Cuando la hermana del príncipe me hizo su modista, juré que me vengaría. ¿Quería que fuera modista? Pues lo sería. ¿Y qué hacen las modistas? Crear diseños y modas. Y eso iba a hacer. Si mis diseños no causaban burlas, al menos me haría famosa y mis trabajos serían demandados en Cortes extranjeras, lo que me daría oportunidad de marcharme.

Hasta entonces debía conseguir que el príncipe aceptara dejarme libre con alguna paga en vez de la esclavitud. Todo podía tener un precio exacto. Conocía la ambición de las personas y sabía que incluso él podía ser comprado si no con dinero con otra cosa. Pero se podía.

Mientras le hacía el vestido más extraño posible a la princesa en su habitación, la puerta se abrió y en vez de la princesa entró el príncipe y me vio ahí.

- ¿ Qué haces aquí? Te estaba esperando. Odio que me hagan esperar- dijo en tono grave y notablemente molesto.

- Díselo a tu hermana, que me ha convertido en su modista.

- ¿Qué? No, tu debes estar a mi servicio las 24 horas del día. ¿ Y qué coses? Anda suelta eso que obviamente se te da de pena.

- Perdona pero la moda debe ser innovadora- me justifiqué cruzándome de brazos indignada ante tal arrogancia.

Luke no supo cómo responder a eso y cambió de tema.

- De todas formas voy a hablar con Madelaine. Nadie más que yo tiene derechos sobre ti.

Sinceramente me alegró oír que nadie más podía darme órdenes, pero sabía que seguiría recibiéndolas. Entonces entró Madelaine, la princesa y hermanastra de Luke palideciendo al verle ahí.

- Puedo explicarlo...- dijo ella.

- Creo haberte dicho que es mi sirvienta personal. PERSONAL. ¿Sabes lo que es eso? Significa que no puedes aprovecharte de su deuda conmigo para no contratar una modista y así ahorrar dinero para irte a ese viaje en el que todos sabemos que verás a cierta persona.

La princesa enrojeció de rabia y apretó los puños.

- ¡Le iba a dar trabajo porque yo también estoy indignada de que te hiciera daño!

- Ya me estoy encargando yo de eso. No recuerdo haberte pedido ayuda- replicó enfadado.

- Tú no sueles ser así conmigo...

- Ni tú sueles ser tan egoísta y metiche.

Yo contemplaba testigo de las palabras que se arrojaban el uno al otro curiosa por ver quién ganaba la disputa. La verdad es que la técnica de chantaje del príncipe me había asombrado desde el principio.

- ¡Vale! Haz lo que quieras. Luego no vengas a quejarte si te apuñalan por la espalda- se rindió ella.

- No voy a...- protesté pero me callé porque me lo pensé mejor. No había considerado esa posibilidad.

- Mira, ¿ves? Se lo está pensando y todo- me acusó Madelaine con el brazo extendido en mi dirección.

- Sabes que lo hizo sin querer, no pretendía matarme. Pero ese error tiene que tener sus consecuencias. Tan simple como eso. Con otros presos del palacio no te has metido, ¿por qué con ella sí?

- ¿Estás de su lado?- quedó atónita.

Él se cruzó de brazos esperando a que ella lo captara por sí sola. La princesa nos echó a los dos de su habitación y cerró la puerta con fuerza.

- Simplemente olvídate de ella- dijo Luke antes de irse y añadió.- Por favor.

- Bueno vale. Pero me sigue debiendo un vestido. Luego haz con ella lo que quieras.

Luke sonrió irónicamente, me cogió de la muñeca y me llevó a sus aposentos.

- Ahora eres mía.

Escrtito por FlightOfFantasy.