Cuando terminé de tocar aquellos dulces acordes me cogieron por la cintura y me taparon la boca. Intenté gritar pero mis esfuerzos fueron en vano.

Me metieron en una coche de caballos y ahí pude ver a la persona que estaba haciendo aquello.

- Mi amado, ¿por qué haces esto?- Pregunté más calmada.

- Porque quiero tenerte a mi lado y nada ni nadie lo podrá impedir-. Respondió mi amado.

- ¿Qué quieres decir con eso?- Pregunté de nuevo.

- Nos vamos para empezar una nueva vida juntos, amada mía. El problema es que no puedo colmarte ni de joyas ni dinero, pero puedo darte mi corazón que es verdadero-. Respondió mientras me acariciaba mi mejilla derecha.

Noté como el coche de caballos se ponía en marcha. Mis ojos se aguaron por esas dulces palabras que mi amado me dedicó. Lo amaba más que a nada.

- No me importa si no me puedes ofrecer joyas o dinero, lo importante es lo que me puedes ofrecer, tú corazón. El mío también te pertenece-. Le dije seguidamente de un apasionado beso en sus carnosos labios.

- Mi amada, ya nadie nos impedirá estar juntos.

Me desperté por los rayos de sol que asomaban por la ventana. Abrí lo ojos poco a poco para que se acostumbraran a la luz y me di cuenta que estaba en una cama que no era la mía. Rápidamente me di cuenta que me había ido con mi amado.

Alguien dio unos pequeños golpecitos en la puerta. Di la bendicieron de que pasaran y me encontré a mi amado con una bandeja con comida.

- Te traigo el desayuno, princesa-. Dijo mientras posaba la bandeja en un pico de la cama.

- Sabes que no me tienes que llamar de esa forma. Renuncio a ser princesa si eso conlleva poder estar a tu lado-. Dije mientras intenté besarle pero se retiró.

Lo miré extrañada y confusa por su reacción y de pronto apareció por la puerta el príncipe del reino enemigo de la nuestra. Ahí empecé a temer por mi vida.

- Buenos días, princesa, espero que haya dormido bien-. Dijo Sebastian haciendo una reverencia.

- ¿Qué significa esto?- Pregunté esperando una respuesta.

- Saca tus propias conclusiones-, Sebastian se giró hacia donde estaba Jack- buen trabajo, puede retirarse.

Esa vez fue cuando me sentí como una muñeca de trapo, usada e infeliz.

Escrito por Swiftie5sos13.