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05. Cassie.

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CASSIE.

Creí que podía evadirlo y hacer a un lado su propuesta pero no, esto solo me sucede a mi y al Coyote medio tonto de las caricaturas, ¡welcome to my night full of agony!

Desde el primer instante me negué a ir a esa fiesta y ahora me niego mucho más. Pero por más que traté de excusarme y buscar uno que otro pretexto para no ir, no logré mi objetivo. Las veces que traté de hablarlo, él me ignoraba por completo y cambiaba el tema de conversación. Ahora aquí estoy frente al espejo dándome los últimos retoques de mala gana.

Debí haber sido sincera desde el primer momento y mantenerme  firme en mi decisión de no ir.

Hago un puchero.

Ya solo hace falta que me envíen de excursión al Kalahari y que mi desdicha sea aún mayor. ¿Sería acaso eso posible?

Sobre piensas mucho.

Nadie a pedido tu opinión pequeña conciencia.

Hace unos minutos Louis me marcó al celular, me dijo que en treinta minutos llegaba a la residencia. El deseo de que ocurriera algún milagro y entre ellos que se le espichara una llanta me asaltó. Pero sería injusto, está tan ilusionado con ir a esa fiesta.

Tomé mi pequeño bolso y baje deprisa, ya sería mucha avaricia ir a acompañarlo a una fiesta y encima aguantarme su mal humor.

Aquí vamos Cassie R'ioldan, a morir de aburrimiento mientras tu novio aparenta ser algo que no es.

Como siempre Guillén estaba sentado en su lugar viendo la telenovela. Me da una pequeña sonrisa acompañada de una reverencia y me despido tras salir de la residencia.

La noche estaba fría, la luna tenía un brillo en especial hoy, la brisa ondulante movía mi cabello de un lado a otro. Disfruto encontrar esos pequeños detalles hermosos que guardan las cosas sencillas.

Veo venir el auto de Louis, toca la bocina y se detiene frente a mi. Como sino supiera que es él, refuté entre dientes. Abro la puerta del copiloto y me desplazo dentro de su auto.

Él me da una mirada y atrapa una de mis mejillas con su mano derecha. Me pareció más un apretón de advertencia que de cariño.

—Estás hermosa hoy.

Arranca el motor del auto y que bueno a que lo haya hecho porque aún tenía la esperanza de no ir. Creo que hasta leyó mis pensamientos por un momento.

—¿Hoy? —reprocho su piropo con un fingido horror.

Por lo menos para bajarle dos al ambiente tenso entre ambos.

Él sonríe, y me hace recordar el momento cuando lo conocí. Se veía como un chico dulce, jamás pensé que se volvería todo lo contrario.

—Eres hermosa, Cass pero hoy estás radiante cielo.

Le sonrío y desvío mi mirada a otro lugar.

En el trayecto conversamos de todo un poco, por un instante sentí que regresábamos al principio, al parecer hoy estaba de buen humor dejando así a un lado todos los reproches que suele darme.

Aunque esa chispa ya no estaba, al menos no para una relación.

Llegamos al sitio, desde afuera se puede ver que es un sitio costoso. Para mi es fácil darme cuenta ya que provengo de una familia que lo tiene todo, incluso podrían comprar no uno, sino un piso completo si así lo desean.

Louis aparca su auto en el estacionamiento el cual está repleto. Mi mirada se fija en uno en específico que está al otro lado, un deportivo color blanco que conozco bien. Es el auto de Laura.

¿Qué hace esa tonta aquí?

Recuerdo sus palabras pero en ese momento Louis me toma por el brazo para dirigirnos al lugar.

Al menos de que su odiosa hermana también venga a la fiesta y esa ya sería mucha desgracia la mía, pero... no me habló de ella en ningún momento, muy raro para haberlo omitido.

La música electrónica inunda mis oídos, al entrar noté que cada quién estaba en lo suyo. Unos bailaban, otros estaban bebiendo y platicando. Busco a Laura con la mirada por encima pero esta no se ve por ningún lado.

¿Dónde andara? Quizás así pueda aprovechar la fiesta para verla un rato. Seguí buscándola con mi mirada pero no había rastro de ella en todo el sitio.

—¿Qué tratas de hacer? —espeta en voz baja.

Doy un último vistazo.

—Creo que vi el auto de Laura en el estacionamiento.

Entonces en ese momento veo a su hermana, la arrogante y prepotente Loren. ¿Cómo olvidarla? Si por su culpa muchas veces mis padres me castigaron por sus mentiras.

Cuando mis ganas de venir de fiesta no podían disminuir más, aparece ella.

¡Trágame tierra y escúpeme en Hollywood¡, ¡por favor!

Louis me trajo a una encerrona sin tener la más mínima idea de que esa chica me odia.

Soy la número uno en su lista negra.

—Iré a saludar, ¿gustas en ir conmigo—pregunta en un tono amable.

Le doy mi asentimiento y caminamos directo a dónde está Loren con su grupo de amigos, ¿o títeres? Es el tipo de chica que le gusta manejar a la gente a su antojo.

—Hey, Loren —la saluda.

—Louis —ella le devuelve el saludo con un beso en la mejilla y un abrazo.

Ver su cara de nuevo me da dolor de estómago, es una niñata insoportable.

—Ella es Cassie —me presenta él.

Ay, cariño. Si supieras.

—Eh, sí —contesta en un tono poco amable—. Ya nos conocemos.

Si querido tengo la desgracia de conocer una persona como ella.

—No lo sabía —me escanea con su mirada llena de un dejo de sorpresa.

Y qué iba a saber yo que tú gran amiga era esta... esta insoportable.

—Si, es la hermana menor de Laura.

No se porque pero de nuevo una sorpresa asalta sus ojos.

Trató en decirme algo cuando...

—Ven vamos a saludar al resto —Loren termina arrastrándolo con ella.

Ah, si yo también quería ir. Pero de todos modos gracias por dejarme parada aquí como una idiota.

Ahora me arrepiento en lo más profundo haber venido a esta estúpida fiesta.

Me llueven las desgracias.






LUKAS.

Odio cuando Jael y su grupito de amigos me arrastran con ellos a este tipo de fiestas. Sobre todo si esas fiestas están relacionadas con mi ex.

Mi hermano dice que me he vuelto un amargado desde que terminé con Loren.

Se equivoca.

Esa chica que me traía loco y que con solo pensarla me llevaba en una nube al cielo pero que luego me bajo de esa misma nube cuando la encontré en la cama con otro chico.

Y no con cualquier chico, exactamente con  Louis Witherspoon. El tipo más arrogante que he conocido.

Esos dos son tal para cual, y lo confirme aún más cuándo a los meses Jael me contó que ahora salía con uno de sus amigos.

Estaba tan distraído por mi fastidio que no me había fijado que este estaba en silencio. Me doy la vuelta y veo que Jael está ido por completo. Entonces la veo, la chica de cabello rubio y ojos castaños.

Una sonrisa picarona se dibuja en mi rostro. No suelo ver a mi hermano pendiente de ninguna chica. De hecho hubo un momento en el que dudé de su orientación sexual.

Si se entera me mataría.

La misma chica que trabaja en la pastelería. ¿Pero qué hace aquí? Digo es una fiesta de sociedad. No es por discriminación, pero si que se me hace bastante raro.

—Oye, ¿qué ves? —indago fingiendo no saberlo, me acerco a su lado.

Es gracioso verlo así.

—Es hermosa, Lukas —dice en un tono perdido y un brillo recorría sus ojos.

Me alegra escucharlo decir eso, pues las mujeres lo enmudecen.

—¿Recuerdas la chica que te mencioné hace unos días? —le pregunto en tono divertido.

—Si, lo recuerdo.

Esbozo una sonrisa.

—Es ella —suelto dándole una sonrisa de suficiencia, dejándolo allí como los idiotas.

Espero no bajarle los ánimos, papá no aceptaría en la familia a una de nuestras empleadas.







CASSIE.

Louis me había presentado a un par de amigos pero solo como Cassie, solo eso. La verdad siempre era así, digo es mi nombre pero decir que era su novia no estaba de más. Aunque eso no me molestaba, al fin y al cabo seguía insegura de que sentía en realidad por él.

Mi historial de fiestas, y para ser exacta como acompañante de Louis no me trae a la memoria momentos agradables y me aseguraré de no volverlo hacer por un tiempo.

O nunca.

Me la he pasado más sola que con su compañía y bueno he tratado de buscar con la mirada a Laura pero no la he visto, se ha vuelto una misión imposible hallarla.

¿Dónde andará metida?

—Amor, ¿por qué no vienes a divertirte?
—me sugiere Louis besando mi cuello, un olor a alcohol lo acompaña.

Es desagradable su aliento.

—Aquí éstoy bien, no te preocupes por mí —negando con mi cabeza y dándole una sonrisa de boca cerrada.

Sino quería provocarlo no debí haber dicho eso, error.

—¿Por qué eres así? Nunca quieres hacer nada. Nada te gusta, odias todo lo que tienes que hacer conmigo o a mi alrededor. Eres una egoísta y una aburrida insoportable, vete a escribir tus libritos a ver si así puedes sacar todo ese mundo de fantasía que tienes en tu cabeza, pero yo si me voy a divertir, allá tú sino quieres hacerlo —con eso se levanta y se marcha molesto.

Y la verdad no sé qué decirle ni siquiera me dispuse a detenerlo. Las pocas ilusiones que navegaban dentro de mi, este las a hecho pedazos.

Creo que la que tiene que irse soy yo, creo que es más personal que por gustos.

El apartamento estaba abarrotado de chicos y chicas apestosos a alcohol, moví mis pies a toda prisa, justo cuando ya llegaba a la puerta por un descuido... tropiezo con un pelinegro.

Mis nervios me ponen al límite y me libero de sus brazos. Sin embargo, un dejo de vergüenza me acompaña al mirarlo fijamente.

El color ambarino de sus ojos me paralizan por unos largos minutos. Él chasqueá sus dedos, y yo reacciono huyendo del lugar.

¡Rayos!, no se qué me está sucediendo últimamente.

Pero ahora que tenía tan cerca sus ojos no podía parar de mirarlos tan detalladamente.

Son hermosos.

Su contacto con mi cuerpo provocó un muy extraño cosquilleo en mi interior, creo que su intensa mirada es la responsable.

Al llegar al estacionamiento no se qué hacer conmigo misma. Camino hacia la estación de taxi más cercana para irme a casa.

Necesito llegar a casa.






{...}

CASSIE.

Este día peor no podía transcurrir, en la mañana olvidé dejarle comida a Naylon y a Silvestre.

Soy un monstruo definitivamente.

Y en el trabajo ni decirlo, anoté mal un par de pedidos que casi le ocasiono un infarto al pobre de Valentín.

Anoche luego de llegar a casa intenté enfocarme en escribir algo para mi libro pero no entiendo, pareciera que nunca hubiera escrito nada en mi vida. Ni una sola idea llegaba a mí, es como si mi mente estuviera vacía completamente.

Soy un caso perdido.

—Me puedes explicar, ¿qué diablos te sucede hoy? —explota Valentín en un evidente enojo.

Dejo salir un suspiro.

—No lo sé.

—Harás que no te renueven el contrato y perderás el trabajo —golpea levemente el mostrador.

Es la primera vez que lo veo tan enojado.

Pero sus palabras calaron por mis huesos y sentí que algo dentro de mí se rompía.

Si pierdo el trabajo debo volver a casa de mis padres y es lo que no quiero.

—Lo siento no se qué me sucede hoy —me escucho decir en un tono de desespero.

Patty me mira con una mueca de lastima.

—¿Aún no has logrado escribir nada?

Eso, y las palabras de Louis en la fiesta.

—No.

Se acerca para darme un abrazo y no se imagina cuánto lo necesitaba. A veces un abrazo puede salvarte de estar ahogándote en el lago más profundo de tus miedos y el dolor.

El no poder hacer lo que tanto me llena es ahogarme entre esos dos; pero que tanto daño hacen.

—¿De qué están hablando? No estoy entendiendo nada —pregunta Valentín.

—Cassie está escribiendo un libro pero últimamente a tenido un bloqueo y no a logrado escribir nada —le explica Patty.

Abre su boca asombrado.

—¡Vaya! bueno solecito no tengo idea alguna de cómo escribir uno pero he escuchado que cuando eso sucede es porque simplemente no es tu historia —me consuela Valentín, o más bien trató de hacerlo.

—O porque debes de rodearte de cosas que te inspiren —asegura en un susurro, pero más bien en un tono pensativa.— ¡Ya sé!—exclama Patty.

¿Qué será? Hay que tener cuidado con sus ocurrencias.

—A ver cuéntanos —curiosea Valentín.

—Está semana estaremos libre por los cambios que harán en la pastelería. Podríamos ir esta semana a diferentes lugares. ¿Qué te parece?

Su entusiasmo era contagiante. No sé si eso funcionará pero tal vez pueda relajar mi mente un poco.

—Me parece muy genial, pero no conozco Seattle en nada —menciono apenada.

—No te preocupes, Valentín y yo te daremos un mega tours, te lo aseguro.

¿Debo tenerle miedo a este par de locos?

Si.

Por fin estamos de acuerdo.

—Será un placer mostrarte los paisajes maravillosos de Seattle —aplaude Valentín, el cual ya no lucia molesto.

—Cassie y yo pasaremos por ti a las nueve aquí en la pastelería, ¿te parece?

Ambos asentimos.

—¡Perfecto, pero ahora Cassie levanta ese ánimo cariño o nos darán un buen regañon a todos!

Les doy una sonrisa breve.

Este par de locos se han ganado un lugar en mi corazón de manera rápida.




JAEL.

Creo que la asusté me aseguro a mi mismo, ni una sola palabra salió de mi boca y aún así salió corriendo.

¿Por qué me cuesta tanto poder hablar?

Simplemente no entiendo.

Lukas estaba revisando las experiencias laborales de los trabajadores de la pastelería. Mi padre lo a encargado de ella mientras él se ocupa de otros negocios. Y bueno yo le echo una mano a veces, mi padre creé que porque tengo veinti dos años no puedo dirigir nada. Ni mi propia vida incluso.

—Escucha esto Jael —carraspea con su garganta para llamar mi atención del todo.

Yo tomo asiento como es debido en el mueble que está en el ahora despacho de mi hermano.

—Cassie Mariel R'ioldan, extranjera, veinte años, y ya tiene una carrera culminada —termina de decir él.

Es asombroso, pero que interés podía tener, no la conozco.

No me interesa.

—¿Y, ¿en qué te asombra? —gruño irritado.

Me extiende el sobre.

—Mira tú mismo a ver sino te sorprenderás o a ver si de verdad no te importa.

Lo reviso y...

Como si el destino hubiera jugado a mi favor.

Esto si no lo esperaba, ahora no sólo sabía cómo se llamaba y que edad tenía. Sino que ahora me parecía una chica más sorprendente de lo que ya se me hacia.

—Dice que es extrajera —susurro para ocultar mi asombro o más bien emoción.

—Por su acento bien marcado se que es de Inglaterra.—determina muy seguro.

¡¿Eh?!

—¿Has hablado con ella? —le interrogo curioso, porque yo no pude hacerlo anoche pero si se lo digo el muy imbécil de mi hermano se burlará de mí.

Lo más seguro.

—Si, bueno no... Valentino la presentó y bueno escuché su voz solo eso. Pero no es eso lo que me da curiosidad de ella.

—¿Entonces?

Un dejo de celos me recorre.

—Su apellido, los R'ioldan son una familia muy adinerada incluso un poco más que nosotros.

No entiendo su punto.

—No entiendo, ¿entonces qué hace en la pastelería? No lo creo, la verdad puede ser solo casualidad —me digo más para mi mismo que para él.

—Tal vez, pero si no es como yo pienso entonces esta chica tiene una excelente hoja de vida aunque su experiencia laboral este en cero y lo más seguro es que nuestro padre la ponga al mandó en cualquiera de sus otros negocios, dónde ganaría mucho más que en la pastelería.

Eso sí que no lo voy a permitir, el trabajo con mi padre puede ser incluso más difícil de sobre llevar.

Le entrego la carpeta a Lukas y ahora mucho menos puedo sacarme a la chica de mi cabeza.



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Estoy inspirada,bueno es que ustedes me motivan a trabajar más duro por todo el apoyo que le dan a cada una de mis historias.

Querías decirle que ya que estaré actualizando capitulo de esta historia únicamente los martes,les cuento que cada martes estaré actualizando no uno sino tres capítulos ¿Qué les parece?

Lo sé,lo sé soy genial. Pero no me lo digan tanto que luego me lo creo jaja.

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Los quiero 💖

Nos vemos en un próximo capítulo ✨

Besos.

Anne Fernández.

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