la ciencia ficción; la cual dos de ellas vivas, y las otras dos a título póstumo.
Mientras escuchaba no podía parar de pensar, sería un verdadero honor recibir alguna nominación.
¡Estás soñando!
Déjame en paz.
¡Despierta!
Conciencia...
—Con dinero aportado por su fundador Paul G. Allen. El salón poseé colecciones únicas de personajes destacados como: Isaac Asimov, Úrsula K. Le Guin, H.G Wells, George Lucas, Gene Roddenberry, James Cameron, Steven Spielberg y pare de contar. Para cada año se diversificaron en cuatro categorías de mérito: Literatura, cine, arte y una categoría abierta; entre esos galardonados se encuentran figuras como las de; Jack Williamson, Arthur C. Clarke, C.L Moore, Julio Verne, Erick Fank Russell, Fritz Leiber, Samuel R. Delany, Wilson Tucker, Harry Harrison, Philips K. Dick y Anne McCaffrey entre otros más.
El chico continuó su charla mientras nosotros nos desviamos a caminar por el museo.
—¡¿No creen que es genial?! —asegura emocionada Patty —.Quién sabe y tú libro se vuelva tan famoso y recibas uno de esos premios.
Vaya después de todo no era única soñando despierta.
—¡Shhh, cállate que nos sacaran de este lugar por tu escándalo! —susurra Valentín.
—Eres un aburrido —le refuta ella.— Por cierto este momento tiene que quedar grabado —continua hablando sacando de nuevo la cámara de su pequeño bolsito —.A ver hagan su mejor pose para una foto.
Nos tomamos sin fin de fotos, no me había tomado alguna desde hace un buen tiempo.
Después de haberle echado un vistazo a todo el museo, salimos sin parar de hablar de cada exhibición que habíamos visto. Nos subimos de nuevo a la motocicleta Patty revisa su celular y menciona una ubicación que apenas puedo oír.
Enciende su motocicleta y continuamos el recorrido por Seattle.
—Siguiente parada, el Seattle Aquarium.
¡¿El qué?!
Bajamos de la motocicleta y una carcajada brota de mis labios al ver el cabello rosa de Valentín todo alborotado y una cara de ni se diga.
—Hoy será mi fin, si hoy lo sera —quejándose y caminando dramáticamente.
—Dejalo,es un dramático a morir —ríe Patty.
Entramos al acuario y de verdad que Seattle no deja de sorprenderme para nada.
Es muy bonita.
Caminamos en el, viendo cada animal cada exhibición.
Nos divertimos y nos tomamos cantidades de fotos viendo a la Nutria marina.
Quiero una de mascota.
¿Puedo tener una?
¡No, concéntrate!
Déjame.
Sin duda otro lugar de esta ciudad que me dejaba enamorada. Otro lugar que removía mi interior.
—Oigan se que todo este paseo ha estado muy maravilloso pero ya mi estómago está rugiendo como León con un año sin comer —objeta Valentín con la mano en su pansa.
—Bueno creo que la última parada será en... —se queda pensando por unos minutos —.En el distrito internacional de Seattle Chinatown, así que subamos a bordo.
—Creo que hasta aquí podremos ir los tres en tu moto, ahora debemos tomar un taxi.
Creí que se armaría otra disputa entre estos dos pero a la final, no.
Nos volvemos a subir a la motocicleta para iniciar el nuevo recorrido. Valentín descansaba su cabeza sobre mi hombro y balbuceaba unos cuantos reproches.
Nos estacionamos en un pequeño parqueadero, seguido nos vamos en busca de un taxi para ir a nuestro próximo destino.
Unas horitas después...
Llegamos a un vecindario que por un momento creí que era un país asiático. Habían bares, tiendas de regalos, puestos de comida asiática, obvio, ¿no? variedades de mercados.
—Seré yo quien elija ahora y pague el sitio en donde comeremos —me adelanto en decir, es lo menos que puedo hacer por este par de locos.
—¡Ok, entonces elige el lugar porque sino moriré de hambre! No me explico cómo he resistido tanto en el trascurso del día encima de esa cosa.
Patty le muestra el dedo corazón y seguimos caminando en busca de un restaurante.
Me declaro totalmente enamorada de la comida asiática, desde pequeña siempre me han encantado sus platos con excepción del sushi que es lo único que no me permito comer.
Veo un aviso que dice Harbor City Restaurant, de el salía un olor que casi me desmaya.
—Creo que este es perfecto, podemos comer en este sitio.
Valentín y Patty me observaban como si algo estuviera mal.
—Solecito pero este lugar se ve a leguas que es muy pero muy costoso.
Me río para mis adentros.
—Tranquilo, entremos y les contaré un poco de mi vida mientras esperamos el menú, ¿les parece?
Ellos se miraron dudosos por un momento pero se decidieron a entrar de igual manera.
Un restaurante muy precioso por dentro, y nos recibieron muy cordialmente.
Algún día debo volver.
Tomamos asiento en una de las mesas y un mesero nos entrega el menú.
—Escojan lo que deseen del menú —ofrezco.
Pero ellos no salían aún de sus dudas. Al final terminé ordenando para los tres Hot y sour soup y Bake b-b pork buns con acompañamiento de una barbacoa de cerdo.
—Cassie es demasiado. ¿Con qué pagarás todo? —pregunta ahora Patty en un tono de preocupación entonces empiezo a hablarles sobre mí.
No es que yo sea una super estrella, pero creo que tienen la idea de que yo vivía debajo de un puente o algo así.
—Chicos no se preocupen, pertenezco a una de las familias más prestigiosas de Inglaterra mi padre es propietario de numerosas empresas en ese mismo país los R'ioldan poseen gran popularidad por ellas...
—Pero entonces, ¿por qué trabajas en la pastelería?
Fijo mi mirada en el rostro incrédulo de Valentino.
Aunque no me hace falta, tampoco me arrepiento de lo que me ha tocado pasar. De no haber sido así, no hubiera tenido la oportunidad de conocer las grandes personas que tengo en frente.
—A eso iba —pronuncio soltando un suspiro.— Mi padre no le agrada la idea de que dedique mi vida a la escritura y mucho menos le a agradado la idea de que viniera a Seattle a cumplir mi sueño.Entonces cancelo mis cuentas bancarias de sus ingresos para así obligarme a volver. La cuestión es que voy para un año que llegué y no he logrado salir de un bloqueo escritor.
Ambos me dedicaron una mirada condescendiente.
—Pero después de hoy lograrás escribir no sólo uno sino varios libros más —canturrea Patty acomodando sus gafas.
Las energías de ésta chica me traen encima, cien años de vida.
—Y le escribirás una gran dedicatoria a Valentín —exige él mismo fingiendo equivocación entre risas.
¡Qué se repita por favor!
Me la e pasado increíble, fue un día estupendo.
LOUIS.
¿Dónde estará Cassie? Sigue sin responder el puto celular, sigue apagado. Por un momento el pensamiento de que algo malo puedo sucederle se cruza por mi cabeza.
Pero este desaparece al ver que estuvo en línea en la mañana y que de igual manera no respondió a mis mensajes.
No puede ser posible que este tanto tiempo molesta por una tontería.
Pero ni se crea, me va a escuchar cuando le de la maldita gana de aparecer de nuevo. Ella siempre vuelve a mi de alguna manera.
Pero siempre lo hace.
{...}
CASSIE.
Luego de recorrer un poco el vecindario de Chinatown nos marchamos.
Me divertí más de lo que creía.
Una fuerte lluvia empezó a caer, la ropa se empezó a pegar a nuestros cuerpos.
¡Lluvia para el alma!
—¡No era mejor haberte comprado un auto, ahora llegaremos todos empapados! —exclama Valentín.
—Te quejas de todo. Además, me gustan más las motocicletas, y cálmate que ya llegaremos a tu casa.
El pelirrosa suelta un bufido.
—Es lo mínimo que puedes hacer antes de que pesque un resfriado por tu culpa —le contesta en lo bajo.
La lluvia seguía cayendo de abarrotes.
Tres Doritos después llegamos a casa de Valentín.
Este se baja de prisa y se despide de ambas con mucha velocidad. Patty con la misma arranca en su motocicleta.
Agradezco que así sea, ya mis dientes rechinan por el frio.
Creo que nunca me había embarcado tanto en una moto en mi vida y bajo la lluvia mucho menos. Íbamos llegando a la residencia cuando la motocicleta se detuvo echando humo por todos lados sin querer encender.
Lo que nos faltaba.
El hilo negro a vuelto.
—¡No, no! No te detengas Susan —refunfuña Patty.
—¿Qué sucede? —pregunto asustada.
—No quiere encender.
Trata de encenderla, pero no lo logra.
Bugs Bunny se trae mejor suerte que nosotras.
Para más consejos de cómo vivir en constantes desgracias, síganos para aprender un poco más.
JAEL.
—Si, madre ya voy a casa no te preocupes estoy perfectamente —digo y cuelgo el celular.
Mi madre a veces suele ser tan protectora que se le olvida que ya no soy un niño. Justo cuando iba llegando a uno de los semáforos... como si el destino quisiera juntarnos, la pone en mi camino.
Creo que la he traído con el pensamiento, lo tendré más en cuenta para verla cada día si es necesario.
Veo dos chicas que llevaban una motocicleta a arrastras o viceversa, sonrío viendo aquella imagen. ¿Cómo no reconocer a una de ellas? Si desde que la vi no puedo sacarla de mi cabeza.
Detengo mi auto a su lado y retengo una sonrisa al ver sus rostros pálidos por el susto que les acabo de dar.
—¿Chicas las puedo ayudar en algo? —les pregunto, y se que la chica de anteojos sabe quién soy porque lleva años trabajando para nosotros.
Ningunas responde por unos segundos.
—Si-i, bueno... no —responde tartamudeando y acomodando sus gafas a la vez.
—Lo que sucede es que la motocicleta no quiere encender y bueno decidimos empujarla hasta llegar al sitio donde vivimos —me explica mi chica, digo Cassie si más no recuerdo su nombre.
No podría olvidar su nombre, ¿a quién engaño?
Entonces bajo de mi auto.
—Las llevaré, suban al auto mientras yo trato de subir la motocicleta a la cajuela.
Podría haberlo preguntado pero de seguro hubieran inventado cualquier excusa. Luego de subir la condenada moto que pesaba como a nada, subo al auto.
Ambas habían subido a la parte de atrás y yo queriendo a mi rubia al lado.
—Gracias señor Jael por ayudarnos —agradece la chica de las gafas.
¿Señor? Ni que fuera un anciano.
—Dime, Jael por favor. Pero ahora díganme, ¿a dónde las llevo?
La misma chica me da la ubicación entonces arrancó el auto.
—Ya las he visto antes, pero desconozco sus nombres, ¿cómo se llaman? —indago tratando de sacar conversación.
—Mi nombre es Patty —se presenta la chica que opte por decirle "la chica de las gafas".
Quiero escucharla, quiero escucharla.
—¿Y tú? —pregunto ansioso por escucharla hablar de nuevo, aunque se perfectamente cual es su nombre.
—Cassie, Cassie R'ioldan.
Acabo de disfrutar de la voz con más dulzura que e escuchado antes en toda mi vida, pasaría día a día escuchándola sin problema.
Me caso con esta chica.
—Lindo nombre —suelto siendo imposible de detener las palabras.
Ella me observa por un momento y me gustaría decir que le sostuve un rato más la mirada pero en ese momento llegué a la ubicación.
Mis minutos de gloria han llegado a su fin.
###
No olviden dejar su voto ♥️
No olviden dejar su comentario ♥️
Todo el apoyo que me estén dando quedará guardadito en mi corazón.
Recuerden seguirme en mis redes sociales como:
Twitter:
@SoyAnneF
Instagram:
@istang_sa
#MartesDeCuandoLlegueEnero
Los quiero 💖
Nos vemos en un próximo capítulo ✨
Besos.
Anne Fernández.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro